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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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"La Mano", nuevo festival de cine fantástico en Madrid

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Nace La Mano, un festival que durante cuatro días traerá a las localidades madrileñas de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes diversas actividades relacionadas con el terror, el fantástico y la ciencia ficción. El evento tendrá lugar los días 28, 29, 30 y 31 de octubre en el Centro de Arte de Alcobendas y en el Centro Cultural Blas de Otero en San Sebastián de los Reyes.

Las actividades que se realizarán en el festival son:
 
— Secciones oficiales a competición de largometrajes y cortometrajes.
— Proyecciones de películas clásicas del género.
— Maratón de cine de terror en la noche de Halloween.
— Concursos de relatos, microrrelatos y audiorrelatos.
— Exposiciones de ilustración fantástica.
— Charlas sobre literatura, cine, efectos especiales e ilustración.
— Conciertos.

En estos momentos el festival está terminando de confirmar las actividades y, en breves, publicará las bases para los concursos del festival en su página de Facebook y en la web (apunto de terminar).

Contacto e información:

— Página web: http://www.lamanofest.com
— Página de Facebook: https://www.facebook.com/LaManoFest
— Correo electrónico: info@lamanofest.com

El origen de La Mano:

En Alcobendas, durante los años sesenta, se contaba una leyenda sobre una mano que deambulaba por el colegio conocido como “las charcas” –antiguo Bachiller Alonso López–. Nadie de quienes narraban aquellas historias vio jamás a esa mano, lo normal era que el que se encontraba con el miembro errante fuera “amigo de un amigo”; tan sólo existe el caso de un tipo que dice haberse cruzado en varias ocasiones con la mano, pero por su estado mental se duda de la veracidad de aquellas apariciones –es un personaje del cual la gente se mofa por este y otros asuntos–. Tampoco hay nadie que sepa de ataque alguno por parte de este ser, parece que su misión era la de espiar a todo aquel que se acercaba al colegio. En lo que sí difieren las diversas historias es en el origen de la mano: hay quienes hablan de un profesor que, en mitad de una clase, perdió la mano utilizando un serrucho; otros relacionan la historia con un suceso ocurrido durante la Guerra Civil Española; existe también quien establece un paralelismo entre la historia de la mano y el boom que el fenómeno ovni tuvo nuestro país por aquellos años. Sin embargo, la mayoría obvia un detalle importante: el nombre verdadero del colegio.

En el anterior párrafo se ha comentado que el colegio fue conocido como “las charcas”, pero realmente se llamaba Bachiller Alonso López, nombre proveniente del Quijote, pues se trata de un personaje que aparece en la magna obra de Cervantes y que dice venir de Alcobendas. A Cervantes se le conoce como “el manco de Lepanto”, ¿es quizá esto una simple casualidad?

En la actualidad, el colegio se encuentra en otra zona de la localidad. No parece que la mano haya emigrado a este nuevo centro, ya que no se ha escuchado ningún caso de aparición en el lugar. Por otro lado, “Las charcas” fueron derruidas y se están construyendo pisos en ese terreno, así que habrá que esperar a que estén terminados y ocupados para que sus inquilinos nos cuenten si han visto o no a la mano. Tampoco hay que olvidar que también existe una estación de metro en la zona, con lo que no se asusten si se encuentran esperando un tren en aquella estación y ven algo extraño.

Por todo esto, hemos decidido que el nombre del festival sea como el de tan ilustre habitante, con la ilusión de que quizás decida “echarnos una mano” atemorizando a los espectadores.

"Riddick Rule The Dark", Hágase la luz en la oscuridad

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Y e aquí el trailer de una de las películas más esperadas de la temporada. Nada más y nada menos que "Riddick Rule The Dark", tercera entrega de una de las mejores sagas que haya dado la ciencia ficción en los últimos años. Por supuesto, me estoy refiriendo a las aventuras del (anti)héroe del siglo XXI por antonomasia, Richard B. Riddick, personaje que catapultó a la fama al bueno de Vin Diesel (a quien le perdonaremos horteradas sobre ruedas varias... las seis) tras sendos sonados petardazos que significaron (y lo digo en el mejor sentido de la palabra, porque me encantan ambas): “Pitch Black” (2000) y su grandiosa secuela “Las Crónicas de Riddick” (2004).

Al mando de la nave, nuevamente el señor David Twohy, quien ya dirigiera las dos entregas anteriores y un tipo solvente donde los haya después de haber sorprendido a propios y extraños con cosas tan interesantes como “The Last Gateway” (2009) o tan curiosas como “!Han Llegado!” (1996) con un irreconocible Charlie Sheen al frente en una tesitura muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados este hombre y medio.

La película tiene previsto su estreno mundial para Septiembre de este mismo año.
 

Crítica: No One Lives

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La noche me susurra "todos nos equivocamos, no eres la única".
La experiencia me recuerda" has estado en el lugar equivocado, eres la persona equivocada".
Alguien me pregunta "¿por qué te gusta saltarte las reglas?"
Una vez me dijeron "eres una persona de recursos".
¿Quién insinuó que "en la exageración siempre la verdad está disfrazada de lentejuelas"?
"El rojo es tu color".
 
Y cuando ves una película por casualidad, y de repente pasas un buen rato, uno de esos ratos entretenidos y crees que has viajado atrás en el tiempo y que no estás en el 2013, porque en ese año se veía una buena película de cada 150, y recuerdas que la semana anterior ya viste una que te agradó muchísimo, y te desubicas porque no sabes ni dónde estás, y miras el teléfono móvil, ves cincuenta wassaps (¿por qué me lo haría, por qué me pondría el maldito wassap?) y ves que es cierto, que el calendario te sitúa en Junio de 2013, es cuando te dices a ti mismo, " claro que el cine es mi pasión, ¿qué otra cosa lo podía ser si no?"

Señores y señoras, con ustedes: "No one lives".

Todos nos equivocamos

La premisa de "No one lives" es el giro, el volantazo, el más difícil todavía, el "yo salto aunque no haya red, y si me mato, caballeros, fue un placer conocerles".

Tengo que deciros, cuervitos, que no tengo miedo en contaros esto desde el principio de la crítica, pues desde el inicio, Kitamura (director también de "The midnight meat train" y "Azumi"), nos enseña sus cartas, ahora, el tema es ver si sabe jugar bien, porque sí, aquí hemos venido a observar cómo juegan los demás.

Que Kitamura conoce las reglas del juego es bien sabido, que le gusta jugar a lo grande también, pues a ver si Nadie vive entonces!!!.

El argumento nos resulta cercano, ya lo conocemos, incluso nos puede hacer errar en la dirección hacia el subgénero, por ahí no van las sorpresas.

Una pareja de novios viajan hacia un lugar indefinido, y en un pueblo indeterminado, mientras cenan, se encuentran con un grupo de delincuentes (sí , los típicos paletos salvajes), que intentan robarles. En el pequeño secuestro que sufren, algo sale mal, la novia muere, el novio vive. Un mal paso, una mala decisión, una elección equivocada, y el ratón se hace inmensamente grande y se come al gato y a toda su jodida camada. En "No one lives" no es difícil descubrir cual es la realidad, el tema es ver esa realidad devorándolo todo.

El lugar erróneo, el momento menos adecuado

¿Quién no ha sentido que está en el lugar equivocado en el momento más inadecuado? Eso es precisamente lo que les pasa a nuestros rednecks de turno, que escogen como víctima a alguien que da otro sentido al psicokiller, pues este es totalmente consciente de su psicopatía y se jacta de ella. Es conocedor de su maldad y sabe que es absolutamente letal, algo que en un guión con unas carencias y licencias tremendas, no parece llamar mucho la atención, cuando precisamente la característica principal de todo psicópata es no poder controlar un instinto de muerte, que nuestro asesino parece dominar a la perfección. Y eso que podría pesar como una losa, en este slasher (porque lo es!!) no llama ni la atención (Suelta ese As Kitamura, que la partida la tienes dominada).

Los personajes están presentados a la perfección, no hay dudas con ninguno de ellos, te podrían aventurar a hacer un horóscopo de cada uno de ellos y predecir, sin equivocarte, lo que va a pasar. Y esta definición de los personajes, este poco espacio para la imaginación , es un acierto, ya que la principal baza de "No one lives" es que ofrece lo que ofrece, entretenimiento desde el principio hasta el fin, no hay mas vuelta de hoja.

Salto de las reglas

Con unos personajes y una historia definida, lo primero que se nos viene a la cabeza es una película de venganza, y en un salto de pértiga, esta venganza (que también lo es), no deja de ser un slasher , porque tiene todo lo que un slasher necesita (excepto una cosa). Contemos: tenemos a un asesino despiadado, tenemos crueldad y sangre, tenemos a ese asesino que realmente parece invencible, pues es capaz de sobrevivir a un grupo de asesinos (porque chicos, aquí no hablamos de universitarios precisamente), tenemos el escenario perfecto para el slasher, tenemos la presencia potente y fundamental de un asesino capaz de generar fans en un solo segundo. Hay tensión, hay persecución, pero no hay máscara, este asesino muestra su cara, enseña sus facciones, se deleita con su expresión, atemoriza en la misma proporción en la que llama la atención.

Y este salto en las reglas de un slasher, viene sin traumas, sin dramas, viene naturalmente, y nos lo tragamos todo, porque pese a que tiene un punto ácido, es fresquito, y señores, entra muy bien.

Carne fresca en la que el factor psicológico, tan cogido por los pelos, sobra por completo.

Persona de recursos

Y siguiendo con el asesino, que se lleva el noventa por ciento de la película (el resto de los personajes y sus historias paralelas no importan en absoluto), si algo llama la atención de su metodología, es su pericia con los elementos de los que "dispone". Es como el MacGyver de los asesinos (todo lo hace, todo lo usa), ya que no solo posee una fuerza que no parece propia de su cuerpo, una inteligencia que le hace estar de vuelta de todo, un poder de convicción más allá de la lógica, una atracción fuera de toda duda, no solo es todo eso, sino que también es el asesino que nunca deja cabos sueltos, que siempre termina el trabajo...eso sí, pese a ser frío y calculador como él solo, tiene su corazoncito, y detrás de ese adoctrinamiento con alguna de sus víctimas, se esconde el amor (Venga Kitamura, pide más cartas que esta partida te la han ganado...) y es que no es comprensible que se pueda ser empático y apático por igual, y no lo es porque en esa ruptura de normas, de reglas que este director no quiere seguir, no vale todo, y para mi, el personajes del asesino cojea en su psicología precisamente, que no termina de estar claramente definida y que va dando bandazos (cuando parecía que era uno de los puntos fuertes).

Insisto en que este componente psicológico, este lazo víctima- verdugo sobra por completo porque no es creíble de ninguna manera (de la misma forma que no lo es tampoco que este hombre pueda sentir amor por alguien, sea su novia, su perro o Enma...).

La exageración como estandarte

Y el más difícil todavía!!!! Las licencias en el guión son de nota, y olvidándonos de las lagunas (en las que se podría nadar sin parar), no se puede pasar por alto que lo de este asesino es de una imposibilidad absoluta, porque madre del amor hermoso (taparos los oídos que hay SPOILER) ¿cómo se puede meter uno dentro de un cuerpo humano sin suturar y que dos personas cojan ese cuerpo, lo metan en una bolsa y lo trasladen sin darse cuenta? FIN SPOILER, cosas incomprensibles...tanto como la duda constante durante toda la película que es el saber de dónde saca todos los artilugios que utiliza para matar...¿cómo se puede anticipar a todos los movimientos, por predecibles que estos sean, de los otros villanos?

Y con todo eso, la verdad, la realidad es que te da bastante igual, porque el propósito se consigue, porque has venido a pasarlo bien, y con la partida casi terminada, puedes decir que te está molando cómo lo está haciendo Kitamura.

El rojo

La sangre, la sangre, la sangre...claro que hay sangre, chicos por favor, que hablamos del director de "The midnight meat train", ¿cómo no iba a haber sangre?. Los efectos especiales, muy conseguidos, el salvajismo a la orden del día y la cámara recreándose en las salpicaduras de hemoglobina. Unimos esto al conjunto anteriormente explicado y tenemos una película que nunca será una obra maestra, pero claramente tampoco lo pretende. Una película que no engaña, que te da exactamente lo que te tiene que dar, pese a sus numerosos fallos, que terminas pasando totalmente por alto.

