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Channel: NIDO DE CUERVOS. Cine fantástico y de terror
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Crítica: Mortal Kombat (2021)

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KRUEGER NOS HABLA SOBRE LA NUEVA ADAPTACIÓN DE UNO DE LOS GRANDES REFERENTES ENTRE LOS VIDEOJUEGOS DE LUCHA


Mortal Kombat 2021 póster
Los compases iniciales de la nueva adaptación del legendario videojuego de Midway nos hacen albergar esperanzas frente al resto de metraje: un soberbio prólogo (ambientado en el siglo XVI, que cumple la promesa de sangre a borbotones que tanto se han esforzado en publicar) y una correcta introducción del personaje protagonista. Tras el buen sabor de boca de ambas escenas, un encuentro, dentro del Mundo Exterior, entre Sub-Zero y Shang Tsung nos recuerda que estamos frente a un disparate de muy señor mío


“Esa dualidad entre tomarse en serio y la soberana estupidez puede verse claramente también en el guion, que oscila entre la seriedad y el despropósito” 


nueva adaptación de Mortal Kombat
Suele ser complicado adaptar los códigos del videojuego a la pantalla cinematográfica; hay para todos los gustos y sinceramente considero que la antigua versión de “Mortal Kombat” (Paul W. S Anderson, 1995) era un entretenimiento más que digno, teniendo en cuenta además la época en la que se realizó, con aberraciones cercanas en tiempo como “Street Fighter, la última batalla” (Steven E. De Souza, 1994) o “Super Mario Bros” (Annabel Jankel, Rocky Morton, 1993). Era aquella primera versión una divertida cinta de artes marciales, con tapiz sobrenatural, que se esforzaba en ofrecer muchos personajes a los aficionados, y que, si te pillaba de infante, te volvía loco. Todo lo contrario que la espantosa “Mortal Kombat: Aniquilicación” (John R. Leonetti, 1997) y sus decorados de cartón piedra… por no hablar del devenir posterior de la franquicia, con entregas para televisión y series cada vez más bochornosas. 

Con el objetivo de recuperar algo de dignidad para estas peleas mortales, James Wan decidió volver a un universo tan rico en mitología e intentar revivir el torneo para nuevas generaciones, a las que la entrega de 1995 les queda lejana, sin olvidar al fan de toda la vida. Manteniéndose como productor, Wan entrega los mandos de director al novel Simon McQuoid, al que hay que reconocer la claridad en la planificación de los combates (aunque habría que ver cuánto se debe agradecer a la segunda unidad) y una intención de otorgar seriedad al proyecto; aunque fracasé en el intento, algo que comentaremos más adelante. 


“hemos venido por las hostias y tengo que reconocer que ahí la película sí cumple con creces: sin escatimar en sangre (pero no tanta, que no os engañen)” 


Raiden en la nueva Mortal Kombat
Me opongo a citar el nombre de cualquiera de los actores americanos de la película, ya que es probable que no vuelva a verlos nunca, más allá de futuras secuelas; solamente indicar que el nivel es muy muy bajo (a lo que no ayudan las líneas de guion la verdad), con especial mención a las terribles interpretaciones de Jax o Sonya Blade. Algo más de salsa ofrece Kano, el personaje más cómico de la propuesta que, a pesar de resultar cargante, si tiene algún gag acertado. Más dignidad ofrecen actores como Joe Taslim o Hiroyuki Sanada. 

Mortal Kombat repleta de sangre y gore
Esa dualidad entre tomarse en serio y la soberana estupidez puede verse claramente también en el guion, que oscila entre la seriedad y el despropósito, sin decantarse en ningún momento por ninguna de las dos opciones. Existen escenas que pretenden transmitir solemnidad, para acto seguido meter una terrible secuencia con un Jax, que os aseguro que no va a llevarse ningún galardón por su labor, soltando chascarrillos dignos de estantería cochambrosa de videoclub. Esa oscilación, entre tomarse en serio y abrazar la despendolada serie B sin prejuicios, termina jugando en contra de una película que, cuando no abraza las escenas de acción, no sabe muy bien que hacer con ella misma. Es lo que tiene partir de un guion en el que el destino de la Tierra se decide por un torneo de combate entre luchadores de distintas dimensiones: pasote para videojuego y a ver como cojones pones esto en pantalla sin que parezca una risionada para cine. 


“han rehecho el (mítico) tema original de la banda sonora y servidor salió del cine contoneando las caderas” 


luchadora en Mortal Kombat lamiendo cuchillo
Sea como sea, no creo que nadie se acerque a una propuesta como “Mortal Kombat” (2021) buscando encontrar satisfacción en el guion o la interpretación: hemos venido por las hostias y tengo que reconocer que ahí la película sí cumple con creces: sin escatimar en sangre (pero no tanta, que no os engañen), las coreografías se esfuerzan en ser presentadas en distintos escenarios (ahora un taller, ahora un edificio congelado), ofreciendo variedad, y la planificación de las mismas es clara, sabiendo el espectador lo que ocurre en cada momento; aunque a última hora se les vaya la mano con las peleas de noche. Dudo mucho que cualquier aficionado al videojuego se sienta decepcionado con la recreación de los combates, la representación de los personajes (que no desvelare para sorpresa del fan) o la presencia de numerosos (y sangrientos) fatalities. Por muy forzadas que suenen en pantalla, el fan solo puede emocionarse al oír expresiones como Flawless Victory. En realidad, nos conformamos con muy poco.

