Quantcast
Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
Viewing all 2363 articles
Browse latest View live

Crítica: Fahrenheit 451

$
0
0
451 grados Fahrenheit es la temperatura a la que arde el papel, de ahí el nombre del cuerpo de bomberos de un futuro sin libros a fin de mantener alienadas a las personas con el pretexto de evitar guerras y revoluciones. Guy Montag (Oskar Werner), un disciplinado bombero encargado de quemar los libros prohibidos por el gobierno, conoce a una revolucionaria maestra que se atreve a leer. De pronto, se encuentra transformado en un fugitivo, obligado a escoger no sólo entre dos mujeres, sino entre su seguridad personal y su libertad intelectual.

François Truffaut dirige la adaptación al cine de la extraordinaria novela homónima de Ray Bradbury del mismo nombre. “Fahrenheit 451” (1966) es toda una denuncia al totalitarismo analfabetizador donde el libro representa el anhelo humano por ser libre. La película de Truffaut es una buena versión pero sus resultados se encuentran por debajo del original literario. Mientras el filme tiene una estética inconfundiblemente sesentera la novela sigue teniendo fuerza, pese a haber sido escrita a principios de los años cincuenta (concretamente en 1953), al igual que pasa con “Un mundo feliz” de Aldous Huxley o “1984” de George Orwell.
 
“Fahrenheit 451” representa una de las mejores películas de Truffaut -tan magnífica como “Los 400 golpes” y “La piel suave”-, su primera gran producción (1.500.000 dólares costó aproximadamente), la primera en color y con efectos especiales (las escenas del fuego o los bomberos voladores), su incursión al cine de ciencia ficción, su único film en inglés (lengua que apenas dominaba) y su más brillante aproximación al estilo de su venerado Alfred Hitchcock. Hay que recordar su libro “El cine según Hitchcock”. El carácter hitchcockiano de este filme se percibe en la manera en la que Truffaut construye las secuencias como, por ejemplo, en los primeros encuentros de Montag y Clarisse en donde se emplea un largo plano medio combinado con travelling que recoge su conversación mientras pasean camino de sus casas. También en la visita de Montag y Clarisse a la escuela donde ésta última da clases o en el momento en que Montag ve al capitán regañando a un subalterno a través del cristal translúcido de la oficina de su superior.

La adaptación al cine de una de las mejores novelas del siglo XX no fue nada fácil. Truffaut recibió la propuesta del productor Claude Levy en la primavera del año 1962. El realizador francés acababa de cosechar sus primeros éxitos gracias a “Los 400 golpes” (1959) y “Tirez sur le pianiste” (1960) y no se animaría a preparar el proyecto hasta después del éxito de “Jules y Jim” (1962). Truffaut le propuso entonces al propio Bradbury escribir el guión a medias, pero el novelista declinó la oferta, no sin antes recomendar a Bernard Herrmann (quien había trabajado para Hitchcock) para la elaboración de la banda sonora. En verano del 62 Truffaut había escrito un primer borrador del guión junto a Marcel Moussy pero el libreto final estaría firmado junto con Jean-Louis Richard, además de las colaboraciones no acreditadas de David Rudkin y de Helen Scott.

La asignación del papel del bombero del futuro Guy Montag fue una tarea ardua en la que se barajó diversos actores, incluida una grande estrella de Hollywood. La primera opción era el actor fetiche de su filmografía, Jean-Pierre Léaud, inclinándose después por Jean-Paul Belmondo, aunque en diciembre del 62 ya tuvo que descartarlo por ser demasiado caro. La siguiente opción fue el cantante y actor Charles Aznavour, quien acepto participar en la producción en enero del 63. En el verano de ese mismo año, Truffaut interesó al productor norteamericano Lewis M. Allen en el proyecto. Entonces se pensó en Paul Newman para el papel principal. El actor se interesó pero empezó a pedir cambios en el guión por lo que Truffaut declinó su colaboración por temor a perder poder de decisión. Otros nombres se pusieron sobre la mesa como Kirk Douglas, Peter O'Toole, Montgomery Clift, Sterling Hayden y Terence Stamp. Este último sería el elegido, pero Truffaut también piensa en Oskar Werner.

En verano de 1965 “Fahrenheit 451” se convierte en una producción de Anglo Enterprises Vineyard Film Ltd., filial inglesa de Universal Pictures con Stamp como Montag y Julie Christie asumiendo dos papeles: el de Linda (con el pelo largo) y el de Clarisse (con el pelo corto). Pero en septiembre de 1965, a punto de empezar a rodar, Stamp se desmarca del proyecto y Truffaut recurre finalmente al actor austriaco Oskar Werner.

El rodaje comienza en enero de 1966 hasta abril del mismo año en los famosos estudios de Pinewood y en diversas localizaciones de Inglaterra y Francia. El mismo no estuvo exento de problemas a causa del empeño de Werner de interpretar al personaje de Montag a su manera. Harto de las quejas de Werner, quien ya trabajó para el realizador interpretando a Jules en “Jules y Jim”, Truffaut recurrió al doble de luces del actor para rodar muchas de sus escenas, perdiéndose la amistad actor-realizador. El estreno de la película fue en septiembre de 1966 en París y en el marco del Festival de Venecia con una decepcionante floja acogida comercial.

Ya en los títulos de crédito se nos expone la idea que plantea el filme de que los gobiernos del mundo del futuro hayan decidido acabar con los libros. Una voz en off lee los créditos iniciales. De entre esos libros que deben ser quemados encontramos un ejemplar de la revista “Cahiers du Cinéma”, “Crónicas marcianas”, otra de las famosas obras de Bradbury, o “Don Quijote” de Miguel de Cervantes.
 
LO MEJOR: La dirección de Truffaut y la dirección fotográfica de Nicolas Roeg que dota a las escenas de un bonito contraste con tonos monocromáticos y rojos violentos.

LO MENOS BUENO: El paso del tiempo hace mella en su estética sesentera.

CURIOSIDADES: La edición en DVD contiene material extra como La novela: El autor Ray Bradbury, Making of, Comentarios de Julie Christie, La música, Secuencias originales y Galería fotográfica sin subtitulo en castellano y audio original todos ellos.
 
 


Crítica: Dragon Crusaders

$
0
0
Bienvenidos a otra nueva y excitante exploración en el universo Asylum con una cinta de aventuras a la altura de Conan, donde salen guerreros como Van Zan (ahí Matthew McConaughey me puso morcillón en el mejor papel de su carrera, una lástima que luego se tirara a las comedias románticas porque como tipo de acción prometía la ostia), chicas a lo Red Sonja, brujas como Morgana, piratas más temibles que Barbanegra y tipos con más destreza que Guillermo Tell… Bueno ahora me he pasado. Dragon Crusaders está bien, pero tampoco es que le llegue a la cintura a ninguno de arriba. A veces el entusiasmo puede más que la razón.

Pero sí que en esta ocasión los chicos del “manicomio” han hecho una buena película de aventuras donde los muertos resucitan, donde hechizos realizados por primerizas convierten a humanos en gárgolas vivientes sirvientes del temible Dragón Negro. También una versión de las Moiras de Hércules, muchos más dragones de diferentes colores, conjuros de todo tipo, piratas, chicas con espadas y dotes de luchadoras, ninfas del bosque con sus cantares mágicos, templarios, amor, combates con espadas y flechas… E incluso sale una tía buena aunque hay que hacerle un párrafo –pequeñito- para ella sola.

Bien, la chica está buena peeeeeeeero como actriz, bueno… Siempre pone la misma cara de cagalera en todas las escenas. ¿Qué la persiguen? Cara cagalera. ¿Qué la están a punto de matar? Cara cagalera. ¿Qué la abrazan y la quieren? La misma cara cagalera y así en cada una de las escenas que esta jovenzuela sale. Pero eso no es todo ya que también tiene la misma pose: brazo delante, brazo atrás y clavada en el suelo. Me puedo imaginar su álbum de foto familiar, solo habría que cambiarle el vestido con Photoshop y ¡Ya! Otro dato curioso son las alpargatas que lleva… ¡Unas chirucas! Para la época debía ser la ostia tener unas.

Los otros actores están a la altura de las circunstancias. Y ya que estoy con los actores que graciosos que son los extras, parecen sacados del teatro del pueblo de campo ya que son muy graciosines. Oye, no digo que los actores de pueblo sean malos, pero se les nota de una hora de lejos que sobreactuan bastante.

Película, como no, de bajo presupuesto pero con gárgolas y dragones bien hechos. El tipo de la infografía se lo ha currado. Además se aprende algún truco de cine, ya que se les nota mogollón que al clavar las espadas en los cuerpos tendidos en el suelo se ven claramente que golpean al suelo. He ahí las caras de los extras. ¿Os imagináis a un tipo que no conoces que te clave una espada a un milímetro del torso? ¿Y si falla? Bueno, gajes del oficio supongo y el deseo de trabajar por The Asylum también hace mucho ;)
 
Bueno, no mucho más que comentar de esta película. A veces cuando un film no da más que comentar no puedo inventarme cosas, así que esta vez la dejaré así de cortita. Si queréis la próxima peli de Asylum saco el trasfondo social y político que en realidad quieren hacernos entender… ¿Conocéis la ironía?

Cine de aventuras para pasar un rato divertido y ameno con final feliz incluido. Eso sí, le sobran unos veinte minutillos, por lo demás una propuesta más que interesante.
 
 

Crítica: The Ghostmaker

$
0
0
Si hay un elemento utilizado en el género fantástico que siempre me ha fascinado, ese es la fusión entre tecnología y brujería. Entre lo científico y lo sobrenatural. Y, si hablamos de esto, de juguetitos populares expuestos en el escaparate del horror, de esos que hacen que todos los mocosos con camisetas de viejas películas de terror que pasean por la calle de la mano de sus mamis, pasen por delante y se queden pegados al cristal deleitándose con el objeto, buscando al tiempo, una mirada cómplice de sus madres, suplicándoles con una de esas miradas que solo los niños saben poner, que sea uno de esos juguetes, el que el bueno de santa clavos le deje dentro del calcetín esas mismas navidades... los que ya somos un poquito más mayorcitos, y que igualmente nos quedamos pegados a dicho escaparate, también soñamos con la idea, también nos morimos con rellenar esos calcetines (por nosostros mismos) al pensar en los chismes de marras. ¿El aparatejo estrella de la colección? Fácil.

La caja de Lemarchand de “Hellraiser”, sin duda, el objeto estrella de la subasta. Pero hay más, muchos más. Y los hemos visto en infinidad de títulos del “horrorario” popular: en la estupenda “Cronos”, en la estupenda no, lo siguiente, “Hellboy 2: El Ejército Dorado”, en la hipnótica “Livide” o en la sonrojante “Needle”, por citar algunos a bote pronto.

“The Ghostmaker” (en sus orígenes conocida como “Box Of Shadows”), vuelve a poner en nuestras manos (y tranquilos, que en esta ocasión, no nos va a hacer falta el calcetín) otro de estos juguetitos donde tecnología y magia aúnan fuerzas para acercar un poco el terror a la ciencia ficción o viceversa. Esta vez, no hablamos de un cubo que abre las puertas del infierno si se toca con gracia, ni de un escarabajo de hojalata que nos chupa la... sangre para alegrarnos el día, ni siquiera de una bonita llave dorada que nos permita controlar un ejercito compuesto por 70 veces 70 soldados inmortales de metal... de lo que hablamos en “The Ghostmaker” es de una máquina ideada para hacer precisamente eso, convertirnos en fantasmas. Eso si, sin tener que pasar por el traumático paso de morirnos.

Uno se mete dentro del aparatejo, en apariencia, un ataúd común. Hace girar una llave y entonces, el mecanismo interno de la máquina, genera una serie de energías eléctricas y éstas, producen lo que se conoce como Diabolus in musica (o tritono) y no, no me refiero al controvertido disco de los “Slayer”, sino al no menos controvertido intervalo musical prohibido en la edad media, en el cual, la iglesia, creía, por su siniestro sonido, que el diablo se colaba en nuestro mundo. En realidad y por lo que se cuenta en la propia película (ya lo hicieran también aquellos visionarios de nombre Simon & Garfunkel): el sonido del silencio. Y, éste sonido, en contacto con el cerebro humano, consigue simular por unos instantes, lo que vendría siendo eso de morirse. Al hacerlo, el usuario, consigue abandonar su cuerpo físico cual proyección astral y consigue un pase Navigo para campar como espectro a sus anchas e incluso, interactuar con los vivos.

