Hace poco nos recordaba MissTerror esa característica implícita en las familias americanas de mudarse a casas claramente encantadas que a mí me ha regalado momentazos pero que en general, hay que reconocerlo, es para darles una pedrada en la cabeza.
La familia de Haunt, peli lanzada directamente al VOD, tiene aún una pedrada mayor. Cumple todos y cada uno de los cánones necesarios para que la mudanza salga como el ojete. Son una familia pelín disfuncional-mamá y papá van a su bola, la hija mayor busca universidad lo más lejos posible, el hijo es el típico busca problemas y la niña pequeña directamente parece sacada de un catálogo de Halloween de los chinos de la esquina. Para más inri la propiedad a la que se mudan no es que tenga pinta de mal rollo y embrujadilla, es que tiene el sello oficial de “Casa Rural en la que todos sus habitantes han muerto en extrañas circunstancias”. Efectivamente, conforme empieza la peli, papá 1 se toma un bote de pastillas con un traguito de tequila o similar y trata de contactar con hija mayor1, hijo 1 o hija peuqña 1, todos muertos, a través de una maquinita tipo teléfono pre guerra civil y convoca a una muerta terrorífica (bastante logrado el CGI, todo sea dicho) que lo tira por las escaleras cepillándoselo de inmediato.
Así que en los 3 primeros minutos ya sabemos que de la familia 1 sólo se ha salvado la madre. La madre, la vendedora de la casa a la feliz e inocente familia 2, tiene una pinta de mala persona que se le nota desde el inicio de un travelling de diecisiete metros.
Bueno, pues como estamos en una peli americana, el hijo rebelde 2 sale por la noche a pasear en medio de la nada y de los profundos bosques yankis, muy normal todo, y se encuentra sollozando a la vecina, (Liana Liberato, guapa y misteriosa), una moza de muy buen ver, rebelde como él y a la que su padre maltrata. Como papá y mamá 2 son muy liberales (vamos, que se la sudan un poco los nenes), se la lleva a casi vivir con ellos y encuentran la maquinita con la que papá 1 invocó a la demoniaca presencia, y entre polvete y polvete: “oye, qué buena idea, vamos a probar el armatoste este e invocar a los muertos”.
No sigo, porque les destripo totalmente la innovadora e imprevisible historia que sólo habremos visto unas cuarenta veces en pelis de género, pero sí diré que es una auténtica pena que teniendo los medios que tiene la cinta, su director, Mac Carter, que hace cuatro años nos sorprendió con un detalladísimo y completo documentalazo sobre los cómics, las películas y series de televisión basadas en licencias de DC Comics (Batman, Superman, Wonder Woman...) con las opiniones de algunos de los creadores más influyentes de la historia del cómic y editores, como Neil Gaiman, Neal Adams, Karen Berger, Mike Carlin o Dan DiDio, podría haberse esforzado un poquito y tratar de dar una dimensión más personal a su peli y convertirla en una de las grandes propuestas del terror del año, porque sus puntos positivos-que los tiene-son muy, muy, muy aceptables.
Porque a nivel técnico es estupenda, las interpretaciones son bastante convincentes, el entorno, la casa vieja en en algún gélido lugar de Salt Lake City aislado y siniestro y al mismo tiempo pintoresco y hermoso, daba para mucho más y la muerta, que es realmente lo que los amantes del género más valoraremos, es absolutamente espeluznante y miedo, miedo, puede dar un rato... Los efectos visuales son bastante simples, pero muy eficaces, y sobre todo, en una película “independiente” de “bajo presupuesto” como ésta, destaca una excelente fotografía, de Adam Marsden, propia de cualquier blockbuster millonario.
Pero en lugar de buscar esa originalidad y personalidad en su peli, se queda con recopilar todos y cada uno de los tópicos del subgénero de casas encantadas-incluído giro final para nada sorprendente- y no explota ni a los personajes, ni los efectos especiales ni la propia historia. El propio director describió la cinta como “una historia de terror con Romeo y Julieta”, en este caso, Evan y Sam. Algo tan cursi, viniendo del mismo creador de la peli ya es lo bastante aterrador como mantener alejado al público de su producto.
Yo, fácil de contentar, he disfrutado bastante de “Haunt”, pero al menos cuando te encuentras con un “quiero y no puedo”, te quedas con las ganas y los esfuerzos del autor. En este caso es un “quiero, puedo, pero no me da la gana”, y la desidia del director se nota en las escenas desaprovechadísimas de la cinta. Parece que todo su interés es resultar similar a “The conjuring”, a “Insidious”, “La morada del miedo” y demás, pero ampliando mercado dando los papeles principales a dos adolescentes buenorros con las hormonas a punto de reventar.
El resultado, entonces es una buena fórmula que ha dado buenas pelis, pero bañada en el estereotipo puro y duro que ya en su prólogo-apertura nos descubre la terrorífica historia de fantasmas que podría haber sido y que pronto se enfarranga y diluye. Afortunadamente, la peli cuenta con un final mucho mejor, que envuelve y acaba justificando la historia, aunque una vez creada la atmósfera y sintiendo la posibilidad de experimentar ese miedecillo en la boca del estómago, la peli va y se termina.
Mención aparte merece el hecho de que en la cinta se trata de dar un “homenaje” a Romero, pues el hijo 2 está en casa, solo, viendo esa peli en la tele cuando se va la luz... ¿Cuántas veces hemos visto ese mismo “homenaje”?... Ni siquiera para eso trata de ser original. El guión, de Andrew Barrer necesitaba un poquito de trabajo extra, puliendo esos pequeños detalles que acaban separando lo decente de lo inaceptable.
Lo mejor: La escena inicial donde un padre afligido trata desesperadamente de contactar con sus hijos muertos, que genera una temprana sensación de tensión al dar rienda suelta a algo tán peligroso como la “caja fantasma”. El prólogo en general, con las fotografías de los hijos. La fotografía, impecable.
Lo peor: Esa sensación de tensión se disipa en cuanto termina el breve prólogo y se despliega rápidamente un lance de clichés del cine estándar de casas embrujadas con un claro afán de parecerse a James Wan.
Recomendable para ver cómo no todo en este mundo son los recursos, y que aún contando con ellos, sin una historia-esqueleto de la narración de por medio, lo mediocre es irreparable.
El director ha creado recientemente "Las extrañas aventuras de HP Lovecraft", una aventura gráfica publicada por Image Comics, y ha acudido al mismísimo Ron Howard (qué miedo) con un primer borrador del guión basado en el cómic. Yo, como fan absoluto de los mitos de Cthulhu de Lovecraft, me muero porque la propuesta llegue a buen puerto, aunque no sé yo...