EL RECTOR NOS HABLA SOBRE LA NUEVA SERIE DEL MCU TELEVISIVO DE DISNEY Y COMO SIEMPRE, ABRAZANDO LA CONTROVERSIA DE DISEÑO
Resulta casi poético que algo tan arraigado a la cultura popular como son los superhéroes se haya convertido en todo un termómetro del actual momento socio-cultural que nos ha tocado vivir/sufrir. En una sociedad donde la intolerancia, el cuñadismo y la falta de respeto hacia el prójimo están a la orden del día, donde la opinión, en muchas ocasiones, tiene más que ver con la pose de diseño de turno y con la imperiosa necesidad de nadar a favor de corriente, por más apestosa que esta sea, que con el criterio personal, no hacía falta saber mucho de números para sumar dos más dos y anticipar todo lo que iba a generar una propuesta como “Echo” (2023), la nueva miniserie del MCU. ¿Es tan mala como se dice o estamos ante la enésima rabieta impostada del enano gruñón?
“Muchas series nos ha dejado ya la factoría y todas ellas pensadas para distintos tipos de público, algo que entiendo, nunca ha sabido digerir la ortodoxia más rancia del fandom”
Veamos. Una serie de Disney+ protagonizada por una mujer sordomuda y originaria de los nativos americanos. Casi nada. “Amigos” del streaming, de la diabólica compañía de tito Walt, machistas, racistas, “fans” acérrimos del cine de superhéroes... el odio sistemático hacia el MCU en el que se ha instalado una parte del fandom, se magnifica aquí en lo que ha terminado resultando la tormenta perfecta para que muchos de estos especímenes puedan continuar practicando la autofagia cinematográfica. Insisto pues, ¿Es tan mala como se dice o estamos ante la enésima rabieta impostada del enano gruñón? Llegados a este punto, incluso cuesta ya discernir entre una cosa u otra. Lo que está claro es que con el MCU televisivo de Disney resulta imposible aburrirse. Bien sea por virtudes de sus productos, bien sea por las surrealistas corrientes de opinión que generan, ofreciendo en muchas ocasiones experiencias muchos más intensas que los propios shows.
“Una serie concebida para el desastre por un lado y para acariciar otras sensibilidades por el otro y creo que cumple a la perfección en ambos roles”
Si hay algo que valoro mucho de Disney es su valentía a la hora de interpretar y plasmar el MCU. Mientras la compañía ha apostado descaradamente por el fan service para abordar una franquicia como la de “Star Wars” (opción que disfruto también como el que más), en lo que refiere a Marvel ha optado por todo lo contrario, por ofrecer productos arriesgados y apostar siempre por la diversidad. Muchas series nos ha dejado ya la factoría y todas ellas pensadas para distintos tipos de público, algo que entiendo, nunca ha sabido digerir la ortodoxia más rancia del fandom. Con mejores o peores resultados, la plataforma ha estrenado desde su nacimiento shows que no tienen absolutamente nada que ver entre ellos más allá de su evidente denominador común.
Si ponemos sobre la mesa títulos como “Wandavisión” (2021), “Ojo de Halcón” (2021), “Loki” (2021-2023), “Ms.Marvel” (2022), “Hulka” (2022) o “Invasión Secreta” (2023), resulta sencillo entender el objetivo buscado. El fantástico más puro, la ciencia ficción, el cine adolescente, la sitcom, el thriller... un amplio abanico de oferta para conectar con el más amplio espectro de público posible, dando como resultado un universo televisivo mucho más rico y complejo de lo que se haya podido ver en el cine, mucho más centrado en apostar sobre seguro y enfocar sus propuestas hacia un perfil de espectador mucho más específico.
“Los cinco raquíticos capítulos no dan para mucho en clave narrativa y a la vez, contiene bastantes partes de relleno que no llevan a ninguna parte, sacrificando en exceso un reverso lúdico donde brilla”
“Echo” (2024) es un ejemplo aplastantemente gráfico de esto. Una serie concebida para el desastre por un lado y para acariciar otras sensibilidades por el otro y creo que cumple a la perfección en ambos roles. Soy el primero al que la propuesta le ha dejado bastante frío y en este caso no era un tema de expectativas, pues directamente no las tenía. “Ojo de Halcón” es sin lugar a dudas una de las grandes series de Disney, tan solo un escalón por debajo de esas joyas de la corona que son “Wandavision” y “Loki”, hasta la fecha, el incuestionable techo de la andadura televisiva de Marvel, junto, por supuesto, al “Daredevil” de Netflix y al menos para el que escribe estas líneas, Maya Lopez no era precisamente el personaje más interesante. Era escéptico pues con lo que podía ofrecer una serie dedicada al personaje y a la postre, todo a ocurrido más o menos como yo esperaba.
Vaya por delante que no soy gran fan del formato miniserie. Vista “Echo”, menos. Los cinco raquíticos capítulos no dan para mucho en clave narrativa y a la vez, contiene bastantes partes de relleno que no llevan a ninguna parte, sacrificando en exceso un reverso lúdico donde brilla (los personajes de Graham Greene y Cody Lightning resultan adorables) . Condensar el show en un largometraje de dos horas, recortando cháchara y potenciando sus puntos fuertes, que no son otros que sus fantásticas (y escasas) secuencias de acción, hubieran ofrecido una experiencia mucho más satisfactoria. Esto no quita que “Echo” sea en su conjunto un título disfrutable, tiene sus momentos. Como digo, la acción es de primer nivel (especial mención a la pelea inicial con cierto guest star, la cual posiblemente ya justifique mamarse los cinco capítulos completos), Alaqua Cox, actriz sordomuda en la vida real termina llegando al corazón pese a las reticencias iniciales y por supuesto, la descomunal presencia de Vincent D´Onofrio como Kingpin a modo de aperitivo de lo que nos espera en la nueva andadura del diablo rojo.
El uso del elemento fantástico no deja de ser una excusa para la inclusión de la cultura de los nativos americanos en la historia de una manera más gráfica, algo pienso se podría haber abordado desde otra perspectiva digamos, más “sobria”, cuando precisamente el show le otorga gran peso específico a la vertiente dramática. Chirría bastante compaginar miserias familiares y profundas cicatrices psicológicas, con féminas ancestrales de poderes sobrenaturales y demás parafernalia étnica que, en más de una ocasión flirtea con la parodia (ojito a la esperpéntica resolución). Todo lo contrario que ocurre con el trato que la serie le otorga a la minusvalía de la protagonista, no solo integrada de manera creíble dentro de la trama, también dándole al show un tono intimista y muy personal. Estamos por tanto ante otra serie de Marvel que hay que ver, ya sea para odiarla, amarla o simplemente, pasar un rato entretenido, algo que creo, “Echo”, acomodada por (de)méritos en la clase media-baja del MCU televisivo, ofrece sin necesidad de mucho alarde a poco que te interese alguno de sus personajes principales... y la respuesta es NO, no es tan mala como se dice. Vaselina pues para el enano gruñón y demás fauna selvática.
Lo mejor: Lo atípica de su heroína y el uso de la minusvalía como elemento narrativo. Vincent D´Onofrio y que Disney siga apostando por este tipo de productos pese a la certeza de que no gustarán a todo el mundo.
Lo peor: El elemento fantástico sobra, no explota su principal virtud (la acción) y el formato miniserie no le sienta nada bien.