Si tenemos en cuenta de que semejante máquina, cae en manos de un drogadicto ahogado por las deudas y su compañero de piso, un acomplejado invalido en silla de ruedas que vive secretamente enamorado de la novia de dicho drogadicto, pues ya os podéis imaginar que de ahí no puede salir nada bueno. Esa es la premisa (interesante, porque no decirlo), de la cual parte la película de Mauro Borelli, de profesión ilustrador y al cual, a partir de este punto, voy a dirigirme como: el ilustrador. Y voy a hacerlo porque a la postre, su condición de tal cosa, de ilustrador (el tío se ha encargado del arte conceptual de infinidad de títulos. Véanse cosas tan gordas como “Drácula” de Bram Stoker, “Sleepy Hollow”, “Psycho” o “El Planeta de los Simios” por citar algunas), tendrá un peso específico en el resultado final de la cinta y no precisamente para bien.

Y si, como he dicho anteriormente y haciendo gala de un ejercicio mayúsculo de memoria, el caldo de cultivo o barro elemental en el cual se remoja los pies el ilustrador, es tan interesante como efímero. Tanto dura como lo hace la siempre efectiva leyenda a base de alquimia que explica el origen de la máquina. Por que este es uno de esos atípicos casos en los cuales, la teoría, suena mucho mejor que la práctica. Una práctica, donde el ilustrador echa por tierra cualquier buena idea contenida en la a esas alturas, ya caduca teoría. Y lo hace, desperdiciando un aparato con tantísimas posibilidades con los mundanos problemas de un par de inadaptados. Lejos de explorar el origen de la misma, de darle peso a la figura de su creador y de construir un historia creíble que sirva de nexo entre pasado y presente, el ilustrador (que también se encarga del libreto), pierde su tiempo y lo que es aun peor, el nuestro, con dos subtramas de teleserie barata que entre otras muchas cosas, dejan una muy clara, que "The Purge", pese a lo que digan algunos, era una película sumamente entretenida.
 
Pero la desdicha llama a nuestra puerta con más fuerza cuando el ilustrador se decide a hacer lo que realmente sabe hacer: ilustrar. Por que el tío lo hace literalmente. Coge papel y lápiz, dibuja, colorea y recorta, al villano de la historia. El alquimista, aquella estrella que tanto brillaba en la teoría, se nos muestra como un troquelado a tamaño natural que se va desplazando sobre imaginarios raíles de vergüenza ajena ante nuestros atónitos ojos. Lo que en realidad no está tan lejos de los bochornosos FX con los que están representados los alter egos fantasmales de los protagonistas... que diablos, la verdad es que estos últimos parecen de super produción en comparación. De verdad gente, no habéis visto nada más ridículo en vuestras vidas cinéfilas, ni siquiera en esos ejercicios de buenas maneras cinematográficas que son las películas de The Asylum.

Lo mejor: Todo lo referente a la máquina.

Lo peor: La absoluta inutilidad por parte del ilustrador, de sacarle partido y el villano, encarnación por definición, de los momentos más virulentamente ridículos que servidor haya presenciado en una pantalla.
 
 
 

"Sitges 2013", Mini-maratón de cortos al aire libre

$
0
0
Por segundo año consecutivo los organizadores del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges organizarán una mini-maratón de cortometrajes el próximo 25 de julio en el auditorio del Mar del Port d'Aiguadolç.

Los fans del Festival podrán disfrutar al aire libre y de forma totalmente gratuita de cinco cortos, algunos de los cuales se pudieron ver en Sitges 2012. Todos tienen en común la temática fantástica y de terror y su trayectoria por diferentes festivales nacionales e internacionales, donde muchos de ellos han obtenido destacados premios.

PROGRAMA

Elefante, de Pablo Larcuen. 9 min.

Premio Méliès de Plata en Sitges 2012, “Elefante” es el segundo cortometraje (y el trabajo final de estudios de la ESCACC) de su director, Pablo Larcuren. El anterior trabajo, “Mi amigo invisible”, ya se proyectó en festivales de prestigio como Sundance.

Hotel, de José Luis Alemán. 11 min.

La cinta ha sido escogida en un gran nombre de festivales nacionales e internacionales, entre los cuales el de Sitges 2012, consiguiendo galardones como el premio al Mejor Cortometraje al 33º Fantasporto y al XIX Festival de Cinema Fantàstic de Bilbao 2013.

Human Core, de Manfre y Iker Iturria. 11 min.

Ganadora del premio al Mejor Cortometraje Nacional al Nocturna, Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid, Human Core nos si túa en un futuro lejano, en el cual ha desaparecido la emotividad. Un reallity show de divulgación científica que cuenta también con una versión largometraje y que ya pudimos ver en Sitges 2012.

Fist of Jesus, de David Muñoz y Adrià Cardona. 15 min.

Fist of Jesus, que se pudo ver en Sitges 2012, es una revisión libre de la historia de Jesús. Dirigida por David Muñoz y Adrià Cardona, el corto se ha convertido en un fenómeno viral en la red, con más de un millón de visionados. Además, ha recogido una docena de premios, como ahora el del Mejor cortometraje internacional al Fantafestival de Roma o el primer premio al Viralfest. Sus responsables preparan ya la versión largometraje.

Necrolovers, de Víctor Uribe. 13 min.
 
Fuerzas sobrenaturales y un protagonista maníaco en una pel&iacu te;cula que promete un apocalíptico final. La cinta llega a Sitges después de su paso por festivales de todo el mundo (Brasil, Santiago de Chile, Budapest, Panamá o Ámsterdam), así como por el Nocturna, Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid.
 
 

"I Spit On Your Grave 2", trailer de la esperada secuela

$
0
0
 
Tras el éxito cosechado por el remake de "I spit on your grave" en el 2010, Steven R. Monroe vuelve a hacer su particular incursión en el mundo del rape & revenge, con una nueva entrega de lo que parece que va a ser una saga, "I spit on your grave 2".

La teoría es exactamente la misma, por lo que la originalidad únicamente reside en el escenario. Esta vez la violencia se traslada a la gran manzana, y será Nueva York la cuidad elegida para presenciar el espectáculo de sangre y brutalidad que se nos promete en esta segunda parte (tal como hiciera en la primera), porque si algo funciona, ¿para qué cambiar?

La protagonista en este caso es la, prácticamente, desconocida Jemma Dallender ( "Community"), pero tendremos que esperar hasta septiembre para poder verla en acción. La fecha prevista del estreno será el 20 de septiembre en Los Ángeles, siendo cuatro días más tarde (24 de septiembre) cuando se presente al mundo en DVD y Bluray.

Os dejo con el sugerente y revelador trailer de esta segunda parte:


"The Walking Dead", trailer de la cuarta temporada

$
0
0
Por fin se ha desvelado el esperado primer trailer de la cuarta temporada de la aclamada (y ya venerada por algunos, entre los cuales, me cuento) de “The Walking Dead”, uno de los impactos televisivos más grandes de los últimos años. El escenario ha sido San Diego, en la popular Comic-Con (Convención internacional de cómics) que se celebra cada año en aquella ciudad.

Las expectativas, después de la grandiosa tercera temporada, con mucha diferencia, la mejor hasta la fecha, son muy altas. ¿Estará a la altura esta cuarta temporada? Para descubrirlo, aún tendremos que esperar hasta el 13 de Octubre, fecha prevista para su estreno en los Estados Unidos vía AMC. En España, será nuevamente la cadena FOX, quien se encargue de acercarnos nuevamente al apocalipsis zombie, en principio, ese mismo mes de Octubre. La temporada, constará en esta ocasión, de 16 episodios.
 

Crítica: A Field In England

$
0
0
Ben Wheatley siempre sorprende. Ben Wheatley es de esos directores que no dejan indiferentes. Si algo tiene Ben Wheatley es mano firme a la hora de saber filmar lo que él entiende que necesita expresar. Puede que Ben Wheatley no siempre sepa cómo contar una historia. Puede que este gran director implique excesivamente al espectador en la historia y que el esfuerzo por nuestra parte, sea grande a la hora de cerrar el argumento o trama, pero lo que está claro es que Ben Wheatley se desmarca del cine contemporáneo con sugerentes títulos que tocan diferentes palos.

Ben Wheatley es británico y suda Reino Unido por todos los poros de su piel.

Ben Wheatley es Ben Wheatley.

Sí, se puede decir que me interesa bastante lo que hace este director, y que cuando llegó a mis manos "A field in England", no sabía, para nada, lo que me iba a encontrar, pero que desde luego, tenía claro como el agua con hielo que ahora me estoy bebiendo, que fuera como fuera, tenía que verla y descubrir su misterio.

Antes de comenzar con la película, inicié una interesante charla con mi partenaire de visionado, sobre lo que era capaz y lo que no era capaz de hacer este director, ya que "Kill List" creo que tenía un potencial enorme, que era dura, complicada, que tenía un toque de humor macabrísimo que le iba perfecto y una actuaciones solventísimas, pero que al finalizar no sabías lo que acababas de ver, pues parecía que el inicio y desarrollo de la película iban por un lado, y el final por otro muy distinto, parecía que por error se hubieran unido dos películas diferentes...Con "Kill List" terminé descolocada por completo, pero tuve presente que a este director había que seguirle de cerca. Luego llegó "Sightseers" , que me pareció magnífica, estructurada, demencial, entrañable y acertadísima en todos los aspectos, y teniendo aún una asignatura pendientes con "Dowm Terrace", con estos dos títulos, me atrevía a ponerle en mi top de directores "de ahora", a falta de algún título más que le hiciera destacar entre mi élite personal.

¿Por qué os cuento todo esto? Porque ese título ha llegado, y encumbra a Mr. Wheatley como una figura genialmente respetable en este del mundo del celuloide. Y como bien es sabido, la gente así, la gente que sabe canalizar perfectamente su talento para que el resto disfrutemos de él, no siempre cuenta con el beneplácito del resto de mortales...me explico, "A field in England" que es el título en cuestión, va a ser amada, pero tengo presente que también va a ser odiada. Lo que es absolutamente imposible es, que deje a alguien indiferente, algo que para mí, es el mayor logro de un artista.

Ahora es cuando debería hablaros de la película, donde debería convenceros para que la vierais y pudierais opinar, pero pese a que llevo puestas mis gafas de pasta negras, me veo absolutamente incapaz de realizar ese ejercicio con un mínimo de rigor, pues llevo un día entero cavilando sobre la película, llevo un día entero dándole vueltas y vueltas en mi cabeza y aún no soy capaz de decir de qué va la película o qué se nos quiere contar con ella, algo, que a todas luces debería ser el elemento negativo por antonomasia en el cine, pero que teniendo en cuenta que Ben Wheatley nos obliga a apagar esas luces con "A field in England", ya no hay luces que valgan, y nada significa nada, y cualquier cosa lo puede significar todo para los espectadores, quienes son la pieza clave para encajar un puzzle inglés de un millón de piezas chiquitinas que cada uno terminará a su manera.

La guerra Civil sirve como escenario para mostrar a un grupo de desertores y delincuentes, a los que un destino negro guía por la campiña inglesa. Los personajes: Whitehead, Cutler, Trower y "Amigo" no están delineados en ningún momento, no sabes de dónde vienen ni a dónde van, y caminas tres cuartos de hora de la película sin identificar a ninguno de ellos, sin saber qué pintan en el campo, sin saber por qué están juntos, de qué huyen o qué buscan. Es esta primera mitad de la película, la más complicada, pues ni hay monólogo, ni historia coral, sólo personajes hablando de cosas que no entiendes y dejando ver de una forma exageradamente imperceptible, un pasado y una ausencia de futuro. Lo que dejan claro es que cada uno de ellos es un perdedor, y con una puesta en escena psicodélica, oscura y pesimista, si hay algo que hacer con ellos, es seguir caminando otros cuarenta y cinco minutos más, para intentar sacar algo en claro.
 