Una propuesta que no se debería dejar pasar, no porque la vayamos a recordar por los siglos de los siglos, amén, sino porque la vamos a disfrutar.

y No one lives.


Crítica: Six Degrees Of Hell

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“6 degrees of Hell” es una película amateur de principio a fin. Desde el guión hasta las interpretaciones pasando por la parte técnica, es terror de bajo presupuesto. Puede que esto haga parecer que la cinta gana puntos en materia de ‘culto’ pero para los que sólo queremos ver buen cine de terror, hubiera sido mejor un poquito más de calidad.

Puedo admitir que en toda mi vida no he estado en una atracción de casas abandonadas, y para aquellos que vivan en Barcelona: no, no he entrado en el túnel del terror del Tibidabo, lo he intentado mil veces pero no soy lo suficientemente valiente para hacer esto. Una vez entré y me tuve que salir a la mitad porque no aguantaba la presión, así soy yo: un derroche de valor. El director Joe Raffa intenta traerme a casa una experiencia de casa embrujada con esta historia, pero le va a costar un ratito largo presentarla.

Este es ese momento en el que tengo que volver a leer el argumento de la peli y volver a ver el principio de la misma para acordarme de qué huevos pasaba. “El hotel del terror del Tío Jack” es una atracción en el Noreste de Pennsylvania, dirigida por un tío que se hace llamar el Tío Jack, que está constantemente tratando con un policía cretino que se cree que es el dueño del pueblo. Desgraciadamente, dos amigos de Jack, Chris y Kellen, sin querer sueltan una energía demoníaca transportando una colección de objetos encantados que son propiedad de un psíquico para ser usados como decoración en la atracción. June es una adolescente del lugar que tiene el don de unos poderes paranormales (que tampoco me quedaron muy claros cuáles eran). Y es en uno de estos poderes que a ella no le mola mucho usar que ve una extraña energía que se dirige hacia ella. Su don también atrae la atención de un cazador de fantasmas que sale en la tele, (muy típico in the states) que enfrentándose a esta fuerza maligna años atrás provocó la muerte de su hermana. Qué dramón, Ramón.

Y, bueno; ¿Corey Feldman? Tiene poquito que ver con la trama principal. Aparece como investigador paranormal que escucha toda la historia de boca de otro policía que fue testigo del atropello. (Atropello en plan: menudo lío, aquí hay pocos coches). Y el pelo que me gasta… pon el freno, madaleno. Madre mía… qué pelazo teñido con mechón gayer incluido.

Evidentemente la película incluye posesiones de muchachos varios, que son de bastante risa todo el tiempo; pero bien llevadas. La energía diabólica que ha salido de los restos acaba poseyendo a los actores contratados para la atracción convirtiéndolos en monstruos de verdad, que a su vez empiezan a matar a todos los invitados de la atracción, mientras estos creen (sólo en un principio) que es parte del show. Y es en esta media hora final que la peli se deja llevar y acaba mostrando unas cuantas escenas donde aparece algo de terror (FINALMENTE) con escenas muy creepy. Ojala no hubieran tardado una puñetera hora en sacar estas escenas.

¿Y entonces qué pasa esta primera hora? Pues una puta mierda, nada. El mayor problema de 6 degrees of Hell es que tarda una hora en ocurrir nada, pero además tratando de ser una peli indie en plan cansino. Podrían haber ido por el camino sencillo, porque hay bastantes bases que asentar. Pero no, durante esa primera hora se dedican a presentar numerosas tramas que saltan hacia atrás y hacia delante del pasado al presente donde Feldman está fumando sin parar, con ESE mechón en la frente. Esta hora sólo sirve para confundir y dejar una sensación al espectador de que tiene que descifrar todavía todo lo que está pasando. Para empeorar las cosas, tenemos una falta total de desarrollo de personajes en esta maldita hora que combinado con interpretaciones que dejan bastante que desear en un casting demasiado joven, te dejan cuestionándote si en verdad te importa una mierda qué pase con ellos. Algo que luego se te va pasando cuando entras en el hotel del terror y se destapa la chistera.
 
Oh, y una nota al director Joe Raffa; no hace falta que el policía imbécil haga comentarios homofóbicos para que sepamos que es imbécil. Sólo hace que el personaje sea ofensivo y que tu peli luzca peor por tener que sobrellevar esto.

Es una vergüenza que el Hotel del Horror acabe siendo la única nota positiva de 6 degrees of Hell, ya que toda la previa a la atracción es muy pobre. Es una recompensa que te mereces pero cuando miras hacia atrás el resto del metraje te das cuenta de la gran pérdida de tiempo que conlleva la historia hasta que llega al clímax. Si hubieran puesto el mismo interés que le echan a la última media hora al resto de la película, hubieran conseguido tenerte en la silla agarrado por las pelotas EN MAYÚSCULAS; pero así, Joe Raffa; no. ME NIEGO.
 
 

Six Degrees of Hell (2012) - Trailer Official HDpor dm_51092b4964c1c

"Sitges 2013", avance programación

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Ángel Sala ha presentado este 26 de junio el avance de programación del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2013 en la antigua fábrica Moritz que abordará las nuevas manifestaciones del mal, la resurrección y el renacimiento, que prestará especial atención a los mercados emergentes y a las producciones low cost, y que contará con la presencia de los directores Johnnie To y Takashi Miike. A Miike se le rendirá un gran homenaje por su carrera con la colaboración de la Fundación Japón proyectando dos de sus últimos trabajos: “Lesson of the Evil” y “Shield of Straw”. Mientras que Johnnie To hará acto de presencia para ofrecernos sus dos últimas propuestas: “Drug War” y la comedia negra “Blind Detective”.

“Grand Piano”, la nueva película de Eugenio Mira, producción catalana de Adrián Guerra y Rodrigo Cortés, inaugurará la 46 edición del Festival, que se celebrará entre el 11 y el 20 de octubre. Thriller formalista y preciosista desarrollado durante la celebración de un concierto de piano y que tienen como protagonistas a Elijah Wood, John Cusack, Alex Winter y Kerry Bishé.

La sección Oficial Fantástica presentará algunos de los títulos más esperados del año, como “Only God Forgives”, el nuevo film de Nicolas Winding Refn (“Drive”), el último trabajo de Jim Jarmusch, “Only Lovers Left Alive”, un singular relato de amor eterno entre dos vampiros, “A Glimpse Inside the Mind of Charles Swann III”, comedia surrealista de Roman Coppola, “The Congress”, espectacular adaptación de Stanislaw Lem dirigida por Ari Folman que mezcla animación con una historia de ciencia ficción protagonizada por Robin Wright i Harvey Keitel, o “Real”, la vuelta del director Kiyoshi Kurosawa al cine fantástico. Además Sitges 2013 será el escenario de la vuelta de Alejandro Jodorowsky y su biografía imaginaria “La danza de la realidad” o el retorno de Neil Jordan (quien fue Gran Premio Honorífico en Sitges 2012) a la temática vampírica con “Byzantium”.

En la sección Oficial Fantástica también habrá lugar para los jovenes realizadores como Sebastián Silva con “Magic, Magic” o para autores polémicos como Shane Carruth con su nuevo trabajo “Upstream Color” o Marina de Van con “Dark Touch”.

En la sección Noves Visions tendremos “Nobody's Daughter Haewon” de Ho Sang-soo, “White Epilepsy” de Phillippe Grandieux, “Goltzius & The Pelican Company” de Peter Greenaway, “Vic et flo ont vu un ours” de Denis Coté o la coreana “Fatal”, así como la no ficción más innovadora representada por “The End of Time” de Peter Mettler. En el apartado documental habrá “Milius” de Joey Figueroa i Zak Nutson, una mirada a la obra del director de “Conan, el bárbaro”.

Y para completar Noves Visions el espectador podrá disfrutar de cine low cost con películas como “The Battery”, film de zombies dirigida por Jeremy Gardner, la versión final de “La tumba de Bruce Lee” de Canódromo Abandonado o “El lobito” de Antonio Dyez. Todo ello dentro del programa denominado Emergents.

Tanto en la sección Focus Àsia como en el resto de secciones el cine asiático representado por el cine japonés, coreano, de Hong Kong y también filipino, con el último trabajo de Erik Matti “On the Job”. Además, la India hará acto de presencia con la película “Ugly” de Anurag Kashyap.

La animación estará presente tanto en la sección Anima't como en la restrospectiva y la Sección Oficial. Así veremos “009 RE-Cyborg” en 3D, de la mano de los creadores de “Ghost in the Shell”, o “Evangelion 3.0”.

En lo que respecta a las secciones Panorama y Midnight X-treme podremos disfrutar de “Big Ass Spider” de Mike Mendez; “Frankenstein's Army” de Richard Raaphorst; “Contracted” de Eric England; “Kiss of the Damned” de Xan Cassavettes; “Milo” de Jacob Vaughn o “Hellbenders 3D” de J. T. Petty, así como la nueva entrega de la saga slasher “Hatchet”.

“Battle of the Damned”, un film de robots contra zombis, será la película estrella de la popular maratón La noche más zombi que acompaña a la Zombie Walk.

Por último, Brigadoon acogerá “Sangue Marginal – Relatos de cinema e video underground” dedicado al cine fantástico y de terror brasileño; “Eurociné 33 Champs Élysées”, centrado en la mítica productora francesa Eurociné; o “The Outsider – Il cinema di Antonio Margheriti”, repaso de la obra del realizador italiano Antonio Margheriti.

Pero lo más espectacular de esta sección será el gran homenaje que se le rendirá al desaparecido Jess Franco estrenando dos de sus películas inéditas: “Lascivia” y “Monte de Venus”. Al homenaje se apuntará la sección Mondo Macabro con la proyección de “Miss muerte”, “Los depredadores de la noche” y el documental “La última película de Jess Franco” de Pedro Temboury, premiere mundial en Sitges.

Por último, la sección Seven Chances celebrará sus 20 años de existencia con una programación muy especial en colaboración con la Filmoteca de Cataluña.

La gran novedad de esta edición será Phonetastic Mobile Sitges Film Festival, la nueva propuesta que acogerá cortos realizados con teléfono móvil, en donde un servidor, Ted Bundy, participará, si todo va bien, con el cortometraje dirigido por Carlos J. Marin.
 
 

Crítica: Los Ojos Sin Rostro

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Los Ojos Sin Rostro (Les Yeux Sans Visage) es un extraordinario film a mitad de camino entre el terror y el thriller que dirigió Georges Franju en 1960 (año en el que también vieron la luz obras maestras del séptimo arte como Psicosis y El Fotógrafo Del Pánico) y que desgraciadamente es poco conocido por la mayoría de los amantes del cine. Esta joya que debe ser reivindicada ha influido enormemente en multitud de autores (De Palma, Carpenter, Cronenberg, Lynch, etc.) y películas posteriores (la última en mostrar sus clarísimas influencias es, ese querer y no poder de nuestro Pedro Almodóvar, La Piel Que Habito). Desde el primer momento que la vi (allá por el año 2002), esta hipnótica y terrorífica película se convirtió en una de mis favoritas dentro del género fantástico (y en concreto, aquellas que poseen un “mad doctor” como base argumental).

La historia es tan simple como potente y turbadora. Un eminente cirujano, Genessier (Pierre Braseur), que regenta una de las mejores clínicas de Paris y se encuentra desarrollando una novedosa técnica quirúrgica (heteroinjerto), intenta desesperadamente y bajo un gran sentimiento de culpa reparar el rostro desfigurado de su hija Christiane (Edith Scob) que ha sufrido un terrible accidente de tráfico, debido a una negligencia suya. En su anhelo, Genessier, tendrá la colaboración de Louise (fabulosa Alida Valli), una ambigua y enigmática secretaria-enfermera (y también incondicional esclava) que comparte un pasado turbio con el doctor. Esta buscará jóvenes que comparten ciertas similitudes físicas con la hija de Genessier, para una vez “engatusadas”, ser conducidas a la mansión privada del insigne doctor, la cual posee las instalaciones adecuadas para llevar a cabo sus experimentos (complejas operaciones de trasplante) y que se encuentra aislada en un frondoso y tétrico bosque. Al tiempo que afloran jóvenes desfiguradas y Christiane, de aspecto fantasmagórico, se derrumba angustiada por la vida de pesadilla que lleva, la (inepta) policía comienza a investigar el extraño caso de las jóvenes mutiladas.

