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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: El Caballero del Dragón

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Vamos a hablar de una obra muy, muy particular dentro de lo que es la cinematografía española. Un proyecto que ya desde su concepción misma era una ruptura con cualquier obra de género que se hubiese rodado en España por aquel entonces o, porqué no decirlo, a día de hoy.


“La historia es oro puro: En la Europa del medievo, una nave espacial se dedica a abducir animales varios, provocando el lógico pánico en la población”


Porque hay que tenerlos bien cuadrados para, en la España de los 70-80, lanzarse a realizar una superproducción de temática fantástica con reparto internacional y precisando para ello un nivel de efectos especiales a los que no se estaba acostumbrado en estos lares. Y colocando de protagonista al por aquel entonces intento de clon de David Bowie, nuestro sin par Miguel Bosé. Aviso para navegantes: habrán varios spoilers menores en esta crítica, pero son cosas que salen ya en la sinopsis misma de la película, y dado que el factor sorpresa es mínimo, creo que no le fastidiare el visionado a nadie, pero avisado queda el avezado lector!  

La historia es oro puro: En la Europa del medievo, una nave espacial se dedica a abducir animales varios, provocando el lógico pánico en la población que, lógicamente, asumen que el monstruo volante lleno de lucecitas es un dragón con ganas de marcha. Siguiendo la tradición, se convoca a los caballeros del reino para que maten a la “bestia”, pero de pronto la princesa es capturada por el monstruo y ella se encuentra con el piloto de la nave, un Miguel Bosé de pelo oxigenado que se comunica con telepatía y que lleva una armadura digna de H.R. Giger que le protege de la atmósfera dañina de nuestro planeta. El alien en cuestión (Nueve para los amigos) a la par que corteja a la princesa tiene una historia pseudoromántica con el alquimista del rey, encarnado por ese monstruo en lo actoral y en lo personal que era Klaus Kinski, que estaba aquí poniendo el platillo al igual que un muy bebido Harvey Kietel en el papel de caballero antagonista.

Hablando del romance de la princesa y el visitante, reclamo aquí un redoble de tambores para la MEJOR frase promocional de la história del cine:  

Ellos se aman.
Pero sus atmósferas se oponen.  


“la propuesta de El Caballero del Dragón era tan sumamente bizarra que no creo que haya otro tipo de producción de la época que se pudiese sentir afectada por su suerte”


CANELA en rama y fiel resumen de lo que seguramente quiso y en parte no pudo ser esta obra: algo revolucionario dentro del cine español, nunca intentado hasta entonces y que se convirtió en un involuntario hito del bizarrismo cubierto, eso sí, de buenas intenciones. El director Fernando Colomo afrontó la película como un proyecto personal que se encontró con muchos baches: súbitos problemas de presupuesto y financiación, el dúo Kinski- Kietel completamente ebrios e intratables buena parte del rodaje, problemas técnicos por doquier…

El resultado fue un fracaso en taquilla y el machaque absoluto de la crítica. Personalmente no creo que esto provocase mucho daño en cuanto a la producción de género de fantasía en España, porque la propuesta de “El Caballero del Dragón” era tan sumamente bizarra que no creo que haya otro tipo de producción de la época que se pudiese sentir afectada por su suerte. Ahora bien, ¿es tan mala como la pintan? Pues sí….no, y nuevamente sí.


“La fotografía es horrenda, y los valores técnicos sufren con crudeza los efectos de los citados problemas económicos”


La película es floja, muy floja si la vemos con la óptica actual y...bueno, cualquier otra. Salvo la honrosa excepción de Kinski, capaz de hacer cualquier papel que le echasen con solvencia, el reparto declama sus diálogos de forma muy teatral. Miguel Bosé no dice ni una sola palabra en toda la película por exigencias del guión, y a mi me da que siendo la etapa en la que estaba el artista este esperaba que esta obra fuera algo así como su “The man who fell on earth” personal, cosa que, definitivamente, no fue. La fotografía es horrenda, y los valores técnicos sufren con crudeza los efectos de los citados problemas económicos, aunque el diseño del traje del visitante es realmente bueno y la nave alienígena mínimamente  se defiende visualmente, potentísimos focos mediante.

Pero aún así, pese a todo, profeso un cariño especial a este artefacto. Fernando Colomo, director y alma mater del proyecto, intentó hacer algo especial en una época muy difícil para el fantástico español. Personalmente encuentro que la idea de base era bastante original, y a la tierna edad que la vi marcó profundamente al que suscribe. No obviamente al nivel de otras perlas mucho mejores y redondas, pero sí lo suficiente para que, 30 años después, la recuerde con mucho cariño incluso después de un (sufrido) segundo visionado. Y eso no es moco de pavo.  

Lo mejor: Lo bizarro de la propuesta. Algunos detalles de diseño de producción, y el encanto decididamente kitsch de todo el asunto. Los intentos de Bosé de salvar su papel de la quema.  

Lo peor: La sensación de baratillo de todo el conjunto. La evidente melopea que llevaban Kietel y Kinski, la dirección de actores, y una fotografía que daña las retinas.



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