En esta primera mitad, el estilo de filmación queda absolutamente definido. La película está rodada íntegramente en blanco y negro para dotar de mayor dramatismo a una propuesta, que ,como es habitual en Ben Wheatley, se mueve entre diferentes géneros, que hace inclasificable al conjunto, entre los que se encuentra el drama, el terror psicológico, o incluso el thriller, con alguna pincelada de humor negro, pero que engancha, aún yendo a ciegas en esta película.

Los planos están cuidadísimos e intentan ser un sentido más, pues esta película es una película de sentidos, donde sólo nos falta el olfato, para meternos de lleno en ese extenso campo que se nos muestra durante todo el film. Es así como el sentido de la vista se queda totalmente satisfecho, ya que no sólo el preciosismo de las imágenes en blanco y negro le llenan, sino que un conjunto de escenas estroboscópicas, perfectamente encuadradas y engranadas, dotan al paisaje de una locura extrema, que o bien te llevan a un ataque de epilepsia o te hacen entender lo que en la segunda parte de la película se te quiere contar.

Y siguiendo con los sentidos, mención de honor se merece la banda sonora (y la ausencia de cualquier tipo de sonido en ciertos momentos), que no solo me parece uno de los mayores aciertos de "A field in England", sino que te hace estar aún más atento a todo lo que sucede en la pantalla y meterte en el terreno al que Wheatley quiere llevarte (aunque realmente tú no sepas dónde coños irás a parar).

Una vez atravesada la barrera inicial de sentirte profundamente perdido por una historia que no tiene ni pies ni cabeza, llega la segunda parte, que es dónde realmente reside todo el logro de "A field in England". La parte que marca el nuevo inicio y el fin (curioso, cuando ya llevamos vista media película...). Ese inicio y fin tiene un nombre: O´Neil, un hombre sin escrúpulos, que utilizará a los cuatro personajes anteriormente citados a su conveniencia para conseguir todo aquello que anhela, y cuando digo todo, creedme que TODO. Es este personaje el que empieza a abrir un claro en la oscuridad que se cernía sobre nosotros como espectadores, pues algo de lo que vemos ( y no todo), comienza a encajar, y entendemos que la historia de Wheatley atiende a temas de avaricia, servilismo y búsqueda, sobre todo búsqueda, pues cada uno de los personajes están en ese campo porque buscan algo, ya sea riqueza, escape, autoconocimiento, venganza, amistad o simplemente un propósito por el que seguir viviendo, en un mundo que les has ha negado cualquier ápice de felicidad.
 
Una vez que el viaje se retoma con un propósito , el bizarrismo en lo que se nos cuenta se hace patente, de la misma manera que emerge la parte mas enfermiza y sádica de un Wheatley, que no duda en bestializar a sus personajes y preparar un final doloroso, extraño, vacío, pesimista, reflejo de la locura y tremendamente oscuro , que lleva al espectador a preguntarse a sí mismo, si el viaje por ese campo inglés ha merecido la pena, algo que tengo que decir sin duda alguna que sí, porque puede que sea una de las películas que menos haya entendido en mi vida, y me explico, yo he entendido lo que he querido entender, pero no estoy segura de entender lo que realmente el director me ha querido explicar (en caso de que exista tal explicación más allá de lo que vemos). pero la he disfrutado y me ha hecho pensar, me ha hecho revivirla en mi mente una y otra vez, y eso es un logro que, para mi, marca la diferencia, aparte de enganchar visualmente a niveles estratosféricos.

No quiero terminar sin destacar la magnífica ejecución de todos y cada uno de los actores, que es algo magistral (algo que realmente es una constante en el cine de Wheatley), y decir que os animéis con este título, que más allá de su gafapastismo y su pretenciosidad, es una de las propuestas más ricas, en muchos aspectos, que vamos a tener este año, porque si queréis algo diferente, no hay duda, "A field in England", sobre todo, es algo diferente.
 
 

Crítica: Sharknado

$
0
0
Lo he visto todo sobre tiburones – Dinoshark, Sharktopus, Mega Shark vs Giant Octopus pero para todos los amantes de las grandes mierdas de Syfy, Asylum lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a darle una vuelta de tuerca a la fórmula inexplicablemente exitosa de ataque-del-monstruo-ciencia-ficción-terror-WTF. El jueves 11 fue la premier de Sharknado en televisión donde se reúnen tres desastres básicos: un desastre natural, una criatura oceánica capaz de hacer DESASTRES y un desastre en Hollywood (gracias Tara Reid).

¡ALLÁ VAMOS!

A ver como os lo digo, no os confundáis con Ciudadano Kane, este thriller sobre el ataque de tiburones sigue a Fin Shepard (Ian Ziering – Steve de Sensación de Vivir) y sus amigos mientras luchan por salvar la costa de Santa Mónica de unos tornados infestados de tiburones que están mutilando la ciudad. Y ya.

La película empieza con un cazador furtivo con un fantástico acento de Europa del Este haciendo business con un empresario japo sobre la venta de tiburones a un alto precio. ¿Lo mejor de esta escena? El dinero en una caja de madera de mierda, pero dinero montante y sonante, no como lo que cobramos nosotros, EN UNA CAJA DE MIERDA. Sin embargo, el barco se ve rodeado de temblores provocados por tiburones que van saltando a cubierta arrojados por los torbellinos del huracán David. Las bestias empiezan a caer sobre los tripulantes del barco y de paso, a comérselos. Que no necesitan ellos comer sardinas para beber agua, no sé si me explico. El barco se va a tomar viento y acto seguido estamos en una inmaculada playa typical Californian style.

Montones de surferas sexy y camareras en bikini, un adorable borracho en la barra nos muestra la calma previa a la tormenta. El huracán llega rapidico, que no estamos para tonterías; y el dueño del bar, Fin, su amigo surfero Baz (Jaason Simmons) y su camarera más fiel Nova (Cassie Scerbo) forman un grupo para acabar con la tormenta de tiburones que empieza a asomar por las ventanas del bar. Bate de beisbol, escopetón y una banqueta del bar, ¿pa’ qué más?

Fin se da cuenta de que su familia, a la que no ve mucho; que vive en las montañas no se va a enterar de las brutalidades que el clima está trayendo. La tropa se sube a un jeep y se dirige a las zonas altas, donde su odiosa mujer April (Tara Reid) y su resentida hija Claudia (Aubry Peeples) viven. Las malas noticias nunca vienen solas y pronto vemos como el nuevo novio de April quiere hacer de alpha-male pero no os preocupéis, que en nada y menos un tiburón se carga la competición de ambos machos comiéndose al adorable chavalote. Así ya no tenemos ridículos triángulos amorosos por ahí.

Se van a buscar al otro hijo de Fin, Matt (Chuck Hittinger) y por el camino se encuentran un autobús lleno de niños indefensos, casas de viejetes y lo más importante, la ciudad entera siendo arrasada por tres tornados (no uno, tres) que lo van destruyendo todo a su paso. El muchacho Matt está en la escuela de vuelo así que rápidamente se monta unas bombas no sé muy bien cómo.

SPOILER

Yo lo que quiero es hablar del final que me ha dejado muy muerta. Es un final muy loco. Ya parece que está todo el pescado servido que un tiburón enorme se dirige hacia Fin y este, motosierra en mano; se mete por la boca asesinándolo PERO, PERO… luego se abre paso abriendo el bicho en canal y saliendo VIVO. Pero lo más fuerte no es eso, es que mete el brazo dentro del animal y saca a Nova, QUÉ TAMBIÉN ESTÁ VIVA. Y eso que estando en un helicóptero, se cae (torpeza máxima) y un tiburón se la come. Qué hermoso el azar que hace que sea ese mismo tiburón que abre Fin y que hermosa la vida que se nos muestra, que si no te muerde el tiburón puedes vivir dentro. La historia de Jonás.

FIN DEL SPOILER.

Porqué me ha gustado:

Es honesta. El título no pretende engañar a nadie. La primera escena no implica nada y nunca más se la vuelve a nombrar. Los personajes hablan en diálogo elemental, nada de jerga científica o palabras elaboradas. Vaya, una peli sencilla con tiburones y sangre.

Es un aviso político. Nos recuerda que todos debemos estar al tanto con el calentamiento global y sus efectos negativos y que no debemos subestimar el potencial de la madre naturaleza. De manera alternativa nos anima a pensar en interpretaciones más profundas del origen. ¿Es la obra de Dios? ¿Es el apocalipsis tal y como lo afirma un periodista en la tele? O como bien dice el vendedor de una tienda: “Es el gobierno. Están detrás de todo y controlan toda la información de cada ciudadano. Saben qué comes, qué te gusta y cuál es tu queso favorito.”

Es científica.“Bombas. En vez de dejar que tiburones vivos caigan sobre la gente, nos subimos en el helicóptero, tiramos bombas al ojo del tornado y dejamos que caigan ya muertos”. Matt usa su entrenamiento de la escuela de piloto para calcular una solución sin cabos sueltos para los torbellinos de tiburones. L.A. Baz enseña a sus discípulos que un tornado es una conjunción de dos vientos a diferentes velocidades que se combinan y giran a la vez. Fin, Matt y Baz combinan sus impresionantes conocimientos sobre naturaleza y física sólo para explicarnos que puedes tirar una bomba de estar por casa en el centro de un ciclón y neutralizarlo, y que inmediatamente saldrá el sol tras la detonación.

Provoca futuras meditaciones. A pesar del tono obviamente cómico, Sharknado deja en el aire algunas preguntas y varias posibilidades estimulantes a qué atenerse. ¿Dónde están las otras criaturas del océano? ¿Son los tiburones los únicos peces compatibles con tornados? ¿Cabe un tiburón en el alcantarillado de mi casa? ¿Sabe el gobierno cuál es mi queso favorito?

Son 86 minutos de despropósitos, diversión anti-científica y mucho drama teatral. ME ENCANTA. Con unos pocos trucos homemade, Sharknado consigue que veas este truño y te lo pases bien. No esperes realmente nada bueno de esta película, que esa es la grandeza que hay en ella. Es tamaña mierda que no puede no gustarte. Eso sí, sólo para amantes de tiburones y desastres naturales. Los demás, por favor; absteneros. No es para vosotros.

 


Crítica: Only God Forgives

$
0
0
Hace dos años disfrute en una sala de cine de una de las películas de género negro más contundentes, viscerales y apasionantes que he visto en lustros. Aquella obra maestra era Drive, que automáticamente se convirtió en el Taxi Driver del siglo XXI para quien escribe y en una cinta que encumbraba a la primera línea del panorama cinematográfico a su autor, un danés llamado Nicolas Winding Refn, que ya había demostrado su capacidad para elaborar productos muy potentes e interesantes como (la hipnótica) Valhalla Rising, Bronson o la (sucia) trilogía de Pusher. Era evidente que la expectación por su siguiente producción estaba por las nubes (máxime teniendo en cuenta que le acompañaban nuevamente Ryan Goslin y el músico Cliff Martínez) y cuando pudimos ver (hace unos meses) el tráiler de Only God Forgives, me froté las manos con ansia ante lo que me esperaba. Por fin el día de disfrutar de esta obra ha llegado y la decepción ha sido enorme.

No esperaba un nuevo Drive, y aquellos que se enfrenten a Only God Forgives esperando un Drive potenciado y mejorado saldrán aún más indignados que aquellos que no esperen absolutamente nada, pero desde luego no me esperaba lo que he visto. Porque desgraciadamente esta cinta es la nada, eso sí, una vacuidad maravillosamente fotografiada. Con una estética recargada y un ritmo moroso e hipnótico entre neones y ensoñaciones bizarras, se nos transporta a un Bangkok violento, sucio y sangriento donde discurre una historia de venganzas.

