Cuando hay talento no hacen falta elaboradas y complicadas puestas en escena. Cuando hay una buena historia, una historia inteligente, no hace falta desviar la atención del espectador con elementos superfluos o grandes y aparatosos efectos especiales. Se puede hacer una película de ciencia ficción con una puesta en escena sencilla, muy sencilla, pero dando importancia a la historia, a los personajes y sobre todo transmitiendo el amor y respeto por aquello que se está contando y por todas sus posibles referencias. Si 'One cut of the dead' (2017) de Shin'Ichirô Ueda demostró que la sencillez que no simplicidad no está rendida con el ingenio y nos dejó una brillante cinta de muertos vivientes, un género en el que parece que ya es difícil hacer algo nuevo, Junta Yamaguchi como director y Makoto Udea como guionista consiguen hacer lo propio con los viajes en el tiempo y su 'Más allá de los dos minutos infinitos' (2021). Y si 'One cut of the dead' se ganó un hueco muy especial en nuestros corazoncitos, a 'Más allá de los dos minutos infinitos' hay que guardarle también un lugar igual o más especial todavía.
“si One cut of the dead se ganó un hueco muy especial en nuestros corazoncitos, a Más allá de los dos minutos infinitos hay que guardarle también un lugar igual o más especial todavía”
La apacible y tranquila vida de Kato y sus amigos dará un giro radical cuando el primero descubra que entre la televisión de su casa y la del bar del que es dueño hay un desfase de dos minutos. Dependiendo del punto del vista del observador se puede ver el futuro o el pasado. Un descubrimiento como ese hay que disfrutarlo lo máximo posible.
Empezar a hablar de 'Mas allá de los dos minutos infinitos' haciéndolo de 'One cut for the dead', no es solo por lo que disfrutamos con ambas cintas, tampoco por el hecho de que los directores de ambas películas consigan transmitir la pasión por aquello que están haciendo. Lo hacemos porque ambas películas están rodadas total o parcialmente en un, aparentemente, plano secuencia. Dejemos de lado el hecho de si hay cortes o de en donde se han hecho, rodar cintas como estas con los medios de los que se dispone (esto no es Hollywood, esto no es '1917' y nuestra intención no es quitar merito a la cinta dirigida por Sam Mendes ya que nos parece un cinta excelente) requiere un gran trabajo previo de planificación y eso no es precisamente sencillo. Si además se cuenta con una historia que juega perfectamente con los viajes en el tiempo y sus personajes la tarea todavía se vuelve más complicada. Y sin duda alguna todo en la cinta de Yamaguchi funciona a la perfección, lo que ya es un gran punto positivo.
“Yamaguchi hace de la sencillez otra de sus bazas. No es esta una película de efectos especiales. El director sitúa la acción en un bar y en la casa del dueño del mismo”
Yamaguchi hace de la sencillez otra de sus bazas. No es esta una película de efectos especiales. El director sitúa la acción en un bar y en la casa del dueño del mismo. El nexo entre ambas son unas simples escaleras. Esto y dos televisores. No hace falta más para dejarnos una de las grandes cintas de ciencia ficción de la temporada. Esa misma sencillez en la puesta en escena ya se pudo observar en cintas tan interesantes como 'Los cronocrímenes' (2007) que siempre diré que está lastrada por el trabajo de Nacho Vigalondo delante de las cámaras o por esa barbaridad imposible de entender como es 'Primer' (2004) de un Shane Carruth, ese desarrollador de software que un día se metió a director y ya de paso montador, compositor, actor...
“ha gustado mucho en todos los festivales en los que se ha proyectado. Y como se ha podido apreciar, razones no faltan”
Pero no solo hemos de fijarnos en la historia o de como Yamaguchi saca el máximo provecho a todos los recursos que tiene, hemos de hacerlo también en sus personajes. No solo el entusiasmo de los amigos de Kato contrasta con su falta de motivación haciendo de ellos el contrapunto perfecto si no que además nos encontramos con una de esas conversaciones donde los protagonistas se muestran tan naturales y tiernos que es difícil no caer rendido a ante ellos. Puede que algunos secundarios un tanto acartonados por los tópicos sean de lo más flojo de la película, pero son necesarios para que el engranaje de 'Más allá de los dos minutos infinitos' funcione y aunque pueda resultar extraño nos dejen uno de los mejores momentos de la película.
'Más allá de los dos minutos infinitos'ha gustado mucho en todos los festivales en los que se ha proyectado. Y como se ha podido apreciar, razones no faltan. Puede que tras todo lo que se ha dicho y se ha escrito sobre esta película, por la ola de simpatía que ha levantado, un espectador que la vea ahora pueda decir eso de 'está bien, pero no es para tanto' (Nota: No fue mi caso pero puedo entender que ocurra. Yo pude disfrutar de esta cinta días después de su estreno en Sitges en una plataforma de vídeo on demand, y por mucho que me habían dicho y contado en mi caso 'Más allá de los dos minutos infinitos' consiguió sorprenderme y hacerme pasar un gran rato) pero desde luego esta es una de esas cintas que desde Nido de Cuervos no nos vamos a cansar de recomendar. Disfrutad de hora y diez minutos absolutamente deliciosos y maravillosos.