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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Halloween Resurrection

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Decepcionante no era precisamente lo que debía ser la octava película de la serie Halloween porque al frente está Rick Rosenthal, el realizador de “Halloween 2”, la que es la mejor secuela de la franquicia. Pero a veces uno se encuentra que un buen director está involucrado en un proyecto fallido o desastroso en este caso.

“Halloween: Resurrection” se estrenó el año 2002 para dar respuesta a la buena acogida en taquilla que tuvo su antecesora “Halloween: H20. Veinte años después” (Steve Miner, 1998). Parecía que la serie volvía a revitalizarse para darnos varias continuaciones al estilo de “Scream”. Sin embargo, eso no ha sido así debido a un historia sin interés e inconexa con la anterior entrega. Si “H20” cerraba la saga con la muerte de Michael Myers a mano de su hermana, ahora resulta que en esta entrega nos explican que no era Myers y debido a ese error encerraron a Strode en un manicomio. Una explicación cogida por los pelos que no termina de convencer. Los responsables de tal idea son los guionistas Larry Brand y Sean Hood.

La historia, cuatro años después de “H20” pasa de la hermana de Myers en el psiquiátrico a un grupo de adolescentes que gana un concurso para pasar una noche en la casa donde nació el psicópata en lo que es un reality por internet en directo llamado Dangertainment. La casa está llena de cámaras y los concursantes también disponen de una mini cámara en el casco. Pero el juego se convierte en una lucha para conseguir salir con vida de la casa, porque la frase del film ya lo dice: “El terror vuelve a casa”. Myers aparece y comienzan las muertes. En una de ellas observamos un homenaje a “El fotógrafo del pánico”, cuando el asesino mata a un técnico con un trípode mientras graba su muerte.

La película provocó el rechazo de gran parte de los fanáticos de la saga sin mencionar que de no seguir solo un par de patrones de la historia original esta nueva secuela se hubiera catalogado como un simple horror-teen más. El fracaso en taquilla era una muerte anunciada y Rosenthal pasó de ser el mejor director de la serie después de Carpenter al realizador que devolvió a Myers de nuevo al olvido hasta la llegada de Rob Zombie.
 
La película está llena de homenajes al resto de films de la saga y de curiosidades. Igual que en la anterior secuela, los asesinatos de Myers de la cuarta, quinta y sexta parte son olvidados, eso lo comprobamos cuando un residente del sanatorio únicamente enumera sus víctimas correspondientes a la primera y la segunda parte y a “H20”. Parte de la película se rodó en Salt Lake City (Utah), el mismo lugar donde se filmaron escenas de "Halloween 4", "Halloween 5" y "Halloween 6". En la habitación de Laurie en el hospital, se puede ver un cuadro encima de la cama de John Tate (Josh Hartnett), su hijo en la anterior secuela. La muñeca donde Laurie (Jamie Lee Curtis) pone sus pastillas, es la misma que estaba colocada en su cama en la película "Halloween". El director de este film, Rosenthal, quien también dirigió "Halloween II", hace un cameo como profesor Mixter. En la habitación de la hermana mayor de Michael Myers se puede ver que está rota la ventana. Esta fue rota en la primera parte de "Halloween". La escena en donde muere Rudy (Sean Patrick Thomas) sujeto a la puerta con cuchillos, es una referencia a la muerte de Bob (John Michael Graham) en "Halloween".

“Halloween: Resurrection” también representa la oportunidad de exponer el legado de Michael Myers hacia el nuevo milenio. El serial killer se despierta en un mundo diferente en donde su figura se ha convertido en tema de chats por internet, videos caseros y reality-shows.

LO MEJOR: La breve aparición de Curtis al inicio del film.

LO PEOR: El film no se toma en serio a sí mismo. Esto lo vemos en el combate de artes marciales de uno de los personajes contra Myers.

 


Crítica: Halloween: El Origen

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Cuando hace unos años vi por primera vez la por aquel entonces recién estrenada "La Casa de los Mil Cadáveres", salí del cine bastante decepcionado, pues me pareció un mediocre refrito de “La Matanza de Texas”, pero después, con el tiempo, tras posteriores visionados, mi opinión apenas cambió, cierto, pero si comencé a apreciar ciertos aspectos del trabajo de Rob Zombie, ciertas señas de identidad, que tiempo mas tarde, se definieron en aquel delicioso western macabro de psicópatas llamado "Los Renegados del Diablo", que si bien era la secuela de "La casa de los mil cadáveres" y repetían todos los personajes, afortunadamente, poco tenían que ver la una con la otra.

Con esta película, Zombie confirmó las buenas maneras mostradas anteriormente y se consagró como un director transgresor, innovador y con unas fuertes señas de identidad. Ahora bien, de ser un prometedor cineasta, a hacer un "Remake" de uno de los mayores clásicos del cine de terror como es "Halloween" de John Carpenter, hay un tortuoso y largo camino; El resultado ha sido realmente agridulce y es que el "Halloween" de Zombie tiene dos partes claramente diferenciadas, la primera mitad del filme es una precuela a todas las de la ley, donde conocemos los orígenes de Michael Myers, el asesinato de su hermana y cia, su posterior internamiento en el psiquiátrico y su relación con el Dr. Loomis, hasta llegar al momento de su fuga.

Esta primera parte funciona a la perfección, el sello Zombie está presente en todo momento, el extravagante festival de malsonantes palabras, la elevada carga sexual no explícita, las largas melenas de todos los protagonistas, Dr. Loomis incluido, las imágenes que se nos ofrecen a modo subliminal de películas de terror de los años 50 en esa iconología que tanto gusta a Zombie y que los Myers tienen puestas en su televisor e incluso ese acabado en cuanto a tonalidades de los colores se refiere que ya pudimos apreciar en sus anteriores trabajos, que contribuye (entre otros elementos) a otorgar a sus filmes ese aire videoclipero tan característico.

Aquí encontraremos algunos momentos dignos de mención, de esos que podríamos enmarcar y colgar en la sección de secuencias de culto de nuestra pollería más cercana, por su capacidad de ponerle la gallina de piel al espectador, como cuando Michael sale del colegio clamando venganza y dispuesto a segar su primera vida humana al son de la mítica sintonía compuesta por el maestro Carpenter.

Pero a partir de la fuga del psiquiátrico, cuando Myers regresa a su hogar, la cinta pierde muchos enteros, pues como "Remake" del clásico, no hay por donde cogerlo. Es aquí donde el filme pierde toda su identidad, Zombie naufraga totalmente en el intento de plasmar la esencia del original, donde vemos a un Michael Myers brutal, pero sin carisma alguno, que pese a calzarse la mascara y el traje, no logra que nos quitemos de la cabeza a ese gigantón greñudo mostrado por el rockero minutos antes, donde las escenas de violencia no son nada originales y se tornan repetitivas y largas, muy largas, sin llegar en ningún momento a acercarse a los niveles de ansiedad de la obra de Carpenter, sacrificando la atmósfera de la original, por la acción del slasher actual, mientras vemos con cierta indiferencia a las pobres víctimas de Myers ahogándose en sus propios gritos, pero sin transmitir nada de lo que nos ofreciera Jamie Lee Curtis en 1978.
 
Tampoco Malcolm Mcdowell como Dr. Loomis acaba de convencer, y no es que el hombre lo haga mal (Malcolm Mcdowell siempre hace de Malcolm Mcdowell), pero la sombra del gran Donald Pleasence es muy alargada. En el resto del reparto destacar sobre todos los demás, al joven Daeg Faerch, dando vida a un infante Michael en una grandiosa encarnación. Zombie también echa mano de su plantel personal de actores fetiche, así podremos ver a Tyler Mane, Bill Moseley, Sid Haig (AKA Capitán Spaulding) o su omnipresente mujer Sheri Moon Zombie (a la que le daría años después, todos los galones para ponerse al frente de la controvertida “The Lords Of Salem”) como la señora Myers... y por último y no por ello menos importante, destacar también la participación de dos grandes: Danny Trejo, cortesía de la factoría Rodriguez, que aquí nos regala uno de los papeles mas "intelectuales" de su carrera y por supuesto, de un Brad Dourif al servicio de la ley.

Retomando con el filme, decir que Zombie tampoco se ha atrevido con las secuencias clásicas, como la del armario o el espectacular final, donde Myers caía por la ventana para desaparecer posteriormente al son de la música, cambiándolas por una interminable persecución que lo único que consigue es acentuar esa sensación de reiteración de esta segunda mitad.. Por lo tanto, podríamos decir que Zombie se ha quedado a medio camino esta vez, ofreciendo un trabajo demasiado irregular, que hubiese funcionado mucho mejor de centrarse al 100% en la precuela, que es con diferencia lo más interesante del film y dejar de lado, por el momento, lo hecho por Carpenter.
 
Comentario posterior anexo, tras varios visionados posteriores y otros tantos azotes en las nalgas del Rector a modo de flagelación, efectuadas, con saña, por el propio Rector: Pues si niños y niñas, este es uno de esos casos en los que a uno, le cuesta identificarse con sus propias palabras y eso que sigo defendiendo la esencia de la crítica que le dediqué en su día a la película. Sigo pensando que toda la genialidad de “Halloween: El Origen”, reside en su primera mitad, lo cual, no quita, que la segunda, pese a no tener nada que ver con lo que todos adorábamos de la cinta de Carpenter, sea un trepidante slasher 100% Zombie. Por lo tanto, no me queda otra, que otorgarle a la película un par más de estrellitas.

Lo mejor: La acertada reimaginación que hace Zombie de la infancia de Myers, que lejos de restarle misterio a la figura del personaje, aun consigue engrandecerlo más, un descomunal Daeg Faerch y lo sorprendentemente bien que funcionan los vicios de Zombie (violencia, sexo y rock & roll) dentro el concepto de una obra tan clásica como la que tenía entre manos.

Lo peor: Su segunda mitas, que aunque funciona como slasher, no aporta nada nuevo a lo ya visto en la franquicia y alguna secuencia concreta, que sigo pensando se estira demasiado.
 
 

Crítica: Halloween 2

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Puede que una secuela de la versión o remake de "Halloween" que hizo Rob Zombie en el 2007, no sea precisamente la película que mas desearíamos ver sus seguidores, sobretodo cuando han quedado "congelados" proyectos tan seductores como "Tyranosaurus Rex" (crucemos los dedos para que sea retomado) o cualquier otra locura que pueda tener en mente este tipo, seguro que mucho mas interesante que la propuesta que nos ocupa. De cualquier forma, tampoco os voy a engañar y tengo que reconocer que la idea de descubrir hacia donde podía llevar el personaje de Michael Myers, sin las siempre incómodas ataduras del remake y con la alargada sombra del maestro Carpenter sobre su cabeza cual espada de Democles (recordemos que la primera película dejó bastante claro que Zombie es un tipo con gran talento y nos ofreció una muy interesante visión de la infancia de Myers, pero controvertida cuando se metía en terrenos carpentianos, me picaba bastante el gusanillo.

"Halloween 2" comienza exactamente donde lo dejó su predecesora, con las ambulancias llevándose a las víctimas heridas, las jóvenes Laurie Strode y Annie Brackett al hospital, ambas en un estado crítico y con la policía retirando el cuerpo del supuestamente fallecido Michael Myers, pero no hace falta tener mucha imaginación para saber que esta no llegará a su destino y después de un fatídico accidente de la ambulancia que lo transporta, desaparece sin dejar rastro. 2 años más tarde, el pueblo de Haddonfield se prepara para una nueva festividad de Halloween.
 
Este es el punto de partida de la cinta, mas o menos lo que podíamos esperar cualquiera de nosotros, pero ahora ha llegado el momento de olvidar todo lo que sabíamos o creíamos saber sobre Michael Myers, por que Zombie se lo pasa absolutamente todo por el forro de los cojones y moldea, no tanto la historia (que es mas o menos lo mismo de siempre), pero si los personajes, de tal manera que para bien o para mal, resultan casi irreconocibles.

Lo primero que llama la atención es la obsesión del director por mostrarnos la mente de Michael, no se si en un intento de justificar sus actos (lo que me parece un tanto absurdo a estas alturas, después de todo lo visto a lo largo de la saga) o simplemente como mera escusa para meter con calzador a su bella esposa Sheri Moon Zombie en la película, en este caso como producto de la imaginación de Michael, donde aparece (muchas mas veces de las deseadas) con un vestido blanco y acompañada de sendo caballo, en unas secuencias que parecen sacadas de algún viejo videoclip de los "Smashing Pumpkins" y que al parecer son la motivación de matar del legendario asesino, en una relación clónica a la que mantienen Jason Voorhees y su querida madre, desnudando a Myers de todo esa halo sobrenatural que le rodeaba hasta este momento y denigrándolo a la categoría de psicópata chiflado, lo que a mi juicio, le quita demasiados rasgos de identidad al personaje, mas cuando el Zombie mas irrespetuoso, tiene incluso la sinvergüencería de quitarle la máscara en mas de una ocasión e incluso de mostrarnos su rostro al completo en la parte final del filme sin ningún tipo de tapujo.

Para nuestra sorpresa, descubrimos que Michael Myers no es ningún ser sobrenatural salido del infierno, sino una especie de neardental barbudo con greñas hecho a la imagen y semejanza del propio Zombie (solo le faltaba haberlo interpretado personalmente) que termina de desmitificar al personaje de forma irremediable, al cual ya había intentado "humanizar" a lo largo del filme mostrándonoslo deambulando por los alrededores del pueblo cual vagabundo e incluso alimentándose (¿desde cuando Michael Myers tiene que alimentarse? esto es como si nos enseñan a Freddy Krueger defecando en el lavabo).

No contento con cargarse a Michael, el bueno de Zombie se ceba incluso mas si cabe, con el otro personaje ilustre de la saga, el Dr. Loomis, al que lejos de aquel psiquiatra íntegro y obsesionado con el asesino, al que perseguía entrega tras entrega desafiando a la propia muerte, aquí nos lo muestra como un tipo mezquino y despreciable que intenta sacar tajada de la situación escribiendo un libro sobre los hechos acontecidos para su propio beneficio, incluso mostrando un comportamiento déspota hacia la gente que le rodea, consiguiendo que el espectador le deteste incluso mas que al propio Michael (sobretodo ahora que sabemos que el pobre no es mas que un enfermo mental), si bien es cierto que en el tramo final de la película, se hace un intento estéril por recuperar la dignidad del personaje, el daño ya es irremediable.

En lo que al desarrollo se refiere y como ya anuncie antes, no hay demasiadas novedades respecto a lo que pudimos ver en la segunda mitad de la anterior película, si bien es cierto que en esta ocasión, la cosa resulta bastante mas entretenida y sobretodo, mas brutal, por que sin ninguna duda estamos ante el "Halloween" mas salvaje de toda la saga, con un Michael matando a diestro y siniestro todo lo que se cruza en su camino, y aunque las muertes no son ningún prodigio de originalidad (nunca lo fueron), si que resultan atroces como pocas veces antes. La historia se divide en dos tramas paralelas que terminan encontrándose en el desenlace final, por un lado tenemos a Michael en su cruzada asesina de aquí para allá, con visiones de su madre entre asesinato y asesinato. Por el otro lado, se nos muestra la vida cotidiana de la familia Brackett, quien se ha echo cargo de la traumatizada Laurie Strode, la cual siguiendo los pasos de su hermano, también le da bastante al royo de las visiones, todo ello para que nos quede bien claro que la muchacha tampoco está demasiado en sus cabales e ir así, preparando el terreno para la parte final.

Como curiosidad en lo que a la trama se refiere, comentar que la película cuenta con dos finales diferentes, uno el que se podrá ver en las salas españolas y otro alternativo que aparece en la edición americana, donde las diferencias son bastante palpables y aunque el desenlace final es en esencia el mismo, la simbología es bastante distinta.

El reparto me ha gustado bastante, exceptuando todo lo que refiere a Michael, tanto en su infancia, donde el joven Daeg Faerch (quien me parecía perfecto para el papel) ha sido substituido por Chase Vanek, como en su etapa adulta donde repite Tyler Mane, no por que tenga ninguna objeción hacia el actor, sino por el hecho de que le ponga rostro a la máscara. En el resto no hay novedades, Scout Taylor-Compton, quien hace una mas que notable interpretación, repite en el papel protagonista junto a Danielle Harris, quien ejerce de "hermana" circunstancial en esta interesante relación de amor/odio y el bueno de Malcolm McDowell ("Doomsday") que también repite y da vida al "nuevo" Dr. Samuel Loomis. Para el final me reservó lo mejor, y es que Brad Dourif alias "Lengua de serpiente" (por el que siento especial predilección) está sencillamente fantástico en el papel del Sheriff Lee Brackett, con una secuencia en concreto que consigue alcanzar cotas épicas.

Respecto a la banda sonora, no cabe duda de que viniendo de un rockero empedernido como Zombie, no podía decepcionar y todos los temas que suenan a lo largo del filme son realmente buenos, como "What´s your name?" de los veteranos Lynkyrd Skynyrd, "The Chase is better than the catch" de Motorhead o el fantástico y popularizado por Metallica, "I am Evil" de Diamond Head. Por no nombrar al omnipresente Jesse Dayton al que incluso veremos tocar en directo en la particular visión de Zombie de la fiesta de Halloween. El score también está muy logrado e ilustra muy bien las partes donde aparece Michael, realmente siniestro. Lo que mas choca en este sentido es la total ausencia durante la película del tema principal compuesto en su día por Carpenter, que aquí solo aparece y en forma de remix en los créditos finales.

Conclusión, "Halloween 2" es una clara reinvención de la saga, donde Rob Zombie se desmarca por completo de los personajes creados por Carpenter y los lleva hacia su particular universo, lo que sin duda no gustará a muchos seguidores de la franquicia (yo mismo), pero que por el contrario ofrece un slasher espectacular, mas brutal y mucho mas personal, que además cuenta con algunos grandes momentos como la parte inicial del hospital (de regustillo ochentero) o la escena del bar de carretera, Zombie en estado puro. También se echa un poco en falta la figura de un némesis para Michael, alguien que le plante cara (ahora que el personaje de Loomis está totalmente desvirtuado), pues la cinta es un auténtico monólogo del asesino (como se echa en falta Jamie Lee Curtis).
 
Lo mejor: Trepidante, Rob Zombie en estado puro. Su grandes dosis de violencia y la sensación de que, para bien o para mal, estamos viendo algo “nuevo” dentro de la franquicia.

