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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Bliss (2021)

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DONNIE NOS HABLA SOBRE EL NUEVO TRABAJO DE MIKE CAHILL, CON SU YA HABITUAL Y PARTICULAR VISIÓN DE LA CIENCIA FICCIÓN


póster de bliss de amazon prime
Mike Cahill, Mike Cahill what ye done? Muchos ya se lo veían venir y esta película solo va a reforzar lo que pensaban del cine del norteamericano: Que no fue más que otro de esos directores de los que los modernos y los amantes del movimiento new-age se enamoraron y encumbraron pero al que el tiempo pondría en su lugar. Debutó con fuerza en el largometraje de ficción con 'Otra Tierra' (2011) y su siguiente película 'Orígenes' (2014) sirvió sobre todo para que las opiniones se polarizaran. El premio a la mejor película en el festival de Sitges probablemente puede que fuera lo peor que le paso a esta cinta. Lo que podría haber sido otra gran película más, fue a parar para muchos a ese saco de películas que no se entiende que pudieran haber ganado el festival


“se queda en un par de buenas ideas ya vistas antes, desarrolladas de manera tópica y sobre todo, aburrida” 


salma hayek y owen wilson
Después de siete años y tras dirigir diversos episodios de varias series como 'The Magicians' o 'Nightflyers', llega la muy esperada para muchos nueva película. Y me incluyo en este grupo porque me considero fan del director y de lo que hizo en 'Otra Tierra' y 'Orígenes'. Puede que yo sea más moderno y hippster de lo que creo. Y la bofetada de realidad no ha podido ser más fuerte, salvaje y cruel. 'Bliss' (2021) que comparte título con la notable cinta de Joe Begos, se queda en un par de buenas ideas ya vistas antes, desarrolladas de manera tópica y sobre todo, aburrida. Creo que salvo Owen Wilson y el cameo de Slavoj Zizek, a cuyas palabras hay que prestar especial atención, no hay nada más que se pueda salvar de la quema. 

salma hayek sexy
Actualmente estoy releyendo 'Música de mierda. Un ensayo sobre el buen gusto, el clasismo y los prejuicios del pop' de Carl Wilson en el que el autor analiza en base al fenómeno Celine Dion, los motivos por los cuales nos gusta un grupo, una canción y los motivos que hacen que rechacemos de forma radical e incluso despreciemos a aquellos que disfrutan con esos grupos y canciones. Por desgracia me veo muy reflejado en muchas de las páginas del libro, creo que todos lo haríamos en mayor o menor medida, sobre todo por que lo que siente el autor por Celine Dion es parecido a lo que yo siento por Salma Hayek. 'Salvajes' (2012) de Oliver Stone fue la última vez en la que disfruté de una película donde salía la actriz. Para mi ver su nombre en una película es un motivo para que esta no despierte especialmente mi interés y solo ver que detrás de ella hay un director que me gusta, consigue que me anime finalmente a verla. Es un prejuicio como muchos otros que tengo. Lo reconozco. Y puede que no sea justo, que mi posición haga que sea muy duro con el trabajo de la actriz pero personalmente en muchos momentos su Isabel Clemens ha conseguido llevarme al límite, me ha exasperado y saturado, lo que sumado a que lo que estaba viendo no me interesaba mucho, me hacía plantearme si no sería mejor dejar de ver esta película y ponerme a hacer otra cosa. 


“Cahill peca de timorato, parece que no se atreve a ir mas allá, no se atreve o no sabe como explotar las ideas que tiene entre manos. Todo queda muy superficial y forzado” 


salma hayek enamorada de owen wilson
Greg Wittle no rinde en el trabajo. Está obsesionado con un paisaje, un hotel y una casa que dibuja con todo lujo de detalle. De alguna manera ese lugar es su Montauk. Tras una diferencia de opiniones con su jefe, Greg conocerá en un bar a una extraña mujer que hará que se replantee todo aquello que creía que era verdad

owen wislon en película de ciencia ficción
Podría decir que a partir de ahí la película empieza a naufragar poco a poco, pero creo que no diría la verdad ya que creo que esta empieza a hundirse desde su primer minuto, desde que Cahill sitúa a su protagonista en esa oficina que parece sacada del cajón de descartes de un mal guionista. Puede que el encuentro entre ambos consiga que la cinta gane durante un rato, poco, algo de interés, pero en seguida nos damos cuenta de que ni la historia tiene la fuerza suficiente ni Cahill parece saber como plasmarla en pantalla de forma correcta. Igual alguien como Terry Guilliam, un director que arriesga y lleva al extremo todas y cada una de sus propuestas aun sabiendo que esto va a suponer de antemano que mucha gente le de la espalda, era quién tenía que haber llevado esta historia a la pantalla. Cahill peca de timorato, parece que no se atreve a ir mas allá, no se atreve o no sabe como explotar las ideas que tiene entre manos. Todo queda muy superficial y forzado. Todo aquello que las ideas que se apuntan en la película no necesitaban, es utilizado por Cahill. La decepción es máxima. 


“no solo la puesta en escena falla, no solo podemos considerar que la elección de algunos actores no ha sido la correcta. El guion es flojo y no se puede sustentar simplemente en un par de buenas ideas”


mejores películas de amazon prime
'Otra Tierra' u 'Orígenes' nos dejaron, al menos en mi caso, la necesidad de pensar en ellas. De volver a verlas y reflexionar. 'Bliss' me deja la necesidad de olvidarla, de pensar que esto ha sido un tropiezo en la filmografía de Cahill y no la cinta que va a hacer que todo aquel que dijo que el director había sido encumbrado sin motivo, reforzar esta idea. 

Lo más triste, y desconociendo los motivos que han podido llevar a ello, es que Cahill ha tardado siete años entre 'Orígenes' y 'Bliss', tiempo suficiente para tener un buen guion, para pulirlo. Por que seamos sinceros, no solo la puesta en escena falla, no solo podemos considerar que la elección de algunos actores no ha sido la correcta. El guion es flojo y no se puede sustentar simplemente en un par de buenas ideas. Desde que acabé de verla y me tomé un tiempo para pensar y escribir sobre ella, esta película es una firme candidata a ser la mayor decepción del 2021, y acabamos de empezar.. Una lastima.



"Misa de medianoche", ¿Dónde acaba el homenaje y empieza otra cosa?

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ARTORIUS NOS HABLA SOBRE LA NUEVA SERIE DE MIKE FLANAGAN, UNO DE LOS GRANDES FENÓMENOS TELEVISIVOS DEL AÑO (OTRA VEZ)


póster misa de media noche
Aviso por adelantado que esta es una crítica libre de spoilers en la medida de lo posible, debido a la presencia de plot twist que no desvelaré y que es la médula de esta producción. Dicho esto, me cuesta un poco empezar esta crítica debido a las sensaciones encontradas que me ha proporcionado esta miniserie, un abanico emocional que va desde la emotividad intensa a la indignación más absoluta. Porque, querido lector, estamos ante un homenaje, que no plagio de uno de los que para mí es de los mejores relatos de terror jamás escritos. Permitidme que no diga a qué historia me refiero, pero si simplemente os digo el autor estoy seguro que sacaréis la trama enseguida, y no es cuestión de fastidiar una producción, por lo demás, notable y que coloco como lo mejor del año sin dudar un segundo, aunque con reservas.  


“Flanagan es un narrador maestro, y eso lo podemos apreciar desde el primer plano, desde el primer diálogo. La construcción de personajes es estupenda” 


nueva serie de mike flanagan
Las reservas de la fea impresión de que Flanagan ha pasado la fina línea que va del homenaje sentido y agradecido a cierto autor, cuya influencia se podía ver en sus otras miniseries, al plagio directo, desvergonzado y salvaje. Uno que mejora la obra original en determinados aspectos, pero con similitudes demasiado obvias en narrativa y situaciones que han hecho que me haya sentido ante un “fanfiction” escrito por un fan devoto más que ante un relato con identidad propia.  

fanatismo religioso
Pero si consigues, lector, abstraerte de esa molesta sensación de deja vu, hay mucho en “Misa de medianoche” (2021) que merece su visionado, y revisionado inclusive.  Flanagan es un narrador maestro, y eso lo podemos apreciar desde el primer plano, desde el primer diálogo. La construcción de personajes es estupenda y, con cuatro pinceladas de conversaciones más una parte actoral en estado de gracia, nos construye la atmósfera de un pueblo isleño comido por sus propias pequeñas miserias, desprovisto de esperanza y con un ansía de algo en lo que creer que, ante la llegada de un nuevo sacerdote a la parroquia, se convierte en un horror… que no diré inimaginable, porque lo aquí narrado ya lo había imaginado otro. Y también había sido adaptado a la pantalla pequeña, con desigual fortuna, esbozando unas líneas maestras que reconocí casi al acto.  


“dentro de la corriente de terror con trasfondo emocional, te llega hasta la médula. Sufres con los personajes, te emocionas con su devenir” 


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Reconocí las señales, la misma construcción de la tensión, personajes que hacían la misma función que en la adaptación “homenajeada”... y mientras me intentaba convencer que el plot twist no iba a ser el mismo, este llegó.  Y efectivamente, era el mismo. Lo que nos hace volver de nuevo al inicio: sensaciones encontradas.  

Kate Siegel misa de media noche
Porque “Misa de Medianoche”, dentro de la corriente de terror con trasfondo emocional, te llega hasta la médula. Sufres con los personajes, te emocionas con su devenir. Concretamente el  capítulo final tiene algunos de los momentos más hermosos y trágicos que me he podido echar en cara en toda mi trayectoria de aficionado al Fantástico, una escena de las que se te queda grabada en la memoria y que, esta vez sí, se desmarca de la obra “original” con un mensaje desgarrador  de esperanza y redención que, en estos tiempos que nos toca vivir, al que suscribe le tocó especialmente la almita.  Por todo esto, la cuidada fotografía, los diálogos extraordinarios, el maravilloso (y durísimo a la par) final, el plot twist, los personajes bien definidos y construidos con mimo... Me duele no poder haber disfrutado de esta producción al 100% debido a ser un aficionado al fantástico con poco pelo en la cabeza y mucho camino recorrido.  


“si estás dispuesto a pasar por alto el descaro de Flanagan, te vas a encontrar con una de las series del año y la confirmación de la buena relación que tiene este autor total con el género” 


moke flanagan netflix
Porque debe de ser un goce tremendo encarar “Misa de Medianoche” con tabla rasa, sin las impresiones ya comentadas de enfrentarte a una versión de algo ya visto. Dejarte llevar por todo lo bueno que tiene esta serie, que es mucho, aunque también tiene un defecto que no me esperaba de un autor como Flanagan, y es su vergonzoso servilismo al CGI de cuarta división, digno de cualquier producción cutre destinada  las tardes del fin de semana del Discovery Channel. Después de verle en ejercicios de puro terror sutil, como esos magníficos fantasmas de “La Maldición de Hill House” (2018), uno se pregunta a qué narices se debe ese momento de producción de cuarta regional, completamente fuera de contexto en una producción de este calado. Es decir, si tienes una habilidad como la del guionista/director/productor de este espectáculo de crear momentos angustiosos, la irrupción del citado mamotreto digital crea una vergüenza ajena espantosa y puede, a poco que te despistes, sacarte del show, pero el empaque del show es lo suficientemente fuerte como para solventar ese hándicap.  

secta religiosa en una isla
Para finalizar, ¿Qué nota se merece esta serie? Pues después de todo lo expuesto, entenderás que dude. Y mucho.  Si no has visto la obra homenajeada, o si estás dispuesto a pasar por alto el descaro de Flanagan, te vas a encontrar con una de las series del año y la confirmación de la buena relación que tiene este autor total con el género. Pero si eres de los que, como yo, ve esto como un remake encubierto… Bueno, quizá te frustres o quizá no, pero mi caso es el primero. Para ser ecuánime, haré media en la puntuación y, aunque creo que no le hace justicia, me temo que este cronista no puede hacer más sin traicionarse a sí mismo.       

Lo mejor: La parte actoral es gloriosa. Los diálogos son crema, todos y cada uno de ellos. El capítulo final, maravilloso en lo visual y filosófico. El universo y sus sueños. El ambiente malsano del pueblo y la progresión del guion. Flanagan sigue siendo un grande. 

Lo peor: Ya vista la historia y la misma situación. La sensación de plagio vestido de homenaje, aunque el final de esta para mi es muchísimo mejor que la obra “original” bajo mi punto de vista. El cgi de quinta regional. ¿Por qué?


Crítica: La zona muerta

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NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE LA ACLAMADA ADAPTACIÓN DE CRONENBERG, CON EL BENEPLÁCITO INCLUSO DEL PROPIO STEPHEN KING


póster de la zona muerta de david cronenberg
De sobra es sabido que el gran maestro del terror, aka Mr King, no suele quedar demasiado contento con las adaptaciones cinematográficas de sus obras. Aunque conocido por su decepción con “The Shining” (Kubrick, 1980), no se ha quedado atrás al comentar otras de sus decepciones: sugirió que la adaptación de “Los Chicos del Maiz” (Kiersch, 1977) era una violación metafórica del material original, que “Cujo” (Teague, 1981) era espantosa y que “Christine” (Carpenter, 1983) no captaba la tristeza que él había querido explorar en el libro. Sin embargo, “La zona Muerta” (Cronenberg, 1983) fue una de las afortunadas en contar con el beneplácito del director, que quedó encantado con la adaptación de, en mi opinión, uno de los libros más complicados de adaptar de la obra de Stephen King.


“Una vez vista La Zona Muerta, es imposible desligar el personaje de John Smith de la fisicidad y corporeidad de Walken. Sus gestos y expresiones pretendidamente extremas obran una de las mejores interpretaciones del actor” 


mejores películas david cronenberg
Apreciar “La Zona Muerta” requiere olvidarnos por un momento del David Cronenberg de “la nueva carne” y el body horror, porque en el film que nos concierne no hay nada de esto. Ya sabemos que Cronenberg sabe manejarse en un espectro estético y genérico muy amplio, lo ha demostrado de sobra con películas como “Crash” (1996), “Cosmópolis” (2012) o “Maps to the Stars” (2014), pero la sombra del horror corporal de “Videodrome” (1983) y “La Mosca” (1986) es tan alargada… que puede hacer que las expectativas jueguen en nuestra contra, especialmente si tenemos en cuenta que “La Zona Muerta” se estrenó justo entre estas dos últimas. 

“La zona Muerta” es más bien un thriller sobrenatural que nos cuenta la historia de Johnny Smith (Christopher Walken), un profesor de literatura que tiene un accidente de tráfico que lo deja en coma. Cuando despierta, descubre que no solo tiene que enfrentarse a que el mundo ha continuado sin él, sino que además parece haber desarrollado una extraña habilidad. 


“los momentos sobrenaturales están rodados con gran sencillez y pocos efectos especiales, enfatizando la actuación de Walken y la reacción de los que le rodean, poniendo énfasis en la soledad y la tristeza de John” 


cine de terror de culto
La película se aleja bastante del material original en la primera parte. Si os gusta Stephen King, ya habréis notado que las primeras cien páginas de sus libros suelen resumirse muy brevemente, o directamente olvidarse, en sus adaptaciones cinematográficas. “La Zona muerta” no es una excepción, es directa y rápida en la narrativa. En los primeros quince minutos, Cronenberg nos ha presentado a los personajes junto con el dilema principal de la película, aparte de establecer el tono y la estética. No hay demasiadas concesiones a detalles que puedan distraer al espectador del hilo argumental principal, lo que ayuda a simplificar una obra que, de otra manera, me imagino imposible de adaptar. Este ritmo se mantiene durante toda la película generando gran tensión, uno de los puntos fuertes de la cinta. 