La historia suena a sobada (de hecho hay miles de películas de temática similar y hemos visto cientos de ellas), pero este film tiene unas cualidades especiales que la convierten en una pieza única e irrepetible. Posee un detallismo estético casi documental, mostrándose en muchos instantes aséptica y distante, y a la par, tiene una contundente fuerza simbólica y surrealista que dota a toda la cinta de un hiperrealismo extrañamente lírico. Tal vez sea la frialdad y naturalidad con la que se muestran las cruentas acciones una de sus bazas más importantes. Impresiona hoy día la escena de la operación de trasplante de cara (con lo que no puedo imaginar lo que debió suponer para la época su visionado). Además, el guión, que corre a cargo del propio autor de la novela (Jean Reno) sobre la que se basa, de los prestigiosos Pierre Boleau y Thomas Narcejac (autores entre otras de Las Diabólicas y Vértigo) y Claude Sautet, no sólo se contenta con ser un film de suspense con tintes de terror, sino que trata de forma contundente y eficaz del sentimiento de culpa, de las atrocidades que es capaz de perpetrar el amor obsesivo, de los intentos de sobreponerse a los designios del destino y la necesidad de libertad, pero sin contener mensajes moralizantes, lo cual la habría lastrado enormemente (aquí se muestra, no se juzga).

Cuatro elementos sobresalen poderosamente por encima de todo el conjunto. La maravillosa fotografía en blanco y negro del gran Eugen Schufftan (Los Nibelungos, Metrópolis, Napoleón, Sucedió Mañana, El buscavidas, Lilith, etc.) que potencia intensamente las sensaciones de claustrofobia y siniestrabilidad, la partitura del maestro Maurice Jarre que enfatiza y enriquece con aires pesadillescos cada secuencia, la simplicidad (aparente) con la que están planificadas todas las escenas por parte de Franju que nos sitúa en el epicentro de la acción y las actuaciones de los actores protagonistas que están cargadas de matices y sentimiento. Estos elementos perfectamente conjugados consiguen una atmósfera inquietante, turbia y amoral que durante 90 minutos se despliega con ritmo pausado pero certero ante nuestros ojos generándonos sin que nos demos cuenta una sensación de desasosiego y malestar que alcanza su catarsis en un final trágicamente poético (que estoy seguro ninguno olvidará).

Esta recomendable (e imprescindible) película es la muestra perfecta de cómo crear suspense y terror sin necesidad de recurrir a efectos sonoros ensordecedores, gritos desgarradores continuos, casquería barata, carreras desesperadas por pasillos o bosques y asesinos carentes de credibilidad. Menju sabe infundir tensión y miedo con un estilo sutil y delicado, muy difícil de alcanzar en el mundo del cine y que desgraciadamente muy pocos han vuelto a repetir con resultados tan fabulosos. En contadas ocasiones una máscara vacía y desprovista de expresividad ha transmitido tanto horror y desesperación (creo, y es una hipótesis, que el maestro Carpenter vio unas cuantas veces esta película antes de decidir la máscara de Michael Myers).
 
 

Crítica: Static

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Crónica de una muerte anunciada, en casa. Acto I: No es por ti, es por mi, y te prometo que no me había ocurrido nunca.

Hay cosas en la vida, que causan rechazo. Todos tenemos nuestras fobias y filias personales e intransferibles. Yo como habitante de este planeta tierra, no soy ninguna excepción, de hecho, como inmigrante de una galaxia muy lejana, reconozco que de allí de donde vengo, me he traído unas cuantas (algunos me tacharían incluso de diógenes). Bien, el asunto, tema, cosa, es que como no podía ser de otra forma, en el amor, el sexo y en esto del cine también, soy bastante maniático y hay determinadas señas de identidad, pautas o géneros en este caso concreto y refiriéndonos estrictamente al celuloide, que consiguen deserotizarme con suma facilidad, uno de ellos, el denominado “home invasion”. Ya sabéis, esa ramificación del terror en la cual un grupo de desconocidos se cuelan en casa ajena con intenciones poco nobles con para los habitantes de la misma.

Me aburro, me aburren. Y no hace falta que cite títulos porque hay muchos y todos ellos cortados por el mismo patrón, todos ellos soporíferos y todos ellos reiterativos en los mismos contenidos. Salvo diminutos matices, vista una, vistas todas. Así que como comprenderéis, la idea de agarrar fuerte por la cintura al debut cinematográfico del tal Todd Levin, no era lo que se dice precisamente, uno de mis sueños húmedos de adolescencia. Y cuando la sangre no llega al río, mal. El hojaldre no sube.Y no lo era porque yo, aunque razonablemente limitado intelectualmente, si diré que tengo los huevos pelados en esto de devorar... celuloide y aunque sea de rebote, alguna noción del medio, tengo. De olfato bien también, aunque me suelen decir que como con los ojos, así que no me fueron necesarias muchas luces para discernir que lo que se escondía detrás de la máscara no era Leslie Vernon, ni mucho menos una morenaza pálida como la leche de soja, de generosas formas y afilado glamour, sino un “home invasion” como la copa de un pino. Definitivamente, el hojaldre no sube. HORROR.

Crónica de una muerte anunciada, en casa. Acto II: La chica de mis sueños no solo es eso, también es una jodida pitonisa pese a lo que siempre había pensado al respecto.

“Static”. Ese es el título de lo que tenemos cociendo en el horno. Y si, mi... olfato, no falló en esta ocasión, “home invasion”. Antes de eso, que quede claro que aquí hay drama, que la familia que da vida a esta fábula, no es de cuento de hadas. Todo lo contrario. Hablamos de dos personas azotadas por una terrible pérdida, por el vacío de una ausencia y por el peso de la culpa, una de las cargas más difíciles de sobrellevar, en vuestro planeta y en el mío. Él, escritor, de relativo éxito me atrevería a vaticinar, aunque como veremos a continuación, la de los dotes adivinatorios es mi preciosa compañera, novia, mujer. Ella, desubicada, atormentada y encerrada en la soledad de la a veces, traicionera tranquilidad. Una casa en medio de verdes prados en la cual él (Milo Ventimiglia), eyacula sus últimas gotas de creatividad para cerrar con satisfacción la fecundación de su nueva novela. Mientras, ella (Sarah Shahi), se ahoga por dentro con las gotas de sus amargas lágrimas.

Y abrimos la tapa dura. Pasamos las primeras páginas de la historia. En ella se nos presentan los personajes, sin prisas, quizás de forma prohibitiva para aquellos que empuñan la bandera de la impaciencia. A mi juicio, a la velocidad correcta. Hay cosas que requieren su tiempo para hacerlas bien. Tanto él como ella lo hacen bien, se nota que su medio es el cine, no el teatro. Y les creemos, ¿de eso se trata no?. Luego llega la otra, mal número el tres, más cuando los cimientos sobre los que se sostienen los dos primeros, se tambalean desgastados por la erosión del tiempo y las penurias. La otra (Sarah Paxton), indefensa, inocente, de rostro angelical y azulada mirada, irrumpe en la casa de ellos. Uno, dos, tres, CAOS.
Y aquí es cuando no salgo de mi asombro, es a partir de este punto cuando la belleza que descansa a mi lado sobre la comodidad púrpura, comienza a disparar sus profecías. Cual Nostradamus, pero en sexy. Se anticipa a todas y cada una de las situaciones que se dan desde ese punto en adelante y eso, sabiendo de buena tinta que de pitonisa tiene poco, solo puede significar una cosa, que el asunto es previsible, claro, esto es un “home invasion” y efectivamente, ya lo hemos visto antes. Lo raro, lo extraño, es que por una vez, a mi me resulta perturbadoramente interesante, hay algo en el fondo de este pozo que me obliga a mantener la mirada fija en su negro abismo sin ídem. Son precisamente aquellos diminutos matices de los que os hablaba, los que me ponen la mosca detrás de la oreja y me pican la curiosidad. Me rasco y lo hago a conciencia. Punto este, en el que le digo a mi destino, ligero de ropa, que todo va a depender de como termine la historia, que si lo hace como siempre y tan solo pretendiendo ser un “home invasion” más, esto, pese a su buena compañía, habrá sido una pérdida de tiempo, otra más, pero, que si de todo esto, sale algo diferente o al menos, se intenta que salga, porque a veces con la intención, es suficiente, “Static”, puede, y solo puede, no caer en el saco del olvido.

Crónica de una muerte anunciada, en casa. Acto III: Tu a Boston y yo a California o cuando se juntan el hambre y las ganas de comer.

Llega el desenlace de la trama. ¿Hemos pasado miedo?¿Hemos experimentado tensión? Evidentemente no, eso esta reservado de forma exclusiva para las grandes ocasiones y “Static” no se cuenta entre ellas. Pero oye, tampoco nos hemos aburrido y eso, hablando de un “home invasion”, no es algo que deba tomarse a la ligera. Yo he permanecido enganchado a la pantalla de principio a fin, ni la más dulce de las lenguas ha conseguido desviarme del camino. Mérito para “Static”. ¿Colma dicho desenlace las expectativas creadas? Pues no. Las expectativas rara vez se colman. Yo, y cualquiera de vosotros estimados lectores, con un poquito de imaginación y valiéndonos de las múltiples herramientas que el filme ha puesto a nuestra disposición a lo largo de 80 minutos, podríamos haber parido (ellas), engendrado (nosotros), un final mucho más incisivo e imaginativo, de eso que no le quede duda a nadie, pero, no obstante, “Static” hace un esfuerzo por sorprender y en ese escenario, doy buena fe de que, para bien o para mal, lo consigue.

Por supuesto, a la hora de viajar, a la hora de elegir un destino, cada uno busca aquel que más se adapta a sus necesidades. Vaya por delante que “Static” es un “home invasion”, si, pero atípico, que se sale ligeramente de las rígidas pautas de un género que habitualmente tira de visceralidad y que rara vez arriesga, por lo que los que esperen más de lo mismo, seguramente se quemarán los dedos con la bandeja del horno. Serán los bienaventurados que busquen expandir su paladar y no tengan miedo a lidiar con nuevas y exóticas especias, aunque no todas ellas sean agradables en boca, los que sabrán valorar el intento por parte de “Static” de ofrecer algo minimamente “fresco” pese al hecho evidente, de que la obra podría haberse cerrado de forma mucho más satisfactoria, llevando incluso a consenso, a todos aquellos que no se ponen de acuerdo a la hora de viajar.
Si tu vecino de abajo sube a quejarse una noche de domingo porque claramente es un amargado y, queriéndote con tu pareja en el sofá del salón, se te ha ido un poco más de la cuenta la voz, no solo no te avergüences, enorgullécete de la buena salud de tu vida sexual y cuéntaselo a tu jefe el lunes por la mañana por menos apropiado que pueda resultar: Pese a que previsible, ciertos elementos de la historia consiguen que te enganches a ella como una lapa y su desenlace, que aunque insatisfactorio, consigue darle sentido a lo que hemos estado viendo y dota de paso al filme ,de cierta personalidad con respecto a cientos de propuestas similares.

O por el contrario, no vuelvas a fornicar en dicho emplazamiento sin meterte un calcetín en la boca a modo de mordaza, porque amarse con locura y pasión en tu propia casa, esta mal: Si no conectas con el desenlace, la cosa puede degenerar en una auténtica tomadura de pelo y el hecho de que la historia carezca de ese punto de genialidad que la habría elevado a cotas mucho mayores.

Crítica: Wishmaster 3

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Al comenzar la película uno se anima y deja atrás lo visto anteriormente cuando se da cuenta de que la trama ocurrirá en una universidad. Esto quiere decir jóvenes descerebrados, hormonas revueltas, fiestas, tetas, un montón de muertes y ese aire que tanto nos gusta de teenagers pasándolas canutas. Pero al poco rato de visionarla ya empieza a revolotear esa mosca pesada que da vueltas alrededor de tu nariz haciendo que te vayas mosqueando cada vez más y vayas mirando el reloj del dvd a ver cuantos minutos llevas de peli y le rezas a quien sea que por favor, que sea de las que duran poco, que ya sé que los fans del género tenemos que pagar penitencia de vez en cuando, pero no tanta.

Supongo que con esto inicial ya os he quitado las ganas de seguir con los dichosos deseos pero no os vayáis ¡Porqué todavía hay más!
 