Lo peor: El intento de Zombie de “humanizar” a Michael, el abuso de las secuencias oníricas y la ausencia de la banda sonora original.
 
 

Artículo: La Noche de Halloween

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El slasher (to slash: descuartizar, destripar...) es uno de los subgéneros más populares del cine de terror desde su origen en la segunda mitad de los años setenta hasta su decadencia a principio de la década de los noventa del siglo XX. Tres son las sagas de slasher más importantes de este período: “Halloween”, “Viernes 13” y “Pesadilla en Elm Street”.

Centrándonos en la saga “Halloween”, por ser la primera del cine slasher, debemos hablar de “La noche de Halloween” (“Halloween”, 1978). John Carpenter define este subgénero de terror con un asesino enmascarado, un grupo de jóvenes con la mente llena de sexo y alcohol, la final girl (la chica decente e inteligente del grupo) interpretada por Jamie Lee Curtis -hija de Tony Curtis y Janeth Leigh (“Psicosis”)- o asesinatos en serie.

A “La noche de Halloween” le seguiría “Halloween II: ¡Sanguinario!” (“Halloween II”,1981, Rick Rosenthal), que tardó tres años en salir a la luz. Carpenter declinó dirigirla y se encargó del guión, continuación directa de la primera entrega. La recaudación fue muy inferior a la primera parte en un año de saturación de slashers films en las salas de cine. No aporta nada nuevo a la saga ni al subgénero, pero es digna de visionar.
 
La segunda parte fue la última para Curtis y en la siguiente entrega,“Halloween III: el día de la bruja” (“Halloween III, season of the witch, 1982, Tommy Lee Wallace), tampoco apareció el Dr. Loomis ni, sorprendentemente, Michael Myers. El objetivo de Carpenter era hacer una serie de películas de terror independientes y ambientadas todas ellas en la festividad de Halloween a razón de una por año. Sin embargo, la taquilla fue peor que la segunda parte y los productores decidieron resucitar a Myers.

Pasaban los años y la saga “Viernes 13” ganaba terreno así como Freddy Krueger de “Pesadilla en Elm Street” hacía acto de presencia en el cine slasher. No fue hasta seis años después cuando saldría a la luz una nueva película. Titulada “Halloween IV: El regreso de Michael Myers” (“Halloween IV: The return of Michael Myers”, 1988, Dwight H. Little), en esta entrega Myers descubrirá que le queda un familiar vivo, su sobrina pequeña, Jamie, e irá a por ella. Con una factura técnica superior a las dos entregas anteriores, fue un éxito de público y la crítica la vio con buenos ojos. El final de esta entrega daría comienzo al inicio de la siguiente: “Halloween V: La venganza de Michael Myers” (“Halloween V: The revenge of Michael Myers”, 1989, Dominique Othenin-Girard). Esto demostraba que los productores se movían por impulsos a la hora de trabajar la franquicia. Cuando un episodio es un éxito, el siguiente se rodaba y estrenaba en el acto pero, en cambio, cuando era un fracaso pasaban bastantes años a la hora de regresar con el personaje de Michael Myers. Muy diferente a la franquicia “Viernes 13” que estrenaba película por año aproximadamente.

 
La quinta entrega fue el filme de toda la saga que menos recaudó, todo un fracaso que provocó la espera de seis años para recuperar a Myers. Es en “Halloween: la maldición de Michael Myers” (“Halloween: The curse of Michael Myers, 1995, Joe Chappelle) que fue una decepción mayúscula en pleno renacimiento del cine slasher con la saga “Scream” .

“Halloween H20: veinte años después” (“Halloween H20, 20 years later”, 1998, Steve Miner) es hasta la fecha la mejor de las secuelas. Se realizó como un homenaje por el vigésimo aniversario de la saga. Esta séptima entrega pasa por alto la tercera, cuarta, quinta y sexta parte, suponiendo que Myers se pasa veinte años sin hacer nada. En la producción estaba toda una locomotora del cine de terror: Kevin Williamson, guionista de “Scream”. Esta producción representa la vuelta de Jamie Lee Curtis a la franquicia, dieciocho años después. El director Steve Miner ya había dirigido dos entregas de la saga “Viernes 13” por lo que sabía lo que se hacía.

Tras el éxito de esta entrega vinieron la desastrosa “Halloween: Resurrection” (2002, Rick Rosenthal), en donde un grupo de adolescentes gana un concurso para pasar una noche en la casa donde nació Michael Myers, pero el juego se convierte en una lucha para conseguir salir con vida de la casa, y las dos versiones de Rob Zombie “Halloween: el origen” (“Halloween”, 2007) y “Halloween II” (2009). El argumento de la primera es el siguiente: Después de estar recluido durante 17 años en una institución mental y tratado por el Dr. Samuel Loomis (Malcolm McDowell), el perturbado Michael Myers (Tyler Mane), convertido ya en un hombre adulto y muy peligroso, logra escaparse el día de Halloween y decide regresar a la ciudad de Haddonfield. Todo aquel que se cruce en su camino corre un peligro mortal.

Mientras que la secuela retoma desde donde finalizó Halloween 2007 y un año luego de los acontecimientos. En “Halloween 2”, Zombie explica como Laurie trata de superar y olvidar lo que sucedió el año anterior, como el Dr. Loomis capitaliza esos eventos en un libro biográfico de orden cronológico y de como Michael Myers continúa en la búsqueda de Laurie Strode, tratando de reunir a su familia.

FELIZ HALLOWEEN
 
 

Crítica: Bloodwork

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Hablemos de un mundo perfecto. Hablemos de un mundo en el que no exista la mentira, en el que no exista la necesidad, un mundo en el que el amor lo inunde todo, un mundo sin soledad, sin guerras, un mundo en el que todos tengamos un estado de salud perfecto. Hablemos de un mundo sin dolor. Sí, podríamos hablar de todo esto, podríamos hablar de un mundo perfecto, pero hemos dicho que en ese mundo no debería existir la mentira, por lo que no os puedo hablar de todo lo que anteriormente he citado porque por desgracia, ese mundo perfecto no es el nuestro, ya que, queridos, nosotros vivimos en el infierno, ni más ni menos. La amenaza del Averno no existe porque ya estamos en él, por tanto eliminemos el temor. Repito, estamos en el Infierno y el demonio no somos mas que cada uno de nosotros, de la gente que no conocemos y de la gente que conocemos aún más.

No se puede tener todo en esta vida, de la misma manera que siempre se tiene algo, y sea como sea, al final, nuestra vida está regida por la salud o la falta de ella, y para bien o para mal, terminamos debiendo pleitesía a las omnipotentes diosas que determinan si vives o mueres, y esas no son otras que las compañías farmacéuticas.

"Bloodwork" nos sumerge en el mundo de los efectos secundarios, en el de las pruebas clínicas para determinar si un medicamento puede ser patentado o no. "Bloodwork" nos lleva al terror de las cobayas humanas, en manos, precisamente de las farmacéuticas.

La historia a descubrir es la de dos universitarios, quienes en busca de dinero "fácil", se presentan voluntarios para testar un nuevo medicamento contra la alergia. Junto a ellos, y tras la promesa de más de tres mil dólares por quince días de reclusión y experimentación, personajes de diferentes pelajes: el veterano en las susodichas pruebas (que claramente se ha quedado en alguna fase de un indeterminado efecto secundario anterior, de forma perpetua), las guapas estudiantes, que aprovechan esos quince días para incrementar su cuenta bancaria y seguir estudiando, el ex-convicto al que Dios ha cambiado su vida, la anciana que no tiene nada que perder y demás figuras que dan igual, ya que vengan de donde vengan y vayan a donde vayan, es del todo indiferente, en una cinta en la que la única importancia se le da al medio y al fin.

Obviamente, el medio son las cobayas humanas. A decir verdad. yo simplemente me fijé en los protagonistas ( Greg y Rob), porque atravesaban la historia desde dos perspectivas muy diferentes (y a falta de profundizar bien, dicho sea de paso). Greg es el sentido común después del caos (fácil cuando tú actúas de placebo), y Rob es quien nos transporta a las instalaciones de la farmacéutica y nos mete de lleno en cada inyección y sus consecuencias.

La trama empieza jovial, despreocupada, ligera. La doctora Wilcox (Tricia Helfer- conocida por su papel en "Battlestar Galactica") vende bien un producto por y para la ciencia. Todo correcto hasta la mitad de la película, las inoculaciones de la biotoxina no parecen dañinas, hasta el asumido por parte del espectador, giro que da todo en la segunda parte, cuando las fases del test empiezan a ser lo que esperamos los que lo vemos tras al pantalla y los que están dentro de la pantalla. La toxina en contacto con el flujo sanguíneo se revoluciona, parece descontrolarse y producir unos efectos secundarios, a priori, sorprendentes. Nada mas lejos de la realidad. Obviamente, y como era de esperar, una cosa es la teoría y otra , la práctica, y lo que parecía un simple antihistamínico, realmente es otra cosa.

Los efectos secundarios los tendréis que descubrir vosotros mismos, pues el interés de "Bloodwork", incluso mas allá de los giros que se puedan dar en esta cinta, es, precisamente, descubrir cómo es el ser humano despojado de uno de sus rasgos característicos, aquello que nos diferencia de los animales, que no es otra cosa, que la repugnancia. En esa tesitura, por encima de adicciones o necesidades, el hombre es capaz de todo, más cuando el entorno es el encierro.

"Bloodwork" es una propuesta interesante, donde a la vez , se pone de relieve nuevamente, a la figura del doctor que juega a ser dios y que toma reprobables decisiones, que van mas allá de toda ética. No hablamos de mas doctors, esos juegan en otra liga, hablamos de doctores-dinero (os recuerdo que una gran farmacéutica está detrás de cada pequeño rincón), que dudan por un segundo en nombre de los avances científicos, pero que saben muy bien que allí han ido a hablar de su libro, y así, al segundo siguiente, simplemente ejecutan. No esperéis "The Human centipede", ni mutaciones a lo "The Fly", en "Bloodwork", el halo de seriedad está presente desde que se cierran las puertas del edificio-jaula, y los ratoncitos ciegos con los que experimentar, como Greg y Rob, son marionetas en manos de la enfermedad, la salud y la ambición.

La sangre y las escenas desagradables están bien dosificadas y cortan, justo en la arteria principal. El guión, pese a que en un primer momento, pueda parecer justito, es bastante agradecido, para una película sin pretensiones, sin publicidad y sin grandes directores (por cierto, os presento al suyo: Eric Wostenberg).

"Bloodwork" es una película entretenida, que no (de)cae porque tampoco sube mucho. El contra es que es una propuesta que termina en la hipérbole propia de este tipo de subgéneros, y que comete el error de tantas y tantas películas, que es el salirse de madre con la figura interpretada (brevemente, gracias a dios), por Eric Roberts, y que parece que tiene que aparecer en este tipo de asuntos "gordos", para dejar claro que lo que importa no es el tamaño, sino quien lo maneje.

Conclusión: Una sorpresa para esas noches en las que no sabes qué ver, y estás tan cansado que realmente no puedes con algo denso o excesivamente ligero. El punto intermedio lo tenéis en "Bloodwork".

Lo mejor- La idea de un ser humano que no siente asco y las consecuencias de ello.

Lo peor- El final, la poca empatía que se siente por los personajes, y que no se haya explotado más el aspecto psicológico, optando por enfatizar el físico.
 
 

Cine Antropófago: Omnívoros y Caníbal. La Cara y la Cruz

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El canibalismo, desgraciadamente no es sólo cosa de la ficción. Es tán antiguo como los mismos antecedentes del hombre, hace miles de años. El tema, tabú, por supuesto, se vió acrecentado en épocas de crisis y de hambruna, y posiblemente algunos de nuestros parientes no tán lejanos haya dado un bocadito a la carne de un muerto en guerra. Tribus africanas, sudamericanas y de las antípodas lo practicaron hasta que la conquista y expolio de tierras han ido acabando con ellas.

Pero vamos a lo que vamos.

El cine.

El canibalismo en el cine se ha movido como cualquier tema tabú, según corrientes, momentos determinados e incluso escuelas. A partir del éxito sin precedentes de Holocausto Caníbal, en Italia por ejemplo, se rodaron unas cuantas pelis sobre el tema, incluídas secuelas, que hoy resucita Eli Roth (tipo inteligente donde los haya) con “The Green Inferno”, precisamente el mismo título de Holocausto caníbal 2. ¿Coincidencia? Por supuesto que NO.

El cine español no se queda a la zaga y en tiempos de cine antropófago nos regala este año al menos tres cintas que tocan el género desde puntos de vista absolutamente opuestos. Para este artículo me detendré en dos de ellas, Caníbal y Omnívoros. De la gamberrada que es Varnívoros ya hablaremos...

Pues bien, dos cintas, dos directores, dos formas de hacer cine de género en nuestro país.

Una, sobria y profunda. La otra, deslabazada pero entretenida a rabiar.

Allá vamos:

OMNÍVOROS: WE ARE WHAT WE EAT

Marcos Vela, un prestigioso, guapérrimo y relevante periodista gastronómico, acepta el encargo de una editora independiente-fantástica como siempre Elisa Matilla- para escribir un artículo sobre la reciente aparición y proliferación de una serie de elitistas restaurantes clandestinos a los que el público común no tiene acceso.

El periodista acepta también la invitación de parte de la editora para asistir a uno de estos restaurantes, donde se encuentra con Carla, periodista y antigua amante y conoce a Eva , una mujer con la que iniciará una intensa, extraña y peligrosa relación.

Eva, como Cicerone clandestina y algo oscura, le muestra a Marcos el mundo que rodea este tipo de peligrosos y secretos restaurantes y Carla le informa de la existencia de algunos, aún más elitistas y secretos donde el plato principal es la carne humana, a los que acuden personas adineradas dispuestas a pagar desorbitadas cantidades de dinero por probarla y en los que está metida su nueva partenaire, Eva.
 
Este descubrimiento puede dar un nuevo significado al artículo que está escribiendo , por eso convence al editor independiente que lo contrató a pagar el precio, 10000 euritos del ala, que le permita acudir a una comida en ese restaurante para antropófagos.

Su investigación, entonces, le lleva a uno de estos restaurantes. Una cena en una finca remota. Y es ahí cuando comienza su infierno.

Una vez que se obtiene el acceso , se verá envuelto en una pesadilla en la que el canibalismo es una muestra de snobismo lujoso, donde una de las asistentes en una puja por los solomillos se permite decir “el precio de la carne se ha vuelto prohibitivo... Pero mejor esto que ser vegetarianos...” y de donde no saldrá bien parado si no prueba la carne humana y se une a la peligrosa organización , de la que le será prácticamente imposible escapar.

Así, lo que comenzaba como una investigación periodística habitual, se convertirá en una terrible pesadilla en la que nadie es quien parece ser y que terminará en un final, al menos,. sorprendente.

'Omnívoros' trata de ser un thriller de terror independiente con puntuales momentos de cine gore (bastante ligero y algo decepcionante después de ver el estupendo cartel de la peli y conocer la trama) haciendo que el espectador se plantee: ¿qué es lo que comemos realmente?. Y ¿por qué?.¿Y por qué no?

El problema fundamental de la cinta es que su director, Óscar Rojo, no se conforma con hacer una peli de género.

Él quiere más.

Quiere retratar la sociedad en la que vivimos y enjuiciar las clases sociales, como ya hizo debatiendo-y exagerando hasta los topes-con el drama del paro en la que fue su ópera prima 'Brutal Box' y en esta ocasión elige retratar el descenso a los infiernos del hombre, en una crítica abierta y evidente pero muy, muy subjetiva a la falta de moral señalando con el dedo al rico y su riqueza y como en "La vida es sueño", muestra que los caprichos del ser humano, que crecen según aumenta su dinero, y lo hace con una tendencia a la generalización dando a entender que todos tenemos algo que ocultar en un mundo en el que no existe ningún atisbo de conciencia social. En realidad, el tema de la cinta vuelve a ser la moralidad del ser humano y sus límites, al igual que en Brutal Box, sólo que con un presupuesto notablemente superior y unas características técnicas mejores. Sin embargo es menos fresca y original.

Es como una especie de mix de "Master Chef" y "Hannibal".

Mario de la Rosa (visto en Toledo) despliega al máximo sus no muy hábiles facultades actorales metiéndose en la piel del prota, el típico niñato guapo y triunfador que se ve obligado a descubrir que el mal en estado puro existe, y más cerca de lo que pensamos, y tomar las decisiones acertadas para acabar con él.

Le acompañan en el televisivo reparto Fernando Albizu, Paco Manzanedo (La Fuga),Marta Flich (Impares) y Sara Gómez (Tierra de lobos).

Mención aparte merecerían la Fotografía de José Antonio Muñoz Molina y la poco trabajada y extremadamente deficiente música de Lucía Rojo, que hasta se atreve con una pieza barroca que es un disparate.

Leí por ahí que según el director la película "parte de un tema real: los restaurantes clandestinos que empezaron a proliferar en Cuba en los años 50 y luego llegaron a Nueva York y a Londres".

En definitiva, el buenísimo-excelente en realidad- punto de partida se ve lastrado por interpretaciones bastante poco convincentes y demasiados fallos de guión.

No llega a ser una peli mala, pero desde luego buena, lo que se dice buena, no es.
 
Eso sí, si lo que aquí tuviera que valorar es el entretenimiento puro y duro (que en el fondo es el rollo que a mí me va), le cascaría un sobresaliente, porque en su hora y media corta no aburre ni un segundo, entretiene a rabiar y es muy, muy revisitable. Todo lo contrario que la siguiente...

Lo mejor: El diseño de los créditos. Una preciosidad. El rollo insano y febril que acompaña cada minuto de la peli.

Lo peor: Algunas interpretaciones son muy malas. La banda sonora es aún peor. El prólogo de Dimas en la cabaña y la madre moribunda.

Lo dejamos en chuleta de cerdo resequilla.



 
CANÍBAL LA SOLEDAD HAMBRIENTA 

Manuel Martín Cuenca, director de: El juego de Cuba 2001, La flaqueza del bolchevique 2003 (película que me enamoró), Madrid 11-M 2004, Malas temporadas 2005, el documental Ultimos testigos 2009 y La mitad de Óscar 2010, dirige con un pulso soberbio una cinta de emociones y tabúes, de soledades y ansias, de dolor y vida, que diría Amanda Gris en “La flor de mi secreto”.

