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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Hostile

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El 2X1 es uno de los más seductores reclamos universales de marketing a la hora de venderle algo al personal. Llévese dos y pague uno, canto de sirena demasiado embriagador como para que criaturas tan egoístas y avariciosas como somos los seres humanos, dejemos pasar la oportunidad de llevarnos a la boca, incluso aquello que no necesitamos. De cine no se, pero de marketing parece saber un rato el debutante Mathieu Turi, quien después de trabajar a la sombra de gente tan reputada como Quentin Tarantino o Guy Ritchie como ayudante de director, debuta en el largometraje (bajo el mecenazgo de Xavier Gens) con “Hostile”, un 2X1 que una vez más, volverá a vendernos algo que con casi toda seguridad, no necesitamos.

“Hostile” es a priori, una propuesta de terror ubicada en un futuro post-apocalíptico en el que la humanidad ha sido víctima de una terrible plaga que ha mutado a gran parte de la población en mutantes asesinos. Los supervivientes, sobreviven recorriendo los páramos en busca de alimentos y recursos. Bien. Lo que suele ocurrir con este tipo de ofertas, y volviendo de nuevo al maravilloso mundo del marketing y la venta, es que el 2X1 no suele ser tan rentable para el consumidor como lo es para el vendedor, pues este, siempre suele aprovechar para endiñarnos o bien productos de menor calidad o bien aquellos sobrantes y excedentes de stock. Y en este sentido, “Hostile” se ajusta como un guante a esta realidad, pues el novel cineasta aprovecha la oportunidad para vendernos, de manera encubierta dentro de la oferta, una película romántica en toda regla. Cual sería mi sorpresa al descubrir el primero de los dos grandes giros argumentales que nos tenía preparados la propuesta, que aquí, el producto de saldo era la historia de terror.

Narrada a dos bandas y dos lineas temporales distintas, “Hostile” nos cuenta el enésimo desastre en la tierra. Una tierra despoblada, árida y en la cual la raza humana parece abocada a la extinción, como en otras tantas ocasiones. La protagonista del relato, Juliette (Brittany Ashworth), será el metal conductor de la narración en dos tiempos, al ídem que interactúa con los otros dos antagónicos personajes de la historia, por un lado el galán y seductor Jack (Grégory Fitoussi) y el horripilante mutante a quien da vida nuestro terror patrio más universal: Javier “niña Medeiros” Botet, en una oportuna aunque obvia alegoría sobre las relaciones de pareja escrita por el propio director, quien abusando del recurso del flashback irá desojando los pétalos de la margarita forzando al espectador a trasnochar entre dos lineas temporales que en apariencia, nada tienen que ver la una con la otra.

Tres granos en el culo tiene la película de Turi, a cual más supurante. También una escalofriante revelación. Por un lado, uno no necesita excesivo metraje para darse cuenta de que lo de la historia de terror, está en un segundo plano y que el núcleo duro del filme, está formado por la historia romántica entre Juliette y Jack, dos personajes una vez más, antagónicos que habitan dos galaxias separadas por mil y un universos, quienes gracias a la magia del cine, terminarán no solo encontrándose, también enamorándose, pese a las muchas dificultades que la relación plantea. Y tranquilos, esto no es ningún spoiler, se ve venir de lejos. No será lo único. Punto del visionado este, en el que el espectador, en especial el fan del terror, ya debería tener más o menos asumido, a que sabe la tostada.

El segundo grano tiene que ver con una triste realidad. La trama romántica no solo es la principal, también es la más interesante. Y es que el relato post-apocalíptico a modo de monster movie, resulta tan típico, plano, simple y carente del menor atisbo de tensión, que uno está deseando que el amiguete Turi decida darle la vuelta al cassette y vuelva a mandarnos con una amable patada en el culo a la edulcorada historia de los dos tortolitos imposibles, por más que Javier Botet ponga todo su empeño en sacar partido de sus largas extremidades escondidas bajo el traje de látex y Turi juegue al despiste con el recurso fácil del efectismo visual, a modo de traumatismo oseo, treta que entre el público de corte más aprensivo, siempre suele funcionar pero que por desgracia aquí, no da para sustentar media hora de metraje.

Hablábamos de un tercer grano y aquí, tenemos que volver a hablar de obviedades. El siempre esperado y en ocasiones, salvador giro final, aquí se vuelve en contra de la película, mutando algo que en principio iba a quedarse en un título mediocre y prescindible, a otro algo resultante que se adentra en los terrenos de lo ridículo, ya que no solo hablamos de un desenlace obvio y previsible desde mucho metraje atrás, por más que el sentido común, nos dijera que no, que Turi no se podía atrever a jugar esa carta, sino que hablamos también de uno de los desenlaces más imposibles y bochornosos desde que se inventara esto de los giros finales, uno que ni el mismísimo M. Knight Shyamalan se atrevería siquiera, a barajar como opción y que como no podía ser de otra forma, en Sitges fue recibido con altas dosis de mofa por parte del público asistente a la proyección.

No me olvido de la escalofriante revelación. Y no es otra que el hecho de que servidor, comulgue cada vez más con este tipo de historias románticas más propias de adolescentes o cuarentones/as solteros/as que aun continúan buscando el amor, que de un tipo que adora a Satán y que ya tiene la parcela amorosa sobradamente cubierta. El caso, aunque parezca mentira, es que la historia entre Juliette y Jack, como mínimo, ha conseguido entretenerme (puede que hablar de emocionar, ya se le quede un poco grande) y hacerme pasar un rato ameno, incluso entrañable, a pesar de las eventuales y molestas apariciones de Botet y su monstruo. A “Hostile” le sobra la parte de terror y le pesa el haberse equivocado de festival, por más que Sitges se abra cada vez más a propuestas que poco o nada tengan que ver ni con el terror, ni con el fantástico.

Lo mejor: Que pese a todo lo expuesto, a mi me sale un aprobado.

Lo peor: Que pese a todo lo expuesto, a mi me salga un aprobado.



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