Si todavía hoy en día hay una peli que me acojona ésta es sin lugar a dudas “El Exorcista”. El tema demonios/espíritus/fantasmas es el tema que más canguelo me da. Experiencias personales, educación colegial católica, bautizado, con la comunión y la confirmación realizadas y con, para más inri, también educación familiar con creencia en Dios supongo que me han dejado huella y que en mi cabeza hay una lucha entre la fe y el ateismo más puro.
Siempre he tenido la mente muy imaginativa y uno de mis libros preferidos es la Biblia. Creo que es como un mundo de Tolkien pero con la fuerza suficiente como para mover toda una civilización hacía a veces una gran bondad pero muchas otras veces hacía su propia autodestrucción.
Por eso creo que “El Exorcista” es más que una película de terror o LA película de terror por excelencia. Tiene la misma lucha que tiene mi cabeza interpretada por diferentes actores, en este caso podría aplicárseme a personalidades.
Esperad que voy por las pastillas…
Bien, ya estoy de vuelta. Será una crítica corta donde escarbaré un poco en una conversación que tienen el padre Merrin y el padre Karras mientras hacen una pausa en el exorcismo. No citaré el guión porque no me acuerdo, pero sí que más o menos el padre Karras le preguntaba al erudito del porqué el demonio había escogido a una niña tan inocente como aquella. Obtiene como respuesta que el demonio, que es más sabio por viejo que por diablo, ponía a prueba la voluntad de las personas y su fe en un Dios que permite que pasen estas cosas.
Ya que sale la palabra fe dejadme hacer una pausa aquí y contaros, para quien no lo sepa, la historia de Job y su fe en Dios.
Job era un campesino honrado y creyente. Un día, Dios y el Diablo tuvieron una conversación y Dios le dijo:
Verás la fe que tienen puesta en mí. Y te lo demostraré con este pardillo.
Así que primero, le quitó los campos, luego el ganado y la casa pero Job seguía creyendo en Dios. Luego con todo su poder éste le quitó la mujer y los hijos y Job seguía creyendo en él. De ahí la expresión: ser más paciente que Job. Hubiera sido yo y la expresión hubiera sido la de: ¡Me cago de Dios y su puta madre!
Bien, después de esta pausa retomemos el hilo conductor de la crítica o de mi pequeña tesis teológica. Soy católico no creyente y me habré leído la Biblia un par de veces entera y un montón de pasajes sueltos. Me interesa como libro de fantasía, llena de metáforas y de cómo el ser humano puede tergiversar lo escrito y hacer creer a miles de personas lo que a unos pocos les interesa. Expulsado de catequesis, como ángel expulsado del cielo, en más de una ocasión por cuestionar los escritos y que el cura no supiera responderme, siempre estoy cuestionando si realmente Dios, ya no me meto si existe o no y pongo el caso en que existe, es tan bueno y bondadoso como se nos quiere vender. Joder, solo hace falta ver que le hizo a Job. Pero no es el único que sufrió la ira de Dios: La torre de Babel, Sodoma y Gomorra, la gran inundación… Siempre tocando los cojones. Pero lo que más entristece en la historia es lo que les hizo a los ángeles, su primera creación. Su primer amor. Al principio muy bien, pero luego hizo a los humanos y dejó a los ángeles a un lado. Eso no les entusiasmó mucho a algunos ángeles y liderados por Lucifer emprendieron la guerra en el cielo, siendo este último vencido y expulsado al infierno.
Lo más curioso de todo es que Lucifer significa “el portador de la luz”. Por tanto ¿realmente venció el bueno? No creo, ya se sabe que la historia la escriben los vencedores, Lucifer luchaba por un amor perdido de un niño malcriado y creo que en la conversación de Merrin y Karras queda bien reflejada. Ya que nos da a entender que ahora nosotros somos esos ángeles ya no amados. Y los demonios están ahí para hacernos entender, para abrirnos los ojos. Un día leí que el nacimiento del Anticristo no sería malo, al contrario. Terminaría con el reinado de Dios y una era de prosperidad se alzaría en pos del hombre, la era de la luz. Pero quien sabe, leyendas, mitos, cuentos de niños… Soy un cúmulo de contradicciones, por una parte creo que haya todo esto pero por otra parte soy totalmente ateo. Pero bueno, también creo que en una época había dragones y todo eso…
Esperad que voy a por otra pastilla…
Parece ser que me he alejado de “El Exorcista” con tanta palabra. Pero si lo examinamos un poco no estoy tan lejos. El ateísmo y la creencia son las dos partes fundamentales en las que se basan la película. Los doctores buscando cualquier nombre a una enfermedad sucumbiendo finalmente a la opción del exorcismo, pero en plan placebo, los curas que tienen que tener pruebas irrefutables de que realmente alguien está poseído. Solo fijarnos en la primera impresión de Karras, que es la de que habría que ingresar a la niña en el mejor centro para previa investigación.
Pero que cojones. Es “El Exorcista” y aquí no valen los ateísmos. Reagan está poseída por un demonio que hasta la segunda parte no desvela su nombre auténtico, aquí se hace llamar el Capitán Howdy, y la figura que demuestra que todo existe reside en el mejor personaje de todos los tiempos: el padre Merrin. Un tipo que ya se había enfrentado al mismo demonio años atrás y que ahora un poco más viejete vuelve a la carga, pero…
Pero falla. El demonio es más fuerte que su espíritu, es más fuerte que la fe de Karras que solo es capaz de sacarle del cuerpo de la niña a través de la ira no de la religión. En definitiva el demonio vence y lo más curioso es que ya lo predice desde un buen comienzo de la película.
Moraleja: No esperéis milagros. No existen. Estamos solos.
Para terminar este comentario me gustaría dejaros un enlace muy interesante sobre la verdadera historia en la que está inspirada “El Exorcista”. ¿Una noticia sensacionalista, una enfermedad de paranoia social o es que realmente existe el demonio?
Elijan ustedes.
De vez en cuando me gusta señalar algo de la película que me parece de una gran labor cinematográfica. En este caso es el efecto del “Tubular Bells” de Mike Oldfield. Si nos fijamos bien solo sale durante 30 segundos, puede que menos. Es el paseo que da la madre de Reagan de vuelta a casa antes de que todo empiece, sería algo así como la calma antes de la tormenta. Una bonita imagen con una música que presagia que algo va a cambiar.
Y realmente mi vida cambió después de ver esta obra maestra.