"Caníbal" era una cinta que mucho antes de estrenarse en España ya venía con el sello de ser una de las apuestas más fuertes de nuestro cine de este año, sobre todo viendo el recibimiento más que caluroso que obtuvo tras su pase en el Festival de Toronto, donde recibió críticas sobresalientes por parte de la prensa internacional. Ahora que la he visto, un poco decepcionado, todo sea dicho, atribuyo esas ovaciones al hecho de tratar un tema tabú y escabroso de la forma más fria, aséptica y distante posible, lo que en manos de otro cualquiera habría sido un derroche de gore del bueno, sustos y al menos algo de tensión... Y es que en Caníbal no hay siquiera tensión.

En 'La mitad de Oscar' (2011), su segundo y para mí casi insoportable largometraje, Manuel Martín Cuenca contó una peculiar historia de amor entre dos hermanos, callada, íntima, muda ysecreta. Este tipo de anomalías dentro de la vida social, de lo que no se puede aceptar por la existencia de una serie de normas no escritas y leyes ancestrales y morales, se repite en 'Caníbal', donde la apuesta es aún mayor: ¿qué pasaría si un tipo de lo más corriente, tirando a vulgar, que come carne humana y una inmigrante eslava que busca a su marginal hermana desaparecida se sintieran atraídos el uno por el otro? Esta es la verdadera cuestión que plantea la película, y para ello su primera estrategia consiste en desembarazarse tajantemente de las reglas más ostentosas del género fantástico y trasladarlas a la cotidianeidad, haciendo del hecho de que el protagonista sea caníbal una mera anécdota. Como que es bajito, enjuto, peludo y con barba. A mí esta estrategia no me convence en absoluto, y menos aún cuando lleva por título esa anomalía que se trata de borrar y de la que en la peli de dos horas apenas se nos dan tres apuntes.

Carlos (Antonio de la Torre) asesina a las muchachas que desea, las corta en lonchas y filetes perfectamente iguales y se las come poco a poco en cenas solitarias, en el salón de su antigua casa, acompañadas de una botella de buen tinto. Martín Cuenca nos cuenta al principio de la cinta cómo Carlos es capaz de provocar un accidente para cazar a la pasajera del coche, a la que después despedaza, todo ello sin mostrar más que las convulsiones del cuerpo inerte al ser cortado con hacha y cuchillo y el reguero de sangre cayendo a la pileta desde la mesa carnicera. Se siente incómodo contando la historia. Es evidente. Y no le incomoda en absoluto mostrar los cuerpos femeninos desnudos, con el pubis depilado casi de forma infantil, en lo que se recrea mostrando cómo Carlos lo olfatea.

Es el reverso de una vida laboral también solitaria y anodina, donde aquello que corta son telas para hacer trajes o el manto de la Virgen que acaban de encargarle para que salga con él en procesión esa Semana Santa.

Carlos es el sastre más prestigioso de Granada. Hace las cosas a la antigua usanza, como lo aprendió de su padre, de quién heredó el negocio justo enfrente de casa.

Un hombre respetable. Sus pasiones son el trabajo y sobre todo la comida, pero no come cualquier cosa: se alimenta de mujeres desconocidas, con las que no tiene generalmente ningún vínculo emocional.

Esa situación cambia el día en que Alexandra, una joven rumana, se muda al piso de arriba y con la que Carlos comienza un juego peligroso.

A los pocos días conoce a Nina, una chica que busca desesperadamente a su hermana gemela, Alexandra, que ha desaparecido hace unos días. Y es ahí, con Nina, con la que el hambre del caníbal se transforma en otro tipo de sensación, de sentimiento.

La película no está mal, nadie puede decir que sea mala.

Las interpretaciones son muy buenas y todo el reparto está fantásticamente dirigido. Y Antonio de la Torre, actor que no me gusta, está francamente perfecto, su personaje es un personaje frio (como debe ser un "buen psicópata"), sin emociones y a nosotros nos llega eso, la frialdad y la falta de emoción... pero al final nos deja al espectador demasiado fríos también y parece que hay algo que ha faltado, nos deja demasiado vacíos en el fondo.

De ahí mi reflexión anterior... un psicópata frio y sin emociones, nos deja fríos y sin emociones, y al final aunque está eso conseguido, nos deja como que falta algo, como que no nos han tocado las fibras o los puntos tocables.

Y es que la película posiblemente ha conseguido lo que quería, retratar desde fuera al personaje, pero el resultado es gélido, como los paisajes de la sierra donde Carlos tiene la cabaña-carnicería, esteta total, pero como una de esas figuras de hielo que decoran la sección de frutas en los brunch y van poco a poco goteando y deberían haberle metido algo más de emoción.
 
Lo mejor: Innegablemente tiene una técnica, un guión y unas interpretaciones sobresalientes. La atmósfera, fría y gélida, en consonancia con el protagonista.
 
Lo peor: De lenta se hace aburrida. Puedes ir a ponerte un café, lavarte los dientes y volver. Es muy probablemente que no te hayas perdido nada. Es muy posible que la peli se convierta en un éxito, pero sin duda lo será por el morbo que conlleva su temática. El personaje, no da miedo, vale, pero tampoco pena, no logra conmover siquiera un instante... Provoca hastío y aburrimiento.

Como dije en la anterior crítica, “ si lo que aquí tuviera que valorar es el entretenimiento puro y duro (que en el fondo es el rollo que a mí me va), le cascaría un” suspenso como una casa. Pero su innegable corrección cinematográfica, su punto de vista ajeno y aislado están más que conseguido y de seguro que la película tendrá una legión de admiradores.

Para mi gusto, le falta "un punto".

Lo dejamos en filet Mignon.




CANIBALES REALES

El tema del canibalismo en el cine se ha tratado mucho más de lo que en principio podemos creer. De hecho tuvo un momento cúspide a raíz de el estreno de "Holocausto caníbal", en forma de falso documental.

Pero sin duda el caníbal más famoso de la Historía del cine es y será el infame, atractivo, siniestro y carismático del doctor Hannibal Lecter, creado por Thomas Harris, y que consiguió la fama mundial en 1991 con la adaptación de una de sus novelas por el director Jonathan Demme en «El silencio de los corderos».

Aquél Anthony Hopkins, que encarnaba a un brillante psiquiatra degustador exquisito de la carne humana, ha llegado a sobrepasar las pantallas.

Pero son muchos los asesinos caníbales de la historia que han inspirado personajes como el de Hannibal.

Destacaremos:

-Albert Fish conocido como «El vampiro de Brooklyn».
-Ruby Eugene,
-Nicolas Cocaign también conocido como el «caníbal de Rouen»
-Stephen Griffiths,«el caníbal de la ballesta».
-Anthony Morley.
-El británico Paul Durant, en Calpe (Alicante).
-Robert Maudsley
-Armin Meiwes,«caníbal de Rotemburgo».
-Jeffrey Dahmer «El Carnicero de Milwaukee»
-José Luis Calva «El caníbal de la Guerrero».
-Andrei Chikatilo «el carnicero de Rostov».

De entre todas las cintas-de género o no- que han tratado el tema, y de la que a continuación daré una extensa lista, en la que no están todas las que son pero sí son todas las que están, tengo mi particular y personal Ránking, el siguiente:

1)Suddenly, Last Summer (De repente, el último verano) 1959
2)Hannibal 2001 Ridley Scott (sí, me gusta más que la 4)
3)El Cocinero, El Ladrón, Su Mujer y Su Amante 1989
4)El silencio de los corderos 1991
5)Las colinas tienen ojos las 2. Wes Craven y Alexandre Aja. Tremendos.
7)Somos lo que hay 2010
8)Tomates verdes fritos 1991 y Delicatessen 1991, LAS TIERNAS
9)Albert Fish 2007
10)Three Extremes 2004 y el desarrollo de Fruit Chan en Dumplings 2004 Empanadillas de bebé...

PELICULAS

Sería inacabable la lista de películas que tratan directamente o de refilón el tema de la antropofagia. Sirva la siguiente como compendio de algunas de las más destacables.

Hay pelis muy, muy buenas, pero también muy malas, pésimas, de hecho, pero inevitables a la hora de hacer un listado.

Ahí van, las pelis de caníbales indispensables para una tesina sobre la materia:

3 Extremes 2004 Takashi Miike, Fruit Chan, Park Chan-Wook
Albert Fish: In Sin He Found Salvation 2007 John Borowski
Angustia Diaria 2001 Claire Denis
Beware! Children at play 1989 Mik Cribben
Beyond the Green Inferno 2015 Nicolás López (En Sitges)
Guión: Eli Roth, Nicolás López, Guillermo Amoedo
Blood Sucking Babes from Burbank 2007 Kirk Bowman
Bloodwood cannibals 2010 Joshua A. Siegel
Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro)1991 Peter Jackson
La saga "Camino sangriento":
-Wrong Turn (Km. 666) 2003 Rob Schmidt con Eliza Dushku, la mejor.
-Wrong Turn 2 2007 Joe Lynch
-Wrong Turn 3 2009 Declan O´Brien
-Wrong Turn 4 2012 Declan O´Brian
Campamento Canibal 1988 Tom Fisher, Jon McBride
Caníbal 2013 Manuel Martin Cuenca, con Antonio de la Torre
Caníbales de la Ladera 2006 Leigh Scott
Canibalismo 2002 James Felix McKenney
Cannibal Rollerbabes 1997 Kalman Szegvary
Cannibal Suburbia 2008 D.A. Jackson, Jean-Luc Syndikas
Cannibals(Cannibal Metropolitana) 2012 Ruggero Deodato
Carne de tu carne 1983 Carlos Mayolo
Carnivorous 2008 Drew Maxwell
Deadline 1981 Mario Azzopardi
Delicatessen 1991 Jean-Pierre Jeunet, Marc Caro
Diary of a Cannibal 2006 Ulli Lommel
Doomsday: El Día del Juicio 2008 Neil Marshall
Dumplings 2004 Fruit Chan
Eat and Run 1986 Christopher Hart
Eater 2008 Stuart Gordon
Ed Gein 2000 Chuck Parello
El caníbal de Rotemburgo 2006 Martin Weisz
El Dragón Rojo 2002 Brett Ratner
El increible profesor Zovek 1971 Rene Cardona
El Retorno de los Malditos (Las colinas tienen ojos 2)2007 Martin Weisz
El Silencio de los Corderos 1990 Jonathan Demme
En la tierra de los Canibales 2003 Bruno Mattei
Está Vivo (Remake) 2009 Josef Rusnak
Evil Breed 2003 Christian Viel
La Trilogíad Faces of Death 1978, 81 y 85 John Alan Schwartz
Frontiere(s) 2007 Xavier Gens
Hannibal 2001 Ridley Scott
Hannibal El Origen del Mal 2007 Petter Webber
Holocausto Canibal 1979 Ruggero Deodato Guión: Gianfranco Clerici
Holocausto Canibal 2 1985 Mario Gariazzo
Holocausto canibal 2(3) 1988 Antonio Climati
House of Carnage 2006 Ryan Cavalline
Hunger 2010 Steven Hentges
Il profumo della signora in nero 1974 Francesco Barilli
Jenifer 2005 Dario Argento
Jennifer´s Body 2009 Karyn Kusama Guión: Diablo Cody
Kannibal 2001 Richard Driscoll
La Carretera 2009 John Hillcoat
La casa demoníaca(Warlock Moon) 1975 Bill Herbert
La cripta 2009 Craig McMahon
La Isla de los Caníbales 2009 Jorg Ihle
La Isla del Diablo 1994 Juan Piquer Simón
La Matanza de Texas 1974 Tobe Hooper
La Matanza de Texas: El origen 2006 Jonathan Liebesman
La matanza de Texas: La nueva generación 1994 Kim Henkel Guión: Kim Henkel, Tobe Hooper
La montaña del Dios Caníbal 1978 Sergio Martino
La Noche de la Muerte 1980 Raphael Delpard
La Ternura De Los Lobos 1973 Ulli Lommel
La Tienda de los Horrores 1960 Roger Corman
Las colinas tienen ojos 2006 Alexandre Aja
Las colinas tienen ojos 1977 Wes Craven
Live Feed 2006 Ryan Nicholson
Mal Gusto (Bad Taste) 1987 Peter Jackson
Mondo cannibale 1980 Jesus Franco
Mujeres caníbales 1973 Ivan Reitman
Odisea En El Tiempo 1992 Steve Barnett
Pig 2010 Adam Mason
Psicópatas (Insanitarium) 2008 Jeff Buhler
Psychos in Love 1987 Gorman Bechard
Ravenous 1999 Antonia Bird
Sexo caníbal 1980 J. Franco
Somos lo que hay 2010 Jorge Michel Grau
Sweeney Todd 2007 Tim Burton, 2006 Dave Moore,1982 Terry Hughes y Harold Prince, 1936 George King
Terror Canibal 1981 Alain Deruelle
The Descent 2005 Neil Marshall
The Descent 2 2009 Jon Harris
The Ghoul 1975 Freddie Francis
The Green Inferno Año: 2014 : Eli Roth SITGES ++++ Reparto: Lorenza Izzo, Ariel Levy, Aaron Burns, Daryl Sabara, Kirby Bliss Blanton, Magda Apanowicz, Sky Ferreria
The Last Horror Movie 2003 Julian Richards
The Long Island Cannibal Massacre Nathan Schiff
Violent Shit 1989 Andreas Schnaas
Virus Canibal (Apocalipsis Canibal) 1979 Anthony Dawson
Viven! 1993 Frank Marshall
We Are What We Are SITGES Año: 2013 Director: Jim Mickle Reparto: Kelly McGillis, Ambyr Childers, Odeya Rush +++++++
Week End 1967 Jean-Luc Godard
Yhemen 2007 Paul Perez
Zombie Town: Wasting Away 2007 Matthew Kohnen
Zombies Party Shaun of the Dead 2004 Edgar Wright

SERIES DE TELEVISIÓN

Me vienen a la mente un capítulo de "Fear Itself": “Eater”, EL CANÍBAL: En una pequeña comisaría apresan a uno de los hombres más buscados de Estados Unidos: Duane Mellor. Un caníbal que en dos años ha matado a más de treinta personas. En todos los casos se llevaba a las víctimas a su casa, a los varones los mataba inmediatamente pero a las mujeres las dejaba vivas durante días, incluso semanas. Durante este tiempo las ataba, torturaba y las sometía a todo tipo de vejaciones hasta que se las comía lentamente.

Tres policías tendrán que custodiar al asesino caníbal, durante la noche, hasta que el FBI lo traslade. Una de las encargadas de esta tarea será Danny Bannerman, la agente más novata que tendrá que lidiar con las bromas macabras y el descrédito de sus compañeros y con el peligro real de Duane Mellor.

También un capítulo de “Masters of Horror”: El capítulo 12 de la 2ª temporada: «The Washingtonians»:El presidente George Washington y sus seguidores eran en realidad insaciables caníbales En la actualidad la banda caníbal de los Washingtonianos intenta proteger su secreto a toda costa.

En Mentes criminales, y las tres C.S.I ha habido también varios capítulos que han tocado el tema.

En Expediente X creo recordar al menos dos tramas de canibalismo.

Y la reciente “Hannibal”, por supuesto..

Crítica: Devoured

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La atmósfera. Muchas veces hablamos de ella cuando nos referimos a una película de terror. ¿Que diablos es la atmósfera? Pues no es otra cosa que un ambiente, un ecosistema, un lienzo blanco con vida sobre el cual pintar historias. En buenas manos, la atmósfera, por si sola, puede transgredir incluso la jerarquía que manda que lo realmente importante, es el trazo que una mano a pintado sobre ese lienzo. Puede hacerlo cuando éste tiene una personalidad tan marcada, que el garabato más ilegible, el galimatías más absurdo, o incluso una simple linea recta, pueden ascender a un estado superior. ¿Son las historias que cuentan, lo realmente importante en el cine de gente como Carpenter, Kubrick o Scorsese? Genios únicos en su estilo todos ellos a la hora de generar atmósferas y buenos ejemplos de que a en ocasiones, el lienzo en blanco intrínseco puede tener tanto o más valor que la obra en él contenida.

Si hay que valorar un producto tan particular como es “Devoured”, primera incursión seria en el cine de Greg Olliver, tras su paso por la televisión y varios documentales (donde destaca entre otros, “Lemmy”, una interesantísima biografía sobre el líder de la banda de rock duro “Motorhead”), hay que tener muy presente lo expuesto en el párrafo inicial, al menos, yo lo tengo, pues para mi, la atmósfera, es un elemento clave para entender el cine y en especial, el de terror. Idea que por supuesto, estoy seguro no compartan todos los tipos de espectadores, por supuesto y a ellos, a todos aquellos para los cuales la atmósfera, sea imperceptible, trivial incluso, a ellos, les digo ya que igual, “Devoured” no es la mejor de sus opciones, pues si en algo sobresale la película de Olliver, es en el lienzo, es en la atmósfera.

Hay más. Por supuesto. Hay una historia, sencilla, pero cercana, lo cual afila aun más la navaja. Un drama terrible sobre el insoportable dolor de la distancia, un drama sobre una mujer separada del fruto de su vientre, un drama sobre una madre desesperada separada de su hijo, un drama sobre las miserias de la inmigración, sobre el sacrificio, sobre dejar atrás aquello que más quieres, precisamente por quererlo de manera devota... y ese dolor, a su vez, transmuta de forma paradójica en un brillante faro incandescente al que seguir en medio de la oscuridad de la noche, un guía, una pauta, algo que da sentido al dolor, a la tristeza, a la soledad. La de una madre que invierte hasta su último aliento en darle a su hijo todo aquello que cualquier madre querría darle.

Y la casa se comienza por el tejado. Pues la madre está muerta. Si, la madre está muerta. Así comienza “Devoured”, con la polícía encontrando el cadáver de una mujer en el interior del restaurante en el que trabaja o trabajaba. Los cimientos se van colocando después y se hace además, sin prisas, mimando al extremo el pausado ritmo que va a caracterizar a la cinta desde el primer, hasta el último minuto de metraje, pues de eso se trata esto, de dolor, de soledad y de sufrirlo de una manera lenta y agónica en un filme que hace menos visible que nunca la fina barrera que en muchas ocasiones separa el terror del drama, si es que son dos géneros que alguna vez se puedan separar. Lo que está claro es que en esta ocasión, la comunión entre ambos es brutal, una armonía perfecta que hace evolucionar el relato de algo triste, a algo terrorífico, con tremendo efectismo.
 
