No hay nada cómo hacerse con un nombre en la industria de Hollywood años atrás, con unas cuántas cintas más que notables, como para estar en el ojo del huracán hasta el infinito, con lo que de manera muchas veces injusta, y otras con razones de peso, se ha juzgado el trabajo de M. Night Shyamalan. No cabe duda que el propio cineasta ha tenido gran parte de culpa en esto, entrando en producciones cada vez más grandes y megalómanas, y en consecuencia, dejando su sello de los primeros trabajos en un lugar inferior. Los personajes marginados, los grandes giros, la inclusión de lo fantástico en la vida real, los espacios reducidos, el guión ajustado al lenguaje visual… Para mí, no hay mucha discusión en su maestría, incluso cuando nos embarra en universos paralelos y parece sacarnos del camino principal, el director y guionista indio-estadounidense está ya en mi lista de los mejores. Obras como “El protegido”, “El sexto sentido”, “El bosque”, “Señales”… incluso su reciente serie “Wayward Pines” o la también reciente “La visita”, que por cierto repite la fórmula de éxito con la productora de terror Blumhouse, podrían estar en mi sección de favoritas eternas. Pero me he querido aislar un poco de su universo anterior (y he obviado sus peores momentos como cineasta) para disfrutar plenamente de “Split” y sin duda, pese a quién le pese, el bueno de Shyamalan ha dado un golpe en la mesa para decir “HE VUELTO”.
“Múltiple” narra cómo Kevin, un enfermo de DID (síndrome de personalidad múltiple), secuestra a tres adolescentes en un parking. Una de ellas es Casey (Anya Taylor-Joy, recientemente más conocida en “La Bruja”), una chica especial, inadaptada en la sociedad, que llegará a empatizar con Kevin y dificultar su plan inicial. ¿Hasta dónde? Ahí podría quedarse la cosa, pero la profundidad de la película se va a apoyar en la magnífica interpretación de James McAvoy (“Las crónicas de Narnia” o el nuevo profesor Xavier en X-Men), y sus extravagantes y variadas personalidades. Son 23 en concreto, con una 24 por emerger. Esto va a llevarnos a poner en marcha el coco, cada vez más y según se acerca el final. ¿Qué quiere de ellas? ¿Dónde las tiene? ¿Cual es su verdadera personalidad? ¿Cómo ha llegado a ese punto? ¿Quién tiene el control de la situación?
El DID o trastorno de identidad disociativo es una esquizofrenia difícil de controlar, por lo cual un sujeto realmente adquiere varias personalidades autónomas e independientes unas de otras, con lo que un adulto puede de pronto ser un niño, o una mujer, o sencillamente otra persona, con la complejidad de perderse entre ellas y tener la necesidad de recordar de algún modo estas vidas. Habitualmente estos pacientes usan diarios para tener una referencia de su existencia. Varios estudios afirman que el cerebro incluso puede llegar a conceder una fuerza extra e incluso transformar físicamente al sujeto. Si cogemos la teoría de Einstein en la que sólo usamos un pequeño porcentaje de nuestro cerebro ¿qué pasaría si usáramos el 100% de nuestra capacidad cerebral?
Durante el secuestro, Kevin visitará habitualmente a la psiquiatra Fletcher (Betty Buckley), una doctora de avanzada edad y gran reputación que defiende su trabajo con los pacientes de DID en sus conferencias y estudios, para demostrar que estos sujetos aparte de ser individuos unos dentro de otros, éstos pueden modificar genéticamente sus características físicas o desarrollar enfermedades independientes. Estas terapias nos harán de gancho para ir conociendo las intenciones de Kevin.
Pero, ¿quién es realmente Kevin? No vamos a conocer a las 23 personalidades, pero podemos ver que son generadas por él por necesidades o carencias en su vida, en su pasado. Entre este grupo de personalidades destacan: Barry (un modista amanerado), Hedwig (un niño de 9 años algo cabroncete), Dennis (un personaje con trastorno obsesivo compulsivo y subestimado) y Patricia (una mujer sobreprotectora y extrañamente amable). La llegada de una nueva personalidad cambiará todo. Hasta aquí os puedo contar, porque avanzar más sería hacer un spoiler imperdonable.
El aroma a Hitchcock en “Múltiple” es más que evidente, no sólo por el siempre cameo de Shyamalan (ésta vez con una aparición menor), sino por algunos factores que hacen de ésta una jugada maestra. La personalidad de Patricia es realmente familiar a la señora Bates en “Psicosis”. La banda sonora es una maravilla auditiva, donde el in-crescendo en la tensión, te recordará al archiconocido tema de “Psycho”. Los primeros planos a la altura del maestro Alfred, nos harán fijarnos en los detalles importantes y en las personalidades en profundidad, hasta tal punto, que la sensación claustrofóbica del secuestro se amplifica por momentos. Todo redondeado con una dirección de gran altura.
Quiero recalcar que llevo un par de días escuchando detenidamente la banda sonora, es sencillamente sublime, y no se puede pasar por alto. El bueno de M. Night se nota que ha puesto mucho tiempo y empeño en ella para que todo encaje a la perfección. Ha sido creación de West Dylan Thordson, al cual no tenía el gusto de conocer.
El nivel interpretativo de los tres protagonistas principales ( Kevin, la joven Casey y la doctora Fletcher ) es de los más altos que he visto últimamente en el cine. No sólo a nivel individual destacan los múltiples personajes y variedades alocadas de James McAvoy, que nunca cae en el ridículo y salta de uno a otro con una facilidad pasmosa, también la secuestrada Anya Taylor-Joy nos da un personaje inteligente y clave en la historia sin eclipsar al principal. Y Betty Buckley nos dará sabias pistas sobre el posible final conectando muchos puntos importantes a los que solos no llegaremos con facilidad. Todo aparentemente sencillo pero tan bien contado y unido por las partes que convierte un guión normal en una gran película.
Y finalmente, un giro marca de la casa. Nos hará entender el universo de Kevin desde un prisma ya conocido anteriormente, donde lo fantástico cobra fuerza y el poder de la mente humana puede convertir el cuerpo en algo diferente.
En una era del cine en el que sobreviven los más ricos y más fuertes, en este caso Shyamalan opta por ser el más fuerte, con la libertad total que necesita un genio para poder parir su obra sin artificios y aditivos que arranquen el aplauso fácil y forzado del público generalista y alejado de las super producciones, vemos al mejor creador. En un par de décadas "Split" será posiblemente estudiada y recordada con admiración hacia un artista que nos ha dado mucho y que tiene toda la pinta que más nos va a dar.
Lo mejor: Las interpretaciones, la banda sonora, los planos, la dirección… casi todo para un thriller psicológico con tintes de sobrenatural y terror, casi casi casi perfecto. Angustia y tensión “bestial” hasta el último minuto.
Lo peor: En algunos momentos de conversaciones y guión podemos perdernos un poco y embarrarnos en demasía en ellos, quizás muy alargados, pero en el fondo necesarios para causarnos cierto agobio y conocer en detalle a los personajes. El final puede ser quizás muy abierto para algunos y algo exagerado para otros.