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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Cats

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Puede que a más de uno le pueda haber sorprendido la presencia de esta película en nuestro Nido, así que creo que te debo, querido lector, una explicación. Una que va ligada a una anécdota personal /profesional bastante desagradable para el que suscribe.


“nos somete a uno de los espectáculos más delirantes, desagradables e incómodos que he visto ya no en años, sino en décadas”


Sin entrar en muchos detalles: en cierta ocasión una persona muy alterada tuvo a bien soplarme en plena cara un montón de polvos blancos-amarronados que le acababa de descubrir. Debido a las circunstancias del momento no pude limpiarme bien hasta al cabo de unos minutos, tiempo suficiente para que aquella porquería que me había llegado a los ojos y la nariz me hiciera efecto.

Un efecto que nos lleva directamente a esta “Cats” de Tom Hooper. Un efecto que nos sumerge en lo peor que un estado mental alterado por las substancias nos puede ofrecer. Y lo más lamentable es que no es una atmósfera buscada, es completamente involuntaria: el director nos sopla a la cara una mierda tóxica , entra en nuestro sistema por las mucosas, y nos somete a uno de los espectáculos más delirantes, desagradables e incómodos que he visto ya no en años, sino en décadas. Intentar describir “Cats” es como intentar describir una pesadilla o un estado alterado de conciencia: si no lo experimentas es muy, muy difícil de explicar. Todo, desde los obscenos efectos especiales, el sonido o las inenarrables y sexualizadas criaturas peludas llamadas gatos Jelicos, todo parece estar enfocado a que quieras apartar los ojos de la pantalla.


“una vez iniciada, al menos para este relator le fue totalmente imposible apartar la mirada”


Y el gran mérito de esta producción es que, una vez iniciada, al menos para este relator le fue totalmente imposible apartar la mirada. El embrujo de Cats es una alquimia secreta, una que comparte más vínculos con el cine de Frak Henenlotter y otras glorias del bad taste que con el espíritu desenfadado de“The Rocky Horror Picture Show” (1975).

Cuando acabé de ver “Cats” te prometo lector que me sentí sucio. Es decir, yo ya había visto el musical de Broadway en los 90 (en video eh, no piensen que tengo tanto presupuesto), y sabía que guión, como tal, prácticamente no tiene. Simplemente es una narración rayando lo bobalicón con gente disfrazada de gato que te explican su vida, y que sobresale alguna pieza sonora como la celebérrima Memories. Y poco más se le puede pedir. Conseguir a partir de ese mimbre algo tan absolutamente demencial y que me haya producido repulsión física tiene mucho, muchísimo mérito. Buena parte de ese “mérito” viene por la parte actoral, que pese a toda la tramoya digital consiguen interpretar algunos de los planos más desagradables jamás vistos por servidor de usted. ¿O es que alguien que haya visto este artefacto puede negar que los momentos de la oscarizada Judie Dench o Rebel Wilson (ESE momento con cucarachas. ESE!!!) le han generado una conmoción digna de los mejores momentos de “Hellraiser” (1987)? A mí, como mínimo, ya te digo que sí. Y que no pienso volver a verla en mi vida, también.


“¿Es un musical de culto? Para mí rotundamente sí. Repo! the genetic Opera, por poner un ejemplo de musical con aspiraciones de bizarrismo, no le llega ni a la suela del zapato”


Llegados a este punto....es Cats una mala película? Puntualicemos: ¿Es un mal musical dirigido al público mayoritario? Sí. Es horrible desde el primer minuto al último. Ni siquiera los números musicales la salvan de la quema en ese sentido, porque no puedes dejar de ser absorbido por toda la atmósfera de sexualidad zoofílica pesadillesca que embriaga cada puñetera escena. ¿Es un musical de culto? Para mí rotundamente sí. “Repo! the genetic Opera” (2008), por poner un ejemplo de musical con aspiraciones de bizarrismo, no le llega ni a la suela del zapato en ese sentido. Y lo mejor/peor de todo, es que es completamente involuntario ya que nadie en su sano juicio invierte más de 100 millones de dolares entre presupuesto y promoción para perder prácticamente el total de esa cantidad.

Vean “Cats”, amigos míos. Vean a Judi Dench lamiéndose la entrepierna, a Rebel Wilson despellejándose, a Idris Elba desnudo correteando arriba a a abajo, al sin par Ian McKellen bebiendo leche a cuatro patas, y a sexys furrys correteando arriba y abajo en ambientaciones de pesadilla provocadas por el consumo de estupefacientes visuales, o insectos con cara humana bailando claqué mientras son devorados vivos. Me comentan que en la tercera semana de exhibición de la película el personal iba a verla puestos de psicotrópicos hasta arriba, y que la experiencia era el doble de aterradora. Obviamente que desaliento esa conducta: a “Cats” no le hace ninguna falta ninguna ayuda externa para revolver el ánimo del más pintado. Se basta sola y es, para mi, de lo mejor en el género de terror del año pasado.    

Lo mejor: La experiencia de su visionado. La incertidumbre de qué nueva aberración te vas a encontrar en la siguiente escena. El morbo que provoca como todo se desliza a la locura más absoluta.  

Lo peor: Diría que los efectos visuales, la adaptación del libreto del musical y que es una de las peores adaptaciones que he visto en mi vida. Ver a buenos actores implicados en algo así.



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