El otro punto a resaltar es la inmejorable actuación de Christopher Walken. Una vez vista “La Zona Muerta”, es imposible desligar el personaje de John Smith de la fisicidad y corporeidad de Walken. Sus gestos y expresiones pretendidamente extremas obran una de las mejores interpretaciones del actor, que prácticamente lleva todo el peso dramático de la película. Lo mismo ocurre con la interpretación de Martin Sheen, soberbio en un papel que parece escrito para él. 


“En la obra original, la narrativa parte de diferentes perspectivas que confluyen en una sola, la de John. La película diluye muchos de estos hilos argumentales y puntos de vista para centrarse solo en el de John” 


christopher walken en la zona muerta
Hay también en “La Zona Muerta” una preferencia por la simplicidad estética. Como escribió en su momento Roger Ebert, la película consigue lo que solo los buenos thrillers sobrenaturales pueden conseguir: hacernos olvidar que se trata de algo sobrenatural. La historia de John es, ante todo, un gran drama humano sobre un hombre que tiene un don que no ha pedido. En la película, los momentos sobrenaturales están rodados con gran sencillez y pocos efectos especiales, enfatizando la actuación de Walken y la reacción de los que le rodean, poniendo énfasis en la soledad y la tristeza de John. Puede chocar, viniendo de alguien como Cronenberg, esta apuesta por la ausencia de grandes imágenes impactantes. Sin embargo, el director apuesta todo a la creación de la atmósfera que rodea la película. Veo algo de “Scanners” (1981) y “Shivers” (1975) en la construcción de una atmósfera de constante amenaza y tensión, una sensación de que algo malo va a ocurrir de un momento a otro. Un recordatorio de cómo Cronenberg sabe manejar el horror en todas sus formas y expresiones

mejores novelas stephen king
Como contrapunto, diré que quizás hay demasiadas buenas ideas sobre la mesa. En la obra original, la narrativa parte de diferentes perspectivas que confluyen en una sola, la de John. La película diluye muchos de estos hilos argumentales y puntos de vista para centrarse solo en el de John, lo cual indudablemente le resta algo de riqueza, aunque sea necesario para la adaptación. Muchos de estos elementos son vitales para entender el desarrollo del personaje y la película solo puede profundizar en algunos de esos aspectos, obviando unos y sintetizando otros, lo cual puede dejar una sensación de apresuramiento que, en mi opinión, aleja a la película de ser una obra redonda. En resumen, “La Zona Muerta” es una película sencilla y efectiva que entretiene y conmueve. Aunque en mi opinión esté lejos de ser el mejor Cronenberg, sí es una prueba de la versatilidad del director y de su manejo de los códigos del género. De igual manera, las actuaciones de Walken y Sheen son absolutamente maravillosas y merecedoras de la hora y cuarenta del tiempo de cualquiera.


Crítica: Hunter Hunter

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MAIK LINGOTAZO NOS HABLA SOBRE ATMOSFÉRICO, HÚMEDO E IMPACTANTE THRILLER DE TERROR CANADIENSE


Póster de Hunter Hunter
La prolongación, el reflejo, lo opuesto. Todas esas variantes son las que parece sugerirnos sutilmente esa duplicidad que leemos en el título. La ambivalencia y la interconexión. En suma, la naturaleza. Sí, eso mismo: la naturaleza. En un mundo tan mediatizado por la tecnología como lo es el actual, se antoja más ciencia ficción la vuelta sobre nuestros pasos que no la multitud de imaginarios plausibles que los tiempos, y con ellos el cine, se encargan de desplegar sin cesar ante nuestros ojos. 

thriller terror canadiense
Ya no nos sorprende tanto visionar estructuras robotizadas, estímulos de neón, relaciones de pantalla... Sí, nos impactan y nos aterrorizan, lo cual es mérito sin duda que comparten cineastas y guionistas. Por ahondar en las profundidades que se esconden tras ese paso más allá, por elucubrar reversos tenebrosos tras los soniquetes deslumbrantes de los violines. Pero, ¿realmente las sentimos como algo lejano o improbable? Jugada irónica del destino o cruel profecía autocumplida, es como si también la revolución industrial hubiera quedado obsoleta. Y apostados en un supuesto estadio superior, ahora es el tren del futuro quien viene hacia nosotros, en vez de a la inversa. Él es quien, urgente, pretende hacernos comer nuestras prisas con patatas. Y se precipita con marcha frenética. Creemos tener mucho más al alcance los confines de lo insondable, y acaso inmersos en una suerte de 'Ilustración 2.0', depositamos toda nuestra capacidad como especie sobre la robusta e indiscutida confianza que le hemos fiado a un progreso tecnológico esta vez, de nuevo ilimitado. Y a golpe de click. 


“la fotografía, obra de Greg Nicod, transpira de igual manera desasosiego y humedad, calando hasta los huesos” 


Camille Sullivan en Hunter Hunter
“Hunter hunter” nos ubica en unos parámetros no demasiado trillados sobre el celuloide, pues si bien éste ha dado más que buena cuenta tanto de lobos solitarios y anacoretas en busca de la autosuficiencia como de experiencias comunitarias alejadas del trajín impuesto por el hormigón y el reloj, en esta ocasión acoge como protagonistas de ese discurrir alejado de la civilización a una familia nuclear en toda regla. Padre, madre e hija. El abuelo no está, pero sí. Linaje y tradición se hacen notar en la configuración psicológica de los personajes. Para lo bueno y para lo malo. 

Summer H. Howell cenando con su padre
Los Mersault han de lidiar con los avatares que se imponen en el ocaso del pasado siglo, los mismos que a su vez también dispondrán las reglas que imperarán en el nuevo. Cada vez es más difícil subsistir de la caza. En el pueblo más cercano, trocar las pieles por recursos ha dejado de ser un buen negocio, sobre todo para los que viven en él. La volatilidad del líquido, las fluctuaciones de la moneda y esas zarandajas de la macroeconomía. Es lo que tienen. Que, inevitablemente, la calidad de vida de la familia se ve seriamente mermada, reducida peligrosamente a los márgenes de la supervivencia. Para colmo, un lobo puñetero echa más sal sobre la herida cuando vuelve por sus fueros y se dedica a escamotear las piezas que caen atrapadas en las trampas que, a tal efecto, han repartido por el bosque. Ante semejante panorama y con tal escasez de suministros, es cuestión de tiempo que la estabilidad familiar se tambalee. 

Camille Sullivan con una escopeta
Mientras que Anne, la matriarca interpretada por Camille Sullivan (“The man in the high castle”, 2015), empieza a albergar dudas sobre la conveniencia de seguir apostando por esa forma de vivir, preocupada además por las habilidades sociales que su vástago pueda estar malogrando en plena época de crecimiento, la contraparte nos la da Devon Sawa (“Destino Final”, 2000) encarnando a Joseph, quien se resigna a claudicar en aras de mantener los modos heredados de sus generaciones pretéritas. Summer H. Howell será Renee, la hija de 8 años que, lejos de reprochar a sus padres el aislamiento autoimpuesto en el que viven, se postula como alumna aventajada a la hora de manipular cuerpos salvajes y de maniobrar a sus anchas con los gajes del oficio. Tanto que incluso se erigirá cual necesaria maestra, para que pervivan las obras y tal. Su concurso es harto reseñable, hasta el punto de forzar la reescritura del guion ya que, de hecho, inicialmente la pretensión era contar con la participación de un niño. Pese a tan corta edad, seguro que le valieron sobremanera las tablas adquiridas dentro del género gracias a sus primerizas apariciones, entre las que se cuenta su debut con “La maldición de Chucky” (2013) gracias al que consiguió un Joey Award, o sea el premio canadiense que se entrega a los jóvenes intérpretes.


“una recomposición de los cánones tradicionales que nos quiebra y nos remata con un directazo a la quijada en forma de planos y de encuadres en absoluto displicentes” 


Summer H. Howell en Hunter Hunter
Con estos mimbres se distribuyen las piezas que dan forma a los dos primeros actos, a fuego lento pero con precisión medida, y sin decaer. El director canadiense Shawn Linden, licenciado en filosofía, se destapa tras dos incursiones anteriores que bien le sirvieron para tomar el pulso al concierto cinematográfico. Con todo, ni “Nobody” (2007) ni “The goog lie” (2012) supusieron un alto en el camino de una “Hunter Hunter” que llevaba gestándose desde hacía más de una década, y que acabó viendo la luz en diciembre del 2020. 

Devon Sawa en Hunter Hunter
Esa espera y esa paciencia, la misma que ha de cultivar un cazador en busca de su presa, es la que se transmuta y cobra vida en la película, asistiendo a unos tiempos acordes a la naturaleza que se imprimen en la introducción del metraje. No en vano, dos referencias sobre las que se ha basado el bueno de Shawn han sido la oscarizada “The ravenant” (2015) y la holandesa “Spoorloos” (1988). Asimismo, la fotografía, obra de Greg Nicod, transpira de igual manera desasosiego y humedad, calando hasta los huesos, de un lado gracias a los bellos parajes que ofrecen los bosques de Manitoba, y del otro 'por culpa' de la mayor tormenta de nieve que asoló dicho territorio en su historia, forzando al set de rodaje a trabajar en unas condiciones en extremo intempestivas y adversas. En este punto, merece mención destacada el empleo de los efectos sonoros, a cargo de Kevon Cronin: pocas veces he sentido tan real y tan poco oportuno el chirriar de la madera bajo las pasos callados. Arropado del buen hacer de Norm Adams, un chelista versado en el rollo experimental, supo crear un score que enfatizara octavas y quintas abiertas, así como un mínimo vibrato y unos tonos desarrollados lentamente. Todo ello a fin de pegarse con el ambiente, con el propósito de que fueran uno solo. Grande es la relevancia que la banda sonora cobra en algunas secuencias, tales como cierta persecución sugerente y a pares, o como en la revelación que nos dará pie a sumergirnos en el explosivo, y sin duda catártico, tercer acto del film. 


“si aún no habéis dado ni con tráilers ni con sinopsis, sugiero con fervor que os los ahorréis. Por poco que desvelan, sí que desbrozan lo suficiente como para ponernos en guardia” 


Camille Sullivan desesperada
Resulta clavado el uso diegético que de la música se hace en el momento en que Anne pulsa el botón de 'play', en un entorno que hasta ese culmen final nos había acostumbrado a la más precaria de las manifestaciones tecnológicas. Si bien éstas, por nimias que fueran, habían supuesto serios aldabonazos de cara a hacer progresar la historia, poniendo de relieve las dificultades para establecer conexión, a la vez también se erigen como las señales tibias que a la postre lograrán enlazar los puntos que nos acaben guiando hacia una clausura de absoluto AÚPA. 

Los créditos de cierre nos permiten sobre todo gestionar el shock final aislándonos tan sólo con los sonidos de la naturaleza, cruel y epidérmica. No hay melodía alguna que haga las veces de acompañamiento. Sólo el regurgitar del propio silencio. Y, con él, la asunción de que Camille Sullivan recrea un arco dramático acongojante, abarcando en su amplio abanico de registros desde el trance de convivir con el orgullo alfa hasta el empoderamiento materno frente a las adversidades, pasando por la sublimación de los cuidados y la afrenta que suponen algunas bestias inesperadas. Sino que se lo digan al desprevenido conejo, por lo pronto. Y es que si en todas partes cuecen habas, en la naturaleza no iba a ser menos. 

Summer H. Howell de caza
En suma, nos hallamos ante pura dinamita para los cuentos de hadas habituales, una recomposición de los cánones tradicionales que nos quiebra y nos remata con un directazo a la quijada en forma de planos y de encuadres en absoluto displicentes. Alguno incluso apuesto a que quedará tatuado en la memoria retinar de quien ose asomar por las incomodidades que “Hunter hunter” nos brinda. Por ello es que no quiero decir nada más, pese a que me esté guardando algo bastante protagónico. Y es por esa misma razón que aconsejo entregarse al largometraje totalmente virgen, al menos todo lo que se pueda habiendo leído esta recomendación. Porque si aún no habéis dado ni con tráilers ni con sinopsis, sugiero con fervor que os los ahorréis. Por poco que desvelan, sí que desbrozan lo suficiente como para ponernos en guardia frente a ciertas inflexiones que depara la película, cosa que de algún modo resta algo de imprevisibilidad. Así que, en beneficio de lo que imagino pueda ser una mejor experiencia, ahí lo dejo y aquí lo finiquito. Porque sólo de pensar en el impacto que puede suponer comerse tal desarrollo en modo 'tabula rasa' me pongo bravo.


Crítica: Censor

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ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE EL DEBUT DE PRANO BAILEY-BOND, TERROR RETRO Y METACINE


Póster de Censor de Prano Bailey-Bond
Quienes disfrutamos del cine de terror, fantástico y/o de temáticas y géneros cinematográficos "transgresores", no sin frustración nos hemos preguntado en algún momento, por los cortes que sufren algunas películas. Aunque estamos en pleno Siglo XXI, persisten naturalmente los organismos que regulan lo que vemos y lo que no, algo que estamos arrastrando desde 1896 cuando el cortometraje "The Kiss" de William Heise escandalizó absurdamente a medio mundo por su "indecencia”. 

Niamh Algar en Censor
Es en 1912 que nace el British Board of Film Classification en el Reino Unido, y en 1983 la lista DPP de video nasties, un grupo de películas fuertemente censuradas e incluso prohibidas en el Reino Unido, tales como “The Beast in Heat” (1977) de Luigi Batzella, “Cannibal Holocaust” (1980) de Deodato, “L'ultima orgia del III Reich” (1977) de Canevari, o “I Spit on Your Grave” (1978) de Meir Zarchi, etc., etc. Pues bien, dentro de este contexto la cineasta Prano Bailey-Bond ambienta su primer largometraje "Censor" (2021), basado en su cortometraje "Nasty" (2015). Un filme de terror psicológico que evoca más allá del Cine Serie B de los años 80, la oscuridad y el morbo que envolvió a las películas snuff. El deleite clandestino en la violencia y la tortura gratuita


“Censor apuesta por recrear el cine de los 80s, su atmósfera vintage en 16mm plagada de sangre escarlata, y un ritmo más interesado en la psicología de su personaje que plenamente en la acción” 


Niamh Algar sexy
Los noticieros británicos nos sitúan a mediados de los 80s, en la cima de la condena de los video nasties, acusados de modelar el comportamiento violento en la juventud, y el riesgo que representa para la sociedad su circulación en VHS. De ahí la relevancia moral de los censores, quienes analizan meticulosamente cada película de terror y determinan qué se va y qué se queda. Es el momento en que conocemos a Enid, sumergida en su trabajo, estudia la película en turno: ¿La decapitación? No, no, esa es ridícula, es la extirpación del ojo, es "demasiado realista", suficiente con haber rescatado el "tira y afloja de los intestinos". 

