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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Martyrs (2015)

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Qué pereza tener que hacer esta crítica, la verdad, de una de las mayores desvergüenzas que veremos en esto del cine de terror... Partiendo de que “Martyrs”, la original, la buena, la de Pascal Laugier, la que recordarán nuestros nietos como una de las cúspides del nuevo terror, es una de mis pelis favoritas de todos los tiempos, de que el periplo de este remake ha sido poco menos que estrambótico (con ofrecimientos, uno por uno, a los mejores directores de género franceses, que, como era de esperar teniendo en cuenta que la cinta es una peli de culto en el país vecino, la iban rechazando de inmediato, cambios de reparto, de orientación y casi de género cinematográfico), que el guionista, ese Mark Smith que pierde todos mis respetos y tras este caos merece pena de prisión mayor, y que la peli anterior de los directores de este descalabro, Kevin y Michael Goetz, “Scenic Route” un melodrama regulero que la crítica puso por las nubes me parece bastante mediocre, esperar mucho, lo que se dice mucho, no esperaba en absoluto de esta cinta abucheada por la mayoría de fanáticos del terror que visitan estas semanas Sitges.
Y es que los remakes no son lo mío (lo de Oldboy, Carrie y Poltergeist no se me olvida), pero después de ver, sin ir más lejos, lo que hizo Franck Khalfoun con el estupendo remake de Maniac, a pesar de estar convencido de que el cutre mercado usurero Hollywoodiense trataría de apropiarse de la genial corriente francesa conocida como “Nuevo Extremismo” y que nos las ha hecho pasar muy, pero que muy mal en la pasada década con obras maestras irrepetibles en las que la violencia y el gore justificados llenan la pantalla de chorretones de sangre, saliva y dientes, pelos y carnes colganderas, haciendo nuestras delicias con nuevas y fuertes sensaciones, y encantado de poder traerles la primicia de su estreno me dije: “manchego, vamos pa allá, que el bofetón no será tan gordo...” 

Pero vaya si lo ha sido...

Lo único que podría justificar este remake es que todas las copias de la cinta original hubiera desaparecido misteriosamente a lo Cuarto Milenio, pero es que ni con esas, porque sin aportar nada nuevo (obviaremos el espantoso giro loco final que le pegan estos dos directores de arte y ensayo a la magistral pieza de origen) más valía que se hubieran puesto a remakear la nochevieja de los Lunnis 2004 y dejasen en paz obras maestras. 

Tras el estreno y el consiguiente exitazo de À l’Intérieur parecía prácticamente imposible superar e incluso alcanzar las tremendas dosis de angustia cinematográfica que aquella conseguía, pero como de la nada, apareció Pascal Laugier con una película muy, muy cruda y compleja bajo el brazo, como quien no quiere la cosa que se convirtió evidentemente en la más polémica del festival de Sitges donde se presentó como “La película más perturbadora de la historia”, considerándola un ejercicio de torture porn existencialista, y la más violenta del 2008. 

Eso es lo que hace siete años pasaba con Martyrs, y en lo más opuesto a un dejá vu, hace dos horas asistíamos pasmosos a una tomadura de pelo constitutiva sin duda de delito punible como es esta porquería de remake cutrón. 

El Martyrs original venía de Francia y por supuesto trataba un tema espinosísimo con una brutalidad y una violencia que muchos tacharon de interminable. Era una cinta muy difícil de contar y recomendar, con una sinopsis complicadísima y una ejecución brillante, maravillosa y perfecta que no deja nada por explicar y cuya magistral realización se encamina más a transferir una terrible sensación de miedo mental, siendo la violencia más dura de la película precisamente la que se omite al espectador, siendo sin duda por eso una película imposible de olvidar. 

En mi caso me pasé una semana entera con unas pesadillas terribles y con el temita metido en la cabeza sin parecer irse ni de coña. 

Considero Martyrs y À l’Intérieur las dos mejores cintas de eso que acabamos llamando la “nouvelle horreur vague”, maravillosa y casi perfecta pero recomendable para muy pocos, porque en muy pocas ocasiones servidor, que tiene el estómago como los Ñúes, más que hecho y habituado a digerir todo tipo de cine se ha sentido tan y tan angustiado tras ver una película. 