Soy consciente, de que no estamos ante una propuesta para todos los públicos. “Devoured” es un trabajo gris, denso y reiterativo en su desarrollo, con la monotonía de una vida esclava como principal herramienta narrativa, la cual nos transporta noche tras noche, a la jornada laboral de Lourdes, una inmigrante salvadoreña, que trabaja en el turno de noche de un restaurante de los estados unidos, con el único fin de conseguir dinero para su hijo, a quien llama de manera religiosa y con voz entrecortada, todos los días. Su rutina, es el leit motiv de “Devoured”, y por supuesto, es su principal encanto. Seguir a esta sombra gris, entregada por completo a su sino, en un escenario que se va volviendo tétrico a medida que avanza la historia.

Todo esto, en presencia de ella. De la atmósfera, embriagadora, espesa, opresiva y total manipuladora de todos los hilos de esta función titeretera donde los pequeños detalles, los que se ven, y los que se perciben, tienen mucho más peso que los grandes acontecimientos. Esto no va de delineados, sino de sombreados. La olla va cociendo a fuego muy lento y poco a poco, el liquido en aparente inminente ebullición, amenaza con desbordar el recipiente. Muchos se quedarán en el camino, muchos serán incapaces de mantener la mirada fija en el borde y la espera se convertirá en una losa insoportable. Pero desborda. Si, siempre lo hace, en un momento u otro, siempre desborda. En “Devoured” también. El líquido hirviendo cae sobre los fogones y el terror físico ahoga al psíquico metiéndole la cabeza en el fondo de la olla con ambas manos y esperando a que pasado el dolor de la carne que se quema y que la muerte anunciada de Lourdes, deje de ser un misterio para el espectador, se desvele el interesante giro final que la película nos tiene reservado.
 
“Devoured”, un trabajo a mi juicio, fresco, interesante y muy recomendable, por más que no tenga ninguna duda de que la controversia será su fea compañera de viaje, pues no estamos ante la estandarizada historia de terror tópica y típica que muchos esperarán encontrar. No es una película de terror dramática, mas bien un drama terrorífico. Un sutil descenso a los infiernos que para bien o para mal, no dejará indiferente a nadie... ni siquiera a aquellos que lean esta crítica de manera clandestina y furtiva desde su teléfono móvil acurrucados en su propio infierno particular. Y es que la paella, con all i oli, no le gusta a todo el mundo.

Lo mejor: La estupenda interpretación de la española Marta Milans, quien construye a la perfección a una mujer destruida, la decadencia y el mal cuerpo que deja un relato triste y claustrofóbico como pocos y el buen sabor de boca de su giro final.

Lo peor: Su extrema lentitud y su precipitación cuando se adentra en caminos recurrentes.
 
  

Crítica: Tras el Cristal

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Han pasado más de veinte años desde el estreno de la ópera prima de Agustí Villaronga, Tras el cristal, obra que debe recuperarse y establecerse en esa selección de películas de calidad dentro de la cinematografía española. Cierto es, que el redactor que se presta ha alabarla estará dispuesto a defender y recuperar un cine olvidado -sobre todo el español-, y por ello aprovecho a que mi álter ego, ROMASANTA, esté a la altura.

La primera película de Agustí Villaronga, se convierte en una interesante carta de presentación -bastante atípica dentro del panorama cinematográfico español-, rodando una de las películas más sonadas e impactantes de nuestro cine -sin olvidar los revuelos censores en obras como Morbo (1972;Gonzalo Suárez) y El crimen de Cuenca (1980;Pilar Miró)-. La valentía de la propuesta comienza con el desarrollo de un argumento que ya de por sí no gustará a un amplio abanico de público; una trama vertebrada a través de los atroces asesinatos y abusos a niños que cometió Klaus en plena II Guerra Mundial y que persisten en el exilio, desencadenando un suicido fallido que lo sentencia a un pulmón de acero como medio de vida. Todo cambia con la llegada de un chico del pueblo, Angelo, que se presta como enfermero a ayudar a Klaus en su día a día con ese pulmón de acero, aunque en poco tiempo las intenciones de Angelo son diferentes a las esperadas.

A pesar de no contar todo lo que acontece el argumento de esta película -es más divertido desglosarlo poco a poco-, el film se propone al espectador como una propuesta donde la venganza se entremezcla con el asesinato, la tortura, el sexo, la humillación, el cambio de roles y el trastorno de personalidad; aderezado con una puesta en escena impecable y muy buen cuidada -es en este aspecto donde recae la fuerza de Tras el cristal-,ofreciendo unas imágenes impactantes que determinan un tono y sentimiento al film. En este sentido todo aspira a ser un ambiente malsano y pútrido, centrado en un gran caserón oscuro y decrépito donde las sombras son las auténticas protagonistas -es aquí donde se observan las influencias del cine británico y el subgénero de fantasmas-, mientras que los colores surgen en momentos concretos para enfatizar ciertos personajes -cierta cercanía al giallo-; como es el caso del personaje de Griselda -interpretado por Marisa Paredes- cuyo camisón rojo penetra en el ambiente deprimente y azulado de cada una de las estancias que visita. Llega a estar tan acertada la cuidada fotografía de Jaume Peracaula y la sórdida banda sonora de Javier Navarrete, que la propia película siempre está indagando en los terrenos del cine de terror y de misterio.

Por otro lado, cabe destacar la elección del plantel de actores que en términos generales demuestran gran soltura; por encima de todos se debería enfatizar el portentoso papel que configura Marisa Paredes, el de una mujer condenada a un caserón y a una vida esclavizada por culpa de un hombre ligado de por vida a un pulmón de acero, cuyo amor se ha marchitado -si realmente lo había- y la insatisfacción es el leit motiv de muchas de las decisiones que intenta cometer -como el momento en que ya desesperada, desciende al sótano para parar los plomos y así acabar con la vida de su marido, y conseguir su libertad-. Importante también es el papel de Klaus por parte del actor Günter Meisner, que sabe aprovechar las limitaciones que ofrece su personaje, sabiendo utilizar muy bien su mirada y voz, siendo tan perturbador como verdugo de las atrocidades que se le muestran. En cambio los menos acertados serían David Sust como Angelo y Gisela Echevarría como Rena -mucho más esta última que el primero-; seguramente Sust no sabe dar tantos giros a un personaje queevoluciona en todo el metraje,ya que en parte es su presencia la desencadenante de todo lo sucedido en el film, aunque cabe destacar el esfuerzo y la solvencia que mantiene en los momentos más intensos del film;por lo que debe referirse al personaje de Rena, en mi opinión, me parece un tanto de añadido, sobrante en casi todo el metraje y que no aporta nada interesante hasta la conclusión del relato.

Para finalizar, se debe enfatizar cada una de las escenas que se acontecen en el film y que propician ese “culto” que ha obtenido con el paso de los años. No sólo de recalar en su mezcolanza de estilos y referentes, ya sea al maestro Hitchcock en Sospecha ( Suspicion, 1941) y Psicosis ( Pshyco, 1961) o Suspense (The innocents, 1961) de Jack Clayton junto al cromatismo en la puesta en escena de la muertes muy al gusto del giallo italiano de los setenta, además de consolidar una temática muy propia en el cine español como es la obsesión por mostrar un retrato desfigurado, deshecho y atormentado de la infancia en todas sus facetas; ya sea desde una vertiente más onírica como sucede en El espíritu de la colmena ( 1973; Víctor Erize), más reflexica como en Cría Cuervos (1975), más enigmática y brutal como se acontece en ¿Quién puede matar a un niño? (1976; Narciso Ibáñez Serrador) o ya mucho más posterior y de referencias sectarias como Los sin nombre ( 1999;Jaume Balagueró). Y es en esa aportación donde ejerce gran potencial la obra de Villaronga, quedando en el recuerdo maldito la escena inicial en la que Klaus retrata de forma lasciva y sádica un niño medio muerto atado desde el techo con su tremendista final; lo mismo ocurre en cada una de las vejaciones a las que es sometido Klaus por parte de Angelo ( el impacto de una eyaculación de Angelo sobre Klaus es prácticamente un acto de humillación y placer que perturba y aterra a partes iguales) y lo mismo ocurre cuando los niños entran en escena y son brutalmente asesinados -aunque sin buscar una gratuidad en mostrar demasiado-, particularmente me centraría en la escena en la que un niño es asesinado con una jeringuilla llena de gasolina -estamos delante de un acto descabellado y atroz que perturba como nunca- quedando en el recuerdo como una de las escenas más escalofriantes del cine español.
 
En conclusión, estamos delante de una de las óperas primas más redondas de nuestro cine -aunque con defectos, claro está-, demostrando la solvencia de Villaronga en la puesta en escena y la dirección -cuando uno visiona El mar (1999) o Pa negre (2010) entiende su concepción del espacio y la ambientación-. Fue un gran acto de valentía llevar a cabo esta película, ya desde su sórdido argumento pero también por proponer algo totalmente diferente a lo que el cine español estaba poco acostumbrado a ofrecer al público. Realmente a estas aturas, creo que la figura de Agustí Villaronga debería ser más estudiada y elogiada, ya que su obra nunca se ha caracterizado por ser comercial -exceptuando la infravalorada 99.9 (1997)-, perfilando una carrera artística sólida y muy personal.
 
 


Crítica: El Último Exorcismo 2

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Lo siento. Sé que su antecesora tiene una enorme legión de fans entre los que no me encuentro. Me pareció una peli respetable, respaldada por el mismísimo Eli Roth, con una premisa digerible y aguantable, con algún momento inquietante pero poco más. No era sino otro film de terror estilo falso documental que trataba, sin lograrlo, en mi opinión, transmitir una atmósfera de mal rollo y veracidad surgida tras el inexplicable exitazo de la mediocre Bruja de Blair, abordando el exorcismo de una muchacha de la América profunda por parte del consabido cura evangelista con crisis de fe que tenía claro que la religión se está convirtiendo en puro espectáculo y que justifica su actividad exorcizadora como apoyo terapéutico y psicosomático a personas enfermas más que a verdaderos poseídos.

Pues bien, con la compañía de un grupo de periodistas cámara al hombro a los que contrata para hacer una denuncia de la farsa de los exorcismos y la recurrente palabrería que abunda en estos y otros temas religiosos, actuando él como primer teatrero farsante con cuya palabrería pretende demostrar que casi lo puede todo, se dirige al sur de esa América propia de otra época y se encuentra con una joven que o bien está realmente poseída y preñada por el tal Abalam diabólico o es una contorsionista extrema digna de Olimpiadas que volvió a poner de moda en esto del terror la postura del pino puente o araña baja escaleras que ya vimos en el montaje del dire de “El exorcista”. Como aderezo a todo el argumento, el director, Daniel Stamm, utilizaba desde el principio a los habitantes del pueblucho que comentan directamente a la cámara que en el fondo todo se trataba de una secta satánica liderada por el pastor del pueblo y de la que el hermano siniestro de la chavala es miembro.

Perdía así la cinta toda la entidad propia por la que luchaba hora y pico para acabar “recordando” en exceso a “La semilla del diablo”.
 
Resulta que la peli que empieza casi dogma se abigarra en un barroquismo argumental que oscila entre la posesión demoniaca, el embarazo de Satán, el rollo sectario desde una perspectiva irritante que socarronamente nos deja claro que nada es lo que parece, que todo es mentira y que si pasamos miedo es porque somos poco menos que lerdos.
 
Pero además cometía un error que poco se ha comentado: en algunos momentos de la cinta, para reforzar la tensión en la atmósfera aparecían música y efectos en la banda sonora, lo que rompía definitivamente-al menos en mi caso- la pretendida sensación de documento real. Lo mismo que sucede cuando en los momentos cruciales, teóricamente rodados con una sola cámara, se realiza una edición de los mismos.
 
 
Ni que decir tiene que la cinta multiplicó casi por quince su escasito presupuesto que rozaba los dos millones de dólares en pocas semanas, generando además un discurso generalizado sobre las existentes doctrinas religiosas extremistas en la América profunda aislada de los cánones corrientes de la educación, el avance y el progreso.

Abandonada ya la intención de Stamm, director de la original, de hacer una peli prácticamente de ensayo con toques dogma, fríos no, gélidos, y demasiada seriedad, con ambientación y efectos de sonido propios del cinema verité sin trípodes y cámara al hombro, la secuela, del desconocido para mí Ed Gass-Donnelly (dirigió hace unos años la bastante premiada “Small Town murder songs”) es infinitamente más entretenida, tiene más sustos, “corta y pega” de los grandes hitos del terror, en plan freak y no aburre ni un solo segundo, cosa que Stamm desgraciadamente no logró conmigo, al provocarme esa incómoda sensación de “esto ya me lo han contado seiscientas veces y mejor”.

Como secuela, “El último exorcismo 2” tiene ese puntito canalla y perverso capaz de tontear con lo cómico pero los sustos están más que currados y van en procesión en una auténtica progresión geométrica.

Vale, El fin de los días, La semilla del diablo, El exorcista, La profecía y más están muy presentes, pero ¿acaso es eso malo?... Yo creo que no.

Ahora bien, es una película que nada en absoluto tiene que ver con su antecesora, si bien retoma las riendas de la historia pocos minutos después de los créditos finales de ésta.

Para empezar, Ed Gass-Donnelly sustituye el mareante efecto cámara en mano por un lenguaje cinematográfico más convencional y menos gafapasta, al igual que abandona la pretendida polémica de estudio y debate sobre la fe y el agnosticismo, lo paranormal y sobrenatural y lo meramente propio de la enfermedad mental, la religión y la ciencia, y se centra absolutamente en el personaje de Nell, la chica de la primera, que trata de superar su reciente pasado ingresando en un centro-hogar refugio para chicas con problemas. El director consigue por momentos expresar el drama de una joven frágil que tiene que hacerse dura a la fuerza y que en cuanto empieza a levantar cabeza vuelve a ver cómo su mundo se pone de nuevo del revés.
 
Ahí es donde realmente funciona la secuela, en el retrato dramático personal de una chica a la que todo absolutamente llama la atención, acostumbrada como estaba a la nada cotidiana del pueblucho, por muy satánico que fuera, de su pasado.
 
Es cierto que “Último” y “2”, son un poco incompatibles y que la necesidad de esta secuela es fácilmente ponible en entredicho pero al menos aquí todo es más “creíble”, más entendible, hay menos gritos y desenfoques y siendo una cinta sin más pretensiones que la de hacer caja como secuela en regla que es, entretiene y no provoca dolor de cabeza. Lo cual, visto lo visto, a veces es mucho pedir...
 
Desde ya sirva de aviso a los numerosos fans de la primera: esta segunda, les garantizo que no les convencerá para nada. Gustará mucho más a frikis como yo, amantes de la serie B que a espectadores serios en busca de un cine como el de la primera parte, un poco estilo Isabel Coixet con toques paranormales y que me merecen todo el respeto del mundo a pesar de no compartir con ellos nada en absoluto.
 
Lo mejor: La interpretación de Ashley Bell. El abandono de la pretenciosidad. El entretenimiento.

Lo peor: No es nada del otro mundo. Y es innecesaria por completo.

 

Artículo: The Killing

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TEMPORADAS 1 y 2

 En Seattle no tienen enano de rojo pero caen chuzos de punta.
 
¿Quién mató a Rosie Larsen? Esta era la frase que encabezaba la campaña publicitaria que promovía la cadena AMC, The Killing; un ‘whodunit’ provocador y malhumorado que se movía alrededor del asesinato de una adolescente en Seattle. De esto hace dos años, y este misterio arrebató el corazón de muchos televidentes, ya que recordaba a la querida Twin Peaks.

La historia, sin embargo; bebía de otra teleserie, Forbrydelsen; una historia danesa donde se encontraba el cadáver de una chica en el maletero de un coche hundido en un lago y se buscaba el asesino a través de veinte episodios sobrecogedores. Teníamos a la caza del terrible criminal a una pareja de policías muy peculiar, una adicta al trabajo con algún que otro trauma por solucionar y a un nuevo poli que cree que muchas cosas se pueden hacer a su manera. La versión americana calcó la historia casi al 100% pero Mireille Enos le dio un aire diferente a nuestra querida Sarah Linden. Sin ser nada histriónica, está loca del coño y esto es así. Se toma el caso demasiado personal y va a la persecución del asesino como si hubieran matado a su propia hija. Mireille le da un toque a la inspectora muy suyo, es encantadora; aunque tiene un par de ostias en muchos momentos. También es brillante y es la más motivada del departamento, eso también lo tiene. Se ve involucrado un político que se presenta a alcalde y ahí ya se arma la marimorena. Su compañero, Holder (Joel Kinnaman); es ex alcohólico y parece drogadicto. Va de súper duro y se le caen las lagrimillas ante las desgracias. Y con esta pareja tan desigual se dio paso a una temporada que prometía darnos un nombre al final de sus 13 capítulos y que terminó con un cliffhanger que te vas por la patilla.

Se habló mucho, muchísimo; del porqué de haber dividido la historia en dos temporadas cuando con una daba de sobra y te contaba el cuento de los tres cerditos. Pero los guionistas creyeron oportuno partir la historia en dos y dejar a la gente bastante cabreada. Se conoce que muchos dejaron de ver la segunda temporada pero el final fue acogido por un gran número de espectadores, ya que en verdad se desvelaba lo que quería saber todo el mundo. ¿Quién carajo mató a Rosie Larsen? En un golpe brillante por parte de los que escribían la historia, os diré que el asesino de The Killing (US) no es el mismo asesino que en Forbrydelsen (no pienso poner las siglas de Dinamarca por qué no me las sé). Y así es como yo me comí el mayor spoiler que ha parido madre, cuando le dije a mi compañero de trabajo. Ya he visto el final de The Killing (US) pero aún no he acabado Forbrydelsen. Ah, entonces ya sabes que en Forbrydelsen el que la mató es… chan, chan, pascual. Y bueno, que como en la americana no era ese el asesino, pues ya está. Se entiende todo.

Se conoce que Seattle es oscura y llueve más que en Londres, así que podéis esperar una serie negra como el ébano, donde no hay luz, todo es tenebroso y a cualquier hora parecen las doces de la noche. Como un mal día en Hogwarts. Normal que muchos personajes estén iracundos toda la historia, sin luz no hay vida, amigos.