Solitaria y con un carácter bastante sobrio parece que tiene todo bajo control hasta que se le asigna la evaluación de "Don't Go in the Church" dirigida por el mítico Frederick North, conocido por la depravación de sus películas, tremendamente explícitas. Profundamente conmovida observa como la película muestra detalles de su amnésica infancia, un pasado que le ha torturado por años, mientras jugaba en el bosque con su hermana, ésta desapareció para jamás ser encontrada. En la película de North, por supuesto, la niña es asesinada. 


“Niamh Algar hace un buen trabajo al desarrollar el papel de Enid, trastabillando entre la obsesión, la locura y la razón” 


actriz Niamh Algar
Negada a aceptar que su hermana Nina ha muerto y jamás volverá, se sumerge en las películas de Frederick North en busca respuestas. Paralelamente, el asesinato de una mujer a manos de su esposo, quien después de matarla le devoró el rostro, intensifica las protestas contra los censores, en este caso Enid, quien aprobó una escena idéntica en el pasado, acosada por la prensa en las calles y telefónicamente por "gente moralmente correcta", inicia el desmoronamiento psicológico de Enid, agravado por la incesante exposición a la violencia cinematográfica

cine snuff
“Censor” apuesta por recrear el cine de los 80s, su atmósfera vintage en 16mm plagada de sangre escarlata, y un ritmo más interesado en la psicología de su personaje que plenamente en la acción, también opta por la oscuridad y maldad que envuelve el "cine dentro del cine", cuando pensamos en el snuff (lo que hemos visto en películas como “8MM” (1999) de Schumacher, "Cigarette Burns" (2005) de Carpenter o "Amjeon" (2019) de Kim Jin-won), en conjunto, bajo un segundo plano nos habla de algunos traumas emocionales, la censura y la autocensura, y la hipocresía social que señala como chivo expiatorio al cine y al arte (y hoy día a los videojuegos). 


“para ser una cápsula del tiempo del slasher y el cine demonizado de los 80s, me hizo falta mucha más viscosidad, gritos y humor negro. Es como si Censor se hubiera censurado a sí misma” 


Niamh Algar ensangrentada
La actuación es... complicada de valorar. Niamh Algar hace un buen trabajo al desarrollar el papel de Enid, trastabillando entre la obsesión, la locura y la razón; sin embargo, en ocasiones, y esto sucede con el resto del reparto, se cae en una sobreactuación, una mala actuación que bien podría estar justificada con precisamente evocar el cine de los 80s.. pero, no lo sé. La fotografía, vestuario y el diseño de producción cumplen su propósito, efectos estroboscópicos, el grano y la iluminación a base de gelatinas. Lo mismo la música, compuesta por chirridos y sintetizadores

Sin duda es un buen debut para Prano Bailey-Bond, pensando en que es su primera película. Pero, ¿Qué tan redondo es el producto? Tiene una escena final cronenbergiana que disfruté, y como mencioné, la puesta en escena es estupenda, no obstante, se queda corta en todos sus ángulos, el tema de la censura no es explotado, el estado mental de Enid es más predecible de lo que me gustaría, y para ser "una cápsula del tiempo" del slasher y el cine demonizado de los 80s, me hizo falta mucha más viscosidad, gritos y humor negro. Es como si “Censor” se hubiera censurado a sí misma.

Crítica: Medusa

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EL RECTOR NOS HABLA SOBRE UNA DE ESAS PELÍCULAS (Y VAN...) QUE SEGURAMENTE, NUNCA DEBIÓ ESTAR EN SITGES 2021


Medusa (Sitges 2021)
El incuestionable peso que tiene lo estético (más aun cuando se habla en clave referencial) hoy, dentro del género fantástico, es la única forma de entender y digerir la presencia de una película como “Medusa” (Anita Rocha da Silveira, 2021) en un festival como el de Sitges. Es cierto que existe una nueva corriente de “terror social” donde el género se ha convertido en poco más que una herramienta (en ocasiones harto artificial) gracias a la cual deshojar la margarita de algunas de las miserias terrenales de nuestro tiempo. No albergando duda alguna de que en lo formal, “Medusa” da el pego como pariente más o menos lejana del fantástico, el fondo, alberga una película completamente distinta. 


“entra por los ojos desde su primera secuencia, donde las reminiscencias al giallo italiano en general y al cine de Dario Argento en particular, son más que evidentes” 


Medusa (Sitges 2021)
La cinematografía brasileña viene apostando fuerte por este tipo de terror de denuncia social, con Marco Dutra y Juliana Rojas al frente, como ha quedado patente con trabajos como “Trabalhar cansa” (2011) y “As boas maneiras” (2017). La diferencia entre el cine de Dutra y Rojas con esta “Medusa” es el hecho, sutil, de que aquellos introducían el elemento de género en sus relatos (por más absurdo o irrelevante que este fuera), mientras que Rocha da Silveira ni se lo plantea. Por contra, disfraza las más de dos horas de desahogo ideológico (y conste que a título personal, lo suscribo todo) con un buen puñado de clichés estéticos, tanto en lo visual como en lo sonoro

“Medusa” es un trabajo pulido y francamente elegante. Tanto a nivel artístico, como de montaje, el filme hace gala de un mimo por el detalle y por el culto a las formas, del que por ejemplo carecían los títulos anteriormente mencionados. Es esta una película que entra por los ojos desde su primera secuencia, donde las reminiscencias al giallo italiano en general y al cine de Dario Argento en particular, son más que evidentes. La banda sonora compuesta por Benardo Uzera (quien también había trabajo ya en “As boas maneiras”) supura a sonido “Goblin” por todos sus poros. 


“intenta abarcar mucho y termina quedándose a medias de todo. Empieza arreándole al fanatismo religioso para terminar apostándolo todo hacia una suerte de decálogo de la buena feminista” 


Medusa (Sitges 2021)
Rocha da Silveira, quien también firma el guion, nos propone de inicio una crítica contra el fanatismo religioso, trasportando la santa inquisición española al Brasil de hoy en día y poniendo sobre la mesa toda una ristra de malsanos vicios que versan sobre esa intolerancia galopante cada vez más arraigada en estos días. Las sociedades han empezado a involucionar hacia estadios que ya parecían superados y una catástrofe a nivel global como ha sido y es la pandemia, no ha hecho más que agudizar lo peor del ser humano. La homofobia, el machismo, la xenofobia y en general, el absoluto desprecio sectario hacia todo aquello que no entra en el encefalograma plano del neandertal de turno, parece ser una excusa tan válida como cualquier otra para dar rienda suelta a otro de esos “placeres culpables” tan arraigados al ser humano: la violencia, en cualquiera de sus formas. 


“Sí, lo que cuenta da miedo, pero para postularse al cine de terror, es necesario cruzar determinadas líneas y “Medusa”, no lo hace” 


Medusa (Sitges 2021)
“Medusa” intenta abarcar mucho y termina quedándose a medias de todo. Empieza arreándole al fanatismo religioso para terminar apostándolo todo hacia una suerte de decálogo de la buena feminista que poco o nada tiene que ver con el discurso inicial. Lo hace además, tanto una cosa como la otra, con una falta de sutileza tan exagerada, que temas tan serios como los que expone, terminan degenerando en parodia. Todo resulta tan gráfico y obvio, que la belleza de alguna de sus imágenes, se marchita ante la ausencia de ese componente alegórico, de ese universo interpretable y por tanto, moldeable por el espectador, que otorga profundidad a un cuadro. 

Medusa (Sitges 2021)
Y hablando de alegorías, metáforas y de la fina línea que separa el cine de terror de aquello que no lo es, no cabe duda de que si hay una película que guarde parecidos razonables con “Medusa”, esa es “The Neon Demon” (Nicolas Winding Refn, 2016). No solo por lo estético, también por la naturaleza del a historia, de nuevo con el coming of age como motor del relato, con un personaje femenino que se adentra en la senda del autodescubrimiento (Mari Oliveira coge el testigo de Elle Fanning) para terminar hallando su catártico destino. La diferencia es que la cinta de Refn estaba repleta de simbolismo, era una película que obligaba a la reflexión, mientras que “Medusa”, carece por completo de este rasgo. Otra diferencia fundamental entre ambos títulos, es el hecho de que a “The Neon Demon”, no se le puede negar su adscripción al género de terror, mientras que en “Medusa”, el único aval recae en todo ese preciosismo clásico y los ecos a viejas glorias del estilo. Sí, lo que cuenta da miedo, pero para postularse al cine de terror, es necesario cruzar determinadas líneas y “Medusa”, no lo hace

Lo mejor: A nivel visual y sonoro, es una experiencia seductora y entrañable. 

Lo peor: El mensaje es tan obvio y se transfigura de manera tan gratuita, que pierde buena parte de su fuerza. Que un festival como el de Sitges continúe apostando por propuestas tan cogidas con pinza como esta.


Sitges 2021, Belén Rueda y Ana Lily Amirpour, protagonistas

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Belén Rueda y Ana Lily Amirpour, protagonistas de la jornada inaugural de Sitges 2021 

La alfombra roja se pone de gala para estrenar la 54.ª edición del Festival con la presencia de la actriz homenajeada y la realizadora del título de apertura, 'Mona Lisa and the Blood Moon' 

Sitges 2021 ya es una realidad. De hoy en adelante, nos esperan once días cargados de títulos que recogen las últimas tendencias de un cine fantástico que late con más fuerza que nunca. Desde hoy hasta el próximo 17 de octubre, Sitges toma el pulso al género más reciente e innovador en un año marcado por la figura del hombre lobo y la bestia interior. Los últimos trabajos de directores consagrados convivirán con nuevas interpretaciones del fantástico en óperas primas estimulantes que sin duda llenarán los titulares de las crónicas de este Festival. 

La 54.ª edición ha arrancado hoy jueves dando el pistoletazo de salida con la clásica sesión para colegios del certamen, que este año ha hecho llegar a los más pequeños el debut en la dirección del experto técnico en efectos especiales, Yusuke Hirota, con su Poupelle of Chimney Town, uno de los títulos destacados de la sección Anima’t. De la misma categoría se ha presentado también Pompo: The Cinéphile (Eiga Daisuki Pompo-San), el nuevo largo del veterano realizador Takayuri Hirao, experimentado director de series y películas de anime como Death Note (2007) y Ataque a los titanes (2017). 

Directoras y actrices han centrado hoy todas las miradas de una edición que ha empezado premiando la trayectoria de Belén Rueda como indiscutible reina del grito estatal. La larga y exitosa carrera de la intérprete madrileña ha estado ligada al cine de género con papeles célebres como el que le valió la nominación a mejor actriz en los premios Goya con El orfanato (2007) o títulos que han pasado por Sitges como Los ojos de Julia (2010) y El cuerpo (2012). La actriz ha recibido el Gran Premio Honorífico de mano del director del Festival, Ángel Sala, y ha agradecido públicamente el reconocimiento antes de presentar, junto con los directores Lucas Paul ino y Ángel Torres, el corto inaugural de Sección Oficial que protagoniza, La inquilina. A continuación, la cineasta Ana Lily Amirpour ha dado paso al título que ha abierto Sitges 2021, Mona Lisa and the Blood Moon, un viaje nocturno acompañando a Jong-seo Jun, una chica con extraños poderes y habilidades especiales, en su reinserción en la sociedad tras huir de un centro de enfermos mentales donde había estado recluida.

Como cada año, la gala presentada por Melina Matthews y Dafnis Balduz, ha contado con los discursos de la directora de la Fundación, Mònica Garcia Massagué, y el director del Festival, Ángel Sala, congregando a autoridades como Beatriz Navas, Directora General del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales del Ministerio de Cultura y Deportes (ICAA), Natàlia Garriga, Consejera de Cultura del Gobierno de la Generalitat de Catalunya, Miquel Curanta, director del Instituto Catalán de las Empresas Culturales de la Generalitat de Cataluña (ICEC), Aurora Carbonell, alcaldesa del Ayuntamiento de Sitges, y Xavier Salmeron, regidor de Cultura del Ayuntamiento de Sitges. 

A mediodía la realizadora norteamericana y gran amiga del Festival, Ana Lily Amirpour, que ha comparecido en rueda de prensa acompañada de su perro Benny, se ha manifestado en relación al debate feminista: “Habrá igualdad cuando también se les pregunte a los hombres qué se siente dirigiendo películas siendo un hombre”. Respecto al optimismo que desprende su película, ha comentado: “Estamos constantemente inmersos en un sistema que nos destroza. Tengo la sensación que siempre estamos enfadados. Me gusta buscar las cosas bonitas dentro del caos donde estamos sumergidos. Soy consciente de que ser optimista es mucho más complicado, requiere cierto esfuerzo, pero no dejo de intentarlo”

La mirada femenina ha estado presente también en otros títulos de la primera jornada como el debut de Prano Bailey-Bond en la inmersiva Censor, el retorno triunfal de Julia Ducornau con la gran vencedora de Cannes 2021, Titane o la licántropa Bloodthirsty, dirigida por Amelia Moses. Respecto a otras secciones, se han podido ver el terrorífico thriller Le Calendrier (The Advent Calendar) de Patrick Ridremont, dentro de Panorama Fantàstic, Alien on Stage, original propuesta documentada por Danielle Kummer y Lucy Harvey de la adaptación teatral del clásico de 1979 de Ridley Scott en Sitges Documenta, o el humor negro licántropo de Werewolves Within (Josh Ruben, 2021). 

En el marco de actividades paralelas, entre hoy y mañana ya se podrán visitar algunas de las exposiciones que este año toman como referencia el leitmotiv de la bestia interior: “El retorno de Waldermar Daninsky” en el Estudi Vidal, “Werewolf Comix: Tributo al hombre lobo”, situada en la salida del Auditori para los espectadores, la exposición itinerante “Mujeres que dan miedo” en la Biblioteca Pública Santiago Rusiñol y Josep Roig i Raventós, y los dibujos realizados por los niños de las escuelas de Sitges en el Mercat Vell. También se ha habilitado ya la nueva King Kong Area que ofrece a los fans del Festival espacios para llenar el estómago, compartir experiencias, relajarse con vistas f ascinantes o adquirir algún recuerdo a la Fanshop Area. 

También han iniciado las actividades de industria con el Sitges Pitchbox online organizado por Filmarket Hub y Sitges, un evento internacional centrado en el desarrollo de proyectos de terror, ciencia ficción o fantasía, que este año está apadrinado por el director y guionista Mick Garris, y cuenta como jurados oficiales con Ana Díez, desarrolladora de series originales de ficción en Movistar+, la actriz, productora y creadora Nína Dögg Filippusdótti, y la Candela Izquierdo, productora ejecutiva de Federation Spain. Las series europeas presentadas han sido: Dark Road, In Your Skin, Madriz, Nexo y Bad Tee th (Strigoi).

