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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: El escuadrón suicida

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KRUEGER NOS HABLA SOBRE LA NUEVA INTENTONA DEL ESCUADRÓN SUICIDA, ESTA VEZ, EN LAS MÁGICAS MANOS DE JAMES GUNN


mejor póster El escuadrón suicida
“El escuadrón suicida” (James Gunn, 2021) es el blockbuster del verano. Y lo afirmo con total rotundidad. A pesar de las buenas críticas y de la eficacia de Marvel, dudo que ni “Free Guy” (Shawn Levy, 2021) ni “Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos” (Destin Cretton, 2021) puedan igualar las cotas de diversión y espectacularidad que nos han brindado esta panda de bastardos a las ordenes de James Gunn. El mérito es doble, ya que en la temporada estival hemos tenido productos tan efectivos como la entretenidísima “Jungle Cruise” (Jaume Collet-Serra, 2021) y la rotunda “Viuda Negra” (Cate Shortland, 2021).  


“La jugada de Gunn es similar a la que realizó con su excelente Guardianes de la Galaxia, pillando a un grupo de personajes no excesivamente conocidos y dotándolos de alma y corazón” 


sexy margot robbie
Desde luego el universo DC en pantalla grande sigue dando palos de ciego. No existe otra explicación para el descalabro que se ha pegado en taquilla esta seudo secuela. La gente tiene más interés en los productos de Marvel, bien engrasados y con un A-B-C del que pocas propuestas se salen, que en el universo DC, ya adopte este un tono más serio y oscuro o desenfadado y divertido. Conviene recordar a todos los haters que critican la obra de James Gunn, por su evidente tono cómico, que el enfoque tremendista y “adulto” de “Batman v Superman” (Zack Snyder, 2016) tampoco reventó la taquilla precisamente…“El Escuadrón Suicida” me parece una película necesaria, ya que aporta oxígeno a un universo que nunca ha terminado de establecerse. Olvidaos de conexiones, tramas que vayan a ir más allá y universos cinemáticos. Aquí hemos venido a divertirnos, con tiros, chistes y sangre. Y joder ¡que me aspen si eso no es todo lo que quiero ver en una sala de cine! 

nuevo escuadrón suicida
La jugada de Gunn es similar a la que realizó con su excelente “Guardianes de la Galaxia” (James Gunn, 2014), pillando a un grupo de personajes no excesivamente conocidos y dotándolos de alma y corazón. A los quince minutos adoras a los protagonistas, por su condición de perdedores, por la camaradería bélica cómica que se establece entre todos ellos y por las continuas líneas de dialogo cómicas que van soltando. Existe, eso sí, una diferencia con los Guardianes, mientras que aquella era, podríamos decir, una película pop, mucho más naif, esta panda de villanos en busca de algo de libertad son la película rock and roll de Gunn. Se agradece que hayan dado libertad al director, por lo que abunda la sangre, el gore (comercial) y las barrabasadas. Es lo que tiene jugar con personajes que, salvo los freaks, no conoce ni Dios. No puedes poner a Superman en un fardapollas y hacer chistes, pero si puedes hacerlo con el Pacificador. 


“Sus transiciones, rótulos y ocurrencias son tremendamente imaginativas, provocando que Escuadrón Suicida sea una de las películas de superhéroes con más personalidad autoral que haya visto nunca”


mejor blockbuster del año
Tengo que quitarme el sombrero ante el desfile de recursos visuales que Gunn despliega en pantalla. Sus transiciones, rótulos y ocurrencias son tremendamente imaginativas, provocando que “Escuadrón Suicida” sea una de las películas de superhéroes con más personalidad autoral que haya visto nunca. Sí, reconozco que los Batman de Nolan tenían su toque, pero este era más aséptico, neutro, mientras que Gunn viene de la Troma. El ejercicio de Gunn recuerda a como “Batman Vuelve” (Tim Burton, 1992) respiraba al cineasta de los pelos locos en cada uno de sus fotogramas. 

Además de ser visualmente una delicia, posiblemente estemos frente a una de las adaptaciones de cómic más divertidas que se hayan realizado, quedando a la altura de “Kick Ass” (Matthew Vaughn, 2010) y de “Deadpool 2” (David Leitch, 2018). La vis cómica de John Cena es espectacular, Idris Elba derrocha carisma y los secundarios funcionan como un tiro, aunque por encima de todos sobrevuela una Margot Robbie que está simplemente espectacular y que roba la función a todos los personajes. Todas, repito todas, sus escenas son maravillosas y uno siempre desea más del personaje en pantalla. 


“no se me caen los anillos al afirmar que la película de Gunn se colaría en un top ten de mis adaptaciones de cómic favoritas” 


margot robbie secuencia de acción
A pesar del enfoque cómico, siempre se dota de humanidad a los personajes y mientras que en la película de Ayer todo se iba al garete tras la escena del bar (hasta ese momento, la obra de Ayer me parece francamente divertida), Gunn consigue, mediante la secuencia del autobús, otorgar profundidad a los protagonistas, para que no se queden en un simple chiste ridículo. Todos los personajes tienen un contexto, lo que aleja al film de la simple y pura parodia. 

james gunn 2021
“El Escuadrón Suicida” tiene de todo para pasar un rato excelente: fantásticas secuencias de acción, personajes potentes, una historia simple pero bien narrada y unos efectos especiales que no saturan al espectador. Por mi parte, ya tengo película favorita del (actual) universo DC. Reconozco que siempre he sido de Marvel, de hecho salvo Batman y personajes más secundarios como Lobo, poco DC he aguantado en mi vida; pero no se me caen los anillos al afirmar que la película de Gunn se colaría en un top ten de mis adaptaciones de cómic favoritas. Me ha parecido tan buena que voy a perdonar que su prologo copie el mejor chiste de “Deadpool 2”.



Crítica: Escape Room 2

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ASTINUS NOS HABLA SOBRE LA INEVITABLE SECUELA DE LA PELÍCULA DE 2019 CON ADAM ROBITEL DE NUEVO EN LA DIRECCIÓN


Póster de Escape room 2
Cuando escribía, por 2019, el análisis de la primera parte (también precuela), ya comentaba mi afición especial por el mundo de los escapes. Tras el parón por la Pandemia el resultado sigue siendo el mismo y yo sigo super viciado a este ocio tan saludable como interesante por la dinámica que persigue al mezclar pruebas y desafíos físicos y/o mentales. Básicamente, en un escape roomun grupo de personas son encerradas en un espacio del que deberán salir en un tiempo determinado pasando todo tipo de pruebas por el camino. Las salas están tematizadas y siguen supuestos que van desde la recreación de escenarios históricos hasta fantásticos o de terror, en lo que son auténticas salas pesadillescas con elenco actoral incluido. Este tipo de hobby, pegando incluso el bajonazo causado por el Covid, sigue resultando de especial interés y no son pocas las personas que conocen o han jugado alguna de las salas (otros, llegando ya al centenar, como es mi caso, e incluso los más avezados varios centenares) que recorren toda la geografía nacional. Esta dinámica es fundamental para entender la película, pues sus creadores han puesto dosis de ingenio y conocimiento en cada una de las pruebas y situaciones por las que discurren los protagonistas, eso sí, con la salvedad de palmarla si fallan. Casi nada. 


“una secuela continuista que refleja todos los aciertos de la precuela. La historia entronca directamente con el final de la anterior” 


mejor escape room españa
La primera parte de “Escape Room” (2019) era una mezcla antológica entre “Saw” (2004), “Destino Final” (2000) y uno de estos juegos al uso. Candados mezclados con fuego capaz de carbonizar todo ser viviente se daban la mano en una carrera contrarreloj que culminaba con un final capaz de sorprender y que abría las puertas a la segunda parte que tenemos ahora en cartelera, debido especialmente al buen hacer de Adam Robitel y la manifiesta rentabilidad en cines. 

torture porn estrenos 2021
Una de las claves del filme era la excelente manufactura técnica y el conocimiento implícito de aquello que debía ser la parte central de la película y su principal punto novedoso: las salas de escapismo. Los escenarios y enigmas eran un guiño trabajado a la afición y tenían la particularidad de servir como introducción a aquellas personas que no habían ido a uno antes (recordemos que, al principio de la cinta, se explica todo lo que se necesita saber respecto a ello) ¿Qué faltaba? Un buen elenco de personajes que acompañasen. Estereotipados e imbuidos en clichés, el elenco servía más como pastiche que otra cosa, pero era precisamente esa la intención de la película. Queríamos ver un grupo de personas intentando salvar su vida, más allá de su pasado o no, y aunque la película hace un esfuerzo en ese punto por darle sentido, lo cierto es que no aportaba mucho al resultado final. Un final, por cierto, sorpresivo y con alguna situación estrambótica que bajaba el nivel medio sin resultar por ello desastroso. En definitiva, era una primera parte novedosa donde lo importante era entretener.


“escenarios y enigmas están inundados de un buen hacer y se diferencian completamente de la película anterior, en este caso introduciendo además una historia dentro de la propia historia” 


chica asesinada por un laser
¿Qué necesitaba la segunda parte? Seguir la estela de la primera ofreciendo un ritmo rápido, un grupo de personajes dispuestos a morir o salvarse en última instancia y muchas pruebas locas que nos hagan sentarnos en la butaca sin pensar en otra movida durante los apenas noventa minutos que dura. Para ello, Adam Robitel (a quién no lo había ido muy bien con la última entrega de la saga "Insidious") vuelve a palestra con el equipo de guionistas de la primera parte y con la única idea de demostrar que lo que funciona una vez, puede hacerlo dos veces

¿Qué nos encontramos en “Escape Room” 2 (2021)? En primer lugar, una secuela continuista que refleja todos los aciertos de la precuela. La historia entronca directamente con el final de la anterior, presentándonos a los dos personajes que sobrevivieron en una intentona por desenmascarar a la misteriosa empresa de escapes. Tras una serie de decisiones un poco tontonas, acaban volviendo a jugar una secuencia de salas con un grupo de personas que, en esta ocasión, han sobrevivido a las mismas. Una novedad interesante que no resultará la única de una historia que sabe como añadir giros y sorpresas para renovarse, lo cual no quita que pierda frescura y se note. 


“la película lo arriesga todo a la espectacularidad de las escenas de acción y pierde la esencia de thriller psicológico que tienen películas homónimas como Saw” 


muertes en el metro 2021
Quizás uno de los mayores aciertos de “Escape Room 2” es la capacidad de acelerar los acontecimientos para que el espectador no tenga descanso. Como si de un escape room se tratase, el tiempo se acelera en los diferentes juegos a través de la tensión que conlleva la resolución de una serie de puzles bien pensados, que gustarán tanto a los iniciados en esto como a los que no. La lógica de los mismos funciona y se dan pasos coherentes para que no resulte aquello una amalgama de desafíos sin sentido, aunque el proceso duda/deducción se reitera con demasiada facilidad. Eso sí; escenarios y enigmas están inundados de un buen hacer y se diferencian completamente de la película anterior, en este caso introduciendo además una historia dentro de la propia historia que nos lleva hasta un final sorprendente. 

descarga eléctrica en el metro
Si todo esto son aciertos, también hay algunos errores de peso. Al consabido agotamiento que pueda sufrir lo que a todas luces parece que será una saga, hay que añadir el poco peso que los personajes y sus historias tienen en esta película, más como excusa que como motivo central del desarrollo de estos. Un desarrollo nimio, estereotipado y con unos diálogos enlatados que no brillan por su coherencia. Parece que la película lo arriesga todo a la espectacularidad de las escenas de acción y pierde la esencia de thriller psicológico que tienen películas homónimas como “Saw”, incluso en esas sorpresas que comentaba y en las que la película no escatima detalles innecesarios como si el público fuese lento de mollera (sonará al final de “Old” de Shyamalan). Las interpretaciones van por el mismo camino; sobreactuadas en algunos casos, anodinas en otros. Sé que no es la principal característica de este tipo de filmes, pero en la primera parte funcionaban bien y aquí son poco más que muebles pensantes con algunas decisiones inexplicables. Si a esto le sumas que las muertes son poco espectaculares (incluso hay una que no tiene mucho sentido), nos queda que una parte de la película se resiente y, para qué engañarnos, resta interés al conjunto. 

Con ello, “Escape Room 2” es una secuela continuista en su planteamiento y eso es de agradecer, pues con el mismo equipo detrás de las cámaras monta una historia bien planteada, reforzando sus puntos fuertes y ofreciendo ochenta y pocos minutos de acción, donde el tema central de la película (el mundo de las salas de escape) está conducido con coherencia, asimilando los preceptos del hobby, y en la que flojean elementos como las muertes o la motivación de los personajes secundarios. Se agradecen las sorpresas y el final, que parece revelarnos lo que ya era un secreto a voces: habrá saga. O eso esperamos. Hay material de sobra para ello.


Crítica: Kingdom: Ashin of the north

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DONNIE NOS HABLA SOBRE ESTE BONUS EN CLAVE DE LARGO DE LA FABULOSA SERIE COREANA DE ZOMBIES E INTRIGAS POLÍTICAS


kingdom ashin of the north póster
Ashin, ese personaje que vimos brevemente al final de la segunda temporada de la serie 'Kingdom' es la gran protagonista de este episodio especial estrenado hace pocos días en Netflix. Si la serie dirigida por Seong-hun Kim e In-je Park nos pareció una notable obra que mezclaba de manera muy inteligente las intrigas palaciegas, los enfrentamientos entre distintas facciones y pueblos, y los muertos vivientes, este 'Kingdom: Ashin of the North' (2021) es la historia de una venganza narrada con inteligencia y maestría que consigue formar parte del universo “Kingdom” de manera natural, siendo capaz de dar respuesta a algunas de las preguntas que muchos nos habíamos planteado. Ojalá muchas series tuvieran episodios especiales con la misma calidad que este, tanto a nivel técnico como a nivel historia. 


“una vez se consigue tener claro el contexto de la historia, esta se despliega como un soberbio relato acerca de la venganza, y de como ciertas heridas siguen con los años sin cicatrizar”


Jun Ji-hyun en netflix
'Kingdom: Ashin of the North' narra las luchas y guerras entre varios de los distintos pueblos y tribus que habitan Corea y las tensiones por culpa de los intereses japoneses. Puede que los primeros minutos puedan resultar un poco confusos para el espectador por el hecho de la historia que se cuenta y que para él le es un tanto ajena. Pero una vez se consigue tener claro el contexto de la historia, esta se despliega como un soberbio relato acerca de la venganza, y de como ciertas heridas siguen con los años sin cicatrizar.

Kingdom mejor serie netflix
'Kingdom: Ashin of the North' que casi puedo retitular 'Sympathy for Lady Vengeance' (2005) por que al menos en mi caso se ganó mi simpatía, va ganando fuerza y consistencia con cada minuto que pasa. Si a eso sumamos que el episodio cuenta con una protagonista, Jum Ji-Hyun, en estado de gracia que nos deja uno de los mejores personajes vistos en mucho tiempo, tenemos una obra de gran interés y calidad. Me permitiréis la licencia pero Ashin, bien podría formar parte de los Avengers y con más carisma que alguno de sus personajes, algo fácil por otro lado. Cuando construyes una historia que gira alrededor de un personaje, has de estar seguro de que este tiene la fuerza necesaria como para llamar la atención, que lo dotas con una carga suficiente para que este resulte rico en matices. En 'Kingdom: Ashin of the North', Kim Eun-hee es consciente de ello y su Ashin tiene todo lo que un personaje de estas características necesita. De hecho resulta muy difícil olvidarse de ella. 


“Puede que la concisión sea un punto a favor, normalmente lo es, pero es tal la fuerza de esta Ashin que creo que podría haber dado todavía más juego” 


zombies en netflix
A pesar de que Ashin apareció en el último episodio de la segunda temporada de 'Kingdom' desconcertándonos a muchos de los seguidores de la serie, en mi caso incluso llegué a hacer la broma diciendo que era Mulan, este ' Kingdom: Ashin of the North'se sitúa cronológicamente antes de los hechos que ya nos fueron narrados en su momento. Conoceremos a Ashin siendo una niña pequeña así como su historia de casi constante sufrimiento y superación que irán dando forma a su vida y su forma de actuar. 

Seong-hun Kim dirige en netflix
Puede que el espectador impaciente crea que los muertos vivientes tardan en hacer presencia, salvo algún pequeño detalle al principio del episodio (me cuesta referirme a 'Kingdom: Ashin of the North' como episodio y no película, pero no deja de ser una manía creo que demasiado personal) y que hará que a más de uno le pueda venir a la cabeza algún momento o 'personaje' de la muy duramente criticada 'Army of the Dead' (2021), que considerándola muy entretenida creo que está varios peldaños por debajo de este 'Kingdom: Ashin of the North'. Pero la historia de Ashin es un resumen perfecto de la serie “Kingdom” y poco a poco va ofreciendo todo lo que esperamos de ella: Con intrigas, grandes escenas, muertos vivientes y por supuesto con algún detalle un tanto morboso


“En un mundo saturado de cintas y series de temática zombi, encontrarnos con Kingdom y con este Kingdom: Ashin of the North es un soplo de aire fresco incluso teniendo en cuenta la existencia de Rampant”


película de Kingdom dirigida por  Seong-hun Kim
Tras acabar de ver 'Kingdom: Ashin of the North' se me quedó un cierto regusto extraño. No porque no me gustara, creo que he dejado claro que me fascinó, si no porque me hubiera gustado que la historia de Ashin se hubiera desarrollado con más profundidad, que bien podría ser la protagonista de una temporada completa. Puede que la concisión sea un punto a favor, normalmente lo es, pero es tal la fuerza de esta Ashin que creo que podría haber dado todavía más juego. No sé si habrá una tercera temporada de 'Kingdom', creo que por ahora no hay ningún tipo de anuncio acerca de ella y tampoco me suena que se haya cancelado o que con este episodio especial se de por acabada (si es así, ya digo que lo desconozco) pero tras el final de la segunda temporada y este 'Kingdom: Ashin of the North'todo lo que puede seguir ofreciéndonos esta serie es mucho y sobre todo muy interesante. Si alguien quiere saber como hacer un cliffhanger, 'Kingdom' es un buen ejemplo para fijarse. 