Jax contra subzero
La propuesta hubiera ganado enteros con un enfoque algo más macarra (el personaje de Kano representa esa visión), pero hay que reconocer que esta nueva “Mortal Kombat” termina siendo un producto de entretenimiento digno, algo que no era nada fácil. También aplaudo su decisión de mantener sangre en pantalla, siendo lo más fiel posible al videojuego (aunque os aseguro que es bastante más bestia que la película). Veremos por donde tiran las más que previsibles secuelas, pero por el momento como espectador (y como fan a muerte de los videojuegos) me doy por satisfecho. Además, han rehecho el (mítico) tema original de la banda sonora y servidor salió del cine contoneando las caderas, mientras intentaba realizar soberbios movimientos de lucha, que la edad (y la dignidad) no permiten.



Crítica: A Certain Kind of Silence

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MAIK LINGOTAZO NOS HABLA SOBRE ESTE DESCARNADO THRILLER CHECO ESPECIALMENTE RECETADO PARA AFINES A LANTHIMOS


A certain kind of silence póster
Los niños y las niñas -las criaturas de Dios, si se quiere- no tienen por qué hacer ostentación, mucho menos alarde, de aquello que les define como tales. Han de aprender cuanto antes que es a través del dolor que se labrarán el mejor de los caminos. Quien dice dolor, dice castración o mutilación. Algo que, así como quien no quiere la cosa, nos reveló un tal Seymur Skinner cuando, corriendo la quinta entrega de la mítica serie, se aprestó a apercibir a nuestro anémico pelopincho protagonista toda vez que este trataba de alertar de la presencia, tras la ventana del autobús escolar, de una especie de bicho raruno cuya apariencia era poco menos que amenazante. La respuesta del director, tan rauda como descreída, no pudo ser más irónicamente quirúrgica: “He oído que un niño está utilizando su imaginación y he venido a poner fin a eso”. Touché. Qué sentencia, tú. Qué mordaz. La quintaesencia del cinismo ilustrado tatuada en mi ser para los restos. Y es que ya lo dijo el acupuntor: hay guionistas que no dan puntada sin hilo. Sin embargo, resulta que es la realidad la que atina mucho más a la hora de conectar con líneas de flotación. En este caso con la mía. Es por ello que, aunque parezca un sinsentido, esta película recuperó del baúl de mis recuerdos la mencionada escena de “Los Simpsons”. 


“una demostración de hiperrealismo asfixiante. No hace falta irse a Black Mirror, la realidad está a la vuelta de la esquina y sin nosotros enterarnos” 


A certain kind of silence madre e hijo
Porque en “A certain kind of silence” (2019) será el impertérrito Sebastian el sujeto prepúber que nos sirva de pretexto para comprobar los excesos que son capaces de acometer unos progenitores que, como poco, ya de buen inicio atisbamos como pelín turbios. Qué suerte la nuestra, que lo vemos todo desde la barrera. No caerá esa breva del lado de Misha. Misha para los amigos, porque para los padres pasará a ser Mia. ¡Ja! Qué paradoja tan premonitoria: Mia. Y es que marido y mujer no piensan esperar a la última cena para sembrar desconcierto e inquietud. En la primera ya van a saco, y atacan cambiándole su nombre así a lo loco y abrupto: “No te importará, ¿verdad, querida? Mia te queda mejor”. Sin duda, un certero momento para ir abriendo boca guapamente, como para empezar dando unas pistas que ni las de aterrizaje. Aterrador es poco. A mí así me lo pareció. 

niñera en familia perturbada
Lo que seguirá relata el lento proceso que atraviesa la chica trabajando como au pair alojada en la casa a la que ha llegado para hacerse cargo de la crianza del infante, y para así de paso curtirse en tierras extrañas. Erasmus laboral, diríase. Pero su efervescencia juvenil, la despreocupada seguridad que irradia saboreando su independencia, se toparán con los rigores de un hábitat que está en las antípodas de todo cuanto conoce. Un guantazo de realidad en toda regla, directo a sus ínfulas de inmortalidad. Los anhelos de experiencias nuevas se verán socavados por unas actitudes impostadas que, paulatinamente, se adueñarán de su entorno, de su integridad y puede que hasta de su determinación; las estrafalarias normas que rigen la convivencia y el discurrir diario en el hogar de acogida no tardarán en descubrirse como los hitos de un desasosiego pergeñado minuciosamente para apuntalar las cargas explosivas que dinamitarán su identidad. Será un derribo, y no un derrumbe, pues la detonación se pretende perfectamente controlada. O eso es lo que se supone que decía el plan. Porque ya se sabe que los planes, como las estadísticas, están para romperse. Y para que no siempre salgan bien. 