Crítica: Gaia

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ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE EL TERROR ECOLÓGICO DE JACO BOUWER


Gaia (Sitges 2021)
Para algunas personas, las más conscientes, la colonización de la naturaleza por el ser humano ha alcanzado niveles catastróficos, desplazando el holoceno por el antropoceno, una era geológica caracterizada por la influencia humana sobre el funcionamiento global del planeta. Aunque me parece no es un sueño imposible servirse de la tecnología para alcanzar la sustentabilidad, hay miles de discursos ecologistas que nos hablan del ser humano como el mayor depredador de la historia, en pos de su autodestrucción


“un horror ecológico, donde más allá de asociarse, como fácilmente podría pensarse, hacía los horrores paganos y mitológicos; extiende sus redes fúngicas, hacía un relato de tintes abrahámicos” 


Gaia (Sitges 2021)
Para el beneplácito de estas mentalidades, el cineasta Jaco Bouwer dirige su primer largometraje, inspirado en la biología del hongo Ophiocordyceps unilateralis y su relación con la hormiga carpintera, apodada "la hormiga zombie". Una vez que la hormiga carpintera es infectada por este hongo, deambula hasta convulsionar, muriendo, posteriormente el hongo toma control del sistema nervioso central, apoderándose de su autonomía para reproducir sus esporas e infectar a otras hormigas, incluso camina y mueve sus mandíbulas. ¿Y si el huésped por excelencia no fueran las hormigas sino el ser humano? Un filme sudafricano que apuesta por un horror ecológico, donde más allá de asociarse, como fácilmente podría pensarse, hacía los horrores paganos y mitológicos; extiende sus redes fúngicas, hacía un relato de tintes abrahámicos, dominado por la paranoia y la oscuridad que ejerce la naturaleza sobre sus presas, capaz de revestirse de un manto sobrenatural. 

Gaia (Sitges 2021)
La historia en cuestión nos lleva a los espesos bosques de Tsitsikamma. Donde conoceremos a Gabi y a Winston, realizando su monitoreo de rutina del área, hasta que una extraña figura derriba el dron. Contrario a la opinión de Winston, Gabi decide ir a investigar. Gravísimo error, ya que al poco rato caerá en una trampa y herida acudirá a buscar refugio a una cabaña, la cual es habitada por Barend y su hijo Stefan (mismos que colocaron la trampa); un científico que decepcionado de la humanidad vive en aislamiento rindiendo culto a la Tierra. Al parecer su hostilidad hacia la modernidad y a la misma civilización será la menor de las preocupaciones para Gabi, cuando descubre que el bosque también está habitado por siniestras criaturas, que permanecen en constante acecho de todo ser humano, como si quisieran liberar a la Tierra de los detritos del mundo. 


“Técnicamente creo que es un filme irreprochable. Exprime al máximo sus recursos, con apenas cuatro personajes -pese a las fallas del guion- nos mantiene constantes” 


Gaia (Sitges 2021)
Un filme que a favor del misticismo recurre a la teoría -no solo a la mitología- del geólogo James Hutton (por ahí de 1760 proponía que la Tierra era un superorganismo viviente, y que de hecho debía ser estudiado desde la luz de la fisiología), para conciliar a la ciencia a través de Barend con la mística pagana, y así dotar a su historia de un halo sobrenatural. Sin embargo, pareciera que no es el punto medular de “Gaia” (2021), porque Bouwer no se enfoca en el misterio en torno a las criaturas. Muy pronto revela su origen, incluso tenemos imágenes llenas de nitidez de las criaturas y en más de una ocasión se nos sugiere y explica a viva voz, lo que está ocurriendo. Es aquí donde entra la otra cara del discurso de “Gaia”: las relaciones personales y de dominancia al entrar Gabi en la vida de Barend y Stefan, el primero, aislado del mundo por convicción y el segundo por obligación, criado desde la infancia por su padre, no conoce más que sus preceptos. 


“Una paleta de colores verde-caqui que destaca el entramado orgánico entre la flora y la carne, y la majestuosidad del bosque sin necesidad de recurrir a panorámicas clichés” 


Gaia (Sitges 2021)
El final... mencionaba esta palabra antes: bastante abrahámico y con un toque a Lars Von Trier (“Antichrist” del 2009), nos devuelve a la oscuridad, y es que con tal drama impuesto desde el primer tercio (padre-hijo-mujer invasora) y expuestas sus cartas, pierde mucho en cuanto a "terror" se refiere. Sobre el epílogo prefiero no mencionar nada. 

Gaia (Sitges 2021)
Técnicamente creo que es un filme irreprochable. Exprime al máximo sus recursos, con apenas cuatro personajes -pese a las fallas del guion- nos mantiene constantes, el audio rescata los sonidos inquietantes del bosque y el apartado audiovisual nos embelesa con los detalles de la naturaleza. En cuanto a la fotografía, Jorrie van der Walt maneja simultáneamente objetivos que van desde los 25mm a los 50mm, en áreas abiertas, y 100mm para las tomas macroscópicas y primeros planos. Una paleta de colores verde-caqui que destaca el entramado orgánico entre la flora y la carne, y la majestuosidad del bosque sin necesidad de recurrir a panorámicas clichés. También, en contra del típico movimiento vertiginoso, cámara en mano, opta por planos fijos que llegan a otorgar al bosque cierta claustrofobia. Los efectos especiales, una bonita fusión de arte digital y protésico. Un buen debut del sudafricano Bouwer, no tan satisfactorio para mí como el de su compatriota Ryan Kruger (“Fried Barry”... ojo, son películas COMPLETAMENTE diferentes), pero siempre es grato ver que cada día hay más países producen cine de Terror y Fantástico.



Crítica: Caveat

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KRUEGER NOS HABLA SOBRE EL ENIGMÁTICO Y DESCONCERTANTE TERROR GÓTICO DEL DEBUTANTE DAMIAN MCCARTHY


Caveat (Sitges 2021)
Una imagen. A veces es suficiente simplemente con eso. Tampoco es descabellado; principalmente porque vivimos en una sociedad en la que todo entra por los ojos (más que nunca) y hasta la cita, o la frase positivista del día, debe ir acompañada de un dibujo o una fotografía bien hermosa. Fíjate como estamos, que hasta la palabra escrita vive sometida a la tiranía de la imagen; ya no es que hablemos de portadas para libros, sino de estampas que acompañen frases. Tiene cojones. Sea como sea, una imagen fue suficiente para adentrarme en las entrañas de “Caveat” (Damian Mc Carthy, 2020). Afortunadamente no me basé en una preciosa puesta de sol junto a un libro, ni en un tipejo, de cuerpo que nunca lograré, sudando estéticamente en un gimnasio. Yo, hombre de placeres mundanos y sencillos (que no simplistas), me vi más que satisfecho con una zarrapastrosa figura de conejo tocando el tambor. 


“juega con inteligencia el disponer de (prácticamente) un solo escenario para toda su historia: el espectador nunca termina de tener claro la distribución espacial de la casa” 


Caveat (Sitges 2021)
“Caveat” supone mi primer desengaño, dentro del reciente romance, con el canal de televisión Shudder, plataforma a la que llevo tocando las palmas unas cuantas reseñas ya. No estamos, ni mucho menos, frente a una mala película, pero sí que estamos frente a una obra ciertamente insatisfactoria, especialmente si analizamos el devenir de la historia que plantea McCarthy. 

Caveat (Sitges 2021)
Lo mejor de “Caveat” se encuentra en sus instantes iniciales, aquellos en los que el desconcierto se apodera del espectador. Absolutamente todo son interrogantes y no entendemos muchas de las situaciones, ni de las decisiones que toman los personajes. Lo que nos rodea es desconcertante, lo que unido a un excelente trabajo de atmosfera y diseño de producción (esa casa destartalada), consigue un (relativamente) asfixiante clima de inquietud, apoyado en alguna secuencia cercana al escalofrío; que al igual que la propuesta general, no termina de explotar. No es casualidad que, apoyando esa sensación de extrañeza con la que se pretende bañar todo, el protagonista de la historia acabe de salir de un accidente con un considerable episodio de amnesia. Del mismo modo, en un recurso hábil por parte del director, “Caveat” juega con inteligencia el disponer de (prácticamente) un solo escenario para toda su historia: el espectador nunca termina de tener claro la distribución espacial de la casa, asemejándose está a un laberinto de esquinas y secretos ocultos. 


“una propuesta que se muestra francamente potente en sus primero veinte minutos, aquellos en los que se agarra a la máxima de menos es más” 


Caveat (Sitges 2021)
Es “Caveat” una propuesta sencilla, de casi concepción teatral y no disimulados elementos góticos: una de las sorpresas de la película traerá, sin lugar a duda, a vuestra imaginación a uno de los padres de la literatura de terror gótico. El film une esos elementos conceptuales, digamos, clásicos con una puesta en escena que juega constante con el fuera de campo y con los reflejos de la mirada. 

Caveat (Sitges 2021)
También puede verse cierta influencia del estilo de James Wan; especialmente en la mejor secuencia de la película, en la que con apenas un plano/contraplano y un gorro de lana, se consigue erizar la pelambrera del cogote. Es una auténtica lástima que esa apuesta por el terror absoluto termine quedando en un segundo plano, una vez que todas las cartas están sobre la mesa. Esa traición a la idea inicial, que no abandono, es el principal motivo de mi desencanto final, con una propuesta que se muestra francamente potente en sus primero veinte minutos, aquellos en los que se agarra a la máxima de menos es más: un cuadro en una pared es suficiente para dar pavor. Tampoco juega a su favor que ese cambio de tercio se vea acompañado de problemas en el ritmo, convirtiendo ciertos pasajes en secuencias repetitivas, que giran constantemente alrededor de una situación que no puede exprimirse más.


“Tampoco juega a su favor que ese cambio de tercio se vea acompañado de problemas en el ritmo, convirtiendo ciertos pasajes en secuencias repetitivas” 


Caveat (Sitges 2021)
Una vez finalizado el metraje, que en mi opinión podría haberse apurado aún más, uno tiene la pregunta de porque McCarthy no decidió apostar todo a la podredumbre y a la extrañeza (un tipo encadenado cuidando a una esquizofrénica en una isla… ¡toma ya!), cuando claramente era el caballo ganador; y en su lugar apostar por caminos más trillados y a la postre mucho menos satisfactorios. La esperanza radica en el hecho de que estamos frente a un debut, por lo que a nada que McCarthy afine más, estaremos frente a un creador muy interesante. 

Y me despido entonando un mea culpa, tengo que dejaros. El tiempo corre y debo compartir la canción que he escuchado, la película que he visto y donde he estado en mi triste, cotidiana y aburrida existencia diaria. Ojalá alguien me pida que cuide a su sobrina chalada en una isla dónde Cristo perdió el mechero. Seguro que se podrían sacar unas fotos fantásticas para el Instagram en esos parajes.


Crítica: In The Earth

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ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE EL NUEVO TRABAJO DEL SIEMPRE CONTROVERTIDO BEN WHEATLEY


In the Earth póster
Ben Wheatley es un cineasta británico que con el paso de los años ha demostrado que no es necesario "venderse" a la industria del cine para ser aceptado, al menos en su país. Desde sus humildes comienzos con cortometrajes animados y brevísimas ediciones de vídeo, de hecho es con el vídeo viral “A cunning stunt” (lo puedes encontrar en dailymotion) que es notado, a su paso por Hollywood con el remake (no muy exitoso) de Alfred Hitchcock, “Rebecca” (2020). 


“Una premisa que nos remite al cine de terror más clásico, en el que un grupo de personas se adentrará al bosque para morir a manos de algún asesino o entidad sobrenatural” 


pareja protagonista in the earth
En el transcurso de su carrera se han notado dos tipos de cine, uno mucho más convencional y claro, con mayor presupuesto: “Free Fire” (2016) o “High-Rise” (2015) con Tom Hiddleston, y otro tipo de cine más rústico y depurado: “Kill List” (2011), “Sightseers” (2012) o “A Field in England” (2013), sin duda, con mayor personalidad. Un tour-de-force negrísimo que deflagra entre el terror más oscuro y una psicodelia de tintes vanguardistas. ¿Qué todo esto suena extraordinario? No, no... es más complicado. No es un cine fácil de ver, tan complejo y enigmático como absurdo, depende del ojo que lo mire

Reece Shearsmith in the earth
Su último largometraje, “In The Earth” (2021), concebido, escrito y producido durante la pandemia, bebe precisamente de estas características de autor, haciéndolo, desde ya lo comento, una película no apta para todos. Con miras al cine slasher, Wheatley lleva su terror atmosférico a un presente en donde una pandemia ha azotado al mundo, obligando a sus sobrevivientes a recurrir al aislamiento social, estrictos protocolos sanitarios y pruebas rápidas… ¿Bastante familiar, no? Su perspectiva, aparentemente más catastrófica respecto a nuestra realidad, ha virado la ansiedad a miedos más profundos y primitivos, generando un desapego por la ciencia a favor de las supersticiones, el misticismo y las ciencias ocultas


“Por desgracia In The Earth no logra la originalidad o el bizarro atractivo de sus otras películas, tanto a nivel narrativo, de suspenso y cinematográfico” 


asesino con hacha en el bosque
La historia narra la llegada de Martin, un especialista agrícola, a las instalaciones de un centro de investigación ubicado a las afueras del bosque. El objetivo es por una parte, estudiar las características del suelo inusualmente fértil y a su vez, dar con el paradero de la Doctora Olivia Wendle, con quien yace su corazón y mente; la Dra Wendle meses atrás fue enviada a dicha región con el mismo objetivo que Martin, ¿Qué ha sido de ella? Nadie lo sabe. Una tarea difícil de lograr considerando que su hábitat natural es el laboratorio, pero afortunadamente contará como guía con la guardabosques Alma, experta en el terreno y la supervivencia al aire libre. 

ben wheatley nueva película
Una premisa que nos remite al cine de terror más clásico, en el que un grupo de personas se adentrará al bosque para morir a manos de algún asesino o entidad sobrenatural. Y por aquí va la historia… Sin embargo, no es tan común la propuesta de Wheatley. Inmersos en el bosque pronto nuestros personajes serán atacados anónimamente, heridos y sin recursos, tropezaran con Zach, un indigente que vive ilegalmente en el bosque. Más educado y amable de lo que se pensaría les brindará su ayuda, ¿Spoiler? no lo creo, es bastante obvio. Una ayuda que se arrepentirán de haber aceptado, ya que Zach tiene planes muy específicos para ellos y en pos de su adoración hacia la fuerza ominosa que reina el bosque; abatiendo la realidad a favor de la nigromancia y el folclor alemán del Siglo XV. Obligando a todo ser viviente por medios intangibles a permanecer lejos de su mundo enfermo. Un ceremonial de efectos caleidoscópicos, estroboscópicos y distorsiones auditivas


“El guion se percibe desordenado, dejando sus mejores momentos a sus escasos estallidos de humor negro y gore, y al recuerdo alucinógeno de A Field in England, aunque está muy lejos de esa película”


Ellora Torchia in the earth
Por desgracia “In The Earth” no logra la originalidad o el bizarro atractivo de sus otras películas, tanto a nivel narrativo, de suspenso y cinematográfico. Más allá de los recursos limitados con los que contó (en el pasado nos ha demostrado su director que no es un obstáculo) me parece que los defectos caen en el diseño de los personajes, son creíbles (nadie porta habilidades que no merezcan, en Martin tenemos el ejemplo más claro) pero son tan poco carismáticos que no consiguen despertar al menos mi interés. En cuanto al folclor, goza de una rica imaginería pagana (un monolito, artilugios de mimbre, incluso hay imágenes del Malleus Maleficarum de Kramer y Sprenger), pero se contrapone al factor humano, Wheatley se demora mucho en establecer el origen real de la amenaza, si es el humano en su delirio o aquella entidad ancestral. 

in the earth de ben wheatley 2021
El guion se percibe desordenado, dejando sus mejores momentos a sus escasos estallidos de humor negro y gore, y al recuerdo alucinógeno de “A Field in England”, aunque está muy lejos de esa película. Y es que también su lenguaje cinematográfico no ofrece nada que nos sorprenda, algunas tomas aéreas, seguidas de la cámara en mano en medio del bosque y una fotografía la mayoría de las veces austera, reduce el poderío visual del bosque, incluso parecería que estamos en una pequeña parcela, la nubosidad de su último tercio destaca, pero llega un poco tarde. Se agradece la sinceridad del proyecto y el apego del director y guionista a sus raíces. Aún así, creo que pocos que no conozcan el cine de Wheatley la disfrutarán, sugiero probar antes con la mencionada “A Field in England” o “Sightseers”, y si les ha conquistado, probar con “In The Earth”. Una película con su sello impreso, pero una obra menor en comparación al resto de su filmografía.


