Crítica: Amanecer Parte 2

Se acabo. El final épico prometido ha llegado y los fans de la saga Crepúsculo lo celebran con alegría y tristeza. Nos dicen adiós el vampiro Edward, la tímida mortal Bella y el licántropo Jacob. El adiós a todo un fenómeno que incluso ha llegado a eclipsar en cierta manera el final de otra popular saga, la de “Harry Potter”. De hecho, para el capítulo final se ha imitado la fórmula de la franquicia del mago dividiéndolo en dos partes.

En esta segunda parte se nos muestra la nueva condición de Bella como vampiro neófito, esposa y madre. Su hija Renesmee (Mackenzie Foy) sigue creciendo aunque a un ritmo anormal porque no se trata de una niña corriente. Es medio humana y medio vampiro. Bella Swan que ahora ha adquirido el apellido Cullen (Kristen Stewart) y Edward (Robert Pattinson), su marido, disfrutan de su hija junto a Jacob Black (Taylor Lautner), su protector, y toda la familia Cullen. Sin embargo, el clan vampiro verá amenazada su felicidad por culpa de Irina (Maggie Grace), miembro del clan de los Denali, quien observa con interés a Renesmee, llegando a la conclusión de que se trata de una niña inmortal, un humano mordido y transformado en vampiro. Esto viola las reglas de los vampiros y su castigo es la muerte porque los niños vampiros son incontrolables y muy peligrosos. Irina tiene sus razones personales para vengarse de Bella, Edward y, especialmente, Jacob, y denunciará a los Cullen ante los Volturi. Hay que recordar que el amante de Irina, el también vampiro Laurent -Edi Gathegi, personaje visto en “Luna nueva” y, en flashback, "Amanecer (Parte 1)"-, murió a manos de los licántropos. El enfrentamiento entre los dos clanes es inevitable y los Cullen deciden unirse con otros clanes a nivel mundial (aparecen clanes de Egipto, Rumanía o Irlanda) y luchar por Renesmee, con la ayuda también de los licántropos.

Los aspectos más interesantes de esta entrega son la nueva Bella y su hija, y la apoteósica lucha final. Bella convertida finalmente en una vampiro se nos muestra con un aspecto más maduro y salvaje. En una secuencia vemos como está apunto de atacar a un humano dejándose llevar por su sed de sangre para después, instruida por Edward, elegir a un lince como presa. También podemos apreciar a través de los ojos de Bella lo que sienten y ven los vampiros; como aprecian hasta el mínimo detalle de lo que les rodea. Lo hermoso que resulta ser vampiro. Esta es otra de las libertades que se ha tomado la escritora Stephenie Meyer a la hora de relatar el vampirismo en su novela. Hay que recordar que en Crepúsculo los vampiros brillan a la luz del día, parecen tolerar el sol, el ajo y los crucifijos, no duermen y, algunos, tienen poderes mágicos como predecir el futuro o leer la mente.

En cuanto a la gran batalla contra los Volturi no decepciona a sus fans viendo en todo su esplendor la fuerza de cada vampiro y licántropo, y su destino. Sin embargo, para el resto de espectadores menos seguidores de la novela y de la franquicia cinematográfica puede que una lucha más sanguinaria y espectacular en el choque de fuerzas entre los clanes vampiros hubiera puesto el broche de oro a esta segunda parte un poco más madura que el resto de filmes.

En el aspecto de los efectos especiales, cabe destacar el rápido crecimiento de Renesmee. Con el fin de cosechar el aspecto adecuado, la cara de la actriz de 12 años Mackenzie Foy fue insertada en una docena de intérpretes más jóvenes que ella, siguiendo la misma técnica que David Fincher empleó para rejuvenecer a Brad Pitt en “El curioso caso de Benjamin Button”.

El rodaje de Amanecer empezó el 1 de noviembre de 2010 y terminó el 15 de abril de 2011 y tuvo lugar en Baton Rouge, Luisiana; Vancouver, Canadá, y los Raleigh Studios en Baton Rouge. Bill Condon (“Dreamgirls”) se ha encargado del final de la saga tras ser descartados Sofía Coppola y Gus Van Sant. El productor Wick Godfrey planteó a Condon rodar la segunda parte de “Amanecer” en tres dimensiones con vistas a reproducir así el punto de vista vampírico de Bella y la lucha final, pero el coste y el incremento del calendario de filmación jugaron en contra de la idea.

La saga Crepúsculo ha recaudado más de 2.500 millones de dólares en todo el mundo. “Crepúsculo” recaudó 392,6 millones, “Luna nueva” 709.8 millones, “Eclipse” 698.4 millones y “Amanecer (Parte 1)” 705 millones.

El final resume la relación de Edward y Bella: Para siempre. Pero es un “para siempre, siempre” porque ambos perpetúan su amor a través del matrimonio inmortal (¿vampiros casándose?, otra libertad de la escritora). Toda una historia sobre las creencias de los mormones, la religión que procesa la novelista, vestida de un marco fantástico.

LO MENOS BUENO: Pese ha haber costado 131 millones de dólares los efectos especiales no están a la altura y en ocasiones parece que estemos ante un telefilm o una serie. Parece que gran parte del presupuesto se ha destinado a los sueldos de los protagonistas principales.