“rehúye de artificios y efectismos. La ausencia de sonidos se impone de forma abrumadora. Punto para el encargado sonoro, Richard Müller. Sintoniza a la perfección con la exigua paleta de colores” 


A certain kind of silence niño
Así nos inmiscuimos, tras los umbrales de las puertas, en las interioridades de una familia de alto copete, cuya existencia transcurre entre reuniones sociales y calendarios tupidos, todo perfectamente diseñado para no salirse de un guion del que, por lo pronto, quien menos parece tener algo que pintar es el vástago. Y del que, por lo demás, nos sentimos atraídos viendo cómo Mia empieza a mostrar señales de no ser tan suya. ¿Qué es lo que está sucediendo?¿Qué le depara esta estancia, casi vacacional, a la muchacha? Y, sobre todo: ¿por qué la vemos con rictus pacato respondiendo ante lo que parece ser un interrogatorio a lo largo de los insertos que jalonan el metraje? 

secuencia truculenta y escabrosa
Tales brechas temporales no serán obstáculo para seguir aferrados a la tenaz e hipnótica trama que el director checo Michal Hogenauer ha desplegado con destreza ante nosotros en esta su puesta de largo, y nunca mejor dicho. Tras el mediometraje “Tambylles” (2012) se destapa, y de qué manera, con una demostración de hiperrealismo asfixiante. No hace falta irse a “Black Mirror”, la realidad está a la vuelta de la esquina y sin nosotros enterarnos. Es lo que tiene el silencio. De eso va esta pieza, este 'Tratado de la Despersonalización'. La luz, aunque fría, es sobre todo de gas. Los tonos asépticos, las formas simétricas, todo perfectamente ordenado para deleite de cualquiera con TOC, conspirando para contagiarnos la duda que la propia Mia empieza a sentir ante la violencia soterrada que opera bajo un techo que ya, sin remisión, empieza a sentir como suyo. Inevitablemente suyo. Peor aún, necesariamente suyo. He ahí la tragedia: ¿Quién es de quién? La situación parece apoderarse de ella tanto como lo hace de su rol la joven que le da vida: Eliska Krenková borda un papel harto exigente, pues reclama de su concurso un pronunciado arco de registros emocionales que ha de interpretar desprovista del apoyo verbal de un guion más extenso. Es esa representación de la batalla entre la psique humana frente a las arenas movedizas de la manipulación orquestada al milímetro la que le valió en buena lid ser nominada para el Czech Lion Award a la mejor actriz. 


“Resulta ineludible establecer cierta relación con las maneras estilizadas a que nos tiene habituados el griego Yorgo Lanthimos” 


A certain kind of silence cine checo
Con la chica vendrá otro invitado de excepción a instalarse entre las paredes de la casa: el horror. Pero uno sugerido, que rehúye de artificios y efectismos. La ausencia de sonidos se impone de forma abrumadora. Punto para el encargado sonoro, Richard Müller. Sintoniza a la perfección con la exigua paleta de colores, contribuyendo así a reducir a su mínima expresión cualquier asomo de emoción. Resulta ineludible establecer cierta relación con las maneras estilizadas a que nos tiene habituados el griego Yorgo Lanthimos; también hallamos algo de lo grotesco que anida en los retratos alumbrados por el austríaco Ulrich Seidl. Ambientes opresivos, enfermizos. Sistemas totalitarios. Hermetismo por doquier. Tensión. Distanciamiento social del bueno, oiga, ¡y sin necesidad de mascarilla! Tras ella no hay muecas que esconder, ni sonrisas. Incluso se nos es vetado a la vista cierto momento traumático, fiándolo todo a la capacidad deductiva de nuestra imaginación primero, para acto seguido privarnos de la misma explicación que niegan a nuestra protagonista. Y eso, de nuevo, es hiriente. Mola. 

A certain kind of silence
“A certain kind of silence” supone un ejercicio de estilo que se sumerge en las profundidades del drama humano. Como su propio nombre sugiere, aborda los entresijos del silencio; en este caso lo eleva como protagonista en su manifestación más tóxica y repugnante. La que logra alejarnos de la casa de al lado abriendo etéreas distancias insalvables, la misma que se confunde con la normalidad del día a día. Muy recomendable si disfrutas con producciones a caballo entre el thriller de corte sobrio y el suspense cocinado a fuego lento. Es justo esa cadencia la que, de tan bien armada que está, juega indefectiblemente a su favor. Así lo debieron ver en el Cairo International Film Festival del 2019, donde el director se llevó la Pirámide de Bronce a la mejor obra debut. Aquí por desgracia su recorrido fue prácticamente testimonial, siendo su única proyección en la Seminci del mismo año en Valladolid. 

Lo dicho, merece la pena. Mucho. Por cosas como, por ejemplo, “Amor-15”. Tendrás que verla para entenderlo porque paso de masticar el asunto, pero a mí de repente me pesó varios kilos de más el maxilar inferior. Y así hasta el minuto 96 que alcanza su duración. Pese a que ya sabía por encima de qué iba la historia, no menguó en absoluto la grata sensación que me quedó. Su final vino a aportar los convenientes puntos sobre las íes, en un gesto genuino de honestidad que ensalza todavía más al filme checo. Se agradece.