Jun Ji-hyun
En un mundo saturado de cintas y series de temática zombi, encontrarnos con 'Kingdom' y con este 'Kingdom: Ashin of the North' es un soplo de aire fresco incluso teniendo en cuenta la existencia de 'Rampant' (2018) de Kim Sung-hoon, cinta con la que guarda muchos parecidos. Puede que este episodio especial se pueda ver sin necesidad de haber visto la serie completa aunque como es obvio habrá detalles que se podrán pasar por alto, personalmente recomiendo ver los doce episodios más este especial. Creo que si os gustan los muertos vivientes, disfrutareis mucho del universo “Kingdom” y que como yo, tendréis ganas de más. Muy, muy recomendable.


Crítica: Bloodthirsty

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EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL SEGUNDO TRABAJO DE AMELIA MOSES, DE DESPERTARES, INSPIRACIONES Y MUJERES LOBO


bloodthirsty póster
El coming of age es un viaje recurrente en el universo cinematográfico y el género de terror, siempre ha estado más que dispuesto a explorar esta senda del auto descubrimiento. En “Bloodthirsty” (2021), la cineasta Amelia Moses se adentra por segunda vez en el fantástico en este su segundo trabajo, de nuevo y al igual que sucedía en su ópera prima, “Bleed with me” (2020), vuelve a dejar patente el gusto por la sangre, el suyo y el de sus personajes protagonistas, ambos encarnados por la misma persona y parece ser, actriz fetiche, Lauren Beatty. 


“Si digo que Bloodthirsty se circunscribe dentro del cine licántropo, creo que no le destripo nada a nadie, tanto su póster promocional como los reveladores primeros minutos de metraje, no dejan duda alguna al respecto” 


Lauren Beatty mujer lobo
Descubrir quien somos realmente. Claro, en clave de terror, dicho descubrimiento suele ser sinónimo de tragedia. “Ginger Snaps” (John Fawcett, 2000), “Crudo” (Julia Ducournau, 2016) o la más que reciente “Teddy” (Ludovic Boukherma / Zoran Boukherma, 2020) y premiada en la pasada edición del festival de Sitges, algunos ejemplos recientes y títulos a los cuales remite desde el minuto un o una película como “Bloodthirsty”, en este caso, expandiendo su propuesta trazando un paralelismo a modo de metáfora sobre el proceso creativo, lo cual nos lleva de la mano y sin quererlo a otra cinta reciente como es “The Strings” (Ryan Glover, 2020) un pequeño terror indie de lo más sugerente que abordaba el tema, todo sea dicho, con algo más de sustancia de lo que lo hace la película de Moses. 

Lauren Beatty comiendo carne cruda
Si digo que “Bloodthirsty” se circunscribe dentro del cine licántropo, creo que no le destripo nada a nadie, tanto su póster promocional como los reveladores primeros minutos de metraje, no dejan duda alguna al respecto y quizás, sea este uno de los principales problemas de la película, el hecho de realizar una radiografía prematura y excesivamente certera de todo aquello que está por llegar. Hablamos pues de un viaje un tanto descafeinado si lo que uno ansia encontrar en el libreto de Wendy Hill-Tout y Elizabeth Lowell Boland, se asemeja a alguna suerte de misterio o intriga en lo que respecta tanto al destino de la protagonista como a la resolución del relato, todo lo contrario de lo que por ejemplo ocurría en una propuesta de muchos más quilates como el “Crudo” de Ducournau. 


“Si referentes del subgénero como Un Hombre americano en Londres, Aullidos o En compañía de lobos se han convertido en ejemplos de como convertir a un hombre en un lobo, Bloodthirsty no pasará a los anales de la historia en este sentido” 


Lauren Beatty en el bosque
De la misma forma opino que Lauren Beatty tampoco contribuye en exceso a la causa y volviendo al odioso pero en ocasiones muy ilustrativo ejercicio de las comparativas, si “The Strings” conseguía engancharte con la historia (a ratos), era, en parte (lo de su excelsa fotografía está fuera de concurso), por el notable trabajo de su actriz (y compositora) protagonista, Teagan Johnston. Beatty parece estar lejos (al menos aquí) de dichos registros y esto termina pesando en el conjunto de una película como esta donde el peso de los personajes se antoja como algo fundamental para llevar el relato a buen puerto. Junto a ella, una Katharine King So (de la incomprensiblemente cancelada “Jupiter´s Legacy”) algo más lúcida, un teatral (y esta vez no tengo claro que se trate de un piropo) Greg Bryk y un testimonial Michael Ironside, cubriendo el cupo de vieja gloria. 

cine de terror canadiense
Tenemos pues una historia previsible (amén de alguna pequeña sorpresa –más efectista que efectiva- que nos pueda deparar el guion) y un personaje principal sin la fuerza dramática suficiente como para paliar las miserias de un relato que tampoco destaca precisamente por su dinamismo, abusando de charlas de almohada y apostando casi en su totalidad su mejor mano, eso sí, a su interesante apartado sonoro cortesía de Michelle Osis por un lado y a en especial, la propia Lowell, compositora de los temas musicales que aparecen a lo largo del filme, cortes como el homónimo Bloodthirsty, Greta´s Song, God is a fascist o Lemonade, repletos de melancolía y sonoridades oscuras que pueden recordar a artistas como Chelsea Wolfe, Emma Ruth Rendell o la propia Teagan Johnston, convirtiéndose estos pasajes, a falta de emociones mayores, en algunos de los momentos más destacados de la experiencia. No en vano, la película fue nominada a mejor score original y mejor canción original en los Canadian Screen Awards. 


“ofrece sus mejores prestaciones cuando se mete en el estudio de grabación y todo queda en manos de Lowell y su hipnótica música” 


Lauren Beatty sedienta de sangre
Pero claro, tratándose de un filme de hombres ( mujeres en este caso) lobo, la gran pregunta: ¿Qué tal las transformaciones? Tened miedo, mucho miedo. Si referentes del subgénero como “Un Hombre americano en Londres” (John Landis, 1981), “Aullidos” (Joe Dante, 1981) o “En compañía de lobos” (Neil Jordan, 1984) se han convertido en ejemplos de como convertir a un hombre en un lobo, “Bloodthirsty” no pasará a los anales de la historia en este sentido. Se entiende pues, que la película se tome su tiempo en enseñar los colmillos y además de “ofrecer” buena parte del proceso fuera de cámara (una desagradable constante a lo largo de la película), el resultado final no está ni de lejos a lo que se espera de una propuesta presuntamente seria como es esta. 

Lowell mejor banda sonora
Con la infame cantidad de películas sobre licántropos que corren y seguirán corriendo por ahí, cuesta encontrar argumentos para recomendar un título como el que nos ocupa por muy amante que uno sea de estas entrañables criaturas y que como digo, ofrece sus mejores prestaciones cuando se mete en el estudio de grabación y todo queda en manos de Lowell y su hipnótica música. De alguna manera, disimula también su descafeinado (por no decir inexistente) apartado visual, repleto de muertes fuera de plano y con unas caracterizaciones que parecen sacadas de “Buffy cazavampiros” con una ambientación que sin pasar de correcta, tiene cierto regustillo gótico que puede llegar a dar el pego... al menos durante un rato. Aguantar de una pieza a lo largo de hora y media, ya será cosa de valientes, voluntariosos o lobeznos empedernidos. 

Lo mejor: El EP de Lowell y en general, todo lo referente con su apartado musical. 

Lo peor: Que una vez más, el cine de terror Canadiense vuelve a naufragar y nos tortura con una película sosa, previsible y aburrida.


Crítica: La Nube

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MISSTERROR NOS HABLA SOBRE LA PARTICULAR VISIÓN SOBRE LA MONSTER MOVIE CLÁSICA DE JUST PHILIPPOT


monster movie francesa
No son pocas las veces en el que el cine nos acerca al lado más salvaje de la naturaleza, a veces lo hace devastando todo a su paso y otras mostrando el instinto animal como amenaza para el ser humano. La naturaleza va poco a poco, pero no dudéis que va y que se va a cobrar todos los siglos de expolio y tortura. Cambio climático, mayor resistencia de todo tipo de virus a nuestras barreras físicas y químicas y falta de recursos será el sancta sanctorum de los medios de comunicación y mientras miramos desde el sofá, ni un solo día dejaremos de escuchar noticias relacionadas con esto. Recogemos lo que sembramos y mientras esperamos el turno, nos olvidamos de que todo esto no solo afecta a las personas, sino también a la fauna que nos rodea (también a la que se aleja de nosotros). La diferencia es que los animales tienen mayor capacidad de adaptación al medio y un instinto de supervivencia infinitamente superior. 


“Una película que se presenta como una nube de malas decisiones que exprimen la desesperación impregnada en cada parte de la historia” 


Suliane Brahim con langostas caníbales
“La Nube” (2020) trata de supervivencia, de instintos y de bichos. Durante todo el metraje, mantiene su epicentro en una granja de saltamontes en la Francia rural y será este insecto un eje fundamental en la narración. El otro eje es la necesidad, una necesidad concebida a todos los niveles: vital, económico, afectivo e indentitario. Necesidad y saltamontes abriéndose paso a mordiscos, desangrando cualquier posibilidad de avance. Una película que se presenta como una nube de malas decisiones que exprimen la desesperación impregnada en cada parte de la historia que protagoniza Virginie, una mujer viuda y sus dos hijos, para hacer frente a un negocio que no prospera. Con “La Nube” se pierde la idea romántica sobre las posibilidades que ofrece poder emprender y apostar por un negocio sostenible, creando una herida sobre la que poder hurgar en cada escena, con un marco económico de fondo que parece haber abandonado a los productores agrícolas y ganaderos a su suerte. 

“La Nube” nos adentra en un mundo trágico sin tiempo suficiente para el victimismo puesto que todas las horas del día se invierten en la supervivencia. En un espacio natural como la granja en la que se enclava es fácil entrar en el juego y percibir la tensión que se va creando lenta y asfixiantemente. Una vez vendida la dramática historia familiar, es sencillo que nos distraigamos con los saltamontes y tengamos la suficiente curiosidad por conocer los límites que el debutante director, Just Philippot, marca, teniendo en cuenta que una película como “La Nube” tiene un concepto muy de serie B y una ejecución muy indie


“el ritmo al que nos obliga a ir en los preparativos redunda en la relación de esta madre y sus hijos y sus necesidades económicas y eso hace que en ocasiones se pierda el foco de lo realmente interesante: los bichos” 


Suliane Brahim madre en la nuée
Con un presupuesto ajustado, se apuesta por un guion que pone énfasis en el drama social y familiar por encima de la acción. Para ello, se opta por la vieja fórmula de ir preparando al espectador de una manera muy pausada para la sorpresa final. El problema es que el ritmo al que nos obliga a ir en los preparativos redunda en la relación de esta madre y sus hijos y sus necesidades económicas y eso hace que en ocasiones se pierda el foco de lo realmente interesante: los bichos, unos bichos con unas posibilidades infinitas de dar un giro radical al ritmo marcado por Philippot (algo que lamentablemente no ocurre). Otra de las trabas es que esa sorpresa final se desvela muy rápido y no tiene un impacto potente en el desenlace. 

Suliane Brahim cine francés
Es imposible desprenderse del aroma francés en la película y aun intentando ser desagradable, lo que parece una elegancia innata a la hora de rodar, pone difícil que los pocos momentos gore que nos regala se conviertan en un revulsivo que ponga los pelos de punta. Lo que hace incomoda a “La Nube” no es lo que lo que los saltamontes hacen, sino lo que es capaz de hacer una persona por sacar a su familia adelante y las ganas de dejar atrás una vida difícil. El objetivo es angustiar y se consigue gracias al esfuerzo de una maravillosa Suliane Brahim, los constantes primeros planos de los saltamontes y una banda sonora que cede casi todo el protagonismo al sonido de las patas de estos insectos al frotarse de manera obsesiva contra sus alas. 


“muestra las cartas demasiado pronto y busca un eclecticismo que probablemente no necesita y que en ocasiones roza el tedio. Aun así, es una película bastante interesante” 


Suliane Brahim devorada por bichos
“La Nube” se deja llevar por las obsesiones para no desprenderse del costumbrismo ni un solo instante y buscar así un tipo de terror lánguido y cercano, algo que en mi opinión no permite que las partes más efectistas de la película tengan gran calado. Muy cerca del drama familiar, muy cerca del drama social, muy cerca del drama económico, muy cerca de la tensión de estar rodeadas por miles de pequeños seres vivos sedientos de sangre, muy cerca del terror, muy cerca de la fantasía y sin embargo, “La Nube” no consigue ser memorable en ninguna de estas cercanías debido a que muestra las cartas demasiado pronto y busca un eclecticismo que probablemente no necesita y que en ocasiones roza el tedio. Aun así, es una película bastante interesante con una fortaleza técnica innegable, que consigue desasosegar y que el espectador esté pendiente en todo momento de lo que los plásticos de los invernaderos esconden.

En esta ocasión, la naturaleza no explota y revienta como todo indicaba que ocurriría, pero es una buena señal que haya directores que sigan arriesgando en sus óperas primas y que no se olviden del maravilloso filón que supone el cine que involucra a animales haciendo cosas que no sorprendería en humanos, pero sí en ellos. Pocas cosas chupan más la sangre que vivir en esta sociedad así que, si un saltamontes frota sus patitas y muerde, que a nadie le extrañe que quizá ha dejado de ser un poco menos animal y un poco más humano.


Crítica: Demonic

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EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL ROCAMBOLESCO EXPERIMENTO DE UNO DE LOS GRANDES NOMBRES PROPIOS RECIENTES DE LA CIENCIA FICCIÓN


Si hay un director que ha revolucionado -sentando las bases de un sello propio- el género de la ciencia ficción en los últimos diez años (y pico), ese es sin duda alguna Neil Blomkamp. Y eso que este natural de Johannesburgo, ha sido víctima de su propio talento y posterior éxito. Su debut, esa joya del género que es “Distrito 9” (2009), aclamada en su día y hoy ya a todas luces considerada de culto, ha sido una insoportable losa con la que ha tenido que cargar desde entonces. Mal endémico que sufren todos aquellos que llegan pisando tan fuerte y que ya hemos visto padecer a otros muchos antes, ahí están los Mauri & Bustillo, Aster, Eggers, Aja y demás cineastas que siempre han tenido que vivir bajo la alargada sombra de aquella primera obra que tanto les (y nos) marcó, para bien y para mal.
 

“El cine de Blomkamp ha sido hasta la fecha, de manual. Señas identitarias a las que no ha renunciado en ninguna de sus tres películas previas y gracias a las cuales se ha ganado a un buen puñado de adeptos” 


Si había una película a la que le tenía especial ganas era a esta “Demonic” (2021). Más allá de por la obviedad de tratarse de lo nuevo de uno de mis fetiches personales, tenía especial interés en ver como un director con un cine y estilo tan marcado, podía manejarse tan alejado de su habitual zona de confort y a todo esto, por supuesto, con el añadido de la gran frustración que supuso el no rodaje de “Alien 5” (por más que me fascinen las dos últimas entregas del universo xenomorfo rodadas por Scott, que lo hacen, lo de “Alien” y Blomkamp, siempre quedará en un sueño húmedo), tras la mala acogida comercial de su último trabajo hasta la fecha, la entrañable y muy divertida pese a lo que digan los fríos números “Chappie” (2015). 

