Después de un mes frenético, damos por terminada hoy (no sin tristeza, pero con gran satisfacción)), la cobertura del festival de Sitges 2016. Como cada año, poder asistir al mejor festival de cine fantástico y de terror del mundo, ha sido una experiencia maravillosa plagada de grandes momentos (por más que el tiempo lo haya puesto todo de su parte para intentar aguarnos la fiesta), de grandes películas y de otras no tan grandes. Desde Nido de Cuervos, hemos intentado un año más, realizar una cobertura a la altura de las circunstancias, analizando las películas con el mimo que merecen y sacrificando inmediatez, por calidad. 35 han sido los títulos que hemos puesto sobre la mesa de disección y ha sido un auténtico el placer el tiempo que hemos pasado con cada una de ellas, esperemos que también lo haya sido para vosotros leerlas, de lo cual, si nos ceñimos a los fríos números y visto el considerable aumento de visitas en el blog en esta época post-festivalera, no tenemos la menor duda.
Antes de comenzar el festival, tuvimos oportunidad de hacer boca con la frenética “Hardcore Henry”, cinta de acción en primera persona repleta de violencia que ha dejado bastantes buenas sensaciones. “Before I Wake” ha sido si duda una de las grandes decepciones del festival, un melodrama de sobremesa con trasfondo fantástico que como no podía ser de otra forma, ha pasado sin pena ni gloria, y eso que se merece bastante más de lo primero, que de lo segundo. “Equals”, ciencia ficción intimista al servicio del romanticismo con un estupendo dúo protagonista. “Viral”, enésima cinta de infectados con aires teenager y alguna que otra idea interesante, que no termina de explotar. “Shelley”, una de las grandes joyitas no solo del festival, también del año, en un relato oscuro y perturbador sobre la maternidad.
“The Neon Demon” ha sido la controversia por excelencia, adorada por unos y odiada por otros, la película de Nicolas Winding Refn no ha dejado ha nadie indiferente. “The Neighbor”, otro de los pelotazos de este año. Lo nuevo de Marcus Dunstan es tensión en estado puro, menos efectista que en anteriores trabajos, pero con más pegada que nunca. “I Am Not A Serial Killer”, thriller fantástico que nos ha dado la oportunidad de disfrutar del gran Christopher Lloyd desde una perspectiva muy poco habitual. “Train To Busan”, la película de zombies del año y una de las más aclamadas en Sitges. Un espectáculo de órdago pasado por el filtro del particular cine Coreano. “Abattoir”, lo nuevo de Darren Lynn Bousman rivalizando con “Before I Wake” por el dudoso honor de alzarse con el premio a la gran decepción de la temporada. Difícil elección.
“Carnage Park”, un survival del montón con bastantes influencias estéticas del grindhouse y del cine de los setenta, que no destaca en nada pero que se ha dejado ver medianamente bien. “Swiss Army Man”, la gran ganadora del festival, ahora sí, premiando a una película diferente y repleta de pequeños detalles a descubrir, con un descomunal tándem protagonista. “Blair Witch”, secuela de la popular película de 1999 que pese a no ofrecer excesivas cosas nuevas respecto a aquella, si resultó ser una propuesta bastante más entretenida de los esperado, con un tramo final plagado de excesos muy pero que muy divertido. Grata sorpresa. “Grave”, la polémica de este año estaba centrada en el debut de Julia Ducournau, relato neo-canibal de alto nivel técnico que sin ser para tanto como se decía, consigue meter el dedo en la llaga en más de una ocasión.
“The Wailing”, otra de las cintas coreanas que ha pegado fuerte en esta edición, llevando el terror psicológico a su máxima expresión si se dispone de la paciencia suficiente. “Tenemos la Carne”, la transgresora ópera prima de Emiliano Rocha Minter se quedó en poco más que un intento facilón por intentar escandalizar al espectador a base de sexo y desviaciones varias. Curiosa de ver, pero bastante decepcionante. “Museum”, nueva adaptación del manga para un interesante thriller de asesinatos que comienza mejor que acaba. “31”, otra de las grandes controversias del año, la nueva película de Rob Zombie, un survival marca de la casa que no se contaría entre los mejor del director, pero tampoco sería la basura infecta que muchos han querido ver.
