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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: The Neighbor

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Odio a mis vecinos, lo reconozco. No a todos, a unos en concreto. Pero, en principio, no les tengo por nada más que por unos personajes molestos de cuestionable educación e irritantes costumbres. Podría ser peor. Podrían ser cualquier cosa mucho peor. Y es que, ¿Qué sabemos de nuestros vecinos? Nada. Podríamos estar durmiendo espalda con espalda durante años con el mismísimo carnicero de Milwaukee y no darnos cuenta. O sí, o amanecer una mañana con la garganta sesgada, yaciendo sobre la cama empapada de nuestra propia sangre. Todos esos ruidos extraños, muchas veces inexplicables a intempestivas horas del día o de la noche, seguramente, jamás llegaremos a saber a que se deben y seguro que en muchos de los casos, es mejor así.

El cine de terror no ha sido ajeno a esta corriente de pensamiento. De hecho, la historia del mismo, está plagada de vecinos poco recomendables. Alfred Hitchcock fue de los primeros en dar buena cuenta de ello en “La Ventana Indiscreta” (“Rear Window”, 1954) con un escayolado James Stewart a unos prismáticos pegado (algunos somos más de mirilla, por más que Jim Gillespie nos recomendara no hacerlo en “D-Tox”) y D.J Caruso ni corto ni perezoso, le compró el concepto en “Disturbia” (2007), con algo menos de clase, todo sea dicho. Por tener, hemos tenido hasta vampiros por vecino, al menos eso nos contó Tom Holland en “Noche de Miedo” (“Fright Night”, 1985), donde el cineasta dejó claro que a él, también le habían chupado la sangre en algún momento de su vida. No pudo ser más gráfico.

“The Neighbor” nos emplaza a varios nombres propios. Por supuesto, el primero y más importante de ellos, el de Marcus Dunstan. Quien irrumpiera con inusitada fuerza tras las cámaras en el mundo del terror con “The Collector” (2099) e incluso saliera airoso de la arriesgada secuela “The Collection” (2012), sin olvidar sus éxitos como reputado guionista de la saga “Saw”, o aun mejor, de otra saga aun más fabulosa, la de “Feast”, es el encargado de dar forma a “The Neighbor”, un nuevo relato de terror a modo de thriller sobre aquellos junto a los que vivimos y sobre los cuales no sabemos nada, hasta que nuestros mundo realmente se cruzan, o en ocasiones, colisionan. No es el único. A su lado, su inseparable Patrick Melton, con quien co-escribe el guion (como suele ser habitual, por no decir, norma) y un tercero, casi tan importante en esta ocasión, el de el ex-Nine Inch Nails Charlie Clouser, a estas alturas, uno de los más reputados compositores de bandas sonoras en la actualidad, quien ya había trabajado con los Dunstan & Melton (recordemos que es el papá de la mítica sintonía de “Saw”) y que aquí, en “The Neighbor”, tiene un papel más protagonista que nunca.

Recordemos que el tándem, se había postulado para dirigir la posible nueva entrega de la saga “Halloween”. Tenían hasta título: “Halloween Returns”, e iba a ser una secuela directa de la película de John Carpenter, obviando el resto de entregas de la franquicia, pero finalmente, Dimension Films canceló el proyecto y se quedaron con la miel en los labios, como ya les pasara en su día a los Bustillo & Mauri con el remake de “Hellraiser”. Por cierto y hablando de les enfants terribles del horror galo, apuntar que su obra maestra, “A L ínterieur”, será editada en territorio español tanto en DVD como en Bluray el próximo día 28 de Septiembre, haciéndole así justicia a una de las mejores películas que ha dado el género en los últimos años.

Y sobre “The Neighbor” lo voy a decir ya, esta va a ser una crítica unidireccional. Quiero decir, que pasado ya un día desde su visionado, aun no he sido capaz de encontrarle ni una sola pega, ni un solo reproche, Si acaso y por rizar el rizo, su desenlace, que no me ha parecido del todo redondo, pero sobre el cual no voy a decir absolutamente nada, para no dar posibles pistas de hacia donde van los tiros, pues entiendo que el filme pide a gritos mantener la incertidumbre hasta el último suspiro de vida. Y lo hace, lo pide, lo exige, porque si hay otra cosa que también puedo decir alto y claro, es que estamos ante la cinta más emocionante del año y ríete tú, de aquellos que lo fliparon con “No Respires”. La película de Fede Álvarez te atrapa, la de Dunstan, te aplasta contra la butaca.