El cine de Blomkamp ha sido hasta la fecha, de manual. Señas identitarias a las que no ha renunciado en ninguna de sus tres películas previas y gracias a las cuales se ha ganado a un buen puñado de adeptos. Con un sentido del espectáculo como pocos y combinado con algo profundo que contar más allá del show superficial, el sudafricano ha revolucionado o mejor dicho, evolucionado el concepto Blockbuster, demostrando que el cine puede combinar espectáculo y mensaje, que con el talento necesario, las etiquetas y las supuestas restricciones de público, son una gilipollez más de las muchas que pululan por ahí. Que uno puede ir a una sala de cine a disfrutar de un bombástico espectáculo de fuegos artificiales y que luego, además, puede reflexionar sobre aquello que le han contado. Blomkamp ha sido hasta la fecha, un adalid de tal concepto cinematográfico, un director diferente, transgresor y valiente, de ahí que, como suele ocurrir en estos casos, haya polarizado tanto al público


“una película como Demonic solo puede entenderse desde el afán de un director diferente de rodar el más difícil todavía. En este sentido, no se le puede poner ni un pero a este su nuevo trabajo” 


La pregunta es, ¿Se puede extrapolar todo esto al género de terror? Más difícil aun, ¿Puede hacerse en el cine de posesiones? Yo de entrada, diría que no, pero claro, yo no soy Blomkamp y una película como “Demonic” solo puede entenderse desde el afán de un director diferente de rodar el más difícil todavía. En este sentido, no se le puede poner ni un pero a este su nuevo trabajo, obviamente, lo más experimental que ha rodado hasta la fecha. Blomkamp, siempre con la tecnología como estandarte y más importante, como indispensable herramienta narrativa, se adentra aquí en tierra extraña, se adentra en la mística y el folclore de lo espiritual, un lugar en el que su mundo futuro, no tiene cabida... ¿O si?

Pues sí y no. Si algo no se le puede negar, es el intento de rodar un género tan diferente al suyo sin perder (o hacerlo en la menor medida posible) sus señas de identidad. En “Demonic”, el director se las ingenia para meter el elemento tecnológico en la ecuación y pese a que para nada suena a material nuevo, las reminiscencias a infinidad de historias ya contadas son evidentes, sin ir más lejos, a “La celda” (Tarsem Singh, 2000), Blomkamp consigue encajarlo con relativa gracia en su historia. Con el paso de los minutos, no obstante, uno se da cuenta que todo se queda en un brindis al sol y que la jugada no tiene ningún peso real en el relato. Y en lo personal, más allá de otras consideraciones, es el punto que más me ha decepcionado de la película, pues me he encontrado con una artificialidad que hasta ahora me había sido ajena en la obra del director. El afán de Blomkamp por hacer que su película de posesiones suene a Blomkamp, se hace patente también en detalles tan poco sutiles como su banda sonora, repleta de sonoridades industriales que no terminan de encontrar acomodo natural en aquello que se nos está contando. 


“una película que pese a su marcado carácter experimental en clave conceptual, termina resultando de lo más convencional” 


¿Y qué nos cuentan? Olvidándonos de la anécdota referente a la ciencia ficción, una historia simplona al tiempo que rocambolesca a tres bandas entre Carly (Carly Pope), su madre Angela (Nathalie Boltt) y un demonio de tres al cuarto que parece sacado de una película porno ambientada en el carnaval de Venecia. Se hubiera sacado el nabo con fines lúdicos en algún momento y no hubiera pasado nada, más si uno atiende al tono surrealista hacia el que va degenerando la historia hasta llegar al estrepitoso tramo final, una sucesión de chorradas varias que no son dignas de un director del nivel y estatus de Blomkamp

Poniendo la lupa en su apartado visual, la cinta no gana enteros precisamente. Al desalentador diseño artístico del demonio, hay que sumar lo rácano de la propuesta a la hora de regalarnos secuencias terroríficas, lo cual es una lástima, pues hay que reconocer que de los pocos momentos (uno) en los que “Demonic” se asemeja a una suerte de película de terror, lo hace realmente bien y sí resulta ciertamente perturbadora, pero no deja de ser una anécdota dentro de un conjunto que se pierde en anodinas partes melodramáticas y clichés varios del terror mainstream moderno dando como resultado una película que pese a su marcado carácter experimental en clave conceptual, termina resultando de lo más convencional. La presencia de Sharlto Cooper, un habitual del cine Blomkamp, se antoja también como otro intento artificioso por parte del cineasta de registrar parte de su marca personal en la película, pero su participación aquí dista mucho de las prestaciones de antaño, mucho ha llovido desde Wikus Van de Merwe y en “Demonic”, Cooper da continuidad a esa irrelevancia en la que por desgracia parece haberse acomodado su carrera en los últimos tiempos. 

Como acérrimo de Blomkamp, me duele decirlo, pero “Demonic” se ha quedado muy lejos de las expectativas, tanto, que no me queda otra que dejar de lado cualquier atisbo de romanticismo y concluir que el experimento se ha saldado con un rotundo fracaso. Una película arriesgada, que tras media hora inicial donde parece aguantar el tipo, termina degenerando en otra cinta más de exorcismos de tercera fila de las muchas que corren por ahí y ni siquiera, el despiporre final a nivel argumental, algo que por ejemplo, fue capaz de arrancar de la mediocridad a un título como “Eli” (2019) para elevarla a otra categoría, consigue aquí arreglar un estropicio, que a esas alturas, ya ha calado hasta los huesos. ¿Pero qué diantres le pasaría por la cabeza a este hombre? 

Lo mejor: Su única escena de aterradora y el esfuerzo por exportar el universo de la ciencia ficción al cine de terror... 

Lo peor:… aunque todo termina resultando rematadamente mal. Sin espectáculo, sin fondo y lo peor de todo dado el escenario, sin terror.


"Nuevo sabor a cereza", el reverso siniestro y bizarro del glamouroso Los Ángeles

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KRUEGER NOS HABLA SOBRE LA NUEVA APUESTA DE TERROR DE NICK ANTOSCA, EN OTRA SACADA DE RABO DE NETFLIX ESTE 2021


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Hay que reconocer que gracias a Netflix el infernal verano está siendo mucho más llevable. A productos tan divertidos como la trilogía de “La Calle del Terror” (Leigh Janiak, 2021) y reivindicables como “La clásica historia de terror” (Roberto De Feo, 2021), se une ahora la nueva propuesta de Nick Antosca, la muy disfrutable y refrescante “Nuevo Sabor a Cereza” (2021). 


“la apertura de la serie no nos prepara para lo que vamos a ver y la trama va extendiéndose, creando un mundo de pesadilla francamente divertido y adictivo” 


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Hace tiempo que Ryan Murphy (principal artífice de las “American Horror Story”) empezó a aburrirme y mis atenciones se dirigieron hacía Antosca, que con las cuatro temporadas de “Channel Zero” había conseguido lo que Murphy no lograba desde “Murder House” (2011): asustarme. Aunque siendo sinceros, las cuatro entregas pecaban del mismo error: no ser capaces de llevar a buen puerto sus potentes (y escalofriantes) ideas iniciales. Tanto “Candle Cove” (2016) como “La Casa Sin Fin” (2017) tenían capítulos iniciales tan inquietantes y efectivos que resultaba muy difícil mantener el nivel. En las dos siguientes temporadas la serie fue capaz de mantener el ritmo de forma más acertada, pero la fuerza de la idea inicial terminaba por ensombrecer el resultado final. 

Con “Nuevo Sabor a Cereza” (2011) ocurre justo lo contrario: el capítulo inicial actúa en realidad como prologo de la historia y resulta muy difícil imaginarse, tras ese primer visionado, por donde van a ir los tiros. Desde luego la apertura de la serie no nos prepara para lo que vamos a ver y la trama va extendiéndose, creando un mundo de pesadilla francamente divertido y adictivo. Aquí el interés si se mantiene hasta el final, afortunadamente. 


“la historia se recrea en escenas que no tienen sentido alguno de puro extraño, pero resultan ciertamente fascinantes. Elemento que la emparenta con las propuestas de David Lynch” 


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A grosso modo la historia en sencilla: una aspirante a cineasta, con solamente un corto en su haber, establece contacto con un productor de Hollywood en horas bajas. Todo parece ir sobre ruedas y la joven parece que va a ver cumplido su sueño; pero todos sabemos como funciona el mundo del espectáculo: abundan los carroñeros, los mentirosos y los traidores, por lo que la protagonista no tarda en perder el control sobre la película (que adapta su corto). ¿El siguiente paso? Lógico, echar una maldición, con la ayuda de una bruja, al productor que ha jugado con ella

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“Nuevo Sabor a Cereza” tiene dos claros factores que la elevan por encima de la media: en primer lugar su constante apología del bizarrismo, de ir un paso más allá. Sin necesidad de ser la serie más gore o asquerosa de la televisión (esto es una nadería comparado con el “Huella” de Miike del ya lejano 2006), la historia se recrea en escenas que no tienen sentido alguno de puro extraño, pero resultan ciertamente fascinantes. Elemento que la emparenta con las propuestas de David Lynch, influencia más evidente de la serie, especialmente de esa obra maestra conocida como “Mulholland Drive” (2001); aspecto que enlaza con la segunda virtud de “Nuevo Sabor a Cereza”: su capacidad para acumular referencias (algunas más que evidentes) y aún así tener un sabor y personalidad propia. 

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Evidente resulta la influencia de “Mulholland Drive”, no solamente por la ambientación en el mundo del cine, sino también por el contexto temporal, los años 90, y por la propia historia. Hay secuencias que perfectamente podría haber firmado un Lynch en modo pesadilla. Otros referentes son Cronenberg y su “Videodrome” (1983), con posiblemente la escena de sexo más incomoda de todo el catalogo de Netflix. El look visual nos trae a la cabeza todos aquellos telefilms entrañables de Mick Garris y no resulta difícil ver puntos de conexión con “El fin del mundo en 35 mm” (John Carpenter, 2005), si tenemos en cuenta ese final del cortometraje que, sabiamente, nos ocultan hasta el ecuador de la serie. Aún siendo más reciente, el cuelgue de la protagonista me ha recordado a la reivindicable “Bliss” (Joe Begos, 2019). De modo totalmente subjetivo, los ¿zombies? me han recordado a los divertidos no muertos de “Dellamorte, dellamore” (Michele Soavi, 1994). 


"No es una serie para todos los públicos y es posible que un maratón no sea lo más recomendable para disfrutar de su peculiar narrativa” 


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Devoción absoluta por Rosa Salazar y por Catherine Keener. Repugnancia por Eric Lange y su pelete. Tremendas carcajadas con las erecciones mortales y absoluto asco con los gatetes mojados. Soy críptico porque es mejor mirar el absurdo directamente y no que te lo cuenten. 

Desde luego queda lejos del nivel de “Them” (Little Marvin, 2021), probablemente una de las mejores series de terror que he visto en mi vida, pero opciones como “Nuevo Sabor a Cereza” son necesarias en plataformas plagadas de productos clónicos. No es una serie para todos los públicos y es posible que un maratón no sea lo más recomendable para disfrutar de su peculiar narrativa, pero servidor ha disfrutado como un enano con el viaje por el lado turbio y oculto de Los Ángeles. ¿Lo mejor de todo? Solo una temporada, a pesar de los numerosos interrogantes que quedan abiertos.


Crítica: Candyman (2021)

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ASTINUS NOS HABLA SOBRE LA REVISIÓN DE NIA DACOSTA DEL CLÁSICO NOVENTERO DE BERNARD ROSE


candyman 2021 póster
Lo del horror noire ya es una realidad dispuesta a quedarse. Llevamos una estela de años donde las producciones que aúnan cuestiones raciales y terror suponen un número creciente de películas dentro del género, especialmente tras el éxito de “Get Out” (2017) de Jordan Peele, que sirvió a este y a Daniel Kaluuya para situar un film de terror en la escena de los filmes oscarizables, meritorio sin duda cuando este género ha estado tan denostado para los festivales de cine más importantes como la fantasía para los premios de literatura. A partir de ese maravilloso año que fue 2017 han sido no pocas las películas y series que han pervivido en instalarnos esa mescolanza entre los fenómenos sobrenaturales y la maldad inherente al ser humano, desde la reiteración de Peele en “Us” (para mí, algo inferior a su predecesora), a las producciones que han ido surgiendo a posteriori como “His House” (2020), “Antebellum” (2020), “Lovecraft Country” (2020) o la maravillosa y recomendada “Them” (2021), donde dicha crueldad cobra un sentido mucho más elevado al mostrarnos escenas y episodios realmente escabrosos. 


“La película podría definirse como una secuela, reboot y remake, un mejunje donde se han tenido determinadas cuestiones en cuenta para continuar el hilo que ya marcaba la anterior” 


Candyman Nia DaConte
Este pequeño repertorio es solo una muestra de los filmes y series que han tenido más impacto, pero hay una cantidad de productos por detrás que merece la pena sondear. En cierta medida, me sigue recordando a esos años en la primera década de los 2000s en los que el mockumentary rompió el paradigma de lo visto hasta ese momento, creando igualmente abundantes películas con calidad bastante desigual al abrigo de esa precursora llamada “The Blair Witch Project” (1999). En definitiva, y como manda el mercado, se lanza un producto de gran calidad y muchos aventurados deciden animarse y sumarse a la fiesta con todo tipo de resultados. Quizás, y eso resulta especialmente interesante, la connotación política de este Black Horror tenga una incidencia social mucho más beligerante y, por qué no, sea una tendencia totalmente hija de su tiempo, en unos momentos en los que el conflicto racial sigue más de actualidad que nunca. 

Quizás, por ello, resulte tan interesante la “Candyman” original, un producto fresco que surgía en el año 1992 al amparo de una historia tan interesante como única, y que le otorgó al poco la etiqueta de producto de culto, incluso si con ello tenemos que aceptar sus dos malogradas secuelas. Ya la analizaba hace un par de años, y reiterarme en sus logros es algo que no merece la pena. Sí plantearemos que parte de sus aciertos respondía a un antagonista fantástico en una suerte de relación cuasi sexual con la protagonista a la par que escabrosa, muy propia del relato adaptado de Clive Barker y al estudio antropológico que la película plantea en la tesis de una Helen Lyle interpretada maravillosamente por Virginia Madsen, que ahonda en las formaciones de guetos negros en las principales ciudades estadounidenses, mostrándonos la pobreza y abandono de las instituciones hacia estas enormes pilas de edificios grises donde la droga y la violencia conviven con una suerte de cosmología propia donde ahondan creencias preternaturales como la existencia del propio Candyman. 


“La directora trabaja enormemente la ejecución técnica del filme, con una sobresaliente fotografía y un excelente uso de los encuadres para que los protagonistas sean los espejos” 


Yahya Abdul-Mateen II candyman
Nia DaCosta, batuta al mando, da un giro completo a esta película, que se nota ha visto y estudiado para perfilar toda una trama en la que pervivan ciertas cuestiones adentrándose en una actualidad rabiosa con un protagonista que poco tiene que ver con aquella mujer blanca, situando la naturaleza del entuerto en la visión de una persona de color hacia un conflicto de personas de color. El protagonista forma, en cierta medida, parte de ello. Pero no es lo único. La acción vuelve a colocarse en Chicago y las representaciones sobre el mito de Candyman, si bien cambian, orbitan en torno a lo mismo, actualizándose constantemente con una amplitud de miras no tan onírica como rabiosa en su contemporaneidad. En cierta medida, los códigos discursivos han cambiado, pero el trasfondo sigue resultando el mismo. Y eso mola. 

La película podría definirse como una secuela, reboot y remake, un mejunje donde se han tenido determinadas cuestiones en cuenta para continuar el hilo que ya marcaba la anterior. Es continuista, en tanto en cuanto tendremos numerosas referencias, citas de los personajes del filme noventero y una historia que es parte del microcosmos de esta. También renace la figura de Candyman, yendo más allá de una sola persona en su sentido más literal (esa colmena formada, precisamente, por numerosos asesinos, no solo uno) y también habrá particularidades y escenas que son, literalmente, una copia de la otra (ese momento fotografiando la iglesia, por citar un ejemplo de muchos). Todo eso se agradece si eres fan, y si no es así igualmente es una película interesante y funciona perfectamente como slasher sobrenatural. 

Yahya Abdul-Mateen II cine terror
Las diferencias son igualmente remarcables. En esta ocasión, el protagonista es un pintor venido a menos que se obsesiona con Candyman y su historia, invocando su presencia e inspirándose en él para formar toda una serie de cuadros que narran lo que simboliza. A partir de aquí la película va tomando derroteros interesantes en una plasmación no solo de la problemática de la gentrificación, sino también del oportunismo artístico posmoderno donde la apariencia vale tanto o más que la calidad. El mundillo de las galerías de arte, los favores entre crítica y artistas o el aprovechamiento de los fenómenos sociales del momento para aprovechar el tirón son temáticas sobre las que orbita esta parte de la película, siempre fiel al espejo de una realidad que, tomando como punto neutro los conflictos raciales, sirven más como explicación de lo que sucedió que como leiv motiv, sin que ello quite interés al hecho de que la práctica totalidad del reparto sea negro (y que la práctica totalidad de las personas asesinadas sean, en esencia, blancas). 