Dos hermanos Billy y Julian (interpretado el último por un hiper-hierático Ryan Goslin) regentan un gimnasio de muay thai (es decir, boxeo tailandés) que sirve de tapadera para su negocio de drogas. Una noche, el hermano mayor, Billy, acaba asesinando a una joven prostituta (una niña de 14 años). El jefe de policía Chang (Vithaya Pansringarm), que aplica métodos poco ortodoxos para impartir justicia, venga a la joven asesinada dejando que el padre de esta aplique la ley del talión. Cuando Crystal (fabulosa como siempre Kristin Scott Thomas), la madre de Billy y Julian, se entera de la muerte de su primogénito, se dirigirá a Bangkok y tratará por todos los medios que paguen con su vida aquellos que han tenido que ver con la muerte de Billy. Engendrándose una espiral de violencia y brutalidad sin límites.

Lo mencionado no es el argumento de la película, desgraciadamente es el guión entero, a excepción de los escasísimos diálogos (que, todo sea dicho, podrían omitirse y no ocurriría nada). Es una pena que un relato típico de género negro cuyo leitmotiv es la venganza y la familia (cómo en las grandes tragedias griegas) esté tan desaprovechado y se hayan centrado de forma minuciosa y magistral (al César lo que es del César) por la parte visual, olvidando el resto (es decir, la esencia).

Es innegable, pues ya lo había demostrado, que el señor Winding Refn es un generador de iconografías impactantes y memorables, pero la poesía (visual o lírica) desprovista de fondo no conduce a ningún sitio (y cuando el ritmo es moroso aún menos). Además, los intentos de dotar a la cinta de cierta carga metafórica (para que cada uno interprete lo que quiera) lo único que consiguen es complicar aún más la vacuidad y demuestran que es tremendamente complejo realizar lo que hace, como nadie, David Lynch (o Peter Greenaway). Al final sólo queda una sucesión de secuencias de una violencia atroz magistralmente rodadas (que se grabaran a fuego en la retina de los espectadores por mucho tiempo), potenciadas con una banda sonora de autentico lujo. La sensación que experimentas en muchos momentos es que el bueno de Winding Refn quiere emular a Wong Kar-Wai con una historia de género que no sabe cómo resolver.
 
Es imposible saber por qué los personajes se comportan como lo hacen, cuáles son sus motivaciones, ya que apenas se esbozan sus personalidades. Su pasado se nos escamotea y es difícil entrever las traumáticas experiencias que parecen arrastrar. Se nos priva de todo lo esencial de un relato, se nos priva del propio relato en pos de la estética, que una vez más se muestra incapaz por sí misma de mantener a flote una historia. De la actuación destacar el trabajo de todo el elenco que se deja llevar y confían plenamente en su director, a pesar de no saber este último donde se dirige, y nos brinda un cúmulo de inexpresividad, solemnidad, exotismo y alienación difícil de digerir.

Es una pena que no articulara el señor Winding Refn de forma coherente el relato, porque podríamos haber presenciado un espectáculo tan potente o más que el de Drive. ¿Por qué omitir el desarrollo de una historia donde tiene cabida la venta de drogas, la prostitución infantil, el incesto, la envidia, el deseo, la violencia y la venganza? ¿Por qué privarnos de una revisión hiperviolenta, sangrienta e insana del mito de Edipo? Yo no veo el motivo, salvo que es mucho más difícil dar vida a un papel en blanco que llenar un encuadre. Obviar la bizarra trama familiar repleta de taras y relaciones enfermizas que apenas se esboza es un pecado casi imperdonable, cómo imperdonable es no desarrollar el personaje de ángel vengador de Chang.

Sólo espero que esta película sea sólo un pequeño traspiés en la prometedora carrera del danés y que con el tiempo sea simplemente un error humano perdonable.
 
 

Crítica: Trampa Para Un Violador

$
0
0
La violencia extrema contra la mujer en el cine dio una variante de películas llamadas “violación y venganza”, un subgénero por sí mismo surgido sobre todo en el cine sexploitation de los años 70. Éstas consistían en su mayoría en la violación de la mujer y su posterior venganza de ésta hacia su violador o violadores. A veces la venganza no la ejecuta la víctima si no un ser querido como es el caso de “La última casa a la izquierda” o “Irreversible”.

El cine italiano tocó el tema aunque con una calidad bastante cuestionable con las películas “Violación en el último tren de la noche” (“L'ultimo treno della notte”, 1975, Aldo Lado), “La séptima mujer” (“La settima donna”, 1978, Franco Prosperi), “Noche azul” (“La domenica del diavolo”, 1979, Raimondo del Balzo) o “Trampa para un violador” (“La casa sperduta nel parco”, 1980, Ruggero Deodato). De ésta última os hablamos en NIDO DE CUERVOS.

Influenciada directamente por “La última casa a la izquierda” (1972, Wes Craven), la película de Ruggero Deodato (“Holocausto caníbal”) titulada en español “Trampa para un violador” ofrece buenas dosis de sexo erótico morboso y violento, depravación, vejación, perversión, angustia al mostrar la indefensión de las víctimas y una perniciosa escena inicial de violación y muerte en un coche. Las referencias al film de Craven están en el título original (“La casa sperduta nel parco”) y en el protagonista, el carismático David Hess quien interpretaba a Krueger y cuyo rol de violador también interpretó en “Autostop sangriento” (“Autostop rosso sangue”,1977, Pasquale Festa Campanile), film italiano que podemos encontrar también con el título de “El cínico y la casada” o “Hitch-Hike” en anglosajón.

Parece que el objetivo del film es escandalizar a la vez que ofrecer morbo en una Italia muy parecida a la España calenturienta de finales de los 70 y principio de los ochenta. Especialmente en España el erotismo en el cine estaba en auge tras salir de una dictadura (acabada en 1975) que censuraba todo lo relativo al sexo, entre otras ideas. Por eso, todo lo que venía de fuera donde poder ver chicas desnudas era bienvenido. Como de costumbre, la traducción de los títulos de las películas extranjeras no siempre era fidedigna y se inventaban títulos con más o menos acierto. En la película que nos atañe se le dio desafortunadamente un título -”Trampa para un violador”- que, por una parte, atraía a las morbosos espectadores a las salas de cine sin ningún tipo de sutileza y, por otra, se revelaba el final del film.

Lo más escandaloso a la vez que morboso de la película es que ciertas víctimas de violación parecen acabar disfrutando del destino que les toca. Esto es, mujeres sumisas. Uno de los personajes seduce el personaje de Hess en la ducha y luego se ofrece a mantener relaciones sexuales en el dormitorio sin apenas resistencia. Sin duda, un producto erótico para hombres.

Alex (David Hess), un joven mecánico con problemas psiquiátricos (sádico y enfermo sexual), viola a una mujer cerca del parque. Más tarde, una pareja, el niño pijo Tom (Christian Borromeo) y la hermosa Lisa (Annie Belle), va a verlo para una reparación en su coche. Invitan a Alex y a su compañero algo retrasado Ricky (interpretado por Giovanni Lombardo Radice), a una fiesta en su casa de barrio alto. Una vez allí, Alex y su amigo son tomados a guasa por los invitados hasta que el personaje de Hess se enfada y comienza a plantearse el torturar y violar a sus anfitriones navaja en mano. Lo que no sabe es que ellos tienen sus propios planes de diversión y él será la estrella invitada.

LO MEJOR: El morboso momento en el que Alex se enfada y se plantea desnudar y manosear a las chicas de la fiesta. Cierta calidad en la puesta de escena con un único escenario (la casa) creando un clima de tensión excepcional. La música melódica de Riz Ortolani que adquiere cierto protagonismo.
 
LO MENOS BUENO: Disparatado guión lleno de artificios con el objetivo de enseñar carnaza y mujeres sumisas, que le valió la clasificación “S” (lo que sería la “X” actual).
 
 

Crítica: Expediente Warren: The Conjuring

$
0
0
Tras el éxito cosechado con “Insidious”, parece que el amigo James Wan se ha pasado definitivamente al lado oscuro de lo sobrenatural y, no contento con presentarnos en breve la esperada secuela de aquella, nos trae a modo de aperitivo, “Expediente Warren: The Conjuring”, película que muchos, ya han corrido en catalogar como la película más terrorífica en años. Y, terminado su visionado, no me extraña para nada semejante sentencia, pues este nuevo episodio de posesiones es poco menos que una droga de diseño especialmente pensada para toda la familia, lo que vendría a ser una versión para el gran público de aquella terrorífica y genuina película de género concebida por y para fanáticos del género que fue “Insidious”. ¿Es “Expediente Warren: The Conjuring” la aterradora experiencia que nos han querido vender? Si y no. Sigan leyendo estimados lectores.
 
INFESTACIÓN
 
A grandes rasgos, la diferencia principal entre “Insidious” y “Expediente Warren: The Conjuring”, es el tipo de espectador al cual están destinadas, dejando de lado, por supuesto, otro tipo de consideraciones técnicas o artísticas, que las hay. En este sentido, hay que tener muy claro a quien va dirigida una cinta como la que nos ocupa y, de esa manera, se puede entender el porque de que Wan estrene prácticamente al unísono, no solo dos títulos, sino dos tan en apariencia, similares. Muy claro queda que “Insidious” fue un claro homenaje a todo aquel terror sobrenatural con el que muchos crecimos en los ochenta y no tengo duda alguna de que la secuela, va a recorrer esas mismas sendas. De la misma manera que tengo muy claro que Wan a parte de buen director, es un tipo listo y buen conocedor del actual mercado del terror “mainstream”. Si quieres llegar a las masas, no puedes hacerlo con algo como “Insidious”, necesitas otra cosa, necesitas “Expediente Warren: The Conjuring”.

En este sentido, y poniéndome en la óptica del espectador digamos, no “especializado” o habitual en el género, la nueva película de Wan es una apuesta segura, pues contiene absolutamente todos los ingredientes necesarios para alcanzar el éxito. Una historia clásica, una estructura clásica, unos personajes clásicos, unos clichés clásicos, unos sustos clásicos... vamos, lo que vendría siendo una experiencia clásica. No hay posible margen al error. El que tenga claro lo que va a ver, porque espera precisamente lo que va a ver, porque sabe disfrutar de la radio fórmula, que no tenga ninguna duda que con las aventuras de los Warren se lo va a pasar en grande. Ahora bien, el que espere una nueva “Insidious”, que tenga un poquito de paciencia y espere unos pocos días más hasta el estreno de su secuela, pues va a encontrar en “Expediente Warren: The Conjuring”, una experiencia totalmente anodina y descafeinada.

OPRESIÓN

Sin perder la óptica de ese tipo de espectador que os he susurrado al oído en la etapa de infestación, decir que “Expediente Warren: The Conjuring” (a la que me dirigiré desde ahora como “EWTC”, para abreviar), es un producto redondo. Y lo es, por que es justamente lo que la gente que se acerca a la sala de un centro comercial con un cubo de palomitas y un vaso de cola de medio litro, espera encontrar. Wan lo sabe, lo sirve y además, lo hace bien. Coge el escenario de siempre, coge a los personajes de siempre y comienza a mover los hilos... los del espectador. La función está servida, el éxito, garantizado. Propuesta y espectador van de la mano al tiempo que se nos cuenta una historia que ya se nos ha contado mil y una vez, y, cuando estás más pendiente de que no se te caigan las palomitas de la boca, de leer los mensajes que están llegando en el “wasabe” o de colocar las piernas sobre el asiento de enfrente por más incívico que esto pueda resultar, pues se agradece. Se agradece que puedas estar atento a toda esta serie de situaciones y que no tengas que gastar una sola neurona en poner atención a lo que estás viendo en la gran pantalla, pues la implicación no es necesaria.

A continuación, añadidos los mismos personajes de siempre, ya le ponen la mosca detrás de la oreja a los poquitos espectadores que lejos de estar atentos a su propia estupidez, están en la sala con la intención de disfrutar de una buena película de terror. Y, cuando comienzan a desojarse todos los clichés y tópicos que definen este tipo de productos, es cuando el disfrute de los primeros es inversamente proporcional al tedio de los segundos. Risas en la sala tras cada tópico (algunos verán en ellas una forma de liberar la tensión del momento, otros, la certeza de que incluso los más fieles, comienzan a perder la fe en su propio evangelio). En un estado primerizo, lo habitual: estruendos sonoros, puertas que chirrían, sótanos oscuros... todo ello estéril, aburrido, sin la capacidad de plantar en el espectador, la semilla del miedo o el desasosiego, aunque esto, pienso, es aquí una virtud y no una desdicha, pues tengo muy claro que el espectador medio, el espectador al que van dirigidos este tipo de películas, lo último que quiere, es pasar miedo.

