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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Sabotage

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El que fuera uno de los más importantes iconos (si no el más importante) de las películas de acción de las décadas de los ochenta y noventa, Arnold Schwarzenegger, ha regresado.  Lo que no tengo muy claro si lo hará por mucho tiempo o si conseguirá recobrar el puesto que antaño tuvo, máxime viendo (o sufriendo) los proyectos en los que se está embarcando. 

Debido al éxito en taquilla (a nivel cinematográfico, en mi opinión, dejan mucho que desear) de la saga Los Mercenarios del amigo Sylvester Satllone que puso de nuevo en primera línea de fuego a la flor y nata del cine de acción más desmadrado, bastardo y violento de décadas pasadas, ha conseguido que algunos, como el tío Arnold, cuyo periplo político no fue como esperaba, decidieran volver por sus fueros, aunque hasta el momento sólo destacaría del antaño cyborg T-100, el tolerable (y paródico) thriller de acción, dirigido por el siempre sugestivo director coreano Kimm Jee-wood, El Último Desafío

En Sabotage, se nos cuenta la historia de un grupo de élite de la DEA,  agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos dedicada a la lucha contra el narcotráfico (aunque parecen más bien una pandilla de moteros que operan al margen de la ley), comandado por John Wharton (Arnold Schwarzenegger), que es puesto en suspensión y vigilancia cuando después de una misión de desarticulación de un sanguinario cartel de la droga que opera en suelo estadounidense, resultan sospechosos de apropiarse de parte del dinero de los narcotraficantes (10 millones de dólares). Pasado unos meses donde no pueden probar los hechos, son nuevamente reincorporados al servicio, momento en el que empiezan a ser cazados uno a uno. Mientras la detective Caroline (Olivia Williams) inicia la investigación de los salvajes asesinatos, las sospechas de que los carteles de la droga no han olvidado el asunto y claman venganza aumentan, así como crecen las tensiones entre los miembros del grupo que se debaten entre la lealtad a su mentor John Wharton o sacar a la luz algunos secretos de su pasado. 

El cine policiaco está unido íntimamente a David Ayer, tanto en la escritura de guiones como en la dirección de largos, pero salvo en la estupenda Training Day (guión) y en la interesante Dueños de la Calle (dirección), sus incursiones se saldan con títulos menores que no dejan de ser refritos de cosas muchas veces vista y mejor realizadas. Por desgracia, este Sabotage, no es una excepción, y a pesar de contar con suficiente acción para que al menos no nos aburramos y muchísima más sangre y crudeza de lo que suele venir de Hollywood (lo cual se agradece), el resultado final es bastante pobre. El señor Ayer (el otro responsable del libreto es Skip Woods, autor entre otros de los guiones de: Hitman, El Equipo A o La Jungla: Un Buen Día Para Morir), parece sólo interesado en realizar una versión de acción macarra, mugrienta, salvaje y sangrienta, tan de moda en los ochenta, de su guión Training Day, que tan buenos resultados dio, más que intentar ofrecer algo nuevo y potente. Pero el problema no reside tanto en que lo que vemos y oímos esta trillado y lo conocemos al dedillo, además de poco trabajado (el guión tiene más agujeros que un queso gruyere), no, el problema viene en que todo cuanto acontece en la pantalla además de resultar bastante inverosímil y caprichoso, no transmite absolutamente nada, ninguna sensación. Frialdad e indiferencia es lo único que ofrece a lo largo de 110 minutos Sabotage, y eso en un thriller de acción es inaceptable (no me extraña el batacazo en taquilla que se ha dado). 

La cinta adolece de falta de garra y nervio en su realización (comparada con la orgiástica The Raid 2: Berandal, parece la obra de un novato), pareciendo con algunas soluciones visuales más un video juego del tipo Call of Duty que una película (lo que te desconecta de la historia); y a pesar de contar con una estupenda fotografía, la inapropiada utilización de los flashback y del montaje en paralelo, debido probablemente a un guion nada pulido que pretende abarcar mucho sin apenas apretar nada, provocan confusión y reiteración en lugar de giros sorprendentes, dinamismo y aumento progresivo de la tensión, consiguiendo que este policíaco con bastante acción (y mucha sangre y vísceras), salpicado con gotas de drama, donde la corrupción institucional y moral campa a sus anchas y cuyo epilogo aspira a crepuscular redención del protagonista se quede en una mera película de polis bastante anodina. Por desgracia, estamos ante un producto mucho más cercano a la floja y desapercibida, Una Bala en la Cabeza del veterano Walter Hill con Sylvester Stallone que del estupendo policiaco de Antoine Fuqua de 2001.     