Crítica: The Feast

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DONNIE NOS HABLA SOBRE LA QUE HASTA LA FECHA ES, LA PELÍCULA MÁS CONTROVERTIDA DE ESTE SITGES 2021


The Feast (Sitges 2021)
Esta es una de esas películas en las que te quedas pensando en lo grande que podría haber sido si su director Lee Haven Jones, hubiera encontrado el punto justo a la hora de plasmar en imágenes la historia escrita por Roger Williams, y si este hubiera sabido pulir un guion que aunque apunta maneras se queda un poco, al menos en su primera parte, en tierra de nadie. Puede que el mayor problema de esta película sea el ritmo elegido por Jones para situar al espectador en la historia, para dar a conocer a sus personajes y sus motivaciones, no siempre correctamente explicadas. La lentitud es la marca de la casa y algo presente durante gran parte de su metraje y para un espectador que no esté habituado a las cintas pausadas, que no esté por la labor de ver una película de este tipo o que simplemente esté un poco cansado o con sueño, esta propuesta se le puede hacer un poco cuesta arriba. 


“un espectáculo que me gustó y con el que disfruté, y eso a pesar de que ciertos momentos enfermizos y un tanto sádicos son mostrados con demasiado recato” 


The Feast (Sitges 2021)
Pero quién muestra paciencia, acaba recibiendo su recompensa, y 'The Feast' al menos en mi caso, acabó ofreciéndome un espectáculo que me gustó y con el que disfruté, y eso a pesar de que ciertos momentos enfermizos y un tanto sádicos son mostrados con demasiado recato. Si Williams y Jones se hubieran atrevido a cruzar la línea de forma clara y directa, esta hubiera sido una cinta que hubiera encandilado a más de uno. Pero el director y el guionista parece que tiran la piedra y esconden la mano, no se atreven a mostrar, en muchos momentos solo sugieren, y lo que queremos de una cinta que se proyecta en Sitges es terror y carnaza o al menos mucho desasosiego. 

The Feast (Sitges 2021)
De alguna manera resulta imposible no pensar en 'The Invitation' (2015) de Karyn Kusama por el hecho de estar otra vez ante una película que narra la cena y los momentos previos para una familia y un grupo de amigos. Como en esta , 'The Feast' (2021) se toma su tiempo pero Jones no se ve tan diestro a la hora de ir haciendo crecer la tensión poco a poco como si conseguía hacer Kusama. Y es que muchos espectadores podrán tener la sensación de que Jones y Williams tienen formas demasiado pausadas, que pierden mucho tiempo en intentar construir unos personajes que se quedan en la superficie, sobre los que no se profundiza demasiado y que llegado un momento parece que les entran las prisas por explicar todo lo que ocurre, resultando a veces demasiado forzado o poco natural. Parece que Jones y Williams se han querido poner el disfraz de Lanthimos y Efthymis Filopous pero a día de hoy, les viene grande. Ese tedio que parece que se nos va apoderando poco a poco, es roto por Jones con una serie de enigmáticos flashbacks que consiguen desesperar el interés del espectador sobre aquello que está viendo, lo que no deja de ser un recurso interesante aunque demasiado simple. 


“Jones y Williams se han querido poner el disfraz de Lanthimos y Efthymis Filopous pero a día de hoy, les viene grande” 


The Feast (Sitges 2021)
Puede parecer por lo escrito que la puntuación final es un tanto extraña, pero esta es una de esas cintas que sin despertar especial interés durante su primera parte, saben llegar a un clímax final que gusta, que deja muy buen sabor de boca y que consigue hacer que el recuerdo de esta película sea grato. 'The feast' es una cinta irregular, con sus fallos pero que de alguna manera consigue caernos simpática, porque puede simplemente que detrás de ese sadismo y esos toques un tanto enfermizos, estemos simplemente ante una cinta muy inocente y eso al menos para la persona que escribe estas líneas tiene su encanto.


“una obra total y absolutamente imperfecta, pero es tal el desenfreno de la última parte de la misma que si se aguanta hasta ese momento, esta se puede disfrutar mucho” 


The Feast (Sitges 2021)
Tiene 'The Feast' una protagonista a la que da vida una Anne Elwy que busca crear misterio pero no lo consigue y donde por momentos parece que su única función es pasear, poner caras y vomitar. Otro de los fallos de esta cinta puede ser ese, el no conseguir crear un personaje principal misterioso como pocos y como una historia así necesitaría No tienen el resto de actores papeles para brillar por lo que sus actuaciones no dejan de ser correctas y poco más. No recordaremos el trabajo de ningún de ellos después de un tiempo. Sí tiene en cambio 'The Feast'una muy cuidada estética y una forma de dividir la historia en diversos capítulos que resulta de lo más interesante. 

Puede que no hubiéramos prestado mucha atención a la cinta dirigida por Lee Haven Jones si no hubiera estado presente en un festival como Sitges, como por ejemplo pasó el año pasado con 'Mosquito State' (2020) de Filip Jan Rymsza. Puede que volver a encontrarse con cierto mensaje tirando a ecologista nos sature, puede que esta sea una obra total y absolutamente imperfecta, pero es tal el desenfreno de la última parte de la misma que si se aguanta hasta ese momento, esta se puede disfrutar mucho. Lastima que el buen sabor de boca con el que nos quedamos al final se vea empañado con demasiados peros. 

Lo mejor: El tramo final de la película. 

Lo peor: Ese ritmo que puede cansar a más de uno. Los personajes se quedan muy en la superficie. Algunas explicaciones o situaciones resultan un tanto forzadas.


Sitges 2021, WomanInFan a la palestra

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Sitges presenta la iniciativa WomanInFan en un día marcado por el estreno mundial de ‘Visitante’

Jornada multitudinaria en la alfombra roja de hoy viernes con la presencia de los equipos de ‘The Execution’, ‘Visitante’ o ‘The Deep House’, entre otros 

La segunda jornada del Festival ha llegado cargada de historias sobre realidades paralelas, la influencia de los video nasty, asesinos en serie soviéticos o casas encantadas en el fondo del agua. Todas estas propuestas han llegado al público de Sitges para mostrar que el cine fantástico puede surgir desde cualquier ángulo. 

El equipo de Visitante ha abierto la jornada del viernes en Sitges presentando en rueda de prensa el debut de Alberto Evangelio, una cinta de ciencia ficción que conjuga elementos de universos paralelos en la línea de títulos vistos en Sitges como "Coherence" con una historia de cariz intimista que habla desde la cotidianidad de temas como la maternidad y las consecuencias de las elecciones personales. En el encuentro, el director ha hecho referencia a la ambigüedad de la película: “Mi intención era plantearle al público este esfuerzo en el visionado. Me parece interesante cuando el espectador hace un trabajo para entender lo que se está proponiendo en la historia. Cuando se genera un debate posterior a la proyección. El fan del fantástico está más acostumbrado que ningún otro a este tipo d e películas que se acercan a la ciencia ficción”

A continuación ha sido el turno de Censor con la presencia de su directora, Prano Bailey-Bond, el co-guionista Anthony Fletcher y la productora Helen Jones, que han comentado respecto a la idea de la censura al cine y la relación entre el terror y la violencia.“La idea surge tras leer un artículo sobre la censura en el Reino Unido durante los años 80, un momento en el que se censuraban la sangre y los pechos. En aquella época los censores eran casi todo hombres y yo quería explorarlo desde la perspectiva de una protagonista femenina”, ha explicado la realizadora. El coguionista ha añadido que “era una época muy asociada a los ‘video nasty’ y a cómo los políticos culpaban a estas películas de todo lo negativo que sucedía en la sociedad, cuando era el mismo sistema político quién lo generaba”. Prano ha hablado también sobre la situación actual de la censura: “Actualmente no hay tanta en el cine inglés, pero si paradójicamente en las redes sociales, dónde no es posible ni publicar una fotografía donde se vean unos pezones. Hay bastante temor a cómo nos comunicamos, qué decimos y cómo recibimos información a día de hoy”

Siguiendo con los encuentros de prensa, ha tenido lugar la presentación de la XVI edición del Premio Minotauro, que este año ha sido otorgado a Fabián Plaza por su novela, Más fría que la guerra. Cerca de mediodía, la premiada Belén Rueda ha comparecido ante los periodistas para hacer un repaso a su trayectoria en motivo del Gran Premio Honorífico que recibió ayer en el Auditori. La actriz ha repasado su trayectoria poniendo énfasis en su relación con el género fantástico, del que ha afirmado que “da mucha libertad para explicar historias, habla de sentimientos y los lleva a extremos donde otros géneros no pueden llegar porque se salen de la realidad”. Respecto a festivales de género como Sitges, cree que “están consiguiendo que en otros certámenes más generalistas se empiece a hablar del fantástico con los mismos términos de calidad que el dramático o social”

Entre los títulos destacados proyectados hoy se encuentran el retorno de los enfants terribles Julien Maury y Alexandre Bustillo con The Deep House, una sorprendente aproximación al sobrenatural bajo el agua que compite en Sección Oficial junto con otras obras como la británica The Feast (Glwedd) de Lee Haven Jones, la cinta china de espionaje Impasse, de Zhang Yimou, o el violento thriller ruso The Execution, presentado por su director Lado Kvataniya, quien también ha pasado por la alfombra roja antes de la proyección en el Auditori. 

De los eventos de industria de hoy, ha destacado la presentación de la iniciativa WomanInFan, proyecto que reivindica la figura de la realizadora dentro del cine fantástico. En la mesa redonda, moderada por la directora de la Fundación, Mònica Garcia i Massagué, han participado la actriz Belén Rueda, las realizadoras Prano Bailey-Bond y Ana Lily Amirpour, y la productora Helen Jones, así como las becadas del programa, Laura Ferrés, Irene Moray y Anna Moragriega. También ha tenido lugar Sitges Tabook’s, con la participación especial del director, productor y guionista Pedro Olea que ha hablado sobre la adaptación de El bosque de Ancines de Carlos Martinez- Barbeito en El bosque del lobo

La alfombra roja ha puesto punto y final al segundo día de Sitges 2021 con la llegada de los directores Oriol Paulo, Victor García y David Pérez Sañudo, que han presentado los teasers de Los renglones torcidos de Dios, La niña de la comunión y el cortometraje Au pair, incluido en Sección Oficial, respectivamente.

Crítica: Coming home in the dark

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MISSTERROR NOS HABLA SOBRE LA SALVAJE ÓPERA PRIMA CON DENOMINACIÓN DE ORIGEN DE JAMES ASHCROFT


Coming home in the dark (Sitges 2021)
Hay un componente del que el que un buen thriller no puede escapar: El pasado. Pocos thrillers mantienen una simple mirada presente o futura, la mayoría obligan a la observación retrospectiva como punto de apoyo de una violencia pendiente. “Coming home in the dark” se nutre de todos los elementos que conforman un buen thriller para que pasado y presente se sienten al volante de un vehículo con la potencia suficiente para atropellarte una y otra vez. Preparaos para ser arrollados porque desde Nueva Zelanda nos llega un buen mazazo. 


“Ashcroft, director y guionista, busca cada momento en el que el espectador esté con la guardia baja para ir manejando los hilos y modelando a antojo las emociones a golpe de guion” 


Coming home in the dark (Sitges 2021)
“Coming home in the dark” (2021) es la película con la que debuta James Ashcroft en el formato largo, tras casi diez cortometrajes a su espalda. En su puesta de largo, escoge el thriller para dar formar al horror. Un horror seco y brutal que se introduce en la narración inesperadamente, para que la tensión que desde los primeros compases se engendra, no te abandone ni un maldito segundo durante toda la película. 

Coming home in the dark (Sitges 2021)
La historia parte del contraste de un tranquilo día de excursión familiar por los bellos parajes neozelandeses con la irrupción en el picnic de un par de vagabundos sin escrúpulos. Cosas del destino, cosas de las coincidencias, cosas de encontrarse en el sitio equivocado en el momento equivocado o cosas de una simple palabra que nunca debió ser pronunciada, lo que debía ser un momento para recordar en familia, se convierte en la más salvaje de las experiencias. Y quiero dejar claro que por mucho que estas palabras os transporten mentalmente al típico survival (incluso con nombre propio por aquello de la proximidad a Australia), “Coming home in the dark” no va de eso. En esta película, Ashcroft, director y guionista, busca cada momento en el que el espectador esté con la guardia baja para ir manejando los hilos y modelando a antojo las emociones a golpe de guion


“lo que se podría clasificar como una road movie salvaje, plantea diferentes puntos de vista sobre una serie de realidades que, cuando menos, obligan a aparcar la indiferencia tocando temas en extremo delicados” 


Coming home in the dark (Sitges 2021)
“Coming home in the dark” lleva el peso del pasado sobre muchos hombros y consigue así invitar a la reflexión y dar giros a la narración para que los cambios de posición del espectador sean constantes. Para ello, lo que se podría clasificar como una road movie salvaje, plantea diferentes puntos de vista sobre una serie de realidades que, cuando menos, obligan a aparcar la indiferencia tocando temas en extremo delicados sin despegarse ni un solo segundo de esa tensión que encoge el estómago. 


“llegado a cierto punto, Coming home in the dark deja de ofrecer novedades y se regodea constantemente en las mismas ideas (aunque no por ello deja de ser interesante en ningún momento)”


Coming home in the dark (Sitges 2021)
Con una primera mitad tan brutal como la que tiene, no es de extrañar que baje un poco el listón en el desenlace. Aun así, el colofón está a la altura de todo lo vivido anteriormente. Es difícil escapar de la sensación constante de rabia, conflicto moral, justicia y locura que la película plantea, pero también es cierto que llegado a cierto punto, “Coming home in the dark” deja de ofrecer novedades y se regodea constantemente en las mismas ideas (aunque no por ello deja de ser interesante en ningún momento). Obviamente, la capacidad de agarrarnos sin que podamos soltarnos no solo se consigue gracias a un gran guion, sino también gracias a que técnicamente es excelente. Con un casting de quitarse el sombrero, donde destaca un asombroso Daniel Gillies, una desoladora fotografía, una sobria puesta en escena o una áspera banda sonora, “Coming home in the dark” muestra una seguridad apabullante. 

