Hoy es de esos días en los que hubiera estado de lujo haber podido relacionarme más allá de las palabras escritas y haberme podido reunir con un grupo de vosotros y vosotras, queridos lectores. Un grupo de unos cincuenta fans del género ya hubiera sido representativo, por tanto perfecto para lo que necesito. Os imagino sentados muy formalitos, entendiendo que la única misión de la reunión es decir la verdad. Necesito entender los mecanismos mentales que nos hacen tan diferentes, por tanto en esta reunión estaría prohibido mentir. La primera pregunta que os formularía sería “¿Cuántos de vosotros consideráis “Aullidos” una obra maestra?
“el prólogo ya empezaba a dejar claro que aquello que iba a pasar en la pantalla de mi casa, no tenía nada que ver con los hombres lobo de Joe Dante”
Imagino prácticamente cincuenta manos alzadas. Segunda pregunta “¿Cuántos de vosotros habéis visto “Aullidos 2”? El número de manos alzadas sería menor, pero no mucho menor. Tercera pregunta “ ¿Cuántos de los que han levantado la mano en la segunda pregunta realmente recuerdan bien “Aullidos 2”? Seguro que aquí el número de respuestas positivas ya desciende drásticamente. “¿Cuántos de vosotros consideráis que “Aullidos 2” es un atentado contra el cine?” Supongo que los que la recuerdan bien seguirían con la mano en alto. La última pregunta sería la más difícil “¿Cuántos de lo que consideráis que la película es mala con ganas, os habéis divertido con ella? Amigos, no se permite mentir. Me temo que casi todos seguiríais con la mano levantada. Ohhh si, esto es un placer culpable en toda regla.
Lamentablemente no podré hacer esta pregunta mirándoos a los ojos, pero sí que puedo justificar las respuestas que yo daría. Considero que “Aullidos” es una obra de culto, ya había visto “Aullidos 2” pero apenas recordaba nada y cuando la he revisionado de nuevo me ha parecido infame pero absolutamente divertida. Sí señor, otro placer culpable en la gran saca llevo a modo de mochila. ¡Filmin tiene la culpa! Su catálogo de infamias es tan completo que sería un gran error por mi parte no caer en las garras de la nostalgia o de la caspa al menos una vez por semana. Así , después de habérmelo pasado en grande con “Humanoides del abismo” (Bárbara Peeters, 1980), hace un par de días le llegó el turno a “Aullidos 2”. Con el recuerdo totalmente distorsionado de la cinta, el prólogo ya empezaba a dejar claro que aquello que iba a pasar en la pantalla de mi casa, no tenía nada que ver con los hombres lobo de Joe Dante.
“la importancia reside en el cuerpo desnudo y el erotismo de saldo que nos calzan sin parar en cada escena”
Quince minutos son suficientes para entender que Christopher Lee, uno de los protagonistas, se había metido en uno de los mayores embolados de su carrera y que la segunda parte de “Aullidos” se estaba tornando en comedia involuntaria. El prólogo, como el peor de los augurios, muestra a Lee delante de un croma que postproducción convirtió en un universo negro lleno de estrellas y esqueletos voladores donde se anuncia a la verdadera protagonista de todo este tinglado: una maligna mujer que conoceremos como Stirba. Es así cómo una película como “Aullidos 2” que se presenta como secuela directa de la película de Dante, rompe por completo el tono de la original y convierte a los hombres y mujeres lobos en una excusa para presentar un mundo maldito donde la importancia reside en el cuerpo desnudo y el erotismo de saldo que nos calzan sin parar en cada escena.
Las desventuras comienzan con la llegada a Transilvania de la pareja protagonista, Jenny, una periodista y Ben, el hermano de Karen White ( que os recuerdo que era la protagonista de la primera película y que estaba interpretada por Dee Wallace). En esta segunda parte, escogen sin tapujo alguno a una actriz que no tiene el mínimo parecido con Dee Wallace y tiran para adelante. Esta accidental pareja estará acompañada de Stefan Crosscoe (Christopher Lee), un investigador paranormal que después de demostrarles que Karen era mujer lobo, les convence de que hay que ir a Transilvania, cuidad de demonios, para acabar con la maldición. Llegan desde los Angeles a Transilvania en tren (sí, sí, esto ocurre) y a partir de aquí, todo se convierte en el mayor de los desfases y despropósitos que vuestros ojos hayan visto.
