MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE LA NUEVA AVENTURA SUICIDA DE DAVID GORDON GREEN, DIRIGIENDO UNA SECUELA DEL CLÁSICO DE CABECERA DE WILLIAM FRIEDKIN
“El exorcista” (1973) no sólo es uno de los mayores iconos dentro del fantástico de todos los tiempos, sino una de las grandes obras maestras de la historia del cine. Con ella Friedkin dio el pistoletazo de salida al terror moderno a través de una historia en la que el impacto visual, la profundidad argumental y un acertadísimo retrato del alma humana, formaban un todo tan único como fascinante que ha permanecido en la retina de los espectadores generación tras generación. Un servidor, que tuvo la suerte de poder disfrutarla en pantalla grande a finales de los ochenta, con cada visionado descubre nuevas capas de complejidad e interés que hacen que la película resulte más fascinante. ¡Y mira que me la sé de memoria! “El exorcista” es un film cuasi perfecto (si es que la perfección existe dentro del mundo del arte), único e inimitable.
“cualquier comparación que podamos hacer entre la película de Friedkin y otro producto audiovisual relacionado con ella es, hasta que no se demuestre lo contrario, un ejercicio estéril”
Hago este pequeño prólogo señalando, con absoluta intencionalidad, algunas obviedades que firmaríamos la mayoría de los aficionados al cine de terror para dejar muy clara una realidad: cualquier comparación que podamos hacer entre la película de Friedkin y otro producto audiovisual relacionado con ella es, hasta que no se demuestre lo contrario, un ejercicio estéril. Vamos, que no merece la pena. La película protagonizada por Linda Blair tiene 50 años, esta en el pedestal que le corresponde y de ahí no la vamos a mover. En este sentido, avisados quedan.
Y es precisamente el cincuenta aniversario la fecha que han elegido los responsables de Blumhouse para estrenar el sexto (o séptimo según se mire) producto relacionado con la historia ideada por William Peter Blatty en los albores de los setenta. Para aquellos que se lo pregunten, les diré que además de las dos secuelas más o menos oficiales y la muy floja “El exorcista el comienzo” (2004), existe una curiosa serie de televisión fechada en 2016 y con dos temporadas (que pueden ver en Amazon Prime) y la versión de 2004 de Paul Schrader que, aunque no entre en el canon, para mi es infinitamente superior a la de Renny Harlin. En esta ocasión ha sido David Gordon Green el que, tras manufacturar la trilogía de Halloween, se ha puesto manos a la obra para resucitar una franquicia que parecía agotada.
“Alejándose totalmente del estilo de filmar de Friedkin, el director de Halloween Kills demuestra tener el pulso firme y una incuestionable capacidad narrativa”
Debo reconocer que al bueno de Gordon Green le caen unos marrones importantes. Tras recibir hostias como panes con “Halloween Ends” (2022) (incluso en esta casa fuimos muy pocos los que supimos verle ciertos valores cinematográficos), se embarca en un proyecto con el que tenía muchas cosas que perder. Desde este punto de vista, no puedo sentir más que admiración por alguien al que muchos fans de la obra de Friedkin esperaban con las uñas afiladas dispuestos a darle hasta en el carné de identidad incluso antes de la fecha de su estreno (los comentarios negativos que he llegado a leer de personas que sólo habían visto un trailer no eran normales). Con estos antecedentes hay que tener mucho valor para ponerse al frente de la película.
Debo reconocer también que el director, en la primera media hora de película, ha sabido alejarse de lo obvio y nos ha ofrecido un inicio francamente prometedor en el que se aporta el adecuado sustrato a la historia, se hace una muy buena definición psicológica de los personajes y se construyen los mimbres necesarios para encaminarnos hacia una narración compacta e inquietante. En este inicio se juega con la sutileza, se muestran emociones sinceras y se va generando una progresiva situación de suspense (toda la secuencia en el hospital) que está tan bien planteada como resuelta. Alejándose totalmente del estilo de filmar de Friedkin, el director de “Halloween Kills” (2021) demuestra tener el pulso firme y una incuestionable capacidad narrativa. Ahora bien, sobrepasado este brillante inicio, los problemas empiezan en el momento en el que entra en escena una Ellen Burstyn que, no sólo está muy mayor, sino que da toda la impresión de que no sabe muy bien lo que está haciendo por ahí. Es entonces donde la película abraza la irregularidad y los buenos momentos se dan la mano con otros que son, directamente, de vergüenza ajena. Pero vayamos por partes.
