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Crítica: Open Windows

Después del pase de “Open Windows” en el Verdi Park de Barcelona, Romasanta se ha quedado totalmente aturdido y desvirtuado por el nuevo trabajo de Nacho Vigalondo; la verdad que no sé por donde empezar, ya que la propuesta del director de “Los Cronocrímenes” (2007) y “Extraterrestre” (2011) me ha dejado más bien frío y desconcertado. 

“Open Windows” se sostiene gracias a una interesante premisa pero poco original, ya que cabe recordar la magistral “La ventana indiscreta” (Rear Window, 1954) de Hitchcock para saber que el planteamiento de espiar a alguien ya se había inventado antes, pero a pesar de eso, su intento por innovar lo consigue a través de las nuevas tecnologías, formulando un extraño montaje a través de una multitud de ventanas que ofrecen diferentes puntos de vista como también diversas acciones; hasta este punto todo correcto y de cierto interés, pero Vigalondo no sabe llevar la acción con brío y soltura, lo que conlleva a que la premisa de la película se desgaste en tan sólo 30 minutos de metraje, por lo que la repetición, el absurdo y lo ilógico zarpan por un guión lleno de sinsentidos y vaivenes. 

Por lo que respecta a los actores, Elijah Wood dejó de ser un actor desde hace mucho – y para mi gusto resulta disfrutable en Sin City (Robert Rodríguez, 2005), pero poco más allá- por lo que todo se traduce en una serie de tics que remiten a sí mismo, siendo un personaje bobalicón y sin profundidad; ya desde el inicio cuando recibe una llamada y le ordena todo lo que debe hacer, supone un punto de inflexión -ya que sin dejarse llevar el personaje no tendríamos película- pero nunca se pregunta quién, porqué, cuando..etc, consiguiendo ser una farsa en sí mismo -la verdad que en Grand Piano (Eugenio Mira, 2013) estaba más convincente-; y ya que menciono la española Grand Piano, establecer cierta relación con el film de Eugenio Mira, ya que si olvidamos la parte tecnológica, la situación que vive el personaje principal (Elijah Wood en las dos) es casi similar, aunque la propuesta de Mira sabe buscar el desasosiego y la intriga, mientras que Vigalondo se queda en tierra de nadie, sin saber que hacer con el material que tiene; por lo que respecta a Sasha Grey y Neil Maskell totalmente fuera de lugar, sin ofrecer nada más que telegráficos diálogos y desprovistos de emoción o gracia. 

Por consiguiente, hay buenas ideas como todo lo que se refiere a la falta de intimidad, la facilidad en la que cualquiera puede violarla, la extrema fuerza que tiene internet junto a su inevitable atracción; de la misma manera que se ofrece una visión de la tecnología como arma en potencia -somos capaces de entrar en cualquier ordenador y violar su intimidad- y éstas al principio prometen que el producto puede ser del todo resultón e intrigante, pero todo ello queda lastrado por una realización torpe a más no poder; es original ofrecer más de una acción a través de la pantalla del ordenador, pero si el director es incapaz de insuflar acción e intriga, el film se queda en agua de borrajas y se resiente. 

La trama intenta innovar tanto en algo que no puede que es un quiero y no puedo, en un metraje que se me hizo tedioso y larguísimo -yo le quitaba 40 minutos y eso que dura 100-, por no decir del absurdo en el que cae toda la historia que intenta sacarse sorpresas de la manga con total calzador, por lo que nunca llega a sorprender al espectador. Todo es frío y sin sentido, donde no se sabe en que género se encuentra, ya que aveces parece una película cercana a “Enemigo Público” (Enemy of the state, 1998) y que a momentos parece ser un slasher al uso o una película policial con pshycokiller incluido, calcando ciertos aspectos de “Rastro Oculto” (Untraceable, 2008). 

En conclusión, “Open Windows” se pierde por cada una de sus ventanas cibernéticas sin ofrecer nada más que un ramillete de buenas ideas, en las que la tecnología es capaz de controlarlo todo -aspecto que se vuelve en contra al ser capaz de rizar el rizo sin parar- pero sin llegar a una crítica concreta, a una trama bien definida y un guión consistente, además de potenciar la acción -porque la hay- sin conseguir nada de nada, sino más bien el aburrimiento del espectador ya que al final el único personaje va de un lugar a otro con su laptop sin ninguna motivación extrema, ya que en realidad la trama no va con él y simplemente es un conejito de indias que podría marchar en cualquier momento. 

Lamento tener que hacer este tipo de críticas y más de un director que creo que se puede esperar más de él, pero la verdad que “Open Windows” es un fracaso en toda regla donde es muy difícil remarcar alguna virtud, ya que todo el material está realizado con mucha desgana y es una verdadera lástima, porque a pesar de contar con un trailer bastante malo se podía haber sacado un film correcto o notable, otra vez será Sr.Vigalondo.



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