Ben Wheatley siempre sorprende. Ben Wheatley es de esos directores que no dejan indiferentes. Si algo tiene Ben Wheatley es mano firme a la hora de saber filmar lo que él entiende que necesita expresar. Puede que Ben Wheatley no siempre sepa cómo contar una historia. Puede que este gran director implique excesivamente al espectador en la historia y que el esfuerzo por nuestra parte, sea grande a la hora de cerrar el argumento o trama, pero lo que está claro es que Ben Wheatley se desmarca del cine contemporáneo con sugerentes títulos que tocan diferentes palos.
Ben Wheatley es Ben Wheatley.
Sí, se puede decir que me interesa bastante lo que hace este director, y que cuando llegó a mis manos "A field in England", no sabía, para nada, lo que me iba a encontrar, pero que desde luego, tenía claro como el agua con hielo que ahora me estoy bebiendo, que fuera como fuera, tenía que verla y descubrir su misterio.
Antes de comenzar con la película, inicié una interesante charla con mi partenaire de visionado, sobre lo que era capaz y lo que no era capaz de hacer este director, ya que "Kill List" creo que tenía un potencial enorme, que era dura, complicada, que tenía un toque de humor macabrísimo que le iba perfecto y una actuaciones solventísimas, pero que al finalizar no sabías lo que acababas de ver, pues parecía que el inicio y desarrollo de la película iban por un lado, y el final por otro muy distinto, parecía que por error se hubieran unido dos películas diferentes...Con "Kill List" terminé descolocada por completo, pero tuve presente que a este director había que seguirle de cerca. Luego llegó "Sightseers" , que me pareció magnífica, estructurada, demencial, entrañable y acertadísima en todos los aspectos, y teniendo aún una asignatura pendientes con "Dowm Terrace", con estos dos títulos, me atrevía a ponerle en mi top de directores "de ahora", a falta de algún título más que le hiciera destacar entre mi élite personal.
¿Por qué os cuento todo esto? Porque ese título ha llegado, y encumbra a Mr. Wheatley como una figura genialmente respetable en este del mundo del celuloide. Y como bien es sabido, la gente así, la gente que sabe canalizar perfectamente su talento para que el resto disfrutemos de él, no siempre cuenta con el beneplácito del resto de mortales...me explico, "A field in England" que es el título en cuestión, va a ser amada, pero tengo presente que también va a ser odiada. Lo que es absolutamente imposible es, que deje a alguien indiferente, algo que para mí, es el mayor logro de un artista.
Ahora es cuando debería hablaros de la película, donde debería convenceros para que la vierais y pudierais opinar, pero pese a que llevo puestas mis gafas de pasta negras, me veo absolutamente incapaz de realizar ese ejercicio con un mínimo de rigor, pues llevo un día entero cavilando sobre la película, llevo un día entero dándole vueltas y vueltas en mi cabeza y aún no soy capaz de decir de qué va la película o qué se nos quiere contar con ella, algo, que a todas luces debería ser el elemento negativo por antonomasia en el cine, pero que teniendo en cuenta que Ben Wheatley nos obliga a apagar esas luces con "A field in England", ya no hay luces que valgan, y nada significa nada, y cualquier cosa lo puede significar todo para los espectadores, quienes son la pieza clave para encajar un puzzle inglés de un millón de piezas chiquitinas que cada uno terminará a su manera.
La guerra Civil sirve como escenario para mostrar a un grupo de desertores y delincuentes, a los que un destino negro guía por la campiña inglesa. Los personajes: Whitehead, Cutler, Trower y "Amigo" no están delineados en ningún momento, no sabes de dónde vienen ni a dónde van, y caminas tres cuartos de hora de la película sin identificar a ninguno de ellos, sin saber qué pintan en el campo, sin saber por qué están juntos, de qué huyen o qué buscan. Es esta primera mitad de la película, la más complicada, pues ni hay monólogo, ni historia coral, sólo personajes hablando de cosas que no entiendes y dejando ver de una forma exageradamente imperceptible, un pasado y una ausencia de futuro. Lo que dejan claro es que cada uno de ellos es un perdedor, y con una puesta en escena psicodélica, oscura y pesimista, si hay algo que hacer con ellos, es seguir caminando otros cuarenta y cinco minutos más, para intentar sacar algo en claro.
