¿Quien le iba a decir a uno que volvería a ver al bueno de Arnold Schwarzenegger meterse en la piel y el acero de un T-800? Pues si amigos, a veces la vida, nos sorprende para bien y 30 años después de que se estrenara la primera película de la saga: “Terminator” (Terminator”, James Cameron, 1984), título de culto de la ciencia ficción, la apocalíptica franquicia regresa a nuestro tiempo para resucitar la guerra entre humanos y máquinas. Por cierto, a quien no le guste la sopa, tres cazos, pues para más inri, lo hace en forma de trilogia. ¿Que más se puede pedir?
Avalada por una longeva vida plagada de grandes películas, donde la a priori insuperable cinta original de Cameron, casi muerde el polvo ante una secuela, “Terminator 2: El Juicio Final” (“Terminator 2: Judgment Day”, James Cameron, 1991) la cual manteniendo el nivel de calidad del libreto de su predecesora, añadía además unos FX revolucionarios, convirtiéndola automáticamente, de nuevo, en una nueva cinta de culto, además de encumbrar a un desconocido y pipiolo Edward Furlong, como uno de los sex simbol adolescentes del momento (quien le iba a decir al rebelde John Connor, lo lamentable que iba a ser el resto de su carrera... a excepción claro está, de la fabulosa “Juego Mortal” (“Brainscan”, John Flynn, 1994)).
Doce años más tarde, la saga alcanza su momento más controvertido con una tercera entrega que dividió a todos los incondicionales de la misma. “Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas” (“Terminator 3: Rise of the Machines”, Jonathan Mostow, 2003), reinventaba la franquicia enfundando por primera vez a una mujer (Kristanna Loken) en el exoesqueleto de turno y de paso, dándole un nuevo rostro al antaño idolatrado John Connor, testigo recogido por un nefasto Nick Stahl, quien desvirtuó al personaje hasta límites insospechados. De todas formas y pese al evidente bajón de nivel, la cinta resultó de lo más disfrutable.
Nuevo subidón con la estupenda “Terminator Salvation” (“Terminator Salvation”, McG, 2009), donde la acción se desarrollaba íntegramente en el futuro y se añadían nuevos e interesantes personajes a la trama, como el de Marcus Wright (Sam Worthington) y donde el abanderado de la libertad de la raza humana, volvía a tener un rostro en condiciones, el de Christian Bale (todo un experto en recuperar la dignidad de personajes en horas bajas. Rambién lo haría con Batman en la insuperable trilogía de Nolan).
Bien. Pues esta quinta parte, nos llega a modo de reboot y como inicio de una nueva trilogía, donde el hidalgo y héroe del cine de acción de los ochenta, Arnold Schwarzenegger, quien ya nos ha regalado interesantes títulos en su regreso al cine que nunca, debió abandonar, tras su aventura en la política Texana (véanse “El Último Desafío” o “Plan de Escape”), regresa por sus fueros tras el cameo digital de la anterior película, para volver a poner pollas duras con su chupa de cuero y sus míticas gafas de sol para protagonizar esta nueva andadura junto a Emilia Clarke (Sarah Connor), Jai Courtney (Kyle Reese), Jason Clarke (John Connor) y el “doctorado” Matt Smith. Poco más se puede añadir... ahí os dejamos el pedazo de trailer de "Terminator: Genisys" para ir haciendo boca.