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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: White God

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Que hay mucha gente que prefiere los animales a las personas es bien cierto, y no es una frase hecha, doy fe de ello. Existe tanta poca esperanza en el ser humano y en su inteligencia, que la falta de ella y el instinto como supervivencia, en ocasiones se convierte en la mejor elección para seleccionar un compañero de viaje. Entiendo que de la nobleza animal se han escrito ríos de tinta, pero es más valiosa una sola imagen de un perro ante su dueño que mil palabras, para entender que el compromiso que adquiere este animal con su cuidador, trasciende todo tipo de entendimiento humano.
A mi me gustan los animales, pero aún sigo prefiriendo a las personas, pues soy una soñadora y estoy bastante convencida de la bondad natural del hombre (aunque a veces ya no sé ni lo que pienso...), y creo que excepto algunos casos en los que la naturaleza trastorna al hombre desde su nacimiento, son las circunstancias las que conducen tu vida a la maldad o la integridad. La gran pregunta es , ¿es el hombre malo o bueno por naturaleza? ¿es nuestra capacidad de elección la que nos hace buenos o malos? ¿hay perros malos por naturaleza o son sus dueños o la falta de cariño lo que les empuja, a veces, a comportarse de manera peligrosa? Me temo que yo no tengo respuesta, así que espero que vosotros sí, o al menos saquéis conclusiones acertadas. 

El Dios blanco nos habla de ello, y lo hace el blanco porque el húngaro Kornél Mundruczó nos muestra que es él quien tiene la sartén por el mango, porque es él quien decide la clase de perro que es sostenible en su mundo, porque en "White God" ("Fehér isten"), la metáfora social es constante y la equivalencia perro-persona es toda una declaración de intenciones y sobre el yugo de ambos, el dios blanco decide. Los perros y los humanos, el bien y el mal, la violencia y la pasividad, la amenaza y el castigo, el que manda y el que obedece, el dios y el que no tiene dios. 

Lo que esta película nos cuenta, es la historia paralela de Lili (Zsófia Psotta) y su perro Hagen (Body/Luke). Historia que comienza cuando se ven obligados a separarse gracias a la mezquindad de un padre ausente que no sabe tratar a los perros y mucho menos a las personas. Los roles entre unos y otros comienzan rápidamente a diferenciarse en "White God", como podréis imaginar, así, la historia de la jovencísima y rebelde Lili transcurre en un mundo y la tortuosa historia de Hagen por otro, ambos con un nexo común: la soledad y la necesidad del otro. Así, cada uno de ellos se enfrenta a cada circunstancia que le toca de una manera y sobrevive como puede, como entiende que lo tiene que hacer, de la manera en la que se sufra menos, porque hablamos de un sufrimiento palpable en cada mirada de Hagen y de Lili, porque en los silencios de Lili es Hagen quien ladra, en un desesperado intento de alcanzar una felicidad efímera. 

Está claro que la primera impresión de "White God", es la de servir de alimento con proteínas extra a la convicción de una sociedad injusta, cruel, insolidaria, cafre y despiadada, donde los perros no son sólo canes, sino que reflejan el estrato más bajo de esa sociedad nauseabunda, donde aquellos que no son de raza deben estar apartados y aquellos por los que se paga una tasa son permitidos como animales de compañía. En ese aspecto, la comparación perro-humano es más que acertada y visible. 

"White God" toca diferentes palos, y lo más curioso, lo más impactante y lo más maravillosos para mi, ha sido ver la espectacular interpretación de los perros, ver cómo experimentamos el drama, la venganza, el terror, la desesperación, la alegría, la confusión y el poder a través de la mirada, de los movimientos y de las reacciones de los perros, en especial de Hagen y su acompañante eventual, a quien llamaré "Barbitas". Podemos decir así, que pasamos por el survival canino, el torture porn canino, el drama canino y el horror canino. "White god" nos lo da todo, e insisto en lo impresionante de esta estampa. Mientras, los personajes humanos, en su mayoría villanos, pasan a un segundo plano, quedan relegados a un puesto mediocre y pierden toda la importancia en el relato, más allá del odio provocado, los perros se hacen fuertes en las interpretaciones, en los planos y en la historia. 

En "White God" todo es frío, cada reacción, la elección de la banda sonora, la capucha en la cabeza, la mirada de Hagen cuando renace en un mundo lleno de maldad, las miradas que Lili le dedica a su padre...todo frío, porque el frío cala en los huesos como una tormenta imparable y es ese frío el que calienta nuestro corazón de espectador, hasta el punto de retorcerlo para que prefieras convertirte en un perro callejero antes que en la persona que cierra la puerta de su casa rápidamente para no tener ningún tipo de cuenta con el mundo exterior. Esa frialdad, reflejo de una sociedad sin valores, sirve de escenario ideal para mostrar una guerra en la que el animal es la persona y la persona es el animal.

Considero que "White God" no es sólo una película destinada a los amantes de los perros, creo que también está muy dirigida a aquellos que no lo son, pues es una ocasión perfecta para experimentar una simbiosis única perro-persona, en una escena final de poner los pelos de punta por su belleza, por su poética, por su fuerza y por su elegancia. Una de esas escenas del cine que perdurarán para siempre en nuestra memoria. No es de extrañar la cantidad de nominaciones a premios en festivales de relevancia que ha tenido esta película. No es de extrañar que se alzara con el premio a mejor película de Cannes (en su sección Un certain regard). No es de extrañar que haya gente que crea que sobran películas en las que el hombre es el necio y el perro el noble, pero esa gente probablemente no ha visto a través de los ojos llenos poder de Hagen. No es de extrañar que creas que "White God" es la película más cruel que has visto en mucho tiempo. No es de extrañar que las correas aprieten demasiado al terminar la película. 

Que hay mucha gente que prefiere los animales a las personas es bien cierto, y no es una frase hecha, es un dios blanco que camina a cuatro patas.



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