En esta primera mitad, el estilo de filmación queda absolutamente definido. La película está rodada íntegramente en blanco y negro para dotar de mayor dramatismo a una propuesta, que ,como es habitual en Ben Wheatley, se mueve entre diferentes géneros, que hace inclasificable al conjunto, entre los que se encuentra el drama, el terror psicológico, o incluso el thriller, con alguna pincelada de humor negro, pero que engancha, aún yendo a ciegas en esta película.
Los planos están cuidadísimos e intentan ser un sentido más, pues esta película es una película de sentidos, donde sólo nos falta el olfato, para meternos de lleno en ese extenso campo que se nos muestra durante todo el film. Es así como el sentido de la vista se queda totalmente satisfecho, ya que no sólo el preciosismo de las imágenes en blanco y negro le llenan, sino que un conjunto de escenas estroboscópicas, perfectamente encuadradas y engranadas, dotan al paisaje de una locura extrema, que o bien te llevan a un ataque de epilepsia o te hacen entender lo que en la segunda parte de la película se te quiere contar.
Y siguiendo con los sentidos, mención de honor se merece la banda sonora (y la ausencia de cualquier tipo de sonido en ciertos momentos), que no solo me parece uno de los mayores aciertos de "A field in England", sino que te hace estar aún más atento a todo lo que sucede en la pantalla y meterte en el terreno al que Wheatley quiere llevarte (aunque realmente tú no sepas dónde coños irás a parar).
Una vez atravesada la barrera inicial de sentirte profundamente perdido por una historia que no tiene ni pies ni cabeza, llega la segunda parte, que es dónde realmente reside todo el logro de "A field in England". La parte que marca el nuevo inicio y el fin (curioso, cuando ya llevamos vista media película...). Ese inicio y fin tiene un nombre: O´Neil, un hombre sin escrúpulos, que utilizará a los cuatro personajes anteriormente citados a su conveniencia para conseguir todo aquello que anhela, y cuando digo todo, creedme que TODO. Es este personaje el que empieza a abrir un claro en la oscuridad que se cernía sobre nosotros como espectadores, pues algo de lo que vemos ( y no todo), comienza a encajar, y entendemos que la historia de Wheatley atiende a temas de avaricia, servilismo y búsqueda, sobre todo búsqueda, pues cada uno de los personajes están en ese campo porque buscan algo, ya sea riqueza, escape, autoconocimiento, venganza, amistad o simplemente un propósito por el que seguir viviendo, en un mundo que les has ha negado cualquier ápice de felicidad.
Una vez que el viaje se retoma con un propósito , el bizarrismo en lo que se nos cuenta se hace patente, de la misma manera que emerge la parte mas enfermiza y sádica de un Wheatley, que no duda en bestializar a sus personajes y preparar un final doloroso, extraño, vacío, pesimista, reflejo de la locura y tremendamente oscuro , que lleva al espectador a preguntarse a sí mismo, si el viaje por ese campo inglés ha merecido la pena, algo que tengo que decir sin duda alguna que sí, porque puede que sea una de las películas que menos haya entendido en mi vida, y me explico, yo he entendido lo que he querido entender, pero no estoy segura de entender lo que realmente el director me ha querido explicar (en caso de que exista tal explicación más allá de lo que vemos). pero la he disfrutado y me ha hecho pensar, me ha hecho revivirla en mi mente una y otra vez, y eso es un logro que, para mi, marca la diferencia, aparte de enganchar visualmente a niveles estratosféricos.
No quiero terminar sin destacar la magnífica ejecución de todos y cada uno de los actores, que es algo magistral (algo que realmente es una constante en el cine de Wheatley), y decir que os animéis con este título, que más allá de su gafapastismo y su pretenciosidad, es una de las propuestas más ricas, en muchos aspectos, que vamos a tener este año, porque si queréis algo diferente, no hay duda, "A field in England", sobre todo, es algo diferente.