El interesante (y hormonado) reparto con Arnold Schwarzenegger como estrella indiscutible de la función a la cabeza y con actores como Sam Worthington (Avatar, Furia de Titanes), Joe Manganiello (True Blood), Josh Holloway (Perdidos), Terrence Howard (Iron Man, Prisoners), Mireille Enos (The Killing, Guerra Mundial Z) y Olivia Williams (El Sexto Sentido, The Last Days on Mars) secundándolo, se limitan a cumplir sin más su cometido de encarnar a músculos andantes, sin miedos ni escrúpulos que poniendo cara de malos, insultan, propinan puñetazos, disparan (salpicando de sangre toda la pantalla) y conducen vehículos a toda pastilla por las calles de Atlanta. Curiosamente entre tanta testosterona quien sale más airoso son las dos féminas (y casi únicas del film), Mireille y Olivia, que nos brindan los dos personajes más atractivos (no va con segundas) y complejos de cuantos salen en pantalla. 

En definitiva, es probable que los incondicionales de Arnold, aunque lo dudo, acepten y disfruten la propuesta que ofrece Sabotage, el resto tendremos que seguir esperando que este ídolo del cine de acción acierte y pueda brindarnos algún título tan glorioso y disfrutable como el de las estupendas Depredador, Desafío Total o Terminator 2: El Día del Juicio (doy fe que soy el primero que me alegraría de ello), pero viendo los resultados de esta película, ningún augurio bueno se atisba, y es que una digna retirada a tiempo es una fantástica victoria.   

Para entender por qué estas estrellas (Arnold Schwarzenegger, Sylvester Satllone, Bruce Willis, Mel Gibson, etc.) no terminan de cuajar un producto redondo y de la calidad como los que nos ofrecieron en tiempos pasados, habría que tener en cuenta, además de la falta de ideas generalizada en el mundo del cine actual, dos cuestiones importantes (o al menos a mí me lo parecen): la primera, muchos de estos tipos rondan ya los sesenta (o sesenta y pico) años y no están para muchos trotes (lo de Chuck Norris en Los Mercenarios 2 es bastante patético), lo que los obligaría a elegir papeles adecuados a su edad y no de tipos con quince o veinte años menos; y en segundo lugar, la era Reagan ya pasó, el mundo de hoy día es extremadamente complejo (bueno, en realidad, siempre lo fue), ya no vivimos entre dos bandos claramente diferenciados de buenos y malos donde el sheriff o policía de turno pistola en mano llena de plomo a los que están al margen de la ley y los espectadores le vitorean mientras se atiborran a palomitas (¿o sí vivimos?). 

SPOILERS envuelto en dudas:¿Cómo pueden saber o sospechar los superiores de la DEA si han cogido dinero o no el grupo liderado por Wharton, si vemos como la habitación donde se guarda es destruida por una bomba incendiaria? Sospecho que será una incógnita cinematográfica tan indescifrable como el motivo por el que todos saben que las últimas palabras del personaje de Orson Welles en Ciudadano Kane, sólo en su habitación antes de fallecer, son: Rosebud. 

¿Por qué este grupo de operaciones especiales parece una pandilla de vándalos que operan al margen de la ley y no reciben órdenes ni misiones de nadie una vez reincorporados, haciendo lo que les da la gana? No puedo creer que estos cuerpos de elite sean así en realidad. 

Teniendo en cuenta quien realiza los asesinatos y los motivos que tiene ¿No es curioso que espere tantos meses? ¡Ay, estos guionistas y sus ocurrencias para despistar al público! 

¿De verdad era necesario todo el embrollo del dinero, que no es más que un burdo macguffin? ¿No parece más razonable que Wharton y aquellos hombres del grupo que le quieran seguir se tomen la justicia por su mano? ¿De verdad no son capaces de extraer el paradero del asesino mexicano mediante la tortura a criminales de la organización mafiosa? 

Y lo más importante: ¿Qué hago yo preguntándome semejantes pendejadas si nada de todo este importa lo más mínimo?



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