Empezamos con el Djinn. El bueno de Divoff ya no aparece y esto ya le resta la mitad del interés de uno. En su lugar aparece el profesor del cole, un tipo sin ninguna clase de carisma para interpretar al personaje malote. A parte de esto se rompen algunas reglas como la que el tipo utiliza la fuerza física para que la gente le pida deseos. Con la gracia que tenía este punto en las dos entregas y aquí ¡Ala, a tomar por el culo! Aquí aparece más un macarra de barrio quitándote la cartera que un demonio atado a los deseos de los humanos.

Pero no es el único cambio que han hecho. La joya roja ya no está en la estatua sino en otra reliquia. ¿Cómo ha ido a parar ahí? Que más da, lo importante es que se haga la película y supongo que no querían repetir otra vez la fórmula. Pues anda que les ha salido el tiro por la culata ya que la película se desarrolla igual que sus predecesoras: Djinn liberado por una ingenua que será perseguida para que pida los tres deseos y por el camino algunas cuantas almas serán torturadas.

Hacer un hincapié en esta parte. En los deseos, las muertes. Todas y cada una de ellas incomprensibles y nefastas. Para poner un ejemplo, una chica pide, pero no directamente al Djinn que esto ya es un fallo garrafal, que quiere esconderse. Pues bien, éste al oírla de lejos le mete la cabeza dentro de un jaula llena de ratas de laboratorio para que le coman los ojos y los labios ¿Ein? Como digo, incomprensible, aparte de que está muy mal hecho. Pero bueno, en general todo está mal hecho. Las muertes, los efectos y sobretodo el actor que interpreta al novio de la protagonista. Pobrecito es que da pena y todo, pero es que es malísimo.

Al estar en la universidad, uno piensa en una macrofiesta y el Djinn haciendo de las suyas pues noooooo. Solo pringan los amigos de la elegida y la pobre secretaria y creo que para de contar.

Pero al tanto. Todavía tiene que llegar lo mejor, en este caso lo peor. Si en la segunda parte no me convenció que metieran el cristianismo por en medio diciendo que los Djinns están entre los humanos y los ángeles y que estos últimos tuvieron una lucha feroz para que los demonios nos dejaran en paz, en esta tercera entrega van un paso más allá y aparece el espíritu del ángel Miguel. Y no se le ocurre nada más que meterse en el cuerpo del novio. Si era mal actor antes, ahora que tiene más protagonismo ni os cuento.

Pues bien, una vez invocado, aparecerá una espada de esas molonas para hacer frente al Hombre Deseo, pero resulta que el ángel no es suficientemente fuerte así que no sirve de nada. Y es aquí donde hay otro error/cambio que han introducido en esta tercera parte. La chica tiene la idea de suicidarse y así acabar con todo (¿No nos habían dejado claro que la elegida no podía morir de ninguna manera? ¿Qué es esto de ir cambiando a placer la reglas al antojo del guionista?) pero el Djinn no la deja hasta que pida el último deseo.
 
Y ya que la película es una mierda de esas que si pisas te llega a la cintura, os voy a contar como termina. Con un efecto de última generación el Djinn aparece a toda leche al lado de la suicida que se quiere tirar de una azotea. Cuando la tiene sujeta, la espada curvada vuela de las manos de un herido ángel hasta las manos de la chica para así clavársela al monstruo. Muere el mal, el espíritu del ángel se esfuma y los dos enamorados viven felices para siempre. El tercer deseo ni siquiera es pronunciado.

Mala, mala, mala, mala a rabiar. La lucha dentro de la iglesia y su continuación eterna es una sucesión de malos efectos, malos diálogos, malas interpretaciones, mal, mal, mal…

Ni queriendo hacer una película tan mala les hubiera salido tan mala. Nada recomendable. Un consejo: saltaros esta parte e id directamente a la cuarta que aunque tampoco es gran cosa sí que por lo menos no vas mirando los minutos y te haces preguntas existenciales sobre el tiempo y que cojones hacemos delante de la tele mirando esta porquería.

No le doy la puntuación mínima porque por lo menos han tenido la decencia de ofrecernos tetas, aunque un par de collejas para que la morena que se le parte el corazón no lo haga…
 
 


Crítica: El Hombre de Acero

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Por desgracia para el nuevo Superman de Zack Snyder, las cosas no son como empiezan, sino como terminan. Y lo digo por que el prólogo de este “El Hombre de Acero”, es una de las fiestas de pijamas más divertidas que se hayan proyectado este año en una pantalla grande. Sobre la cama, no hay niñas pre adolescentes, sino un siempre solvente Rusell Crowe cogiendo el testigo del mítico Marlon Brando en las carnes de Jor-El, progenitor del super héroe del pijama por excelencia. Junto a él, otro grande de esto de la interpretación, Michael Shannon (“Take Shelter”), aquí, como el general Zod. Ambos, cogidos de las manos, mimosos, mientras rebotan una y otra vez sobre el colchón y se dejan llevar por apocalípticas fábulas más allá de las estrellas. Éste, el colchón, no es ni de plumas ni de agua, no, es de billetes, en concreto de dólares, de muchos dólares. Y es que Snyder, ha contado ni más ni menos que con un presupuesto de 225 millones de pequeños Georges Washingtons para dar rienda suelta a esta enésima reencarnación de calzones rojos en la pantalla.

Con semejante obsceno presupuesto, a “El Hombre de Acero” se le debía exigir como mínimo, un apartado visual de órdago y ahí, cumple. De hecho, en estos primeros 25 minutos de metraje, impresiona, divierte incluso, pero también engaña. Impresiona por que la puesta en escena es grande, muy grande y el diseño artístico del nuevo Krypton, es para sacarse el sombrero no una, sino mil veces. Tanto la arquitectura de la ciudad como la indumentaria de los Kryptonianos, recuerda a horrores a la estética vista en aquella estupenda “Las Crónicas de Riddick”. Añádele un poco de “Avatar” y otro tanto de “Matrix”, y a uno solo le queda agarrarse fuerte a la butaca para no salir despedido de ésta atraído por la fuerza gravitatoria de Krypton. Y hay más, si, por que divierte, porque lo último que uno espera encontrar en una película de Superman, es que le cuenten algo nuevo y David S. Goyer & Christoper Nolan, lo hacen, se atreven. Y eso mola.

Mola por que en este prólogo, se nos cuenta algo realmente interesante, algo que puede llegar a enganchar incluso a aquellos que como yo, nunca han sentido especial admiración por el señor S (y que conste que he disfrutado mucho con cualquiera de las tres primeras entregas de la saga). La historia de la destrucción de Krypton es apasionante y en poco menos de media hora deja muy claro que la humanidad no necesitaba una nueva versión de Superman, lo que necesitaba era una precuela, por que nunca una de estas, fue tan necesaria. Nunca los orígenes de un personaje, le quedaron tan grandes al ídem en cuestión. Y esto, extraña sobremanera estando el guión y la historia, en manos tan expertas como las de Goyer y Nolan, dos de las plumas más solventes que a día de hoy, se pueden encontrar, tanto en Hollywood, como en Krypton.

La mentira. El engaño. Eso si que duele. Y eso, no se le puede perdonar a un Snyder que después de aquella gloriosa y revolucionaria “Amanecer de los Muertos” y salvando a la hipnótica y diferente visión del heroico mundo de las viñetas que fue “Watchmen”, parece que ha involucionado su prometedora carrera cinematográfica hacia algo demasiado esclavo de la imagen, descuidando las historias en demasía en pro de centrarse en la estética. “300”, “Sucker Punch” y ahora ESTO. Si las dos primeras, pese a todo, se digerían medianamente bien, lo que cocina Snyder en esta nueva andadura, no pasa ni con agua. Y mira que “Watchmen”, en toda su grandeza, ya tenía momentos en los que a uno, le era complicado cargar con el peso de sus párpados, con la densidad de una obra que pese a eso, se prestaba a ello. Y pienso precisamente, que esto, junto a otras cosas, es una de las principales rémoras a la hora de valorar su nueva película. Y es que señores, señoritas, no nos engañemos, el personaje no da para tanto. Puedes indagar, profundizar, filosofar incluso, cuando tienes entre manos a gente como Rorschach, el comediante o Dr. Manhattan, no con Superman.

No puedes intentar darle profundidad y densidad a una historia que en realidad, no es otra cosa que un episodio largo, muy largo, extremadamente largo, de Smallville. De donde no hay no se puede sacar. Y en el intento de semejante utopía, es donde Snyder convierte esta nueva entrega de Superman en una auténtica tortura china para el espectador, sirviéndonos una historia harto conocida por todos y haciéndolo además, a muchas menos revoluciones de lo que estamos acostumbrados a ver. ¿Resultado? Zzzzzzzzzzzzzzzzz...

Los extremos no son buenos. O eso me decían al menos mis padres en mi adolescencia. Como casi siempre, tenían razón. “El Hombre de Acero” es como una enorme montaña rusa y hace bueno aquello de “ni tanto, ni tan poco”. Si tediosos son los pasajes metafísicos de la historia (los cuales son toda una prueba de fuego a la comodidad de las butacas de nuestra sala de cine habitual), las secuencias de acción son un desfase tal (algunos dirían despiporre) de caos y destrucción, que a uno termina por darle igual ocho que ochenta. Una sobre saturación de FX que si bien al principio hace gracia (no se puede negar que la película es vistosa), a la cincuentava vez que el bueno de Superman, atraviesa algún tipo de construcción con su cuerpo de actor principal de culebrón venezolano, a uno el único aliciente que le queda es suplicarle a todos las jodidas deidades de Crypton, que le revienten ya de una puñetera vez y podamos así, irnos a casa a dormir, porque después de semejante terapia de shock a base de Valium y Speed, os puedo asegurar que a uno no le quedan ganas para ninguna otra cosa.

La curiosidad: El guiño a uno de los personajes más míticos del universo Superman en la destrucción de un camión de LexCorp en medio de una de las muchas batallas de la película.

El parecido: Kevin Costner con una tortuga.

Lo mejor: El apasionante Prólogo, los FX y dos nombres propios: Michael Shannon, por carismático y Antje Traue, por sexy.

Lo peor: El poco gancho de la trama y lo fallido de la narración en cualquiera de sus dos extremos.
 
 

Crítica: Infiltrado

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“Infiltrado” supone una de las adaptaciones más fieles tanto a la letra como al espíritu del relato del escritor Philip K. Dick titulado “Impostor” de 1953, que ya tuvo una adaptación de Peter Hammond en 1962 en un episodio del ciclo de televisión británico “Out of this world” de la ABC.

Partiendo de la base que hablamos de una película que convierte un cuento de unas escasas quince páginas en un film de cerca de dos horas, “Infiltrado” discurre a medio camino entre el respecto al original de Dick y a las convenciones del cine comercial norteamericano.

En “Impostor”, Dick narra la insólita aventura de Spencer Olham, un eminente científico que vive en una ciudad futurista, situada bajo una de las gigantescas cúpulas de energía que cubren toda la superficie de la Tierra y que están destinadas a preservar nuestro mundo de los ataques aéreos de unos extraterrestres con los que nuestro planeta se encuentra en guerra. Apenas empezado el relato, Olham es detenido por un agente de policía que le explica que, en realidad, el protagonista no es más que un androide programado por los alienígenas que ha substituido al verdadero Olham tras haberle asesinado y absorbido toda su memoria, y que alberga en su interior una bomba que detonará apenas alguien pronuncie delante suyo una determinada clave verbal. Olham consigue escapar de su destino (ser conducido a la cara oculta de la Luna, para ser desmembrado, y la supuesta bomba alojada en su cuerpo, desactivada) y regresa a su casa, donde los agentes le han tendido una emboscada de la que también consigue zafarse. Al final, el protagonista llega a la conclusión de que la única manera de demostrar su inocencia será localizando el paradero de la nave extraterrestre donde viajaba el androide que supuestamente le ha suplantado.

En el film de Gary Fleder, por su parte, Olham (Gary Sinise) también es un científico involucrado en la defensa terrestre contra los alienígenas hasta el punto de haber fabricado una gigantesca arma nuclear que será lanzada contra el enemigo. También posee una relevancia muy superior a la que le da Dick al personaje de Mary, la esposa de Olham (Maya en la película), interpretada por Madeleine Stowe. Además, hay personajes nuevos como Hathaway (Vincent D'Onofrio), el ambiguo agente de seguridad encargado de dirigir la persecución de Olham, y Cale (Mekhi Phifer), un joven negro que vive en el mundo arrasado y marginal que se encuentra fuera de la cúpula energética que protege la ciudad.