Y ese es el principal activo de “The Neighbor”, una historia que te atrapa desde el primer minuto y que no te suelta hasta el último, gracias a un guion brillante y un dominio de los tiempos excepcional por parte del director, quien consigue dotar al libreto de una agilidad tal que el espectador, no consigue despegar la mirada de la pantalla ni un solo segundo, con unas cotas de intensidad, como digo, bastante más altas que lo visto en la cinta del Uruguayo. En esta acentuada tensión, también tiene mucha parte de culpa Charlie Clouser, quien en uno de sus mejores trabajos (ojito, porque estamos ante una de las mejores bandas sonoras del año, sin duda alguna), consigue recrear una atmósfera siniestra y misteriosa gracias a una partitura que nos estrangula delicadamente a lo largo de toda la cinta, sabiendo muy bien cuando deleitarnos con el sonido del silencio, para colocar las tildes allá donde son necesarias.

No estamos ante una película que nos depare excesivas sorpresas y queda bastante claro desde el principio cuales van a ser los derroteros de la historia, pero si es cierto que en su simpleza, el guion sabe cubrir muy bien sus pasos y no enseñar nunca las cartas antes de tiempo. De hecho, su primera media hora, apunta hacia lugares muy distintos, para terminar amasando todos los ingredientes de manera muy orgánica en la masa final, dando forma a un thriller con tintes de terror que maneja componentes varios de títulos como “Frío en Julio” (“Cold in July”, Jim Mickle, 2014), “Blue Ruin” (Jeremy Saulnier, 2013), “Bound To Vengeance” (José Manuel Cravioto, 2015) e incluso la propia “The Collector” (2009).

Otra de las grandes virtudes de la cinta, es la facilidad con la que nos hace empatizar con los personajes. Sin duda, a esto contribuye muchísimo el excelente hacer del dúo protagonista formado por Josh Stewart (o el neo-Sean Penn), quien ya fuera sufridor protagonista de “The Collector” y que aquí vuelve a poner su triste pero muy expresiva mirada al servicio de la causa y su partenaire femenina, una no menos estupenda Alex Essoe, quien al igual que ya hiciera en “Starry Eyes” (Kevin Kolsch &  Dennis Widmyer, 2014), vuelve a comerse la cámara para digerirla, excretarla y volver a devorarla una y otra vez en un ciclo escatológicamente delicioso. Vamos a amarlos desde el principio y vamos a sufrir con y por ellos, a lo largo del intenso y trepidante metraje, algo que en el cine de terror de hoy en día, por extraordinario, no debería pasar por algo baladí.

Los amantes de la saga de “The Collector”, sin duda se preguntarán si “The Neighbor” guarda similitudes gráficas con aquella. La respuesta es no. No estamos ante una película que aborde el terror desde las vísceras, aquí se apuesta todo al suspense, lo cual no quita, que estemos ante una cinta violenta y con alguna que otra concesión al aficionado de corte más extremo, pero como digo, más como algo anecdótico, que como dogma de religión. Si buscamos las excelencias visuales, en “The Neighbor” las vamos a encontrar en su estupenda fotografía y en el gran dominio de los espacios, dando como resultado una experiencia asfixiante y por momentos claustrofóbica que aquí sí, guarda muchas similitudes con la citada “No Respires”.

Estamos pues, no se si a estas alturas se puede ya tachar de “sorpresa” tratándose de Marcus Dunstan, por lo tanto diré, ante una de las mejores películas de terror del año. Intensidad y emoción en estado puro para un guion notable, sin malabares ni virtuosismos, pero de una sobriedad tal, que es imposible encontrarle fisura alguna. En un tiempo donde las licencias están a la orden del día en el género, “The Neighbor” resulta tan angustiosamente creíble que a uno, solo le queda apretar el culo y esperar a que sus seres queridos, salgan sanos y salvos de esta gran jugarreta que les ha jugado el siempre caprichoso (y muchas veces hijo puta) destino. Excelente.

Lo mejor: Tensa como ella sola, como si una mano nos agarrase con fuerza las pelotas con dudosas intenciones a lo largo de toda la película y, por supuesto, la BRUTAL banda sonora.

Lo peor: Estoy en ello. Por decir, me habría gustado otro final... o no, no lo se. Pido el comodín del público.



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