En esta ocasión no nos encontramos con una poseída, sino que son dos las niñas que sufren la maldición del diablo ¿Pazuzu? (aunque en ningún momento se nos lo dice de forma explícita, sí que en determinados instantes nos dan a entender que puede ser este el causante de todo) Uno de los aspectos más recurrentes en las películas de posesiones es que los protagonistas, por regla general, tienen traumas personales que los hacen más vulnerables a la intervención demoniaca. Es decir, el diablo huele la debilidad (emocional) de algunas personas y aprovecha esos resquicios para entrar en ellas y hacer de las suyas. Pues bien, uno de los grandes problemas de la película es que, si bien en el caso de una de las niñas entendemos perfectamente esa vulnerabilidad, en el caso de la otra todo queda terriblemente diluido. En la película nos falta que nos expliquen cosas de la otra familia, que nos den información sobre ellos para que entendamos ciertos subtextos que están hilvanados, pero no bien cosidos. Miren que soy crítico con películas que duran más de la cuenta, pero en este caso he tenido la sensación de que me faltaba información y que los guionistas han sido perezosos o, simplemente, no han sabido dar un trasfondo a unos personajes que lo necesitaban como el comer para que la película resultara coherente. A partir de esta premisa todo queda cojo y deslavazado. Y es una verdadera lástima.
“un constante coitus interruptus en el que las ideas de bombero y las lagunas de guion se dan la mano con imágenes muy potentes, ideas acertadas y un final que a mí me ha parecido original”
Por otra parte, cuando ya se ha desarrollado el conflicto, los guionistas optan por una decisión que, de puro incomprensible e innecesaria, lastra el resultado final. Y es que aquí en lugar de ofrecernos un exorcista que lleve a cabo la ceremonia, se montan una macedonia de religiones y creencias que resulta del todo ridícula. ¡Pero si hasta se sacan de la manga a una antigua monja para que haga de improvisada exorcista! Entiendo que en estos tiempos actuales lo de la igualdad y los roles de género son temas delicados, pero llegar hasta este extremo… ¿De verdad era necesario? Y se preguntarán ¿sale algún sacerdote católico expulsando al diablo? Y la respuesta es que sí, pero ya les anticipo que es el exorcista con menos carisma y más incompetente de la historia del cine (a su lado el Paul Naschy de “Exorcismo” (1975) era un referente universal) Y ese es para mí el problema: has tenido la capacidad de llevar la historia por unos terrenos distintos, has sabido, en parte, darles a los personajes una cierta profundidad… pero luego fallas en lo más básico.
La secuencia del exorcismo es tan irregular como el resto de la película. La idea es buena, la realización de Gordon Green brilla en muchos momentos y las actrices resultan creíbles… pero en determinados instantes se saca de la manga algunas ideas que parecen más propias de “El Anticristo” (1974) de Alberto de Martino que de una película filmada en el año 2023. En este momento la película es como un constante “coitus interruptus” en el que las ideas de bombero y las lagunas de guion se dan la mano con imágenes muy potentes, ideas acertadas y un final que a mí me ha parecido original. Una auténtica montaña rusa que habrá dejado bastante confundidos a no pocos espectadores. ¿Estamos ante una mala película? En absoluto. ¿Estamos ante un film estimable? Sinceramente creo que tampoco. “El exorcista: creyentes” es una película muy irregular que, a pesar de ello, tiene ciertos méritos cinematográficos. A mí me ha interesado en muchos momentos y, aunque la impresión final sea agridulce, no dejo de valorar lo bueno que nos ofrece. Además, los seguidores de la saga encontrarán un montón de huevos de Pascua y homenajes a sus predecesoras. Una lástima que no hayan sabido ofrecer una historia más sólida y consistente. Con la capacidad visual de Gordon Green hubiera sido una película mucho más estimulante.