A veces las emociones no llegan cuando tienen que llegar, a veces hay que darle tiempo al tiempo, hay que confiar, y dejarse llevar, aunque cueste, aunque las primeras sensaciones no hayan sido positivas, porque las primeras impresiones, en mi caso, raramente se corresponden con la realidad.
La primera temporada de "The Walking dead" a mi no me causo ninguna sensación. Supongo que el momento de tu vida en que ves algo, con quién lo ves, o qué ocurre a tu alrededor en esa época, influye y mucho. Supongo también que no supe ver que "The Walking dead" no es una serie de zombies (aunque sean los mejores que servidora haya visto nunca), sino de personajes y superación, algo que para mi es determinante hoy en día. Por todo esto es por lo que quiero dedicar este pequeño artículo al Rector, ya que fue su insistencia y su pasión, la que hizo que me volviera totalmente adicta a cada uno de los personajes que intentan sobrevivir entre los caminantes. Cuando alguien te conoce bien, hay que hacer caso, hay que dejarse llevar. Yo lo hice, y me encontré con el temido apocalipsis zombie.
Los fans de esta serie, somos conscientes de que se ha abierto el infierno y se ha tragado la Tierra. No hay motivo para explicar a estas alturas, lo que ha supuesto el apocalipsis zombie para los pocos supervivientes. En las tres temporadas anteriores, hemos visto que cuando algo sale mal, seguramente pueda salir peor, y de hecho, siempre sale peor. Hemos visto cómo el hombre es el peor enemigo del hombre, y cómo el ser humano es capaz de reponerse de absolutamente todo en pos de la supervivencia.
La cuarta temporada, como viene siendo costumbre, también está dividida en dos partes: La tranquilidad y la desesperación.
En la tranquilidad, todos los personajes conviven con cierta calma, y la cámara se expresa desde esta misma calma. El grupo de Rick cada vez vive más cohesionado en la cárcel. Los sistemas de vigilancia, aprovisionamiento, y defensa, funcionan a la perfección. Cada uno de los personajes ha encontrado su función dentro de esa cárcel, que curiosamente, es lo más parecido a la libertad que van a encontrar nunca. Rick y Carl cada vez se entienden mejor y miman el huerto como si fuera la última creación del ser humano en la Tierra. Hershel, reconvertido en líder, tras el tiempo de descanso que Rick necesita, es el portador de la sabiduría y los buenos consejos,así como de la calma que se necesita en tiempos tan oscuros. Glenn Y Maggie cada vez funcionan mejor como pareja. Beth cuida a la perfección de la pequeña Judith. Carol intenta ser el ejemplo de fuerza en tiempos en lo que todo se paga. Karen, Tyreese y Sasha cada vez están más integrados en el grupo y Daryl y Michonne han aprendido a pasar página.
Esta primera parte, muestra la esperanza de un mundo en el que todo representa un peligro, y en el que cada día cuenta. Es en la tranquilidad, donde, preferencias aparte, te encariñas definitivamente con todos y cada uno de los personajes de la prisión, incluso lo haces, con algunos con los que nunca creíste hacerlo, porque, sí señor, el Gobernador, reaparece en nuestras vidas y lo hace como un personaje reinventado. Y todos y cada uno de ellos forman el todo que da vida a esta primera parte, en la que la escisión viene de la mano de la guardiana del peligro, aquella dulce mujer que protege a los suyos por encima de todo, y así es como Carol Peletier, inicia el legado de la desconfianza y de la venganza, precisamente errando en una de sus máximas, al no pensar con la cabeza fría, como ella enseña a hacer a los niños de la cárcel.
En el momento en que se vuelven a tener que tomar decisiones duras, aunque justas, es cuando vuelve Rick, el Rick que todos ansiábamos ver de nuevo: el luchador atormentado que conoce mejor que nadie la condición humana.
Un parón en el camino, y nos despedimos de Carol, odiándola, transformando la admiración, y en cierta parte la lástima, en un arma contra su personaje, porque los sentimientos provocados en el espectador, en "The walking dead", son el zombie más terrible, aquel que es capaz de racionalizar para depredar. Pero teniendo en cuenta que aquí si te paras estás muerto, y que el movimiento es que lo que te mantiene en pie, los guionistas nos hacen correr intentando no mirar atrás, cuando, ante nuestros ojos, que creen haberlo visto todo y se equivocan, aparecer el Gobernador y con él, mi sonrisa, pues hay dos personajes a los que les tengo devoción absoluta, y uno de ellos es el Gobernador.
El Gobernador, metamorfoseado en Philip, durante tres episodios en los que él es el auténtico protagonista, nos tiene en tensión constante, ya que uno de los aciertos de la serie es habernos grabado a fuego, que cuando hay silencio, el peligro acecha por donde menos te lo esperas, y en los episodios de Philip, el silencio, el perdón y el entendimiento reinan. Y lo hacen para demostrar que sólo los manipuladores sobreviven, y que en la supervivencia todo vale.
En pocos episodios de esta primera parte, nos damos cuenta de que cuando todo se ha perdido, la única manera de seguir adelante, de soportar el dolor, es tener un propósito, por nimio que parezca, necesitas saber que al final del túnel se verá la luz, para intentar luchar por conseguir una pequeña llama para iluminar el camino. Obviamente, la luz al final del túnel en TWD, es la de un sol abrasador que muestra cómo la carne putrefacta es aún más repugnante si intenta devorarte, por tanto, esta tranquilidad de los primeros episodios de la cuarta parte, desembocan en el esperado reencuentro de El gobernador y el grupo de Rick.
