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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Upgrade

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Supongo que a estas alturas de la vida, todos tenemos claro que debemos mejorar. Debemos mejorar física y psíquicamente. Debemos mejorar en nuestras relaciones personales y sociales. Debemos mejorar intelectual y afectivamente. Debemos mejorar en todos los aspectos porque la sociedad es cada vez más competitiva y eso nos obliga, no solo a adaptarnos sino a sobreesforzarnos para no quedarnos atrás. Porque a nadie le gusta quedarse atrás, ¿verdad?. Verdad o no, hay algo importante que se nos está olvidando en todo este ansia de mejora, que es la voluntad. ¿Queremos realmente mejorar o necesitamos hacerlo por un simple tema de aceptación social? Está claro que hay algo intrínseco al ser humano y eso es la superación social, algo que nos hace imparables en la búsqueda del progreso personal. El objetivo es ser perfectos. El objetivo es no cometer errores. El objetivo es ser máquinas.

“Upgrade” llega bajo la tutela de Blumhouse y eso nos debería dar una idea de lo que nos vamos a encontrar, pues sabemos bien cómo entiende el negocio esta productora y por qué se ha convertido en toda una institución dentro de la producción de cine de género. Jason Blum y sus chicos saben que no deben gastar más de cinco millones de euros por producción por si no aciertan y no se consigue la distribución que buscan. En ese caso, probablemente no habría ganancia, pero sí una recuperación de la inversión. Sólo “The Purge. Election Year” (2016), “Múltiple” (2017) y “Paranormal Activity:Ghost Dimension” (2015) se acercaron a los diez millones y como casi siempre, la recaudación fue infinitamente superior. Como curiosidad, os diré que sólo “Area 51” (2015) fue absolutamente ruinosa para la productora y que “The Bay" (2012) y “Lords Of Salem” (2013) no generaron ningún beneficio. Y esto lo comento porque queda claro que las producciones Blumhouse no pasan desapercibidas para el público pero que tenemos que tener muy presente que la apuesta no pasa por lucir un gran presupuesto que permita hacer lo que al director de turno se le antoje en pantalla. Todo se reduce a que lo que prima es el guión y “Upgrade” ha llegado tan de puntillas que uno realmente no se espera, ni de coña, el tipo de película que va a ver.


“Parte de la grandeza de Upgrade es que dentro de la sencillez de una historia de venganza, nos encontramos deliciosos entretenimientos por el camino que hacen que estemos delante de uno de los títulos del año”


“Upgrade” es una de las sorpresas de la temporada, no sólo por el guión, del que va bien servido por obra y gracia de su, también director, Leigh Whannell (guionista de cabecera de James Wan), sino por la absoluta potencia de la propuesta y lo bien engranado que está todo el conjunto. Partimos de la ciencia ficción más habitual para ir añadiendo el necesario toque ciberpunk que tan bien encaja a una historia que ya conocemos porque un cuervo llamado Brando Lee ya nos la contó de una manera magistral y una violencia expresiva, visceral y descarnada que actúa como segundo motor en una historia que coge velocidad sin que lo notes, para que cuando entiendas que te mueves, la maquinaria sea imparable y ya seas consciente de que estás montando encima de una bestia que va a cuatro mil kilómetros por hora cuando tu idea era llegar andando al destino.

Parte de la grandeza de “Upgrade” es que dentro de la sencillez de una historia de venganza, nos encontramos deliciosos entretenimientos por el camino que hacen que estemos delante de uno de los títulos del año, sin pestañear. De entrada, se nos presenta una historia que nos hace empatizar con Grey, el personaje protagonista, de manera inmediata. Grey a su vez hace que empaticemos con Stem al nivel en que lo hicimos con David (“Inteligencia Artificial”. 2001), Sonny (“Yo, Robot”. 2004) o Chappie (“Chappie”. 2015) Hablamos de una inteligencia artificial que despierta en nosotros ternura y buenos sentimientos, alguien a quien desde el principio el espectador también entiende como su semejante. Esta es una de las bazas de Leigh Whannell, quien conoce bien la necesidad del carisma en el personaje principal, quien sabe que en “Upgrade”, el tándem persona desvalida-inteligencia artificial salvadora es crucial para que el grado de violencia al que someten a la mayor parte de las escenas gane más en impacto, si cabe. Y digo si cabe, porque el nivel de detalle y gore es tal, que este tipo de secuencias son absolutamente adictivas y gloriosas. Encima vienen adornadas con unas coreografías, que con permiso de “The Raid” (2011), se ganan el título a las mejores peleas de los últimos años en una película que no sea de artes marciales.