“El consejo básico es no entrar en esta pseudosecuela sin haber visitado antes la original de 1992; hay demasiados gags y referencias que se pierden” 


candyman remake
La directora trabaja enormemente la ejecución técnica del filme, con una sobresaliente fotografía y un excelente uso de los encuadres para que los protagonistas sean los espejos. Efectivamente, no vemos a Candyman aparecer físicamente, ni tampoco poseer a uno u otro personaje; ejerce sus asesinatos desde ese otro lado que manifiesta un mundo oscuro donde la venganza la lleva a cabo el hombre negro en un mundo al revés. Con ello, más allá de lo simbólico del momento, es de una gran belleza observar las apariciones entre cristales de todo tipo, lo cual unido al jump scare bien medido nos llevan a un producto de calidad, donde vale más la atmósfera que el gritito de turno

Hay puntos negativos. El final es demasiado engorroso, en consonancia con algunos aspectos de la película que pasan desapercibidos y da sensación de no haberse extendido por falta de tiempo (el pasado trágico del padre de la protagonista), o un par de momentos finales que no se entienden bien. También hay ciertos momentos donde la reiteración de temas puede resultar algo pesada, pero su duración, apenas noventa minutos, juega a favor. Más allá de esto, las interpretaciones son sólidas, con un Yahya Abdul-Mateen II (“Us”, “Aquaman”, “The Trial of Chicago”, “Seven”, etc.) en estado de gracia y una Teyonah Parris, a quien ya vimos en “Wandavision” en un papel pequeño, convincente. El resto del elenco complementa igualmente con satisfacción, incluyendo algunas sorpresas que preferimos no desvelar. Y es que esa es la guinda del pastel. El consejo básico es no entrar en esta pseudosecuela sin haber visitado antes la original de 1992; hay demasiados gags y referencias que se pierden, y no hay que olvidar que es un peliculón, así que se gana por partida doble. Aquí nos encontraremos un producto sólido, bien ejecutado, con buenas interpretaciones y entretenida en su concepto global, sin que por ello haya pinceladas mal planteadas o algunas cosillas del final que podrían haber tenido otra lectura. Eso sí: nada de intentar una convocación en el espejo de casa.



"Sitges 2021", el fantástico español a escena

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El fantástico español más reciente desembarca en Sitges 2021 

‘El páramo’, de David Casademunt, e ‘Y todos arderán’, de David Hebrero, se añaden a la programación 

Las últimas producciones españolas de cine fantástico tendrán su cita en la 54ª edición del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. Títulos de directores consolidados como Álex de la Iglesia con Veneciafrenia o Paco Plaza con La abuela, se presentarán en Sitges junto a otras obras representativas del panorama fantástico nacional más reciente. 

El debut del catalán David Casademunt, El páramo, tendrá su estreno mundial en Sitges, en Sección Oficial Fantàstic en Competición. La película, protagonizada por Inma Cuesta y Roberto Álamo, narra la tranquila vida de una familia que vive aislada de la sociedad y que se ve perturbada por una criatura terrorífica que pondrá a prueba los lazos que los unen. También se incorpora, en sesión especial, la épica de terror Y todos arderán, segundo largometraje de David Hebrero. Una epopeya sobre la búsqueda de venganza de una madre contra el pueblo que le hizo perder a su hijo, con Macarena Gómez, Rodolfo Sancho, Ana Milán y Rubén Ochandiano. 

Estos dos títulos se suman a otros films españoles ya anunciados en Sección Oficial Fantàstic en Competición: la inquietante cinta de ciencia ficción Tres, del premiado Juanjo Giménez, con Marta Nieto y Miki Esparbé, y el estreno mundial de Visitante, ópera prima de Alberto Evangelio, con Iria de Rio, Miquel Fernández, Jan Cornet y Sandra Cervera, sobre una crisis matrimonial que se convierte en un thriller fantástico de realidades paralelas. 

En las sesiones especiales incluidas en la Sección Oficial Fantàstic se podrán disfrutar tres propuestas muy esperadas. El estreno mundial de Veneciafrenia, de Álex de la Iglesia, con su impactante mezcla de slasher y giallo; el ansiado retorno de Paco Plaza con La abuela, una pesadilla con guion de Carlos Vermut, y la premiere de los cuatro relatos de Historias para no dormir, el regreso de la mítica serie creada por Chicho Ibáñez Serrador cincuenta años atrás, que reúne a las mejores figuras del fantástico español actual como Rodrigo Cortés, Rodrigo Sorogoyen, Paco Plaza y Paula Ortiz, junto a un reparto de lujo. 

El fantástico español estará presente en buena parte de las secciones del Festival. En Panorama Fantàstic se podrán ver dos estrenos mundiales. La cinta de terror gallega Jacinto, de Javi Camino, sobre un niño encerrado en el cuerpo de un adulto, y la terrorífica road-movie en furgoneta La pasajera, dirigida por Raúl Cerezo y Fernando González. 

Recuperación de clásicos 

Además de la última cosecha de cine fantástico español, la proyección de clásicos ocupará un lugar destacado en Sitges 2021. Dentro de la retrospectiva dedicada a los hombres lobo, “La bestia interior”, se verán El bosque del lobo (Pedro Olea, 1970), y El retorno del hombre lobo (Paul Naschy, 1981), dos films imprescindibles en la historia de nuestro cine. Naschy será recordado por partida doble, ya que la sección Seven Chances programará El aullido del diablo, obra de 1987 dirigida por el director y actor madrileño. 

Por su parte, Sitges Classics recuperará otras dos cintas españolas. El extraño viaje, de Fernando Fernán Gómez, una obra de culto escrita a partir de un argumento de Luis García Berlanga, y la copia remasterizada en 4K de El día de la bestia, de Álex de la Iglesia. 

En colaboración con la Filmoteca de Catalunya, se proyectarán dos producciones catalanas que se engloban en la retrospectiva “Catalunya Imaginària”. Se trata de La banyera (Jesús Garay, 1989), en la que un hombre que sufre amnesia intenta localizar a un testigo del asesinato de su amante, y La dama del alba (Francesc Rovira Beleta, 1966), una cinta fantasmagórica sobre una misteriosa desaparición.

Crítica: Godforsaken

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NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE ESTE TERROR DE BAJO PRESUPUESTO ENTREGADO EN CUERPO Y ALMA A LAS MISERIAS DEL FORMATO


Póster de Godforsaken
Hacer una crítica de cualquier película que utilice el formato found footage me supone un reto, de entrada, por una aversión personal al formato. Seguramente por lo explotado de la fórmula, me cuesta encontrar películas en este formato que se hayan quedado conmigo a lo largo de los años. Desconecté de la saga de “Paranormal Activity” (varios directores, 2007-presente) allá por su segunda película, no he podido acabar la saga de “Rec” (aunque admiro profundamente el trabajo de Paco Plaza) y la saga “V/H/S” (varios directores, 2012-2014) me resulta del todo irregular. Por supuesto, existen algunas excepciones a la regla en mi filmoteca personal: soy fiel defensora de “The Blair Witch Project” (Myrick y Sánchez, 1999) y la secuela del 2016 “Blair Witch” (Wingard, 2016) “Creep” (Brice, 2014) me resultó bastante inquietante, y he disfrutado mucho con películas como “Home Movie” (Denham, 2008), “The Possession of Michael King” (Jung, 2014), “Lake Mungo” (Anderson, 2008) o la reciente “Murder Death Koreatown” (Desconocido, 2020). 


“el metraje encontrado parece haberse convertido en ese resquicio de esperanza del cine amateur, un formato barato que puede convertir un par de buenas ideas en una película sólida” 


cine de terror bajo presupuesto
Tampoco sería justo no mencionar el gran poder democratizador que ha traído consigo el formato: hacer cine es una tarea colosal que no solo requiere del talento y las ideas de un gran número de personas, sino también de cosas mucho menos románticas y más terrenales, como el dinero. Por ello, el metraje encontrado parece haberse convertido en ese resquicio de esperanza del cine amateur, un formato barato que puede convertir un par de buenas ideas en una película sólida sin grandes medios económicos. Por supuesto, las desventajas de este formato saltan a la vista: a nivel de producción, incluso la película más amateur necesita de lo más básico en lo que respecta a la imagen y el sonido, más la labor de edición y circulación de la película que requiere de un equipo detrás. A nivel narrativo, el uso del formato debe estar más o menos justificado, y en una película de terror la cosa suele complicarse cuando debemos explicar por qué el personaje que sostiene la cámara simplemente no la suelta y sale corriendo. 


“las primeras pistas sobre la humildad de la película vienen dadas por las actuaciones: la mayoría de los actores no son profesionales y en algunos momentos las reacciones son forzadas” 


películas de found footage más terroríficas
La película que nos ocupa se beneficia y adolece de todo lo mencionado más arriba, dando lugar a una película disfrutable si tenemos en cuenta que se trata de un producto amateur, hecho desde la humildad y el disfrute. “Godforsaken” (2020) nos cuenta la historia de un grupo de cineastas aficionados que viajan al pueblo de uno de ellos para documentar un suceso que parece tener algo de sobrenatural: una mujer se ha levantado de la tumba en mitad de su propio funeral. El suceso desencadena una serie de reacciones de los habitantes del pequeño pueblo católico, que llevan al equipo a presenciar una espiral de locura colectiva. 

“Godforsaken” arranca bien, y el primer tercio de la película va dejando pistas de que el guion maneja unas cuentas buenas ideas. Sin embargo, como comento más arriba, es una cinta amateur, y las primeras pistas sobre la humildad de la película vienen dadas por las actuaciones: la mayoría de los actores no son profesionales y en algunos momentos las reacciones son forzadas. Esto se agudiza a medida que la historia avanza y los actores pasan de ser meros figurantes del documental para convertirse en personajes con peso narrativo. 


“la mezcla de géneros y las diferentes ideas hacen que, ante todo, sea una película entretenida y dinámica, a lo que ayuda su duración” 


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La cosa empieza a complicarse cuando hacia la mitad de la película, se van introduciendo cuestiones relacionadas con la fe y los dogmas para acabar derivando en su tramo final en un batiburrillo de ideas y referencias no muy sutiles hacia clásicos del género de muchos estilos diferentes. La sensación final es de poca concreción, como si se hubiesen dejado pinceladas de buenas ideas sin apostarlo todo al desarrollo y resolución de una sola. Imagino que hay varias razones para esto: por un lado, algo propio del amateurismo, quizá un poco de miedo a apostarlo todo a una sola baza, o puede que incluso las prisas a la hora de elaborar el guion. Como espectadora eché de menos un all in, una huida hacia delante que permitiese llevar alguna de las ideas hasta sus últimas consecuencias. 

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El otro elemento, en mi opinión problemático a la hora de valorar la cinta, es el uso del humor. Dejo en el aire la cuestión sobre si se trata de una herramienta usada de manera autoconsciente o si es fruto de la humildad de la cinta. No he podido encontrar el primer largometraje del director, así que me es difícil valorar si es algo intencionado. Aunque en las primeras escenas no resulte molesto, al llegar al final de la película se percibe como un lastre que desentona en lo que debería ser el clímax de la cinta. Finalmente, el trabajo de cámara, que si bien en los primeros dos tercios de película se sobrelleva, en el último tercio me parece descuidado. Ya sabemos que es complicado no marear al espectador en un metraje encontrado, pero esto no tiene perdón. El movimiento es tan mareante que es difícil no querer apartar la mirada y desconectar totalmente de la cinta. En mi opinión aquí se demuestra que incluso el formato más accesible tiene su saber hacer detrás. Como punto positivo, destaco que la mezcla de géneros y las diferentes ideas hacen que, ante todo, sea una película entretenida y dinámica, a lo que ayuda su duración. Si “Godforsaken” se ve con expectativas moderadas, puede resultar disfrutable.


"Them", ¿De qué clase de magia negra estás hecha?

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ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE UNO DE LOS GRANDES TERRORES DEL AÑO, EL BRUTAL SHOW CREADO POR LITTLE MARVIN


Póster de Them: Covenant
Reflexionando un poco sobre el racismo. Muy poco, porque la intención es platicar acerca de algo un poco más banal (una serie de televisión), y es que para todo hay un espacio y un tiempo. Es difícil de visualizar para quienes lo vemos desde fuera lo que implica e implicó la palabra "negro". Terror puro. La cosificación del ser humano que nos remite a una desposesión de toda autodeterminación. Un firmamento de pesadillas para quienes vivieron presos en las redes de la dominación racial, espectadores de su propia existencia. Negro. Concebido para denotar exclusión y degradación; para el brillo de aquellas potencias mundiales nacidas en el siglo XIV. Hoy día, pocos países cargan con tal estigma como Estados Unidos… la fuente de inspiración para el director y guionista Little Marvin, quien se detiene a pensar en el terror de sus antepasados, en contraste con la militarización hasta hoy día de los espacios públicos contra los afroamericanos

Deborah Ayorinde
Distribuida por Amazon Prime Video, “Them” (2021) nace como una serie de antología, la cual por ahora sólo ha confirmado 2 temporadas autoconclusivas, ambas temporadas y todas las que logre a recopilar “Them” girarán en torno al racismo en Estados Unidos, desde la perspectiva del género de terror y ciencia ficción. La primera temporada que es a la que me remito en esta reseña es “Covenant”. Dirigida en colaboración con Nelson Cragg (“Ratched”, Serie del 2020), C. William Macneill (“The Boy” del 2015), Ti West (“In a Valley of Violence” de 2016), Daniel Stamm (el remake del 2014 de “13 Sins”) y Janicza Bravo; y protagonizada por Deborah Ayorinde y Ashley Thomas, y como antagonista Alison Pill (tal vez la recuerdes en “American Horror Story: Cult”)... no recuerdo a ninguno de estos actores realizando un papel importante en sus respectivas series hasta ahora, y sin duda hacen un buen trabajo


“veremos cómo cada integrante de la familia es acechado por sus particulares pesadillas y alucinaciones. Ofreciendo algunos momentos de terror puro” 


mejor serie terror del año
“Them: Covenant” está ambientada en 1953, dentro del marco de la Gran Migración Afroamericana. Brindando como análisis de estudio la interacción de la familia Emory, con el que será su nuevo vecindario, esto en un lapso de 10 días. 10 días en 10 episodios en donde veremos a los Emory intentando sobrevivir no sólo al racismo de East Compton sino a las fuerzas malévolas que yacen bajo los cimientos de su nuevo hogar

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Por momentos, tal vez podamos creer que Little Marvin cae en exageraciones y clichés, en cuanto al racismo ejercido por los habitantes de East Compton, sin embargo, recordemos que pese a la Proclamación 95 de Abraham Lincoln, en 1900 aún el 90% de los afroamericanos vivían bajo un estado esclavista en los países del sur, y es hasta 1915 que inicia la migración, teniendo una segunda oleada al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Es un periodo de transición bastante corto que aunado al natural racismo norteaméricano, en lo absoluto dejan fuera de la realidad estos clichés. Desde el momento en que la familia Emory desciende del auto ante la atenta mirada de sus nuevos vecinos inicia el conflicto, incluso llegan a formar comités para encontrar la forma ideal de coaccionarlos para abandonar el vecindario. Desde miradas e insultos hasta agresiones físicas. Bajo un ritmo in crescendo a favor de ya sea la locura y violencia extrema o de la derrota y expulsión. Un aspecto social bastante visceral que Marvin intenta dotar de claridad tocando puntos como el de la especulación inmobiliaria y los “fraudes” hipotecarios. No obstante todo esto se diluye en aras del terror fantástico y sobrenatural

el mejor black terror
La cara fuerte de Them: Covenant. La familia Emory arrastra un pasado cruel. La muerte de un hijo y la agresión sexual que sufrió recientemente Lucky, por su parte Henry lleva a cuestas el estrés postraumático tras su participación en la Segunda Guerra Mundial, y la clara impotencia como esposo y padre de familia al enfrentar lo sucedió a Lucky dentro de su mismo hogar. Un motivo fuerte para mudarse de su rural Chatham County a East Compton. Sus hijas combaten con miedos más superficiales, Ruby en plena adolescencia quiere ser aceptada (aunque una escuela de blancos no es el mejor lugar) y Gracie de 4 años, intenta conservar su inocencia en un mundo que se devela lleno de crueldad. Elementos psicológicos de los cuales Marvin se servirá para entablar un destructivo nexo con la maligna entidad que habita su nueva casa. Más adelante la serie dedicará un capítulo completo para explicarnos por qué East Compton está maldito y más aún, la casa de los Emory. Mientras tanto veremos cómo cada integrante de la familia es acechado por sus particulares pesadillas y alucinaciones. Ofreciendo algunos momentos de terror puro


“un enfoque exquisito en las emociones de sus personajes (los closeup me han encantado), la tensión, la iluminación sobre sus ojos” 


serie más terrorífica del 2021
¿Qué tan satisfactorio es este híbrido de terror social sobrenatural? Depende de qué busques. Si esperas un mensaje sólido contra el racismo, no lo vas a tener. Y de hecho, aunque se le ha comparado con el terror social de Jordan Peele en “Get Out” (2017) y “Us” (2019)... para mí se acerca más a “The Haunting of Hill House” (2018) de Mike Flanagan. 

Una serie en mi opinión muy bien formulada, a la hora de partir a modo de introducción de lo acaecido con Lucky y en flashbacks posteriores retomar el tema. Desde el inicio Marvin expone el contexto y deja claro que lo que veremos ha sucedido en 10 días, paralelamente el nombre de los capítulos hacen referencia a los días transcurridos, una línea del tiempo que se me figura aceleradisima por los acontecimientos que suceden, pero engloba bien la historia, capaz de generarnos preguntas y en su mayoría responderlas. Algunos sobresaltos y gestos desaprobatorios ante tanta inhumanidad. 