Crítica: Jakob´s Wife

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MISSTERROR NOS HABLA SOBRE EL RETRATO DE PAREJA EN CLAVE VAMPÍRICA DE TRAVIS STEVENS


Jakob´s Wife póster
Que levante la mano aquel que ha sentido que la monotonía empezaba a tener protagonismo en algún momento de su vida. Ahora que tire la piedra quien haya creído que esa monotonía le comía vivo y le estaba haciendo desperdiciar su tiempo. Piedra, papel o tijera. Piedra es la favorita, pero el papel es parte del aprendizaje. Escojo tijera. Perspectiva A: La monotonía entendida desde el inconformismo. Perspectiva B: La monotonía entendida desde la tranquilidad y la relajación. Opción 1: Has dejado que las personas que están a tu alrededor influyan de tal manera en tu vida, que hace tiempo perdiste las riendas del día a día para que otra persona las cogiera por ti. Opción B: Al trantrán y a disfrutar de los pequeños detalles de tu vida sin sobresaltos. Si os identificáis con el A1, “Jakob’s Wife”. Para la opción A2, o estás podrido de dinero o lo tienes complicado. Para los que directamente habéis pensado en B1, toca aburrirse y claudicar ante los gustos y deseos de terceros. ¡Despertad!. B2 es probablemente la opción más feliz. Entiendes que la monotonía también es parte de la vida y para nada tiene que ser mala. ¿El objetivo vital no debería ser identificar cada momento de felicidad en tu vida y replicarlo?


“intenta explorar las habilidades dramáticas y cómicas de sus protagonistas, haciéndoles deambular en ambos lados de la calle para apaciguar los ánimos de los diferentes tipos de espectador“


barbara Crampton con vestido rojo sexy
El capítulo de la felicidad vendrá otro día, hoy bastante tenemos con lo que tenemos. La parte trascendental de la monotonía es caldo de cultivo para las historias más truculentas (también para las más inspiradoras) y como tal, en el cine estamos habituados a ver cambios radicales de vida casi del día a la noche. Unas veces de la forma más brutal que la vida te puede mostrar, otras simplemente por un detalle tonto que te hace ver que estás vacío y seco por dentro. El problema no es la monotonía, no le echemos la culpa de todo, por favor. El problema es que no somos felices con la vida que hemos elegido o con la vida que parece que se nos ha impuesto. Romper con todo y arriesgarse, da tanto miedo, que seguimos siendo las víctimas perfectas de ese chupasangres llamado rutina. Y así pasa Barbara Crampton sus días al lado de su marido Jakob, con la mirada perdida a través de la ventana, con el gesto torcido en la iglesia ante el sermón de su marido los domingos por la mañana, con los huevos del desayuno tan revueltos como su estómago al ver que sus sueños de vivir aventuras hace tiempo que no aparecen por las noches. Así cada día, cada maldito día. 

Barbara Crampton vampira
El punto de partida escogido en “Jakob’s wife” (2021), habitual en las películas de sobremesa, se convierte en una gran oportunidad para explorar uno de los mitos más atractivos del género y establecer una comparación real entre el vampirisimo y el matrimonio de larga duración. El director Travis Stevens nos da su peculiar visión del “síndrome de vida robada” en “Jakob’s Wife” sin renunciar a las dosis de nostalgia que roba el corazón. Stevens, como experto productor de serie B de terror tiene claro lo que el público de este perfil demanda pero como director, no es de extrañar que la película divague y no termine de definir su tono en ningún momento. Esto es exactamente lo que le ocurrió dirigiendo su anterior película, “The Girl on the third floor” (2019). En esta ocasión, un proyecto que la propia Barbara Crampton le había encomendado varios años atrás ve la luz en 2021, un año que sigue siendo muy complejo para la humanidad, con el añadido de que hemos perdido el factor sorpresa y tenemos el ánimo extenuado. Este es uno de los motivos por lo que creo que películas modestas como “Jakob’s Wife” se hacen más grandes y útiles para nuestra salud mental. 


“el mensaje feminista que parece querer lanzar. Demasiado tenue en sus postulados, algo que hace que Jakob’s Wife sea mucho más ligera de lo que podría haber sido” 


Larry Fessenden dando el sermón
Estamos ante una película para pasar el rato, algo que no es poca cosa .Tiene como punto de partida un guion que ganó un premio en el Shriekfest 2016 (el festival de cine de terror más antiguo de Los Angeles). En ese momento, el director del festival se puso en contacto con Crampton para comentarle que el personaje protagonista de la historia era un papel que le iría como anillo al dedo. Barbara vio el potencial enseguida y se puso manos a la obra para retocar detalles y ajustar el personaje de Anne a su medida interpretativa. 

policías contra vampiros
Justamente esta es la baza de la película, el dúo protagonista que la película nos planta delante de los ojos (con el que tiene ya tres cuartos de éxito ganados). Contar con un mito viviente del cine de terror como es Barbara Crampton y con otro de los habituales del género como es Larry Fassenden para dejarles toda la carga de la película, no solo es jugada maestra para el director sino para el espectador, acostumbrado a que estrellas de este tipo que se acercan o pasan la sesentena sirvan solo como reclamo publicitario. En esta ocasión, todo se centra en la mediana edad y esto ya es un triunfo en sí mismo, dado que el cine de terror siempre ha dejado un hueco sin explorar en esta etapa de la vida. 