“En Upgrade la relación hombre-máquina es tan novedosa que convierte el aparente guión de venganza y cine de ciencia ficción mezclado con cine negro, en un paso más allá”


La construcción de la historia da una vuelta de tuerca a lo visto relativo a este tipo de softwares con vida propia. Cada vez está siendo más habitual en el cine de ciencia ficción alejarse de la nostalgia y adaptarse a los nuevos tiempos, por lo que los sistemas operativos ya no requieren formas humanoides para que les tratemos de tú a tú, eso ya lo hacemos en nuestro día a día con nuestros móviles, por tanto, ahora la nueva era solo requiere que este tipo de inteligencia artificial haga nuestra vida más fácil. En “Tau” (2018) ya se intentaba un acercamiento de lo intangible con lo tangible pero había una clara falta de objetivo que hacía que todo el discurso se perdiera por el camino. En “Upgrade” la relación hombre-máquina es tan novedosa que convierte el aparente guión de venganza y cine de ciencia ficción mezclado con cine negro, en un paso más allá, en un camino donde el hombre entiende por fin su posición de inferioridad dejando que algo mucho más hábil tome el control. Y esto aparte de hacer que “Upgrade” sea un peliculón, genera un debate en el que queda claro que los sentimientos, las sensaciones e incluso los pensamientos humanos nos lastran cuando se trata de eficiencia.

A nivel técnico, es cierto que no cuenta con un gran presupuesto pero no lo es menos que se le ha sabido sacar un magnífico provecho para tomar el relevo a “Robocop” (1987) y entender la fusión hombre-no hombre (llamémosle inteligencia artificial, software, máquina o como queráis) de la misma manera que entendía Verhoeven la justicia: a través de una mejora que irremediablemente va unida a la violencia. La ambientación ciberpunk casa a la perfección con la oscuridad que poco a poco va ganando terreno en “Upgrade” y que conjuga fotografía y guión de una manera acertadísima para no tener dejar el cien por cien del peso en Logan Marshall Green, quien explota al máximo ese setenta y cinco por ciento de responsabilidad que le toca al ser el protagonista único del universo “Upgrade”. Y para ellos, para esos iluminados que se empeñan en tachar a este actor de ser la versión barata de Tom Hardy, para todos ellos va dedicada esta interpretación, que consigue que conectes con su tragedia, con su humor, con su desesperación, con su victoria, con su pérdida y con cada una de sus condiciones, pero que sobre todo hace que entiendas cada una de las reacciones de Grey.


“Upgrade, sin duda se colará en la mayoría de los tops del año por parte de la crítica y de los espectadores y de no ser así, espero que el mundo se pare, se congele y vuelva a descongelarse cuando volvamos a recuperar la cordura”


Señores y señoras, estamos ante una película con personalidad, una película rodada con inteligencia. Estamos ante una de las grandes propuestas del 2018. “Upgrade”, sin duda se colará en la mayoría de los tops del año por parte de la crítica y de los espectadores y de no ser así, espero que el mundo se pare, se congele y vuelva a descongelarse cuando volvamos a recuperar la cordura y aplaudamos a “Upgrade” como debe ser aplaudida. Por favor, no dejemos que esta película siga pasando desapercibida. Como fans del género, es nuestra responsabilidad que esto no pase. Gracias Blumhouse, gracias por existir y aun siendo ya un gigante, seguir apoyando fórmulas como estas.

Llegado a ese punto donde ya eres suficientemente consciente de que tienes medio camino recorrido e intuyes por dónde irán los tiros del que te queda por recorrer, la idea de la perfección va difuminándose hasta perderse. Si logras escapar de los dictados de una sociedad construida en base a la mentira y un ego que sólo esconde inseguridad, entenderás que lo único que nos hace mejorar es el error y el poso que este deja en nosotros, por tanto, huid de las personas perfectas que intentan que seamos tan perfectos como ellos, porque no hay nada más perfecto que el hecho de que cada uno de nosotros conformemos una personalidad distinta y para ello, lo siento querido Stem, pero sólo podemos entender el mundo en base a sensaciones y sentimientos.



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