Esta película es una patada en la boca del estómago para recordarnos que a veces los demonios mentales que nos persiguen durante años, se convierten en demonios reales con sus propios demonios que solo dirigen al lugar donde, inevitablemente, muchas veces vas a parar. Pero ¿Qué pierdes cuando no tienes nada que perder? Ojalá pudiéramos perder ese pasado del que ningún thriller puede escapar.


Crítica: Seance

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MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE EL DEBUT DE LARGO EN LA DIRECCIÓN DE UN HABITUAL DEL GÉNERO SIMON BARRET


Seance (Sitges 2021)
Previsible es un adjetivo de origen latino que, según el diccionario de la RAE, significa: “todo aquello que se puede anticipar antes que suceda a partir de determinados indicios”. El término normalmente se utiliza de forma peyorativa para calificar a aquellas personas, acciones o acontecimientos que, a priori, resultan manifiestamente obvios y poco originales. Algunos sinónimos de previsible serían: presumible, imaginable, pronosticable, probable, manido, trillado, tópico o sobado. 


“Seance es fundamentalmente un slasher al uso. Eso sí, siendo completamente justos y honestos, la película tiene algunos elementos que le proporcionan una cierta pátina curiosa” 


Seance (Sitges 2021)
Imagino que si empiezo mi análisis con la palabra “previsible” supondremos sin demasiada dificultad por donde pueden ir los tiros con esta película. Ahora bien, antes de que alguien se lleve las manos a la cabeza, debemos señalar que algo previsible no es necesariamente malo. La vida está llena de situaciones, personas, relaciones, momentos y lugares que son previsibles y que es esa sencilla característica la que motiva, ni más ni menos, que nos sintamos cómodos y confortables con ellos. Como todo, la vida es cuestión de perspectivas, puntos de vista y marcos mentales. 

Seance (Sitges 2021)
En primer lugar y para no andarnos por las ramas diremos que “Seance” (2021) es fundamentalmente un slasher al uso. Eso sí, siendo completamente justos y honestos, la película tiene algunos elementos que le proporcionan una cierta pátina curiosa. El padre de la criatura es Simon Barrett, un guionista que debuta en la dirección de largometrajes con esta cinta y al cual le debemos los libretos de películas que van de lo estimable (“Tú eres el siguiente”), pasando por lo meramente funcional (“Blair Witch”) y llegando a lo directamente abominable (“Frankenfish: la criatura del pantano”). En su haber esta también haber guionizado varios segmentos de las dos primeras partes de “V/H/S” y “The ABCs of Death”. En definitiva, nos encontramos ante alguien que conoce el género y que ha demostrado que tiene cierta capacidad para escribir historias que, como mínimo, resultan interesantes. 


“Las interpretaciones, en su mayoría, son de vergüenza ajena, la historia es muy previsible, narrativamente no hay nada destacable, los sustos son inexistentes, las muertes en su mayoría se producen en off” 


Seance (Sitges 2021)
Hechas las presentaciones iniciales, llevemos a cabo un ejercicio de metaficción. Imagínense al señor Simon Barrett cómodamente sentado delante de su ordenador escribiendo el guion de “Seance”. Dentro de su mente bullen las ideas. Sabe que quiere dirigir un slasher, pero lo cierto es que también le interesan ciertos conceptos, sobre todo estéticos, del giallo (en el fondo no dejan de ser géneros primos hermanos). ¡Y qué decir del cine paranormal! Todos saben que hoy en día los espíritus venden un montón. Y entonces le viene a la mente una vieja película española del año 1969 titulada “La residencia” y piensa. ¡Pues mira que esa película tenía algunas buenas ideas! Un internado de señoritas, una estricta directora que tiene un hijo, una ambientación gótica… ¡Como en “Suspiria”! piensa de nuevo. Y bajo estas premisas escribe dos tercios de la película. 

Seance (Sitges 2021)
Semanas después, cuando está leyendo el resultado de su trabajo, frunce el ceño. La verdad es que al final le ha quedado la cosa un poco convencional. Ciertamente la historia tiene elementos para funcionar entre el público mainstream: un grupo de chicas modernas que cumplen la cuota de diversidad étnica (en su cabeza ya ha ideado un casting compuesto por actrices de treinta años a las que hará pasar por alumnas de Secundaria), la presencia del juego de la ouija, un asesino estéticamente inspirado en el que salía en la exitosa “Feliz día de tu muerte” (2017), algún porro, poquita sangre, diálogos insustanciales. Pero Barrett pero no está del todo satisfecho con su trabajo. Si, ha escrito un slasher, pero su estructura es tan simplona que cualquier aficionado de medio pelo va a adivinar el orden del body count sin ningún tipo de problemas. Además, la parte sobrenatural ha quedado como un poco desdibujada y lo del gótico… En fin, que ambientarlo en un edificio del siglo XIX y poner a una directora caracterizada como si fuera de la misma época no es lo que él había imaginado. Y Barret cavila: “Vaya, yo que quería hacer algo original y fusionar varias corrientes genéricas y al final lo que he me ha salido es un slasher del montón que, sinceramente, parece escrito a mediados de los noventa”. Y se toca meditabundo la barbilla: “Si es que por no poner, no he puesto ni violencia gráfica”. Esto hay que solucionarlo de inmediato. 

Dicho y hecho. Es en ese momento cuando nuestro protagonista se sienta frente a su portátil, se sirve un J&B (homenajeando a los clásicos) y empieza a escribir un último acto que será un puro desmadre. Es ahí donde se introduce un giro medio inesperado (y lo de medio lo he puesto con toda la intención, que algunas cosas se veían venir desde el principio), toda la hemoglobina que hasta el momento no habíamos visto, situaciones imposibles, féminas desatadas y motivaciones loquísimas por parte de los personajes. Por supuesto en este final no puede faltar un toque de empoderamiento femenino y un guiño al colectivo LGTBI. Y a rodar. 


“el final es un puro desmadre. Toda la violencia y desvergüenza que faltaba a lo largo de la película desembocan en un acto final absolutamente delirante” 


Seance (Sitges 2021)
Espero que si algún día el señor Simon Barrett lee está crítica no se enfade demasiado con este humilde cronista, pero es que la película es básicamente lo que he descrito en las líneas anteriores. Por simplificarlo, “Seance” es un slasher en el que se han intentado integrar elementos provenientes de otros géneros del cine fantástico sin demasiado acierto. La película es una ensalada insulsa compuesta por ingredientes muy mal combinados y que, en el fondo, no dejan de ser anecdóticos dentro del conjunto de la trama. Creo que el director hay un momento que no sabe muy bien que hacer con ellos (toda la parte sobrenatural, por llamarla de alguna manera, esta espantosamente resuelta) y los va obviando en pro de una historia mucho más convencional que hemos visto cincuenta mil veces. Esta indefinición lastra el resultado final que, pudiendo haber sido una propuesta original, se queda en esa tierra de nadie de los productos sin personalidad. 

Seance (Sitges 2021)
Las interpretaciones, en su mayoría, son de vergüenza ajena, la historia es muy previsible, narrativamente no hay nada destacable, los sustos son inexistentes, las muertes en su mayoría se producen en off. He leído por ahí comentarios que definen a la película como un neogiallo. La verdad es que no acabo de entender la manía que les ha dado últimamente a algunos con lo de ver giallos donde no los hay. Vamos, que por poner una explicación final absurda (y les aseguro que esta lo es), mostrar un primer plano de un ojo amenazado por un objeto punzante o utilizar colores rojos y música estridente en una escena en concreto, no convierten a una película en un giallo. Sinceramente creo que hay que digerir un poco mejor ciertas recetas. Algo muy parecido se ha vivido con la muchísimo más interesante “Maligno” (2021). 

Seance (Sitges 2021)
Hay que reconocerle que el final es un puro desmadre. Toda la violencia y desvergüenza que faltaba a lo largo de la película desembocan en un acto final absolutamente delirante. Divertido, lo compro, pero un delirio que rompe con todo el tono anterior y todavía potencia más la idea de que estamos ante un producto deslavazado y desnortado en el que las buenas intenciones se han impuesto sobre el resultado final. Desde mi punto de vista “Seance” es un slasher del montón cuyo final, a buen seguro, provocará más de una carcajada en su pase por los festivales especializados. El resto es simplemente una película previsible que no aporta nada nuevo al género y deja en suspenso la carrera de un guionista reconvertido a director al que le debemos algunos muy buenas historias. El tiempo nos dirá hacia donde se dirige su carrera.


Sitges 2021, Alex de la Iglesia y Noomi Rapace la lían este sábado

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La Venecia enloquecida de  Álex de la Iglesia y el amor violento de Noomi Rapace sacuden el primer sábado de Sitges 

El inicio del largo fin de semana ha llegado repleto de propuestas extremas como la violencia cruda de la neozelandesa ‘Coming Home in the Dark’ o la contundente respuesta zombi taiwanesa de ‘The Sadness’ 

Con la llegada del puente de octubre, Sitges se ha llenado hasta arriba para celebrar la vuelta a la vida impulsada por la apertura del ocio nocturno y, sobre todo, por una programación fantástica de primer nivel en todos los espacios del Festival. A pesar de que la popular jornada anual de la Zombie Walk todavía no se puede celebrar, al Festival no le han faltado iniciativas para suplir un acontecimiento tan relevante para el público fantástico. 

El día ha arrancado con la rueda de prensa de The Trip (Y Onde Dager), de Tommy Wirkola, con la presencia estelar de la actriz protagonista Noomi Rapace y los guionistas Nick Ball y John Niven, que han explicado que escribieron la película como una forma de divertirse y desconectar durante el confinamiento. Rapace, que ha citado a Linda Hamilton y Sigourney Weaver como dos de sus modelos referentes, ha hablado sobre su participación en dos películas incluidas en la Sección Oficial de este año, la presente y Lamb, de Valdimar Jóhannsson: “Ha sido un gran honor interpretar estos dos personajes que son tan opuestos el uno del otro. Con ‘Lamb’ he podido volver a mis raíces escandinavas con un personaje nada vanidoso, una mujer sumergida en un dolor profundo por una pérdida. Por el contrario, Lisa de ‘The Trip’ es absolutamente vanidosa y refleja de manera muy evidente el odio que siente hacia su marido. Las dos tienen algo de mí”

A continuación, Julien Maury y Alexandre Bustillo han comparecido también ante la prensa para hablar de su última incursión en el cine de terror con The Deep House. Sobre las dificultades técnicas que comporta un rodaje bajo el agua han explicado que “lo más difícil era comunicarse con los actores bajo el agua mientras nosotros controlábamos en la superficie. Tuvimos que utilizar dobles especializados porque era muy complicado tener a los actores doce horas diarias bajo la agua”. Respecto a las localizaciones de rodaje, Bustillo ha apuntado: “Rodamos en un tanque de agua de seis metros en un estudio que tenía una gran piscina. La casa sumergida la construimos de cero en el tanque, planta por planta. También rodamos una gran parte en el lago que aparece en la película”.

A las 12h, y cerrando la jornada de presentaciones con la prensa, ha aparecido el amplio equipo de Veneciafrenia con su director, Álex de la Iglesia, al frente. En una sala totalmente llena el director ha explicado, en el tono distendido que le caracteriza, que no cree que la película se pueda catalogar como giallo,“más bien es una cinta de suspense con algunos elementos de terror”, a pesar de que ha añadido que “las películas son indefinibles, pero sí tengo la sensación que es de género”. En cuanto al concepto de la ‘turismofobia’ que se puede extraer de la cinta, el director de 30 Monedas ha comentado: “Mi principal intención con la película era explicar cómo los seres humanos destruimos aquello que amamos. Hay una evidente crítica social que siempre ha estado presente en mi cine de alguna manera, pero quizás aquí se ha visto mucho más claro”. “Soy consciente que yo mismo soy parte del problema porque también soy turista. Pero he decidido explicarlo a través de una obra que al final busca entretener”, ha añadido. 

Otra de las cintas protagonistas de este sábado ha sido La pasajera, la nueva incursión en el género de los directores Raúl Cerezo y Fernando González Gómez, que provienen del mundo del cortometraje y la publicidad. Los han acompañado en la presentación de la obra el compositor, los productores y parte del equipo artístico. La película sigue a un grupo que durante un viaje en furgoneta atropella a una excursionista, y tras subirla al vehículo para llevarla al hospital más próximo, empieza a tener un extraño comportamiento. 

El plato fuerte de la jornada en cuanto a proyecciones, además de la sesión nocturna de Veneciafrenia, donde ha tenido lugar la entrega del premio Maria Honorífica al compositor Roque Baños por su trayectoria ligada al género trabajando de cerca con directores como el mismo Álex de la Iglesia, Jaume Balagueró o Fede Álvarez, ha sido la proyección nocturna de The Sadness en el Retiro. El director Rob Jabbaz ha conseguido algo casi imposible, impactar y perturbar a un público más que acostumbrado a la violencia en el cine con una película de infectados que lleva al límite el uso de la crueldad. 

En la programación de Brigadoon de hoy han proliferado las proyecciones documentales: Sanjulian, el poder de la ilustración de David García Sariñena, Inferno Rosso. Joe De Amato sulla vía dell’eccesso de Manlio Gomarasca y Massimiliano Zanin, y Blood in the Streets: The Quinqui Film Phenomenon de Kier-La Janisse y Don Adams. 

Hoy se han entregado también los Premios SGAE Nova Autoria 2021 de Fundación SGAE. La mejor dirección-realización ha sido para Gonzalo Quincoces, director del cortometraje La caída del vencejo, presentado por la ESCAC. El premio al mejor guión ha recaído en el director y guionista Nicolás Solé, y la mejor música original para Gonzalo Perales, ambos por el corto Goodnight Mr. Ted, presentado por ECIB Barcelona. El jurado de los Premios ha hecho una mención al trabajo audiovisual El bosc de la quimera, con dirección y guion de Antonio Fernández y música original de Hans-Simon Ludwig, presentado por la Escola Universitaria ERAM. 

En cuanto a las actividades de industria, hoy se ha llevado a cabo la presentación de Profestivales21, un encuentro de coordinación de festivales moderada por la directora de la Fundación, Mònica Garcia i Massagué, con el fin de unir criterios y experiencias. Han participado directores de cuatro festivales estatales: Manuel H. Martín (Festival de Cine Iberoamericano onubense), Juan Antonio Vigar (director del Festival de Málaga), José Luis Cienfuegos (Festival de Cine Europeo de Sevilla) y Javier Angulo (director de Seminci). 

Finalmente, las actividades paralelas han tenido un papel muy activo hoy sábado, el ZombieDay, donde además de puntos de maquillaje para los más fanáticos de los no-muertos, también ha iniciado su recorrido una versión customizada del tren turístico de Sitges con espectáculos a cargo de la escuela IAB.


Crítica: Dead & Beautiful

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EL RECTOR NOS HABLA SOBRE ESTA ATÍPICA HISTORIA DE VAMPIROS (O NO) DONDE LA SANGRE LA CHUPAN OTROS


Dead & Beautiful (Sitges 2021)
El capitalismo y el clasismo son dos de los grandes monstruos de nuestro tiempo, una bestia de voraz apetito que nunca se sacia y que cada vez engorda más a los que más tienen a base de masticar y masticar hasta terminar tragando y digiriendo a los que menos tienen. El Neerlandés David Verbeek dirige “Dead & Beautiful” (2021), coproducción entre Holanda y Taiwan que vuelve a utilizar el género fantástico como altavoz para retratar algunos de los males endémicos de las sociedades modernas, en este caso, la diferencia de clases, trazando una raya paralela y muy acertada, entre ricos y vampiros. 