“esta primera temporada es buena… ojalá el cine no termine trillando el black horror, y Marvin tenga material suficiente para una segunda temporada, si no mejor al menos no peor” 


Deborah Ayorinde con un hacha
Técnicamente me ha gustado mucho. En especial la fotografía conceptual de Checco Varese (director de fotografía de “It. Chapter Two”, entre otras cosas); son detalles que se disfrutan, apoyado de una buena edición, dota de una ambientación completamente diferente el pasado del presente, las pesadillas y alucinaciones de la realidad, y un enfoque exquisito en las emociones de sus personajes (los closeup me han encantado), la tensión, la iluminación sobre sus ojos. Y bueno, no debo olvidar mencionar un episodio rodado en blanco y negro, idóneo para extraerlo de la línea temporal y para las sórdidas escenas que construye. En la música tenemos como responsable a Mark Korven (“The Lighthouse” y “The Witch”). 

serie sobre racismo
¿Qué no me gustó tanto? Desafortunadamente al poseer un abanico más o menos amplio de personajes, no abarca con la misma habilidad a cada uno de ellos. El rol de Ruby y Gracie es demasiado superficial, de haberlo pulido, el resultado habría sido más tétrico e incómodo. Así mismo la personalidad de los villanos, por así llamarlos, humanos, es bastante plana, sin matices… otro punto negativo, son las subtramas tan poco desarrolladas, en especial la de Betty Wendell. Y desgraciadamente el final, no digo más porque fácilmente caería en el spoiler. Con todo y estos fallos que es importante mencionar, creo que esta primera temporada es buena… ojalá el cine no termine trillando el “black horror”, y Marvin tenga material suficiente para una segunda temporada, si no mejor al menos no peor, y quizá la oportunidad de llevar a cabo más temporadas. El tiempo lo dirá.


"Sitges 2021", programación completa

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Sitges 2021: bajo el signo de la bestia 

‘Titane’, de Julia Ducournau, y ‘The Trip’, de Tommy Wirkola, entre las últimas y más esperadas confirmaciones 

Sitges - Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya presenta en su 54ª edición un line up convulso y en plena ebullición de nuevas propuestas. Un total de 126 títulos que se podrán disfrutar del 7 al 17 de octubre, con una mirada femenina protagonista en el género y el planteamiento de un debate sobre la delimitación de contenidos y nuevas formas del fantástico. Falta un mes para que vuelvan a llenarse las butacas del Auditori, el Retiro, el Prado, Tramuntana y Escorxador. La 54ª edición vendrá acompañada de los aullidos del hombre lobo y otras criaturas de la noche, bestias interiores y el último cine surgido de las entrañas del fantástico. 

Entre las últimas incorporaciones a la 54ª edición del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya no podía faltar Titane, la Palma de Oro de Cannes 2021. Su directora, Julia Ducournau, visitó Sitges en 2016 con Crudo, film que fue reconocido con tres premios del certamen. Su nueva y explosiva propuesta habla del reencuentro de un padre con su hijo desaparecido diez años atrás, después de una serie de crímenes inexplicados. Está protagonizada por Vincent Lindon, Agathe Rousselle, Garance Marillier, Laïs Salameh y Bertrand Bonello. 

El noruego Tommy Wirkola, autor de las películas de Zombis nazis, Hansel y Gretel: Cazadores de brujas y Siete Hermanas, vuelve a Sitges con The Trip. Una comedia negra sobre Lars y Lisa (Noomi Rapace y Aksel Hennie), un matrimonio en crisis que decide escapar un fin de semana a una cabaña en el bosque y buscar una oportunidad para empezar de cero. Tan pronto como el otro esté muerto. 

En el terreno de las series, La sangre helada, una producción de la BBC que se podrá ver en Movistar+ en octubre, estrenará su primer episodio en Sitges. Interpretada por Colin Farrell y Jack O’Connell, es la adaptación de una novela del siglo XIX sobre un médico en crisis que se embarca en un ballenero donde coincidirá con un psycho-killer. 

Sitges 2021: programación por secciones 

Sección Oficial Fantàstic 

El potente y extenso eje central del Festival presentará diferentes bifurcaciones temáticas y focos de expresión del género. Así, habrá nuevas formas y mitologías derivadas de lo popular y de raíz folk (In the Earth, The Medium, Luzifer, Y todos arderán) o visiones de lo maternal como pesadilla (Son, Lamb, El páramo) mientras la invocación del pasado o de lo cotidiano provocará la descomposición del círculo familiar o íntimo (Violation, She Will, Inexorable, Coming Home in the Dark, Silent Night, Nitram, La abuela, Tres, Visitante) hasta abstraer nuestra propia realidad bajo el signo o significado de la pandemia referida en directo o como alegoría (We Need to Do Something, The Feast). Por otro lado, en el recorrido de esta Sección Oficial se encontrarán variaciones sobre temáticas clásicas (la maldad infantil en The Innocents, la casa maldita en The Deep House, el angst adolescente en Seance, el canibalismo en Barbeque, la licantropía en Eight for Silver, el slasher mítico en Halloween Kills o el giallo en Veneciafrenia). 

También el fantástico optará por la representación casi vanguardista (los mundos oníricos de Mona Lisa and the Blood Moon, The Blazing World, Mad God, Prisoners of the Ghostland o After Blue) incluso basándose en el lenguaje de una animación que sirve al futuro (Belle) como interpreta en clave contemporánea los horrores del pasado (Where is Anna Frank?) o utilizando los lenguajes de la representación contemporáneos como invocadores del horror (Censor, Demonic). Y no faltará la reflexión en clave de fantástico militante y fascinante sobre un pasado revisitado desde el imaginario (Freaks Out, Last Night in Soho), o del futuro desde la distopía creativa (Tides) o realista (Limbo).

Noves Visions / Sitges Documenta 

La programación de Noves Visions se dirige hacia una reflexión sobre las nuevas narrativas y lenguajes del género desde un minimalismo militante (Beyond the Infinite Two Minutes, The Scary of Sixty-First, El apego) a un barroquismo en clave de distopía atemporal (Land of the Sons, 2551.01, Gaia) sin olvidar variaciones sobre mitos clásicos (sobre todo el vampirismo en Rose. A Love Story, Dead & Beautiful, Vampir, o la licantropía en Bloodthirsty). En todo ello, discursos de género marcados por lo social (Medusa), la pandemia (A nuvem rosa), el fanatismo religioso (Agnes) o cierta invocación del absurdo (Mayday, Strawberry Mansion), incluyendo la violencia o el horror sugerido (Sound of Violence, The Dawn). 

Sitges Documenta pondrá de nuevo en cuestión la propia naturaleza de la no ficción y la relacionará con el fantástico desde la recensión académica y valorativa (The Found Footage Phenomenon, Pennywise: The Story of It, Django vs. Django, Woodlands Dark and Days Bewitched: A History of Folk Horror), la invocación fantasmática del propio cine (The Taking) o su implantación en lo popular (Alien on Stage), además de utilizar claves propias de la ciencia ficción para analizar la realidad (A Glitch in the Matrix, Users). 

Panorama Fantàstic / Midnight X-treme 

Las dos secciones más propiamente fandom del Festival tendrán una representación amplia del fantástico, no solo de consumo sino también reflexivo con el presente (Barbarians, The Boy Behind the Door), invocando territorios genéricos desde perspectivas decididamente nuevas (Llanto maldito, Witch Hunt, Superhost, Caveat, Knocking, Hellbender) o más clásicas (Le Calendrier, The Power, Realidad virtual, Let The Wrong In, The Exorcism of God). La apuesta por un exceso con inteligencia (The Sadness, Hunter Hunter, Wyrmwood: Apocalypse) y también por la ciencia ficción (Broadcast Signal Intrusion, Warning). Propuestas decididamente pulp e indies desde un joven cine español (La pasajera, Jacinto) o una presencia importante del cine asiático (The Great Yokai War. Guardians, Last of the Wolves 2, Hand Rolled Cigarette, The Samejima Incident). 

Anima’t 

Una selección de largometrajes que invocan e innovan clásicos se añaden a la sección. Estarán presentes el espíritu del heavy metal o Ralph Bakshi en The Spine of the Night, la diversidad geográfica (Esluna: The Crown of Babylon, Bob Cuspe: Nós Nâo Gostamos de Gente, Welcome to Siegheilkirchen), la ciencia ficción más hard (Absolute Denial), sin olvidar la presencia esencial del anime (Pompo the Cinephile, Poupelle of Chimney Town, The Deer King) y la recuperación de una pieza japonesa concluida por fin, como la delirante Junk Head

Sitges Classics / Seven Chances 

En Sitges Classics, la retrospectiva “La bestia interior”, que ilustra el leitmotiv del Festival, contará con recuperaciones como la argentina Nazareno Cruz y el lobo o La bête, obra maestra de Borowzyck, así como clásicos del cine fantástico español tan dispares como El bosque del lobo, de Pedro Olea, o El retorno del hombre lobo, de Jacinto Molina, incluyendo clásicos como The Howling, de Joe Dante, y la decisiva An American Werewolf in London, de John Landis. 

También se podrá ver el necesario rescate de una de las grandes obras maestras del cine español, El extraño viaje, aportación de Sitges al centenario de Fernando Fernán Gómez, un hombre de cine total del cual todavía tiene que descubrirse su vocación imaginaria. Y no podía faltar el homenaje al cuarto de siglo de El día de la bestia, en una copia restaurada en 4K. 

La reivindicación del cine de género producido en Catalunya estará dentro de “Catalunya Imaginaria”, con la proyección de la magistral La dama del alba, de Rovira Beleta, y la enigmática La banyera, de Jesús Garay. 

Seven Chances recuperará clásicos como On the Silver Globe, la majestuosa epopeya de ciencia ficción de Zulawski, o Multiple Maniacs, del siempre estimulante John Waters, mientras rescatará obras casi perdidas como El aullido del diablo, de Paul Naschy, The Amusement Park de George A. Romero o A Praga de Mojica Marinos, sin olvidar un homenaje al recientemente desaparecido actor japonés Sonny Chiba con la extraña y desconcertante Wolf Guy

Brigadoon 

La sección celebra su 35º aniversario y programa varios estrenos, como las catalanas Volpina, de Pere Koniec, sobre un verano de desamor y brujería, y El hijo del hombre perseguido por un OVNI, de Juan Carlos Olaria, secuela del film homónimo y dirigido por él mismo en 1976. El film de terror y sectas satánicas Bienvenidos al infierno, de la cineasta argentina Jimena Monteoliva, también se podrá ver en Brigadoon. 

En el apartado documental, se añaden El sonido del terror, de Luis Esquinas Chanes, un estudio centrado en el trabajo del sonido en el cine fantástico; Blood in the Streets: The Quinqui Film Phenomenon, de Kier-La Janisse y Don Adams, una visión internacional del cine quinqui, y Las confesiones de un hombre lobo, de Ivan Cardoso, premiere mundial del docu-entrevista a Paul Naschy grabada en Brasil en 2005. Formarán parte de la retrospectiva “La bestia interior” los films Romasanta, la caza de la bestia (Paco Plaza, 2004) y La bestia y la espada mágica (Jacinto Molina, 1983). 

Dead Mountain", el siniestro incidente soviético da el salto a la televisión

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MAIK LINGOTAZO NOS HABLA SOBRE ESTA MINI-SERIE RUSA DE OCHO CAPÍTULOS BASADA EN HECHOS REALES


O “Pereval Dyatlova” (2020), por su nombre original en ruso, nos traslada a uno de los episodios más controvertidos de la extinta URSS, en plena Guerra Fría. Desde entonces, no han dejado de correr ríos de tinta a cuenta del susodicho. Así hasta nuestros días, y sin perder un ápice del impacto que supuso en su momento. Incluso llegando con más virulencia, si cabe. Conservando intacto el atractivo que la cultura popular le ha conferido a una tragedia que jamás obtuvo explicación concluyente; más bien al contrario, siendo abono perfecto para que a su costa se diera rienda suelta, durante medio siglo, a una generosa y febril retahíla de incógnitas, suspicacias y elucubraciones de toda índole. 


“uno de los principales reclamos de esta producción reside en el preciosismo de su cinematografía. Queda sobradamente clarinete ya en el capítulo que abre la serie” 


El incidente del Paso Dyatlov ya fue llevado a la pantalla en el año 2013 de la mano de Renny Harlin (“Pesadilla en Elm Street 4”, 1988; “Las aventuras de Ford Fairlane”, 1990) a los mandos de la producción británica “El Paso del Diablo”. En ella, ciencia ficción y terror quedaron maridadas con maestría bajo el formato de un metraje encontrado del todo disfrutón, en lo que sin duda fue una notable aproximación al hecho. 

Y es que si hay un acontecimiento que aúna teorías conspirativas, cuitas políticas e intrigas militares, pero sobre todo bien de misterio, ese no es otro que el que nos remonta a los últimos días de enero de 1959, y que nos ubica en aquella gélida y hermética Unión Soviética donde un grupo de estudiantes del Instituto Politécnico de los Urales, a la sazón curtidos excursionistas y experimentados esquiadores de fondo, acometieron una expedición que acabaría pasando a los anales de la historia debido al macabro peaje que se cobró el Ortorten, un pico tan sagrado como hostil dentro de la cultura indígena de los Mansi. Harían falta cerca de dos meses para recuperar los últimos cuerpos, cuando el calor de la primavera empezó a derretir la nieve bajo la que se hallaban enterrados los infortunados aventureros. Fue una masacre a todas luces difícilmente explicable, sobre todo a tenor de las circunstancias en que se encontraron los cadáveres. 

A la postre, el cómputo general arrojaba un muestrario de indicios y evidencias que iban desde las hipotermias a los traumatismos severos, con lindezas anatómicas tirando a gore, amén de varias fogatas apresuradas y del reguero de cuerpos, algunos de ellos semidesnudos, que yacían diseminados en direcciones que desafiaban a la lógica. Por no hablar de las dosis de radiación hallada en la ropa de algunas víctimas, y que excedía con mucho a lo habitual o razonable. Qué duda cabe que semejante mejunje logró configurar el caldo de cultivo perfecto para hipótesis y narrativas de diverso pelaje. En efecto, el incidente ha sido abordado por un glosario de explicaciones más o menos descabelladas, cuando no oportunistas, siendo que por él han desfilado un sinfín de conjeturas: las que aludían a pruebas secretas del ejército, las referidas a encuentros con bandas criminales dedicadas al negocio de la caza furtiva en la Rusia comunista, e incluso las que hablaban de posibles avistamientos de seres extraterrestres... ¡y hasta del yeti! Casi nada. 


“Se entiende lo mucho que los cineastas V. Fedorovich y E. Nikishov han ahondado en materiales de la época, habida cuenta de la delicadeza y oficio que transpira la representación de la vida en la Rusia post-estalinista” 


Pero no ha sido hasta hace un lustro que se han sucedido reaperturas del caso, derivando en el carpetazo definitivo que resuelve por fin el misterio que le acompañaba desde aquel aciago invierno de 1959. Queda claro que la resolución ha resultado ser bastante más prosaica, sobre todo si la comparamos con la pléyade de justificaciones adscritas a oscuras maquinaciones desde las sombras. También rezuma su inevitable punto romántico, tan inherente al imaginario evocador del espíritu de la montaña. Pero, a fin de cuentas e independientemente de su final, ¿Qué historia de supervivencia no lo tiene? 

Sin duda alguna, al iniciar la serie ya comprobamos que el objetivo de la cámara sondea, surca y planea, haciendo contorsiones imposibles, llevándonos en volandas a lomos de una estela que dibuja piruetas entre el vértigo y el mal de altura. Porque sí, a veces da la sensación de que pretende hacerse demasiado evidente, mostrándonos hasta el sonrojo la innegable habilidad que se gastan en esto del plano, del movimiento y del encuadre. Con todo, a medida que se suceden los minutos, uno siente que este virtuosismo se acaba amoldando al propósito de servir a la narrativa. Vaya, que no tarda en conjurar el peligro que asoma tras esas típicas bazas que lo fían todo al efectismo y al artificio. 


