El pasado 30 de Agosto, fallecía en Los Ángeles (California), a la edad de 76 años, Wes Craven, uno de los directores más influyentes que jamás haya dado el género de terror. Craven, tras su muerte, nos deja un legado inmortal en forma de extensa y fantástica filmografía plagada de títulos de culto como su impactante debut en 1972 “La Última Casa a la Izquierda” (“Last House on the Left”). Entre otras tantas, le seguirían clasicazos como “Las Colinas Tienen Ojos” (“The Hills Have Eyes”, 1974), “Bendición Mortal” (“Deadly Blessing”, 1981), “Amiga Mortal” (“Deadly Friend”, 1986), “La Serpiente y el Arco Iris” (“The Serpent and the Rainbow”, 1988), “Shocker: 10.000 Voltios de Terror” (“Shocker”, 1989) o “Scream” (1996). Pero pese a todo y en palabras del propio Craven: “No importa lo que haga, cuando muera, siempre se me recordará por “Pesadilla en Elm Street”.
El hombre del saco. Esa figura tenebrosa que acecha en las sombras de la noche o en una oscura esquina de nuestra habitación mientras intentamos auto convencernos de que allí no hay nada... un niño asomado en la ventana una noche cualquiera y esa misma figura amenazante, esa que todos hemos visto en alguna ocasión y que lleva nuestro nombre grabado a sangre, fuego y miedo, allí donde se gestan y se guardan en formol nuestros terrores, deambula por un tenebroso callejón. El hombre levanta la mirada hacia arriba y la cruza con la del niño, que, aterrado, se aparta de la ventana. Pasados unos minutos, el niño vuelve a asomarse y al mirar de nuevo, el extraño sigue ahí abajo mirándole. Así relata Wes Craven uno de sus recuerdos de infancia más aterradores y semilla para lo que más tarde terminaría por engendrar.
“Never Sleep Again: The Elm Street Legacy”, es el documento definitivo y más completo que se haya rodado nunca sobre la saga de “Pesadilla en Elm Street”. En sus apasionantes cuatro horas de duración y bajo la batuta compartida de dos directores tras la cámara: Daniel Farrands y Andrew Casch, el primero, todo un especialista en lo que refiere a estos menesteres, pues ha firmado trabajos similares para otras franquicias de terror como “His Name Was Jason: 30 Years of Friday the 13th” (2009) o “The Crystal Lake Massacres Revisited” (2009) y que después de “Never Sleep Again”, volvería a explorar el universo de Craven en “Scream: Inside the Story” (2011). El segundo, Kasch, además de su dilatada carrera como editor, será el encargado de dirigir uno de los segmentos de la esperada antología de terror “Tales of Halloween”.
En labores de producción, entre otros, encontramos a la actriz Heather Langenkamp, quien diera vida en tres películas de la franquicia a la mítica Nancy Thompson, enemiga “favorita” de Freddy y que también pone voz al documental ejerciendo de narradora.
El pesadillesco viaje comienza,como casi siempre, por el principio. En él, el propio Craven nos cuenta como comenzó a gestarse la pesadilla. Como tras rodar sus dos primeras incursiones en el terror “La Última Casa a la Izquierda” (para muchos, entre los que me incluyo, el mejor rape & revenge rodado nunca) y “Las Colinas Tienen Ojos”, comenzó a escribir el guión para una nueva película, una que fuera algo realmente nuevo que nunca se hubiera hecho dentro del género. A partir de ahí, nos desvela todo aquello que cualquier fan de Freddy querría saber. ¿Porqué el nombre de Freddy?¿De donde sacó la idea de los sueños, como algo que te podía matar en la vida real? E incluso la elección del color para las rayas del jersey del asesino... sin duda alguna, esta parte inicial del documental, es uno de los puntos álgidos del mismo, pues descubrimos los orígenes de todo y la cantidad de anécdotas del rodaje es apabullante.
El inigualable Robert Englund nos cuenta como consiguió hacerse con el papel para encarnar al asesino más célebre del celuloide cuando ni de lejos era la primera opción pensada por Wes... como dio forma al personaje de Freddy en un sorprendente ejercicio de mimetismo (algunos hablarían incluso de locura). En quien o quienes se inspiró, que pasó por su cabeza la primera vez que se calzó el guante o como preparaba el papel para resultar tan convincente en las películas. Todo lo que contribuyó a que Freddy Kruegger, aquel asesino amateur que mataba en sueños en una película que ningún gran estudio de Hollywood quiso producir, terminara por convertirse en todo un icono pop que transcendió incluso al mundo del cine, para convertirse en una celebridad mundial.
La elección del casting (Johnny Depp le debe una importante parte del éxito de su carrera, a los gustos sobre jovencitos de la hija de Wes) o el diseño de los FX (alucinante todo lo referente a la muerte de Tina) son otros de los temas que se tratan con más profundidad en el completo análisis de “Pesadilla en Elm Street” de 1984. Pero no se queda ahí la cosa y éste, se extiende a toda la saga, hablando largo y tendido sobre todas y cada una de las películas que la componen: “Pesadilla en Elm Street 2: La Venganza de Freddy” (1985), “Pesadilla en Elm Street 3: Los Guerreros del Sueño” (1987), “Pesadilla en Elm Street 4: El Señor de los Sueños” (1988), “Pesadilla en Elm Street 5” (1989), “Pesadilla en Elm Street 6: La Muerte de Freddy” (1991), “La Nueva Pesadilla” (1994) y “Freddy vs Jason” (2003). El documental fue grabado en el año 2010, el mismo en el que se estrenó el cuestionable remake de Samuel Bayer, por lo que no fue incluido (por suerte) en el montaje final.