“Infiltrado” apoya una parte considerable de su diseño temático y visual en anteriores aportaciones cinematográficas al género de la ciencia ficción, las cuales van desde “La fuga de Logan” (la descripción del mundo marginal situado fuera de la cúpula o la imagen de Olham sobre una mesa de operaciones dominada por un aparato láser) hasta “Blade Runner”, otra adaptación de un relato de Dick, pasando por ecos del cine de George Lucas (el rápido prólogo que, a base de escenas cortas y voz en off, nos pone en antecedentes sobre el personaje y la situación de guerra espacial que está sufriendo nuestro planeta) o Paul Verhoeven (los escaners que controlan la identidad de los ciudadanos, como los rayos X de “Desafío total”, otra adaptación al cine de un cuento de Dick, o los policías futuristas, uniformados como los soldados de “Starship Troopers”).

Lo más interesante de “Infiltrado” es esa cierta aureola nihilista proporcionada por las dudas que revisten la identidad del protagonista o el ambiguo comportamiento del resto de personajes que culmina en un clímax sórdido y pesimista, absolutamente coherente con el espíritu de Dick. Sin embargo, la película tiene sus limitaciones que no voy a resaltar porque, aunque tiene muchos contras, creo más conveniente resaltar sus aciertos, desde los actores hasta los momentos de tensión como apreciamos en el primer interrogatorio a Olham, pasando por las logradas escenas en el mundo exterior situado en el tiempo en el año 2079.
 
El cine no ha tratado mal la obra del escritor norteamericano Philip K. Dick. Dichas adaptaciones han oscilado entre las que han sabido captar la esencia más profunda del autor (“Blade Runner”) o las que tan sólo le han tomado como pretexto (“Asesinos cibernéticos”), pasando por apuestas por la fidelidad (“Infiltrado”), por el replanteamiento (“Desafío total”) e incluso por la expansión de sus ideas (“Minority Report”).

LO MEJOR: El mundo futurista y algunos momentos de tensión de este thriller de ciencia ficción cyberpunk es lo mejor del film.
 
LO PEOR: Es una de las adaptaciones cinematográficas más flojas. Pese a su fidelidad al relato original, es una cinta que apuesta por su lado más lúdico comercialmente hablando.
 
 

Artículo: Bates Motel

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Este motel es una ruina y madre, no hay más que una
 
Todos conocemos Psicosis como la película que arruinó las horas de ducha de mucha gente. De momento, Bates Motel, que es una serie ligeramente basada en una precuela a la increíble cinta de 1960, es como ver un mix de Buscando Nunca Jamás y Charlie y la fábrica de chocolate habiendo crecido. Es demasiado pronto para saber si conseguirán que en una próxima temporada pasemos a tener algo más maduro, pero una cosa está clara: nunca llegará al nivel de Psicosis.

Bates Motel sigue las andanzas del adolescente Norman Bates (Freddie Highmore) y su controlada y desquiciada madre Norma (Vera Farmiga) en su llegada a un nuevo pueblo. El piloto abría con un Normal algo perturbado en la cocina. El chico mira la foto de boda de sus padres en la pared e inmediatamente aparece en otra parte de la casa, donde encuentra a su padre muerto. Norman llora su pérdida, pero su madre no parece muy rota. Al fin y al cabo, esto les da la oportunidad de empezar de cero y abrir un motel en cualquier otro sitio.

Si habéis visto Psicosis, es fácil ver las primeras escenas y dejar volar tu imaginación sobre si Norman ha jugado algún papel en la muerte de su padre. A lo largo de la temporada vemos como Norman tiene desmayos y para los fans de Psicosis, ya sabéis que no sale nada bueno de estos bloqueos.

Ya desde el principio, Norma y Norman se muestran encantados con el pueblo pero hay más de un personaje que les muestra su descontento, un borracho que va a molestarles porque han comprado el motel y las tierras que pertenecieran a su familia y que el tipo había perdido al banco por no pagar. A las chicas del insti en seguida les gusta Norman porque es rarito y es nuevo y esto es una serie. En la vida real, lo hubieran mirado una vez y ajo y agua.
 
Ya en el primer episodio tenemos violencia, amor y una violación, vamos frescos; pero el ritmo salvaje del capítulo se irá apagando a lo largo del resto de episodios hasta llegar a cansar en algunos episodios. Tenemos a una chica enferma pegada a un tanque de oxígeno que tiene una obsesión mortal con Norman y que él ni fu ni fa, porque le mola la guapa del insti. Y se la tira y ésta pasa de él y drama.

La madre tiene un rollete con el policía que resulta que secuestra chicas y las tiene en su sótano para torturarlas y violarlas, y vaya; para ser un pueblo de mala muerte pasan miles de cosas. Porque aparece en el segundo episodio (creo) el hermano de Norman, que se lleva fatal con su madre y se mete en un grupo de traficantes y malajes que también rondan por el lugar. Un lugar fresquito in the middle of nowhere.

Bueno, durante esta temporada vamos viendo cómo se desarrollan las relaciones entre los personajes, Norman y su madre; que es ultra posesiva y cansina y en verdad ojala se muera pronto; Norman y su hermano, que tampoco se conocen tanto; y el hijo mayor y su madre que se llevan a patadas pero ay, si alguien toca a alguno de los dos, que el otro salta como el aceite.

El hecho de que esté ambientada en la actualidad le quita verosimilitud para con la historia de Psicosis, es muy difícil pensar en Norman como aquel hijo de puta que mataba chicas en su motel en los 60 cuando tienes a un Norman en la actualidad de 17 años que está loco por una guarra del instituto que escucha a Justin Bieber peeeeeeeeeero… bueno, se supone que esto es lo de menos.

Queremos que en una segunda temporada haya más sangre, más violencia y el cliffhanger del último capítulo así lo apunta; dejando ver un Norman más roto y más perturbado que nunca e iniciando, parece ser; su carrera criminal y esquizofrénica. Un loco del coño, vaya. Que es lo que queremos. No queremos que las próximas entregas caigan en los bodrios de los dramas actuales, drogas y mierdas varias. ¡Queremos muertes horribles!
 
 

"Snowpiercer", un viaje al fin del mundo

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Joon-ho Bong, director de la exitosa The Host, regresa con una nueva propuesta apocalíptica. “Snowpiercer” es una nueva y pesimista visión sobre el futuro de la raza humana que pone sobre la mesa el aterrador universo de las clases sociales. Lo hace enmarcado en un futuro post-apocalíptico en el cual, la humanidad ha sido azotada no solo por una gran guerra mundial, sino también por una terrible glaciación. Ahora, los pocos supervivientes, sobreviven en el interior de un tren, Le Transperceneige, moviéndose en círculos a través de un desierto de hielo y nieve. En su interior, las diferencias de clases, hacen que en determinadas partes del tren, los ciudadanos vivan en condiciones infrahumanas mientras que en otras, lo hagan a cuerpo de rey. Todo explotará cuando uno de los viajeros menos favorecidos, decida cambiar su status quo. El filme está protagonizado por Chris Evans (“Los vengadores”), Alison Pill (“Scott Pilgrim vs The World”), Jamie Bell, John Hurt y Ed Harris.


Crítica: Scary Or Die

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Tras visionar las cinco historietas que componen esta nueva antología de terror que ha caído en mis manos cuan jugarreta del destino y que lleva por título “Scary Or Die”, hay una cosa que si me ha quedado muy clara y no es otra que el nexo o denominador común que hay entre todas y cada una de ellas. Los cinco relatos (y diré que me siento moralmente comprometido por tildarlos de tal cosa) del filme dirigido a tres bandas por Michael Emanuel, Bob Badway y Igor Meglic (los cuales deberían ser penados con 20, 15 y 10 años de cárcel respectivamente por semejante colonoscopia sin anestesia) versan sobre una misma cosa: la pérdida. En este caso, de tiempo, el nuestro. Y que queréis que os diga, yo con mis cosas, soy muy receloso, supongo que también vosotros. Así que esta vez, con el análisis que estoy a punto de gestar, no voy a buscar el objetivo habitual, es decir, daros mi sincera y desinteresada opinión a la espera de que os animéis a ver la película de marras para posterior debate cinéfilo. No, mi objetivo esta vez es bien distinto, lo único que deseo es advertiros, evitaros, prohibiros incluso el mal trago que sin ningún tipo de dudas van a significar los 94 minutos de sodomización sin vaselina que es el visionado de la cinta de aquí los tres desalmados anteriormente citados.
 
Y como mi esperanza, mi anhelo, es que todos aquellos que aun no habéis tenido la desdicha de caer presa de esta telaraña de vaginas dentadas, no lo hagáis, no voy a escatimar en la utilización, por una vez, de los temidos y demonizados SPOILERS. No amigos y amigas, voy a utilizarlos a diestro y siniestro mientras intento explicaros todo aquello que me ha rondado la mente al tiempo que recogía mis testículos del suelo después de que estos se me hubieran deslizado por las piernas dirección sur, sin pasaporte siquiera en un intento vano y fútil de cruzar la frontera de forma clandestina, de dejar atrás la pesadillesca travesía en la que servidor se había embarcado... y mira que he puesto todos mis sentidos al servicio de la causa desde el minuto uno muy a pesar de que la historia nexo, la que suele utilizarse en este tipo de antologías como bandeja en la que servir los diferentes bocados, sea una de las cosas más cutres y deserotizantes y ojo porque voy a tope con el modo SPOILER ON, que haya visto servidor, y que no es otra cosa que una mano en plan MAD del inspector Gadget, manipulando un animalillo (en este caso no un gato, sino un ratón) mientras va pulsando sobre cada una de las historias...

...y la primera ha destripar es “The Crossing”, segmento dirigido por Michael Emanuel en el cualLLLLRRGGGRRRFFFFIIOOOLLL... fue sin duda alguna “The Principle of the Evil Made Flesh”, uno de los discos que más me hayan impresionado en toda mi vida, principalmente por que jamás había escuchado nada semejante. Un disco de una brutalidad que tan solo podía rivalizar con la belleza poética de algunos de sus pasajes... de una maldad y una obscenidad que me azotaron el culete mientras me ponía palote con la preciosa portadita que los ingleses, unos genios en esto de la provocación, plasmaron para esta su primera obra. El disco se habría con el tema homónimo “The Principle of the Evil Made Flesh”, un gloriosa oda a la mala leche en la que nos encontramos con los Cradle of Filth más acelerados, con un Dani Filth que como haría en este y en los dos discos posteriores, parecía un gorrino afónico, aunque fue realmente el siguiente tema, el que me marcaría para la prosperidad y me convertiría en un enamorado de la discografía de estos señores, al menos, hasta “Midian”, su último disco enmarcable. El tema no era otro que “The Forest Whisper my Name”, épica en estado puro que nos adenNNTTFGGHUJJKKLLÑPPÑ... un par de paletos sureños y una guarrona morena viajan en furgoneta por una carretera indeterminada cerca de la frontera de México. Al llegar a su destino se nos revela que los dos tipos en cuestión, tienen por afición trasladar a pobres inmigrantes ilegales hasta un lugar retirado para matarlos y evitar así que se cuelen en su gloriosa nación por la puerta de atrás.

En el maletero llevan dos, se los cargan y cuando están a punto de marcharse a celebrarlo con unas cervezas y a tirarse a la morena, todos los mexicanos allí enterrados emergen de las profundidades de la tierra cual reclamo Romeriano y se jalan a los tres patriotas. DESTRIPADA.