Hablemos de los actores, que en esta serie están sembrados todos. La madre de la chica asesinada es Michelle Forbes, “quizás me conozcan de series como Battlestar Galactica o True Blood, o todo”; porque está mujer en estas partes. El político que lo tiene mal para salir elegido es Billy Campbell. Y el papá de la muchacha es Brent Sexton. Muy bien todos, son encantadores, lo pasan mal. Me hicieron llorar. Menudos hachas.

En la historia tenemos entremezclados otros dramas sociales de ayer y de hoy. Que si un poco de mafiosos que dejan dinero y luego piden favores, un profesor que igual le gustan las niñas un poco demasié, una chica musulmana, un chico árabe que como es árabe pues igual es terrorista también. Obama is listening: No os dejéis engañar que esta serie es americana y ahí el tema de los islamistas lo pega fuerte siempre. Lo viven muy dentro.

A mí tampoco me pareció un sacrilegio enorme que la resolución del crimen viniera en 26 capítulos en vez de 13, que tampoco pasa nada. No hay que ser escandalosos. La trama se sostiene, pasan muchas cosas, los capítulos están cargaditos. Vaya, siempre hay un rango de episodios en toda serie larga (series de bastante temporadas) que se estancan un poco, pero bueno; que pasa en las mejores familias también. Creo que la lupa estaba muy encima de la serie por todo el tema de que era un remake de una serie europea que a mucha le gente le pareció fascinante. Los críticos son un poco snob con el tema de las series europeas, que creen que todo es intelectual o teta y platillo (versión un poco +18 de bombo y platillo). The killing US se mantuvo a flote en todos sus episodios y ofreció un giro inesperado respecto a su madre danesa, que personalmente creo que es algo bueno.

Linden y Holder son una pareja a lo Mulder y Scully, con mucha química en pantalla; y que van de la mano gracias a unos actorazos como la copa de un pino. Merece la pena verla y disfrutarla porque es brutal. Y porque es interesante saber… ¿quién mató a Rosie Larsen?
 
 
TEMPORADA 3
 
En la ciudad esmeralda no hay baldosas amarillas…

Desde la última vez que los vimos y casi no los volvemos a ver, la Detective Sarah Linden (Mireille Enos) – que se ha ido del departamento de policía de Seattle al final de la segunda temporada – ha trabajado en un ferry con el salario mínimo. La parte positiva es que tiene un noviete guapo y bastante más joven que ella. Pero es Sarah Linden y esto es Seattle, sigue deprimida. Ha dejado que su hijo se vaya a vivir con su padre y parece que aunque lo echa de menos, ella no está hecha para ser madre a jornada completa. Ella es más de no comer y no dormir buscando a un malote.

Mientras, el Detective Stephen Holder (Joel Kinnaman) ha estado escalando puestos en la cadena de la policía jugando al poli bueno, que no siendo un policía bueno. En otras palabras, ha ido surfeando el temporal – tratando de parecer lo que no es. Bienvenidos, de nuevo; a The Killing y los bajos fondos de Seattle – sus niños perdidos.

Sin duda la mejor serie, que casi se va a la mierda por no resolver el crimen en una temporada como se había prometido – arrastrándonos a dos temporadas para descubrir “¿quién mató a Rosie Larsen?” - nos trae de vuelta a Linden y Holder en una tercera temporada para encontrar a un asesino en serie que opera en las calles de la ciudad esmeralda.

Es sólo que Linden ya había atrapado a este asesino, Ray Seward (Peter Sarsgaard, brillante toda la temporada, de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo), años atrás y está esperando para ser ejecutado en el banquillo. De todas formas, ¿recordáis algunos aquellos dibujos de unos árboles y una choza que fueron tan importantes en el caso de Rosie Larsen? Pues aquí también tenemos unos dibujos que había hecho el hijo del asesino en serie y que se dejó al lado del cadáver de su madre cuando fue asesinada. Bueno, estos dibujos no pasarán desapercibidos porque vuelven y están conectados con el nuevo caso, y luego desaparecen; pero volverán otra vez. No te preocupes.

Aquí la trama recae en las jóvenes sin hogar, adolescentes; que no tienen donde caerse muertas y se dedican a prostituirse para pagarse alguna habitación de mala muerte donde dormir y algo para comer. Sus cuerpos, jóvenes que nadie conoce; aparecen con la garganta abierta y los dedos donde llevaban anillos arrancados – esos anillos baratos recogidos como trofeos. El nuevo compañero de Holder, un tipo lento y vago; no se preocupa mucho por las chicas muertas y está más interesado en hacer lo menos posible durante toda la temporada.

Cuando éste intenta pasarle el caso a otro polis, Holder, que todavía tiene un poco de su dedicación y coraje dentro; desbarata sus planes y así; a lo largo de los dos o tres primeros episodios vemos como Linden empieza a meterse de nuevo en el caso para crear pareja con Holder; que es lo que estábamos esperando. En el embrollo de todo esto hay que hablar de las adolescentes, que son todas espectaculares. Está Kallie (Cate Sproule), no tiene casa, tiene 14 años y una madre tan cerda y asquerosa que no le deja pasar la noche con ella porque está esperando novio – aunque fuera está cayendo la del atún. Esta madre ya se arrepentirá de su decisión a lo largo de los episodios venideros. Su amiga, Bullet (Bex Taylor-Klaus), otra chica de la calle; que se viste como si fuera un chico y está secretamente enamorada de Lyric. Bullet es dura como el acero y es la única que mueve cielo y tierra para encontrar a Kallie, cuando ésta desaparece. Bullet creará un vínculo con Holder, que desencadenará el caso en sí mismo. Lyric (Julia Sarah Stone) es otra quinceañera que hace lo que puede y más (demasiado hace) para mantener a su novio, Twich (Max Fowler) un estafador que cree que se va a convertir en un actor de renombre y modelo cuando consiga reunir el dinero para irse a LA.

Son las similitudes con el caso de las temporadas 1 y 2 que hacen que Linden se involucre de nuevo en éste. Y el hecho de que las chicas son duras, van sucias y están tan desatendidas. Se te rompe el corazón a lo largo de los episodios y saber que hay un tío en las calles que se dedica a matarlas hizo que me involucrara mucho en la historia, sentía mucha rabia y mucha lástima.

A lo largo del camino, porque The Killing no os engañéis, es siempre un camino y bastante accidentado; seguimos los pasos de Linden y Holder, que tienen una química en pantalla bestial; y vamos descubriendo cuán terribles son los bajos fondos de la ciudad. Hay violaciones, depravaciones, niñas indefensas. Sabemos, por la dinámica de la serie; que será alguien cercano. Deseamos que no sea Ray, que Ray se libre de la soga. Pero en un penúltimo capítulo BRUTAL, Six-minutes; vivimos la últimas horas de Ray, un Ray inocente; que termina en la soga. The killing ofrece un juicio moral sobre la pena de muerte que no está exento de belleza. También falla en no explicar por qué Ray NUNCA confesó quién había asesinado a su mujer pero bueno, son deslices de la trama que siempre se quedan en el aire. Peter Saarsgard hace un trabajo maravilloso, su personaje sufre un arco evolutivo impresionante. Es un tipo duro que no le importa morir, luego trata de aferrarse a Dios, después un hombre inocente que quiere salvarse pero no puede ayudar a Linden. Tiene momentos de infinita debilidad que me hicieron llorar como una imbécil. Toda la trama de Ray parecía ser un cabo suelto en la serie, al ponerla en perspectiva como un todo; pero a mi humilde parecer; los guionistas intentaban demostrar las consecuencias que se pagan al matar a un hombre inocente por una pena de muerte, que debo confesar me parece cavernícola. Seis minutos es lo que tarda en morir asfixiado un hombre en la soga, de ahí el título del episodio. Seis terribles minutos para cualquiera que se haya involucrado lo suficiente con la historia de Ray.

En una finale asombrosa descubrimos qué el asesino en serie es alguien dentro del departamento de policía. Vamos moviéndonos de personaje en personaje hasta descubrir quién es. Yo no me lo esperaba, también decir que soy de sorpresa fácil. Pero desde luego me sorprendió sobremanera. Me pareció muy hermosa la manera de solucionar la trama, de dar los detalles; pero The Killing tiene un final trepidante. Con un balazo que marca un antes y un después, un Holder que grita y un fundido a negro. Desde luego se presiente una cuarta temporada muy movidita y yo espero que esté a la altura de ésta porque a mí me ha encantado.
 
 

Crítica: Big Ass Spider

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Una araña mutante consigue escaparse de un laboratorio militar. El pánico inunda las calles del centro de la ciudad de Los Angeles a medida que la araña va creciendo de tamaño cada vez que se zampa a un humano. Los militares no saben como detenerla. Es entonces cuando el gobierno decide tirar de ingenio y reúne a un grupo de científicos y a un exterminador profesional para que resuelvan el embrollo. Alex Mathis (Greg Grunberg), el exterminador, y José Ramos (Lomberto Boyar), un guardia de seguridad de la morgue de un hospital, se convierten en héroes inverosímiles. Pronto se les une el mayor Braxton Tanner (Ray Wise) y el teniente Karly Brant (Clare Kramer) del ejército, y Lucas (Patrick Bauchau), un científico que sabe que la criatura no dejará de crecer y que la situación se les puede ir de las manos.

“Big Ass Spider” (2013) del director Mike Mendez (“Real Killers”, “Profanadores de tumbas”) realiza un cariñoso homenaje a las películas clásicas de criaturas de los años cincuenta y sesenta, especialmente aquellas de serie B o R como “El monstruo alado” (1957), y al mismo tiempo se sitúa en la línea de los films de monstruos más recientes como “Arac Attack” (2002) o de la exquisitamente ridícula “Sharknado” (2013). También se aprecia algo del espíritu de cintas como “Piranha” de Joe Dante o de “Cocodrilo” de Lewis Teague.

Esta cinta es algo más ambiciosa y realiza un sincero esfuerzo para aparentar la calificación de serie B sin serlo del todo. Los efectos especiales que se emplean en la película son admirables y hay que admitir que el diseño de la criatura es bastante imaginativo. Teniendo en cuenta el bajo presupuesto que han invertido en el film (se podría clasificar en la categoría de cine indie) hay que reconocer que el nivel técnico es bastante bueno; son mejores de lo que uno podría esperar.

Como ya he dicho el diseño de la araña es bastante bueno sin tener que ser un trabajo de millones de dólares en efectos digitales, las escenas de comilona de dicha araña (se merienda a los ciudadanos que da gusto) están bastante logradas y su incursión por las calles y edificios (en plan King Kong) es muy amena y no desentona. Se nota un esfuerzo y entusiasmo sincero especialmente a la hora de mostrar al monstruo en todo su esplendor. Pese a ser bastante caro animar una criatura de estas características, los responsables del film demuestran que un gran presupuesto no va reñido a un gran talento.

Su atractivo comienza con su carismático electo de actores. Grunberg (visto en “El hombre sin sombra”, “Misión Imposible III” o “Heroes”) se pone en la piel del desafortunado exterminador que se ha pasado parte de su vida matando ratas y que se convierte en un héroe de la noche a la mañana. Su personaje es terriblemente simpático. Su obsesión con las arañas (fíjense en el tatuaje de su antebrazo) le sitúa como el mejor candidato para acabar con la criatura por encima del grupo de militares encabezados por Ray Wise. Grunberg llega a recordar a John Goodman en el film producido por Steven Spielberg “Aracnofobia” (1990). Su actuación es tan sólida que incluso los momentos más absurdos son creíbles. También Boyar (“The Bernie Mac Show”), cuyo personaje es mexicano, es muy natural y tiene un cierto encanto siendo intencionadamente torpe y divertido. Ambos protagonistas demuestran una gran química cómica.

Resulta curioso, por otra parte, volver a ver a Clare Kramer, que en el film es el interés amoroso de Grunberg. Más que nada porque ya hace mucho desde que la vimos en la popular serie “Buffy: Cazavampiros”. En último lugar, Ray Wise (“Dead End”) es simplemente incapaz de mantener la seriedad típica de la autoridad y forma un personaje también bastante divertido.

Con un título como el de “Big Ass Spider”, uno se espera una comedia tonta y la película de Méndez no defrauda en este sentido porque tiene situaciones bastante graciosas. Si te gusta el terror mezclado con la comedia tonta autoconsciente sin llegar a ser estúpida (y mira que la línea entre ambos conceptos es muy delgada) esta es tu película. “Big Ass Spider” cumple lo que promete. Alcanza la meta de aterrorizar divirtiendo y nos muestra una gran araña, grande de la hostia, que a medida que avanza la película cuadruplica su tamaño al estilo kaiju.

Por supuesto, el monstruo no es el único protagonista. La peli también es la histórica clásica del héroe, lo que ya hemos visto miles de veces en Hollywood. Dos perdedores, un insignificante exterminador y un guardia de seguridad mejicano del montón, se ven involucrados en una situación extraordinaria en la que emplearan sus habilidades y una gran dosis de coraje mezclado con estupidez para salvar a la ciudad y, de paso, quedarse con la chica.
 
El director Mike Mendez y su guionista, Gregory Gieras, construyen ingeniosas situaciones para que la cinta no se nos haga más predecible de lo que es, porque ya desde el principio sabemos que la araña se va a hacer enorme como Godzilla y que va a destrozar todo lo que se le ponga a su alcance. Mendez demuestra su instinto para entretener por medio de unas logradas escenas de acción y para sacarnos alguna que otra sonrisa a través de situaciones groseras y de divertidas salidas de tono de todo tipo. Mientras que la acción es abundante, creo que la película igualmente hubiera funcionado si la bromas de Grunberg y Boyar hubieran copado más secuencias, pues es en la comedia donde el film logra su mayor atractivo.

Si te gusta el cine de arañas o de monstruos al estilo de “Tarántula” (1955) o las ya mencionadas “Aracnofobia” (1990) y “Arac Attack” (2002), hazte un favor y dale una oportunidad a “Big Ass Spider” porque o te vas a reír o te vas a maravillar por su acción o te vas a entretener por toda la destrucción y gore que envuelve a la cinta.

LO MEJOR: La comedia de terror es un subgénero que tiende a funcionar o no según los actores principales y en este sentido la película es sólida. El elenco de actores y un buen guión son lo mejor de “Big Ass Spider”.

LO PEOR: La mayoría de los personajes son unidimensionales.

 

Crítica: Thanatomorphose

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El paso del tiempo, cuando esperas una película, es un arma de doble filo, una espada afilada, que puede cortar de un tajo la ilusión alimentada por tal espera, o que puede exaltar la respuesta positiva ante el resultado. Detrás de esta disyuntiva, intentado ser objetiva y agarrando del cuello a mi propias ganas de que la propuesta, que se escondía bajo el sugerente título de "Thanatomorphose", me gustara, apagué la luz y empecé a descubrir lo que significaba aquella palabra.

La palabra Thanatomorphose implica la descomposición del cuerpo, ese estado de degradación gradual al que se somete todo cuerpo una vez que se encuentra sin vida. Eso es todo lo que sabía de la película, eso, y que era el primer largometraje del canadiense Éric Falardeau y que venía avalado por el premio del jurado a la mejor película del festival de cine de terror de Molins de Rei y al mejor maquillaje en el Night of horror international film festival. Realmente poco más hay que saber de la película, pues la ideay el desarrollo es simplemente ese, la descomposición, paso a paso, del cuerpo de una mujer, nada más. Entonces ¿dónde intenta Falardeau utilizar la vanguardia en su beneficio? ¿En qué elementos transgrede "Thanatomorphose? Éso es lo que os voy a intentar transmitir con la crítica, pues como siempre, es el ojo que mira el que da o quita sentido a cada película y no las palabras que sobre ella puedan ser dichas.

En primer lugar, hay que aclarar, que, como se ha predicado, "Thanatomorphose" es una película visceral, tosca, sencilla en apariencia y paranoica al estilo Buttgereit, que bebe mucho de esa corriente ultra-gore alemana, y que traslada esas sensaciones a una zona algo menos fría y algo más simbólica. Toda la acción se reduce a un único espacio, que es el apartamento de la protagonista, una mujer joven sin nombre, de la que pocas explicaciones se nos va a dar. La claustrofobia es el mejor contexto para situar toda la "acción".

El hecho de no identificar a la protagonista, es un recurso cada vez más utilizado por los directores para cosificar a las personas. En "Thanatomorphose" funciona correctamente, pues poca importancia tiene esta señorita más allá de lo que sucede con su cuerpo, y lo que sucede con su cuerpo tiene que ser tomado simplemente como la curiosidad malsana de ver el algo más, hasta dónde se puede llegar, cuánto se puede aguantar. Es precisamente el aguante (tanto físico como psicológico), lo que rige la vida de nuestra protagonista, pues ella es tratada como algo (no alguien) del que sacar el provecho conveniente durante toda la película, bien por su entorno, bien por su propio cuerpo.

En "Thanatomorphose" se combinan dos elementos fundamentales: la putrefacción y el sexo, y lo hacen de manera conjunta y también aislada. Durante todo el metraje, se nos muestra la relevancia del sexo para todos los personajes, pues la protagonista será utilizada una y otra vez para el disfrute masculino, sin provocar ningún tipo de sentimiento o interés por sus compañeros sexuales. Ella misma entiende y asume su rol ante los demás, utilizando el sexo en condiciones totalmente extremas, como último recurso para sentir algo que no sea el fin y el hastío. Es así como las relaciones sexuales en esta película parecen querer significar la putrefacción de la relación de pareja, y la masturbación, la única salida ante una descomposición del alma. Por tanto, es el individuo solo, quien debe enfrentarse a ese desarme social, como única arma para entender la vida. Y es eso lo que precisamente refleja la protagonista, una soledad absoluta, una falta de atención a todos los niveles totalmente desoladora, y al no tener ninguna pista para entender el por qué de la putrefacción de su cuerpo en vida (pues nada se indica en esta película), debo asumir que la descomposición de su cuerpo es un reflejo de la putrefacción de su mente, a la que se ve sometida, y de la cual también participa.

