MISSTERROR NOS HABLA SOBRE ESTE HIPNÓTICO VIAJE AL CORAZÓN MISMO DE LOS SUEÑOS SALIDO DE LA MENTE DE ANTHONY SCOTT BURNS
Solo la gente que sufre problemas de insomnio sabe que la auténtica pesadilla no se vive cuando soñamos, sino cuando la sensación de sueño te come pero no eres capaz de dormir. De nada vale intentar poner la mente en blanco. De nada vale seguir a rajatabla los mandamientos de la higiene del sueño. No vale de nada respirar profundamente para relajarte y evitar el estado de ansiedad que provoca el silencio en la oscuridad. Nada vale de nada. Si no podéis dormir, un elevado porcentaje de vosotros tendrá que acudir a una consulta médica para ver opciones. Las opciones suelen pasar por drogas o las temidas unidades del sueño donde se establecerá un control de esas fases del sueño. El terror se instala en el lugar donde se te pide que duermas desde la perspectiva más antinatural que existe: la observación. ¿Hay algo más inquietante que sentir una mirada fija mientras duermes? Sí, existe y es descubrir realmente quien te está vigilando.
“una de las experiencias más seductoras, magnéticas e hipnóticas del pasado festival de Sitges”
“Come True” (2020) se adentra en el mundo de los sueños y como otras tantas películas, se desenvuelve como pez en el agua en escenarios oníricos. El preciosismo de “La Celda” (Tarsem Singh, 2000), la amenaza de “Pesadilla en Elm Street” (Wes Craven, 1984), el poder de “Ink” (Jamin Winans, 2009) o las diferentes capas de “Inception” (Christopher Nolan, 2010) ya nos mostraron las infinitas posibilidades que proporcionan los sueños a la hora de desarrollar tramas y personajes.
La palanca del sueño ha sido siempre utilizada para encajar incoherencias o desafiar la lógica bajo el paraguas de las múltiples lecturas del sueño y su inherente carácter surrealista. Todo vale si es un sueño, pero se debe hilar fino y buscar un propósito para que ese mismo recurso del sueño no sea la trampa mortal en la que caiga la historia principal hasta ser engullida por el absurdo. Anthony Scott Burns parece tener esto bastante claro y se la juega por completo a una carta tan compleja como la tangibilidad de los sueños. Gana el juego.
“una película de tonos fríos y limpios, de neones, y los sueños de una belleza y una estética exquisita, donde toda esa frialdad da paso a la oscuridad”
“Come True” es el segundo largometraje de Burns y en esta ocasión, toma el control por completo de la película, actuando como hombre orquesta para encargarse de la dirección, el guion, la fotografía y la música (todos los apartados donde la película destaca). “Come True” nos enfrenta al mundo de Sarah, una joven con serios problemas para dormir que se intenta buscar la vida como puede para dormir en algún lugar seguro cada noche. Esto la lleva a entrar en un programa de estudio del sueño, no tanto para superar su insomnio sino simplemente por el hecho de tener una cama en la que sentirse segura. Este estudio será tan revelador que la seguridad es lo último que Sarah debería esperar. Esta sinopsis debería ser lo bastante sugerente como para que los que aún no habéis tenido la posibilidad de ver esta película, empezarais a indagar sobre ella. Si aún necesitáis más, deberíais saber que ha sido una de las experiencias más seductoras, magnéticas e hipnóticas del pasado festival de Sitges.
Sin duda, quien juega con los sueños juega con la trampa de hacer creer a su público que todo vale en nombre de la inconsciencia y nuestra nula capacidad para discernir si una imagen onírica es relevante o está incrustada en pantalla con un mero uso estético. En este caso, Burns es capaz de capear bien la sensación de vacío argumental que dejan algunas escenas. Lo hace porque los dos mundos que nos presenta (el real y el de los sueños) tienen un vínculo que trasciende lo subliminal y que muestran una visión científica donde investigadores y soñadores son capaces de entender que a veces sí es todo lo que parece. Está claro que las secuencias que muestren sueños cuentan con un número de oportunidades inabarcables para dar rienda suelta a toda la fantasía que una buena fotografía sea capaz de ofrecer y eso no se le escapa al director. “Come True” es una película de tonos fríos y limpios, de neones, y los sueños de una belleza y una estética exquisita, donde toda esa frialdad da paso a la oscuridad. Si la soledad se pudiera mostrar en imágenes, sin duda “Come True” sería el mejor ejemplo.
“es capaz de explicar un relato complejo y finalmente ofrecer un desenlace menos abierto de lo que puede parecer en una primera impresión”
El guion apunta alto y excepto un final que se decanta por la ambigüedad y algún what the fuck que creo que perjudica más que beneficia, es capaz de explicar un relato complejo y finalmente ofrecer un desenlace menos abierto de lo que puede parecer en una primera impresión, aunque también es cierto que debería haber sido tratado con algo más de mimo.
En el entramado de sueños y cables para soñar, una oscuridad presente casi desde el inicio hace que del thriller se salte a la ciencia ficción y de esta al terror. “Come True” es una película tremendamente atmosférica que deja recaer el peso en una banda sonora absolutamente brillante y en una interpretación tan creíble y minuciosa que, desde mi punto de vista, debería haberle otorgado el premio a mejor intérprete femenina a Julia Sarah Stone. “Come True” es una delicia para los sentidos y envuelve de elegancia la mística del sueño, aunque no sea capaz de construir un buen dibujo de los personajes que justifique sus acciones a medida que avanza la película.
“Come True” es una película que deja una sensación desconcertante que teje en la mente del espectador una conexión con cada escena, tan extraña, como las relaciones que se establecen entre los personajes. De impecable factura técnica y cargada de actitud, sin, duda es una de las películas que destacan en un año en el que cualquier sueño laberíntico e inexplicable, será mejor que la realidad.