“como ya hiciera la muy recomendable De dag, serial belga que vio la luz en 2018, el que nos ocupa también opta por bifurcarse en dos hilos que discurren paralelos” 


Sea dicho, pues: uno de los principales reclamos de esta producción reside en el preciosismo de su cinematografía. Queda sobradamente clarinete ya en el capítulo que abre la serie, y así hasta el punto final que firma el octavo. Un cierre por todo lo alto que bien se podría calificar como colofón, a secas y con mayúsculas, y que adquiere por sus hechuras la entidad de una pieza única y autónoma. Tal es el poso que deja, a la altura del nivelazo que facturan su lenguaje tanto dramático como audiovisual. Se hace difícil imaginar un mejor broche de oro para una experiencia tan imponente y subyugante como la que nos presenta la serie; por sí solo ya valdría por todo el viaje propuesto previo a alcanzar ese punto, pero es que resulta que el trayecto de marras, en su totalidad, no le va a la zaga a tan brillante finiquito. Lo cual, dicho sea de paso, es para congratularse. A una producción que coge prestada de la realidad su fuente de inspiración, si algo se le ha de pedir es que profundice en la intrahistoria con la suficiente solvencia y magnetismo como para conseguir enganchar hasta llegar a ese final que a priori es presumible que conozcamos. Así pues, de primeras sorprende la disposición del relato: como ya hiciera la muy recomendable “De dag”, serial belga que vio la luz en 2018, el que nos ocupa también opta por bifurcarse en dos hilos que discurren paralelos

Por un lado, tenemos los episodios impares, que nos guían a través de la investigación llevada a cabo por Oleg Kostin (Pyotr Fyodorov - “Sputnik”, 2020), agente especial de la KGB y que por lo demás supone la única licencia ficticia que se toman los creadores para hilvanar en torno a él la cascada de hechos verídicos que irán desplegándose. En esta trama se nos desgrana la aproximación forense que emprenderá el protagonista en aras de arrojar algo de luz sobre tan escabroso, y opaco, galimatías detectivesco. Debido a su minuciosa labor, “Dead Mountain” dará buena cuenta de las vías tomadas, de los hilos que dieron de sí pero también de las trabas burocráticas; elementos que servirán para trazar un camino trufado con bien de descartes de sospechosos y de hipótesis desechadas. Estas escenas, para las que se apostó por la filmación en 16mm, nos traen reminiscencias del neo-noir. El resultado salta a la vista, nunca mejor dicho. Se entiende lo mucho que los cineastas V. Fedorovich y E. Nikishov han ahondado en materiales de la época, habida cuenta de la delicadeza y oficio que transpira la representación de la vida en la Rusia post-estalinista, con su estética genuina e inconfundible, sabiendo aplicar una paleta de colores ajustada a las limitaciones técnicas que se tenían por aquel entonces. Todo esto se alternará con certeros flashbacks de los horrores brutales padecidos en la IIGM; es aquí que la serie logrará exprimir situaciones cercanas al fantástico, del todo inquietantes, brindando algunos de sus momentos más crudos, tensos y sobresalientes. 

Como contraparte, en las entregas pares tenemos el relato de la ordalía propiamente dicho. Con su acertada elección del blanco y negro como contraste, y el fino grafismo de su rotulado retro, nos transportan a maneras sepultadas en el tiempo. El otro dúo de directores, S. Gordeev y P. Kostomarov, están atinados y resueltos empleándose en estas secuencias, de un formato visual intrépido, más propio del reporterismo gráfico, cercano a un género cuasi documental. También aquí es de alabar el exquisito y riguroso trabajo de documentación histórica. Se percibe el rastreo a conciencia en fondos de archivo tanto oficiales como particulares. Es en este segundo aspecto que cobran relevancia los fragmentos extraídos directamente de los diarios personales escritos durante las jornadas previas a un desenlace que, por descontado, nadie en el grupo podía presagiar. Y que, insisto, en la serie emplea sus mejores armas para alzarse, rutilante, con luz propia.


"Black Summer" segunda temporada, apocalipsis de pata negra

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ARTORIUS NOS HABLA SOBRE LA SEGUNDA TEMPORADA DEL EXITOSO APOCALIPSIS ZOMBIE DE BAJO COSTO DE NETFLIX


póster segunda temporada de black summer
Y sí, John Hyams, con  Karl Schaeffer a los guiones, “casi”  lo ha vuelto a hacer. A su manera, con presupuestos de risa y con actores poco conocidos, sin estridencias ni interminables diálogos  que te digan “esto es muy dramáticooooo” de forma prefabricada y faltando a la inteligencia del espectador. Porque Hyams, ya lo podemos decir en voz alta, es uno de los grandes de la pequeña pantalla, formato en el que puede contarnos sus historias sin cortapisas debido a que, en su liga los riesgos monetarios son nimios y con esa reducción de riesgos a este autor le dejan una manga ancha creativa en la que puede hacer lo que le da la gana. Y se nota en todo el metraje de una segunda temporada de "Black Summer" (2021) en la que hay desde experimentos temporales narrativos constantes hasta esos momentos de violencia cruda que son el sello de este autor.  ¿Es suficiente ese sello para sostener esta temporada? Pues...de ahí el “casi” del inicio de la crítica. Veámoslo. 


“la historia está por encima de los personajes, y nos guste o no cómo han evolucionado desde el primer arco, la sensación de que pueden morir en cualquier momento planea sobre todo el tenso metraje” 


serie de zombies en netflix
Es extraordinariamente meritorio poder ver que  dentro de la multitud de títulos que conforman esta saturación del subgénero zombie la segunda y la primera temporada de “Black Summer” sean tan llamativas. Su propuesta se centra en el survival más puro y duro, desde un punto de vista casi casi en primera persona en la que sufres en tus carnes la pesadilla no muerta con todas sus consecuencias. Unas consecuencias tan banales pero a la vez tan intensas que no dan un momento de respiro al espectador, y es ese maravilloso sentido del ritmo lo que camufla las carencias técnicas de la función aunque, viendo la perla que tenía entre manos, se nota que la productora ha abierto más la cartera en esta segunda temporada. No mucho, pero al menos en esta los fx’s de los  disparos de las armas son más verosímiles, y recordemos que estamos hablando de la productora “The Asylum”, con todo  lo que ello conlleva a nivel de cutrerío. 


“Los primeros episodios de esta segunda tanda son de lo mejor que ha dado el género. La potencia narrativa es vibrante, dinámica y sin concesiones al efectismo barato”   


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En esta continuación seguimos a los personajes de la primera parte y también nuevas incorporaciones, pero así como en la anterior temporada nos encontrábamos a escasos días del inicio del brote, ahora nos encontramos con que han pasado varios meses desde el infausto Verano Negro, y el frío está a la vuelta de la esquina. Al hambre, los propios humanos  y los zombies se les suma el frío, y como es marca de la casa, los conflictos se suceden desde el minuto 1. Y qué minuto 1 oiga... los episodios iniciales son de vértigo, transmitiendo al espectador la tensión y el sobresalto de lo que se está presenciando en pantalla. Aquí no hay que llamarse a engaño: la historia está por encima de los personajes, y nos guste o no cómo han evolucionado desde el primer arco, la sensación de que pueden morir en cualquier momento planea sobre todo el tenso metraje. Deciros si dichas defunciones ocurren o no, bueno, eso sería caer en el spoiler pero recibid este consejo: encariñarse con cualquier personaje,  lo justo.  

Los primeros episodios de esta segunda tanda son de lo mejor que ha dado el género. La potencia narrativa es vibrante, dinámica y sin concesiones al efectismo barato: los golpes te duelen, el sufrimiento de los personajes te llega al alma, y todo lo que tenga que ver con montaje y movimiento de cámara es una delicia para la vista y muy malo para los nervios. No esperen diálogos interminables o primeros planos forzados, esto es Hyams en estado puro….Hasta que llegas, más o menos, a la altura de mitad de temporada. Entonces la cosa decae a muchos niveles, al menos para el que suscribe. 


“el cambio de un apocalipsis tremendamente físico como el mencionado, al Western no muerto, implica un cambio de tono que nos sumerge peligrosamente cerca de los vicios que han hundido a The Walking Dead” 


nueva serie de zombies
Entiendo la opción de marcarse el juego de las líneas temporales “desordenadas”, un poco al estilo “The witcher” (2019) pero a mi parecer mucho mejor resuelto (¡Ese tramo de la ambulancia! ¡Exquisito!), pero el cambio de un apocalipsis tremendamente físico como el mencionado, al “Western” no muerto, implica un cambio de tono que nos sumerge peligrosamente cerca de los vicios que han hundido a “The Walking Dead”: Exceso de diálogos, situaciones de forzada emotividad explicadas vía flashbacks... Ojo, no es que hundan a la serie ni mucho menos, “Black Summer” es de lo mejor que ha parido el subgénero en años. De hecho las personas que conozco que la han visto la han puesto un escalafón por encima de su impecable primera temporada, pero para mi... no es así, y casi me sabe mal. Casi. 

Para finalizar y no eternizarme, esta segunda temporada de “Black Summer” me ha decepcionado relativamente. Porque es un pedazo de serie, para mi de lo mejor del año sin duda en la pequeña pantalla, pero que me ha desorientado un poco en su segunda mitad. Dicho lo cual, espero con ansia esa tercera temporada que Netflix rezo que no tenga a bien cancelar, en la que seguramente tras este crudo invierno el título de la serie vuelva a tener sentido con otro vigoroso Verano Negro.    

Lo mejor: Hyams. Algunos de los mejores montajes de acción vistos en televisión. RITMO!!!!La mejora de aspectos técnicos. Relato inmisericorde. Diversión a raudales...

Lo peor: ...que decae al ceder su mayor patrimonio en la segunda mitad del show: El ritmo. Se acerca peligrosamente a los vicios de “esaseriequetodossabemosdezombis”.


Crítica: Maligno

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MISSTERROR NOS HABLA SOBRE EL NUEVO TERROR MARCA DE LA CASA (O NO TANTO) DEL PROLÍFERO JAMES WAN


póster nueva película james wan
El Demonio sigue pluriempleando sus habilidades para mantener su reinado en el cine de terror. Son ya muchos años de exposición y explotación y cada mención suya, en lugar de cotizar en bolsa, parece que desvirtúa poco a poco su malignidad. El Demonio se ha visto prostituido tantas veces, que ya no es tan sabio, ni por viejo, ni por diablo, pero ¡qué demonios!, cada vez que una película nombra al Maligno como principal villano, tiene nuestra total atención, por poca justificación que su presencia tenga. Cuando un director como James Wan decide que su película se va a titular “Malignant” (2021), lo hace utilizando el adjetivo que implica que todo lo que veremos en su película será demoníaco por naturaleza. Un título así ya significa expectativas atómicas. Si lo unimos al apellido Wan, muerte por ganas


“Poco importa la coherencia y la credibilidad de la historia. Es serie B, ¿necesitamos congruencia? No, queridos y queridas, solo necesitamos diversión” 


james wan nueva película
Cinco años después de “Expediente Warren: El Caso Enfield” (2016), James Wan vuelve a sumergirse en las oscuridades del género para satisfacer esas expectativas y dar que hablar. El bautizado como “mago del jumpscare” y uno de los pesos pesados del terror actual, retoma su particular visión del espectáculo macabro con “Malignant”, un dos en uno que no se contará dentro de sus obras maestras, pero que tiene todos los elementos necesarios para enamorar a todos los fans de la serie B y la diversión sin complejos ni dobles vueltas. 

Annabelle Wallis
El arranque de “Malignant” funciona como engañoso prólogo de la película tipo de la que Wan se ha hecho especialista. Propuestas de marcado corte sobrenatural que, demonio mediante, tienen una asombrosa capacidad para crear una atmósfera tan terrorífica que cualquier pequeño cambio en el volumen o la luz, hace que el espectador pegue un salto hasta el techo. Cuando hablamos de lo bueno que es Wan con los sustos, lo hacemos porque su manejo de los jumpscares es referencia para todo cineasta que quiera hacer uso de este recurso, pero esto no se consigue subiendo el volumen un 75% por encima de lo normal y metiendo luces estroboscópicas a saco, eso sería simplificar algo mucho más complejo. El jumpscare es solo la culminación de la creación de una atmósfera que genera una tensión in crescendo, que por sí sola ya deja la sangre helada. Sin esta atmósfera, pon todos los sustos que quieras, que el resultado no será nada memorable, un ejemplo cercano lo tenemos en “The Unholy” (Evan Spiliotopoulos, 2021). La primera mitad de “Malignant” se mueve dentro de la zona de confort de James Wan: amenaza sobrenatural a la que enfrentar los miedos. La mala noticia es que en ningún momento se consigue crear la atmósfera necesaria y, teniendo en cuenta el currículum del director, uno se podría preguntar si es algo premeditado o no. Yo creo que no. 


“lo que anteriormente parecía una película sobrenatural de tímido resultado, se convierte en un despiporre B que es pura juerga. Gore gamberro, acción explosiva y una ida de olla propia de cualquier película vhs” 


Annabelle Wallis descalza
En esta primera mitad se mantiene la atención el espectador correctamente y se tira de nostalgia para marcar los puntos de interés, pero no es destacable, simplemente resultona. Todo lo que vemos en este primera parte es bastante predecible y si algo destaca es que alguien con tantos blockbusters a su espalda y con un nombre ilustre, se atreva con un guion que es pura serie B y que no busque ninguna justificación en la narración ni en las escenas. Esto se nota desde el principio y creo que es una de las características más positivas de la película. Poco importa la coherencia y la credibilidad de la historia. Es serie B, ¿necesitamos congruencia? No, queridos y queridas, solo necesitamos diversión. No hay grandes alardes de personalidad en esta primera parte, o al menos yo no lo percibí en ningún momento. De hecho, no fui capaz de quitarme de la cabeza el recuerdo de “Daniel isn’t real” (Adam Egypt Mortimer, 2019) aunque es innegable que todo lo que rodea a la casa, a la protagonista y al asesino, engancha. 

Annabelle Wallis y  Maddie Hasson
Con una puesta en escena que es toda una gozada (esa niebla compañera de la noche, la casa, la estación de metro, el hospital en el acantilado…), una fotografía deudora del giallo, una banda sonora que en esta ocasión apuesta por el contrapunto festivo y una desvergüenza en el guion, nos llega el giro de “Malignant” en la segunda mitad de la película. Un giro que no tiene nada que ver con la narrativa, sino con el género, porque lo que anteriormente parecía una película sobrenatural de tímido resultado, se convierte en un despiporre B que es pura juerga. Gore gamberro, acción explosiva y una ida de olla propia de cualquier película vhs que quemábamos en los reproductores de video. La segunda mitad de la película justifica con creces el visionado, pero destapa más las carencias de la primera parte en la que no encontraremos al James Wan más fino. 


“no se ajusta ni a lo que se esperaba de este director, ni es una película uniforme. Como comenté en un inicio, Malignant no está entre lo mejor de este director, pero es una película notable y muy divertida”


insidious 5
Teniendo en cuenta la parte más técnica, aunque he comentado que hay un buen festival gore, tengo que decir que encuentro abuso en la utilización de la sangre digital y algún momento de CGI propios de la primera “Tron” (Steven Lisberger, 1982). También hay FX artesanos que son una gozadera y unas maravillosas coreografías en las escenas de más acción (impagable el momento del calabozo y la comisaría). Respecto a las interpretaciones, bastante justitas desde mi punto de vista, Annabelle Wallis o se pasa o no llega. Pura subjetividad, obviamente, porque es una actriz a la que personalmente no le he encontrado ningún momento de gracia. Algo que destaco muy en positivo es el uso de los planos cenitales, las secuencias cámara en mano y los primeros planos para reflejar con detalle los momentos de conexión entre la protagonista y su antagonista. Técnicamente poco se puede reprochar a alguien que ha demostrado tan buen manejo del entorno y de las herramientas con las que trabaja. 

Annabelle Wallis en camisón
Podemos concluir que “Malignant” es una película irregular, pero no lo digo en sentido peyorativo sino descriptivo, ya que no se ajusta ni a lo que se esperaba de este director, ni es una película uniforme. Como comenté en un inicio, “Malignant” no está entre lo mejor de este director, pero es una película notable y muy divertida. Como fan de este director (incluso adoro su “Aquaman”), he disfrutado mucho de esta maligna experiencia, pero admito que me hubiera gustado más un salto a los brazos de la serie B más gamberra desde el inicio y haber obviado ese quién es quién inicial. En este punto, “Malignant” provoca la misma sensación que provocaba “Midsommar” (Ari Aster, 2019), salvando las distancias y dejando claro que no tienen absolutamente nada que ver. Ambas tienen un inicio que indica que estamos ante una película muy diferente a lo que la película terminará ofreciendo. En el caso de “Midsommar”, el inicio podría haber sido una continuación de “Hereditary” y los primeros compases de “Malignant” podrían haber sido una hermana muy pequeña de alguna “Insidious”. En ambos casos, nada que ver con sus realidades, algo que no es malo sino todo lo contrario. Eso sí, encuentro que Wan ha flaqueado un poco más en esta primera parte. Y a todo esto, ¿Aparece el Maligno? Pues... Esto y otros misterios eléctricos sin resolver para la próxima entrega, porque chatis, esto huele a franquicia.



Crítica: The Show

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DONNIE NOS HABLA SOBRE EL DESCONCERTANTE VIAJE SALIDO DE LA MENTE DE ALAN MOORE Y DIRIGIDO POR MITCH JENKINS


Póster para The show de Alan Moore
Parece tener Northampton cierta decadencia que mezclada con su historia hacen del lugar donde nació Alan Moore una localización privilegiada para situar algunas de sus narraciones. Hace poco más de dos años se publicó traducida en España la que para muchos es conocida como la obra cumbre de Alan Moore, al menos dejando de lado la novela gráfica y en la que ha trabajado alrededor de una década: 'Jerusalem', en una edición muy criticada de forma muy negativa tanto en lo que a la traducción se refiere (da la sensación que conforme avanzaban las páginas el traductor iba perdiendo el interés) como en su presentación: Un estuche en el que hay un trozo de cartulina para que los libros encajen perfectamente en este. Novela árida que mezcla personajes ficticios con reales, donde el autor plasma muchas de sus obsesiones y donde además este va a adaptando la narración a los personajes y el contexto histórico en el que estos se encuentran. Parece Becky Cornelius (Ellie Bamber) interesada en hacer un pequeño tour por la historia de la ciudad de Northampton, algo que de alguna manera nos lleva a pensar en 'Jerusalem', en las calles y anécdotas que Moore cuenta con todo lujo de detalle, algunas veces de manera casi excesiva. 