“no se queda en la simple crítica al clasismo, va más allá. Retrata también las miserias de nueva cuña propias de esta generación” 


Dead & Beautiful (Sitges 2021)
Verbeek escribe junto a Hugh Travers una historia que no se queda en la simple crítica al clasismo, va más allá. Retrata también las miserias de nueva cuña propias de esta generación. Lo hace en la carne de un grupo de jóvenes, guapos y ricos, muy ricos, que tan solo salen de su realidad paralela, de su burbuja de oro, para utilizar el mundano universo de la gente de a pie, a modo de jardín de juegos. Es uno de estos juegos, un ritual sacado de las redes sociales el que les llevará a un nuevo estadio de existencia cuando despierten de la ceremonia con colmillos y aparentemente convertidos en vampiros. 

Dead & Beautiful (Sitges 2021)
A partir de aquí, el director y guionista da rienda suelta a esta gran metáfora que da sentido al filme y que habla sobre la superioridad del poderoso sobre el débil, de aquel que lo tiene todo, se siente superior y por lo tanto, se cree con derecho de hacer todo aquello que le venga en gana, de servirse del prescindible ganado a antojo, ya sea para su diversión o alimento. No se queda ahí, como digo, la película orbita sobre otros conceptos, ya que por ejemplo también pone énfasis en mostrar la cara humana del monstruo, enseñándonos que bajo toda esa aureola mística y el folclore, también se esconden seres vulnerables y víctimas de sus propios demonios interiores. 


“de terror, Dead & Beautiful va justa. Hablamos en gran medida de un thriller con tintes de terror (pocos) y algo de comedia negra. Una historia repleta eso sí, de referencias al género” 


Dead & Beautiful (Sitges 2021)
Pero quizás, la parte más interesante de “Dead & Beautiful” reside en otras latitudes. Por un lado, la simpática sátira que realiza sobre los vampiros, jugando siempre con la ambigüedad y ofreciendo un show vampírico que se sale de los estándares del género, uno manido y exprimido al límite que aquí, Verbeek, sabe dirigir hacia otras direcciones distintas a las habituales. En este sentido, es fácil acordarse de una obra como “The Transfiguration” (2016, Michael O´Shea), gran película que como esta, decepcionará a todo aquel que se acerque a “Dead & Beautiful” en busca de la típica propuesta de vampiros. 

Y es que de terror, “Dead & Beautiful” va justa. Hablamos en gran medida de un thriller con tintes de terror (pocos) y algo de comedia negra. Una historia repleta eso sí, de referencias al género y que de seguro sabrá ganarse, a base de sutiles pero certeros detalles, al público más sibarita del fantástico. Si hablaba de “The Transfiguration” como parecido razonable, me es imposible no hablar de cierta película de David Fincher, aunque no lo haré, ya que podría arruinarle la fiesta a más de uno y si algo esconde el libreto, son una buena ristra de plot twist, algunos más inspirados que otros, pero capaces siempre de despertar algo en el espectador. 


“De una historia de vampiros, cabría esperar transitar ciertos lugares comunes y Dead & Beautiful no lo hace, aunque hable de todos ellos” 


Dead & Beautiful (Sitges 2021)
A nivel técnico, la película cumple sobradamente. Interpretaciones sólidas y una cinematografía la de Verbeek, sobria, sin alardes, pero elegante en las formas, entiendo bastante influenciada por los mecanismos habituales del cine asiático, una obviedad, tratándose de un director que ha hecho carrera por aquellas tierras. Si tuviera que poner sobre la mesa un nombre propio que me transporte al cine de Verbeek, en especial en “Dead & Beautiful”, seguramente sería el de Yi´Nan Diao. 

Dead & Beautiful (Sitges 2021)
Una película, por tanto, interesante, que toca varios palos y ofrece un poco de todo. Su mayor problema es que seguramente, lo que menos ofrece, es aquello por lo que más espectadores se acercarán a ella: terror. De una historia de vampiros, cabría esperar transitar ciertos lugares comunes y “Dead & Beautiful” no lo hace, aunque hable de todos ellos. Mensaje, sátira, algo de humor negro y una historia cocida a fuego lento que sin estridencias, sin grandes momentos, va desgranando un relato más complejo de lo que aparenta, que consigue aguantar la incertidumbre hasta su último fotograma y sí, más alejado del terror de lo que nos gustaría, pero capaz de enganchar a espectadores abiertos a otro tipo de posibilidades, por más colmillos que haya de por medio. 

Lo mejor: La relación capitalismo-vampirismo que dibuja y el guion, una montaña rusa en su tramo final, de lo más divertida. 

Lo peor: Con semejante material entre manos, una lástima que explore tan poco la vertiente del terror clásico, handicap me temo insalvable para determinado perfil de espectadores.


Crítica: Witch Hunt

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MISSTERROR NOS HABLA SOBRE ESTA NUEVA CAZA DE BRUJAS MODERNA QUE SE NUTRE DE UNA REALIDAD QUE SUPERA A LA FICCIÓN


Witch hunt (Sitges 2021)
Muchas son las veces que el fantástico sirve como parapeto para que un discurso de denuncia no resulte en exceso subversivo y no ponga contra las cuerdas a quien articula la acusación. Supongo que hay más muros que derribar que los que sirven como frontera que delimita la oportunidad o la falta de ella. “Witch hunt” (2021) se queda detrás del muro en todos los aspectos. 


“Callahan retoma el cine de terror para mostrar una América mágica dónde la brujería es ilegal y los nuevos cazadores de brujas velan por la seguridad del buen americano” 


Witch hunt (Sitges 2021)
Segunda película de Elle Callahan y segundo intento de hacer que el fantástico sea el refugio perfecto para la narración más teen. Tras “Head Count” (2018), Callahan retoma el cine de terror para mostrar una América mágica dónde la brujería es ilegal y los nuevos cazadores de brujas velan por la seguridad del buen americano. Es muy fácil entender que las brujas representan el drama migratorio que el gran muro intenta contener, como si mirar para otro lado y aislar los problemas fuera la solución. 

Witch hunt (Sitges 2021)
Con buenas intenciones, “Witch hunt” nos lleva hasta una zona fronteriza por donde las brujas intentan pasar al otro lado para construir un futuro seguro. Con los papeles invertidos, América representa el peligro y la falta de oportunidades para las brujas y México es un país donde la práctica de la brujería es legal y se puede comenzar una nueva vida. El problema, como siempre, es conseguir pasar la frontera. “Witch hunt” se mantiene en esa frontera y busca levantar la voz sin incomodar. Para ello, el trazo violento del racismo, la intolerancia y el odio, nunca se desarrolla con profundidad y deja todo en una superficie demasiado inofensiva, teniendo en cuenta el argumento de fondo. Callahan se sirve de la amistad como hilo conductor y se propone que sus jóvenes protagonistas en se conviertan en unas forzadas Thelma y Louise brujeriles. El punto de partida de la película es interesante, pero el exceso de drama y de sustos de mala calidad junto con su previsibilidad, hacen que esta propuesta se quede muy atrás en intenciones y en puesta en escena. 


“el trazo violento del racismo, la intolerancia y el odio, nunca se desarrolla con profundidad y deja todo en una superficie demasiado inofensiva, teniendo en cuenta el argumento de fondo” 


Witch hunt (Sitges 2021)
“Witch hunt” es el tipo de película que no molesta, que no destaca, que no volverías a ver, pero que tampoco aburre. Es una película muy simple que pese a los esfuerzos por crear atmósfera, no lo consigue en ningún momento y termina pasando por el terror de puntillas (aunque tiene ese rollo adolescente que unido a la brujería tiene siempre algo de interesante). Falta mucha caña y sobran muchos sustos chungos. Se queda muy tibia en el mensaje y no dibuja bien la relación entre el mundo de los vivos y los muertos que nos suelta de vez en cuando, pero oiga usted, desde mi punto de vista entretiene lo justo para pasar la nota de corte. 


“es el tipo de película que puede ser plato fuerte de una semana en mi adorado canal Dark, pero la realidad es que es simple relleno en el festival de Sitges” 


Witch hunt (Sitges 2021)
Técnicamente no esperéis gran cosa porque el saldo se lo han gastado en el casting (que resuelve con corrección). La banda sonora se queda en un discreto segundo plano y no transmite ningún paisaje musical que enmarque ninguna de las emociones que se pretenden trasladar con imágenes. Lástima porque mejor musicada, puede que hubiera ganado algo más empaque. Del lado de los efectos, tristemente solo tengo malos recuerdos de un CGI más que lamentable (mira que es difícil recrear el fuego...) y una falta total de sangre que ni siquiera sirve como contraste de los pálidos rostros que desfilan por pantalla. 

Supongo que “Witch hunt” es el tipo de película que puede ser plato fuerte de una semana en mi adorado canal Dark, pero la realidad es que es simple relleno en el festival de Sitges. Y cosas de brujería o de muros mentales, pero con todos los defectos que tiene, insisto en que al menos es una película que distrae. Y ¡qué coño! El que no haya querido ser una bruja adolescente que tire la primera piedra o encienda la primera mecha.


Crítica: Son

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KRUEGER NOS HABLA SOBRE ESE BUEN AMIGO DEL FANTÁSTICO QUE ES EL DIABLO Y EL CULTO DE LAS BUENAS GENTES QUE LO ADORAN


Póster de Son de Ivan Kavanagh
Con Satán (o sucedáneos) todo mejora ostensiblemente. Desde infantes hasta la música, desde embarazos hasta misas; cuando algo tiene cuernos, rabo y peste a azufre, la diversión siempre aumenta y todo resulta más sano. Cualquier persona con dos dedos de frente (y tridente) estará de acuerdo con dicha apreciación y si no…¡a misa! 


“una película de terror, sin cortapisas de segundas lecturas ni rasgos irónicos, algo que a un género al que demasiado a menudo se le quieren buscar las cosquillas, le sienta de maravilla” 


Emile Hirsch y Andi Matichak en Son
“Son” (Ivan Kavanagh, 2021) es una propuesta que nos llega de Irlanda, dispuesta a aumentar la saludable unión entre sectas y demonios, que últimamente plaga la actualidad cinematográfica del terror más puntero, especialmente en la excelente dupla formada por “Hereditary” (Ari Aster, 2018) y “Midsommar” (Ari Aster, 2019), cintas que perfectamente podrían ejemplificar las dos influencias más claras (argumentales) respecto a “Son”, aunque desafortunadamente está última se encuentra a años luz de las dos obras maestras de Aster, aunque sí se trata de una propuesta entretenida y con puntos de interés. 

Si algo agradezco de una película como “Son”, es su honestidad. A pesar de que juega, constantemente, con la habitual dualidad entre el elemento fantástico y la posible imaginación de toda la situación (contraposición habitual en el subgénero), cualquiera un pelín avispado sabe que aquí hay pentagrama encerrado. Es “Son” una película de terror, sin cortapisas de segundas lecturas ni rasgos irónicos, algo que a un género al que demasiado a menudo se le quieren buscar las cosquillas, le sienta de maravilla.


“últimamente la plataforma bajo demanda Shudder se ha convertido en garantía de pequeños proyectos que buscan la satisfacción inmediata del aficionado” 


Andi Matichak madre en apuros
Unida a esa honestidad, va una historia que no se anda con rodeos y que entra pronto en harina: no han pasado ni 15 minutos y el film ya ha proporcionado dos sustos de considerable potencia. Está ausencia de medias tintas, también juega en contra de la película: al comenzar de forma tan potente, evidentemente, el ritmo no puede mantenerse y la estructura se resiente, adquiriendo un carácter episódico, lo que termina pasando factura a una trama que avanza a trompicones y a unos personajes que entran y salen de la historia con pasmosa facilidad. En ocasiones, incluso esperamos el fundido a negro que indique el fin del capítulo. 

Andi Matichak con su hijo
Hemos comentado la influencia de Aster, pero resulta evidente el peso que juegan obras seminales del cine demoníaco como “El Exorcista” (William Friedkin, 1975), especialmente en relación con todas las pruebas médicas, sin resultado aparente, que realizan al infante protagonista, o también “La Semilla del Diablo” (Roman Polanski, 1969), con elementos que no voy a desvelar, pero que no resulta difícil imaginar. De “Hereditary” toma esa huida hacia adelante, buscando nuevos elementos dentro de los círculos satánicos y de “Midsommar”, esa concepción de secta de gente normal con tendencia a aparecer en pelotas. Muchas influencias y quizás ausencia de personalidad propia, aunque es cierto que “Son” se distancia de las cintas mentadas, al introducir por medio una trama policíaca y componentes de drama, que se apoyan en la posible imaginación, por parte de la protagonista, de toda la situación.

Andi Matichak con un cuchillo
Voy a realizar un inciso; dentro de un reparto simplemente correcto, funciona especialmente un actor que, desde que ha descuidado su figura y adoptado los ropajes de un funcionario público, funciona perfectamente como hombre corriente héroe de serie B. Estoy hablando de Emile Hirsch, al que me he encontrado casi de forma consecutiva en dos productos como “Son”, donde desde luego es lo mejor del reparto, a pesar de su gepeto siempre tendente al rictus afectado, y en “La fuerza de la Naturaleza” (Michael Polish, 2020), subproducto de acción que mezcla malos malosos con desastres naturales, junto a Mel Gibson, al que se come con patatas. Desde luego le prefiero con sus pantalones de tiro alto y su aspecto descuidado, antes que de héroe en supuestos blockbusters como “Speed Racer” (Lana Wachoswki, 2008) o de ídolo indie grunge en “Hacia rutas salvajes” (Sean Penn, 2007). Por mi que siga adicto a los bollycaos y prodigándose dentro de los géneros, ya que su presencia aporta mucho a una propuesta como “Son”. 


“presenta rasgos propios, como un giro en el tratamiento del niño, supuestamente sobrenatural, y un abrazo sin remilgos a un gore despendolado, que sorprende dentro de la seriedad de la propuesta”


Emile Hirsch con niño maléfico
Comentaba en otra crítica, las ideas que inmediatamente le vienen a la cabeza al espectador al ver determinado logos de productoras. Desde los casos más evidentes (Disney) hasta productos que presentaban unas señas de identidad muy concretas (evidente en todas las producciones Jerry/Bruckheimer, por ejemplo). Realizaba la apreciación a raíz de una producción reciente de Fangoria y Full Moon, el remake “Castle Freak” (Tate Steinsiek, 2020). Pues bien, últimamente la plataforma bajo demanda Shudder se ha convertido en garantía de pequeños proyectos que buscan la satisfacción inmediata del aficionado. Si comparamos su producción con la asociación de Amazon y Blumhouse, por ejemplo, no cabe duda donde se encuentra el gozo para el terror adicto. No debemos olvidar que de Shudder es “Host” (Rob Savage, 2020), una de las propuestas más estimulantes y terroríficas del pasado año. 