La siguiente historia es “Taejung´s Lament”, dirigida esta por Igor Meglic, donde se nos narra laaaAAAJJHGGFTYYMMKLÑÑÑÑGVFFF... miedo me da la planificación deportiva de la sección para la temporada que viene. Si ya la del año pasado no se puede decir que fuera lo que se dice acertada, con la inclusión en la plantilla de por un lado, gente muy joven sin apenas experiencia en ACB como Abrines y Todorovich (por más prometedor que sea el futuro de ambos) o con el cambio de perfil del juego interior, deshaciéndonos de un hombre que había dado tan buenos resultados hasta la fecha como Boniface Ndong (quien creo emigró a la liga turca) y dejando escapar al pesetero Fran Vazquez rumbo a Málaga, dos hombres de juego muy atlético acostumbrados a vivir sobre la canasta y que se vieron substituídos por el ex madridista Ante Tomicy el gigantón Australiano Nate Jawai, por nop hablar del cuestionable fichaje, atendiendo más a razones extra deportivas que a necesidades reales del equipo, del carismático y veteranísimo Sarunas Jasikevicius, el cuallLLLGNBHHFTRRGGJJKOOKMKMNÑKKHGEWSVFPPKJ... vida de un hombre atormentado por la perdida de su esposa, fallecida recientemente, que vive presa de la soledad mientras deambula por las calles de la ciudad recreándose en figuras femeninas anónimas.

Una noche, ve como un desconocido secuestra a una joven que paseaba a la luz de la luna. Tras una épica persecución, consigue rescatarla de su captor y ésta, en agradecimiento, le invita a una fiesta. Una vez allí, y después de que se haya estado mareando la perdiz con el fantasma de su ex mujer muerta ahora regresada como espectro, se descubre que la chica que había salvado anterioremente, no es otra cosa que una vampira y el secuestrador, quien también ha llegado al edificio, no es otro que un descendiente del mítico cazador de vampiros, Van Helsing. Las vampiras se tiran sobre el pobre hombre, fundido en negro. Fin. DESTRIPADO.

El tercer relato es “Re-memebered”, dirigido por Bob Badway. Aquí la cosa va deeehgGYFRRTYKLÑÑMJCCXDSFGG... lámparas. Odio poner lámparas. La verdad es que soy un negado para todo aquello que tiene que ver con la electricidad. Puedo poner cuadros, montar muebles de IKEA, decorar, limpiar,etc... pero cuando hay cables de por medio, me achanto. Tanto cable y tanta mierda. Que si uno rojo, otro verde, que si la toma de tierra... ¿pero que coño es eso de la toma de tierra? Joder, yo no tengo ni el tacto ni la maña para pelar el jodido cablecito, meterlo por el agujerito diminuto y luego meterle un tornillo para que quede sujeto... luego por supuesto, está el tema de las bombillas. Que si de 20, que si de 60, que siiiFFGHYYBBNLOOOHHG... un hombre que viaja en coche de noche. Se nos muestra inquieto y detrás, en el maletero, se escuchan golpes. Un policía lo para y tras pedirle los papeles y escuchar esos mismos ruidos, le ordena que abra el maletero. Pero en el interior no hay nada. Luego, un flashback, nos muestra como el conductor del vehículo, había descuartizado a otro hombre y lo había metido dentro, pero ahora el cuerpo no esta. El conductor sorprendido. El supuesto muerto aparece por detrás en forma de muerto viviente y se carga a su asesino. DESTRIPADO.

Venga. La cuarta: “Clowned”. E aquí la guinda de la antología, la que posiblemente sea la cosa más ridícula, sinsentido y aburrida vista en una antología de terror. Ojo, porque la historia va de un señor negro a quien le muerdeeGFDCCJJMKOLXXZSW... me muero por jugarlo. Y es que la saga de “Mass Effect” son sin duda mis video juegos favoritos. Me fliparon las dos primeras entregas y hace mucho tiempo que tengo pendiente la tercera. El problema es que he perdido el hábito de jugar. Antaño me pegaba unas viciadas antológicas, supongo que me aburría en casa y tenía que buscar algún tipo de entretenimiento añadido, no lo se. El caso es que ahora apenas toco la máquina, he desaparecido la pasión entre esa pequeña zorra negra y servidor. Rara vez juego. Un partidito de fútbol de vez en cuando y poco más. Además, tengo la putada añadida de que para jugar a esta tercera parte y aprovechar los datos guardados de los dos juegos anteriores, tengo que utilizar otro disco duro, uno viejo. Y joder, soy perro, muy perro para algunos menesteres y me da palo. Pero que conste queeeHHBVGFFRTTÑÑLMJGESA.... un payaso, a fucking Klown, uno de estos diabólicos en plan “It” o “Payasos Asesinos del Espacio Exterior” (de esas que tanto le gustan a Rebequita) y claro, como suele ocurrir en estos casos, pues el señor negro va mutando en payaso en plan la nueva carne hasta que se convierte en uno y claro también, siente un voraz apetito por su hermanito pequeño, negro también, los más eruditos dirían que siente una pulsión por comerse al pequeño Andie. Me encantaría reventaros la historia, pero la verdad, me quedé frito y no tengo muy claro si al final se lo come. SEMI DESTRIPADA.
 
Y para finalizar con el suplicio, otro trallazo en forma de longevo bostezo, “Loves Come Back” nuevamente, de Michael Emanuel. Y aquí no me dio ni para pensamientos, pues empalme con lo que sería la crisis onírica del relato anterior y ya hasta los títulos de crédito. Pero vamos, algo sobre una tía que vuelve de la muerte y deambula como zombie por las calles en busca de su enamorado, al cual termina comiéndose para que ambos puedan estar juntos para el resto de la eternidad. DESTRIPADA.

Parental Advisory (buried content): Que nadie, por más aburrido que esté, tenga la osadía de visionar la que posiblemente sea la peor antología de terror que se haya rodado nunca.

Lo mejor: GGFRGBBNHUYTFRDKLOLKIJUN y la certeza de que con esta crítica, le voy a ahorrar muchos sufrimientos innecesarios a mi estimado Andrés Pavone.

Lo peor: TODO lo demás.

 

Crítica: Kiss Of The Damned

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- Hola, ¿qué hay?
- Pues vaya calor que hace!!!
- Sí, es horrible ya
- Ya ves
- Claro es que este año el verano ha llegado muy tarde
- Pues sí
- Bueno, pues vamos a ver si comemos un poco...
- Sí, que ya hay hambre
- Pues nada
- Hasta luego
- Hasta luego

Efectivamente, esto que tanto os suena, es una conversación en el ascensor con un vecino. Sí, estas son las palabras que se repiten casi a diario cuando vemos que llega el vecino y la puerta del ascensor aún no se ha cerrado (no sin antes habiendo intentado cerrar la misma con la mente para poder subir solos...). Estas frases dichas con sonrisa en la boca y sin mirar al vecino en cuestión ni una sola vez a los ojos, significan la nada, el vacío, el no tener absolutamente nada qué decir, el hablar por no estar callados y no hacer más incómodo aún ese momento.

"Kiss of the Damned" es una conversación de ascensor, no aporta nada nuevo, no tiene nada de carisma, hace que parezca que el tiempo se ha parado y no tiene atractivo ninguno por más que se empeñe en mostrarse interesante.

Dicho lo importante, empecemos con el análisis: "Kiss of the Damned" es una película de vampiros, de vampiras para ser exacto, y no pretende ser nada más que eso. Estoy totalmente convencida de que Xan Cassavetes (la directora, que en realidad es actriz...) lo único que pretendía era mostrar la historia clásica de vampiros que se mostraba en los años setenta, donde estos seres de la noche eran símbolo de la sensualidad y la elegancia, y si eran franceses mejor. La historia es sosa como ella sola, la película al completo aún más.

Historia: Djuna (Josephine de la Baume) es una vampira atormentada de las de toda la vida, que conoce, en una noche como otra cualquiera a Paolo (Milo Ventimiglia, que en poco tiempo se ha convertido en parte de mi familia, porque le veo por todas partes), surgiendo entre ellos una atracción sin precedentes que les lleva, en pocos días, a querer compartir sus vidas para toda la eternidad.

Todo se complica cuando llega Mimi (Roxane Mesquida), la hermana chunga de Djuna, para ponerlo todo patas arriba. No hay más, la historia es eso y sólo eso, no hay giros, no hay emoción, no hay nada...Hay un erotismo ñoño trasvestido de dientes de vampiro con fundas rosas para no hacer pupa, y una banda sonora extremadamente casposa que transporta en el tiempo, exactamente a la época del destape español (advertidos quedáis!!!).

La película: El inicio de la película es aburrido, el desarrollo de la película es aburrido y el desenlace de la película es aburrido. El resultado obviamente es una película aburrida, que parece que no tiene fin y que no termina nunca de arrancar.

Claramente es una propuesta creada bajo el prisma femenino, que envuelve todo en gasas transparentes que realzan la belleza pero que se pasaron de moda hace tiempo. Con esto me refiero a que Cassavetes lo que intenta es crear imágenes bonitas en las dos direcciones en las que desea mostrar el vampirismo, para que el espectador termine el visionado oliéndose la muñeca y buscando el suave y exquisito aroma de un perfume caro (francés mejor, siempre todo lo francés es mejor), pero el caso es que eso tampoco funciona, pues esa distinción en Djuna y esa rabia y salvajismo en Mimi, se quedan a medias y a lo que huelen es a perfume de señora mayor que en verano marea que da gusto.

El dibujo que se hace de los personajes, en realidad es la película entera, y lo que se echa en falta realmente es la película, por tanto, al finalizar la misma, te sigues preguntando, ¿de qué va esta película?, ¿qué pretende?, porque si solo pretende mostrar un romance, una conversión, y una muerte...pues bueno, bien, lo podía haber hecho en veinte minutos y listo, pero si lo que pretende es contar algo más, la película es un bodrio con mayúsculas, es como es esas caquitas con ojos que nos mandan en los wassaps y que nos parecen tan graciosas, pero que no dejan de ser lo que son, caquitas o mierdecitas, por muchos ojos divertidos que tengan.

Y el caso es que siendo "Kiss of the damned", un relato de amor eterno, el personaje masculino es totalmente prescindible, y ver a Ventimiglia que no pinta nada de nada, da hasta penica. El tema gira en torno a las dos hermanas y sus contrapuntos, el tema gira en torno a la alimentación de ambas y las decisiones tomadas, todo gira como un carrusel en torno a la sobreactuación cual grandes damas de la escena de las dos protagonistas, y a unas lentillas de las económicas (eufemismo), que te atrapan por completo, porque veréis, creo que aún son de peor calidad que las que me compré yo para una fiesta de Halloween, que recuerdo que me costaron 20 euros y eran malas, malísimas (adjunto documento gráfico). La combinación sangre+lentillas de las que dejan ciegos a los actores no queda mal del todo, pues la Mesquida es muy blanquita y cuando chorrea sangre por la boca es vistoso.

Por lo demás, me quedo sin argumentos, no hay nada que destaque, nada que llame la atención, excepto esa maldita banda sonora que se te mete en la cabeza y que terminas tarareando a tu pareja al oído...Y hablando de parejas...dice la mía que en el terror está todo inventado, que los grandes guiones hay que buscarlos en las series, algo que me resisto a reconocer, pero que en el fondo de mi ser, sé que es cierto. Al final tendré que darle la razón, una vez más.

Recomendación: Poned esta película después de una comida copiosa cuando os vayáis a tumbar en un sofá cómodo...y a disfrutar!!!
 
 

"Curse of Chucky", directa al mercado doméstico

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Y nos llega al fin, tras una larga espera, el primer trailer de Curse of Chucky, 6ª entrega de la saga Muñeco Diabólico tras “Muñeco Diabólico” (Tom Holland, 1988), “Muñeco Diabólico 2” (John Lafia, 1990), “Muñeco Diabólico 3” (Jack Bender, 19991), “La Novia de Chucky” (Ronny Yu, 1998) y “La Semilla de Chucky” (Don Mancini, 2004) que dirige nuevamente, Don Mancini y que llegará directamente al mercado domestico norteamericano el próximo 8 de Octubre sin pasar por las salas cinematográficas.

Nica (Fiona Dourif) está destrozada tras el terrible suicidio de su madre. Su hermana mayor Barb (Danielle Bisutti) regresa a su casa para ayudarle en este duro trance, trayéndose con ella a su hija pequeña, quien posee un muñeco parlante llamado Chucky que llegó misteriosamente por correo.A medida que una serie de brutales asesinatos comienzan a aterrorizar a la familia, Nica sospecha que Chucky puede ser la clave del derramamiento de sangre, pero lo que sabe es que éste está decidido a terminar un trabajo que comenzó hace más de 20 años, y esta vez lo va a llevar acabo hasta el final...

El contenido del DVD/Bluray es el siguiente:

- «Living Doll»: Video featurette del trabajo de animatronics realizado por la premiada empresa Alterian, para devolver a la vida a Chucky.
 