POSESIÓN
 
Y cuando todo el personal de la sala está tranquilo, satisfecho, pues cada punto está colocado de forma precisa y obscenamente matemática sobre las respectivas íes, es cuando se da por terminada la fase de opresión y se dejan de lado las ambigüedades y demás juegos preliminares para sacar los fuegos artificiales del armario que, previamente ha elegido el propio espectador, para prender la mecha del efectismo visual. Tres o cuatro secuencias (muchas de ellas deudoras de otras tantas películas, algunas de forma más escandalosa que otras) y todo el personal contento y con la impresión de que los 9 euros de la entrada han sido bien invertidos... todos, menos aquellos pocos, que, recordemos, habían venido a ver esa ansiada película de terror. Estos, por supuesto, se tiran las manos a la cabeza al ver como Wan, incapaz de generar el menor ápice de tensión susurrándote al oído durante la primera hora de metraje, es igual de incapaz de generar nada que sea minimamente parecido al terror cuando se baja los pantalones y te de golpecitos con la polla en la mejilla.

Porque si en los preliminares fracasa, en el coito, llega a rozar el ridículo. Los tópicos se visten de carne a base de lentillas de colores (eso si, de muy buena calidad) y elaborados maquillajes para situar a los fantasmas en los mismos lugares recurrentes de siempre, esos en los que todos sabemos que van a estar, y están, claro que están, ¿por que no iban a estar cuando oferta y demanda están completamente de acuerdo en el hecho de que deben estar? El disgusto, la decepción, para aquellos que una y otra vez, esperamos sin perder la esperanza, de que no estén, de que en algún momento de la función, alguien decida poner en entredicho aquello del destino y darle un boto de confianza a aquello otro del libre albedrío, o, simplemente, saltarse el guión. Sorprender, innovar, arriesgar. Pero claro, este ni es el lugar, ni es el momento. Ya habrá tiempo para eso y además, estoy seguro de que vendrá firmado de mismo puño y letra.

No puedo catalogar a “EWTC” como una mala película de terror. Porque en mi opinión, sería faltar a la verdad. Incluso puedo entender que determinado perfil de espectador, pueda disfrutar con productos de este tipo y por ende, considerar a la película de Wan como una experiencia aterradora. Pero por supuesto, yo no puedo compartir dicha opinión. No puedo porque yo, el terror lo entiendo de otra forma. Para mi, algo tópico, algo que me espero, jamás puede resultar terrorífico. El terror, el verdadero terror, reside en aquello que no vemos, en aquello que se nos insinúa, en aquello que nosotros mismos construimos en los recovecos más oscuros de nuestra mente, en aquello que nos estimula para hacerlo. Ahí, es precisamente donde funcionaba tan bien “Insidious” y su primera estupenda mitad, ESE, es el camino que debe seguir el terror y ESE, es el camino que espero siga la secuela, porque servidor, está deseoso de volver a sentir ese cosquilleo en la espalda cuando se levanta de noche a buscar un vaso de agua en medio de la oscuridad de la noche.

Yo, viniendo de quien viene y visto lo visto, esperaba otra cosa de la cinta de Wan. Para mi, una aterradora (ahora si), decepción.

Lo mejor: A pesar de lo apretado del corsé, la cinta no termina de ahogar del todo en ningún momento y la secuencia final, uno de los escasos momentos de brillantez que ofrece el filme.

Lo peor: Una propuesta conservadora, extremadamente tópica y predecible.




Crítica: Scream Park

$
0
0
Creo que no me equivocaría si dijera que todo aficionado al terror, ha soñado con dirigir su propia película de género, y seguro que tendría claro el resultado que le gustaría obtener. Ver cientos de películas de este tipo te dan una perspectiva clara de lo que te gustaría potenciar y lo que sabes que no llega a funcionar. En mi caso siempre he sabido que no sabría ni por donde empezar, y nunca me he planteado tal cosa...a lo sumo me he atrevido a soñar con escribir un guión para este tipo de propuestas, pero nada más, pues conozco mis limitaciones.

Supongo que fue este hecho, esta incapacidad, la que me llevó a intentar aportar mi granito de arena de la única manera que podía, en este hipnótico mundo del terror, y quedarme un poco más satisfecha con mi condición de fan del género. Esto se materializó con el crowfunding, que es una financiación masiva, conseguida fundamentalmente on line, para poder terminar un proyecto artístico (aunque supongo que sea extensible a todos los ámbitos). Como os comento, fue adentrándome en ese universo del crowfunding (algo nuevo para mi), dónde descubrí que se necesitaba dinerito fresco para poder terminar una propuesta que se hacía más y más atractiva a medida que leía sobre ella: "Scream Park", pues el mismo Dough Bradley (el único en inimitable Pinhead), era quien pedía ayuda para finalizar un proyecto que aseguraban que nos devolvería a la época de los ochenta, necesitaban dinero para sentir el terror que se promovía en aquella década...

Fue así como cogí veinte euritos de la hucha y los destiné a este proyecto. De esto hace ya mas de un año, y debo decir que en todo momento el director de esta película, Cary Hill, nos ha tenido informados de los avances, nos ha pedido disculpas por la tardanza y nos ha dado las gracias en diferentes ocasiones, algo que me hacía sentir muy orgullosa. En ese aspecto, el trato ha sido excepcional, de la misma forma que lo fue la llegada de una copia de un DVD a mi casa firmado, que me hizo abrazarlo como a un hijito, pues en parte, también sentía que aquel proyecto se había materializado gracias a mi.
 
Hoy fue el día de poner ese DVD en el reproductor y ver el resultado de esas grandes esperanzas (que lejos quedaban de las de Charles Dickens). Misterio resuelto:

"Scream Park" narra las desdichadas aventuras de un grupo de jóvenes trabajadores de un obsoleto parque de atracciones, que deciden hacer una fiesta cuando el parque cierre sus puertas, como despedida, pues ese parque se va a cerrar inminentemente por falta de beneficios. Lo que estos pobres diablos desconocen, es que hay dos asesinos sueltos por el parque...

AMATEUR: Se lo utiliza al referirse a un aficionado o a una persona o actividad de índole no profesional, en cualquier área del conocimiento o actividad. El término no guarda relación con el nivel de capacitación o idoneidad en la actividad, sino con la motivación por la cual se realiza. Mientras que la actividad profesional normalmente requiere un nivel mínimo de preparación, conocimientos o entrenamiento para poder practicarse socialmente, laamateur en general no; sin embargo ambas tienen en común que el nivel máximo alcanzable individualmente en estos sentidos únicamente está limitada por la voluntad y dedicación que cada uno decide darle. Muchas personas revistan en ambos campos simultáneamente con lo cual la actividadamateur se nutre de la experiencia profesional organizada, y la profesional de la libertad que posee el amateur para elegir hacia donde dirigir sus esfuerzos. Si bien las actividades amateur son numerosísimas un ejemplo contemporáneo y palpable de amateurismo en la informática podría representarlo la infinidad de sitios Web dedicados a las más diversas disciplinas y actividades construidos sin fines de lucro, el desarrollo de poderosos sistemas operativos o el trabajo aportado por miles de participantes en esta Wikipedia. Aunque frecuentemente se asocia el concepto amateur con el de hobby, la etimología, raíces, uso e historia de ambos términos tienen diferencias significativas. Amateur tampoco es equivalente de «pasatiempo».

(gracias Wikipedia)

"Scream Park" es un producto totalmente amateur: La historia, la dirección, los actores (ahora veremos las excepciones), la forma de filmar...todo. Quiero dejar claro que, para mi amateur no es sinónimo de malo, ni mucho menos, sino, como la explicación que arriba os he indicado nos dice, esta actividad amateur no requiere de un mínimo de preparación o conocimientos, y tiene mas que ver con la motivación que con la capacitación. "Scream Park" es un claro ejemplo de que probablemente, de motivación iban sobrados, pero de capacitación poquito, y me explico, desde el inicio, el tipo de cámara con el que está grabada la película integramente, parece una cámara casera, y lo digo porque supongo que es cosa de filtros o qué se yo (de esto entiendo bastante poco), que la imagen parece sacada de los videos de nuestras vacaciones, o de algún cumpleaños...Esto lejos de hacernos regresar a los años ochenta, como creo que era la intención, da una sensación de que estamos viendo algo que han grabado los colegas del barrio para homenajear a esas películas slasher que evocan la adolescencia, y a estas alturas de nuestra experiencia en propuestas de terror, esto no es bueno.

Por otra parte tenemos una historia simple, un guión plano, y un giro horriblemente predecible. La cosa se pone fea por momentos, el cielo amenaza con tormenta, y finalmente cae una granizada en medio de un picnic por el campo con cestita de comida incluida, vamos que el tiempo te jode el día, de la misma manera que la historia te jode la película.

Los actores ayudan en esta jodienda también (cinematograficamente hablando, por supuesto), ya que todos son principiantes (y madre del amor hermoso, cómo se nota!!!), de tal manera que es practicamente imposible meterte en la piel de alguno de ellos, cuando se nota que tienen aprendidas cada una de sus frases y de sus movimientos mecánicos al dedillo y no son capaces de creerse ni ellos mismo los personajes que interpretan , y se limitan a vomitar las frases y ejecutar los movimientos marcados. Y en medio de esta reunión de colegas, insisto, nos encontramos al bueno de Dough Bradley y a Nivek Ogre (alma mater del grupo industrial Skinny Puppy y actor en "2001 maniacs. Field of screams" y "Repo!. The genetic Opera"), ambos perdidos en un mundo que parece no pertenecerles, y que vaya usted a saber por qué están involucrados en semejante proyecto (amistades, fe ciega, amor al arte...hagan apuestas!!!).
 
Hablemos de los efectos, del gore, de la sangre: pues cortes que se notan que están hechos antes de que el cuchillo corte la garganta, muñecos que vuelan como si fueran personas, actores con los mofletes llenos como si fueran hamsters cuando tienen que soltar sangre por la boca, tripas que parecen chorizos para una parrilla...sigo???
 
El parque de atracciones se limita a un carril de montaña rusa para niños, y a las casetas para tirar bolas y conseguir peluches, poco más, por lo que esta película podría estar ambientada en ese parque de atracciones o en un grupo de tascas de pueblo y el efecto sería el mismo.

El resultado, obviamente no puede ser bueno, porque otro tema es que los asesinos no infunden el más mínimo temor, como así nos lo hacen ver las víctimas, que lo mismo corren escapando de ellos, que se fuman un cigarro tras otro.

Con estos temas expuestos, yo me pregunto, ¿dónde está esa producción tan mimada que se nos prometía? ¿Dónde está la historia clásica y salvaje? ¿Dónde están mis veinte euros?

Pido disculpas a todos los directores por ser una ignorante en materia de dineros. Imagino que cada fallo de los que menciono, cueste un ojo de la cara y yo no sepa valorarlo, pero como yo lo que soy es una espectadora emitiendo un comentario personal, creo que puedo decir, que el dinero obtenido a través del crowfunding, y de otros métodos de financiación para esta película, no ha lucido para nada, sino todo lo contrario, y creo firmemente que con ese dinero se podía haber conseguido otro resultado, pues no todo puede ser culpa del dinero.

Me sabe mal tener que ser tan dura, pero en algo que he contribuido yo a crear, aún tengo que ser mas dura de lo habitual, pues por algo dicen que nosotros somos nuestros peores críticos.
 
 

"Bad Milo!", abraza tu demonio interior

$
0
0
Jacob Vaughany dirige Bad Milo! comedia de terror concebida originariamente bajo el título de Milo, la cual presenta su primer trailer así como un nuevo cartel donde se ilustra el título definitivo de esta nueva bizarrada pensada para los estómagos más exóticos.
 
