KRUEGER NOS HABLA SOBRE EL NUEVO HITO EN LA EXITOSA CARRERA DE NICOLAS CAGE: DAR (NO)VIDA AL VAMPIRO MÁS CÉLEBRE DE LA LITERATURA Y EL CELULOIDE
Vamos a partir de una base: (casi) cualquier película que incluya en su reparto a Nicolas Cage es inmediatamente motivo de mi atención. Y quiero dejar clara mi postura; no soy de esas hienas que miran al señor Cage con distancia irónica, que curiosamente serían las mismas que no sabrían apreciar lo divertido de un producto como “El insoportable peso de un tamaño descomunal” (Tom Gormican, 2022). Soy un declarado admirador del actor; de esos fans que supimos hacer la vista gorda en aquellos años de despropósitos, en los que el actor se metía en cualquier fregao que le ofrecieran, pero también de esos que no olvidan que Cage ha demostrado su valía como actor dramático, cómico o incluso como improbable héroe de acción noventero.
“Lo mejor de Renfield se encuentra en sus compases iniciales, aquellos en los que se limita a ser una comedia de terror”
También es un actor de culto, pero no por las razones que muchos consideran, sino por obras como “Corazón Salvaje” (David Lynch, 1990) o por guilty pleasures como “Furia Ciega” (Patrick Lussier, 2011). Un actor capaz de ganar un Oscar, trabajar en infectas series b direct to video y ser un freak declarado. Un genio loco, un autentico personaje. Cage es lo que debería ser una estrella de Hollywood y no Tom Cruise. Dicho lo cual, un film en el que Cage se pusiera la capa y los colmillos de Drácula era poco menos que un sueño hecho realidad.
He pasado por varias etapas en mi relación con “Renfield” (Chris Mckay, 2022): la primera fue de entusiasmo total, por lo original de la propuesta y por el cast. De ahí pase al fervor religioso, al ver las primeras fotos de la producción. Con el primer tráiler arquee una ceja: ¿Qué cojones hacían escenas de acción en medio de todo esto? El segundo tráiler, con una mayor carga de gore, simplemente me relajó. Y definitivamente, vista la película, “Renfield” es un divertimento muy entretenido, pero también muy decepcionante.
“La comedia funciona, gracias a la química de Cage y Hoult, pero las secuencias de acción no son nada del otro mundo y solamente se salvan por los arrebatos de gore”
Lo mejor de “Renfield” se encuentra en sus compases iniciales, aquellos en los que se limita a ser una comedia de terror que pone el foco en el sirviente del señor de las tinieblas. Los chistes funcionan, los homenajes sacan la sonrisa del respetable y el gore y maquillaje son maravillosos. Si la película hubiera continuado la senda de la primera media hora, sería un caramelo para todos los aficionados a las buenas historias de vampiros, pero la película decide, en una idea claramente comercial, meterse en los terrenos de John Wick, incluyendo su paleta de colores. El kung fu y el vampirismo tienen una relación que ya viene de lejos, que le pregunten a “Kung Fu contra los siete vampiros de oro” (Roy Ward Baker, 1974), pero ¿De verdad alguien pensó que quedaba bien ver a Renfield haciendo saltitos y matando mafiosos con armas improvisadas? Es una auténtica gilipollez y no lo digo en el buen sentido. Tampoco entiendo meter a la mafia en la ecuación... aunque esto tampoco supone ninguna novedad, ya lo hacía también “Sangre Fresca” (John Landis, 1992) y con mejores resultados.
“Cage disfruta cada línea de dialogo, cada homenaje a tan mítico personaje y resulta delicioso verle jugar con las posibilidades que le ofrece un papel así”
De este modo, dentro de “Renfield” terminan conviviendo un buen puñado de películas diferentes: tenemos una comedia de terror, una cinta de acción actual, una película de mafiosos, una historia de amor y una película para los fans de Nicolas Cage. El problema es que todos esos elementos se han unido con el objetivo de tener el mayor enfoque comercial posible y solamente funcionan de verdad un par de ellos. La comedia funciona, gracias a la química de Cage y Hoult, pero las secuencias de acción no son nada del otro mundo y solamente se salvan por los arrebatos de gore, que hay que reconocer son bastante salvajes. La historia de amor sobra completamente y no aporta nada a la historia (al igual que la trama de las hermanas policías…). Aunque desde luego; sí funciona como película de Nicolas Cage, de tal modo que cuando el actor no aparece en pantalla, el interés decae notablemente. Cage disfruta cada línea de dialogo, cada homenaje a tan mítico personaje y resulta delicioso verle jugar con las posibilidades que le ofrece un papel así (maravilloso es el flashback en blanco y negro y su visita a la sesión de terapia). Cage es la película y el auténtico motivo para verla.
En mi opinión, todo aquello que funcionaba en mi (defendida) “Oso Vicioso” (Elizabeth Banks, 2022) es lo que falla en “Renfield”. Su intención de ser macarra se queda en tierra de nadie, al intentar meter demasiados ingredientes en la coctelera. Si se hubieran decidido por una obra abiertamente más terrorífica, con el componente cómico inherente a la historia, estaríamos frente a un film totalmente diferente; pero han tenido que meter jodidas patadas y luchas, a ver si atraen a algún jovenzuelo ansioso de productos Marvel. Y es que me jode, enormemente, que “Renfield” termine convirtiendo a su protagonista en un héroe del montón, con lo interesante que ha sido siempre el personaje come bichos.
A pesar de que la crítica respire un aire negativo (de oportunidad perdida más bien), le planto un siete y no me duelen prendas. Os aseguro que ver a Cage envuelto en látex pringoso merece cada euro de la entrada. Al menos para este humilde escriba.