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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Unwelcome

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EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL REGRESO AL FANTÁSTICO DEL BRITÁNICO JON WRIGHT A MODO DE REDENCIÓN


Ocho años después de su última intentona, el británico Jon Wright regresa al fantástico a modo de segunda oportunidad tras una primera etapa, por decirlo de alguna manera, “discreta”. Tras el insípido debut que supuso “Tormented” (2009), un slasher sobrenatural de corte adolescente, Wright probó suerte con algo tan propio de la cinematografía autóctona como es la comedia de terror, pero “Grabbers” (2012) se quedó en otra propuesta miserablemente “simpática” que se hundió en las últimas posiciones de una liga tan disputada como aquella, con un panorama repleto de propuestas similares en concepto, pero harto superiores en ejecución. Del intento de blockbuster con actores mediáticos que se quedó más cerca del exploit de The Asylum que del susodicho, mejor no hablamos. Por si alguien siente obscena curiosidad: “Robot Overlords” (2014). 


“Wright se aleja de la insultante inocencia de Grabbers para acercarse al espíritu cínico de un compatriota suyo, el caído en el olvido Jake West” 


Ante semejante panorama, poco sugerente se antojaba la nueva obra de Wright, pero lo cierto es que “Unwelcome” (2022) es desde ya una de las grandes sorpresas de la temporada. Presentada en la pasada edición del festival de Sitges, la película juega al despiste en sus primeros compases, apuntando hacia el home invasion en su prólogo, incómodo y pregonando una suerte de experiencia intensa tan propia del subgénero que nunca llega, pues tras él, “Unwelcome” parece adentrarse en el terror sobrenatural de corte familiar, con la típica familia que huye escaldada de la gran ciudad para comenzar una nueva vida en el medio rural. Pero no, tampoco dura mucho la broma. 

Y es que “Unwelcome”, no tarda en revelar su auténtica naturaleza: la comedia de terror. Por suerte, Wright se aleja de la insultante inocencia de “Grabbers” para acercarse al espíritu cínico de un compatriota suyo, el caído en el olvido Jake West, quien hace más de una década firmara obras bastante gamberras como “Evil Aliens” (2005) o “Doghouse” (2009). Wright encuentra en “Unwelcome” ese punto irreverente que le faltó a “Grabbers” consigue dar forma ahora sí, a un título con pegada y personalidad donde partiendo de una historia mil veces vista (se podría decir que rozando la autoparodia), el director dirige y escribe junto a Mark Stay un sorprendente folk horror con tintes (muchos) de comedia negra y de paso, pone sobre la mesa esa acidez tan propia de los británicos a la hora de hacer humor para reírse de la entrañable rivalidad entre ingleses e irlandeses, principal fuente de inspiración del grueso de gags de la obra, con permiso del folclore local, si es que realmente hablamos de dos cosas diferentes. 


“Douglas Booth en modo alumno aventajado de Dustin Hoffman pasándose por el forro buena parte de todos esos tópicos rancios y caducos que tienen que ver con la masculinidad” 


Llama sobremanera la atención la especial paleta de colores, extremadamente saturados y acercando estéticamente la obra a ese technicolor al que tanto partido le sacó Ti West el pasado año en “Pearl” (2022). Lo cierto es que este tratamiento de la imagen funciona como un tiro con el tono de la película y con ese aire a cuento infantil macabro que siempre sobrevuela una historia que pese a lo previsible de todo lo que nos cuenta, pues en ningún momento abandona la idea de revisitar lugares comunes del fantástico, sabe mantener intacto el interés del espectador entre otras cosas, gracias a su cuidada puesta en escena.

Y eso que lo mejor de “Unwelcome” en clave visual aun está por llegar y tiene que ver con la acertada elección artística a la hora de dar vida a las criaturas del relato, una suerte de marionetas de trapo que para nada hubieran desentonado en un capítulo de “Sesame Street”, si bien el perfil psicológico de estas dudo encajase dentro del universo de la mítica serie infantil. Son estos encantadores cabrones bajitos los que se ganan todos los más sonados aplausos de la entregada grada, por encima incluso de un reparto sólido repleto de personajes tan estúpidos como adorables donde la pareja protagonista formada por Hannah John-Kamen (una habitual del género en los últimos tiempos) y Douglas Booth satirizan con mucha gracia sobre las relaciones de pareja y sus roles, eso sí, siempre a la sombra de un fabuloso Colm Meaney, todo un clásico de la ciencia ficción al que hemos echado en falta en la increíble tercera y última temporada de cierta serie reciente y al que el papel le viene como un guante. 


“Lo que sí abunda en Unwelcome es la sangre, resultando mucho más explicita de lo que podría esperarse y todo ello a base de efectos tradicionales y palpable mala baba” 


Es imposible disfrutar “Unwelcome” sin acordarse constantemente de Sam Peckinpah y su “Straw Dogs” (1971), con Douglas Booth en modo alumno aventajado de Dustin Hoffman pasándose por el forro buena parte de todos esos tópicos rancios y caducos que tienen que ver con la masculinidad y que contextualizados dentro del libreto de Wright y Stay, ofrecen dos visiones de ambos personajes (en apariencia similares), completamente diferentes. 

¿Y de terror que tal? Pues más bien poco. El prólogo condensa cualquier contenido ajeno a la comedia de la película. Lo que sí abunda en “Unwelcome” es la sangre, resultando mucho más explicita de lo que podría esperarse y todo ello a base de efectos tradicionales y palpable mala baba, evitando así que el nivel de comedia negra no se acomode en ningún momento en escenarios más tibios que pudieran afear la obra al acercarla hacia los dominios de lo naif o de la soberana tontería, algo de lo que suelen pecar muchas comedias de terror y de lo que por suerte, Wright parece tener la lección bien aprendida tras sufrirlo en el pasado en sus propias nalgas. Grata sorpresa por tanto, un ídem a apuntar en el casillero de su director y una nueva demostración del buen hacer de los británicos a la hora de abordar este tipo de películas. 

Lo mejor: Los villanos, tanto los de carne como los de trapo. Lo fresca y entretenida que resulta pese a no contar nada nuevo. 

Lo peor: Tarda más de lo deseado en poner sobre la mesa sus mejores cartas y el recordatorio de lo poquito que hemos podido ver a Colm Meaney en el género.



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