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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Dark Skies (Los Elegidos)

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Debo confesar que yo tengo un familiar que dice haber sido abducido. Pasó hace muchos años, muchos años atrás. No estoy bromeando, es así. Él cree que durante un trayecto en coche que siempre hacía en un determinado tiempo, en una ocasión llegó a su destino en la mitad de ese tiempo y no recuerda nada del viaje. Después de documentarse mucho (“documentarse”), quiso creer que su camioneta y él habían sido abducidos. A pesar de que puede parecer una historia absurda, ha mantenido conversaciones con ‘especialistas’ en la materia y yo sólo puedo maravillarme ante la energía y la convicción de sus sentimientos. Su vivencia llena de impotencia ante el no saber qué pasó casi hacen que olvides por un momento que los extraterrestres no existen o que sí existen, realmente no lo sabemos. Y cómo él, toda esa gente que llena de dolor intenta compartir el trauma de lo que pasaron o lo que creen que pasaron.

“Dark Skies” es la película más reciente sobre invasión alienígena, aunque no se dé tanto una invasión a gran escala si no una invasión más personal. Aunque ya hay ciertos críticos de alto copete que anuncian que será terrible (esto ya sin haberla visto), la cinta; además de estar montada de una manera espectacular, tiene esas pinceladas de melancolía que los supervivientes de una experiencia alien comentan.

Una típica madre de los suburbios acomodados americanos más marido (Keri Russell y Josh Hamilton) empiezan a notar extraños sucesos dentro y alrededor de su casa. Pájaros, montones de ellos; chocan violentamente contra la fachada un día sin venir a qué [Ojo, porque yo aquí ya hubiera muerto de miedo], majando los cristales y dejando rastros de sangre sobre las límpidas ventanas. Al padre le aparecen sarpullidos raros, le sangra la nariz. A la madre, que vende casas; le da un colapso nervioso mientras enseña una casa y se despierta seis horas después sin recordar cómo ha llegado allí. Como toda buena familia de bien, tienen dos vástagos, el menor (Kadan Rockett), parece que tiene unos seis años, y sufre de unos sueños extraños donde presencias poco amigables le visitan y le cuentan cosicas, cosicas que no molan. El más mayor (Dakota Goyo) parece el más inmune a estos misteriosos derroteros, pero podría ser porqué está más preocupado por otros temas, que es teenager y hay una chica que le hace tilín, también porque ha empezado a ver un poquito de porno en casa de un amigo un poco más mayor que él que le mete en la cabeza ideas confusas sobre el amor y sobre la vecina que le gusta al chiquitín (Annie Thurman, que parece la hermana pequeña de Emma Stone).

Los elementos básicos de la trama los hemos visto ya mil veces, incluso mil y una. Pero es que Scott Stewart, director y guionista de la cinta; también. Ha trabajado en el sector de los efectos visuales muchos años y ya había dirigido dos cintas de terror/fantasía: Priest y Legion, ambas con Paul Bettany. Dark Skies está llena de homenajes, obvios pero astutos; a películas como Poltergesit, Los pájaros y la reciente franquicia Paranormal Activity, entre otras; pero quizá su mayor deuda se la deba a aquella casi política peli de terror de 1987 donde Joseph Ruben nos cuenta como una familia de ensueño puede ser una auténtica pesadilla, El padrastro.

En Dark Skies no todos los enemigos naturales de la familia vienen de fuera de la casa. Hamilton es arquitecto y ha estado trabajando mucho fuera de casa y aunque Russell ha estado intentando apoyarle, se puede ver que la situación se sostiene por hilos. Y Goyo está en esa etapa adolescente en guerra contra su propio cuerpo: un momento está como enfadado y al minuto siguiente sale eufórico, sobre todo tras un encuentro romántico con la vecina – acaba de anochecer y vuelve a casa en bicicleta escuchando una canción indie a tope, para él y para nosotros.

Pero a medida que se acerca a la casa familiar, la oscuridad le va envolviendo; y casi podríamos decir que literalmente. Se hace uso de unos trucos hábiles y efectivos en Dark Skies: cuando Hamilton configura seis cámaras de seguridad, suficientes para cubrir cada habitación de la casa, se sienta ante el monitor dividido eficazmente en seis pantallas y podemos ver lo que pasa simultáneamente en cada sala excepto cuando no podemos verlo (es como lo que se le ocurriría a De Palma si tuviera seis ojos en vez de dos). Stewart corta cuando parece que vas a ver algo terrible, y deja la cámara merodeando incluso cuando parece que estamos robando un ápice de lo que sea que está en la casa y que la ha escogido como su placa de Petri personal.

Dark Skies es una cinta sobrenatural pero es más como algo súper natural: es una historia de a pie. Habla sobre la santidad de la familia irónicamente, una declaración sarcástica sobre la habilidad de un clan para sobrevivir a cualquier cosa permaneciendo unidos (aunque creas que esto es a lo que película se dirige en la escena donde el maravilloso J.K. Simmons hace un cameo como especialista en alienígenas y cosas-locas-del-c***). Por encima de todo, Dark Skies habla sobre la fragilidad de la familia, una meditación muda sobre su belleza. Stewart ni siquiera elige un final sencillo, quizá porque en las familias (como concepto) no hay finales, siempre que siga habiendo gente para recordar a aquellos que vivieron antes. Dark Skies no argumenta a favor de la existencia de vida extraterrestre, pero afirma que los cineastas que trabajan con sus ojos, sus corazones y sobretodo sus cerebros todavía pueden caminar entre nosotros. Y podéis creerlo, aunque haya gente que se ría de vosotros.



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