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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Across The River

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Italia siempre ha sido una plaza importante para el género del terror dando incluso nombre a un subgénero como el “Giallo”. Por esa razón no debería sorprendernos encontrar una buena película de esta nacionalidad. Aunque bien mirado, ya es hasta difícil encontrarse con un buen producto venga de la nacionalidad que venga.

“Across the river” es un film con ya un cierto recorrido y no solo porque fuese estrenado hace más de un año. La película de Lorenzo Bianchini, joven realizador con ya un cierto prestigio en este campo, ha sido proyectada en diversos festivales internacionales, incluido el patrio de Sitges, llegando a recoger varios premios en su trayectoria. Y es que no es para menos. 

Sin grandes alardes –cosa de la que deberían aprender muchos de estos jovenzuelos que creen haber encontrado en el “found footage” la fórmula filosofal que les abra la puerta de Hollywood-, Bianchini ofrece más escalofríos que muchas superproducciones californianas. Pero por partes.

Argumentalmente la película no es un desecho de virtudes, al revés, más simplona y menos ambiciosa es imposible. Un naturalista que hace el seguimiento de unos jabalís en la frontera entre Italia y Eslovenia se queda atrapado en un pueblo abandonado. Allí se encontrará con algo que no esperaba. Paralelamente nos cruzamos con un matrimonio esloveno que sirve para comprender mejor lo que sucede y un equipo de rescate que busca al anterior. 

Pues bien, dejando de lado que tanto el matrimonio como el equipo de rescate son personajes muy secundarios, con poca presencia y dilatada en el tiempo, el resto del metraje se haya protagonizado por nuestro particular héroe en soledad. Así el film casi podría pasar por mudo. Pero tranquilos, que esto no quiere decir que sea aburrido. La peculiar banda sonora y la enorme cantidad de efectos sonoros nos hará que desechemos la idea de estar viendo algo insulso. Y es que “Across the river” es una de esas películas minimalistas y de ambiente, muy a la japonesa. 

En la primera media hora la película juega al despiste llevándonos por unos caminos que nos inducen a pensar en un tipo de película de serie B con monstruo. Seguimos al protagonista y a su zorro con cámara a cuestas en un planteamiento al más puro estilo “found footage”. De tal guisa, descubriremos restos sangrientos y sonidos de lo más elocuentes. Pero hasta ahí. Una vez se nos revele el pueblo abandonado, la cosa cambiará con esos escenarios tan escalofriantes como sugerentes. Y es que ya no solo es la turbación de ver una estancia abandonada, estancias en plural en este caso, sino alguna escenografía aún más siniestra como esa cuadra con plásticos blancos. 

La fatalidad aumentará cuando al protagonista se le complique la situación –que me callo- y los sonidos y sombras vayan concretándose en determinadas formas que también me callo. Sí, sé que muchos de vosotros sois muy listos y ya sabréis de qué va la película o cuál es la amenaza, pero yo prefiero que si hay alguien “virgen”, que lo siga estando si va a ver la película. Solo diré que aunque el… concepto resulta tópico e incluso los aficionados al cine asiático veamos reflejos a “The ring” cuando aparezca un viejo rollo de celuloide, Bianchini contrariamente no resulta tan cuadriculado como algunos de sus colegas de profesión. Es cierto que esto puede hacerle acreedor de las antipatías de alguno, pues como digo, no presenta las situaciones de una manera formal. Bianchini juega con los sueños, manipulando la situación y escondiendo la verdad al protagonista para mostrársela paradójicamente al espectador con la consecuente pérdida de credibilidad. Sin embargo, cuando con esos subterfugios consigue que por ejemplo se te erice el vello del escroto, no hay duda de que estamos ante una buena obra y un buen realizador. 

Pero como en todo buen análisis también debo de ver el lado malo. “Across the river” no es una película para todos los públicos. Y no, no lo digo por la violencia, porque haya sexo, vocabulario malsonante o cualquier otra traba… digamos moral. Al revés, es todo muy correcto y comedido; lo digo porque la película es lenta. 

Todo el rato, exceptuando cuando pasamos a la pareja de ancianos o al equipo de rescate, el protagonista va pasando de una casa a otra siguiendo un ruido o una sombra. Al más puro estilo “Survival horror”. Los aficionados a los videojuegos sabrán a qué me refiero. Esto además de repetitivo puede resultar aburrido a quién tanto no consiga dejarse llevar como a los que nos les guste este tipo de terror. Sustos solo habrá un par así es que el amante del slasher, por poner un ejemplo, ya puedo tachar la película de su lista de pendientes. El que busque espectáculo y efectos especiales, también. Hay un par de maquillajes, pero solo para justificar la contundencia del horror. 

En lo que respecta a la interpretación, pues no es el fuerte de la película. Su protagonista es bastante sobrio y los ancianos… demuestran su amateurismo. Pero nada de lo que asustarse. 

Para contrarrestar tendremos la excelente fotografía de la película. Hay momentos que la misma parece estar rodada en un artístico blanco y negro. Calidad y pragmatismo; ni temer por escenas oscuras, ni por movimientos de cámaras mareantes. 

Resumiendo, “Across the river” es un soplo de aire fresco dentro de un género en el que se comenzaba a perder la fe. Un producto que demuestra que con las ideas claras, una buena banda sonora y efectos de sonido, se puede llegar a transmitir más que con decenas de víctimas a machetazos. No es sobresaliente porque algunas de las escenas de los ancianos son innecesarias y rompen el ritmo, pero es una obra ya a tener en cuenta dentro de nuestros títulos favoritos.



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