- Voodoo Doll, El legado de Chucky: Video que cuenta todo el legado del Chucky a lo largo de las seis películas y su cuarto de siglo de vida.
 
- Storyboard
 
- Escenas eliminadas
 
- The Making of Curse of Chucky
 
- Comentario Especial del director Don Mancini, Tony Gardner y Fiona Dourif
 
 


Crítica: Wishmaster 4

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Cerramos la saga del Señor de los deseos con algo especial. Y digo especial porque se han atrevido a hacer una cosa completamente diferente a las tres partes anteriores, que ya cansaban de contar siempre con el mismo desarrollo. Ya sabéis: chica despierta a Djinn, ésta va viendo visiones cada vez que alguien pide un deseo, al Djinn le cuesta toda la peli para que la chica diga los tres deseos para que al final termine casi con la misma fórmula. Es casi inverosímil y difícil de creer que un demonio con tanta experiencia siempre la termine cagando y escogiendo, o que haya sido escogido, por chicas más listas que él...

Pero bueno, es lo que tiene la vida. Intentas dominar el mundo y siempre hay alguien que te mete el dedo en el ojo en el último momento. Y es ahí donde esta saga cambia de tuercas y tal como indica el título “La profecía realizada” el Djinn esta vez, le cuesta menos de diez minutos a que la chica le pida los tres deseos. Pero ¡Ay amigo! El tercer deseo es todo en sí una gran paradoja, que claro no os voy a contar, pero desde aquí un aplauso para el guionista.

Rodado en plan telefilm, en esta ocasión tampoco contamos con la presencia de Divoff pero da un poco igual ya que el tipo que lo reemplaza es nada más y nada menos que mi querido Michael “Samuel T. Anders” Trucco (¡Eso decimos todos!, no puedo evitar decir esta frase cada vez que veo a alguien de “Battlestar Galactica” en alguna que otra película o serie y espero que alguien más lo comparta).

Hay que volver a remarcar el distanciamiento que ha hecho esta cuarta parte en referencia a sus predecesoras. Más que una historia de terror o muerte es más bien un telefilm romántico. Sí, habéis leído bien. Es un poco ñoña ya que el Djinn se enamora de verdad de su liberadora y cuando por fin lo tiene todo para dejar entrar a sus hermanos empieza a tener dudas existenciales, a parte, de la paradoja que comporta el último deseo de la chica.

También hace aparición un ángel, esta vez no un espíritu poseyendo al novio de turno sino un ángel físico resurgido, o mejor dicho, transformado de estatua a humano, para derrotar al Djinn, pero aquí hace de malo y lo que quiere es cargarse a la chica y curiosamente es el demonio que se interpone en su misión y empiezan a luchar con espadas y todo eso, bastante cutre por cierto.

Pero ¿Cómo empieza esta cuarta parte? Pues con amor. Ya os he avisado que es ñoña. Una pareja se acaba de comprar una casa. Todo va bien hasta que él queda paralítico por culpa de un accidente de moto y la compañía de seguros no le quiere dar un centavo. El chico, todo bondadoso y amable en un principio cada vez se convierte en un ser arisco y tonto mientras su novia intenta luchar por todos los medios, junto a su abogado, para que el juicio salga a su favor.
 
Ahora que sabéis los detalles más o menos ya os podéis hacer una idea de cómo se desarrollará la historia. Al hacerse los tres deseos tan rápidos no deja lugar a otras almas que recolectar que pidan deseos a diestro y siniestro causando que el espectador deje de ver muertes, que de esto las hay, pero contadas con los dedos de una mano.

Resumiendo, una película de amoríos que a priori puede parecer un xurro, pero después de tragarme las cuatro partes casi seguidas a sido un soplo de aire fresco en una saga que parecía estancada y que ya no sabían por donde salir, y mira que es del mismo director que la tercera, Chris Angel.

Como no hay nada más que aportar cierro esta saga, que si me pongo muy farruco solo salvaría la primera y la mitad de la segunda. Lo otro es simplemente para poder decir que se has visto la saga entera de Wishmaster.

Hace falta recalcar: El personaje del ángel y todas sus escenas. Morralla para dar más minutos a la película y un aplauso para la protagonista y Tara Spencer, que en dos minutos de película ya nos enseña sus encantos sin ningún tipo de pudor. Para que aprendan algunas.
 

Crítica: The Bay

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Creada a partir de un documental abandonado sobre el ruinoso estado ambiental de Chesapeake, The Bay de Barry Levinson cuenta los horribles sucesos que se desencadenaron durante la celebración del 4 de julio de 2009. La historia se centra en una joven reportera, Donna (Kether Donohue), que emerge con una compilación de videos que revelan un asesino impredecible: un misterioso parásito que es una evolución de un isópodo prehistórico. En diferentes puntos del pueblo rural, varias personas son devoradas desde el interior hacia fuera mientras el hospital local se va llenando de pacientes infectados. Se nos presenta también a una joven y devota madre, Stephanie (Kristen Connolly, The Cabin in the Woods), cuyo marido cae presa de la enfermedad.

En términos de contenido puro y duro, The Bay no es nada nuevo. Es el típico film eco-desastre, enseñando elementos apocalípticos de películas de terror como Contagion, Quarantine y Parasite. Y mientras que el telón de fondo de Chesapeake añade un sentido de realismo al producto final, también realza el ocasional punto de vista auto-indulgente sobre la ignorancia y la apatía burocrática de la sociedad que Levinson pretende criticar. De todas formas hay un malabarismo expresivo impresionante en el estilo documental de la película, y de alguna manera, funciona.

Las interpretaciones, por otro lado; son impredecibles, que ya suele ser el precio que pagas cuando tienes un casting desconocido. Donohue y Connolly sobresalen como dos actrices más fuertes, y afortunadamente son también los dos personajes principales. Sin embargo, algunos de los papeles pequeños te sacan un poco de la historia; líneas escupidas sin mucha potencia y reacciones poco entusiastas son factores que se repiten a lo largo de la cinta. Aunque esto no desmerece para nada la ilusión de lo que estás ‘viviendo’ y te deja involucrarte con la historia de los diferentes personajes.

Para su crédito debo decir que The Bay hace un acercamiento muy noble al género de documental encontrado. En vez de utilizar una o dos cámaras con un único punto de vista, la cinta recompila numerosas fuentes que se enhebran juntas para ofrecer una mayor y mejor visión del desastre. A través de esta manera de narrar, se nos permite navegar por diversas perspectivas clave que ofrecen variopintos puntos de vista. Donna y Stephanie, por ejemplo; representan la tradicional experiencia de ‘cámara que se mueve’ (titilante, sin foco fijo, sin contexto, sin dirección y con golpes puntuales que muestran el verdadero terror). Y después, una serie de conversaciones por Skype y grabaciones de cámara CDC dejan ver elementos más calmados (aunque no menos espeluznantes) del misterio que ocurre. A esto se intercalan videos de una búsqueda preliminar de un par de biólogos marinos, que ofrecen una capa adicional sobre la naturaleza de la epidemia.

Por la parte de la presentación, The Bay, de hecho; hace un excelente trabajo alternando los diferentes videos de footage para que parezca como un único tapiz lineal. Hay que remarcar el trabajo técnico de ejecución de Levinson. Toda la película está rodada usando cámaras de consumidor como iPhones y cámaras compactas para conseguir un mejor nivel de autenticidad. De acuerdo a Levinson, se utilizaron 21 plataformas digitales independientes durante el curso de la producción. Este batiburrillo estético es harto evidente mientras ves la película, y visualmente; se presta al producto final. Lo único que genera un toque disonante es la música que se adhiere al material, teniendo en cuenta la severidad del rodaje.

Dado el minúsculo presupuesto de The Bay, los isópodos antes mencionados apenas aparecen, pero casi parece que esto le dé una ventaja a la cinta. Para contrarrestar, se nos muestra mayoritariamente los efectos secundarios de los parásitos y como infligen daño en los cuerpos de sus anfitriones. Recuerda un poco aquellos clásicos como Jaws o Alien (ojo a la comparación, ¿eh?) que no mostraban al monstruo sino todo el mal que afligía a sus víctimas (FIN DE LA COMPARACIÓN). Por otro lado, esto limita un poco el factor terror, reduciendo los momentos de impacto y dejando paso a gritos de personajes fuera de plano. Como resultado, mucha de esa tensión creciente y que se va construyendo durante el metraje nunca llega a ninguna parte. Un poco epic fail.
 
 

Crítica: Star Trek: En La Oscuridad

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Alguien capaz de escribir algo tan grande como fuera “Perdidos”, posiblemente, la mejor serie que se haya rodado jamás para televisión, lo único que merece es admiración. Y en ese contexto, J.J. Abrams, es una de esas personalidades destacadas en mi lista VIP de gente admirada por más que como director, tampoco es que me causara excesivo impacto con aquella entrañable, si, pero también sobre valorada “Super 8” y quien previamente, ya se hubiese puesto de mierda hasta las cejas con la mediocre “Misión Imposible 3”. Más tarde, el rey midas de la televisión haría aún el más difícil recuperando para la gran pantalla una de las franquicias más míticas de la historia del cine, de la ciencia ficción para ser concretos: Star Trek. Y su irrupción en el universo Trek no pudo ser más blasfema, pues lejos de continuar con las aventuras del que para mi, sea el capitán por antonomasia de la flota estelar, Jean Luc Picard, Abrams se destapó con una precuela, un viaje a las entrañas de la bestia, a la adolescencia de John T. Kirk y su inseparable compañero Vulcano.

Vaya por delante como ya se ha podido desprender de mi anterior comentario que dentro del universo Trek, “Star Trek: La Nueva Generación” es poco menos que mi libro de cabecera y eso, que yo no leo. Tras las tres gloriosas entregas que protagonizaran Patrick Stewart y los suyos, y el mal sabor de boca que nos dejara la en comparación, mediocre “Star Trek: Némesis”, llegó Abrams recuperando personajes pre históricos y dándole un look más actual a los personajes clásicos, para regalarnos una de las películas de ciencia ficción palomitera, más divertidas de su curso. Mucho humor, aventuras, acción y un gran despliegue de Fx para enseñarnos la cara más lúdica de la franquicia (que lejos quedan ya los tiempos de oscurantismo y maquiavélicas tramas políticas de “Star Trek: Espacio Profundo 9”). Bien. “Star Trek: En la Oscuridad” continúa recorriendo el mismo sendero de la anterior entrega, y haciendo gala a su coletilla, tendiendo más a hacerlo por la sombra.

Este nuevo capítulo, pese ha estar aun en las antípodas de la citada “Star Trek: Espacio Profundo 9”, si es cierto que se adentra en terrenos más cavernosos de lo que lo hiciera su predecesora, más pendiente en captar para la causa a las nuevas generaciones que en opositar para las huestes veteranas, incluso se permite el lujo de hacer un guiño a la siniestra sección 31 y con eso, amigos, ya me ganaron para siempre, ya me dejaron el culete tan apretado, que podría haber entrado en curvatura en cualquier momento. Por suerte, no lo hice, me mantuve estoico en mi cómoda butaca y pude asistir a otro de esos momentos para el recuerdo que valga la redundancia, le recuerdan a uno por que ama a esto del cine. Después de la decepcionante “El Hombre de Acero”, necesitaba una nueva inyección de moral cinematográfica. “Star Trek: En la Oscuridad”, me la ha dado. Vaya si me la ha dado.

Más allá de todo lo que se le presupone a una película como esta, que no es otra cosa que un espectáculo sensorial de primer orden, que lo tiene, “Star Trek: en la Oscuridad” se nos muestra como una entrega algo más madura que la cinta de 2009, no solo pendiente de dar credibilidad a los alter egos adolescentes de Kirk, Spock y compañía, sino poniendo también más énfasis en construir una historia más “compleja” (y esto lo dejaremos en cuarentena visto lo que se ha llegado a ver en la franquicia) donde las conspiraciones, las traiciones y la venganza, están a la orden del día. Estando pues ante una historia dinámica que más allá de sus muchos fuegos artificiales, consigue enganchar al espectador gracias a su evolutiva naturaleza. Tanto de trama, como de personajes.

