Lo he visto todo sobre tiburones – Dinoshark, Sharktopus, Mega Shark vs Giant Octopus pero para todos los amantes de las grandes mierdas de Syfy, Asylum lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a darle una vuelta de tuerca a la fórmula inexplicablemente exitosa de ataque-del-monstruo-ciencia-ficción-terror-WTF. El jueves 11 fue la premier de Sharknado en televisión donde se reúnen tres desastres básicos: un desastre natural, una criatura oceánica capaz de hacer DESASTRES y un desastre en Hollywood (gracias Tara Reid).
¡ALLÁ VAMOS!
A ver como os lo digo, no os confundáis con Ciudadano Kane, este thriller sobre el ataque de tiburones sigue a Fin Shepard (Ian Ziering – Steve de Sensación de Vivir) y sus amigos mientras luchan por salvar la costa de Santa Mónica de unos tornados infestados de tiburones que están mutilando la ciudad. Y ya.
La película empieza con un cazador furtivo con un fantástico acento de Europa del Este haciendo business con un empresario japo sobre la venta de tiburones a un alto precio. ¿Lo mejor de esta escena? El dinero en una caja de madera de mierda, pero dinero montante y sonante, no como lo que cobramos nosotros, EN UNA CAJA DE MIERDA. Sin embargo, el barco se ve rodeado de temblores provocados por tiburones que van saltando a cubierta arrojados por los torbellinos del huracán David. Las bestias empiezan a caer sobre los tripulantes del barco y de paso, a comérselos. Que no necesitan ellos comer sardinas para beber agua, no sé si me explico. El barco se va a tomar viento y acto seguido estamos en una inmaculada playa typical Californian style.
Montones de surferas sexy y camareras en bikini, un adorable borracho en la barra nos muestra la calma previa a la tormenta. El huracán llega rapidico, que no estamos para tonterías; y el dueño del bar, Fin, su amigo surfero Baz (Jaason Simmons) y su camarera más fiel Nova (Cassie Scerbo) forman un grupo para acabar con la tormenta de tiburones que empieza a asomar por las ventanas del bar. Bate de beisbol, escopetón y una banqueta del bar, ¿pa’ qué más?
Fin se da cuenta de que su familia, a la que no ve mucho; que vive en las montañas no se va a enterar de las brutalidades que el clima está trayendo. La tropa se sube a un jeep y se dirige a las zonas altas, donde su odiosa mujer April (Tara Reid) y su resentida hija Claudia (Aubry Peeples) viven. Las malas noticias nunca vienen solas y pronto vemos como el nuevo novio de April quiere hacer de alpha-male pero no os preocupéis, que en nada y menos un tiburón se carga la competición de ambos machos comiéndose al adorable chavalote. Así ya no tenemos ridículos triángulos amorosos por ahí.
Se van a buscar al otro hijo de Fin, Matt (Chuck Hittinger) y por el camino se encuentran un autobús lleno de niños indefensos, casas de viejetes y lo más importante, la ciudad entera siendo arrasada por tres tornados (no uno, tres) que lo van destruyendo todo a su paso. El muchacho Matt está en la escuela de vuelo así que rápidamente se monta unas bombas no sé muy bien cómo.
SPOILER
Yo lo que quiero es hablar del final que me ha dejado muy muerta. Es un final muy loco. Ya parece que está todo el pescado servido que un tiburón enorme se dirige hacia Fin y este, motosierra en mano; se mete por la boca asesinándolo PERO, PERO… luego se abre paso abriendo el bicho en canal y saliendo VIVO. Pero lo más fuerte no es eso, es que mete el brazo dentro del animal y saca a Nova, QUÉ TAMBIÉN ESTÁ VIVA. Y eso que estando en un helicóptero, se cae (torpeza máxima) y un tiburón se la come. Qué hermoso el azar que hace que sea ese mismo tiburón que abre Fin y que hermosa la vida que se nos muestra, que si no te muerde el tiburón puedes vivir dentro. La historia de Jonás.
FIN DEL SPOILER.
Porqué me ha gustado:
Es honesta. El título no pretende engañar a nadie. La primera escena no implica nada y nunca más se la vuelve a nombrar. Los personajes hablan en diálogo elemental, nada de jerga científica o palabras elaboradas. Vaya, una peli sencilla con tiburones y sangre.
Es un aviso político. Nos recuerda que todos debemos estar al tanto con el calentamiento global y sus efectos negativos y que no debemos subestimar el potencial de la madre naturaleza. De manera alternativa nos anima a pensar en interpretaciones más profundas del origen. ¿Es la obra de Dios? ¿Es el apocalipsis tal y como lo afirma un periodista en la tele? O como bien dice el vendedor de una tienda: “Es el gobierno. Están detrás de todo y controlan toda la información de cada ciudadano. Saben qué comes, qué te gusta y cuál es tu queso favorito.”
Es científica.“Bombas. En vez de dejar que tiburones vivos caigan sobre la gente, nos subimos en el helicóptero, tiramos bombas al ojo del tornado y dejamos que caigan ya muertos”. Matt usa su entrenamiento de la escuela de piloto para calcular una solución sin cabos sueltos para los torbellinos de tiburones. L.A. Baz enseña a sus discípulos que un tornado es una conjunción de dos vientos a diferentes velocidades que se combinan y giran a la vez. Fin, Matt y Baz combinan sus impresionantes conocimientos sobre naturaleza y física sólo para explicarnos que puedes tirar una bomba de estar por casa en el centro de un ciclón y neutralizarlo, y que inmediatamente saldrá el sol tras la detonación.
Provoca futuras meditaciones. A pesar del tono obviamente cómico, Sharknado deja en el aire algunas preguntas y varias posibilidades estimulantes a qué atenerse. ¿Dónde están las otras criaturas del océano? ¿Son los tiburones los únicos peces compatibles con tornados? ¿Cabe un tiburón en el alcantarillado de mi casa? ¿Sabe el gobierno cuál es mi queso favorito?
Son 86 minutos de despropósitos, diversión anti-científica y mucho drama teatral. ME ENCANTA. Con unos pocos trucos homemade, Sharknado consigue que veas este truño y te lo pases bien. No esperes realmente nada bueno de esta película, que esa es la grandeza que hay en ella. Es tamaña mierda que no puede no gustarte. Eso sí, sólo para amantes de tiburones y desastres naturales. Los demás, por favor; absteneros. No es para vosotros.