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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Last Girl Standing

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En la pasada edición del festival de cine fantástico de Sitges se proyectaron dos películas que levantaron pasiones y algún odio bastante visceral entre los espectadores. Una de ellas no es otra que la notable ‘Green Room’ de Jeremy Saulnier y la otra, que acabó alzándose con el premio al mejor guión y con el premio especial del jurado es ‘The Final girls’. La cinta de Todd Strauss-Schulson narraba las aventuras de un grupo de jóvenes que al acudir a la proyección de un clásico del cine de terror protagonizada por la madre de una de las chicas, entraban dentro de la película y se convertían en unos protagonistas mas de la historia. Muchos espectadores podían llegar a pensar en la mítica ‘Scream’ por la forma en la que el director jugaba con los elementos propios del los slashers de los años ochenta. Aunque la película nos dejaba momentos realmente soberbios, un exceso de sensiblería al mostrar las relaciones entre madre e hija hacían que, al menos para mí, esta película no resultara tan redonda y entretenida como esperaba.

Benjamín R. Woody dirige y escribe una cinta que hace imposible que el espectador no se acuerde de la película de Strauss-Schulson. Las dos giran alrededor de la última superviviente de una matanza aunque desde perspectivas diferentes y por lo tanto con pretensiones muy distintas. ‘Last girl standing’ cuenta aquello que otras películas no hacen: Explica que le ocurre a la única superviviente de una matanza, los problemas a los que esta ha de enfrentarse, sus miedos y sus constantes paranoias (Muchas cintas acaban donde empieza lo mejor y eso es lo que parece que intenta evitar Woody. Recuerdo sobre todo la desastrosa ‘Mamá’ de Andres Muschietti, donde lo más interesante que sería ver a los protagonistas explicar a la policía que ha ocurrido tras la escena final de la película nos lo teníamos que imaginar…).

Igual que ocurría con ‘The final girls’ muchos espectadores podían pensar en la segunda parte de la cinta de Wes Craven al ver esta película por el hecho de mostrar a una superviviente de una matanza. Aunque Craven enseñaba en cierta manera los miedos de la protagonista, su cinta se dirigía mas hacía el cine de entretenimiento en contra de lo que hace Benjamín R. Woody cuyo intento por explorar el trauma de su protagonista hace aguas por todas partes.

‘Last girl standing’ es una película de un claro corte independiente. El director sitúa por momentos la cámara de una manera muy parecida a como lo hacia Eric England en ‘Contrated’ (Parece que Woody cambia un restaurante por una lavandería y poco más). Tanto la cinta de Woody como la de England comparten la idea de explorar la evolución de dos chicas cuya vida ha cambiado radicalmente por culpa de un hecho traumático bien sea haber sobrevivido a una terrible matanza (¿Soy el único que al ver el traje del asesino en la escena que abre esta película no se acordó de ‘Bunny, the killer thing’?) o haber sido infectada por un virus. El grupo de amigos de Camryn que no acaba de funcionar en ningún momento de la película nos traen a la memoria a esos chicos que comparten aventuras con Sarah en ‘Starry Eyes’ de Kevin Kolsch y Dennis Widmyer, por la forma en la que algunos se vuelcan con la protagonista (Danny interpretado por Noah Segan en la cinta de Kolsch y Widmyer bien podría ser Nick, el personaje al que da vida Brian Villalobos en ‘Last standing girl’) y por la manera tan radical y violenta que tienen algunos de darle la espalda (De la misma manera Erin –Fabianne Terréese- tiene su reflejo en la cinta de Woody).

Es una lastima que la buena idea que el director y guionista tiene entre manos acabe desperdiciándose por culpa de una primera parte tremendamente aburrida donde este se muestra incapaz de transmitir de forma correcta el miedo y la paronia que sufre la protagonista. La reticencia de esta a encontrarse rodeada de personas o de amigos, algo que podría haber dado mucho juego, se queda en solo una serie de comentarios y anécdotas vacías y sin fuerza, lo que refuerza la idea de que Woody sabía lo que quería pero no sabía como llevarlo a buen puerto.

El director se da cuenta de que la película que tiene entre manos no acaba por arrancar en ningún momento y la inclusión de un personaje que se acercará a la protagonista solo sirve para aumentar el despropósito general haciendo que para Woody la única manera de salvar su cinta sea irse por caminos mil veces vistos que solo consiguen que el espectador se quede con la sensación de lo grande (O al menos interesante) que pudo ser esta película y no lo es, porque detrás de ella había un director cuya torpeza a la hora de escribir y dirigir esta historia impidió que esta fuera la película que muchos esperábamos de ella.

La sensación general al ver ‘Last girl standing’ es la de estar ante una cinta tremendamente decepcionante. Una buena idea, dos claros referentes y la incapacidad de un director y guionista a la hora de crear una historia con fuerza. Tampoco la actuación de su protagonista ayuda al espectador a creerse aquello que sucede en pantalla o la manera en la que esta está intentando superar sus miedos. Una lastima que la forma en la que Benjamín R. Woody cierra su película solo refuerce la idea de que este no ha sabido que hacer con su película. Prescindible y aburrida.



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