El control del territorio (centrado en la cárcel), da lugar a una de las escenas más dramáticas y despiadadas que ha dado la serie, en el último episodio de la primera parte. Todos los personajes vuelven a dar muestra de las acciones para las que fueron creados, y el final se convierte en un nuevo principio, cuando una vez concluído el duelo de carismas, todos pierden. El grupo de Rick se ve totalmente diseccionado y diseminado. Vuelve la lucha por la supervivencia desde el punto de partida, despojados de cualquier protección que no sea la experiencia y el instinto. Peor destino para mi amigo Gobernador, para el que, a mi gusto, se le dio un final muy rápido (sigo soñando con una nueva era del Gobernador impartiendo su ley desde el lado de los no muertos).
En la desesperación todos los personajes caminan solos, y aunque se hagan pequeños grupos, la pérdida de la cárcel, supone mucho más que la pérdida de un lugar en el que asentarse. En la segunda parte de la cuarta temporada, el drama supera a la acción, a la tensión, y la definición de los personajes es total (sobre todo aquellos de los que no se nos había permitido entrar en sus vidas). En este aspecto, todos los personajes están desnudos, y los caminantes no son tanta amenaza como lo son los vivos, pues la pérdida de esperanza es casi total, y tienen que aprender a mirar hacia adelante, cuando practicamente los ojos se les están cerrando.
En esta esclarecedora, a todas luces, segunda parte, puede parecer que los capítulos son muy irregulares, ya que a los brillantes, se les suceden capítulos demasiado intimistas, que hacen bajar un poco el listón de la tensión, y perder un poco el hilo de lo que aquí importa, que es La Terminal, o la esperanza de recuperar lo que algún día fueron. La Terminal es el hilo conductor en una serie de capítulos monotemáticos de personajes, donde la trama zombie queda totalmente de lado, para adentrarse en una trama mucho más oscura, que es el de la maldad inherente al ser humano, y la búsqueda de uno mismo.
Cada uno de los personajes que siguen las vías del tren, en busca de la Terminal, Santuario para todos, donde todos aquellos que llegan, sobreviven, muestra su lado más humano, lo que a nuestros ojos, es precisamente lo que les hace más vulnerables. Los protagonistas terminan escapando en mini grupos de lo más variopinto, pero, el futuro que les espera no les permite elegir compañero de camino:
-Rick, Carl y Michonne es lo más parecido a una familia. Ellos han conectado totalmente, y se protegen unos a los otros de una manera animal. Descubrimos a la verdadera Michonne, entendemos el carácter de Carl, quien dejó de ser niño antes de tiempo, y volvemos a emocionarnos y gritar con Rick en los capítulos finales.
-Maggie, Sasha y Bob son los compañeros circunstanciales, a los que sólo unen las vías del tren, pues cada uno de ellos, al seguirlas, tiene un objetivo diferente: el amor, la vida y la compañía. Este grupo es uno de los más organizados.
-Daryl y Beth significan la protección y la desilusión. Buscan empezar de nuevo, y son las personalidades más antagónicas de todas, Beth simboliza la esperanza, las ganas de creer, la necesidad de pensar en que cosas buenas pueden seguir ocurriendo. Daryl es el personaje más negativo de esta segunda parte. Ambos personajes terminan siendo el complemento uno del otro. Daryl, por su parte presentará al grupo de los moteros, un grupo condenado al odio desde el principio.
-Glenn y Tara son la lucha y la lealtad. Tara es uno de los grandes descubrimientos de esta temporada, y uno de los personajes a los que se le puede coger más cariño, ya que su inocencia, y su fondo humano es visible cada segundo que ella aparece, pese a las ganas de ser una mujer fuerte. Glenn, en su eterna búsqueda de Maggie, sigue siendo un personaje que no tiene confianza en nadie. Ellos son los descubridores de otros tres personajes que darán mucho que hablar en la quinta temporada: Abraham, Rosita y Eugene, personajes que ponen el punto de comicidad necesario entre tanta desgracia.
-Carol, Tyreese, Lizzie, Mika y Judith marcan las dificultades, pues si ya es complicadísimo sobrevivir entre tanta amenaza, hacerlo con un secreto que duele en el pecho más que una puñalada, dos niñas muy especiales y un bebé, hace la experiencia casi imposible. En los pasajes en los que el quinteto es el protagonista, hago especial incapié en uno de los capítulos finales, y para mi definitivos, donde Lizzie (por supuesto, mi otro personaje favorito), se muestra en todo su esplendor y deja boquiabierto a todo el público, en uno de los mejores episodios que recuerdo de la serie. Definitivamente El Gobernador y Lizzie son dos personajes absolutamente esenciales en cuanto a las pasiones despertadas,y eso siempre les convertirá en dos personajes clave.
En ninguno de los capítulos, excepto en el final, los pequeños subgrupos interactuan entre ellos, esta temporada quería dejarlo todo bien atado en cuanto a los personajes, para, presumiblemente, dejar la acción a la temporada que está por venir y lo hace de una manera sobresaliente.
El fin es el mismo, y una vez llegada a la Terminal, las puertas se abren para una quinta temporada, que lejos de hacerse repetitiva, promete ser una auténtica locura. Sólo queda ir contando los días.
SURVIVE