Hace mucho tiempo ya, que al cine de terror le hemos dejado de pedir buenas (o nuevas) ideas. Dicen que ya todo está inventado e igual, poniéndonos en el más pesimista de los supuestos, puede que sea cierto. Y en clave pesimista, es en la que uno suele encarar según que tipo de película, por mucho que el póster promocional intente hacernos olvidar aunque solo sea por un único instante de extrema debilidad, aquello de que no hay que juzgar nunca un libro por su portada. El problema es que la ilusión de la fachada y la magia de las falsas apariencias, puede ser y es, tan efímera como el tiempo que tarda la cruda realidad, en quitarse la careta. En este caso, noventa escasos minutos valen, para que el efecto de una bonita portada se precipite retrete abajo.
Una cosa no quita a la otra. El cartel promocional de la nueva película del tándem Henry Joost y Ariel Schuman, es espectacular. Tras terminar con ella, queda claro que las pocas buenas (o nuevas) ideas de la pareja, nacieron y murieron en el susodicho y es que detrás del sugerente afiche y del prodigiosamente original título de “Viral”, se esconde una oportunista amalgama de “influencias” (por no ser del todo mal pensado) que los directores toman prestadas sin vergüenza alguna, para escribir un nuevo (y van...) capítulo de esa interminable y repetitiva novela en la que se ha convertido el cine de infectados. Una vez leído, la sensación, por no decir, la certeza, es la de que ya lo habíamos leído antes, y además, hace bien poco y mejor escrito.
Esto nos lleva irremediablemente al tétrico, ingrato aunque parece ser que, rentable, dominio de los remakes, refritos o reinvenciones. Llámelo usted como quiera. En este caso concreto, a uno no oficial o encubierto. Y es que no hace falta indagar en exceso en la obra, para darse cuenta de que no hace tanto, los amigos Joost & Schuman, estuvieron tocándose con cierta cinta danesa de relativo éxito reciente: “What We Become”. La película, que pudo verse en la pasada edición del festival de Sitges, ofrecía una infección zombiana algo más personal de lo que suele ser habitual, y más allá de la particular forma de entender el cine de los escandinavos, centraba la infección en un pequeño barrio residencial de las afueras, haciendo hincapié en las consecuencias que esta tenía, en el seno de una familia... luego servidor tuvo la osadía de atreverse con “Fear the Walking Dead” (grave error), y al final no me quedó otra que preguntarme aquello otro de que fue antes, el huevo, o la gallina.
Que más da. El hecho es que “Viral”, carnosos labios aparte, es en esencia, la versión USA de aquella, siguiendo un patrón cuasi idéntico al utilizado por Bo Mikkelsen. Una familia, una apartada urbanización y una repentina y oportuna infección. Pero había que darle el toque personal, pensarían los autores y, al no tenerlo, pues decidieron, con dos cojones, cogerlo también prestado. Y ahí las influencias ya son a gusto del consumidor, pues hay muchas y para todos los gustos. A mi ahora, me vienen a la cabeza cosas como "Growth" (Gabriel Cowan, 2010), “The Thaw” (Mark A.Lewis, 2009), “The Strain” (Guillermo Del Toro & Chuck Hogan, 2014) o “The Bay” (Barry Levinson, 2012). Pero hay más, muchas más. Sírvase usted mismo.
Con todo esto, los directores dan forma a una película de terror de corte teenager, correcta a casi todos los niveles, pero carente de alma. Y cuando uno carece de alma... mal asunto. “Viral” es tan disfrutable como olvidable, amén de totalmente predecible y carente del menor atisbo de tensión. Como mucho, alguna secuencia relativamente asquerosilla en el supuesto, que el tema lombrices parasitarias, no forme parte de vuestra dieta habitual. Alguna que otra corrediza, algún que otro chorrete de sangre y mucho sentimentalismo fraternal made in usa, para rellenar escasa hora y media de metraje que incluso puede llegar a hacerse pesada si a uno no le van mucho este tipo de cosas entre lo tópico y lo meloso.
No hay mucho más que destacar, ni para bien ni para mal, en una película que no ofrece absolutamente nada que no hayamos visto ya antes y que si entramos en el siempre odioso terreno de las comparaciones, sale bastante perjudicada con respecto a su hermana mayor escandinava. Pues ni de lejos alcanza las cotas de credibilidad de aquella, cinta que conseguía mantenerte dentro de la historia en todo momento, gracias a su realista y fría puesta en escena y que en “Viral” ni de lejos se alcanzan, siendo un producto como digo, más destinado a un público mucho más joven y ávido de emociones que tienen más que ver con las hormonas adolescentes, que con cualquier otra cosa.
Si sigues disfrutando de este tipo de productos, “Viral” ofrece una versión teenager del cine de infectados, que casi se defeca al tiempo que se consume y que no ofrece mayor complicación para el espectador que las propias barreras que este se marque. Un producto poco arriesgado, que declina por completo correr el menor riesgo (quizás algunas ideas, daban para ello), en pos de ir directo a la yugular de un mercado asegurado de fácil desangre. Para pasar un rato decente da, ahora, pudiendo ver “What we Become”, bastante superior por más que el póster sea un rato más feo, tampoco le veo mucho sentido invertir el tiempo en la película de los Joost & Schuman, quienes viendo su hasta la fecha, mediocre filmografía, parece que no tienen nada realmente interesante que ofrecerle al género. Eso sí, de oportunismo y de visión de negocio, van sobrados.
Lo mejor: Técnicamente correcta. La retro-vanguardista banda sonora y algunos detalles interesantes en lo que respecta a los parásitos.
Lo peor: Solo se quedan en eso, en detalles, pues lejos de adentrarse en terrenos nuevos, se aboga por tirar de manual para terminar ofreciendo una simple cinta más de infectados. Habiendo visto “What We Become”, las sensaciones aun son más negativas.