Los directores y guionistas Jay Lender y Micah Wright debieron pensar que mezclar el humor por momentos excesivo y políticamente incorrecto de cintas como ‘Borat’ (Aquí no nos encontramos con un reportero Kazajo que va a Estados Unidos si no con un equipo de filmación y una presentadora que viajan a una pequeña aldea de, como parece ser costumbre últimamente, Europa del este situada en Moldavia), programas televisivos como ‘La casa de mis sueños’ (El equipo que realiza el viaje a tan inhóspito lugar trabaja para el programa 'Home Hunters Global' cuya idea comparte bastantes similitudes con las del show de los gemelos Scott pero esta vez a nivel mundial) y una pizca de terror era la fórmula secreta del éxito.
Por desgracia estos no cayeron en un pequeño detalle: Todo eso ha de ser mezclado con gracia, con fuerza y por mucho que se añadan ciertos guiños a cintas clásicas de terror (Si en la notable ‘Hombre lobo americano en Londres’, los protagonistas entraban en una taberna de nombre ‘El cordero degollado’, aquí hacen lo propio en ‘The Burning Stake’ algo así como ‘La estaca ardiente’, y como sucedía en la cinta de John Landis, estos se encontrarán con las hostiles miradas de los lugareños. Las influencias de ‘Un Hombre lobo americano en Londres’ no solo se quedan en este detalle ya que en ‘They’re watching’ no hay ningún personaje que advierta a los protagonistas que no han de salirse del camino –Algo que hay que recordar siempre que vayamos al Ikea- si no una anciana que les aconseja que vuelvan a casa cuanto antes. Pero la cinta de Lender y Wright no tiene ni la gracia ni la chispa de la película de Landis y esta se queda muy, pero que muy lejos de lo conseguido por este último en su cinta).
‘They’re watching’ no consigue que el espectador se lo pase bien y disfrute durante la poco mas de hora y media que dura la película. La cinta de Lender y Wright tiene la apariencia de un cortometraje alargado hasta la saciedad ya que lo único remarcable de la película son sus últimos quince minutos, el resto, los muy soporíferos setenta y cinco minutos restantes son utilizados por los directores y guionistas para crear unos personajes vacíos e insulsos, usando para ello todo tipo de clichés (Típica historia de amor, el peso de la culpa, las malas relaciones entre ellos, etc.. etc..), algo que podría ser interesante si se hubiera usado la ironía para parodiar esas reglas no escritas que parece que vemos casi constantemente en el cine de terror (Si, algo parecido a lo que se hizo en ‘Scream’ de Wes Craven).
La más que manida historia que Lender y Wright ponen en imágenes solo consigue impacientar al espectador ya que lo que este realmente quiere ver parece que no acaba por llegar. En este punto es inevitable no pensar en ‘Jeruzalem’ de The Paz Brothers, cinta que narraba el viaje de dos amigas a la ciudad santa justo –que coincidencia- cuando sobre ella se cierne una bíblica maldición. La cinta de the Paz Brothers parecía una versión del programa ‘Callejeros Viajeros’ o cualquiera de sus variantes y nos dejaba una primera hora que podía servir sin ningún tipo de duda como folleto turístico. A pesar de que esta parte de la película no aportaba absolutamente nada y que ocurría lo mismo que con ‘They’re Watching’ (La impaciencia se iba apoderando poco a poco del espectador) esta resultaba mucho mas entretenida que la cinta Lender y Wright aunque en ambos casos y por motivos muy diversos el resultado final de ambas películas era cuanto menos decepcionante.
Si en la reciente crítica de ‘Siren’ remarcábamos, tanto en la misma como en diversos comentarios, la nula chispa del humor de la película, lo mismo podemos decir de esta ‘They’re watching’ donde el humor, salvo alguna contada ocasión, no funciona y como ocurría en la cinta de Bishop esto puede acabar lastrando a la película. Afortunadamente en ‘Siren’, Bishop dejaba de lado el humor inicial para centrarse en las aventuras de esos pobres chavales que solo querían disfrutar de una atípica despedida de soltero, mientras que en ‘They’re watching’ este está presente durante gran parte del metraje, algo que como espectadores puede acabar saturándonos, lo que sumado a las interpretaciones del típico personaje gracioso al que da vida Kris Lemche y la de la presentadora del programa, Carrie Genzel, acrecienta esta sensación. Hablando de las interpretaciones poco más se puede decir aparte de que David Alpay y Mia Marcon que dan vida a los dos protagonistas principales parece que en lugar de sangre tienen horchata en las venas. Dimitri Diatchenko que da vida a un excesivo Vladimir parece que ha ido simplemente a divertirse y Brigid Brannagh que aunque no sale demasiado tampoco aporta mucho a la credibilidad de su personaje.
¿Merece la pena ver una cinta como esta donde solo la parte final ofrece el espectáculo sin sentido que esperamos en este tipo de películas? Es el espectador el que ha de plantarse la respuesta a esta pregunta pero para la persona que escribe estas líneas es no. ¿Qué es lo mejor de ‘They’re watching’? Sus últimos quince minutos en los que a pesar de que se deja ver claramente la falta de medios de la película, el espectador se lo pasará realmente bien (Por momentos es posible que algunos se acuerden de películas de la ‘Raven Banner’) Y eso al fin y al cabo es lo que esperamos de una cinta como esta. El resto mejor olvidarlo.