Entre estas ideas, que no dejan de ser un intento de entender lo que el director nos quiere decir, se entrelazan con la realidad, otra serie de imágenes que evocan los sueños perturbados de la muerte en vida de una mujer que está vacía, e imágenes explícitas de animales en avanzado estado de descomposición, haciendo un claro símil con lo que pasa en la historia que se nos cuenta. Y en esta comparación, tenemos también esas referencias a Cronenberg y la manera de entender la carne mimetizada con elementos totalmente ajenos a ella. No hablo de la nueva carne en "Thanatomorphose", hablo de las imágenes de elementos inertes, como es una pared, que personalizan una conexión entre mujer y entorno. Es así como una humedad en la pared, que claramente dibuja una vagina y que se va abriendo, cerrando y llenando de moho, en función de la degradación de la propia protagonista, intenta ser ese toque de renovación artística que intenta Falardeau, y que creo que en ocasiones peca de modernidad mal entendida, que roza la pedantería de lo desagradable.
 
Desde mi punto de vista, una idea como la de "Thanatormosphose", debería ejecutarse como lo que es, la visión de un cuerpo descomponiéndose en vida, con las preguntas que cualquiera se haría en ese momento, con la angustia que debería transmitir esa anomalía, y que aquí no se refleja nunca, y con las decisiones que cualquiera tomaría en ese momento, y no como un ejercicio de obligar a entender lo que no vemos y de buscar esa transgresión en el gore, pues de esta manera, no termina de cuajar como debería, ya que las preguntas no te las muestran las imágenes, las preguntas te las tienes que formular tú y responder tú, siendo por tanto, precisamente tú el que entienda ese surrealismo que realmente no existe, para darle algún sentido a una propuesta, que de no hacerlo, se queda en una curiosidad más, que si bien no se hace pesada y funciona, no destaca por su brillantez y en ocasiones peca de sosa, pese a la tremenda carga de lo que se nos muestra.

Yo sí me he formulado esas preguntas, yo sí he intentado dar respuesta a lo que mi mente se iba preguntando, y yo he disfrutado con le visionado, pero entiendo perfectamente que va a haber otro tipo de espectador que no vea simbolismo, que no lo busque, y al que tampoco desagrade "Thanatomorphose" y es tan válido como el que sí busque ese toque de simbolismo. Esta película esta hecha para ambos espectadores. En cualquier caso, "Thanatomorphose" es una experiencia recomendable, no sólo por la excelente labor de efectos especiales, sino porque incomoda, no tanto como debería, pero incomoda, y eso es un gran paso, en una propuesta repetitiva y en ocasiones desbordada por la falta de congruencia en las acciones y decisiones de la protagonista SPOILER, por ejemplo ¿cómo no acude a un médico? ¿cómo es posible que se le caigan los dedos, se los cosa, y los vuelva a mover sin haber unido tendones y nervios? FIN SPOILER

Concluyendo, una película que entiende la vida como una podredumbre y la muerte como el paso experimental a nuevas sensaciones, y que debe ser visionada por todos los amantes del género para sacar sus propias conclusiones.
 
 

Crítica: Diablo

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En primer lugar y antes de meterme en harina quiero dejar muy claro que mi conocimiento del cine argentino se circunscribe a aquellos títulos, autores y actores que han trascendido las fronteras del país sudamericano (me vienen a la mente en este instante cineastas como: Adolfo Aristarain, Juan José Campanella, Eduardo Mignogna, Alejandro Agresti, Marcelo Piñeyro o Daniel Burman). Y para ser sincero, debería hacer extensible este desconocimiento a toda producción artística que no haya conseguido cruzar el “charco”, ya sea cine, literatura, música, teatro, danza, etc., y no sólo de este país sudamericano sino de América latina en general. Por lo que por desgracia mis impresiones muchas veces es encontrar influencias y/u homenajes al cine anglosajón (ya que ha sido, es, y seguirá siendo por bastante tiempo la referencia absoluta en lo cinematográfico) o en otras producciones como las españolas o japonesas y nórdicas que desde hace años “consumo” con bastante frecuencia y de la que tengo “mayores” saberes (si es que tal cosa es posible). Aunque en el caso intuyo que las referencias explícitas e implícitas que noto, son las que son y sus autores no han pretendido esconderlo (sino todo lo contrario).

Diablo es una famosa y premiada producción argentina de 2011, opera prima dirigida y co-escrita por Nicanor Loreti que ese mismo año dirigió también el documental La H, que puede enmarcarse dentro de las películas gamberras protagonizadas por criminales ineptos y despreciables que se ven metidos en mil y un fregado a cual más demencial, y todo ello aderezado de un humor negro y corrosivo atroz.

Una mañana Marcos Wainsberg (Juan Palomino), el antihéroe de la película, alias El Inca del Sinaí, ex-campeón de boxeo retirado después de matar en el ring a un contrincante, El Bombilla, a pesar de declarar reiteradamente su inocencia (cosa que los demás no creen), recibe la visita de su primo Huguito (Sergi Boris), un delincuente incapaz e insensato que se ha metido en truculento asunto con mafiosos locales, que no hará más que envolver en una espiral disparatada de violencia y locura, repleta de personajes estrambóticos y descerebrados, a su primo Marcos, mientras este espera la llegada de Ana, su antigua novia, que ha decidido darle una nueva oportunidad a su maltrecha relación.

El autor de la obra, Nicanor Loreti, y el resto de integrantes de la misma, no esconden sus filias cinematográficas, y toda la cinta se orquesta como un gran fresco criollo que homenajea o parodia el cine de gánsteres barriobajeros que deben sortear situaciones esperpénticas estilo Guy Ritchie, diálogos chispeantes y provocativos con vocación de discurso o monólogo vital y explosiones de violencia y sangre sello Tarantino (memorables el discurso reivindicativo de Huguito y el speech de Café con Leche sobre las “minas”, es decir, los coños de las mujeres), movimientos de cámara frenéticos con ángulos imposibles y gusto por personajes que bordean el cartoon muy del gusto del irregular Robert Rodríguez, situaciones absurdas y coincidencias extrañas que desembocan en arrebatos de hilaridad marca hermanos Cohen (absolutamente genial el giro que da la historia a mitad de metraje después de que Marcos deguste una suculenta comida), referencia al Toro Salvaje de Martin Scorsese con unas escenas oníricas de boxeo que nos remiten al clásico atemporal del maestro neoyorkino y devoción por las macarradas, casi marcianas, del cine ochentero de acción (como el personaje del teniente coronel Varela, interpretado por Hugo Quiril, que es una copia hortera y milonguera de Cobra, el brazo fuerte de la ley o el momento del juego del cuchillo de Aliens, El Regreso), y todo este cóctel bien remozado con el habla típica de los barrios marginales del entorno rioplatense y chistes y denuncias locales como el aún peronismo reinante en argentina, la fobia a los judíos, la ineptitud y corrupción policial, la adoración casi psicopática por los héroes deportivos y la importancia de la familia.

Es merecedor de alabanza cómo Nicanor, que habrá contado con un presupuesto paupérrimo, se las ha ingeniado para crear un producto digno aunque lastrado por esa ausencia de dicha plata. La planificación de las escenas acompañadas de una buena fotografía, sobresaliendo el uso del blanco y negro en las escenas de boxeo y las explosiones de color en la casa de Marcos, prácticamente único escenario del film, consiguen imprimirle una vitalidad estupenda a un producto que gana muchos enteros con un montaje de ritmo trepidante y de constantes saltos temporales que añaden un plus a una cinta que contada linealmente habría perdido enteros (¿otro guiño al cine de Tarantino?). Así mismo es destacable el uso de la banda sonora que remarca la importancia de algunos pasajes y situaciones y el no escamotear en hemoglobina en las situaciones más descabelladas.

Del prácticamente desconocido reparto (para un servidor), sobresalen los actores Juan Palomino (Marcos Wainsberg), al parecer un galán de telenovelas argentinas reconvertido en esta cinta en una salvaje bestia, y Sergio Boris (Huguito), al que pudimos ver en El Abrazo Partido del mencionado Burman, que dotan a sus personajes de una cercanía y despreciable vileza tremendamente empática. El resto de actores intentar mantener a flote unos personajes demasiado caricaturescos y pasadísimos de rosca como para ser tomados mínimamente en serio. No obstante, Café con Leche y el Oficial Friedman, interpretados respectivamente por Luis Aranosky y Luis Ziembroski, dejarán una impronta simpática en la audiencia con toda seguridad.
 
A pesar, como he mencionado, de la notable ausencia de presupuesto, que se hace patente en las escenas de acción (lamentables los tiroteos y algunas peleas) y la pobreza de los decorados de interior que transcurren fuera de la casa de Marcos, Diablo es una producción tan simpática y canalla que consigue paliar esos defectos y convertirlos casi en virtud, como hiciera hace años Robert Rodríguez con su debut, El Mariachi (otro cantar fueron las lamentables continuaciones del personaje mejicano o el despropósito de Machete). No hay duda que todos estos fulanos se lo han pasado pipa rodando este desmadre absurdo y violento, siendo capaces de contagiarnos en todo momento con su bulla bastarda. Tal vez, para ser justos (y críticos), habría sido de agradecer algo más de personalidad propia y menos referencia y homenaje, pero estoy convencido que el señor Loreti irá mejorando esto en sus siguientes trabajos (espero que no caiga en lo fácil y se dedique a “estirar el chicle” de Diablo realizando productos cada vez más irreverentes y grotescos).
 
Para finalizar me gustaría dejar claro, aunque supongo que no es necesario, que esta producción granuja y chusma argentina, canto de amor a un tipo de cine sinvergüenza, violento, híperacelerado y muy entretenido, que posiblemente se convierta en un film de culto con los años, dista un mundo del cine de John Ford, Fred Zinneman, Akira Kurosawa, Luis Buñuel o David Lean, cosa que por otra parte no pretendía, pero es una oportunidad única de conocer el cine actual de género argentino y echar unas risas con los amigos mientras la ojeas y tratas de identificar todas las parodias y referencias que contiene.

“Café con Leche: […] yo soy un tipo extremo, ando en medio lo bizarro, vos sabés, una buena lluvia dorada, electrocutofilia, fonofilia, viste, siempre me meto con esas cosas…”.
 
 
 

Crítica: Bienvenidos al Fin del Mundo

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“The World's End”, la esperada y nueva gamberrada de Edgar Wright es una cinta sobre personajes que han madurado hasta cierto punto, pero hacen una especie de flashback vital y quieren regresar, aunque sea por un día, a sus años más jóvenes. Gary King ( interpretado por Simon Pegg ) representa el lado juvenil de todos los personajes de la película, en un frenesí actoral en el que se nos muestra divertido, juguetón, imprudente, pero que una vez obligados a recordar el pasado y situarse en el presente, es quién tira de los demás.

Veinte años después de una épica borrachera de juerga, Gary los reúne a todos en su ciudad natal para poder cerrar el círculo, completando la ruta de los doce pubs, realizando un recorrido a base de cerveza por los 12 bares de su pueblo natal, finalizando en el famoso bar "El Fin del Mundo". hazaña que años atrás no lograron, y poder seguir así adelante con sus vidas quitándose esa espinita de encima. Pero mientras intentan llegar al último bar soñado de la especial gymkana hay un giro radical y descubrirán aterrorizados que en realidad está en juego el futuro de la humanidad porque el pequeño pueblo británico ha sido tomado por robots alienígenas. Tela...

El trío formado por los actores Edgar Wright, Simon Pegg y Nick Frost ponen punto y final con “The World's End” a lo que ya se ha venido conociendo como "The Blood and Ice Cream trilogy" o "The Cornetto trilogy", tras “Shaun of the dead”(2004) y “Hot Fuzz” (2007), componiendo las interpretaciones de unos personajes coherentes y humanos que en ni un solo momento suenan a falso, unidos por unos lazos de amistad verdadera y una melancolía casi general que manifiestan en la barra de un bar como adolescentes. Parecía imposible a estas alturas que la extraña trinidad compuesta por el trío de actores tuviese la más mínima capacidad de sorpresa... Pues nada más lejos de la realidad. Este broche de oro final de saga es menos loco-que también lo es- y más maduro que el resto.

Esta madurez a la que casi se ven obligados los personajes quizás se refleja en la propia película, que comienza a través de un frenético montaje con musicón para, con un tono de seriedad nuevo, y sorprendentemente, no tan divertido como esperábamos, presentarnos a los personajes e introducirnos en sus cambios, consiguiendo que el espectador pueda empatizar al instante con ellos. La cinta necesita un poco más de tiempo para arrancar y ponerse en marcha y una vez lo hace, la risa fluye libremente, como la nueva gamberrada-más formal, sí-que es, con carcajadas fáciles y una sonrisa que no cesa en hora y pico, acrecentándose hacia el final de la película.

No tengo ninguna duda al decir que es una película muy divertida. Quizás menos que sus dos compañeras pero divertida a rabiar, a pesar de que con esta cinta se han distanciado de las reglas y han ido un poco más allá de la simple peli de parodia de género, en este caso el subgénero apocalíptico y de invasiones extraterrestres. Lo cual es bastante significativo, ya que en el pasado 2012 se rodaron una ingente cantidad de cintas de muy distintas calidades sobre el tema, apoyándose en la controversia del anunciado fin de los tiempos por el calendario maya. Así ha sido siempre, desde que el cine es cine, que cuando una cinta ha sido un éxito que sobrepasa la pantalla, por lo que sea, por temática, por estilo, una legión de imitadores tratan de sacar su provecho apuntándose al filón. De hecho, la peli que nos ocupa, competirá en cartelera con una muy similar premisa, la comedia apocalíptica, en este caso americana, “This is The End”.

Mientras que la risa es sobre todo coherente con un guión elaborado precisamente buscando eso, la cinta, en sus últimos 10 minutos da un giro radical tirando a bajonero, en mi opinión quizás un poco torpe y desalentador, a pesar de contener algunos de los momentos más sentidos de la trilogía.

Aún así, es una alegría ver a Pegg y Frost en pantalla juntos de nuevo. Los chistes a los que ya nos hemos acostumbrado en estos años funcionan a la perfección, a pesar de la tirantez de la difícil relación entre ambos que nos muestra la cinta, y esta falta de calidez en su relación de amigos, a pesar de ser un cambio audaz en relación a las películas anteriores, frena un poco la diversión inmadura que nos encantaba.

Sin embargo, al haber cinco personajes clave, el parche a la enemistad está mayormente cubierto. Martin Freeman , Eddie Marsan y Paddy Considine (una joya) hacen un trabajo excelente como amigos de la escuela secundaria de King.

Mientras todos sus colegas han prosperado en la vida, avanzando a un ritmo normal y “sano”, Gary sigue anclado en el pasado, aquel pasado donde fue feliz, el mismo que le protege de la cruda realidad. Así que sigue igual, como en el inicio de la trilogía, con su desorden, sus continuas borracheras y su falta de arraigo y de interés por lo que hay fuera de su burbuja. De hecho, al inicio de la película se produce uno de mis momentos preferidos y que es absolutamente el retrato de Gary. Él sigue teniendo el mismo coche veinte años después, y sus colegas, sorprendidos le preguntan por qué, a lo que Gary responde diciendo que lo verdaderamente sencillo habría sido comprarse uno nuevo, pero sin embargo, tras cada rotura, tras cada fallo, ha ido reponiendo piezas originales para que pudiera mantenerse como antes. Esta alegoría, un paralelismo claro con el personaje nos define ya sus expectativas y anhelos: seguir siendo el de antes. Sin embargo es consciente de que su mayor enemigo es el tiempo. No sólo sus amigos, su generación, ha dado un paso adelante, se ha modernizado y tiene una visión vital que a él le resulta absolutamente como de otro planeta.

Esta es indudablemente la película más fuerte , temáticamente , en la trilogía Cornetto. Trata temas más profundos bajo esa cobertura de chocolate helado y chisposo, como la transición a la edad adulta desde la adolescencia de estos “Thirtynagers·, el arrepentimiento , la amistad y en un enfoque claro, el estado de la sociedad moderna. No satiriza el género en la misma medida que con “Shaun of the Dead” y “Hot Fuzz”. Y eso habrá muchos a los que decepcione. Porque el tono serio de una parte de las piezas que componen la película pasa por los traumas de la infancia de los personajes, las afinidades secretas, las mentiras y el punto en el que la sociedad les ha cambiado.

Esa es la parte que puede resultar decepcionante en la película que pone punto y final a la trilogía. Por un lado, ya que los otros dos géneros cinematográficos satirizados en las entregas previas funcionaron de maravilla es extraño el que aquí, justo donde se pone punto y final, la sátira casi brille por su ausencia y honestamente, un poco decepcionante puede resultar. Es como si estuviéramos ante una peli de Pegg , Wright y Frost, que se desarrolla moviéndose por un área inexplorada . Sin embargo, por otra parte, el argumento, el guión depuradísimo, las preocupaciones de la trama central y el contenido temático de la película le dan a la misma toda la fuerza necesaria y esperada para completar la trilogía de una manera adecuada y apropiada.

La cinta contiene muchos de los pequeños elementos recurrentes de Shaun of the Dead y Hot Fuzz, que hacen casi una marca de la casa, la atención por el detalle y la continuidad: los cornettos como elemento fetiche ya sin duda, las pintas de Wright, la estupenda banda sonora, el uso increíblemente continuado de tacos, el ruido de la máquina del pub, y muchos otros pequeños detalles como regalo al espectador adepto.

Y no son sólo estos pequeños detalles recurrentes ese regalo, también lo son algunos de sus fantásticos cameos, como por ejemplo encontrarnos con otro ex actor Bond, Pierce Brosnan en este caso, aunque sea en un minúsculo papel, junto con varios otros clientes habituales de las últimas películas, actores de las anteriores películas de la trilogía y más allá (desde la serie “Spaced”) haciendo breves apariciones, lo cual es bastante reconfortante, al mostrar que las raíces que convirtieron la trilogía en un blockbuster continuo no han sido olvidados .

Ahora bien, el impresionante trabajo de cámara de “Shaun of the Dead” (con sus largos travellings, uso soberbio del Steadicam ) y “Hot Fuzz” ( enfoques más que calibrados, ejecutando imágenes directamente salidas del género palomitero de acción) no está en absoluto tan presente en esta tercera parte, donde el CGI se interpone en el camino del trabajo de cámara, impidiendo un trabajo como en los anteriores casos, brillantes y esto es más evidente aún en varias de las escenas de lucha de la película. Porque como no podía ser de otra forma hay escenas espectaculares de lucha. Lucha por la supervivencia ante la amenaza venida de otro planeta en forma de robots. Robots que van llegando a la Tierra por edades, los primeros son una especie de adolescentes robotizados, nuevo puntazo para el director por plantear cuestiones metacinematográficas.