Aparte de las mil y una anécdotas que se nos revelan de cada uno de los rodajes (¿Alguien había pensado alguna vez en “Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy”, como en una película de marcado carácter homosexual? ¿O que la idea original era que en el final de “Freddy vs Jason” apareciera Pinhead para llevarse a los dos mendas al infierno?), también se analizan con sumo mimo y lujo de detalles todas las muertes de los pobres hijos de Elm Street a manos de Freddy (las más brillantes e imaginativas de la historia del terror) y explicado en primera persona por todos los actores que los encarnaron en su día. Es una pasada poder reencontrarte tantos años después, con todos aquellos adolescentes malditos y sentenciados a muerte con los que uno creció. Johnny Depp y Lawrence Fishburne, son las dos únicas ausencias destacados, junto con la de Craig Wasson (el dr.Neil Gordon en “Dream Warriors” de Chuck Russell).
Por estar, están hasta los Dokken, quienes nos cuentan como fue la experiencia pionera de grabar el videoclip del tema “Dream Warriors” para la tercera parte de la saga, la mejor de todas las secuelas (cerca, muy cerca de la original) y sobre la cual precisamente, han comenzado a surgir aterradores rumores en las últimas fechas sobre la posibilidad de que pudiera estar gestándose un remake... crucemos los dedos y esperemos que tan solo se quede en eso, en un rumor y que no vuelva a profanarse de forma infausta un pedacito de nuestra adolescencia como ya se hizo con la primera pesadilla con ese remake que jamás debió existir como tal (con lo que hubiera molado una precuela tal y como se amaga en el prólogo de la película de Bayer o en algunos pasajes de la sexta parte, donde Alice Cooper descubría de manos de su adolescente hijo, que ni mucho menos era el mayor hijo puta de la familia).
Podría escribirse a lo largo de páginas y páginas, sobre los infinitos contenidos de las cuatro horas de metraje, pero vale mucho más la pena, hacerte un bol de palomitas, apagar las luces, sentarte en el sofá y regresar a Elm Street para revivir todas aquellas pesadillas que nos marcaron para siempre de la mano de todos aquellos que hicieron posible que fueran perpetuadas. El sonido de las cuchillas arañando el metal de una barandilla al tiempo que el maíz se va fundiendo en nuestro paladar. “Never Sleep Again” es una experiencia tan sumamente épica y entrañable, que erizaría los pelos del escroto al mismísimo Chanpoo. Ahí es nada. Un documento imperdible para cualquier amante no ya de la franquicia, sino del terror en sí mismo. La mejor saga jamás creada, ya tiene el sentido homenaje que merecía. Nosotros también.
Gracias por todo Wes.
La duda: No soy de los que se cuestionan las reglas de la serie B y por lo general, no suelo buscarle los tres pies al gato, pues acepto las reglas del juego y me ciño a ellas. Pero si es cierto que a lo largo de todos estos años, siempre me he preguntado que diablos hizo mal Nancy en la primera película, para no poder matar a Freddy una vez éste, fuera del mundo de los sueños, tal y como sí consiguió hacer, la Maggie Burroughs en “Pesadilla en Elm Street: La Muerte de Freddy".
Momentos inolvidables: Muchos. Si tuviera que elegir aquellos que más me marcaron, pues tendría que hablar de Tina arrastrándose por el techo de la habitación gritando ensangrentada ante la atónita mirada de Rod; De Freddy saliendo del interior de Jesse en la controvertida secuela de 1985; De Kristen engullida por esa serpiente en forma de falo (puede que la secuencia más impactante de toda la saga), aunque en realidad, mi momento favorito de “Dream Warriors” son esos títulos de crédito iniciales donde Kirsten está fabricando con palillos la maqueta de la casa con el “Into de Fire” de los Dokken de telón de fondo... y todo ello sin olvidar que es en esta tercera entrega, donde un servidor se enganchó a esa sexy y mala Taryn, al tiempo que muchos heroinómanos hacían el proceso inverso tras la mítica secuencia del callejón donde Freddy alimenta todos los orificios de la muchacha.
Si seguimos con la cronología, hablar de otro momento piel de gallina en “The Dream Master”, cuando Alice libera su imagen en el espejo arrancando las fotografías de sus seres queridos y comienza a practicar con los nunchakus de su fallecido hermano; De ese parto desafortunado donde una terrible criatura emerge de las entrañas de Amanda Kruegger y vertiginosa emancipación de un personaje que volvería a dejarme ojiplático cuando al rizar el rizo, se convierte en Super Freddy para desgarrar a Mark; De Freddy parodiando al clásico de L.Frank Baum disfrazado de bruja del oeste o de Heather Langenkamp aterrorizada viendo a su hijo hipnotizado ante el televisor en plena noche, viendo “Pesadilla en Elm Street”.
Lo mejor: Poder revivir, una vez más (y van...), la mejor saga de terror jamás rodada y descubrirlo absolutamente TODO sobre todas y cada una de las entregas (o como volver a tener 15 años durante cuatro horas).
Lo peor: Que algún necio pueda pensar que darle diez estrellas a esta maravilla, sea tener el listón demasiado bajo.