“The Girl in the Spider’s Web”, estrenada a finales del 2018, es la última película de Fede Álvarez tras su exitosa “Don’t Breathe” (2016). En España han rebautizado esta cuarta parte de la saga Millennium con el título, nada sugerente, “Lo que no te Mata te Hace más Fuerte”, que no hace más que confirmar el poco talento existente para traducir títulos. Lo que sí hay que reconocer es que esta película levanta cierta expectación por dos motivos: uno, por ver lo que haría el director después de haber tocado el cielo con la mencionada “No Respires”; y dos, por ser la primera adaptación de una novela del universo Millennium no escrita por Stieg Larsson.
Personalmente soy muy fan de la trilogía escrita por Larsson, tanto de las tres novelas, como de las adaptaciones al cine realizadas hasta la fecha. Las tres películas suecas de Niels Arden Oplev, dirigidas en el año 2009, me parecen muy fieles a todo lo que transmite la novela. Hay que reconocer que la trilogía Millennium, junto con Los Casos del Departamento Q, es un punto álgido en lo que se refiere al thriller nórdico y de lo mejorcito que se pudo ver en su momento como exponente del neo noir europeo (a lo que hay que sumar las novelas de Mankell, Asa Larsson o Jo Nesbo). Por su parte, la película de David Fincher con la que se reinicia la saga (“The Girl with the Dragon Tattoo”, 2011), es una película que considero buenísima, ya que consigue lo más difícil: mantener la tensión, pese a que nos sepamos la historia de memoria. Yo fui a verla al cine como un remake y salí del cine como si hubiera visto esa historia por primera vez. Ambos directores, Niels Arden Oplev y Fincher, coinciden en un mismo punto muy positivo: supieron sacar lo mejor de sus dos personajes e intérpretes principales, de esta forma, tanto Noomi Rapace y Michael Nyqvist, como Rooney Mara y Daniel Craig, forman parejas con química y carisma.
“El guion en sí está bien construido sobre la trama de un programa nuclear llamado Firewal, pero no deja ser una suma de todo lo que ya hemos visto mil veces en el cine”
Años después de la prematura muerte de Stieg Larsson en el 2004, el escritor David Lagercrantz retomó la inacabada cuarta parte de Millennium a petición de la familia de Larsson (una parte de la familia con la que, por cierto, no se hablaba desde hacía años), y “The Girl in the Spider’s Web” está basada en el resultado de dicha obra. La protagonista absoluta de esta película es Lisbeth Salander, siendo éste uno de los puntos que más podría interesar a los seguidores de Millennium, ya que profundiza en el pasado del personaje estrella de la franquicia. La película comienza precisamente contándonos un poco sobre los orígenes de su familia, intimidada bajo la omnipresencia de un padre abusador y vinculado a la mafia rusa.
De vuelta al presente, la película nos sitúa alrededor de las vidas paralelas que llevan tanto Lisbeth Salander como Mikael Blomkvist en Estocolmo. Es curioso ver a Salander dedicando su vida a defender a mujeres maltratadas con el mismo espíritu vengativo que Batman, con la coincidencia de que el motivo que mueve a ambos personajes es su atormentado pasado. A partir de este punto, para ser más exactos a partir del robo de un programa nuclear, “Millennium 4” se mueve dentro del típico guion de película de acción, no exenta de escenas inverosímiles. Solo faltaba tener al actor Liam Nilson para que la película fuese todavía más predecible, aunque intuyo que este actor solo participa en películas si en el título aparece la palabra venganza.
“Intuyo que esta película será el origen de una nueva saga, enfocada en la acción y en Lisbeth al 100%”
El guion en sí está bien construido sobre la trama de un programa nuclear llamado Firewal, de los mafiosos del clan Spider y de la NSA (The National Security Agency), pero no deja ser una suma de todo lo que ya hemos visto mil veces en el cine. Es decir, que es una película de acción completa, con todos sus ingredientes (carreras de coches y motos, bombas, tiroteos, amenazas nucleares, rusos y agentes de inteligencia americanos), pero que carece de algo que la haga diferente, no deja de ser una más entre las ya conocidas: Bourne, 007 y Misión imposible.
Además, en su trasfondo la historia está bastante alejada de las anteriores, desde mi punto de vista noto que se pierden muchos de los elementos turbios y perturbadores que había en la trilogía de Larsson, que hasta coqueteaba con el torture porn y otras perversiones. Este distanciamiento del género más oscuro para mí personalmente es decepcionante, pero reconozco que abre nuevas posibilidades para un personaje del carisma de Salander en el cine. Estaban faltando personajes reconocibles femeninos en el cine de acción comercial, y que mejor que uno tan enigmático como el suyo. Intuyo que esta película será el origen de una nueva saga, enfocada en la acción y en Lisbeth al 100%. Por suerte, alguna escena la distancia del cine más comercial, como la del tipo que se quita la cara, pero nunca llega a alejarse de ciertos clichés y de una constante sensación de estar ante un guion predecible. Hasta tenemos a un niño superdotado al estilo de la serie “Numbers”.
“Lo que sí consigue la película es crear una atmósfera compatible con la historia, a lo que ayuda tanto su fotografía como las buenas composiciones de Roque Baños”
Entre lo mejor de la película está la actuación de Claire Foy (“Unsane”, 2018), que está muy convincente pese a lo difícil del desafío. El hecho que las dos actrices anteriores, Rooney Mara y Noomi Rapace, hayan salido muy bien paradas después de interpretar a Salander dejaba el listón muy alto para Foy, que aunque yo me incline en mis preferencias por las anteriores actrices, reconozco que su interpretación es muy meritoria. También la actuación de Sylvia Hoeks, en un papel muy similar al que le vimos en “Blade Runner 2049”, es convincente en su papel de villana fría como el hielo. Completan el buen elenco femenino, Synnøve Macody Lund (“Headhunters”, 2011), y Vicky Krieps ("Phanton Thread”, 2017), esta última actriz en un rol muy secundario.
En el otro lado de la balanza tenemos a un Mikael Blomkvist interpretado por Sverrir Gudnason ("Borg & McEnroe”, 2017), de forma muy poco carismática. Comparado con los otros dos actores que interpretaron al periodista (Michael Nyqvist y Daniel Craig), pierde mucho y se convierte en uno de los puntos débiles de la película. Tampoco otros actores reconocibles como Claes Bang ("The square”, 2017) o Stephen Merchant (Logan, 2017), destacan en un elenco en el que los mejores personajes son los femeninos.
A los aficionados al cine de terror, o al menos a guiones con más misterio y con un mayor grado de perturbación, esta película nos sabe a poco. Aun aportando cosas sobre el origen de Salander, lo cual ya de por sí es interesante, no es del todo suficiente. Lo que sí consigue la película es crear una atmósfera compatible con la historia, a lo que ayuda tanto su fotografía como las buenas composiciones de Roque Baños. Técnicamente es irreprochable.
Lo mejor: Los personajes femeninos, la ambientación y su notable calidad técnica.
Lo peor: Los personajes masculinos y una historia que se aleja del universo creado por Stieg Larsson, que era más complejo, comprometido y perturbado. Queda reducida a una película de acción, entretenida, pero bastante predecible.