“Bajo el telón del empoderamiento femenino se esconde un claro homenaje a la serie B vampírica de los 80, algo que se nota claramente en su apartado técnico” 


barbara crampton trepando por una fachada
“Jakob’s wife” intenta explorar las habilidades dramáticas y cómicas de sus protagonistas, haciéndoles deambular en ambos lados de la calle para apaciguar los ánimos de los diferentes tipos de espectador al que se dirige. Lo cierto es que hay que rascar en los matices para soltar una carcajada o para sumergirse en la oscuridad que nos propone, pero la historia mantiene el tipo en todo momento y busca dar un giro al género vampírico que aunque no termina de estar bien definido en ningún momento, consigue generar interés. Lo mismo pasa con el mensaje feminista que parece querer lanzar. Demasiado tenue en sus postulados, algo que hace que “Jakob’s Wife” sea mucho más ligera de lo que podría haber sido, teniendo en cuenta su punto de partida y lo generosa que es en gore. Se detiene demasiado en el desarrollo del personaje de Anne en detrimento de Jakob, el pastor y desde mi punto de vista, esta es una gran oportunidad perdida pues, sin duda, Jakob es el personaje que mejor desarrolla la parte ingenuamente cómica. La sensación de que Stevens se queda a medias es constante, pese a lo que, como he comentado, la trama invita a pasar el rato y hacerlo con una mueca positiva. 

Barbara Crampton en Jakob´s Wife
“Jakob’s wife” es consciente de que no va a marcar ninguna diferencia pero también sabe que hace pasar un rato agradable y ese es el único objetivo. Bajo el telón del empoderamiento femenino se esconde un claro homenaje a la serie B vampírica de los 80, algo que se nota claramente en su apartado técnico, que consigue un aprobado holgado. Con “Jakob’s Wife”, lo aconsejable es disfrutar con la química entre Barbara Crampton y Larry Fassenden, deleitarse con sus buenos efectos especiales artesanos regados por litros y litros de sangre y sentir que estás viendo una de esas películas que no tienen por qué ser profundas para hacerte pasar un rato agradable. Con la serie B, la necesidad la crea el espectador según su estado de ánimo. A1, B1, tocado y hundido. Prepara la yugular y desátate el pañuelo del cuello. B1, el pañuelo no lo llevas en el cuello sino en los ojos. Suéltalo y no permitas que el miedo a lo que no puedes controlar coja el volante. B2. Dale al play y disfruta de tus palomitas.


Crítica: Archenemy

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DONNIE NOS HABLA SOBRE LO NUEVO DE ADAM EGYPT MORTIMER, PECULIAR CINTA DE SUPERHEROES A LA QUE LE PESA, ENTRE OTRAS COSAS,  EL ÉXITO DE SU ANTERIOR TRABAJO


Póster de Archenemy 2020
Parece que hayan pasado años desde 'Daniel isn't real'. Parece que el ingenio que mostró Adam Egypt Mortimer se hubiera ido agotando con el paso del tiempo. Da la sensación de que la cinta protagonizada por Patrick Swcharzenegger y Miles Robbins fue un extraño oasis en medio de una filmografía que no pasa de discreta. Es sencillo hacer el chiste fácil, parece que Mortimer nos lo sirve en bandeja: él mismo parece su mayor enemigo. Por momentos tenemos la sensación que esta 'Archenemy' (2020) tiene un gran concepto de sí misma y sin brillar por su originalidad la historia, creemos que daba para mucho más juego, pero unos personajes capaces de poner de los nervios al más tranquilo y una serie de escenas que se hacen un tanto pesadas llevan a esta 'Archenemy' a ser devorada por el vacío (segundo chiste fácil en un párrafo, lo siento). 


“Archenemy utiliza la animación y la acción real para contar las dos partes de la historia que forman parte de la película” 


Joe Manganiello en Archenemy
Un borracho que tiene por nombre Max Fist, al menos Max Power nos sacó alguna carcajada, dice haber llegado a la Tierra desde otra dimensión, desde una ciudad llamada Chronium por la que se sacrificó para defenderla. Un adolescente que se hace llamar Hamster y por extensión denomina así al lugar donde vive, se hará amigo del vagabundo para así aprovecharse de él y contar sus historias en una especie de periódico o web con mucha fama. La hermana de este, que trabaja para un peligroso traficante de drogas y que tiene obsesión por el color añil, llevándola incluso a cocinar las albóndigas menos apetecibles de la historia del cine. Todos ellos se verán envueltos en una peligrosa aventura.

Archenemy animación
'Archenemy' utiliza la animación y la acción real para contar las dos partes de la historia que forman parte de la película. La animación es utilizada para contar todo lo relacionado con Chronium, parte que nos ha interesado bastante y donde la calidad de las imágenes nos ha sorprendido gratamente. La acción real se encarga de contarnos la historia de Max Fist, Hamster y la hermana de este en nuestra realidad. Ambas partes se van intercalando conforme avanza el metraje para dar forma a la historia y poder justificar su parte final, donde da la sensación que se han quedado sin presupuesto y no han podido contratar extras. Seamos sinceros: La parte que sucede en Chronium podría haber sido un gran cortometraje de animación, lástima que todo lo que lo acompaña lo estropee. 