“Melanie: The Girl With All the Gifts”, nueva muestra de la calidad del cine de terror británico. Ellos le dieron el salto de calidad al cine de infectados y aquí han vuelto a dar un golpe sobre la mesa con esta interesantísima y personal cinta, que pese a no mantener el nivel de su fabulosa media hora inicial (de lo mejor del año en el género), termina dejando un gran sabor de boca.“Pet”, con denominación de origen catalana, la película de Carles Torrens se alzó con el premio al mejor guión, no sabemos si merecido, pero desde luego, estamos ante una película muy entretenida que se sale bastante de las aburridas pautas del torture-porn. “The Handmaiden”, la gran aclamada. Lo nuevo de Chan-wook Park, así entre nosotros, una gran puesta en escena para un thriller erótico festivo bastante normalito, donde el morbo de algunas escenas ha terminado haciendo el resto.
“Ballad in Blood”, caspa italiana de la “buena” con el único aliciente de ver cuanta pechuga podía llegar a mostrar por minuto. Sin duda, la peor película de este Sitges, al menos, que nosotros hayamos visto. “Seoul Station”, animación coreana del director de “Train To Busan” a modo de precuela. Un buen complemento para aquella y todos sus seguidores. “The Eyes of My Mother”, terror gótico de corte muy intimista rodada íntegramente en blanco y negro. Toda una delicatessen para paladares refinados. “Under the Shadow”, la “The Babadook” Iraní es mucho más que eso. Una historia de terror sobrenatural que nos enseñó las miserias de la guerra. “Phantasma: Ravager”, el final de la mítica saga creada por Don Coscarelli, un fan service en toda regla que hizo las delicias de los Phans, pese a sus muchas limitaciones. “Trash Fire”, la gran sorpresa. El director de “Excission”, Richard Bates Jr. nos regaló esta estupenda comedia negra de brillante guion y cargada de mala leche.
“La Región Salvaje”, denuncia social, erotismo y ciencia ficción para una película que descoloca y atrapa a partes iguales. “Rupture”, otro soplo de aire fresco para el torture-porn para un thriller de ciencia ficción cargado de suspense y protagonizado por Noomi Rapace, que contiene algún que otro gran momento, pese a estar destinada para todos los públicos. “A Dark Song”, fascinante y opresivo relato sobre la pérdida y la culpa que nos ofreció una visión bastante más seria o adulta de lo que suele ofrecer el cine de fantasmas. “Attack of the Lederhosen Zombies”, típica comedia zombie carne de maratón para disfrutar entre colegas con unas cuantas birras en horas intempestivas y bastante inferior a películas de las que mama.
“Bed of the Dead”, curiosa serie B de gran potencial que al final se quedó en un quiero pero no puedo o en un puedo pero no quiero. El caso es que nunca se le sacó tan poco provecho a una cama con dos mozas y maldiciones varias. “The Transfiguration”, certero homenaje al cine de vampiros que se alejó de los tópicos para poner sobre la mesa un relato cercano plagado de trasfondo social que pese a su pausado ritmo, desgarró alguna que otra yugular. “The Greasy Strangler” fue el WTF del festival, lo cual estando de por medio algo como “Swiss Army Man”, fue todo un mérito. Película inclasificable e imposible de recomendar que nadie se debería perder, bajo su propia responsabilidad y “The Monster”, un ejemplo más de esta reciente comunión entre terror y drama que pese a su estupenda ambientación y el gran trabajo de las dos protagonistas, terminó quedándose en un título bastante descafeinado.
Por nuestra parte, damos por zanjado el festival de Sitges 2016 y contando los días ya que quedan para volver a comenzar una nueva aventura en ese acogedor pueblecito de la deliciosa costa Catalana, donde el festival celebrará su 50 aniversario y donde si satanás quiere, los cuervos estaremos allí, una vez más, para contarlo.