La oscuridad se acerca
Hace aproximadamente siete años, Christophe Gans llevó a la gran pantalla aquella aventura gráfica que acojonó a todo buen aficionado a los videojuegos (entre los que yo no me encuentro, me temo), cosechando opiniones de todos los colores. Particularmente, he de decir que a mi me gustó BASTANTE, y que cumplió con lo que yo, en su día, esperé de esa adaptación.
En 2012, se da a luz a la segunda parte de esta franquicia (sí, esto tiene pinta de que aún nos quedan mas partes por disfrutar/ sufrir- según el espectador-). La historia, aparentemente continúa donde se la dejó (ejem, ejem, ejem), aunque lo que se adapta en esta ocasión, es la tercera parte del videojuego, y otra cosita para no llevarnos a engaño, aquí, la historia es lo de menos.
Volvemos a Silent Hill, lo hacemos expectantes, ¿qué habrá detrás de esa niebla provocada por la ceniza? Se nos promete una revelación, "innovan" (yeeeeejaaaaaaahhhh) con el 3D (que odio profundamente), y yo me pongo a temblar ante la presencia, de nuevo, de actores conocidos (algo, que por lo general, suele tener un resultado poco satisfactorio en las películas de terror). Shhhhhhhhhhh, la oscuridad se acerca...
Sharon y su padre deberán escapar de aquellos que quieren llevarles a Silent Hill. Este, señores y señoras, es el argumento, ni más ni menos, porque si profundizo más, os aseguro que no vais a entender nada, o en su defecto, me veo reescribiendo el guión para darle algo de sentido, y yo escribiendo guiones soy de las que se saltan las reglas establecidas, así que mejor que sepáis cuatro pinceladas de este "guión", porque como decía, aquí no es lo importante.
Si la oscuridad está constantemente presente en todo el metraje, ni os imagináis lo que lo está en el caótico guión, de hecho, la oscuridad en sí es el propio guión, que desde el principio va haciendo que saquemos conclusiones mas fantásticas que el viaje de Otto a la tierra de Thirk siguiendo las baldosas amarillas para nada...A ver si logro hacerlo...basicamente, la orden del Valtiel, que vive en Silent Hill ( dimensión diabólica de la que deberíamos escapar como de la peste , y a la que, en realidad, a todos nos gustaría ir de vacaciones), necesitan a Sharon ( Adelaide Clemens, nuestra rubia protagonista), para completar la identidad de Alessa (que no es lo mismo que Aleshka, una rusa preciosa que conozco...), y así acabar con ella, ya que es ella el mayor símbolo del mal en aquellos lares, y somete a una tortura continua a sus habitantes como venganza a lo que en su día le hicieron pasar a ella.
Veamos, lo sobrenatural está servido en un precioso plato de plata con bordes brocados, con una cubertería elegantísima, y una mantelería que es una auténtica maravilla, el hambre es voraz, pero resulta que la comida, aquella que contiene ese plato tan bien decorado, está absolutamente helada. Así que todo este rollo de los mundos paralelos, no sirve realmente de nada si el espectador no es capaz de entender los saltos espaciotemporales y no se siente con la fuerza de recomponer algo que no encaja por ninguna parte, todo esto no sirve de mucho, si no te puedes explicar los motivos de las decisiones de los personajes, y no es que seamos cortitos (oye, que también se da el caso, pero no tan exagerado...), es que el guión es tan directo, tan rápido, tan atropellado y tan vacío a la vez, que intenta explicar mil cosas por minuto y no termina de explicar ninguna. MAL
La oscuridad se acerca
Pero no nos engañemos, amiguitos, podríamos decir que si una propuesta de terror como esta, no tiene un buen guión que lo sustente, se convierte en una experiencia vacía, sin alma, en un cúmulo de imágenes mas o menos impresionantes que no alimentan la parte mas artística de nuestro yo (esperad que me ajusto un poco más estas gafas de pasta negra que llevo puestas ahora mismo). Eso podríamos decir, ¿verdad? Por poder, podríamos, pero la realidad que todos conocemos es bien distinta, nosotros, los que hemos sido agraciados con la infernal bendición del placer visual de la sangre y lo grotesco, disfrutamos como cerdos en el barro cuando vemos imágenes que perduran más de cinco segundos en nuestro cerebro, o cuando el espectáculo visual que se nos ofrece es tan atractivo que nos atrapa por completo, y justamente ahí entra "Silent Hill 2 : Revelation" y toda su oscuridad. Eso es lo que realmente ofrece Silent Hill. Los que habéis jugado a los videojuegos sabéis cómo se las gasta ese lugar maldito. Los que no lo habéis hecho pero habéis visto la primera entrega, podéis intuir por donde irán los tiros (pum, pum, pum), y los que no habéis hecho ni una cosa ni la otra, pues tranquilos que yo os lo cuento.