“puede que fuéramos mucho más duros con The Show si detrás de ella no estuviera Moore, puede que diéramos más importancia a lo negativo” 


the show alan moore
Es 'The Show' (2020) una cinta que no deja indiferente, que por momentos hace que el espectador se plantee si está viendo una obra maestra o si no es más que simplemente una tomadura de pelo, algo que también se dijo en su momento de 'Jerusalem'. Pero tiene esta una gran capacidad de seducción, de hacer que si se consigue entrar en el juego esta enganche y a pesar de lo desigual que resulta el conjunto, se acabe viendo y puedo decir que disfrutando. 

tom burke gótico
Hemos de intentar establecer una distancia entre el autor y la obra que vemos. Hemos de ser capaces de valorar si nuestra opinión acerca de lo que estamos viendo es justa o si de alguna manera está influenciada por aquel que forma parte de ella. Y puede que fuéramos mucho más duros con 'The Show' si detrás de ella no estuviera Moore, puede que diéramos más importancia a lo negativo, a alguno de esos personajes que no aportan demasiado (hay que reconocer que otros como es el caso de Herbert Sherbert resultan simplemente increíbles), a la sensación de querer descolocar al espectador casi en cada momento (esta es una película muy rara, será sin duda uno de los comentarios que se utilicen más tras ver 'The Show'), a parecer querer tener la etiqueta de 'la excentricidad del año', a esos momentos donde el ritmo parece frenarse y el hecho de que en ciertos momentos no se puede dejar de pensar si todo esto no estaría mucho mejor que fuera una novela gráfica. 


“La cinta de Jenkins con guion de Alan Moore no es una película accesible, su carga de excesos y rarezas la pueden convertir en una obra que no este destinada a todo tipo de públicos” 


tom burke en the show
De la misma manera que Moore juega con las narraciones y los tiempos en 'Jerusalem', parece ocurrir lo mismo con diversos géneros en 'The Show', dejándonos el momento más claro cuando el protagonista visita a un par de detectives, donde se cambia el color por el blanco y negro y se escucha una peculiar voz en off. Pero a veces los juegos no son satisfactorios para todos los jugadores y la manera en la que se mezcla lo real con lo onírico, los diversos personajes y las situaciones a cada cual más extraña y excesiva puede hacer que más de uno acabe no viéndole la gracia a aquello que Moore como guionista y Mitch Jenkins como director, quienes ya habían trabajado juntos en 'Show Pieces' nos quieren ofrecer esta vez. 

Da la sensación de que los Mudd y Molloy de la excelente novela de Charlie Kauffman 'Antkind' han pasado por el filtro del autor de 'Watchmen' (2009) y 'La liga de los hombres extraordinarios' (2003). Si 'Antkind' era un resumen perfecto de todas y cada una de las obsesiones del guionista de 'The eternal sunshine of the spotless mind', en 'The Show' muchos aficionados a la obra de Moore encontraran el claro sello del autor. Puede que por la caracterización de algunos de los personajes en ciertos momentos, el recuerdo de como se mezclaba lo onírico y lo real en la creo que infravalorada 'Mirrormask' (2005) de Dave Mckean se haga presente. De la misma manera el histrionismo mostrado cuando un grupo de personajes son capturados en 'The Stand' también se aprecia aquí, pero si mientras en la serie creada por Josh Boone que adaptaba la novela de Stephen King nos distanciaba de lo que veíamos, aquí, en 'The Show', consigue incluso ganarse nuestras simpatías. 


“es algo diferente y que se agradece ver de vez en cuando. Si esta película es una genialidad o una tomadura de pelo creo que es algo que cada espectador tendrá que decidir tras verla”


'The Show' narra la historia de un hombre al que da vida un Tom Burke más que solvente, quien intenta dar con el paradero de James Mitchum (Darren D'Saliva) que tras dejar gravemente herida a su novia, escapó con una valiosa reliquia familiar. Flecher Dennis (Tom Burke) se encontrará en un mundo con todo un crisol de personajes a cada cual más extraño y excesivo: Desde uno cuyo nombre de vampiro dice que es Orlok hasta otro que se enfunda una máscara de superhéroe mientas observa todo lo que va ocurriendo. Es una lástima que junto a grandes momentos, el espectador se encuentre otros que no acaban de funcionar como le gustaría, que parece que hace que la cinta avance con trompicones pero que a su vez consigue que esta le atrape de una manera que hace que si durara cinco horas, las vería sin rechistar. 

La cinta de Jenkins con guion de Alan Moore no es una película accesible, su carga de excesos y rarezas la pueden convertir en una obra que no este destinada a todo tipo de públicos y que haga que muchos no sean o seamos todo lo objetivos que sería necesario a la hora de valorara. Con todo es una película que con sus altos y sus bajos, con su irregularidad, me sedujo y me gustó. 'The Show'es algo diferente y que se agradece ver de vez en cuando. Si esta película es una genialidad o una tomadura de pelo creo que es algo que cada espectador tendrá que decidir tras verla.


Crítica: The Djinn

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MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE EL SEGUNDO TRABAJO DE DAVID CHARBONIER Y JUSTIN POWELL TRAS SU PROMETEDORA THE BOY BEHIND THE DOOR


póster de The Djinn
Los Djinn, o genios que como se les conoce por estos lares, son uno de los mitos más importantes de la cultura musulmana. Sus orígenes se remontan a la época preislámica y su presencia dentro de la tradición oral y escrita ha sido constante a lo largo de los siglos. Según reza la tradición, el Djinn es un espíritu mágico que habita entre los hombres y que posé una naturaleza que puede ser tanto bondadosa como maligna. Por regla general, y por no entrar en una historiografía que resultaría tan farragosa como estéril, al genio se le suele definir como un ser caprichoso y manipulador que tiene la capacidad de conceder deseos pero, y ahí radica su particularidad, no sin pedir nada a cambio. 

película de genio diabólico
Desde el punto de vista cinematográfico, el personaje no ha tenido una presencia excesivamente prolífica en las pantallas. Muy probablemente el que desde occidente lo asociemos al genio de “Aladino y la lámpara maravillosa”, uno de los relatos más conocidos de la obra “Los cuentos de las mil y una noches”, y a sus posteriores traslaciones cinematográficas por obra y gracia de Disney, ha motivado que tengamos una imagen muy blanqueada del mito y que por ello no resulte fácil enmarcarlo en contextos relacionados con el terror y el fantástico. Dejando de lado alguna aparición en capítulos de series como “Expediente X” o “Supernatural”, tal vez el ejemplo más conocido sea el de “Wishmaster” (1997), una estimable película dirigida por Robert Kurtzman que en su momento no fue demasiado valorada y que con los años ha ido ganando peso (aunque las tres espantosas secuelas que la continuaron no ayuden mucho a ello). Casos como el de la sería B ochentera “La lámpara” (1987) o el de la película “Djinn” (2013) dirigida por un Tobe Hooper en muy baja forma y financiada por los Emiratos árabes, serían algunas honrosas excepciones. Dentro de mi más absoluto desconocimiento sobre como han tratado las diversas cinematografías árabes a su propio mito, me gustaría destacar “Under the Shadow” (2016) una película iraní que pude ver en el Festival de Sitges de 2016 y que, aunque no he vuelto a revisitar, recuerdo con bastante agrado. 


“ciertas historias requieren de ciertos presupuestos para tener un mínimo de verosimilitud. Podría poner muchísimos ejemplos, pero es que en el caso de The Djinn esto se hace muy evidente” 


Ezra Dewey película de terror
Dentro de este panorama más bien escaso, en 2021 nos llega “The Djinn” la segunda obra de los realizadores David Chardonier y Justin Powell. Su ópera prima “The boy behind the door” (2020) fue una de las sorpresas de la última edición del Fantastic Fest de Austin donde cosechó excelentes críticas. Lamentablemente aún no he podido ver su debut, pero las unánimes opiniones favorables me sirvieron de aliciente para acercarme a “The Djinn” y constatar si estamos ante unos directores interesantes a los que hay que seguir la pista. Ya anticipo que las sensaciones que me ha dejado la cinta son agridulces.

Ezra Dewey
Antes de comentar la película, me gustaría plasmar una reflexión de carácter general. En los últimos tiempos estoy observando dentro del cine fantástico independiente una constante que se repite y que no sé muy bien como encajarla desde el punto de vista del análisis cinematográfico. Y es que son ya bastantes los títulos que parten de una buena idea, que están realizados con una calidad técnica impecable (cuidado por el encuadre, una fotografía muy elaborada, bandas sonoras excelentemente utilizadas) pero a las que una evidente escasez presupuestaría lastra su resultado final. Obviamente la expansión de las nuevas tecnologías ha motivado que los costes de producción se reduzcan mucho (ahora hacer un plano aéreo espectacular es sólo cuestión de contar con un sencillo dron), pero no sé hasta que punto esta circunstancia motiva que a las películas se les vean mucho más las costuras. A veces da la impresión de que los directores se dejan llevar por las posibilidades técnicas y olvidan que para contar ciertas historias no sólo es necesaria una cámara digital y un reducido equipo técnico; también hace falta ser conscientes de que ciertas historias requieren de ciertos presupuestos para tener un mínimo de verosimilitud. Podría poner muchísimos ejemplos, pero es que en el caso de “The Djinn” esto se hace muy evidente


“ver como durante 60 minutos dos personajes se persiguen del lavabo a la habitación y de la habitación al lavabo resulta risible” 


películas más aterradoras 2021
El punto de partida es bueno (una especie de “Sólo en casa” en la que un niño mudo tendrá que hacer frente al ataque de un Djinn que quiere cobrar su precio por concederle un deseo), el problema es que eso sólo te funciona cuando tienes la capacidad de jugar con algo tan importante como es el espacio. Y, que quieren que les diga, a lo mejor no era necesario ambientar nuestra historia en un hotel como el Overlook; pero hacerlo en una casa de setenta metros cuadrados resulta cuanto menos discutible. Si lo que pretendes es hacer una historia basada en el juego del gato y el ratón entre un niño y un monstruo, no puedes limitar tanto el terreno de juego ya que de esta manera el suspense, el terror y, lo más importante, la verosimilitud que pretendes darle a la historia se te cae por los cuatro costados. Supongo que las limitaciones presupuestarias serían las causantes de esta decisión, pero ver como durante 60 minutos dos personajes se persiguen del lavabo a la habitación y de la habitación al lavabo resulta risible. Cuando veía la película no podía dejar de acordarme de esa pequeña joya de finales de los ochenta llamada “Game Over: se acabó el juego” (una versión francesa y el clave de terror de “Solo en Casa”) donde el espacio era un elemento más de la narración y a través del cual el director movía a sus peones causando una creciente sensación de tensión en los espectadores. Aquí no pasa nada de eso. 

Y lo más curioso es que la cinta tiene buenos mimbres, que los realizadores logran generar casi sin diálogos (ni el protagonista ni el monstruo dicen una palabra durante casi toda la cinta) una película que se entiende y que visualmente está cuidada. Pero esto, que podría ser un elemento de valor, se ve lastrado por una evidente falta de recursos. Al final “The Dijinn” no deja de ser una historia protagonizada por cinco actores (literalmente) que se desarrolla dentro de las cuatro paredes de un apartamento (de sesenta metros cuadrados) y en la que en algunos momentos se echa de manos una mayor presencia de efectos visuales que dotarán a la película de ese halo de magia del que a todas luces adolece


“la narración fluye sin problemas pese a la ausencia de diálogos y no se abusa de los efectismos habituales en el género” 


Ezra Dewey en The Djinn
He leído por ahí que algunos han visto en la película una metáfora de la situación de confinamiento que se vivió en los peores momentos de la pandemia. No tengo ni idea de si esa era la idea de los realizadores, pero si me tengo que basar en las imágenes y en la historia que me han contado, a mi no me lo parece para nada. Aquí no se juega con la paranoia, con el miedo a lo desconocido, con la sensación de desazón que provoca una situación incómoda a la que nos vemos abocados sin saber muy bien porqué ni cómo (como sí hacía la para mi sobrevalorada “Host”); aquí los tiros van por otro lado y, precisamente por ello, a la película se le podría haber pedido mucho más. 

mujer demoniaca 2021
Ello, empero, no es óbice para reconocer que tiene aciertos parciales. La película no ofrece concesiones a los espectadores aunque el protagonista sea un niño, la narración fluye sin problemas pese a la ausencia de diálogos y no se abusa de los efectismos habituales en el género. Creo sinceramente que, si se hubiera contado con un mayor presupuesto, con lo que ello implica, la historia hubiera ganado mucho y sus loables pretensiones se hubieran visto plasmadas en imágenes. Repito, no es una mala película, pero si una cinta insuficiente donde se ven buenas ideas que no acaban de funcionar del todo a causa de sus evidentes limitaciones. Pero es que, se mire por donde se mire, sesenta metros cuadrados no son suficientes.

Crítica: The old ways

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ASTINUS NOS HABLA SOBRE EL EXORCISMO RURAL CON FAJITAS Y TEQUILA DE CHRISTOPHER ALENDER


the old ways netflix póster
Conste desde el inicio que las películas de exorcismos se encuentran entre mis favoritas cuando se trata de pasar miedo. Sea porque es algo que me resulta creíble debido a mi educación cristiana, por la espectacularidad de su puesta en escena o, quizás, por lo cotidiano del mal que aflige, lo cierto es que siempre las he disfrutado muchísimo. “The Exorcist” (1973), la gran obra de William Friedkin, no era la primera en plantear estas cuestiones en el mundo del celuloide, pero sí de abrir toda una estrategia comercial en torno a uno de esos filmes redondos donde todo fluyó de la mejor manera posible. Miedo pasé con ella, pero más me aterrorizó “The Exorcism of Emily Rose” (2005) de un Scott Derrickson en estado de gracia, con algunos momentos verdaderamente escalofriantes (y el tema de estar basado en sucesos reales sube decibelios el temita, para que engañarnos). Otra imperdible es “The Last Exorcism” (2011), su configuración mockumentary y una Ashley Bell capaz de helar la sangre del más valiente. A partir de aquí, “The Rite” (2011), “The Conjuring” (2013) y un largo de sucedáneos han planteado de una u otra manera eso de la llegada del diablo al cuerpo más inoportuno con mejor o peor resultado.


“Cuando el tema religioso está demasiado explotado, conviene viajar a otros puntos para sacar cosillas que puedan llamar la atención por su capacidad de diferenciarse. Y en ese grupo se encuentra este filme” 

chica en ritual de exorcismo mejicano
Al subgénero, si es que se le puede llamar así, le pasa lo mismo que a todo pastizal que tiene dos o tres elementos enormemente rentables y de mucha calidad: la tendencia del cine a emular más mal que bien con cintas casi idénticas cuyo nivel es bajuno y que se adentran cual virus mutante para taponar la salida de productos con menor presupuesto y muchas ideas interesantes. La saturación de posesiones llegó hasta tal punto que todavía hoy vemos todos los años algo, incluso a veces cosas diferentes, pero en general siguen siendo remilgos de toda una montaña de productos inservibles. 

periodista americana en méxico
Seguro que se me pasan muchas películas igualmente potentes en las que, como digo, el diablo ha metido cuello, pero hay también casos que todavía no se han aprovechado para ello, quizás como el famoso exorcismo del Albaicín (Granada), una de esas historias truculentas hasta la locura que se adentran en las crónicas más oscuras de nuestro país y que tiene como protagonista una mujer que se creía poseída y a la que un pastelero (tal como suena) con, al parecer, experiencia en el tema, intentó sacar el demonio de todas las maneras posibles. Me ahorro los detalles y el final, pero hay material potente para sacar una película que merezca la pena. Lo mismo sucede con otras culturas. Lo de poseídos judíos lo hemos visto, también con motivos budistas, pero el tema mexicano no estaba del todo explotado, y aquí viene “The Old Ways” (2021) a intentar salvar un poco la papeleta. Cuando el tema religioso está demasiado explotado, conviene viajar a otros puntos para sacar cosillas que puedan llamar la atención por su capacidad de diferenciarse. Y en ese grupo se encuentra este filme

El mismo contiene una historia bien simple. Una periodista norteamericana de madre mexicana se adentra en el susodicho país en un lugar conocido como La Boca, donde nadie se acerca porque, al parecer, los demonios habitan dentro. Así, la prima, que vive cerca, la encuentra dentro de la cueva por el lugar desmayada y la lleva a una curandera local, que le anuncia que tiene demonios dentro y que debe permanecer allí por la fuerza para que se los extraiga. 

chicas poseídas
Planteamiento interesante que comienza con un fallo de ejecución que se repetirá a lo largo de todo el filme. El escenario nunca cambia (una especie de celda llena de mística y símbolos indígenas), y son cuatro personajes los que durante los casi noventa minutos de duración interactúan entre ellos. Para que una película así funcione debe existir un par de cosillas: un ritmo medianamente activo que permita captar la atención del espectador, o una historia interesante que deje margen al interés de descubrir qué vendrá a continuación. Ni una cosa ni otra existen aquí, con escenas demasiado largas para explicar pequeños detalles que son bastante sencillos de pillar a la primera y cargadas de conversaciones que no llevan a ningún punto y giran siempre en torno a lo mismo. El proceso, además, es siempre repetitivo: conversación, pequeño ritual, conversación, pequeño ritual. Se combinan ambos espacios narrativos sin aportar más acción o interés, lo que hace que la película se haga algo tediosa y pesada, un detalle demasiado inoportuno para lo poco que dura


“Mucha sobreactuación y poca credibilidad en una Brigitte Kali Canales que va bien a ratos, compartiendo esto mismo con el resto del elenco” 


anciana indígena  hechicera
Conforme avanzamos, la película llega a un momento cumbre (el exorcismo en sí) en el que nos acercamos a un pequeño giro de guion que bien podría resultar interesante si no fuese tan breve y acelerado. Parece que se trata más de acabar la película de forma inesperada que de ofrecer una argumentación coherente con lo que hemos visto anteriormente, algo que no termina de cuajar para un final que deja demasiado frío. 