Leído todo lo anterior puede parecer que con semejante montón de quejas “Bienvenidos al Fin del mundo” no me ha gustado. Y no es así.

Me sigue pareciendo una película que mezcla el humor y la ciencia ficción con un resultado muy logrado y, casi seguro, se trata de una de las mejores películas cómicas que veremos este año.

¿Es graciosa? Sin duda, sin duda.

¿Es tán divertida como “Shaun of the Dead” y “Hot Fuzz”? No del todo.

Y es que el recuerdo y el afecto hacia estas dos películas y lo odioso que tienen las comparaciones hacen inevitable que, siendo franco, salte a la vista que esta tercera peli sale perdiendo en la comparativa. Aunque he de decir que es una manera más que apropiada para poner fin a toda una trilogía inolvidable que en el fondo retrata el proceso de transición a la madurez de unos personajes que como los niños perdidos de Peter Pan, se negaban a crecer. Y ese bagaje, el deseo de un poco más de la inmadurez y la risa a la que los personajes se aferran, la influencia constante de las dos películas predecesoras, son las que nos indican cómo llegaron donde están para hacer esta película.

El director vuelve a rodar una comedia frenética y con muy buen tino, pero lo hace aportando nuevos elementos a la risa, como la crítica social, la preocupación por el futuro y el sentimiento puro de la amistad con total seriedad.

La película es muy inteligente , tanto o más que sus hermanas, en cuanto a la mezcla de géneros, no siempre digerible. En este caso el mix de comedia y ciencia ficción está bastante bien resuelto. Desde luego es una visita obligada para cualquier fan de las anteriores, aunque aisladamente es también disfrutable.

El guión es sorprendentemente denso y complejo , muchas de sus recurrentes bromas llegan a tomar un tono agridulce, pero en una época de comedias chuscas es bastante refrescante ver una historia bien entretejida sin renunciar al humor más canalla y a las coreografiadas escenas de acción.

Lo mejor: Las primera y última peleas. La primera, en el baño con decapitación y desangramiento azulón es perfecta. La última, necesaria para llevar la historia hasta el punto que el director ha pretendido. Lo que más me ha gustado con diferencia es que aspira a explorar la idea de la “memoria selectiva” nuestra memoria tiende a regresar a concretos puntos subjetivos, y la verdad, como hecho objetivo es algo que sólo se puede recuperar mediante la recopilación de varios testigos. Y la verdad no es siempre lo que parece ser.

Lo peor: Como comedia funciona, pero resulta menos hilarante que sus dos primeras partes. Es entretenimiento sin más. El final es quizás un poco pretencioso.

Parece raro cómo las franquicias cinematográficas de mayor éxito vienen de tres en tres. Es como si a todos nos gustara una trilogía, más que una serie, que a la cuarta o quinta llega a aburrir. Aún así parece que las películas de terror no tienen problemas para explotar su original y llegar a sexta y séptima entregas de la franquicia...

 

FICXixón 51, Festival Internacional de cine de Gijón

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La quincuagésimo primera entrega del Festival Internacional de Cine de Gijón despliega sus alas con un lavado de cara estupendo y la clara intención de superar el “fracaso” de la edición pasada de la que me veo obligado a destacar la acertadísima programación de los más interesantes del terror francés de  los últimos años. Una selección de largos a competición interesante, con menos toque gafapasta absurdo y que aboga por la calidad, el prestigio y los laureles independientes recibidos se conjugará con estrenos mundiales esperadísimos, como es el caso de “Panzer Chocolate” de Robert Figueras.

En la Sección Oficial Largometrajes destacan: -”A promise”, franco-belga, de Patrice Leconte, presidente del jurado de este año, fuera de concurso y que se proyectará en la inauguración del FICX 51. -”Grigris”, de Mahamat-Saleh Haroun, coprodución de Francia y Chad. -”Floating Skycrapers”, de Tomasz Wasilewski,drama polaco de contenido gay que ha arrasado en sus pases previos. -”Little One”, de Darrell James Roodt, una dura producción sudafricana. -La apuesta española "Blockbuster“ de Tirso Calero, resucitando mitos de nuestro cine de ayer. -”Les Apaches”, de Thierry de Peretti , cinta francesa que puede dar el campanazo. -La belga “Henri”, de Yolande Moreau . -”IDA(Sister of Mercy)”, mi favorita por ahora, coproducion danesa-polaca del interesante Pawel Pawlikowski . -”Ilo Ilo” de Singapur, dirigida por Anthony Chen -La estadounidense y aplaudidísima “Blue Ruin” de Jeremy Saulnier -”Le passé”, coproducción franco-iraní de Asghar Farhadi -La mexicana “Los insólitos peces gato” de Claudia Sainte-Luce -”Gabrielle”, propuesta canadiense de Louise Archambault -”La distancia más larga”, coproducción de Venezuela y España dirigida por Claudia Pinto Emperador -”Los chicos y Guillaume, a comer!”, del francés Guillaume Gallienne -La estadounidense “Sobran las palabras”, de Nicole Holofcener. Y fuera de competición, en la gala de clausura se estrenará “Our Sunhi”, el último trabajo de Hong Sang-soo, con el que ganó el premio al mejor director de este año en Locarno y al que el festival dedica una sección retrospectiva proyectando además siete de sus enormes películas.

Pero el Festival no sólo se queda en estas películas a concurso. La edición de este año, tremenda, programa una gran cantidad de cintas y cortos interesantísimos en varias secciones.

-En la Sección Oficial Cortometrajes compiten 17 trabajos internacionales que nos traen lo más destacable del Cine de corta duración.
 
-En “ANIMAFICX” se presentan 11 largometrajes y 11 cortos que tienen muy buena pinta. Joyas animadas bastante influenciadas por el terror y la ciencia ficción que no pienso perderme y ya os valoraré en esta página. De momento destaquemos bombazos como “The Congress”, que ya vi en Sitges, la coreana “The Fake”,”Una historia de amor y furia”y las japonesas “Patema Inverted” y “Psychic School Wars”.
 
-En la sección “RELLUMES” se proyectarán 11 peliculones que resumen lo mejor del cine menos comercial del año. Destaco “Oh Boy”, de Jan Ole Gerster y la coreana y celebradísima “Pluto”.

-Otra de las secciones del Festival, “ENFANTS TERRIBLES” nos propone once trabajos de jóvenes creadores, incluídos estrenos mundiales y que suele tener bastante aceptación del público que asiste a Gijón por estas fechas.

-Y como no podía ser de otra forma, se consolida “GÉNEROS MUTANTES”, donde se exhibirán algunos trabajos de terror y ciencia ficción de este año, algunos de los cuales, como “We are what we are” ya vimos en Sitges. Destacan “Haunter”, “Antiviral”,”Halley”,I am a Ghost”, Pixel Theory”y “You and the night”, además de tres potentes cortometrajes.

-La sección “GRAN ANGULAR” este año se divide en tres subsecciones: FICCIÓN, DOCUMENTAL y ASTURIANO. La verdad es que la programación de este año es poco menos que ESPECTACULAR, con los últimos trabajos de Kore-Eda, Bertrand Tavernier,Felix Van Groeningen, cuya cinta, “Alabama Monroe” está nominada al premio LUX, otorgado desde 2007 por el Parlamento Europeo a cintas que debaten el presente y futuro de Europa. La otra nominada de este año, “Miéle”, de Valeria Golino también se proyectará en el FICX 51.

-La sección ´”LÍMITES”, proyectará siete difíciles películas de varios países en la que es sin duda la más arriesgada formalmente de las secciones.

-Y llegamos a “FICXLAB”, una nueva sección que surge con la clara intención de encantar a fricazos como yo proyectando cintas prácticamente invisibles, de esas difíciles de programar en cualquier festival por su alejamiento estricto del circuito comercial. Largometrajes, mediometrajes y cortometrajes antagónicos a lo que el dominio de Hollywood propone como canon.

Además del ciclo dedicado al coreano Hong Sang-soo, este año Gijón rinde culto a uno de los más destacados animadores europeos, el francés Jean François Laguionie con cinco de sus impecables, impactantes y soberbios largos de animación que han marcado un estilo y han influenciado a animadores de generaciones sucesivas.

-”Cine europeo en Ruta”, propone cinco películas de cinco nuevas voces del cine femenino europeo, “Baby Blues”, de la polaca Kasia Roslaniec, “Grand Central”,película francesa de Rebecca Zlotowski, las francesa “La batalla de Solferino” de Justine Triet y “Un castillo en Italia”, de Valeria Bruni y “Miele”, de la célebre actriz Valeria Golino, que se pasa al otro lado de la cámara con una cinta que formó parte de Un Certain Regard en el Festival de Cannes de este año y que opta al premio LUX como “Alabama Monroe”.

-Tendremos también “LA NOCHE DEL CORTO ESPAÑOL”, con 14 cortometrajes de personajes tán conocidos como Borja Cobeaga, Leticia Dolera, Kepa Sojo, Marc Riba, David Pavón...

-Dentro de la sección “DIA D'ASTURIES” se ofrece una muestra de 23 cortometrajes relacionados con el Principado.

-El circuito “VALETUDODVD Short Film Tour” llega a Gijón con un maratón de cine abierto a jóvenes realizadores que dan sus primeros pasos en el mundo del cortometraje..

-En “LA NOCHE INNOMBRABLE”, el reputado crítico de cine y colaborador televisivo Jesús Palacios nos propone un paseo, puro entretenimiento, a ciegas a través del cine y sus mismas entrañas. Será la tercera vez que se convoca y sin duda es uno de los alicientes complementarios a la interesantísima programación de este año.

Pero no todo es cine tampoco en el FICX 51. Este año se han programado varias actividades paralelas al festival que harán que sume puntos nuevamente y recobre su ganada importancia en el mundo del circuito de festivales de cine de nuestro país.

-LITERALIA: Cine y Literatura de la mano.

-CAFÉS CON... donde se podrá conversar y entrevistar libremente a directores, actores y guionistas de las cintas que vienen a Gijón.

-TALLER: REPORTERO GRÁFICO DE CINE. Cámara en mano y esencialmente práctico.

-AULA DE CINE EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE OVIEDO

-5ª EDICIÓN DE “filMO. FESTIVAL DE CINE DE BOLSILLO”, cine realizado con dispositivos móviles y cámaras de baja resolución.

-”PIPO FERNÁNDEZ: ESTUVE AQUÍ”, exposición de uno de los indiscutibles maestros de la fotografía española vinculada al cine durante dos décadas y pico en algunas de las cintas españolas más reconocidas de estos años.

-”EL ARTE DE JIRÍ TRNKA”, una soberbia muestra de los trabajos de uno de los más importantes animadores de nuestro continente. Se expondrán dibujos, primeras tomas, moldes, maquetas y marionetas del célebre artista checo.

-Y por la noche... FIESTA y CONCIERTOS. El Festival de Gijón se caracteriza también por el ambiente lúdico que genera a su alrededor.

Este año tendremos fiesta cada noche y conciertos de The Whip, The Third Twin, Alberto Palacios, Los Bujes, Los Trípodes, Tachenko, Silvia Superstar, The Jungle Fevers, Ali Schwarz, Jay Jay Johanson, Tiefschwarz, Matías Valmont y muchos otros.

Además tendremos la PRIMAVERASOUND TOURING PARTY, con directazos de Headbirds, refree, Standstill, Za!, Extraperlo, Paus, Svper y The Free Fall Band.

Vamos, que si después de este resumen (brevísimo, os lo aseguro), no os apetece acercaros a Gijón del 15 al 23 de este mes es que no os gusta demasiado el cine...
 
 


Crítica: Gallows Hill

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El director catalán Victor García, responsable de títulos como “Mirrors 2” (2010) o “Hellraiser: Revelations” (2011), ha presentado, junto a parte del reparto, su último trabajo en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2013. “Gallows Hill” competía en la Sección Oficial Fantàstic Sitges 46 y aunque no se ha llevado ningún premio, es merecedora de nuestra atención.

Un joven viudo americano, David Reynolds (Peter Facinelli), viaja con su nueva prometida, Lauren (Sophia Myles), a Bogotá, con la intención de que la rebelde de su hija, Jill Reynolds (Nathalia Ramos), le acompañe a su país y así pueda asistir a la boda. Pero no será tan fácil, porque la joven tiene en Colombia a su amiga Gina (Carolina Guerra), reportera, y a su novio Felipe (Gustavo Angarita), cámara.

Durante su estancia en el país sufrirán un accidente de coche, tras el que se refugian en un lúgubre hotel. Allí, familia y amigos descubrirán que el viejo posadero oculta algo en el sótano y que el hotel lleva décadas sin funcionar. Jill se aventura a descubrir el misterio y entonces encuentra a una niña cautiva. Su decisión de dejarla en libertad tiene consecuencia no deseadas. Las apariencias engañan y a veces hay cosas que es mejor dejar encerradas. La película reflexiona sobre ello. Todos los personajes tienen secretos que es mejor guardar y que saldrán a la luz en el momento que la niña salga del sótano.

Este Festival de Cine de Sitges ha tenido en competición muchas propuestas internacionales dirigidas por españoles. “Gallows Hill” es una de ellas y en su reparto tiene caras conocidas del cine comercial como Peter Facinelli (La saga Crepúsculo) o Sophia Myles (“Underworld”). Especialmente Facinelli desarrolla de forma efectiva un papel crucial para la historia, siendo el líder del grupo a la vez que un padre protector que lucha por su hija hasta el final.

El guión de Richard D'Ovidio y David Higgins toca la temática del terror paranormal, ya vista antes en otras películas, cargada de tensión, pese a que los sustos son algo previsibles. A esto hay que añadirle la buena caracterización de los personajes como el de Ana María, una niña con mirada angelical y malignas intenciones. Alrededor de este personaje se suceden los misterios y los hechos sobrenaturales de la historia. En este aspecto, recuerda a “Fallen” (1998) en el que un ser maligno toma los cuerpos de otras personas.

Sin embargo, el guión contiene ciertas lagunas y la primera parte del film en la que se nos presenta la trama y sus personajes es algo débil. Entonces los últimos 45 minutos del film ahondan intensamente en el género, con referencias estéticas de “Posesión Infernal”, y es entonces donde vemos el talento de Victor García con la cámara.

Una cinta que a pesar de algunas malas críticas que ha cosechado, merece darle una oportunidad y saber ver sus aciertos, como la ambientación, la puesta en escena o sus efectos especiales. De las ciento cincuenta películas que se proyectaron en la diferentes secciones de esta edición, “Gallows Hill” es una de las que se mete de lleno en el cine de terror.

Victor García, un joven realizador afincado desde hace varios años en los Estados Unidos, ha iniciado una interesante carrera como cineasta, dirigiendo la secuelas de conocidos títulos como “Return to House on Haunted Hill” (2007), “Mirrors 2” (2010) y “Hellraiser: Revelations” (2011). Su nueva película ha tenido su premiere mundial en Sitges y parece que el catalán promete estar presente en el panorama fantástico de los próximos años.

Como dato anecdótico, “Gallows Hill” ha tenido una de las promociones comerciales más importantes en Sitges. Primero cabe destacar la sencillez de su director, siempre abierto a la prensa y a los aficionados al cine.

Durante el certamen, dos chicas muy simpáticas con la camiseta oficial de la película se han encargado de repartir folletos publicitarios y los carteles del film han colgado de las paredes del hall del Auditori. También se ha celebrado una fiesta oficial de la película con el director y parte del reparto en la discoteca Pacha de Sitges. De hecho, toda la prensa teníamos entrada gratuita en Pacha durante el Festival.
 

Crítica: The Collection

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Escribir una crítica es en muchas ocasiones parte de una terapia de expulsión de demonios, es casi casi un exorcismo cuando Satán se te mete dentro nada más ver una película (sí, señores, sé que ahora mismo todos os estáis acordando de al menos tres películas que habéis visto recientemente en la que os costó sacaros a Satán de dentro, de lo "güena" que había sido la propuesta...). En otras ocasiones, escribir una crítica es un acto de contención. En otras, y siempre dependiendo del autor (y ya sabéis que este no es mi caso), es una acto de riguroso periodismo, en otras es una explosión de sensitividad...Como imaginaréis, maneras de escribir hay muchas, formas de afrontar una crítica, un millón de veces más, pero he de reconocer que la forma de enfrentarme a la crítica de hoy, "The Collection", para mi es totalmente inusual, y de corazón espero y deseo que sea la primera y la última que escriba en estas circunstancias. El motivo es que escribo desde la cama de un hospital, cansada de ver día tras día las mismas paredes, cansada de sufrir una rutina sanitaria espartana, cansada de que mi cuerpo me la juegue en cuanto bajo la guardia, cansada de las constantes quejas de mi anciana compañera de habitación, cansada de que me pinchen sin piedad casi todos los días y me dejen los brazos, muñecas y manos moradas...y en medio de este cansancio, de repente, en una de las numerosas llamadas de nuestro implacable y a la vez amado jefe, El Rector, la voz al otra lado del teléfono me dijo seria "Missterror, levanta el culo de esa cama, cambia el ánimo y ponte a escribir la crítica que tienes pendiente YA" y Tachán!!! se hizo la luz, de repente recordé que la última película que había visto antes de ingresar en el hospital había sido "The Collection", y pensé que ahora mejor que nunca podría dar mi opinión, porque el dolor camina conmigo y me sería mas fácil volver a caminar sobre esas pisadas (no os preocupéis, no es para tanto, pero es que me gusta mucho ser una drama queen...).

¿Y por qué os cuento todo esto si en realidad a poca gente le importará? Pues supongo que lo hago para justificarme de alguna manera, porque esta crítica es totalmente de memoria, ya que hace mas de 20 días que la vi. A ver si la edad no se nota...( por cierto, pronto es mi cumpleaños ;) )

Ahora sí, CRITICA:

Hace ya casi 4 añitos, los guionistas de algunas partes de la saga "Saw", Marcus Dunstan y Patrick Melton, aprovechando el tirón de la franquicia, se decidieron a rodar "The Collector", que no pretendía ser otra cosa que un film que se apuntara al carro del torture-porn tramposos que Jigsaw puso tan de moda y que tanto adeptos consiguió.