“Si bien es cierto que parece que hay un momento donde todo parece que va a mejorar, esto no deja de quedarse en una mera anécdota, un brillo que se apaga rápidamente” 


policía antidisturbios
Muchos vimos 'Daniel isn't' real'(2019) tiempo después de que esta sorprendiera a los espectadores de diversos festivales. Y muchos tuvimos la misma sensación: Durante los primeros minutos de metraje nos sorprendía que esta película hubiera gustado tanto, pero llegado un momento nos dimos cuenta que la cinta nos había atrapado de tal manera que era imposible que nos soltara. Acabado su visionado, nos dimos cuenta también, de que esta era la gran película de la que muchos hablaban. 

Durante el visionado de 'Archenemy' nos pasa algo parecido, con dos salvedades. La primera: Que de esta no se han dicho maravillas, y la segunda: que ese momento en el que 'Daniel isn't real' nos atrapaba no acaba por llegar nunca. Y cuando el espectador se da cuenta de ello, todo en 'Archenemy' acaba por naufragar sin remedio. Si bien es cierto que parece que hay un momento donde todo parece que va a mejorar, esto no deja de quedarse en una mera anécdota, un brillo que se apaga rápidamente


“Igual esperábamos mucho de Mortimer tras Daniel isn't real, igual el director y guionista se emborrachó de éxito con las buenas críticas recibidas” 


Zolee Griggs belleza exótica
Puede que la saturación que por momentos produce Hamster (Skylan Brooks), y su obsesión por llevar a Índigo, su propio John Jonah Jameson en imágenes y vídeos de su particular y acabado Spiderman, haga que el resto de personajes salvo el de cierto yonki, nos resulten hasta aceptables. Casi lo único que se puede decir del trabajo de Jessica Allain, quien da vida a la hermana de Hamster y Joe Manganiello (Max Fist), es que resulta demasiado limitado por unos personajes que no dan más de sí, demasiado esquemáticos, demasiado poco originales y lo peor de todo, con los que resulta imposible empatizar, y haga que nos de absolutamente igual lo que acabe ocurriendo con ellos. Por mucho que se hubieran esforzado, sus personajes no daban para más. 

Archenemy de Adam Egypt Mortimer
Tras la notable 'Train To Busan' (2016), Yeon Sang-ho empezó su declive con su acercamiento al cine de superhéroes con 'Psychokenesis' (2018) que continuó con 'Península' (2020). Tiene 'Psychokenesis' más calidad e interés que 'Archenemy' pero puede que ambas películas supongan lo mismo en la carrera de ambos directores. Igual esperábamos mucho de Mortimer tras 'Daniel isn't real', igual el director y guionista se emborrachó de éxito con las buenas críticas recibidas. Sea cual sea el motivo, esta 'Archenemy'no está a la atura de lo esperado, de aquello que mostró Mortimer en su anterior película. Aburrida y sobre todo muy, muy decepcionante, 'Archenemy' nos deja un regusto amargo que esperemos que pase pronto. Porque Mortimer ha demostrado que es capaz de ofrecer algo mejor, igual que Yeon Sang-ho en su momento.


Crítica: A Good Woman is Hard to Find

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ASTINUS NOS HABLA SOBRE ESTE INTENSO THRILLER DE MARCADO ACENTO BRITÁNICO PROTAGONIZADO POR SARAH BOLGER


Sarah Bolger con un hacha
“Revenge” (2017, Coralie Fargeat) sorprendía a muchas y muchos con una película cargada de violencia, en la que todo giraba en torno a un primer tercio trepidante en la que, casi de forma sorpresiva, la tensión recaía sobre un acontecimiento determinado que es mejor no mencionar (por eso de los spoilers) A partir de ahí, la carrera de la venganza y la supervivencia cobraba un nuevo sentido diez años después de “Haute Tensión” (Alexandre Aja) y “Frontière” (Xavier Gens), resucitando ese magnífico subgénero del país francés que se conocería como New French Extreme. El estudio del personaje femenino en este tipo de producciones daba para ríos de tinta, partiendo siempre de una violencia que daba sentido material a las penurias de un país dividido por el conflicto racial (la omnipresente presencia de la inmigración) y económico (la debacle financiera de 2008). En cierta medida, funcionaba como una fuga de escape, un grito desgarrador en el que la sangre, las vísceras y la deshumanización era un reflejo de esa sociedad moderna fría ante los acontecimientos desoladores que veíamos todos los días en los medios de comunicación. Todas estas películas compartían la animadversión a la justicia y los buenos finales compasivos en los que el bien parecía vencer porque, claro, ¿Cómo no iba a hacerlo? 


“A Good Woman is Hard to Find (2019) es más Loach que Fargeat. Es más británica que francesa, aunque su premisa parece ir por otros derroteros” 


Sarah Bolger en A Good Woman is hard to find
El cine británico (incluyendo Irlanda, con perdón) siempre tuvo otras connotaciones más austeras y sobrias. Alejado de las vicisitudes del espectáculo dantesco, se reforzaron (en el cine y en todas las artes) en la funcionalidad por encima de lo visual. En la recreación realista de una situación determinada que apelaba al conocimiento empírico de una realidad manifiesta, esto es: describir la situación de la clase trabajadora de un país en el que las desigualdades se vivían en torno a lo cotidiano. Ken Loach, muy alejado del cine de género, ha producido y dirigido filmes que provocaban más de un escalofrío al espectador de turno. No era para menos. 