“un Christopher Lee totalmente desubicado que intenta mantener el tipo cuando pronuncia las bochornosas líneas del guión que le toca interpretar”
La mezcla del tecno ochentero reconvertido en punk por arte de magia con la decadencia de unos antros rumanos que harían moderno al mítico bar de señores de “Calvaire” (Fabrice Du Welz, 2004), muestra las dos aguas entre las que se va a mover “Aullidos 2”. Estas mezclas imposibles, impúdicas y desvergonzadas se van sucediendo escena a escena, con un Christopher Lee totalmente desubicado que intenta mantener el tipo cuando pronuncia las bochornosas líneas del guión que le toca interpretar. Lo hace con desgana, como el resto del casting. Supongo que no es para menos, supongo que querrían morirse en medio del rodaje o que aquella película desapareciera mágicamente de todas las distribuidoras para no tener que responder nunca más en su vida por ella.
Asumiendo el poco mimo en el guión, deberíamos al menos esperar una mínima coherencia en una historia que ya nos había sido contada, pero Philippe Mora (el culpable de esta secuela), se empeña en crear un nuevo universo lobisome donde la lujuria es el epicentro de la narración. Si para ello se tiene que descuartizar el sentido común, no importa porque supongo que pensaría que Christopher Lee salvaría los muebles. Lo malo es que no, Lee no hace más que evidenciar el alejamiento entre la película original y la secuela. En “Aullidos 2” todo gira en torno a Stirba, la mujer lobo que lidera una manada indefinida. Stirba, interpretada por Sybil Danning tiene una única misión en la película: enseñar las tetas y poner caras lascivas. La manada de hombres lobo más o menos hace lo mismo, pero con menos gracia, a ritmo de la canción Howling del grupo Babel que se repite como un mantra sin sentido alguno y que termina taladrando más la cabeza que la sintonía de Mercadona.
“Aullidos 2 se cree seria y esto es lo que acentúa aun más la desinhibición del espectador a la hora de disfrutarla como un gran placer culpable”
En el desconcierto de la historia, tenemos claro que estamos ante una película de hombres lobo, pero la manera de combatirlos en ocasiones son propias de un exorcismo y en otras de métodos anti vampíricos. Poco importa esto cuando uno está tan metido en faena que no es capaz de apartar ni un segundo la vista de la pantalla. Esto ocurre cuando una película te deja tan estupefacto que no sabes si reír, llorar o seguir flipando. “Aullidos 2” es un imán gigante para la diversión. Soy consciente de que la diversión que provoca se genera desde un disparate no premeditado. “Aullidos 2” se cree seria y esto es lo que acentúa aun más la desinhibición del espectador a la hora de disfrutarla como un gran placer culpable.
Los efectos especiales se mueven entre dos tierras, como diría Bunbury. Algunas escenas están trabajadas y otras rozan el patetismo. La artesanía de primera se explota hasta la saciedad y en cada conversión a lobo, veremos las mismas escenas sin parar. Siempre se muestran las mismas secuencias aunque los personajes sean diferentes. Las reiteraciones en “Aullidos 2” son una constante. Solo hay que ver las imágenes de los créditos finales, donde vemos la misma escena de destete de Stirba repetida unas veinte veces, para darse cuenta que la repetición en esta película es un recurso más. A tener en cuenta los efectos digitales de los rayos que salen de los dedos de Stirba para hacer el mal, propios del más cutre de los programas de la época spectrum. Y of course, todo amenizado por un montaje inconexo y horrible que eleva la tijera y el desorden a un nivel superior.
Objetivamente algo como “Aullidos 2” no se merece más de un 3. Subjetivamente yo le daría un 7 tranquilamente porque me lo he pasado en grande viéndola y es una película que sin duda volvería a ver en una reunión de amigos con unas cervezas y unas picsas de por medio (¿nadie más dice picsas?). Si volvemos al ejercicio del inicio donde os proponía que nos juntáramos y dijéramos la verdad, ¿suspenderíais a una película que os ha divertido muchísimo? Seguro que nadie levantaría la mano. ¿Podríais decir que “Aullidos 2” merece ser catalogada como notable? Sé con certeza que ninguno levantaría la mano. Todo depende de los matices, ¿verdad? Pues teniendo en cuenta esto, pido el comodín del público y hago la media de las dos notas que tengo en la cabeza para que todo tenga un poco de sentido para mí. Los que estéis suscritos a Filmin, por favor, hacedme caso y en la próxima reunión con amigos, seleccionad “Aullidos 2” y dadle al play, palabra de Missterror que lo pasaréis en grande.