La historia, con claro regustillo a aquella clásica “Basket Case” (“¿Donde te Escondes Hermano?”, Frank Henenlotter, 1982) sigue las peripecias de Duncan, un hombre que tras sufrir intensos dolores gastrointestinales, descubre que lleva un demonio en las tripas. Cuando le da permiso para salir durante una sesión de terapia, decide darle un nombre: Milo. A partir de entonces intentará vivir una vida en el que él, y no su demonio, lleve el timón de la misma.
 
La cinta la protagonizan Patrick Warburton ("Ted"), Peter Stormare ("Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas", "The Last Standing", "Insanitarium") y Gillian Jacobs ("The Box").
  

Crítica: Suspiria

$
0
0
Creo necesario contextualizar esta película y poner mis cartas sobre la mesa, antes de proceder a la reseña de la misma, y de que algunos se rasguen las vestiduras y se indignen conmigo.

Giallo (amarillo en italiano):“Es un término que designa un subgénero cinematográfico que nace en Italia a mediados de los años 60 del siglo pasado, cuyos argumentos (la mayoría de veces son inconsistentes) transitan entre el thriller y el terror. En sus orígenes el término hacía referencia al color de las cubiertas de las novelas policíacas baratas (pulp) que fueron editadas en Italia en 1930”. Debo reconocer que el giallo no es un subgénero que me entusiasme, de hecho la mayoría de sus producciones me resultan mediocres y de baja calidad, aunque reconozco la notable influencia que ha tenido en slashers posteriores como Viernes 13 o Halloween y el empeño que un puñado de cineastas pusieron por aterrar al público (digno de alabar una y mil veces).

Dario Argento:“Director italiano, posiblemente el máximo exponente de giallo y para muchos uno de los grandes maestros del terror”. No tengo la menor duda que el señor Argento se ha empeño y esforzado por hacernos pasar malos ratos (disfrutar) durante casi cuarenta años a la audiencia. Otra cosa es que haya aprovechado el tiempo y sea un gran maestro del género (a mí nunca me lo ha parecido).

Suspiria:“Película italiana de terror de 1977, considerada por muchos críticos como una de las mejores de la historia del cine de terror”. A pesar de tener muchas de las características del giallo, Suspiria, no puede ubicarse en dicho subgénero de forma unívoca.

Después de lo mencionado, vayamos a quemarropa y sin hacer prisioneros a lo que verdaderamente importa, esta famosa película (de culto para muchos aficionados desde el día de su estreno) me parece excesivamente sobrevalorada y con muchas más sombras que luces (o debería decir, colores llamativos).

El argumento (al menos lo coherente), es la historia de una joven estadounidense, Suzy Banion (interpretada por Jessica Harper), que decide ir a Alemania a una prestigiosa escuela de danza (Academia Tanz) para convertirse en una bailarina de primer nivel. Nada más llegar, en una lluviosa y gélida noche, suceden extraños acontecimientos que acaban provocando varias muertes y la sensación en Suzy de que algo misterioso y terrible se oculta en la afamada academia.

Cada vez que la veo (y lo he hecho unas cuantas veces) me asombro, para bien, de lo cuidadoso y detallado de los (geométricos) decorados, la esplendida fotografía (deudora, sin duda, del expresionismo alemán), el esmero de Argento por planificar cada escena (sobre todo las muertes) y la asombrosa utilización del sonido y la banda sonora para generar inquietud (compuesta por la banda de rock progresivo italiana Goblin y que recuerda, al menos a mí, los sonidos percuso-metálicos de los pre-industriales Einstürzende Neubauten) y la justa pero eficaz dosis de sangre. Todo ello dota al film de un ambiente malsano y claustrofóbico de primera.

Pero, al mismo tiempo, aún me asombro más (negativamente por desgracia) del poco cuidado que el padre de la criatura (Dario Argento) y Daria Nicolodi ponen en la elaboración del guión y la historia que quieren contar. Siendo esta una sucesión de secuencias incoherentes (las cuales me remiten a ensoñaciones pesadillescas), sin apenas nexo de unión, donde se echa mano (cual prestidigitador) de personajes construidos ad hoc para que la historia avance (atención a la irrupción “sin vaselina” del personaje interpretado por Udo Kier o la desaparición, nuevamente “sin vaselina” del interpretado por Miguel Bosé, cuando parecía que este último era importante en la trama) y con una resolución precipitada y excesivamente torpe. Ni tan siquiera fueron capaces de dotar a la historia de simbolismo metafórico para la libre interpretación. (He de reconocer, para ser justos, que siempre tengo la sensación de que en la sala de montaje han despojado a la película de gran cantidad de material necesario para la misma, lo cual equivaldría a la condena absoluta del montador y de Darío Argento por consentirlo).

Es cierto que la cinta no aburre (en sus casi 100 minutos) y te atrapa de forma hipnótica entre rojos, azules y amarillos resplandecientes y entre pasillos enigmáticos y personajes misteriosos al son de sonidos distorsionados y excesivamente elevados, pero lo que se cuenta carece de un hilo conductor, y dado que no podemos olvidar que una película es mucho más que una sucesión de imágenes (más o menos estéticas), no debemos ser indulgentes y tolerar la falta de esfuerzo por parte de sus creadores a que todo fluya ordenadamente hacia un clímax final.

La base esencial de todo relato es amputada al no dotar de profundidad a los personajes, hacer avanzar de forma lógica la acción (decantándose en este caso por la capciosidad) y no respetar a los personajes (ni a los espectadores, lo cual me resulta aún más imperdonable). Y somos nosotros, y sólo nosotros quienes debemos denunciar esto, para que además de brindarnos un espectáculo audiovisual de primera, también nos deleiten con la sustancia de lo que se narra. Desgraciadamente los consumidores del género de terror (en cualquiera de sus variantes) solemos ser condescendientes con el fondo (guión) y aquello que no toleraríamos en un melodrama lo consentimos cuando se trata de zombies, vampiros, brujas o monstruos del espacio.

Por todo lo mencionado, y aún reconociendo las notables virtudes técnicas de esta película, de las que podríamos estar hablando y analizando durante días (en su momento fue considerado por muchos un film de arte y ensayo), no puedo darle un aprobado. Por supuesto recomiendo su visionado, tanto por la influencia que ha tenido, como por la belleza de muchas de las secuencias, así como por lo equivocado que puede estar mi argumentación (estoy convencido que muchos de vosotros la considera una verdadera obra maestra).

Nota final: Sé que es muy difícil parir guiones o historias como los escritos por gente como Leigh Brackett, Robert Bolt, Billy Wilder, Joseph L. Mankiewicz o Robert Benton, pero eso no debería ser un inconveniente. Al contrario, debería ser una motivación para aquellos que se enfrentan a la hoja en blanco (cuenten la separación traumática de un matrimonio, el ataque de un pulpo gigante, la invasión de la Tierra por parte de alienígenas o la sucesión del capo dentro de una familia mafiosa).
 
 

Crítica: Henry, retrato de un asesino

$
0
0
Decir que “Henry: Retrato de un asesino” (“Henry: Portrait of a Serial Killer, 1990) es una de las películas más inquietantes jamás producidas sería acertado. Y si además afirmamos que su realizador, el director, escritor, productor y compositor norteamericano John McNaughton, ejerce un influyente trabajo con ésta, su primera película, se estaría haciendo justicia.

Simplemente “Henry: Retrato de un asesino” se salta todas las convenciones del género de terror con su narración llana y una acumulación de episodios en los que se suceden los esperados asesinatos, pero de una manera inesperada, ya sea dentro o fuera de plano, de forma repentina, casual o azarosa. Puede que llegue en ciertos aspectos a aburrir a espectadores más jóvenes acostumbrados a los excesos sangrientos de otras películas de terror al estilo de los años ochenta, pero sin duda Henry horroriza con su realismo granulado y las excelentes interpretaciones de Mary Demas, Michael Rooker, Anne Bartoletti, Elizabeth Kaden, Ted Kaden, Denise Sullivan o Anita Ores, entre otros. Esta película de bajo presupuesto destaca por el retrato que hace de la vida de unos delincuentes en un entorno de clase baja.

La historia de Henry no es agradable por lo que cuenta y como lo cuenta, con su estilo realista y su punto de vista carente de juicio moral. A esto hay que añadirle que el film se basa de forma tangencial en el caso real del asesino en serie Henry Lee Lucas (Virginia, 23 de agosto de 1936 – Texas, 13 de marzo de 2001). Henry fue un popular serial killer estadounidense nacido en el seno de una familia desestructurada. Él era el menor de siete hermanos. Su madre, Viola Lucas, ejercía la prostitución, y su padre, Anderson Lucas, era alcohólico y discapacitado. Henry fue el peor asesino en serie de la historia norteamericana. Según una confesión realizada por él, mato a más de 900 personas.

Henry Lee Lucas tuvo una infancia muy desgraciada y acabó en la cárcel por acuchillar a su madre. Una vez en libertad, se convierte en un asesino que escoge a sus víctimas al azar y cada vez utiliza un método distinto con el fin de no ser descubierto. Otis, un tipo que conoció en prisión, es su cómplice. Un día llega Becky, la hermana de Otis, y se queda a vivir con ellos. Pronto entre ella y Henry surge un sentimiento mutuo de atracción. Una noche, Otis y Henry salen de juerga y matan a dos prostitutas en un callejón. Desde entonces, la sed de sangre que se apodera de ellos no conoce límites.
 
Película de culto del cine independiente de los Estados Unidos, “Henry: Retrato de un asesino” es fascinante a la vez que perturbadora con su retrato seco, veraz y duro de la violencia que le valió el premio a la mejor película y el mejor director ex-aequo con Sam Raimi en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 1990 y los premios a la mejor película, mejor actor, mejor actriz y mejor guión en el Fantasporto de 1991.

Mis escenas favoritas son una escena en la que Henry (magnífico Michael Rooker) rompe el cuello a dos prostitutas en su coche y después se va con su compañero de piso, Otis (igualmente genial Tom Towles), a comerse una hamburguesa, y otra escena, en los últimos momentos de la película, en la que Henry sale solo de la habitación del hotel y luego se detiene para dejar una pesada maleta en la cuneta de la carretera.

Aunque la película se hizo en 1986, no fue lanzada hasta 1990 debido a los múltiples desacuerdos con la MPAA sobre el contenido violento de la película que recibió una clasificación X por la propia MPAA pero que en última instancia fue lanzada en los Estados Unidos sin clasificación.

LO MEJOR: El descenso a los infiernos de la mirada de un psicópata tan bien retratado por Rooker y John McNaughton.

LO PEOR: Puede ser demasiado amarga como que puede llegar a aburrir en algunos momentos para cierto espectador.
 
 


Crítica: Guerra Mundial Z

$
0
0
Si quieres ver algo interesante sobre zombis, lee el libro de Max Brooks, la fuente de esta película. Brooks, hijo de Mel Brooks y Anne Bancroft desencadenó una guerra por los derechos de ‘la historia oral sobre la guerra zombi’ algunos años. Y ahora…

Tras ver Guerra Mundial Z me preguntaba porque la película, lejos de parecerse o seguir el ritmo del libro; había despertado tanta excitación entre la gente; extraída la originalidad narrativa del libro, la cinta no es nada más que otra película de zombis. El libro es diferente pero la película en sí, no. Bajaba por el centro hasta mi casa y veía la cantidad de gente que había en las calles, bebiendo y pasándolo bien. Gente inocente pero, ¿qué pasaría si de repente todos se transformaran en algo malévolo y terrorífico? Sí, soy una paranoica. ¿Pero quién no ha sentido un poco de paranoia mientras caminaba por calles abarrotadas de gente sacadas de cualquier cinta o comic? La película, dirigida por Marc Foster y escrita por Matthew Michael Carnahan y un arsenal de colaboradores más; evoca la densidad frenética de la vida moderna; promueve el miedo a las plagas y a la anarquía, y el sentimiento que todo está en constante aceleración. Durante muchas partes del metraje, tiene el tono y el tempo del pánico. PÁNICO en mayúsculas.