En esta nueva entrega, Kirk y Spock deben compartir focos en el escenario con un tercero en discordia, otro personaje mítico de la franquicia al cual no veíamos desde cierta película de la década de los ochenta y que por supuesto, no voy a desvelar aquí. Solo diré que la entrada en escena de dicho personaje, es uno de los grandes aciertos de este nuevo episodio, funcionando como perfecto catalizador de las muchas emociones que la historia le depara a los personajes y por ende, a los espectadores. Trío principal acompañado, por supuesto, de todos los secundarios habituales que ya vimos en la película anterior (caméo entrañable incluido).

Pasando de puntillas sobre algo tan concurrido en el universo Trek como es la moralidad y los valores de la federación (aka Estados Unidos), “Star Trek: En la oscuridad” se centra más en la visceralidad de la venganza, leit motiv que mueve a los dos antagonistas del relato. Para dibujar dicha venganza, tenemos ese grandilocuente despliegue de efectos especiales imposibles que se nos había prometido intrínseco. La orgía visual es apoteósica y las abundantes secuencias de acción, apasionantes de la primera a la última, exorcizando de paso, todos los demonios aferrados a nuestra piel después de “sufrir” con “El Hombre de Acero”. Tanto técnica como artísticamente, la película de Abrams luce majestuosa y a veces, incluso, consigue salir airosa de situaciones tan delicadas como la de re-imaginar a todo un escuadrón de guerreros Klingons, en pleno corazón de Kronos.

Conclusión, “Star Trek: En La Oscuridad” es la mejor entrega de la saga en la gran pantalla desde “Star Trek: Primer Contacto”, uno de los grandes divertimentos del año, un regalo respetuoso para cualquier aficionado al universo Trek y de la misma forma, una tentadora invitación a todos aquellos profanos en la materia. Espectacular, bien narrada, plagada de situaciones épicas y que dentro de su naturaleza de show business, consigue mantener intacta toda la esencia de la franquicia. Grande Abrams y por supuesto, larga vida y prosperidad.

La secuencia: La increíble persecución final entre Spock y el villano. Ver para creer.

Lo mejor: El in crescendo de la narración, su grandeza visual y el perfecto equilibrio entre cuerpo y mente.

Lo peor: Que a estas alturas, ver una nueva entrega de La nueva generación en pantalla grande, es poco menos que una utopía.
 
 

Crítica: The Purge

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Una idea, sólo una buena idea. Eso es todo ( ¿o no?). ¿Hay algo más que se le pueda pedir al cine de terror, hoy en día, que una maldita buena idea? Sí, señores, que sean capaces de desarrollar esta buena idea de una forma, ya no brillante, sino al menos, decente.

Desde mi punto de vista, la idea de la Purga es una de las mejores ideas que se han tenido en el mundo del cine ultimamente, y lo desquiciante es que se va por el retrete, como si a los guionistas les hubieran dado un litro y medio de laxante antes de ponerse a escribir.

Empiezo por el final, porque yo también necesito purgarme, necesito dejar salir toda esta rabia que me produce ver cómo se escapa el agua entre las manos, cómo ese agua no es capaz de aguantar más de unos segundos retenida, minutos siendo generosa, exactamente el tiempo que dura el trailer, ya que en The Purge, el trailer es la película.

Dirige: James de Monaco

Protagoniza: Ethan Hawke y Lena Heady

Historia: Estados Unidos, año 2022. Tras pasar por la peor crisis económica de su historia, la tierra de las barras y las estrellas decide llevar al poder y seguir, cual dioses, a los que denominan "los nuevos fundadores". Y son estos nuevos fundadores los que ponen en funcionamiento el día de la purga, un día en el que, durante doce horas, todo está permitido, y en ese todo entra el asesinato (y aunque no se mencione en la película, la lógica de la purga nos hace deducir que también está permitido el sadismo, la violación, y toda clase de vejación extrema...).

El objetivo del día de la purga parece claro, libera al estadounidense de la rabia que tiene acumulada por una situación que choca frontalmente contra el sueño americano por el que cualquier persona de bien debe regir su vida. Liberando, unas horas al año a los demonios de los ciudadanos, según los nuevos fundadores, se consigue una nación más tranquila, menos violenta (curioso, eh?) y con un crecimiento económico de un ciento diez por ciento. Y ahora las cosas como son, lo que "The Purge" nos explica veladamente es que esta purga va dirigida a "limpiar" el país, y en su oda al patriotismo, los que purgan son los poderosos, los que son purgados, aquellos que no tienen donde refugiarse y tener una noche a salvo.

La idea: Trasladar la tensión de la purga a la seguridad de una casa completamente blindada , y trasladar con ello al espectador el terror de una noche de violencia por la violencia, donde nada es como empieza, sino como acaba y donde la excusa de los nuevos fundadores para el asesinato impune, es acogida en nuestra cabeza con una arcada profunda.

El resultado: Mal guión, malas actuaciones, malas resoluciones...en definitiva, una malísima ejecución de una buenísima idea, que debería dejar pegado en el asiento a todo aquel que contemplara el espectáculo de la purga, y que consigue girar a lo de siempre, a lo visto mil veces, vamos, que gira a la mala idea.

Y con todo este cocktail, la bebida que sale es de las espumosas, que hacen cosquillitas en el paladar, pero que sabor de fondo, poquito, o lo que traducido la realidad es que las expectativas generadas alrededor de "The Purge" son desmedidas (aunque comprensibles, porque insisto, la idea era tremendamente atractiva).
 
¿Qué es lo que hace fracasar a "The Purge"?.Varios puntos: es su incongruencia, las salidas de tono de ciertas secuencias, lo malísimamente mal que está escogido el casting, el desastroso final y la falta de bases imaginativas en un guión que hace aguas desde que la casa se blinda.

La incongruencia viene dada por el intento de dotar a la purga de una filosofía que no se sabe desarrollar: ¿Qué harías tú en su lugar? ¿El hombre es malo por naturaleza? Siendo conscientes de que el lado oscuro existe en cada uno de nosotros ¿es mejor canalizarlo a través de "sistemas" inofensivos o liberarlos para que nos dejen de ahogar? ¿La violencia es algo que se puede controlar o es un animal con un hambre voraz?. Son precisamente estas preguntas las que me atraían cual imán, las que me hicieron moverme cuando vi las máscaras sonrientes que sólo buscaban sangre, pero fue la incongruencia de un guión desastroso, que en lugar de tirar por la vertiente anárquica del ser humano, intenta dar una explicación y una justificación a una explosión de violencia que claramente no la debía haber tenido.
 
Y es en esta explicación donde el bochorno se hace imagen, donde todo está orquestado a merced de una sociedad fanática que busca la pureza de una clase social (independientemente de razas) y donde todo se queda en nada. El dicho reza que "Poderoso caballero es don dinero", y en "The Purge" la explicación está ahí. El problema viene cuando se intenta combinar a la vez la vertiente filosófica y la vertiente social...

Las salidas de tono son varias, pero no, chicos, no haré spoilers...El casting, pues vosotros mismos...Ya la idea de Ethan Hawke (admito que tengo un rechazo visceral a este actor, junto a Nicolas Cage) en esta propuesta me daba escalofríos, pues este hombre, de registros va justito y esa boca que parece que no tiene dientes no ayuda para nada a la hora de mostrar temor, rabia, dolor, justicia, injusticia, o algo... A su lado Lena Hadey, que tres cuartos de lo mismo, pero con dientes. Y en este acuario de ballenas, dan vueltas también los malos enmascarados que son de chiste y la "sorpresa" final que es el espanto en sí mismo.

"Muy mal tiene que darse la cosa para que una idea así termine siendo un fracaso". Sí, voz de mi conciencia, siempre hay películas que aún sorprenden...

¿Qué se puede rescatar? pues que pese a todo esto, que debería ser para rasgarse las muñecas en busca de sangre con una pinza para el pelo, la película se hace corta y eso, ya es algo, por lo demás, no es que sea la peor peli que he visto esta temporada 2013, pero sí la más decepcionante, y es que cuando hay ideas y no se sabe qué hacer con ellas, creo que aún tiene más delito que hacer lo mismo de siempre y no sorprender ni lo más mínimo.
 
 

Crítica: Cinderella

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Suele ocurrir en el mundo de la gastronomía, y con más frecuencia de lo esperado, que un neófito en dichos asuntos deleite al personal con platos dignos de cualquier chef con alguna que otra estrella Michelin, ya se trate de un arroz con bogavante o una tarta de queso. El motivo es aparentemente sencillo: la utilización de buenos ingredientes y poner todo el cariño y entusiasmo en la elaboración del producto suele dar unos resultados muy satisfactorios. Este rollo introductorio es para dejar claro que el mundo cinematográfico y el culinario presentan grandes diferencias, básicamente (es mi teoría) porque el cerebro es mucho más complejo y difícil de agradar que las papilas gustativas, el olfato y el estómago. De hecho, no hay fórmula mágica que garantice al 100% el éxito de una película (de ahí los batacazos en taquilla o recaudaciones inesperadas, tanto positiva como negativamente, de muchos títulos).

La producción que nos ocupa, Cinderella, del año 2006 y dirigida por Bong Man-dae, es la prueba fehaciente de lo mencionado en el párrafo anterior. La película contiene, a priori, buenos elementos: una historia que puede servir, además de para aterrorizar al personal, de crítica social (tal vez otro gallo habría cantado si se hubieran decantado por las terribles secuelas que pueden dejar las intervenciones de cirugía plástica en las adolescentes que sólo piensan en la belleza exterior); habla de las nefastas consecuencias que pueden acarrear nuestras (malas) acciones; contiene espíritus fantasmagóricos en busca de venganza (cómo suele ser habitual en el cine nipón, del cual es muy deudora esta cinta); presenta ambientes turbios y ligeramente malsanos; tiene una factura técnica impecable (gran trabajo de planificación y fotografía, aunque en ocasiones se abusa de los ambientes “excesivamente” oscuros, así como una buena partitura que subraya estupendamente los momentos álgidos); y un director que estoy convencido ha puesto “toda la carne en el asador” para que el proyecto llegue a buen puerto. Pero pese a contar con estos (buenos) ingredientes, el film se hunde estrepitosamente como si fuera un zepelín de plomo (por parafrasear un cita emblemática).

En 95 minutos, que se hacen eternos (la sensación que uno acaba teniendo es que la cinta dura más de dos horas), se cuenta la desmedida historia de amor de una madre por su hija y las atrocidades que pueden cometerse por la persona querida (cuyas terribles consecuencias suelen ser impredecibles). La primera, la madre, es una prestigiosa cirujana plástica que vive sólo para su hija y la belleza, la otra, una joven (bastante idiota y caprichosa) obsesionada con las tonterías que sólo pueden interesar a una quinceañera, disfruta de las vacaciones de verano con sus amigas entre clases de pintura, baños en la piscina y operaciones estéticas. Dado que la rutina y la paz no interesan (y suelen aburrir en la mayoría de los casos) a partir de cierto instante, el pasado se materializará para cobrarse lo que cree le corresponde.

Es posible que algunos piensen que la cosa pinta bien, y así lo creía yo también, pero un relato de ritmo moroso, con saltos temporales mal ejecutados que sólo proporcionan confusión a la historia, pocos sustos (apenas un par) para tratarse de un film supuestamente de terror, decantación a mitad del metraje por el melodrama (más simplón y trillado) y la escasa, por no decir nula, presencia de sangre (la cual siempre es bienvenida) junto a unas actuaciones que sin ser malas no sobresalen en absoluto (eso sí, contienen todo el repertorio de muecas, chillidos y ojos como platos de los productos de terror asiático) convierten este producto surcoreano en un aburrido, flojo, decepcionante y, lo que es peor, predecible film de terror (ya que la sorpresa final del guión se ve a kilómetros de distancia).

En resumen, aunque contiene buenos ingredientes estos están mal preparados y cocinados y el resultado se acaba indigestando. No obstante, como de todo hay en la viña del señor y algunos tienen el estómago “a prueba de bombas”, aquellos que gusten ir a contra corriente, iconoclastas confesos y “cinéfagos” que se alimentan con cualquier cosa, deberían darle una oportunidad y catarla. Es posible que este drama con elementos fantasmagóricos pueda que les resulte muy estimulante en su propuesta e incluso la consideren una negra y tenebrosa historia de amor desmedido, la cual les deje un grato sabor (lo cual no ha sucedido conmigo, que todavía la estoy repitiendo).
 
  

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