Pues bien, todos los que vimos aquella propuesta de los guionistas de...(que miren ustedes que esto da un miedito increíble cada vez que es lo mas destacado en la publicidad...), nos quedamos gratamente sorprendidos por lo que nos ofrecían estos dos guio-directores, pues pese a que la fórmula era calcada a lo ya visto: psicópata- pruebas- trampas- cazador y víctima, la propuesta no podía tener un ritmo mas frenético, lo que la hacía tremendamente fresca y ágil, la tensión apretaba fuerte, las torturas eran salvajes, el sadismo de un nivel mucho mas que aceptable en lo que se espera de un torture-porn, porque , esto amigos, estamos todos de acuerdo en que fue un torture-porn, y de los que entretenían mucho.

Todo correcto hasta ahora, ¿verdad?, ¿Cual era la pega entonces de "The Collector"? Pues fundamentalmente que la historia era inexistente, que todo quedaba en el aire, que se abrían demasiadas incógnitas que no se llegaban a despejar, porque se dejaba caer a plomo que todo aquello iba a ser resuelto en la segunda parte (que era un hecho desde que vimos el The End de "The Collector").

Con estos precedentes, "The Collection" (la segunda parte, hell yeahhhhh), se hacía muy esperada, aquí, como digo, supuestamente íbamos a resolver el misterio y las inquietudes del coleccionista, creíamos que todo cobraría sentido, que por fin, aparte de ver trampas elaboradísimas que daban pistas mínimas sobre la relación víctima- verdugo, gato-ratón, íbamos a entender esa relación con una historia atormentada de un perverso y cruel ser, que trata a aquellos que caen en sus manos, como simples plagas de las que hay que deshacerse.

Comienza "The Collection" y me relamo. Esta vez la banda sonora no corre a cargo de Jerome Dillon, sino que lo hace a cargo de Charlie Clouser, ohhhh Diosss, este hombre sabe lo que se hace (todos los NIN lo saben, nenas...). Empiezan las primeras escenas y, queridos amigos y amadas amigas, en quince minutos mi grado de excitación era tal que si hubiera seguido mordiéndome más el labio (mas o menos como hace la señorita Steele a lo largo de toda la abominable, horrible y desastrosa novela "Cincuenta sombras de Grey", que toda mujer con un poco de sentido común debería evitar), me hubiera cercenado la parte inferir del mismo. Como os digo, estos primeros quince minutos son de los mas brutales que he visto en mucho tiempo, una orgía de sangre y muerte, así, sin avisar, de aquellas que hacen época y que hacen que te salgan chispitas en los ojos como cuando estás enamorado y ves a la persona receptora de todo ese amor.

El coleccionista comienza destrozando a todo ser viviente que ha sido invitado a una fiesta muy cool (muy rollo "Blade" pero sin vampiros), y el grafismo es asombroso. Solo por esa entrada, creedme, ya vale la pena ver toda la película. Luego A, B, C, se repite la misma fórmula que encontramos en la primera parte, personajes bastante planos, que aquí también repiten (Arkin que vino al mundo a sufrir...), e introducción de una especie de escuadrón militar bastante ridículo, que sabes desde el minuto uno que no hará otra cosa que el ridículo con sus erróneas decisiones.
 
Los elementos están donde tienen que estar, todo listo para ser armado, pero el problema OTRA VEZ es que no hay un guión que desarrollar, en "The Collection" vuelve a primar la forma al fondo, y eso ya lo habíamos visto, por tanto el fallo en esta "The Collection" se hace aún mas palpable que en la propuesta originaria.

Una vez asumido que no va a ser lo que esperábamos, y que Dunstan y Melton son hábiles creando expectativas y muy torpes cumpliendo con lo que se espera de ellas, solo nos queda disfrutar de lo que hemos venido a ver: el tan denostado Torture-porn, que cada día va perdiendo mas fuelle. A mi me gusta, lo digo sin tapujos, sin intentar justificarme, así que tengo que decir que yo disfruté de lo lindo con "The Collection", que si bien soy consciente de que está muy por debajo que lo que se ofreció con "The Collector", y aún entendiendo que no es una buena película, que la "historia" no se sostiene por ningún lado, porque ni siquiera hay historia (algo que tampoco debería llevarla al limbo de las "películas del montón", pues en la primera parte, insisto en que ocurría exactamente lo mismo) ¿Qué le puede hacer interesante? Sin duda la truculencia de las trampas, el grafismo, la efectividad en las muertes, el carisma del asesino, los decorados, los efectos, y SÍ, todo esto lo tiene. Porque si hablo de su intento de innovar con una especie de víctimas zombificadas, ya se pierde todo el poco sentido que en algún momento pareció haber en la película. Prefiero no recordar esta insensatez, porque ni tiene sentido, ni provoca ninguna sensación, ni impresiona, solo avergüenza, pero shhhhhhhhh, haced como que no he dicho nada...

"The Collection" es la continuación en toda regla de "The Collector", y lo digo con conocimiento de causa, porque no hace otra cosa que continuar lo iniciado en la primera parte paso a paso. Todo se repite, los aciertos y las carencias, así que sería hipócrita por mi parte decir que no me ha gustado , cuando la primera me gustó y mucho, pero claro que sí, tengo que reconocer que no está a la altura de lo esperado, ni mucho menos, porque aquí se necesitaba una explicación, un buen guión, una buena resolución, no un buen negocio, que es lo que se está gestando, ya que insisto en que la sombra de "Saw" es alargada, y las sombras de los dólares aún lo son más, y visto el negocio, el arte se queda relegado a un segundo plano, con lo cual, y mirad que yo soy mala pitonisa...me atrevo a vaticinar que esto va a ser acción- acción, sangre-sangre sin control y una historia mas simple que los dibujos animados para los niños de dos años en tooodas las partes que aún nos quedan por ver, eso sí, intentado un trasfondo enrevesado que no hace sino mas ridícula la idea de una resolución decente que desde ya, sabemos que nunca llegará.

En definitiva, mas de lo mismo, pero de eso mismo que nos gusta. Película para ver y seguramente olvidar, pero que se disfruta como se debe disfrutar en su cortita duración.

Ahora la elección es vuestra. Una vez vista es CUando decidiréis si esto merece o no la pena, lo sé, lo sé...es que me gusta poner las cosas fáciles...
 
 

Noticias y actualidad. Preview: Seed 2, Beautiful People, Crave, The Machine y House of VHS

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Hay películas que jamás deberían haber existido. Una de ellas fue “Seed”, la particular e innecesaria aportación de Uwe Boll al subgénero del slasher. Pues bien, si no te gusta la sopa, dos cazos. De la misma manera que hay gente que no sabe cuando sobra y no es consciente del gran ridículo que está haciendo, en este día oscuro, os traemos el trailer de la (in)esperada secuela, la cual dirige el propio Boll, a quien alguien debería haberle recomendado emplear su tiempo en proyectos "algo" más sugerentes. Que dios nos coja confesados.
 


“The Beautiful people”, además del título de una canción del infame Marilyn Manson, es el ídem de la nueva película (debut en realidad) del italiano Brini Amerigo, una curiosa mezcla entre dos subgéneros, el home invasión (de máxima actualidad después de la exitosa “You Are The Next”) y el de zombies, siempre atractivo para cualquier buen aficionado al terror. Viniendo de tierras transalpinas, la caspa está asegurada.

En ella un grupo de delincuentes irrumpen en una casa en plena noche con la intención de robar a una indefensa familia. Lo que desconocen es que la noche les depara nuevos papeles a todos los actores de la función, pues una horda de diabólicas criaturas también han elegido la casa como punto neurálgico de su particular fiesta nocturna.

Cachondo el poster de corte ochentero y el tráiler para ir haciendo boca de este nuevo homenaje al clásico de George A. Romero, "La Noche de los Muertos vivientes":
 


Y dos nombres propios y con peso del fantástico, regresan de la mano en “Crave”, thriller dirigido por Charles de Lauzirika, que verá la luz en estados unidos directa al mercado doméstico (lo cual, comosuele ocurrir en estos casos, no augura nada bueno), el próximo día 6 de Diciembre. Ron Perlman (“Hellboy”, “Pacific Rim”, “Blade II”) y Edward Furlong (“Below Zero”, “Terminator 2”, “Night of the Demons”), prometen al menos, poner todo su carisma (aunque igual el segundo ya va algo justito de ello) al servicio del aficionado.
  


Los amantes de la ciencia ficción, tendrán (tenemos) en “The Machine”, una de las grandes esperanzas del año en lo que a este género se refiere. Producción inglesa (sinónimo de calidad) dirigida por Caradog W. James y protagonizada por Caity Lotz, a quien pudimos ver protagonizando el mediocre thriller sobrenatural “The Pact” en lo que parece ser es una versión robótica y futurista de la estupenda e infravalorada “Splice” de Vincenzo Natali, quien hace muy poquito nos trajo el interesante thriller sobrenatural “Haunter”.
  


Y ya para terminar, una cinta francesa que nunca viene mal, más ahora que parece que desde tierras galas se han acabado las buenas ideas con las que nos bombardearon hace unos pocos años atrás y que nos dejó como legado, un buen puñado de clásicos modernos del terror.

“House of VHS” vuelve a poner en el candelero aquel mítico formato de video (como ya hicieran recientemente las dos entregas de la antología de terror “V/H/S” y su recomendable secuela o el documental “Rewind This”), aunque en esta ocasión, dejando de lado el mockumentary (lo cual agradezco profundamente) para contarnos una historia de terror clásico con grupito de adolescentes, casas abandonadas y secretos que siempre debieron permanecer ocultos.

El filme lo dirige Gautier Cazenave y viene presentado con otro poster de marcado carácter retro, que parece ser lo que se lleva ahora.
  

Crítica: This Is The End

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Uno de los mejores this-is-wrong moments en la retorcidamente hilarante “This Is The End” llega cuando una criatura feroz, gigante y satánica ataca Los Angeles, destruyéndolo todo a su paso mientras el apocalipsis cae sobre la humanidad.

De alguna manera esta bestia es como cualquiera de esas cientos de creaciones CGI que vemos en prácticamente todas las pelis hoy en día – monstruo que parece un poco lagarto que gruñe y es estruendoso – pero aquí hay una pequeña excepción: sabemos, sin lugar a dudas, que este monstruo es un hombre.

Si lo piensas, en muchos thrillers de ciencia-ficción y escenarios de hombre vs alien, las máquinas asesinas extra grandes hablan como James Earl Jones en una habitación con eco (“Prepárate a morir, ¡horrible terrícola!”), son un poco basurilla. Como muñecos Ken del futuro que pueden lanzar fuego por la boca. No es así con el monstruo de “This Is The End”. Sabemos cómo plantarle cara.

Cuando digo que esta película no es nada que hay visto, no es una hipérbole. ¿Viola Satán a Johan Hill (interpretándose a sí mismo) en esta película? ¿Queda Jonah Hill poseído? ¿Nos lleva esto a la escena con un exorcismo más divertida de la historia del cine? YO DIGO QUE SI.

Estas son algunas de las razones de que esta cinta sea una de las comedias de mal gusto, más ridículas y divertidas del siglo 21. En su propio camino descuidado, obsceno, inmaduro, ocasionalmente auto-complaciente pero energético de manera consistente, “This Is The End” es perfecta llevando a cabo su misión, que es burlarse de sus estrellas, agotar cada posibilidad de su calificación R para hacer reír, e incluso colarse en algunos ideas de Hollywood, la cultura de los celebrities y la naturaleza de la fe.

Cuando el apocalipsis literalmente hace arder el mundo, y la buena gente empieza a ascender al cielo mientras los no-tan-buenos son destruidos de manera horrible, una joven estrella se ve impulsada a aprender que realmente hay vida después de la muerte, y un Dios; después de todo.
 
¿Quién hubiera visto ESTO venir? - dice. “No sé, el 95% de la población mundial.” – le responde otra joven promesa del cine.

Todos los actores en la cinta interpretan una versión de sí mismos, con algunos retratos probablemente más cercanos a la realidad que otros. (¿Es el aparentemente dulce y tímido Michael Cera realmente un demonio de la droga y el sexo salvaje? Yo voy a votar que no, pero el tío está brillante interpretando el personaje, incluso en un último minuto cogiéndole el culo a Rihanna, mientras Mindy Kaling insiste que se volará la tapa de los sesos si no se lo monta con Cera.)

El Seth Rogen de Seth Rogen es un tipo afable que fuma marihuana, es de risa fácil y está encantado con que su viejo amigo Jay Baruchel haya venido para un fin de semana de hierba, pelis, comida basura y ponerse el día. Pero para el pobre Baruchel, Rogen le arrastra a una fiesta llena de famosetes en la casa de James Franco, que parece estar compuesta por cualquier actor medianamente reconocible que haya estado en un proyecto de Judd Apatow, más la ya mencionada Rihanna, que en un punto se pone a cantar un punzante reproche a Craig Robinson mientras este canta a voz en grito una canción llamada “Take Off Your Panties”. Bien. Por qué no.

Jay intenta congeniar con los nuevos amigos de Seth, (aunque tampoco se esfuerza demasiado) que tienen bastante más éxito; pero no puede evitar que se le pongan los pelos de punta ante el rastrero y pretencioso arte que hay en la casa de Franco o el comportamiento demasiado sensible de Jonah Hill entre otros crímenes que escucha contra el buen gusto o como ser uno mismo.

La fiesta es la bomba. Jason Segel se mofa de su personaje en Como conocí a muestra madre. Rogen es abucheado por su papel en The Green Hornet, y se comenta cómo sus amigos creen que él piensa que es un éxito en taquillas. Aziz Ansari, Kevin Hart, Christopher Mintz-Plasse y otras caras familiares se suceden en pantalla aportando sus pequeños momentos.

Luego el apocalipsis se sucede, y les lleva un rato largo a todos estos bobos superficiales darse cuenta de lo que está pasando – y antes de que acabe la noche, sólo Rogen, Franco, Baruchel, Hill y Robinson sobreviven.

Ah, sí; y Danny McBride, qué está durmiendo la mona mientras la primera remesa del apocalipsis se lo está llevando todo fuera, y se levanta por la mañana para hacerle el desayuno a todos los muchachos, rehusando creer que el mundo se está acabando tras las puertas de la fortaleza de Franco. Cuando McBride se dé cuenta de que el final está cerca, pasará de ser el actor más odioso de la casa al peor de los seres humanos.

El peor. Lo peor de lo peor.

Y sería negligente si no mencionara el momento de Emma Watson empuñando un hacha, que está fantástica enfrentándose a esto cobardes narcisistas.
 
Pensamos que conocemos a gente como Seth Rogen, Johan Hill, James Francos y otros famosetes jóvenes de Hollywood de una manera que no podíamos conocer Steve Martin, Bill Murray o Chevy Chase de generaciones pasadas porque estos nuevos chicos son más accesibles. Van a Howard Stern y hablan abiertamente de su vida amorosa y del uso de estimulantes recreacionales. Hacen videos víricos absurdos. Y gracias (o a pesar) de TMZ.com, et al., les vemos meter gas, en las calles de LAX, cuando salen de los clubs elitistas. En las palabras inmortales de las revistas: “¡Estrellas! ¡Son como nosotros!”
 
Pero por supuesto, no lo son y no los conocemos. Por eso creo que “This Is The End” es muy buena capturando un retazo de cómo estas celebrities se comportarían en el verdadero día del juicio final. Si es que a alguien le interesa saberlo.

LO MEJOR: El momento musical del final de la cinta.

LO PEOR: Se entrevé un poco de auto-complacencia en la manera en que tratan de mostrarnos como se ríen de sí mismos.
 
 

Crítica: Demons

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Después de su prometedor y simpático film de humor negro titulado “Macabro”, con el que debutó como realizador, Lamberto Bava, hijo de Mario Bava, nos demostró que  el terror lo llevaba en las venas con “Demons” (1985), una cinta escalofriante. Toda una estrepitosa y cochambrosa fantasía gore (revoltijo de sangre, tripas e higadillos).

Considerada obra menor de Dario Argento, productor y coguionista, el film narra lo que sucede durante la proyección de una película en el cine. Los espectadores sufren idénticas transformaciones demoníacas que en la pantalla lo que origina un entretenido carnaval de sangre donde maquillajes y efectos especiales son los reyes de la función.

No tienen importancia todos los defectos del film como la descarada vulneración de los raccords o la desinteresada puesta en escena. Las desgarradoras uñas, los mordiscos extremadamente vistosos, toda clase de esputos o vomitonas, los recalcitrantes insertos, los resultones primeros planos, las cabezas voladoras o la música hard se encargan de que no decaiga el festín. Así lo mejor, a parte de los demonios-zombies inspirados en “El exorcista” de William Friedkin y “Zombie” de George Romero, es el gore de la cinta.

Puestos a recordar, primero me quedo con la divertida a la vez que exagerada transformación en demonio de una prostituta. Segundo, la memorable escena del protagonista en moto rebanando, con una katana, cabezas y brazos de demonios. Todo aderezado con un temazo heavy. Tercero, el personaje negro de la película. El chulo putas aparece a mitad de la función llamando la atención y destacando por encima del resto del reparto. Tan mítica es su intervención que en “Demons 2” vuelve a tener un papel secundario, con un personaje diferente.

El elenco está formado por jóvenes italianos, habituales del cine de Lamberto, a los que pudimos ver en otros productos de género de la época. Así pues, a Urbano Barberini le vimos en “Efectos sobrenaturales” de 1987, a Natasha Hovey en “Buggie rosse”, cinta de 1993, a Karl Zinny en “Disturbios en el cementerio” de 1987, a Fiore Argento, la hija mayor de Darío, que participó en “Phenomena”, 1985, a Paola Cozzo de “A cat in the brain”, 1990, a Fabiola Toledo en “Una cuchillada en la oscuridad”, 1983, y a Geretta Geretta en “Murder rock”, 1984, o “Año 225 después del holocausto”, película de 1984.

Aun con sus defectos técnicos, “Demons” es un título indispensable para cualquier amante del género más gore y alocado. Película de culto para este sector de fans, “Demons” supone la manera de hacer gore a la italiana.

Esta cinta, por otra parte, contó con una continuación oficial y con diversas no oficiales. Los distribuidores ni cortos ni perezosos titularon otros títulos de Bava como “Demons 3”, 4 o 5.

LA ESCENA: El protagonista cabalgando en una moto mientras despliega un recital de sablazos que no dejan demonio en pie.

LO MEJOR: El gore.

LO PEOR: Sus defectos técnicos.

 

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