Guerra Mundial Z recorrió un largo camino de guión sobre guión y plano sobre plano. Se ha reescrito cientos de veces y se ha re-grabado cientos de veces más. Sin embargo, a pesar de algunos pasajes convencionales y un final bastante suave, Forster y Brad Pitt, que además de prota también es productor de la película después de ganar los derechos para su productora Plan B; han sacado a flote un buen resultado. También han logrado resucitar la experiencia del shock en una película a gran escala, algo que no se veía en mucho tiempo. Mi corazón latía al doble de velocidad en algunas escenas y eso, a día de hoy; es mucho.

Guerra Mundial Z explota nada más empezar, donde ya vemos alertas de que algo no va bien y que las cosas se están poniendo peor: noticias en televisión sobre animales rabiosos y delfines muertos, aglomeraciones errantes y alborotadores – el ruido usual premonitorio que abre una película del desastre (disaster movie). Gerry Lane (Brad), un solucionador de problemas retirado de las Naciones Unidas (si, ese cargo existe, hay gente que en su vida se dedica a ser troubleshooter); su mujer, Karin (Mireille Enos); y sus dos hijas (que son un poco ostiables) conducen para abandonar la ciudad pero quedan atrapados en un atasco de tráfico en el downton de Philadelphia.

Y así, repentinamente; la calle entra en erupción, una moto de policía pasa zumbando por entre dos carriles y un camión de la basura empieza a arrollar a todos los coches para pasar por entre el tráfico. Una explosión y la gente empieza a correr, aterrorizada. La velocidad y la violencia te atraviesan como un rayo. Entonces, gradualmente, en breve; mordaces visiones; los ves: criaturas que parecen humanas, con heridas al aire, en carne viva y ojos salvajes; mordiendo y saltando sobre la gente causando el caos. Estas escenas sugieren cuán rápido una ciudad grande americana sucumbe ante el desastre. Pero, ¿qué está causando este comportamiento? ¿Un virus apocalíptico? Al principio nadie usa la palabra zombie – es ridículo.

Me removí viendo las escenas extrañas que pasan en Philadelphia (que en verdad es Glasgow, porque sale más barato) y eso que he visto muchas películas de superhéroes creando el caos en grandes ciudades pero esto no es lo mismo. Esas escenas en otras películas de acción están carentes de emoción, son productos multimillonarios pero no en Guerra Mundial Z. Aquí es el espectáculo más gratificante que he visto en años, y la única razón del éxito es que Brad Pitt no es un héroe. Gerry Lane es duro y tiene recursos infinitos para todo (podría arreglarse un brazo roto él mismo si tuviera que hacerlo) pero no vuela, no traspasa paredes, y, en una larga tradición de humildes películas de superhéroes, es reacio y terco ante ayudar. Un poco antes, el Secretario General de la ONU (Fana Mokoena), quien parece ser uno de los pocos hombres de poder que quedan vivos; le cuenta a Gerry que la ciudad entera ha sido sometida a las criaturas y que él es el único que puede salvar el planeta. Así que Gerry se va a buscar al paciente 0 para encontrar la cause del apocalipsis –lo que sea – y entonces la cura. Mientras vuela alrededor del mundo, la audiencia es arrastrada lenta pero inexorablemente al horror.

Y es esta la parte que más se asemeja al libro; mostrando cómo reaccionan los países ante el caos masivo dependiendo de su religión y su política. Algo que nos entusiasmó a todos cuando leímos la novela. En una base militar americana en Corea del Sur, los soldados saben con exactitud a qué se enfrentan. Llaman a las criaturas Zetas, y prefieren dispararse a sí mismos a convertirse en uno de ellos. La secuencia es oscura, lluviosa y llena de terror – una pesadilla fugaz que nos devuelve al ritmo y a la carga de las escenas previas en Philadelphia. Puedes admirar de una película como Contagion (2011) de Steven Soderbergh, una representación realista de una crisis civil causada por un patógeno que se expande, pero la versión terrorífica del desastre que nos muestra ésta abre los sentidos para asimilar más de lo que esperaríamos si algo así ocurriese.

El vampirismo, como todo el mundo sabe; habla de sexo y violación (no violaciones) y transgresión. Pero, ¿por qué nos fascinamos con los hambrientos no-muertos? Los orígenes nos hablan de África y el Caribe – el vudú y la reanimación de cuerpos. Romero reconoció nuestro deseo de entender y su película La noche de los muertos vivientes ofrecía una explicación semi-científica de los 60: una sonda espacial a Venus ha vuelto a casa contaminada con radiación que infecta a los cadáveres.

A pesar de esta información un tanto ridícula para nuestros tiempos, la película se mantiene inmensa en su esplendor a través de los años y hay escenas magníficas, como la niña que ha sido mordida y ataca a su madre. Pero este sólo fue el inicio de la leyenda zombi. En 2006, cuando Max Brooks publicó su novela “World War Z” lo peor ya había pasado: los zombis habían sido ya vencidos y sólo habían destruido un parte de la población mundial. Los supervivientes, en una historia oral (oral history, lo llaman) recuerdan el pasado.


Crítica: Jug Face

$
0
0
En el mundo de las películas con poca repercusión, lo que se espera respirar no es aire, que eso ya lo hacemos a diario, lo que se espera respirar es sorpresa. Da igual si viene envuelta en un papel de regalo vistoso o no, lo importante es la sorpresa, y al fin y al cabo respirar es respirar.

Las sorpresas en películas de este tipo, pueden venir por el hecho de que la trama sea original, de que la película esté excelentemente dirigida, de que el formato innove o de que te atrape por su simpleza. En "Jug Face", existe sorpresa, que es lo mínimo que se le exige, y esa sorpresa viene dada en forma de una historia diferente, que alabado sea Dios, Satán, el pozo o aquello que os guste más!!!, se agradece, en un mundo de terror previsible y desgastado (con la cantidad de buenas ideas que tiene que haber por ahí!!! la aguja en el pajar, queridos míos, la aguja en el pajar...).

"Jug Face" juega a la ruleta rusa con un tema complicado, pero original, y juega de un modo que te hace dudar en varias ocasiones sobre si finalmente saldrá la bala que te destroce la sien, pues si bien intenta esa innovación en el tema que toca, los subtemas que sobrevuela y el arma que utiliza para perpetrar los asesinatos, flaquea en otros aspectos, y esto hace retumbar el sonido del gatillo como un tambor dentro de nuestra cabeza. Termina la película y continuamos vivos, buena noticia, esta vez seguimos respirando, por poco, pero seguimos respirando. Dejamos la pistola en la mesa, sabemos que volveremos a probar ese juego pronto...
 
Lo ideal a la hora de enfrentarse a "Jug Face" es tener en cuenta que es una obra primeriza, con todo lo que ello implica. A partir de ahí, sólo hay que empezar a interesarse por la historia que Chad Crawford Kinkle nos quiere contar, y os aseguro que curiosa es, pues "Jug Face" versa sobre una micro comunidad construida bajo la devoción y el miedo a un pozo, zanja, hoyo, agujero, hueco, o como lo llaméis, al que han erigido en Dios absoluto y regidor del destino de cada uno de los integrantes de dicha comunidad.

El argumento, a priori, puede resultar absurdo, pero trasladado a esos bosques, con las convicciones de los que viven en la antítesis a la civilización, tiene su lógica, pues si lo pensamos bien, lo mismo da una figura imaginaria como es Dios, que una vaca sagrada, que una silla de mimbre sagrada, un ser de Raticulín, o en este caso, un pozo. El tema es la fe que se profese a esa entidad, ser, energía, fuerza u objeto, y con eso es con lo que hay que quedarse. Y teniendo en cuenta lo irracional de una fe ciega que rige nuestras vidas, no me parece descabellado el planteamiento que en "Jug Face" se da al día a día.

Y si es cierto que en la religión, lo primero que te enseñan es a ser "temeroso de Dios" (¿Cómo se puede temer aquello que supuestamente debemos amar?...dogmas, dogmas, dogmas...porque sí, y punto), en la comunidad planteada en esta propuesta, el temor al pozo es absolutamente terrible, hasta el punto de sacrificar, sin poner la más mínima objeción a los seres más queridos. Y es que hablamos de un pozo con mucha sed, sed de sangre, un pozo que pide sangre a cambio de ofrecer una "protección" y fortaleza para los habitantes de esa parte de los bosques, que creen que no podrían encontrar de otra manera, pues como he dicho, son lo opuesto al mundo civilizado tal y como lo entendemos.

Y en esta civilización sin luz, agua corriente, y comodidades y sí mucho alcohol destilado por ellos mismos, pasa lo que pasa, que las relaciones se malentienden y las aberraciones se intentan disfrazar de normalidad, siendo así como Ada (os presento a la protagonista) se queda embarazada de su propio hermano (porque está enamorada de él), y ve peligrar su vida cuando conoce su destino en una jarra de barro.

Y sí, habéis leído bien, son las jarras de barro las que determinan quien tiene el honor de ser sacrificado y quien no, pues es el pozo quien, a través de un alfarero (que es su mano de obra), decide qué cara será la siguiente en ser esculpida, y por tanto eliminada de la comunidad, y ojo si se desoyen sus peticiones, pues el pozo no tiene piedad y no duda en desmembrar a cualquier vecino sin piedad alguna como represalia ante la falta de atención a su llamada.

El problema se plantea cuando la siguiente elegida por el pozo intercepta la jarra con su cara para poder luchar por su vida...

A priori, esta locura de argumento, puede echar para atrás a mas de uno, pero lo cierto es que la atmósfera enrarecida de la comunidad del pozo, el aire totalmente redneck asalvajados de los que allí viven, las férreas normas morales que se han impuesto, el trato de unos hacia los otros y sobre todo, la represión que planea constantemente por esa comunidad, dota a "Jug Face" de un punto malsano que sienta muy bien y capta todo el interés.

Por el contrario hay ciertos elementos sobrenaturales (más que el pozo en sí), en el bosque, que no terminan de convencer y que me parecen del todo prescindibles en una película que termina siendo extraña e inconclusa, y lo digo, no solo por el final en sí, que es apresurado y falto de la imaginación que hasta ese momento caracterizaba a esta propuesta, sino porque se termina dejando todo el peso de esta película precisamente en esta parte sobrenatural, que flaco favor le hace, sobre todo, porque lejos de explicar algo, termina por liar las cosas aún más y dejar con la sensación de que te has perdido por un camino que podía haber sido mucho más fácil de lo que parece.

A todo lo mencionado, hay que sumarle que la sangre que se nos cuela en la pantalla, sale de nuestra imaginación, pues las muertes (a excepción de los sacrificios), siempre se producen fuera de plano, y ni siquiera se ve el resultado, solo una mancha ingente de sangre y vísceras por doquier.
 
Resultado: Película curiosa, que sin pretenderlo, sorprende y se deja ver bastante bien. Con todos sus fallos, recomendado el visionado (al menos para salir un poco de esta rutina de terror que nos invade).

Por cierto, saludad a Sustin (Larry Fessender), aquellos que hayáis visto la infame "Beneath"....
 
 

Crítica: Beneath

$
0
0
Que mejor para combatir los intensos calores que estamos sufriendo en estas fechas, que una propuesta fresquita como la que nos ocupa (más por escenario que por originalidad), ni más ni menos que la nueva película del amigo Larry Fessenden, quien después de protagonizar “Jug Face”, de la cual nos hablaba nuestra querida, erudita y sexy Srta. Missterror en su estupendo análisis anterior, se pone detrás de las cámaras (y se le han visto buenas cosas en estos menesteres, sin ir más lejos aquella estupenda “The Last Winter” con Ron Perlman al frente o “Skin and Bones”, el que fuera uno de los mejores episodios de la fallida serie de terror para televisión “Fear It Self”, conocida dentro de nuestras fronteras como “Terror en Estado Puro”).

Pues bien. “Beneath”, que así versa la obra, nos adentra pese a que pueda parecer lo contrario, en uno de los subgéneros más controvertidos dentro del horror, el denominado “rape & revenge”, si bien es cierto que esta vez, la cosa viene con trampa, pues no nos encontramos ante el típico producto que muchos de vosotros estaréis pensando ahora mismo, ni mucho menos. Me explico. Y es que aquí, el término “rape”, no se refiere al anglicismo rape (violación), sino al pescado, al rape de toda la vida. Así que no haremos referencia a ninguna chica violada en la cinta de Fesseden. No, lo que nos ofrece “Beneath” es algo mucho más profundo que aquello, si bien en términos de violación también se podría hablar de “profundidad”... en este caso concreto, hablamos de profundidad marina.

