ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE OTRA PANDEMIA AUN SIN VACUNA, LA ZOMBIE. EN ESTE CASO DESDE COREA Y A LA SOMBRA DE LA SECUELA DE TRAIN TO BUSAN
Una de mis fieles distracciones de la realidad es el género zombi, ya sea en la literatura (Robert Kirkman, David Wellington, Stephen King, Carlos Sisí, etc., hasta llegar a Max Brooks) como en el cine. Aprecio la misma vieja historia... qué tanto, depende de que tan bueno sea mi humor en ese momento... Dentro de esas películas inmersas en la superficialidad, me agradan las pequeñas historias que a mi vista se transfiguran en un extracto de la Guerra Mundial Z de Brooks. Si estás familiarizado con la novela de Brooks, recordarás que está compuesta de entrevistas de varios supervivientes de todo el mundo, y si bien hay cabida para momentos heroicos y esos puntos de crítica social contra los sistemas políticos, también hay montones de pequeñas historias inmersas en la cotidianidad. Esas son las historias que me agradan, más allá del contexto, la supervivencia del sujeto común. Es ahí hacía donde dirige su atención el primer largometraje del surcoreano Il Cho.
“pese a haber una caracterización aceptable de los zombis y varías escenas de violencia, el factor terror y suspenso queda bastante minimizado, por la interacción de sus personajes”
Como ya se ha mencionado bastante en cuanto al subgénero zombi, qué podemos esperar de estás películas, tanto y nada al mismo tiempo; a veces volcando sus intenciones hacía la sátira social (o algún intento por “refrescar” el subgénero), y otras al elemento más básico de entretenimiento, la violencia sin más, para mayor condena de algunos títulos, desde el ángulo más trillado. Me parece “#Alive” se encuentra en un punto intermedio; por supuesto que no es una película memorable, pero a su favor, logra conectar en algún momento con el espectador, ¿de qué sentido? La reclusión de sus personajes dentro de sus departamentos (sí, una muestra más de la capitalización de la cuarentena), además de varios detalles culturales y tecnológicos de nuestra sociedad actual... claro, no en todos los rincones del mundo.
La película gira alrededor de Oh Joon-woo y Kim Yoo-bin, dos sobrevivientes de un virus que ha transformado a las personas en monstruos caníbales (con la rabia de los zombis de “Train to Busan”). Oh Joon-woo es un joven con un marcado gusto por los videojuegos y las redes sociales, un ejemplo del consumista moderno. Recluido en su departamento, debidamente cauteloso, organiza sus víveres y mientras le es posible documenta sus días en internet, con la esperanza de ser descubierto y rescatado por alguien en mejores condiciones que él, sin embargo, con el paso de los días las circunstancias no mejoran, viéndose orillando al suicidio, es ahí donde entra en turno Kim Yoo-bin, resultando ese hálito de esperanza: no está solo, y generando inmediatamente esa empatía situacional que pone en el mismo camino a dos personas muy diferentes entre sí. Juntos buscarán trazar un plan en el cual, con el propósito de tener una oportunidad de vivir, tendrán que arriesgar sus propias vidas y esa falsa seguridad que la puerta de su apartamento les dota.
“En cuanto a la fotografía de Won-ho Son, me gustó, es lo suficiente nítida y pulcra en todo el filme, lo que se agradece en las escenas de acción”
“#Alive” se desarrolla desde un punto de vista... bastante común, es una historia muy simple de principio a fin, pero lo suficiente atractiva (al menos para mí) para mantenerme con el suficiente ánimo de seguir a sus personajes hasta el final. Pero admito que no es lo que esperaba. Il Cho opta por dejar en segundo plano la acción caníbal zombi, que si bien tenemos varias escenas muy bien hechas de esto, el primer tercio de la película nos deja claro que su interés se enfoca más a la condición humana de sus personajes, el aislamiento del muchacho y su depresión al borde del suicidio (es el eje irrefutable de los primeros 40 minutos). Posiblemente sea el fallo más grande de la película, a mí no me molestó, pero si eres de las personas que siente un desagrado nato por los youtubers y millennials, es probable que nunca te agrade lo que veas, ni el uso del dron de Oh Joon-woo, ni el enfrentamiento con unos zombis dotados de cierta inteligencia, su relativa muestra de valor, ni mucho menos el mensaje final sobre la relevancia de las redes sociales.
También, pese a haber una caracterización aceptable de los zombis y varías escenas de violencia, el factor terror y suspenso queda bastante minimizado, por la interacción de sus personajes, y su atisbo de esperanza en el mundo en caos, de hecho, por unos segundos (cuando se conocieron Joon y Kim) me acordé de la comedia “romántica” de Lee Hey-jun, “Castaway on the Moon” (2009), con todo y que su planteamiento en general evoca a la alemana “Rammbock” (“Siege of the Dead”, 2010) de Marvin Kren, por cierto, mucho más eficaz en aras de terror y desesperanza.
“Entretenida, aunque me parece por debajo de las producciones surcoreanas de los últimos años. Y seguramente muy por debajo de Train to Busan 2”
En cuanto a la fotografía de Won-ho Son, me gustó, es lo suficiente nítida y pulcra en todo el filme, lo que se agradece en las escenas de acción... a lo mejor en donde no mucho es a la hora de iluminar los interiores, las habitaciones de pronto lucen muy amplias, lo suficiente para perder esa sensación de confinamiento, la claustrofobia es nula y habría sido un buen elemento. En la actuaciones no tenemos ninguna sorpresa por el perfil de los personajes, una desgracia teniendo en cuenta que el reparto cuenta con Ah-In Yoo (“Burning”, 2018) de Lee Chang-Dong, amé esa película... y Park Shin-hye (“Heart Blackened”, 2017) de Jung Ji-woo.
A mencionar, “#Alive” no es una película original de Il Cho (esto yo no lo sabía hasta que terminé de verla). Está basada en el guión de la película norteamericana “Alone” (2020), escrita por Matt Naylor y dirigida por Johnny Martin (“Hangman”, 2017) con Al Pacino y “Vengeance: A Love Story” (2017) con Nicolas Cage. Entretenida, aunque me parece por debajo de las producciones surcoreanas de los últimos años (ahora que lo pienso Rampant de Kim Sung-hoon no me gustó mucho...). Y seguramente muy por debajo de "Train to Busan 2", estrenada unas semanas después. Pero... pues ahí está, con un bonito póster, dispuesta a divertirte si lo que buscas es una pequeña historia de zombis.