La oscuridad se acerca
Silent Hill, o el contrauniverso, es suciedad, dolor, rabia, maldad, ira, miedo, frustración, sumisión, sangre, poder, incertidumbre, carne, fuego, asfixia, espera y cenizas, y os preguntaréis muy curiosos ¿todo esto se puede plasmar en imágenes?, y la respuesta es Sí, se puede, y en esta segunda entrega, me atrevería a decir que es incluso mas espectacular en algunas ocasiones que en la primera (de la que os aseguro que no tengo queja alguna en este aspecto).
El caso es que lo que verdaderamente merece la pena de "Silent Hill 2: Revelation" es precisamente Silent Hill, ni la historia, ni los actores, ni el desenlace, sólo silent Hill y lo que este pueblecito proporciona, que para mi, justifica sin ninguna duda su visionado. Las revelaciones no llegan, pero ver a Pyramid head de nuevo es grandioso, y mas allá de las enfermeras asesinas que todo el mundo recuerda, tenemos unos paisajes desoladores y terroríficos, que realmente no inventan nada, pero que son tan grotescamente bellos, que hacen que la hora y media de duración de la película se pase en un suspiro y que deje un sabor de boca muy agradable.
La oscuridad se acerca
La oscuridad en el apartado técnico está bastante conseguida, véase un maquillaje tremendo, unos planos adecuados, una banda sonora (como suele ser una constante en propuestas así) muy acorde con las imágenes que se suceden, y unos efectos que, por lo general, dibujan una sonrisa en los labios, y aunque hay algo de CGI del chungo (Blame the fucking 3D!!!!), no es demasiado llamativo, así que , en este aspecto, ya os digo yo que la película aprueba con creces.
Si hablamos de actuaciones, pese a que encontramos una breve aparición de Malcom McDowell haciendo de Malcolm McDowell, son bastante oscuras y planas. Es bastante decadente ver cómo Carrie -Ann Moss, se convierte en la sosura infinita, y Sean Bean (Eddard Stark en "Juego de Tronos" o Boromir en "El señor de los anillos) no hace ni el mas mínimo esfuerzo por resultar creíble, claro que no le culpo, porque el vacío en el guión es tal, que haber hecho algo potable en este aspecto, hubiera sido un esfuerzo casi sobrehumano...
Y dime Missterror, ¿el desenlace me va a gustar? Pues me alegra que me hagas esta pregunta, querido lector, porque me veo en la obligación moral de decir que NO, el desenlace es imposible que le guste a alguien, porque la batalla final es una de las cosas mas ridículas que he visto en tiempo, la conclusión es absurda y todo es tan sumamente precipitado, que solo puedes preguntarte "¿tanto, tanto, tanto para esto? ¿en serio?" , pero aún así, insisto en que merece la pena darle una oportunidad a esta segunda parte.
No, no es una buena película, pero todos sabemos a lo que venimos, así que dejad que la oscuridad invada vuestros hogares, apagad la luz, subid el volumen y dadle al play, disfrutar ya os digo yo que vais a disfrutar. Y todos los que tengan oportunidad de verla en el cine, me parece una buena manera de pasar una hora y media entretenidos, ya sabéis a lo que vais, así que sorpresas poquitas, sólo imágenes y la satisfacción de no sentirse engañados con una propuesta que no promete nada, porque nada puede cumplir.