Brigitte Kali Canales guapa
En torno al propio contexto del filme, se echa muchísimo de menos más información acerca de las tradiciones indígenas que iremos viendo a lo largo del mismo. Parece más una excusa (otra) para situar la acción en un lugar diferente que una forma de adentrarnos en otro tipo de ritos y formas de entender el mundo místico que lo rodea. Eso de ponerse a gritar en supuesto nahuatl y hacer tres cosas con polvos de colores no es más que darle espectacularidad a un asunto que no se parece controlar. En este sentido, siempre recuerdo “The Possesion” (2012) que, sin ser una gran película, describía con gran acierto el rito judío, los demonios de su cosmología y demás cuestiones. Aquí todo eso se sacrifica con tal de darle minutos al pasado trágico de la protagonista, que igualmente no aporta nada al resultado final del exorcismo y es más un garante argumentativo en torno a la mujer rota por dentro que es obvia víctima de la entidad sobrenatural de turno. Un clásico. 


“que haya tres canciones en sus noventa minutos de duración y dos de ellas sean La Bamba y La Llorona no juega mucho a su favor” 


Brigitte Kali Canales en la selva
Las interpretaciones están bien, cumpliendo por la mínima con lo estipulado. Mucha sobreactuación y poca credibilidad en una Brigitte Kali Canales que va bien a ratos, compartiendo esto mismo con el resto del elenco, escaso y que apenas tiene otro rol que el estipulado por el guion (la vieja exorcista, la prima que ayuda a ver las cosas de otra manera la prota, el hombre con pasado tope trágico, etc.) Hay poco aprovechable en ese sentido, pero tampoco es un desastre. 

vieja siniestra netflix
Con ello, la película tiene algunas escenas muy bien conseguidas a nivel técnico, dando muestras de su escaso presupuesto en ciertos momentos que se salvan con un buen uso de la cámara y el uso de la oscuridad, aliado indispensable de una presencia a la que apenas vemos. También tendremos algunas dosis de sangre y vísceras negras que son lo más entretenido de una película cuyo folclore parece haber dejado atrás Christopher Alender con tal de sumar a un catálogo en Netflix bastante provisto de este tipo de cintas. Eso sí: que haya tres canciones en sus noventa minutos de duración y dos de ellas sean La Bamba y La Llorona no juega mucho a su favor. Parece como si el verdadero enemigo de los protagonistas no sea tanto una presencia sobrenatural mexica como una entidad conocida como clichés. Y eso nunca redunda para bien en el producto final.


Crítica: No respires 2

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MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE EL ESPERADO REGRESO DEL HOMBRE CIEGO, ESTA VEZ, CON RODO SAYAGUES DETRÁS DE LAS CÁMARAS


no respires 2 póster
"No respires" fue una de las grandes sorpresas del año 2016. La principal virtud de la película fue convertir en un producto sólido y con incuestionables momentos de interés la típica historia de home invasion basada en el principio del cazador cazado. Un guion que, aunque con aristas, funcionaba bien y planteaba un par de giros interesantes, una puesta en escena que ayudaba en todo momento a crear situaciones de suspense, una violencia bastante gráfica y el carisma de Sthepen Lang, fueron los principales ingredientes de una receta efectiva que caló entre público y crítica. 

protagonistas femeninas de no respires 2
El responsable del título fue el uruguayo Fede Álvarez. Este realizador se había dado a conocer en 2009 con un cortometraje de 5 minutos titulado "Ataque de pánico". La obra llamó la atención de un Sam Raimi que valoró muchísimo el trabajo que con 300 dólares de presupuesto había hecho un joven realizador de un pequeño país de Sud América. Todo ello motivó que el director de "Darkman" (1990) no dudara en ofrecerle a Álvarez la responsabilidad de coguionizar y dirigir el remake de su ópera prima "Posesión Infernal" (1981). No fueron pocos los que en aquel lejano 2013, un servidor incluido (eran otros tiempos), pusieron el grito en el cielo ante el ultraje que suponía que se revisara una película mítica, iniciática y que para muchos, un servidor incluido (eran otros tiempos), había constituido una de las principales puerta de entrada al género. El caso es que el resultado no fue ni mucho menos malo: Álvarez logro llevar la película a un terreno personal y, respetando la esencia de la letra original, ofrecer un producto muy digno que sorprendió gratamente. Las buenas expectativas depositadas en el joven realizador se vieron confirmadas con el estreno de la citada "No respires". 


“¿Merece la pena invertir una hora y media de nuestro preciado tiempo en ver esta secuela? Honestamente creo que sí. Y ello no quiere decir que estemos para nada ante una película redonda” 


stephen lang en no respires 2
Lo que algunos no sabrán es que al lado de Álvarez se encuentra omnipresente la figura de su compatriota, socio y amigo Rodo Sayagues. Rodo ha colaborado en la dirección y en el guion de todas las cintas de Álvarez, convirtiéndose en su mano derecha y en una parte importante de todos los proyectos en los que este ha formado parte. Precisamente por ello, resultó bastante lógico que ante la confirmación de que existiría una segunda parte de "No respires" se produjera un intercambio de roles entre los dos uruguayos que, de nuevo apadrinados por Sam Raimi y su Ghost House Pictures, supusiera a la vez el debut como director de Sayagues. 

hombre ciego con un martillo
Una vez finalizada esta introducción tan canónica, llega el momento de plantearnos una pregunta que cualquier aficionado medio al cine lleva haciéndose desde hace muchos años: ¿Son necesarias determinadas secuelas? Aunque para contestar la pregunta me venga a la mente esas estrofas del maestro Bob Dylan que decían "the answer, my friend, is blowin' in the wind", lo cierto es que en determinados casos, como el que nos ocupa, se hace más necesaria que nunca. Y esta pregunta se hace necesaria porque, precisamente, la película original era a priori una historia compacta y bien cerrada. Dejando de lado la obvia motivación económica (a mi aun me enternece la "bendita" inocencia de algunos que aún no se han enterado a estas alturas de que el cine es, también, una industria), la respuesta a nuestra pregunta es un contundente y rotundo depende. A priori no me molestan las secuelas si estás logran ofrecerme algo innovador, si son capaces de hacer evolucionar a los personajes y sus motivaciones, si le proporcionan nuevos giros a las historias o si, a partir de unos parámetros ya establecidos de antemano, saben llevar la premisa original hacia otros centros de interés y, con ello, conseguir algo que admiro de una película: que me entretenga, que me haga reflexionar y que logre que me interese por lo que están contando (entre otras cosas). Pero esto, como todo, es una mera opinión personal, una abstracción a vuela pluma de alguien que entiende que la percepción que se puede tener sobre las películas es absolutamente relativa. 


“Stephen Lang hace de nuevo una composición extraordinaria y es capaz de trascender a esa máquina de matar que interpretó en la primera parte, para otorgarle al personaje matices y hacerlo mucho más vulnerable” 


hombre ciego matando a criminales
Pero dejémonos de divagaciones y vayamos al meollo de la cuestión. ¿Merece la pena invertir una hora y media de nuestro preciado tiempo en ver esta secuela? Honestamente creo que sí. Y ello no quiere decir que estemos para nada ante una película redonda. Desde mi punto de vista "No respires 2" (2021), con sus evidentes defectos, es sencillamente una película muy entretenida y que, y esto es algo de agradecer, en ningún momento nos deja la sensación de déjà vu respecto a su predecesora. La historia nos sitúa ocho años después de lo acontecido en la primera parte. El hombre ciego vive en las afueras de una pequeña ciudad junto a su perro y a Phoenix, una niña de unos 12 años que le llama papá. El hombre es muy reacio a que la niña vaya al pueblo y se relacione con otras personas, motivo por el cual la educa en casa y la somete a un duro entrenamiento. Su único contacto con el mundo exterior viene de parte de una mujer transportista llamada Hernández que le trae las provisiones, vende sus plantas y, muy de vez en cuando, lleva a la niña hasta la ciudad. Un buen día por la noche aparecen cinco hombres en la casa del ciego con unas intenciones nada claras

stephen lang atacado en su casa
La primera diferencia significativa entre las dos películas la encontramos en el cambio que se establece en el punto de vista de la narración. Mientras la primera parte estaba contada desde la perspectiva de los pobres desgraciados que entraban en la casa para robar, aquí el protagonista absoluto es el hombre ciego cuyo nombre desconocemos. A este respecto hay que agradecer el esfuerzo de los guionistas por hacer evoluciona de forma coherente a un personaje lleno de claro-oscuros que, aunque moralmente es una mejor persona, vive presa de la culpa y de sus propios fantasmas. Stephen Lang hace de nuevo una composición extraordinaria (me perdonarán, pero tengo una debilidad personal con este actor) y es capaz de trascender a esa máquina de matar que interpretó en la primera parte, para otorgarle al personaje matices y hacerlo mucho más vulnerable. Uno de los problemas de "No respires 2" es precisamente ese. Mientras en la primera parte éramos capaces de entender las motivaciones tanto de los invasores como las del dueño de la casa, en este caso los villanos de la función son personajes muy planos con los que resulta imposible empatizar. Esa dicotomía entre lo moralmente aceptable y lo humanamente comprensible se pierde en pro de un relato más plano de buenos y malos. 


“cuenta con un par de giros, alguno de los cuales son muy previsibles, pero la propuesta ha perdido la capacidad para sorprender y epatar al espectador. Este es sin duda su mayor hándicap” 


secuela no respires explicada
La segunda diferencia se encuentra en la localización. Mientras en la primera parte todo transcurría dentro de la casa del amenazante ciego, en este caso la acción se divide en dos lugares distintos. Ello motiva que el concepto de home invasion, en su tercer acto, se disgregue para dar pie a una película más relacionada con el cine de venganza. Esta circunstancia no es baladí, ya que con ese cambio de espacio la película deja de lado todo el interés por generar suspense para posicionarse claramente en el espectro de la violencia gráfica. Ya anticipo que aquí sustos hay muy pocos y que los tiros, y nunca mejor dicho, van por otro lado. 

no respires 2 final explicado
La película cuenta con un par de giros, alguno de los cuales son muy previsibles, pero la propuesta ha perdido la capacidad para sorprender y epatar al espectador. Este es sin duda su mayor hándicap y el motivo por el cual resulta inferior a su precursora. Ello, empero, no es óbice para reconocer que el debutante Rodo Sayagues narra muy bien y se muestra como un director con capacidad para generar atmósferas. Hay que reconocerle su buen trabajo componiendo los planos y trabajando muy bien una iluminación que se convierte en un personaje más de la película. En este sentido me he llevado una grata sorpresa y creo que el realizador, con un guion más sólido, puede hacer cosas muy interesantes. "No respires 2" es un simple entretenimiento sin demasiadas pretensiones y que nos explica una historia muy simplona para mayor gloria del carismático hombre ciego. Yo me quedo con el buen pulso narrativo de su director y con la presencia imponente de mi admirado y admirable Stephen Lang. Lo demás, un poco más de lo mismo.... pero peor.


Crítica: Pig

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KRUEGER NOS HABLA SOBRE ESTE NUEVO CHUTE EN VENA DE NICOLAS CAGE. UNA CERDADA QUE NO DEJARÁ INDIFERENTE A NADIE


Nicolas cage y su cerdo perdido
Me la han dado con queso. Es posible que fuera por la racha (temática) que viene encadenando (todos en pie, por favor) el excelso Nic Cage; que fuera por lo disparatado de la propuesta o incluso por las expectativas mentales que uno se genera, de forma automática, al pensar en ciertos excesos de tan particular estrella. “Pig” (Michael Sarnoski, 2021) defrauda al mismo tiempo que sorprende. Es posible que no sea lo que esperábamos, pero desde luego el resultado dista de ser negativo. 


“todo se cuece (nunca mejor dicho) a fuego lento, quizás demasiado en ciertos pasajes, ya que estamos claramente frente a una película de construcción de personajes” 


el credo secuestrado de nicolas cage
Conviene aclararlo desde ya, “Pig” tiene poco de género y aún menos de revenge movie violenta. En su lugar, tenemos un dramón que reflexiona alrededor de la idea de la perdida, con una serie de figuras que orbitan en torno a está y sus consecuencias. Todo el mundo prevenido, aquí no hay matanza y por lo tanto no hay un Nicolas Cage descontrolado; al contrario, todo se cuece (nunca mejor dicho) a fuego lento, quizás demasiado en ciertos pasajes, ya que estamos claramente frente a una película de construcción de personajes

Un granjero, o algo así, que vive desconectado del mundo (en una escena dejan claro que no tiene ni teléfono móvil), se gana unas perrunas con un gorrino que le busca trufas. Posteriormente, vende tan preciado manjar a contrabandistas de dicho alimento (no me diréis que no queda de maravilla en un currículum). Una fatídica noche, el granjero asiste impotente al secuestro de su porcino acompañante, por lo que en compañía de su contrabandista/amigo a la fuerza, emprende un viaje a la ciudad de Portland (¿Qué hay en Portland?), para comenzar un descenso a los infiernos del reverso oscuro de MasterChef. 


“La violencia siempre aparece contenida, como en una olla a presión y el espectador espera con ansía el momento en el que Nicolas Cage reviente alguna cabeza. Ese momento nunca llega” 


nicolas cage atormantado
Quedémonos con esta última frase: es simplemente sorprendente como Sarnoski convierte algo tan, a priori, poco interesante (y desconocido, al menos para mí) como el tráfico ilegal de alimentos, en un submundo turbio de poder y mafioseo. El villano, o algo así, es representado como si fuera un señor del crimen, totalmente poderoso e influyente y el pasado del personaje de Cage, no tanto la revelación, es digno de todo un matarife retirado. Para que me entendáis, sin revelar nada del personaje, su nombre provoca en todo aquel que lo oye en Portland (bueno, quizás es así porque están en el puto Portland) las mismas sensaciones de respeto que infundía la mención a John Wick. 

Alex Wolff en pig
De este modo, gracias a un correcto trabajo de puesta en escena y fotografía, asistimos a escenas que no cuentan especialmente nada impactante, pero que logran captar nuestra atención. La violencia siempre aparece contenida, como en una olla a presión y el espectador espera con ansía el momento en el que Nicolas Cage reviente alguna cabeza. Ese momento nunca llega. De hecho, la somanta de hostias se la lleva el bueno de Cage, en una escena que parece salida de "A Serbian Film" (Srdjan Spasojevic, 2010), salvando las abismales diferencias, y que probablemente sea lo más suculento (que bien traído) que el aficionado pueda llevarse a la boca (estoy que me salgo) después del visionado. 


“si algo destaca en Pig es el enorme trabajo (sin cachondeo) de Nicolas Cage, que vuelve a bordar ese tipo de personaje de aires taciturnos que se le dan tan bien… aunque nos diviertan menos que sus interpretaciones más excesivas” 


buscando trufas en el bosque
Cabe destacar la buena labor llevada a cabo por Sarnoski en, no olvidemos, su debut. Es posible que abuse de los planos estáticos (por muy pensados que estén), pero desde luego adopta un punto de vista y una forma de narrar, sin entrometerse lo más mínimo, que van como anillo al dedo a la historia. Aunque si algo destaca en “Pig” es el enorme trabajo (sin cachondeo) de Nicolas Cage, que vuelve a bordar ese tipo de personaje de aires taciturnos que se le dan tan bien… aunque nos diviertan menos que sus interpretaciones más excesivas

nicolas cage estrella en masterchef
Su personaje en “Pig” es su personaje de la primera media hora de “Mandy” (Panos Cosmatos, 2018), hasta justo antes de pasar por el cuarto de baño para pimplarse la botella de vodka. Nunca olvidaré “Furia Ciega” (Patrick Lussier, 2011), pero entre tirarse hora y media con diez frases o salir en “Jiu Jitsu” (Dimitri Logothetis, 2020)… personalmente tengo claro mi preferencia. Mención a la labor de Alex Wolff que, sin abandonar del todo el aire pusilánime de su personaje en “Hereditary” (Ari Aster, 2018), ofrece rasgos que no habíamos visto hasta el momento en sus interpretaciones. Hasta el George Clooney de Hacendado Adam Arkin resulta conmovedor. Hay que acercarse a “Pig” con reservas, eliminando cualquier expectativa previa que pudiéramos tener y siendo conscientes de que nunca va a haber una venganza por el secuestro de un cerdo. Si pasáis por el aro, reconozco que yo lo hice, “Pig” es toda una sorpresa, sobria y lenta como sus muertos, pero sorpresa al fin y al cabo.


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