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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Así en la Tierra como en el Infierno

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John Erick Dowdle es un tipo bastante inteligente que a la hora de dirigir, sabe perfectamente las limitaciones a las que se enfrenta y las convierte en un handicap marca de la casa para así aprovechar al máximo una idea, por trillada que ésta sea. 

Sorprendió a propios y extraños con esa magnífica película “ida de olla” en que se acabó convirtiendo su primer largo, “The Poughkeepsie Tapes” en 2007, consciente de que el mal rollo que desprendía aquella le granjearía más alabanzas que críticas. 

Retomó el found footage al año siguiente con la descarada “Quarantine”, traslación a la americana casi plano por plano de la aún muchísimo mejor REC de Balagueró y Plaza (ay, qué ganas de Sitges ya), pero logrando que su producto no fuera ni mucho menos detestable y se distanció un poco de la buena racha, descarriándose con la convencional y bastante mala “La trampa del mal” de 2010, rodada con el único aliciente de ser una historia-mala y hasta cateta por momentos- de Shyamalán.

Ya quisieran muchos en un mundo como Hollywood llevar esta carrera a su tierna edad. En "Así en la Tierra como en los infiernos" nos cuenta, con un guión elaborado mano a mano con su hermana Drew, ni más ni menos que una versión adulta-y chapucerilla- de los Goonies ( Richard Donner y Steven Spielberg me perdonen) , consciente de que ese tipo de peli, la de “pandillas Scoobies” en busca de un tesoro-en este caso la piedra filosofal, la de Harry Potter, sí- nunca va a dejar de estar de moda y tienen un puntito canalla que las hace empatizar con un público joven por aquello de la ley de la correspondencia y la aventura, y más aún si se les da un cierto toque oscuro y terrorífico. Y “As above, as below”, lo hace. 

Lo envuelve todo con un refrito, bastante cutre a ratos, todo sea dicho, de alquimia para nerds, Nicolas Flamel y teoría conspiranoica de Cuarto Milenio, Dante para alumnos de la ESO y filosofía new age caduca. Pero con cierto aire terrorífico e incluso psicológico que hace que no nos aburramos ni un solo segundo, y eso, amigos, a día de hoy ya es casi para tirar cohetes... 

Scarlett (la buenorra de Perdita Weeks, una preciosidad) es una chica intrépida y desinhibida a lo Lara Croft, que decide seguir los pasos de su padre suicida explorador en Irán y descubre una pista oculta durante milenios, que le llevará a otra escondida durante siglos, que a su vez le llevará a otra y así hasta el final, acompañada de una chupipandi compuesta por George (Ben Feldman), el amor de su vida al que dejó plantado en una cárcel turca, que aquí ejerce de traductor de arameo, Benji (Edwin Hodge), el cámara y técnico que coloca las cams subjetivas en cada cabeza y la pandillita francesa de un tal Papillon (el buenorro de la peli, François Civil), Siouxie y El Topo. 

Con esta mecánica, y usando el mockumentary tanto para bien (la sensación subjetiva ayuda mucho a empatizar con el rollo claustrofóbico que da la cámara en mano dentro de una cueva) como para mal (a veces se diluye la imagen y los sustos se suceden aunque no veamos muy bien qué es lo que nos asusta, lo cual, claro, le sale más barato, oiga) "As Above, So Below" se convierte, no en su peor -la del ascensor es espantosamente mala-pero casi, en uno de sus trabajos menos elaborados, con menos presupuesto, o al menos peor aprovechado y con más hilos pendientes, pues el desarrollo es bastante lineal, el guión está muy poco pulido y la incongruencia se apodera de la mayoría de las decisiones de nuestra protagonista, desconcertándonos por completo y dejando a la peli carente de emoción casi absolutamente. 

La historia nos lleva hasta las catacumbas de París-reguleramente recreadas- donde se encuentran las puertas, agárrense los cinturones, del mismísimo Infierno. Un Infierno mucho menos dantesco de lo esperable, con cruces de bóveda a lo Código da Vinci, escarabajos abretumbas a lo The Mummy y El secreto de la pirámide, coros satánicos muy Donner y donde cada uno de los exploradores sólo tiene que purgar sus errores y pecados, o reconocerlos en voz alta, que al final nos quedamos sin presupuesto, para salir del mismo. Y poco más que decir, la verdad... 

Lo mejor: Es entretenida a rabiar. Tiene dos sustos de los buenos, buenos.

Lo peor: No explota los maravillosos recursos narrativos y cinematográficos que cabría esperar y deja muchos hilos sueltos. Es un verdadero pecado no indagar en el coro satánico de plañideras chungas (con diferencia el mejor momento de la cinta) ni en la historia de "El Topo". 

Recomendable como lo que es, un divertimento que nos recordará que las pelis de nuestra infancia al final, va a ser verdad que eran mejores y con más enjundia, sin llegar a ser desde luego desdeñable por completo ni mucho menos.



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