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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: I Trapped the Devil

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Hoy me gustaría hablaros de la conexión entre decisiones, instinto, confianza y debilidad. Creo que todo está irremediablemente unido aunque nos empeñamos en culpar de nuestros errores a cada uno de estos cuatro componentes de la naturaleza humana por separado. Cada decisión se toma valorando pros y contras, calibrando consecuencias y guiándonos por el instinto, aquello que creemos que no nos falla y que realmente actúa como una ruleta rusa. Porque sí, amigos, no tenemos el instinto tan desarrollado como nos parece y solemos cagarla más de lo que acertamos aconsejados por algo que es mucho más animal que humano. Esta falta de instinto tiene mucho que ver con la confianza que nos tenemos y que tenemos en la gente en general, que suele ser escasa.


“Josh Lobo fabrica un thriller de terror con pocos medios y un buen desarrollo del misterio mediante un guión bien elaborado”


¿Cómo es posible que dudemos de nosotros tantísimo? ¿Cómo es posible que utilicemos tan poco unas tripas que nos guiarían mejor que lo que el cerebro dicta? Deberíamos buscar la respuesta en la debilidad humana, aquello que hace que prefiramos el pájaro en mano y que nos pasemos el resto de la vida envidiando a los cientos de pájaros volando. Las decisiones no son fáciles si no hay certeza del movimiento mental que viene detrás. Cada decisión conlleva una consecuencia, pero el miedo…¡ay el miedo! Una decisión es como una puerta cerrada que puedes abrir para ver lo que esconde pero que acojona por si es el mismo demonio quien está detrás.

“I trapped the Devil” es la puerta cerrada y nos pide directamente que tomemos una decisión. Decisión que afortunadamente será simplemente posicionarte frente a la ambigüedad que sumergirá la trama hasta dejarla prácticamente ahogada. El título no deja lugar a dudas, la premisa se centra en la idea de tener al demonio atrapado. Esta idea viene acompañada de dos certezas: Una representa que las tiranteces familiares conllevan una verdad universal que lejos de ser común es tan personal como el ADN y la otra es que detrás de la puerta sobre la que girará toda la trama hay alguien encerrado. Simple y directa, como debe ser cualquier propuesta intimista que se construye desde la atmósfera y la naturaleza humana.

La película se ambienta en la época navideña para que la reunión de los protagonistas tenga un sentido y para darle más empaque a lo que va a suceder en los escasos 82 minutos de duración. El ambiente navideño ayuda a que el espacio donde se desarrolla toda la acción pueda tener un extra de desconcierto al entenderse estas fiestas como invitación a la reconciliación familiar. Así, el debutante director Josh Lobo fabrica un thriller de terror con pocos medios y un buen desarrollo del misterio mediante un guión bien elaborado. Pocas piezas en una historia que realmente no requieren mucho más para convertirse en una interesante película de cocción lenta y desconcertante ambiente.


“En una película como esta, es importante que no se baje el ritmo en ningún momento para que el espectador no desconecte”


Para explicar un poco más eso que comentaba al principio sobre las decisiones, os hablaré un poco del argumento, sin ánimo de hacer spoiler alguno. La historia comienza como tantas y tantas películas: un matrimonio (Matt y Karen) va a cenar a casa del hermano de él (Steve) tras un claro distanciamiento. Lo que se suponía que sería un momento perfecto para reconciliar a los hermanos y estrechar lazos, se torna en un vórtice de desconfianza incontrolable. No hablo de desconfianza al estilo “The Invitation” (2015) donde no sabías si estaba pasando algo o solo eran paranoias de los personajes. En “I Trapped the Devil” está claro que algo pasa, de hecho desde el inicio el espectador conocerá una parte importante del misterio, en una habitación del sótano hay alguien encerrado que pide ayuda para salir. Insisto, esto no es spoiler. De lo que se trata en “I Trapped the Devil” es de dejarse arrastrar por la ambigüedad a la que se juega durante toda la película.

Karen y Matt tendrán que hacer caso a su instinto, a la confianza que tienen los unos con los otros y decidir si se dejan llevar por la debilidad o no. Todo ello forma parte de la decisión de la simpleza de abrir o no una puerta y la complejidad de entender lo que ello supone. Teniendo en cuenta que “I Trapped the Devil” gira por completo en torno a esta decisión, que se cuenta con muy pocos personajes y prácticamente un solo escenario iluminado por luces de navidad, la amenaza psicológica de que la cordura deje paso a la locura a cada instante es de vital importancia para conseguir una atmósfera que permita entender el grado de presión, esquizofrenia, miedo e imprudencia que se vive en esa casa. Para ello, Josh Lobo decide que los silencios ayudan más que una potente banda sonora y yo le apoyo totalmente. En una película como esta, es importante que no se baje el ritmo en ningún momento para que el espectador no desconecte y pueda reconectar de nuevo y sin duda, se consigue. Personalmente considero que esta atmósfera alimenta la tensión de una manera brutal e invita al miedo. Muy parecido a lo que conseguía Ty West en “The House of the Devil” (sin intentar establecer paralelismos entre ellas).


“en I Trapped the Devil tienes que dejarte llevar por la tensión para que el terror de lo que realmente se está viviendo se meta dentro de ti”


Antes he hablado de miedo y lo hago sabiendo que no es un terror al uso. No se trata de intentar anticiparte al sobresalto para dejar de sentir la presión propia del susto, todo lo contrario, en “I Trapped the Devil” tienes que dejarte llevar por la tensión para que el terror de lo que realmente se está viviendo se meta dentro de ti con tanta fuerza que tú mismo seas quien decida abrir o no la puerta del sótano. En este punto, el gran peso recae en las grandes interpretaciones de A.J. Bowen, Scott Poythress y Susan Burke, así como en la capacidad de utilizar elementos transmisores de mensajes como el teléfono y la televisión para dejar caer más peso en un lado de la balanza. Tirón de orejas para Lobo por considerar que las escenas que se adentran en el terreno puramente psicológico eran suficientes para que nos hiciéramos una composición de lugar, ya que creo que se les podría haber sacado más partido, así como un enfoque aún más orientado a un terror más puro. Respecto al desenlace, sin haber sido lo que la decisión que como espectadora yo habría tomado, no me decepcionó para nada.

Y las decisiones pasando por nuestra vida sin que muchas veces seamos conscientes de decidir…Ni el instinto, la confianza y la debilidad sirven de mucho cuando decidimos tirar por el camino del medio y dejar que otros decidan por nosotros. Decidamos bien o mal, este es nuestro gran poder y desperdiciarlo solo por miedo se llama comodidad. La comodidad está bien para dormir, pero si lo que de verdad queremos es vivir, me temo que a veces tocará probar si algo que parece más incómodo finalmente termina siendo el lugar más descansado para nuestra mente. Por intentar…



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