Siempre, o en la mayoría de los casos, que se recibe lo que se espera, independientemente del valor que tenga ese oscuro objeto del deseo, lo abundante o escaso que sea o el tiempo que nos ha llevado conseguirlo, se obtiene satisfacción, por lo que esta producción nipona dejará satisfechos a todos aquellos que esperen una torture porn grotesca (entiéndase aquí por grotesca: grosera, de mal gusto y extravagante).
La historia es muy simple (aunque tampoco se necesita mucho más en este tipo de género): un tipo, probablemente un “mad doctor” desequilibrado debido a traumas infantiles o algún tipo de defecto, secuestra a una pareja después de que estos disfruten de su primera cita y los encierra en un cuarto donde les realizará todas las “perrerías” inimaginables (humillaciones, violaciones, torturas, amputaciones, etc.). Sencillo, directo, brutal y sin concesiones (deleite para unos pocos que sólo busquen emociones fuertes sin más, tortura insoportable para el resto).
Se ha comparado Grotesque (cuyo título original es Gurotesuku) con producciones como Hostel o Saw, pero hay que dejar bien claro que salvo el gusto por lo malsano, la sangre y la violencia (más o menos explícita), poco o nada tiene que ver con las mencionadas producciones estadounidenses. Yo, personalmente, la emparentaría con las películas gore japoneses de los ochenta conocidas como Guinea Pig, despojada de todo artificio (salvo en un momento puntual) y centrada básicamente en lo explícito de la violencia y con cierto aire o toque del Gran Guiñol (sobre todo en su fase final).
La película está dirigida por Koji Shiraishi, el cual no escatima en mostrar de forma casi pornográfica todas las vejaciones que dicho “mad doctor” le infringe a unos inocentes jóvenes, poniendo a prueba los límites de aguante ante semejante cúmulo de salvajadas a los espectadores del film (a muchos, sus 75 minutos de duración se les harán insoportables, sin duda es un espectáculo para onanistas de la violencia extrema). A pesar de lo mencionado, tampoco muestra nada que no se haya visto (y algunos, disfrutado) ya en una película. Con toda seguridad es una cinta que suscitará, como muchas otras ya lo han hecho (Saló, A Serbian Film, Holocausto Caníbal, Aftermath, Nekromantik, etc.), el eterno debate del límite entre lo artístico y lo execrable o enfermizo.
Aunque Grotesque es una producción de bajo presupuesto, la fotografía y los efectos visuales y de maquillaje son soberbios y la planificación de las escenas es superior a lo que tiene acostumbrado a deparar el género, lo que contribuye a generar malestar en el espectador por la sensación de realidad malsana que transmite, encontrándose todo esto en el lado destacable. En el lado opuesto del espejo, la parte negativa de la función es que la película resulta en algún instante fría, distante y sin la intensidad que precisa.
Tampoco ayuda un escueto guión que intenta en ocasiones sorprendernos con giros grotescos (algunos agradecerán esos momentos y otros los consideraran innecesarios y gratuitos) y las reacciones de los protagonistas (tal vez esto sea algo cultural y los occidentales no estemos acostumbrados a ciertas reacciones que en oriente se aceptan de mejor grado). Por lo que respecta a las actuaciones, los tres protagonistas cumplen su cometido sin más.
A mí la película me ha dejado a medio camino entre el cielo y el infierno. Cumple sobradamente con la muestra de crueldad y violencia excesiva (que algunos disfrutamos en la pantalla y rechazamos y denostamos en la vida real) y además intenta hacerlo con cierta plasticidad visual, pero echo en falta el desarrollo de una idea (no pido una historia) que sea capaz de conectar todos y cada uno de los brutales instantes de forma (medianamente) coherente.
Al menos, nadie que vea esta película podrá decir que el título de la misma no resume perfectamente lo que ésta ofrece, por lo que aquellos que decidan verla que se preparen para contemplar algo verdaderamente enfermizo y GROTESCO.
Advertencia: realizad el visionado de la película en soledad y si os gusta no lo pregonéis muy alto, no sea que vuestra maltrecha reputación (como es mi caso) aún se vea más deteriorada.