Se acerca el verano, se acerca peligrosamente, y puede gustarte más o menos, puedes ser del tipo vampiro de más allá del muro que prefiere mil millones de veces antes el frío al calor, o puedes ser del tipo "el sol me llena de energía" y sentirte feliz cada vez que salen los rayos abrasadores, sentado en un banco mirando al cielo con los ojos cerrados. Seas como seas, todos tenemos un denominador común en esta época, que es el hecho de que una vez que se acerca el verano, se acercan también muy sonrientes los mosquitos, y seas de preferencia verano o de preferencia invierno, lo que está claro es que estos mosquititos nos van a devorar a picaduras y, amiguitos, la molesta sensación de piel irritada, la roncha pequeña que al contacto con nuestra uña y su fricción se convierte en el señor de los ronchones, nos va a acompañar unos cuantos meses, mientras nos engañamos pensando "Bah, es sólo una picadura".
Todo esto lo recuerdo para crear el pánico que se merece esta estación porque ultimamente la maldad se ha apoderado de mi, y para presentaros "Bite", o la última monster movie con cara y ojos y, claro, pústulas también. "Bite" es una serie B de modesto contenido que se la juega todo a una carta, a la de la conversión del humano en monstruo y los generosos efectos especiales, algo bastante común a este subgénero, porque no hace falta recordar que una obra magna como "La Mosca" ya está rodada y al final, lo que el público demanda es baba y viscosidad.
Dicho y hecho, "Bite" apuesta por un camino de arenas movedizas, pero al menos tiene la suficiente cabeza como para no moverse intentando salir del lodo, "Bite" se queda quieta esperando ayuda y eso le funciona, pues el hecho de que el guión deje unos agujeros más grandes que la mordedura de algún animal gigante salido de "El Alimento de los Dioses", no perjudica en demasía un resultado que apuntaba desde el principio a otro lado, el de la transformación.
Os hablo un poquitín de la historia para que nos pongamos todos en situación: tres amigas estadounidenses viajan a centroamérica para celebrar la despedida de soltera de una de ellas, Casey ( Elma Begovic). Allí, entre juerga y juerga, en un baño furtivo en una zona prohibida para turistas, Casey es mordida por un bicho. Cuando regresan a casa, la realidad de la nueva vida que va a emprender hace que su mundo se venga abajo y Casey comienza a experimentar cambios físicos que determinarán dramáticamente su destino.
Obviamente, como todos habréis deducido cuando habéis leído un poco más arriba "monster movie", el final está claro sin necesidad de ver la película. Sabéis que solo hay dos maneras de hacer esto: con bicho gigante asesino que se las sabe todas ("Stung" por poner un ejemplo reciente), o con transformación humano-bicho ( "La Mosca"). Una vez decidido el camino que se recorrerá, la diferencia entre lo notable y lo mediocre la marcará el guión, así como la diferencia entre lo entretenido y el fracaso, la marcará el desarrollo del personaje, la evolución más física. De "Bite" se puede decir que es una cinta mediocre con una evolución de personaje fantástica que termina siendo bastante disfrutable por los momentos tan desagradables que nos regala y la poca importancia que se da a sí misma, más allá de la parte puramente estética (como ocurría en "Thanatomorphose").
En general a las monster movies las valoramos por lo grotesco del asunto, y como tal, "Bite" no escatima en jugosidad y ofrece una de las transformaciones más cuidadas y desagradables (en el buen sentido, claro) de cuantas hayamos visto, porque en esto, la tendencia es siempre a la mejora y siempre que haya un buen maquillaje de por medio, este factor asegura el aprobado holgado.
A partir de aquí, uno se puede preguntar por qué se cuidan tan poco los guiones, por qué no hay origen ni objetivo, por qué sólo hay desarrollo, pero entonces hablaríamos de otro tipo de películas y dejaríamos de centrarnos en las huevas, las pústulas, los fluídos, el carácter siniestro del nido, los efectos sonoros y el instinto depredador, que en realidad es lo que se espera que destaque en "Bite". Entendiendo pues que el mordisco es lo que destaca y lo que alimenta cada minuto de metraje, "Bite" se disfruta, y aunque siempre te queda el amargor de creer que dará un pasito más que nunca da, en su subgénero de películas de transformaciones insectiles más reciente, es de lo más curioso y entretenido que vamos a ver.
Ya voy sintiendo el verano, pero yo estoy tranquila, porque también existen otros dos tipos de personas: las que sufren las picaduras de los mosquitos de manera abusiva, y las que tenemos la suerte de tener una sangre muy poco apetecible para estos insectos. La mía parece ser que les repele y nunca me pican, así que permaneceré en la sombra escuchándoos a vosotros pronunciar la siguiente frase una y otra vez: "Bah, es sólo una picadura".