Luego tenemos el término revenge (venganza), habitualmente referida a la venganza que estas chicas violadas y vejadas ejercen sobre sus agresores. Pero claro, si aquí no hay chica, no hay violación, ¿Quién y porque aplicará dicha venganza? Fácil. El propio Larry Fessenden. No se si por años de ostracismo a la sombra de otros ilustres del género que durante todo ese tiempo han cosechado más fama y popularidad dentro del género o si simplemente por traumas e inseguridades ocasionadas por culpa de su estilista, pero la realidad es que “Beneath” no puede catalogarse de otra cosa que de una venganza, en este caso, hacia el espectador. Por lo tanto, “rape & revenge”.

Os sitúo. Un grupo de jóvenes, muy amigos todos y de la misma forma, todos relacionados de una forma u otra con una chica rubia que copa los sueños húmedos de todo el ganado masculino del grupo. Más situación. Un viaje de fin de semana, de periodo vacacional, que se yo... un coche, una carretera y un destino recurrente, un bosque. Alejado de la ciudad, prohibido para el extranjero como bien indica una barrera que impide el paso a los autos. Extremando la situación. Se adentran en dicho bosque y en sus entrañas, no solo un lago, también un viejo que le advierte a uno de los chicos (de ascendencia o descendencia india), de que no es recomendable bañarse en el lago (¿qué sería de este tipo de destinos turísticos sin el clásico anciano nativo buen conocedor de las leyendas locales?). Como os podéis imaginar, los chicos harán oídos sordos a las advertencias y terminaran remojando sus carnes en medio del lago, lo cual, despertará a una misteriosa criatura...
 
… el rape. Uno bien gordo cogido prestado de alguna gran super producción de The Asylum y sacado totalmente de contexto, pues lejos de la falta de pudor, autoestima y vergüenza que caracteriza a todos los productos de tan infame productora, el pobre rape aquí ni siquiera va a poder cobijarse bajo la siempre oportuna sombra de la excusa (la excusa de que en ese tipo de subproductos todo vale), pues “Beneath”, lejos de auto proclamarse como una propuesta cómica o gamberra, se nos presenta como un título que se toma en serio a si mismo y por ende, que nosotros como espectadores, tenemos que hacer lo propio. Luego, te topas con ese rape gigante fabricado en cartón piedra que, eleva a los cielos la movilidad visual que tenían señores como Espinete y Don Pimpón (quien por cierto y tirando de hemerotecas, tiene la misma mirada que nuestro también querido, erudito y sexy Mariano Rajoy). Jodidos animatronics de la factoria Henson en comparación al pescado de marras.

La sensación de vergüenza ajena va in crescendo y es grande, muy grande, cuando vemos a ese pez emergiendo de las profundidades del lago para perseguir a ese grupo de despreocupados bañistas, quienes, homenajeando a aquella mítica historieta de la balsa vista en “Creepshow 2”, tan solo tendrán una vieja barca de madera para protegerse de la criatura, si bien es cierto que como se suele decir, el hombre es el peor de los monstruos conocidos y por conocer y las mayores aberraciones del relato no se darán bajo las aguas del lago, sino sobre la propia barca. Engaños, traiciones, envidias, egoísmos y demás rasgos característicos del ser humano, se montarán una orgía tal sobre el vehículo, que a la postre, el pobre rape, terminará siendo poco más que una comparsa en el desarrollo de los acontecimientos.

Pero no sería justo descargar todas nuestras iras en la pequeña criatura, pues aquí hay más de un culpable y el pez, en el fondo, tiene excusa, pues no deja de ser un trozo de cartón, pero señores, ¿que excusa tiene por una parte el director? Un Larry Fessenden que ya ha demostrado su validez como cineasta en varias ocasiones y que aquí no roza, sino que soba y restrega la cebolleta contra el más absoluto de los ridículos firmando una de las películas más lamentables y sonrojantes del año (mucho más incluso que “Guerra Mundial Z” por más que los paladares más exclusivos de la merendola se empeñen en repetirlo) y por otra, los actores que claramente, no lo son, porque no se puede ser tan malo, no se puede reflejar tanta apatía, tanta desconexión y tanta indiferencia antes los hechos que están aconteciendo a su alrededor. Que uno no puede ver como acaba de morir su amiga de toda la vida y poner cara de me muero por hacer la siesta pero me tengo que ir a currar.

Por no hablar de los señores que han escrito el guión, un absoluto cúmulo de situaciones carentes de sentido alguno y decisiones a todas luces incomprensibles que pueden llegar a volver loco a más de uno si no termina por tomarse la película como lo que realmente es más le pese, una absoluta tomadura de pelo cómica, además, de sin gracia alguna, que solo puede pasar con altas cantidades de alcohol en sangre o bien, por la extrema escasez de títulos en nuestro disco duro. Así que por lo tanto y aunque solo sea por una vez, hacerle caso al tipo raro que os advierte de los peligros del lugar, recoger vuestros bártulos, guardaos las hormonas en la bragueta, montaos en el coche y poned tierra de por medio por que “Beneath”, es ahora mismo, una de las peores cosas que podéis llevaros al paladar.

Lo mejor: La moraleja que se esconde al final de la película, que no es otra que aquella de que a todo cerdo, le llega su san Martín.

Lo peor: Lo ridícula que llega a resultar a todos los niveles, hecho, este, que se expone hasta el infinito ante la aterradora certeza de estar ante un producto que pretende ser serio.
 
 

"The Dead 2: India", trailer de la esperada secuela

$
0
0
¿Deben arrastrarse los zombies como almas en pena o esprintar como atletas? Ese es uno de los focos de controversia que ha separado a aficionados al apasionante subgénero de los muertos vivientes. ¿Está desfasado el zombie clásico de toda la vida patentado por Romero, o sigue teniendo toda la vigencia del mundo sobreviviendo valga la redundancia, a modas y nuevas tendencias? ¿Se ha perdido la esencia del cine zombie de toda la vida dotando a las criaturas de nuevas habilidades tales como la velocidad? Muchas preguntas y muchos puntos de vista para otorgar respuestas, más ahora, tras el reciente y polémico estreno de “Guerra Mundial Z” , nuevo ejemplo del actual cisma entre zombiemaniacos y en medio de este, nos llega el trailer del que fuera uno de los mejores exponentes del cine de zombies de corte más tradicional de los últimos años: “The Dead” , película disesccionada en su día en estos mismos lares por una gran aficionada al género, nuestra estimada Wrong Girl.

Recordemos que la cinta dirigida por los hermanos Ford hace tres años, trasladaba la epidemia a tierras africanas, lo cual se traducía en una película asfixiante, claustrofóbica y sobretodo, muy fiel al cine patentado por George A. Romero, donde los zombies, ajenos a modas y reimaginaciones de su propio mito, se arrastraban lentos, MUY lentos por la sabana africana, en lo que sería la antítesis de títulos como "Amanecer de los Muertos" de Zack Snyder o las dos entregas de zombies/infectados, dirigidas por Danny Boyle y Juan Carlos Fresnadillo: "28 Días Después" y "28 Semanas Después" respectivamente.

Esta esperada secuela, “The Dead 2: India”, dirigida nuevamente por Howard J. Y Jonathan Ford, abandona tierras africanas para adentrarse en las profundidades de la India en la cual, Nicholas Burton, un ingeniero estadounidense que trabaja en aquellas tierras, tratará de llegar donde se encuentra su novia embarazada en pleno apocalipsis zombie. Para ello, contará con la ayuda de un joven huerfano llamado Javed, quien le guiará en las 300 millas de peligroso viaje que separan a Nicholas de su amada...


Crítica: Gallowwalkers

$
0
0
Gallowwalkers es la película perdida del director Andrew Goth que tiene como protagonista al tito Snipes, Wesley Snipes. Wesley es Aman, un increíble pistolero, duro como el acero; que ha matado a los hombres que lo maldijeron. Y esa maldición es que todo aquel que Aman asesina, vuelve a la vida. No estaba muerto que estaba de parranda. Los muertos se levantan de sus tumbas, pero estos muertos no son esos muertos lentos y tambaleantes de los clásicos de toda la vida, estos zombis son feroces, ansían la piel humana y son terroríficamente elocuentes. También tienen un propósito para levantarse pero es ridículo y mejor no os lo cuento.

No quiero comentar muchos espoilers de la película ya que hay muchos cabos sueltos al inicio de la misma que empiezan en la historia desconectados totalmente a simple vista y muy confusos, de hecho es difícil saber qué pasa en el comienzo. Pero para el final del metraje todos los cabos se han ido uniendo hasta llegar al clímax de: “ah, vale. Era eso.” Y preferiría que aquel que se aventurara a verla, lo descubriera todo por sí mismo.

La película perdida fue rodada en Namibia en 2006 y se hizo famosa por ser la última película que Wesley Snipes rodó antes de ser arrestado por evadir impuestos. Ha estado en el cajón todo este tiempo y se creía una causa perdida hasta que el productor Jack Bowyer se hizo con ella. Cowboys vs zombis fue una idea soñada en un tiempo muy anterior a esos cowboys que se enfrentaban en una acción sobrenatural contra los aliens.

Como cualquier película olvidada, el que más o el que menos esperaría lo más bajo de ella, por algo es que no había salido en años a la palestra, pero Gallowwalkers no es una peli mala en el sentido estricto de la palabra, de hecho es muy entretenida, sorprendentemente entretenida… sobre todo si te gusta la sangre, el gore y las espinas dorsales que salen volando. Que de eso hay para aburrir. Pero es terrible debido a todas sus taras. El estilo del metraje es atrevido y muy gráfico, algo que combinado con el argumento complejo y original y su disponibilidad discreta para el público harán de la cinta una peli de culto en un futuro. (Lo veo, lo veo venir). Pero será de esas que pertenecen a las pelis de culto que envejecen con el culo.

Allá vamos con las debilidades:

Dirigida por Andrew Goth pero escrita por Joanna Reay tiene a parte de nuestro Wesley, a Riley Smith (el prisionero que elige Aman para que le ayude en su venganza), a Diamond Dallas Page (vamos sin nombre), Simona Brhlikova (esto lo he tenido que revisar tres veces porque me dejaba alguna consonante seguro) y Jonathan Garcia completando el elenco de actores. Muy correctos todos ellos, tampoco la interpretación de sus vidas, ya os lo digo aquí y ahora. Wesley Snipes es buen actor, joder; ¿por qué no le dan algo bueno qué hacer?

La banda sonora es infrahumana, es posible que la haya elegido un niño de 3 años que ha encontrado un casiotone. Las actrices son muy guapas fuera de pantalla, alguien decidió caracterizarlas para que no lo parezcan dentro. Hay una voz en off, que no es Snipes; pero si es alguien de color. Igual no notábamos la diferencia… o a Snipes le da vergüenza leer delante de la gente, no lo sabremos nunca.

Gallowwalkers se pudo ver en Vue West End, en Leicester Square (Londres) el 27 de octubre como parte del festival Film4 Frightfest 2012. Toda la polémica alrededor del nuevo estreno se ha vuelto a disparar ya que los tres años de prisión que le fueron sentenciados a Snipes se acabaron este verano. Así que la productora había decidido crear un aura de misterio sobre fechas y pases desde que se hizo con los derechos hasta ahora. O también puede ser que Wesley, necesitando el dinero en su momento; creyera que era buena idea rodar la peli y sacarse unas pelillas y ahora le dé pánico atroz que se vea en pantallas. Porque intuyo que después de tres años entre rejas, lo que querrá este señor es hacer pelis y volver a ser el querido Blade (y no me refiero a que haga más pelis de Blade, si no personajes que sabe que la gente recuerda y adora), y yo no creo que Aman vaya a ser recordado e idolatrado por nadie.


Viewing all 2363 articles
Browse latest View live