Sarah Bolger en el supermercado
En esa ambivalencia, “A Good Woman is Hard to Find” (2019) es más Loach que Fargeat. Es más británica que francesa, aunque su premisa parece ir por otros derroteros. La protagonista es una madre que ha perdido a su marido (asesinado sin una razón aparente), con dos hijos a su cargo y un sistema que la rechaza constantemente. En ese sistema no solo caben los servicios públicos: la madre, el dueño del supermercado e incluso la policía son incapaces de entender su situación, y abusan desde el paternalismo o la ingratitud de su incapacidad de mantener una vida normalizada. A eso le sumamos que un tipo cualquiera roba droga a unos mafiosos y la esconde en su casa, a la que va para consumirla o venderla usándola de refugio franco. Y hasta aquí merece la pena contar, al menos por ahora (a continuación, vendrán los spoilers). 


“El reparto hace su trabajo con elegancia, especialmente una Sarah Bolger increíble que poco o nada tiene que ver con su papel en la serie de HBO The Mayans, mucho menos expresiva” 


Sarah Bolger sexy
Visto así, la película se asemeja más al drama social que al thriller criminal. En realidad, la obra de Abner Pastoll se mueve constantemente entre ambos géneros, y funciona mucho mejor como el primero que como el segundo. Hay escenas y momentos demasiado arquetípicos, un pastiche de mafiosos clichés con un final bastante decepcionante cuando se completa el círculo, con un desarrollo de la trama algo anodino y hasta poco serio (las casualidades son demasiadas para resultar de otra manera) Quizás es donde más se resiente el filme. 

Sarah Bolger ensangrentada
Cuando nos situamos en su vertiente dramática, la cosa cambia. La protagonista es todo menos perfecta. Vive en una constante depresión, es incapaz de imponerse (salvo esa extraña transformación final en femme fatale que podría haber llegado de otra manera) y observamos sus vicios con preocupación y comprensión (el alcohol y las drogas, que está a punto de consumir en un momento de bajón). Se recrea en estos ambientes de forma magistral y nos abre la puerta a las situaciones tan duras de las madres monomarentales en un ambiente patriarcal donde el asistencialismo se une a la tristeza y no al empoderamiento, trasladando a las mujeres a guetos sociales en los que son tratadas como víctimas constantemente. También gana en sus escenas más escabrosas y duras, como aquella en la que su hijo coge la droga del lugar donde estaba guardada (el cuarto de baño) y, pensando que era otra cosa, comienza a consumirla. La escena posterior es tan cruda como efectista; si a eso le sumamos un posterior intento de violación por parte del camello (cuando descubre que parte de la droga ha desaparecido), la situación es cuanto menos asfixiante. Son minutos duros, secos y rodados desde la sobriedad, con una cámara temblorosa que se acerca y aleja como si el espectador estuviese justo delante y no pudiese hacer nada. Es la mejor parte del filme y un excelente ejercicio de estilo. Hay más de Aja y Laugier en esas escenas que en muchos body horror coetáneos. 


“Un ejemplo perfecto de cine británico que tiene escenas duras y donde la sangre o el esperpento visceral deja paso al efectismo realista, descriptivo y disfrutable” 


Sarah Bolger asesinando
Quizás ese sea el momento en el que la película remonta, aunque su final ramplón deje algo indiferente. Antes hemos vivido un inicio lento, al que le cuesta arrancar y que no termina de cuajar. No hace falta tanta pausa para que nos identifiquemos con la protagonista, y esos saltos paralelos entre los pasos que los mafiosos dan para encontrarla y la vida de esta no suman a la cinta, alejándonos a veces de un ritmo que se estanca en su primer tercio. 

delincuente acechando a su víctima
La fotografía es excelente. El uso de colores oscuros y apagados se unen a una dirección precisa y funcional, en la que no queremos alardes técnicos sino la recreación, a veces casi documental, de una situación determinada. Veremos las habituales casas de la clase trabajadora británica, esos pequeños barrios alejados de las urbes en los que las drogas y la delincuencia son el pan de cada día. El reparto hace su trabajo con elegancia, especialmente una Sarah Bolger increíble que poco o nada tiene que ver con su papel en la serie de HBO “The Mayans”, mucho menos expresiva. Las miradas desoladas, los primeros planos de unos ojos cansados de luchar contra el sistema y de esa transformación posterior en esa carrera porque no la descubran son dignos de aplauso, convirtiéndose en todo un referente actoral para el pasado 2020. De lo mejorcito del mismo, sin lugar a dudas, en la interpretación protagonista femenina. 

“A Good Woman is Hard to Find” convence, pero deja por el camino un inicio lento y una vocación al thriller imperfecta. Como drama es sólida, sobria y elegante. Un ejemplo perfecto de cine británico que tiene escenas duras y donde la sangre o el esperpento visceral deja paso al efectismo realista, descriptivo y disfrutable. Podría haber sido más, pero es suficiente para pasar un buen (o mal, según se mire) rato.


