KRUEGER NOS HABLA SOBRE LA NUEVA ENTREGA DE UNA DE LAS MEJORES SAGAS QUE HAYA DADO NUNCA EL CINE DE TERROR, CON LEE CRONIN A LOS MANDOS
He dejado pasar un par de días antes de encarar esta crítica. Era tal el subidón con el que salí de la sala, que temía hacer un reseña envuelto y dopado en endorfinas provocadas por litros y litros de sangre. El principal motivo de la espera era ser coherente y hacer una comparativa entre está “Posesión Infernal: El Despertar” (Lee Cronin, 2023) y “Posesión Infernal” (Fede Álvarez, 2013) lo más justa posible; y es que pretendo dejar a un lado la trilogía original de Raimi. Los tiempos y los productos han cambiado; ha pasado mucho tiempo desde su estreno y estamos hablando de nuevos enfoques sobre el libro de los muertos y los demonios kandarianos, de ahí que aún teniendo presente la santísima Trinidad de lo que para mí es el cine gore, vaya a dejarlas un poco de lado, ya que siendo sinceros, cintas sobre “Posesión Infernal”sin el personaje de Ash deben analizarse desde un prisma distinto, por mucho homenaje (velado o no) que presenten.
“Un circo de tres pistas gore que no se corta ni un pelo, alcanzando cimas de paroxismo sanguinolento en su clímax”
De primeras, la última entrega de nuestra saga de posesiones favorita es una bestialidad. Un circo de tres pistas gore que no se corta ni un pelo, alcanzando cimas de paroxismo sanguinolento en su clímax. De hecho, una vez dejamos a un lado la introducción (no el prólogo), que vista la chicha que iban a mostrar se antoja algo larga, la película se convierte en un continuo tour de force por ir más allá, hasta el punto de que el publicitado rayador de queso termine siendo algo anecdótico, dentro del carrusel de barbaridades que van a desfilar antes nuestros ojos. En ese sentido, solamente podemos aplaudir, sonoramente y en pie, a un Lee Cronin que presenta una cinta, con claras aspiraciones comerciales y de saga, tan bruta como la que nos ocupa... y es que esto no es “Terrifier 2” (Damian Leone, 2022) comercialmente hablando.
Dejando claro que estamos frente a una película imprescindible para amantes de la saga y uno de los must de este 2023 (demos gracias a Satán por que haya llegado a salas de cine…), hay que reconocer que el combate lo gana Fede Álvarez, aunque sea por puntos y no por K.O. A su favor, la última entrega tiene los aires de renovación: un cambio de escenario, que no molesta en absoluto, y el hecho de atreverse a ampliar la mitología de la saga (fantástico el diseño del nuevo Necronomicón, no tanto sus dibujos); pero es que la película de Álvarez era una obra maestra, una película sin una gota de esperanza ni de humor y por encima de todo, un brutal relanzamiento de un producto querido por los fans, que iba a prescindir de su principal reclamo, esto es, el personaje de Ash Williams. Partir de ese inicio y entregar una cinta tan espectacular como la que nos ofreció Álvarez a los aficionados, es para aprender a pronunciar “klaatu barada nikto” sin equivocación alguna.
“El trabajo de Alyssa Sutherland es maravilloso, ofreciendo la más aterradora y convincente muestra de maldad de toda la saga”
La película de Álvarez, aún partiendo de un escenario conocido por todos (en ningún momento se abandona la famosa cabaña), resultaba más personal que la cinta de Cronin, aunque está no se encuentre exenta de personalidad propia, pero sí parece existir una sensación de rendir cuentas a la saga (los homenajes, el par de momentos cómicos que sobran totalmente) que la cinta de Álvarez se paso por el forro del libro de los muertos. Es curioso que termine resultando más rompedora la cinta que menos se aleja de los cánones de la obra original.
Técnicamente pocas pegas pueden ponerse a “Posesión Infernal: El Despertar”: las set pieces de terror se encuentran elaboradas con un notable ritmo de la tensión y la fotografía transmite a la perfección esa sensación de oscuridad y peligro. El guion, más allá de las notas a pie de página que amplían la mitología, se esfuerza en presentar y remarcar la humanidad de la familia protagonista, de cara a intensificar el sufrimiento que viviremos durante el asedio demoníaco. No puede decirse lo mismo de los personajes secundarios, pero el film demuestra, mediante un curioso recurso de puesta en escena, que están ahí para lo que están. Otro acierto resultan los maquillajes prostéticos (hay algunos aspectos verdaderamente fantásticos, especialmente en el clímax) y el CGI conviven sin molestarse el uno al otro, en buena lid y con el objetivo común de ofrecer el mayor espectáculo sangriento.
“Una película de terror puro y duro, sin concesiones al espectador casual, pero con mucha miga para el aficionado de toda la vida”
Hay un aspecto en el que la cinta de Cronin si ganaría a la de Álvarez y en este caso sería por goleada: “Posesión Infernal: El Despertar” presenta la mejor encarnación de un deadite de toda la saga. El trabajo de Alyssa Sutherland es maravilloso, ofreciendo la más aterradora y convincente muestra de maldad de toda la saga. Una performance escalofriante, con planos que se quedan grabados en la retina, como esa sonrisa demoníaca a través del ojo de pez de la mirilla.
En estos tiempos en los que el terror goza de buena salud, pero a veces se pone el traje de las segundas lecturas gafapastiles, es tremendamente gozoso encontrar un producto tan old school como el que entrega Cronin. Una película de terror puro y duro, sin concesiones al espectador casual, pero con mucha miga para el aficionado de toda la vida. Así, por muchos años más de la saga.