He citado las muchas influencias que pueden verse en “Son”, pero también es justo reconocer que presenta rasgos propios, como un giro en el tratamiento del niño, supuestamente sobrenatural, y un abrazo sin remilgos a un gore despendolado, que sorprende dentro de la seriedad de la propuesta: hay un par de planos con bastante casquería y unos cuantos litros de sangre por celuloide, lo que siempre es un acierto. Se puede pasar un buen rato con “Son” y su plano final representa lo que todos deberíamos hacer en la vida…


Sitges 2021, gran premio honorífico a Mamoru Hosoda

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El Gran Premio Honorífico a Mamoru Hosoda y la demencial ‘Mad God’ de Phil Tipett sitúan la animación en el epicentro de Sitges 

Los realizadores Rodrigo Sorogoyen, Paula Ortiz, Rodrigo Cortés y Paco Plaza han presentado hoy los cuatro capítulos de ‘Historias para no dormir’ 

La escandinava Lamb ha tocado el corazón del público de Sitges en esta jornada dominical con una historia triste y perturbadora próxima al folk horror que sobrevuela las ansiedades de la maternidad. La actriz Noomi Rapace, presente ya ayer en Sitges para la proyección de The Trip, ha acompañado al director Valdimar Jóhansson en la presentación de la cinta en un Auditorio lleno. Dentro de la Sección Oficial a Competición, hoy se ha proyectado también uno de los títulos más esperados de este año, Mad God, el nuevo trabajo del genio de la animación y efectos especiales Phil Tipett, una película experimental en la que el realizador ha dedicado más de 30 años para conseguir crear un universo de monstruos y científicos locos. Siguiendo en esta línea animada ha llegado Belle, del premiado Mamoru Hosoda, otra clase magistral vibrante del maestro de la animación que indaga (como es habitual en su filmografía) en el espacio entre el mundo fantástico y el virtual. 

Noomi Rapace rueda de prensa Sitges 2021
Precisamente el mismo Hosoda ha comparecido por la mañana en rueda de prensa para hablar sobre el Gran Premio Honorífico que ha recibido más tarde en el Auditorio de manos del director del Festival, Ángel Sala. El realizador japonés ha hablado de Belle, una revisión del clásico de La bella y la bestia, como “una película que trata dos realidades, la nuestra y la virtual, dos mundos cada vez más próximos”, y ha añadido:“tengo la esperanza de que las nuevas generaciones puedan convivir con esta virtualidad de la manera más sana posible”. El director ha citado también algunos de sus referentes de animación occidental, entre los cuales se encuentran el animador irlandés Tomm Moore, del que destaca “la capacidad de trabajar de una manera independiente con obras de tanta calidad”

La producción estatal ha sido también protagonista de este domingo con la presentación de los cuatro directores y gran parte del reparto del remake de las Historias para no dormir del genio Chicho Ibáñez Serrador. Los cineastas Rodrigo Cortés (La broma), Paula Ortiz (El asfalto), Rodrigo Sorogoyen (El doble) y Paco Plaza (Freddy) han compartido impresiones sobre la contribución de Chicho al cine de terror y el proceso de creación del proyecto. Paco Plaza, que considera al creador de La residencia como un “virtuoso del lenguaje cinematográfico”, ha declarado que uno de los objetivos de su episodio era “convertir a Chicho en un personaje de ficción”, y que lo que más valoraba era “como él mismo cuestionaba el resultado del capítulo, una cosa impensable en los tiempos actuales de hipérbole y autofelación”. De la presión de actualizar un material con un éxito tan consolidado como la serie original, Rodrigo Cortés ha puntualizado que: “En lugar de sentir que estamos a la sombra de Chicho, prefiero pensar que estamos bajo su paraguas. Este proyecto nos permite devolverle nuestro material como forma de agradecimiento y sensación de tributo”

Siguiendo la estela de fantástico español, hoy por la mañana se ha proyectado en sesión especial la nueva versión restaurada en 4K de una obra emblemática del cine patrio, El día de la bestia, días antes de su reestreno en cines. Su director, Álex de la Iglesia, ha presentado la película y ha participado en un Q&A al acabar la proyección. 

De la jornada de Brigadoon, hay que destacar la presentación del TAC (Terror Arreu de Catalunya) 2021, una asociación que da cobijo a festivales de cine de Catalunya dedicados al fantástico y al terror, y el homenaje a Norman J. Warren con la proyección de Inseminoid, clásico de la serie B de 1981 de un realizador británico conocido por sus trabajos en El esclavo de Satán, Her Private Hell o Bloody New Year

Las sesiones de industria de hoy han estado marcadas por los Encounters (encuentros) con el compositor ayer premiado Roque Baños y el director protagonista de la jornada de domingo, Mamoru Hosoda. También ha tenido lugar la presentación del podcast de sonido inmersivo de Catalunya Ràdio: La Torre de Vidre, así como una charla de la Sao Paulo Film Comission: ‘Brazil, una oportunidad fantástica para ti’, conducida por el productor y director Nelson Botter Jr. En cuanto a la literatura fantástica, hoy ha tenido lugar en la carpa FNAC una firma de Los años extraordinarios de Rodrigo Cortés, y se han presentado los libros Brujas blancas, hadas negras de Gemma Solsona y el libro y DVD 40 año s de viaje al más allá, de Diego Peñalver y Sebastià D’Arbó.

Crítica: The Boy Behind the Door

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MAIK LINGOTAZO NOS HABLA SOBRE EL DESCAFEINADO DEBUT DE DAVID CHARBONIER Y JUSTIN POWELL


The boy behind the door (Sitges 2021)
Sinceramente, no acabo de entender demasiado el relativo revuelo generado por esta película. Quizás tampoco sea algo que haya que entender, eso es cierto. Pero vamos, que lo que sí puedo sostener, y sostengo, es que me parece cuanto menos sorprendente el cúmulo de buenas críticas dispensadas a “The boy behind the door” (2021). 


“un trabajo tanto de fotografía como de escenografía del todo meritorios. Son estas facetas lo más rescatable de un ejercicio que se instala en el quiero y no puedo, alargado como un chicle” 


The boy behind the door (Sitges 2021)
Puede que haber pilotado en mi mente una suerte de película truculenta y visceral haya jugado en mi contra. O en la de mi experiencia, mejor dicho. Y es que, por lo leído en la sinopsis, esta compartía en forma somera, si no premisa, sí al menos punto de partida con “Martyrs” (2008). No es que esperara, para nada, asistir a un festín de los sentidos como el que me supuso el visionado de la cinta de Pascal Laugier, pero reconozco que me puso bravo el mero hecho de imaginarme a un niño que se las iba a tener que ver con su secuestrador; y no para escapar de él -eso sabemos que ya lo ha conseguido-, sino para volver tras sus pasos en aras de socorrer a su muy mejor amigo, quien todavía permanece, aterrado, entre las garras del desconocido e inquietante ser malévolo que lo tiene custodiado en una mansión alejada hasta de la alpargata que Cristo perdió. 

The boy behind the door (Sitges 2021)
Las historias que cuentan con prepúberes protagónicos siempre tienen su aquel, y no pocas veces este constituye precisamente su valor añadido, su salto de calidad, ese punto de inflexión que realza las bondades de la trama. En la que nos ocupa, el concurso de la dupla actoral a lo sumo significa el haber salvado los muebles de una casa que, por no ser menos, también se suma en calidad de protagonista con entidad propia, y lo hace merced a un trabajo tanto de fotografía como de escenografía del todo meritorios. Son estas facetas lo más rescatable de un ejercicio que se instala en el quiero y no puedo, alargado como un chicle que pasa por deshacerse en cero coma, pero que mastica de modo compulsivo, una y otra vez, convirtiendo la primigenia idea original en una oportunidad malograda. 

The boy behind the door (Sitges 2021)
No puedo evitar pensar en la ironía que resulta de ver a chavales de corta edad protagonizando una película que a buen seguro sus propios padres les prohibirían ver. Bien por su alto voltaje o bien por un contenido exigente o inaccesible para sus entendederas, que tanto da. Espero que no fuera por lo segundo, pero tampoco alcanzo a razonar que se debiera a lo primero el que a mí jamás me hubieran dejado ver las pesadillas que transitaban la calle Elm. Era algo ciertamente doloroso, cuando no humillante, habida cuenta de que mis amigos de colegio solían recrearse con exaltados comentarios glosando las andanzas de todo un icono del mal, incluso para mí, como Freddy Krueger. Con todo, aquel mindundi impresionable pudo saborear en su justa y virginal medida las mieles del desasosiego, servida en cucharada sopera gracias a lo excesivo de escenas como la del agente Murphy acribillado en Robocop, o incluso la del apaleamiento sufrido por el entrañable Johnny nº5, también y más conocido como Cortocircuito. 


“lo que no se puede es proponer todo el rato simples clichés, casi como si fueran gags en vez de secuencias, y para más inri trufados de incontables acciones estúpidas"


The boy behind the door (Sitges 2021)
Vamos, que a ojos de un incauto zagal que ose dar con sus huesos ante este filme, acaso sorteando una más que entendible rígida reglamentación parental, seguramente la disposición de elementos que concurren a lo largo de esta escasa hora y media consiga quebrarle la inocente y despreocupada tranquilidad que se le supone inherente a su edad. Pero para quienes ya somos algo más talluditos, y por bien que no lo hayamos visto todo ni mucho menos, esto de veras que no pasa de ser algo tosco y torpe.

The boy behind the door (Sitges 2021)
Se agradece, con todo, que la película entre pronto en materia, para así librarnos de un diálogo a todas luces forzado entre ambos churumbeles y que a mí, por lo pronto, ya empezó por sacarme de la ficción. Mira que yo soy de los de decir, con loables -y elogiosas- connotaciones, aquello de 'com puja la canalla!' ('¡cómo sube la chavalada!'), pero no me trago el rollito introspectivo y circunspecto que gastan nuestro par de amiguetes. Como tampoco engullo ni degluto que solo quisieran servirse de uno de los niños, para que acabaran también secuestrando al otro cuando no había ni intención ni necesidad de ello. Pero vaya, que una de tantas, eh. Como esta, pues suma y sigue. Es lo que hay, supongo, porque de no ser por este despropósito, añadido también a los que de hecho siguen, no habría película. Dile coches de policía fuera de onda, dile rastreo de ubicación de llamadas por línea, dile unidades de la ley que se personan solas, dile charcote hemoglobínico limpiado en tiempo récord al rico frotamiento... Corre, ve y dile tú Hilari, laríe, que a mí me da la risa, porque esto canta un rato largo. 

Sí, el niño puede cometer el desliz, nunca mejor dicho, de dejarse un delator chorretón de sangre sobre la puerta justo tras haber resbalado su puño cerrado sobre la hoja del cuchillo con el que trataba de hacer palanca. Ok, bien. Pero lo que no se puede es proponer todo el rato simples clichés, casi como si fueran gags en vez de secuencias, y para más inri trufados de incontables acciones estúpidas. Peor aún es pretender que, por ser niños los que se ven ante tal tesitura, tengamos que tragarnos todo cuanto de disparatado discurre en la película. Porque no es que la natural y manejable credulidad de un chaval se sienta como factor que refuerza y sirve al argumento. Más bien al revés, se antoja que la participación de unos mocosos atemorizados constituye carta blanca para dar rienda suelta a la retahíla de sinsentidos sobre los que parece fiarse la carga de la narrativa

Lo que quiero decir es que “The boy behind the door” maneja unos buenos mimbres a la hora de generar algo cercano a la tensión, pero todo rezuma un tufillo a trillado que tira pa'trás. Si a ello le añadimos las consabidas, por esperadas, situaciones inverosímiles que aquí, sin embargo, se dan cita en número harto sonrojante, el resultado es el de una nave que hace aguas por doquier, y que pese a estar comandada por una dirección aceptable, se muestra lastrada de manera incomprensible por un guion obscenamente plano, absurdo y reiterativo. 


“adolece de querer llegar a todo el público, lo cual no es malo per se. Pero qué duda cabe que semejante decisión puede hacer que pierda muchos enteros para quienes disfrutan de emociones más crudas y sórdidas” 


The boy behind the door (Sitges 2021)
Cuesta creer que un libreto facturado al alimón por las cuatro manos que se reparten entre David Charbonier y Justin Powell sea tan flojo, sobre todo si nos atenemos a la evidencia de que, a su vez, constituyen las dos cabezas, no solo pensantes sino también 'rodantes', encargadas de pergeñar un producto final a la postre tan deslavazado. Siendo ambos, como son, guionistas y directores de “The boy behind the door”, uno desearía que esa cuota de control sobre sendas parcelas de tan suma relevancia revirtiera en algo más logrado. Quién sabe si la realización de su reciente lanzamiento, “The djinn” (2021), pudo suponer un conflicto de intereses a la hora de desempeñarse con toda la carne en el asador sobre su primera criatura audiovisual. No parece que ello haya repercutido en un parto más halagüeño por lo que refiere al segundo experimento. Ya se sabe, quien mucho abarca... Aunque me da que lo que le sucede a este largometraje es que adolece de querer llegar a todo el público, lo cual no es malo per se. Pero qué duda cabe que semejante decisión puede hacer que pierda muchos enteros para quienes disfrutan de emociones más crudas y sórdidas

The boy behind the door (Sitges 2021)
No sé, personalmente confieso y sin que se me caigan los anillos por ello que disfruté mucho más viendo en el cine -¡gracias, madre!- cómo un niñato venido a Rambo se las ingeniaba para hacer frente a un Papá Noel psicópata que allanaba el casoplón donde habitaba junto a su abuelo diabético. Aquel cuento navideño, reverso improbable de la comedia coétanea en la que Macaulay Culkin se quedaba “Solo en casa”, cristalizó en un impacto que perdura hasta el día de hoy. Y si bien es cierto que no sé cómo puede haber envejecido, y que además es obvio que la impresión albergada hace 30 años no puede ser la que tendría al ver la misma película si se estrenara ahora, no lo es menos el hecho de que visionar “Game over: se acabó el juego” (1989) con menos de diez primaveras dejó en mí un recuerdo imborrable, cosa que no hará este “The boy behind the door”. Igual son cosas del hábito y del descreimiento, vaya usted a saber. Aunque la noventera ganara los premios a la mejor película y mejor dirección (René Manzor) en el emblemático Fantafestival de Roma (Italia). Ahí lo dejo. 

The boy behind the door (Sitges 2021)
La presente como mucho pudo debutar en el Fantastic Festival del pasado 2020, en Austin (Texas), lo cual no es moco de pavo. Ahora ha cruzado el charco para proyectarse en las salas del certamen que cada año reúne a lo más granado del terror y del fantástico en Sitges, pero ni eso ni su auspicio por parte de Shudder, que viene dando una de cal y otra de arena, le valen para remontar un vuelo torpedeado a las primeras de cambio. Tampoco el rol interpretado por Kristin Bauer van Straten (“True Blood”) insufla algo de enjundia; todo lo contrario, parece una caricatura que no se cree ni ella, y que, por contraste, hace que brillen más si cabe en su papel de indefensos y abnegados muchachos tanto Lonnie Chavis, multipremiado por “This is us”, como Ezra Dewey, quien repetiría a las órdenes de ambos directores en “The djinn”. Honestamente, no sé cómo acabar. No se me ocurre nada lucido. Pero peor es el final de “The boy behind the door”. Así que ni tan mal, oye.


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