Crítica: La Cosa

En una estación experimental de la Antártida, un equipo de investigadores descubre a un ente extraño venido del espacio, que según todos los indicios ha permanecido enterrado en la nieve durante más de 100.000 años. Al descongelarse, experimenta una metamorfosis sorprendente...

 

“La cosa (El enigma de otro mundo)” fue vista en su día por una parte de la crítica como un film mediocre donde la tensión jamás llega a manifestarse (José Maria Latorre de Dirigido Por... es uno de ellos). Hoy en día parece increíble dicha afirmación al igual que parece increíble que su banda sonora, compuesta por Ennio Morricone, fuera nominada a los premios Razzie (los antiOscar) en 1982. Solo coincido con Latorre en que el largometraje de John Carpenter (no escrito esta vez por el mismo, sino por Bill Lancaster, hijo del actor Burt Lancaster) es más una adaptación de la novela corta de John W. Campbell que un remake de la antigua película de Howard Hawks y Christian Nyby.

De las cuantiosas críticas que he leído sobre “La cosa” extraigo que todos parecen reconocer a los protagonistas humanos como las víctimas de la película. Que equivocados están. ¿A caso el ente extraterrestre no es el verdadero afectado de todo lo que ocurre en la historia? Esto lo analizaré por partes.

Primero. El film comienza con un perro huyendo de unos lunáticos en helicóptero que no cesan en su empeño de disparar a matar. El can se refugia en la estación experimental donde el personaje de Kurt Russell y sus compañeros residen.

Segundo. Cuando el ente o cosa se manifiesta no deja de huir de los humanos, ya sea a través de cualquier hueco o convirtiéndose en uno de ellos, una habilidad que demuestra su instinto de defensa y de supervivencia. En toda le película no dejamos de ver a una criatura que lo único que procura es sobrevivir.

Tercero. El extraterrestre como tal se encuentra en un lugar extraño y todo lo extraño es para el hombre peligroso. Desde que es descongelado, el alien se ve lidiando con la amenaza de ser destruido por los humanos. Debemos tener en cuenta que su nave se estrelló (¿tal vez aterrizó en malas condiciones? ¿Podemos descartar que viniera por voluntad propia visto el estado de la nave?) y que posiblemente el ente solo quiera volver a su hogar.

Cuarto. Los humanos responden al alien con lanzallamas y otras armas. Cierto es que la cosa no se presta a dialogar, pero si tenemos en cuenta que ya al principio de la película le estaban disparando poco podía esperar del resto de humanos que se encontrara en su camino. Esto me recuerda a “Solo ante el peligro” donde el sheriff de un pequeño pueblo debía enfrentarse solo ante unos criminales con intenciones de venganza.

Quinto. En una parte de la historia observamos como el extraterrestre a creado una pequeña nave lo que demuestra la teoría de que lo único que quiere es largarse del lugar y huir de los humanos.

Sexto. Las intenciones del alien no son malignas. No pretende comérselos ni experimentar con ellos, solo quiere escapar y en todo momento actúa en defensa propia. Lo vemos en la memorable escena en la que un médico intenta reanimar a un hombre y resulta ser el monstruo transformado en humano que le arranca los brazos de cuajo para luego huir. Un trabajo de efectos visuales de lo mejor del film.

 

“La Cosa” (1982) de John Carpenter es una obra maestra del cine de terror por esa mezcla de cine de suspense con cine de horror y ciencia ficción (las tensiones del grupo por descubrir quien es la cosa que hace que todos sospechen de todos), los efectos visuales y la dirección de Carpenter, un realizador muchas veces menospreciado al igual que su obra. Sin embargo, el tiempo pone a todo el mundo en su lugar y el film es en la actualidad una obra de culto indiscutible y su director un autor a tener en cuenta por este y por otros trabajos.