Crítica: The Innocents

En un complejo de edificios de Noruega 4 niños empiezan a desarrollar de la noche a la mañana una serie de poderes que van desde la telequinesis y telepatía, hasta el control mental. Poco a poco toda la situación ira adquiriendo un cariz siniestro a medida que uno de ellos aprende a utilizarlos en su beneficio sin importar quien se cruce en su camino. Que el cine nórdico es capaz de brindarnos películas de una altísima calidad no es algo nuevo, pero debo reconocer que pese a ya ir predispuesto a esta idea no esperaba encontrarme con una película tan excelente como la que aquí reseño. Este filme logra por méritos propios estar entre las mejores cintas de metahumanos que se han realizado hasta ahora y no creo exagerar cuando digo que podemos estar ante una futura obra de culto. 

Este largometraje con individuos con superhabilidades es muy particular, no posee ni un elenco numeroso, ni grandes efectos especiales, ni deslumbrantes momentos de acción, pero logra con mucho realismo y a fuego lento responder ciertas interrogantes. ¿Qué sucede si las personas adquieren superpoderes?, ¿Qué pasa si estas son niños?, ¿Cómo es que surgen los villanos? De forma pausada, minuto a minuto y con un suspenso que nos dejara el corazón en la boca se nos irán aclarando estas preguntas. En un principio sentiremos que por haber visto “The Boys” e “Invencible” estamos preparados para lo que vendrá, ver como las súper habilidades corrompen a los individuos al elevarlos sobre el resto de las personas y permitirles hacer lo que quieran con estas. 

Pero les aseguro que nada de lo conocido nos prepara para lo que sucederá en esta película, el lado más perverso y retorcido del ser humano se hará presente a través de diferentes actos– homicidio, tortura, lesiones- solo que esta vez serán niños sus perpetradores, lo que hará que toda la experiencia audiovisual sea una montaña rusa emocional que va desde la empatía al odio más visceral. El director Eskil Vogt logró en todo momento tenerme al borde de la silla y sin poder despegar los ojos de la pantalla a medida que veía como uno de los personajes iba perdiendo toda moralidad - y por que no humanidad- ante las habilidades que adquiría (no pude dejar de pensar en la similitud del anime “Akira” (1988), cuando Tetsuo iba desarrollando sus poderes mentales) y la aberración de los actos que cometía.

Pero no todo es tan simple en esta película y la lectura profunda también se nos permite. ¿Cómo no sucumbir ante tanto poder sin alguien que guie o tutele en la responsabilidad de su uso? El director hace una alegoría de la situación en la que muchos niños y adolescentes se encuentran hoy en día, abandonados ante un mundo complejo, cambiante y desafiante que los confunde y en el que se sienten amenazados. Todos los niños en el largometraje poseen padres que de una manera u otra los desatienden, ya sea por las realidades de un mundo laboral cada vez más absorbente, por prestarle más atención a un hijo que a otro, por las dificultades que implican ser madres solteras o lisa y llanamente por que no les interesan. 

La idea detrás de esto es valida, no debemos esperar que los jóvenes crezcan como adultos responsables si el único rol que adquirimos es darles un plato de comida, dejando de lado el central acto de referentes y brújulas morales que sirvan de guía a sus acciones. Esta cinta de terror psicológico de forma realista y cruda muestra el nacimiento de un supervillano, no por un mal día – como en “La Broma Asesina”- sino por la ausencia de guía. Es ahora momento de llegar al punto fuerte de esta película, a lo más sobresaliente de la misma y con esto me refiero a las actuaciones. Los 4 niños protagonistas de esta cinta realizan una tarea espectacular, cada uno en su rol se pone la cinta al hombro y logran descollar en sus respectivos papeles. Ellos son los responsables de que una película que debería ser una más del montón logre ser tan perturbadora y se vuelva de visionado obligado para todos los que nos gustan las obras de superhéroes. AVISO SPOILERS. Dentro de estas quiero destacar dos performances, la de la niña Alva Brynsmo Ramstad y su antagonista Sam Ashraf. La primera esta notable en su rol de una niña con autismo y quiero recalcar que su actuación fue de tal nivel que realmente pensé que habían contratado a una actriz con esta condición médica; nunca -y repito nunca - vi a alguien representar esta enfermedad de una manera tan creíble y humana. El otro es el villano, y que villano tenemos en la película, un niño perturbado y atormentado, un psicópata que no duda en deshacerse de todo el que lo molesta sin el más mínimo sentimiento de culpa 

Estos dos niños irán gradualmente enfrentándose ante las diferentes posturas que tienen con sus nuevas habilidades, la niña autista no habla, ni se comunica, pero siente y sufre frente a los abusos que recibe de otros -entre ellos su hermana. Frente a esto aparecerá la actriz Mina Bremseth que con su habilidad de leer los pensamientos se hará amiga de ella y dará “voz” a sus ideas. Por el otro lado como dije el niño Ashraf no duda en lastimar y hacer sufrir a sus semejantes sin el menor cargo de consciencia y se generá un personaje tan siniestro que hará parecer al personaje de “Brightburn” (2015) un villano de segunda categoría. 

La batalla final entre los dos personajes que más poderes desarrollaron, es sin estridencias, ni grandes efectos, una brutalidad. Sabemos que solo uno puede sobrevivir y quiero aclarar que este es cine nórdico no estadounidense, por lo que solo uno lo hará. Mientras Marvel y DC luchan con sus nuevas fases y reinicios se nos coló una película que sin grandilocuencias nos muestra que todavía pueden hacerse maravillas en el cine de superhéroes.