Y es que lo de menos es ya lo desagradable de lo visual de la cinta, (impecable por otra parte); Lo difícil es entrar en la película y salir airoso, como si tal cosa, tras su visionado, porque es con diferencia la película que ha dejado una huella más honda en mi vida de espectador cinéfago. Por eso, y pese al diez que le di en su momento en todas mis votaciones personales, la recomiendo a pocos, a muy pocos. Desde luego a espíritus poco sensibles y/o traumatizables. 

Lo que está claro es que el cine de género americano ha pasado por una tremenda etapa de escasez creativa de ideas. Remakes y secuelas varias han tratado de llenar ese vacío, revisitando clasicazos como “Poltergeist” o “Carrie”, que siguen plenamente vigentes y marcadamente superiores a sus cutre revisiones, pero también optando por hacer sus propias versiones de películas extranjeras prácticamente nuevas que aportan una propuesta original e interesante. Y el cine francés de terror actual lo es, con esa nueva violencia extrema, ese uso absoluto del gore y el terror carnal que no siempre son del gusto de todo el público y tiene que pasar incluso censura para exhibirse en según qué festivales (Martyrs se presentó en Cannes como una de las favoritas, aunque la comisión de calificación trató de definirla prácticamente como porno, pese a que acabó como “para mayores de 16” armando así un revuelo enorme e indignando a Pascal Laugier, su director con ese juicio sobre la catadura moral de su cinta). 

Martyrs, la buena, la que pasará a la historia, la original, ha abierto el camino facilitando así que futuros directores aborden la maldad, el terror y la violencia extrema traspasando al espectador una serie de fortísimas sensaciones con mayor apoyo y respeto en esa corriente cuyo génesis en mi opinión está en de “Irreversible” de Gaspar Noé y la violación de la Belucci en 2002 y el años siguiente, 2003, cuando un joven y prometedor director francés, Alexandre Aja, sorprendió con una brillante y majestuosa concentración de terror y gore con su “peliculita” “Alta tensión”, que causó auténtico revuelo en todos los festivales internacionales del género. 

Desgraciadamente el negocio del cine parece por momentos caer en picado al paso de la crisis en muchos países, y cada vez cuesta más competir con el gigante de Hollywood, y en muchos casos, sangrantemente, las pelis que copan las expectativas de crítica y taquilla en el extranjero, sólo han pisado nuestro país en festivales, mientras bodrios como esta desvergonzada y vergonzosa adaptación americanuza llenará los cines palomiteros.

Sí, ya sé que esto debería ser una crítica de la cinta y punto, que las comparaciones son odiosas y bla, bla,bla... Pero si no quieren comparaciones, que no se pongan a acometer empresas que les quedan muy, muy, muy grandes. 

El bodrio al que dedico estas palabras, esa vulgar “Martyrs” 2015 no tiene ABSOLUTAMENTE NADA a destacar, ni siquiera fuera de las comparaciones. 

Fagocita la brillantez del argumento ajeno, lo mete en una batidora oxidada y le da un giro final estúpido e innecesario, cargándose cualquier mínimo halago que pretendiera tener. 

A nivel técnico, que es lo mínimamente exigible, tampoco destaca en ningún momento y las interpretaciones de un reparto sacado de una clase bobalicona de la E.S.O yanki hacen que se nos salten lagrimones como peras. 

Las brutales actuaciones que nos regalaron Mylène Jampanoï y Morjana Alaoui en el original quedan aquí a la altura de Salvados por la campana en versión siniestra, sin chicha ni limoná. 

Y, perdón por esta inquina comparadora, la magnífica y escalofriante banda sonora que me sigue poniendo la carne de gallina del original, de Seppuku Paradigm, una de esas pocas obras musicales que me siguen dando miedo a dia de hoy apartada de la imagen a la que apoyan, aquí se traduce en una ridiculez sosa y chirriante. 

Me alegro muchísimo de no haber podido dar antes un 0/10 a ninguna peli, porque definitivamente se lo casco a los Goetz y su cagadón.



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