Crítica: La Grieta

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ARTORIUS NOS HABLA SOBRE OTRO DE LOS CLÁSICOS BÁSICOS DE LA ELITISTA FILMOGRAFÍA DE JUAN PIQUER SIMÓN


Póster para la grieta
Abordar “La Grieta” (1990) es abordar una época en que los clones de combate de toda película americana que tuviese éxito tenían su correspondiente plagio/homenaje en la serie B italiana. Esa etapa, la era de los clones de combate europeos, acabó hace mucho, siendo ahora productoras como The Asylum las que han cogido el relevo natural y descarado en occidente del arte de masacrar material ajeno con poco dinero, mucha desvergüenza y alguna que otra vieja gloria necesitada de trabajar de lo que sea (hay que comer, que narices).  


“Al gran público mayormente les sonará por el hecho de tener en su reparto a un nieto del dictador español Francisco  Franco, conocido vulgarmente como Pocholo” 


científico devorado por criatura marina
El caso al que nos referimos, empero, yo me lo tomo con un cariño especial, seguramente por temas de orgullo patrio. “La Grieta” es un estreno de 1990 de terror, con un reparto de caras conocidas de la pequeña pantalla americana, pero de producción, guion  y dirección española, ambas a cargo del grande, grandísimo pionero Juan Piquer Simón. Y si no sabes quien es, amigo lector, ya tardas en buscar su obra en internet para dar cuenta de su importancia en el fantástico de habla castellana*. Títulos como “Slugs, muerte viscosa” (1988), “Mil Gritos tiene la Noche” (1982) o “Viaje al Centro de la tierra” (1977) entre otras, dan fe de las agallas de este pionero del fantástico que abrió caminos a machetazos, sendas por los que han discurrido después los grandes talentos del fantacine español.  

Al gran público mayormente les sonará por el hecho de tener en su reparto a un nieto del dictador español Francisco  Franco, conocido vulgarmente como Pocholo y personaje habitual de los medios amarillistas hispanos. Ignoro por completo si su presencia tuvo que ver con alguna concesión a la financiación de la película, pero debo decir que el muchacho no desentona en su brevísimo papel pese a no ser actor profesional y siendo esta su única intervención conocida en el cine. Denos también esto una idea del nivel interpretativo de la película, que pasa de la sobre actuación con desfile de caretos infames a la expresividad más nula.  


“un exploitation descarado de La Cosa (1982) de Carpenter con unas gotitas de Alien (1979) y mucho del Abyss (1989) de Cameron”   


reparto estelar película serie b
Cosa que no acabo de entender, porque yo de haber estado en ese setting me lo hubiese pasado genial: “La Grieta” es un exploitation descarado de “La Cosa” (1982) de Carpenter con unas gotitas de “Alien” (1979) y mucho del “Abyss” (1989) de Cameron, que se había estrenado un año antes que esta. Obviamente, como buen clon de baratillo, el nivel de producción no se acerca ni de lejos a las citadas producciones:  El festival de mocos verdes, mutaciones pringosas y monstruos de baratillo conjugan bellamente con escenarios de cartón piedra, maquetas de baratillo, tremendas disquisiciones “científicas” y escenas submarinas que dan vergüenza ajena de solo mirarlas.  

criaturas marinas gigantes
Serie B colindando con la Z, el tramo final es un espectáculo difícil de apartar la mirada si la miras desde la óptica del “todovale” tirando a erótica-festiva, porque si no el espectador medio dudo que aguante su visionado entero. De hecho, en mi ya jodidamente lejana juventud confieso que en una reunión de jovenzuelos universitarios cada uno propuso una película para hacer una maratón cinéfila trash, y yo me descolgué con esta. Creo que menos bonito, mis muy ebrios compañeros me dijeron de todo, pero leches, ¿Si ya saben cómo me pongo para qué me invitan? Las otras películas de dicha sesión fueron “Vinieron de dentro de…” (1975), “La Mosca 2” (1989) y “Ator el poderoso” (1982), así que ya me dirán que pintaban Cronenberg y la divertida secuela de “La Mosca” (1986) en una teórica sesión de cine basura. Salvo “Ator el poderoso” por motivos sobradamente conocidos por el aficionado al infracine , pero no nos desviemos.  


“gore de baratillo, monstruos de saldo, tentáculos metálicos, extravagantes maquinas y mucho moco verde”   


monstruo submarino
Llegados a este punto ya supondrán que no tienen precisamente “El Séptimo Sello” (1957) ante ustedes. Y ni falta que le hace. Yo siempre digo lo mismo: Cuando afronto una película solo le pido un mínimo, y es que no me aburra. Que me divierta, que me distraiga. Me da igual si sale Tim Curry con lencería o unos bichos que si comen después de medianoche te la lían parda. Quiero que lo que aparece en pantalla me llame la atención, y si es de temática fantástica y de terror, pues mejor que mejor. Y desde esa óptica “La Grieta” me parece una película muy entretenida y perfectamente válida si sabes a lo que vas. Obviamente que no vas a ver “Blade Runner” (1982), pero si gustas de momentos que de tan ilógicos resultan divertidos, gore de baratillo, monstruos de saldo, tentáculos metálicos, extravagantes maquinas y mucho moco verde, pues aquí tiene una buena carne de maratón. 

efectos especiales artesanos en La Grieta
Si has llegado hasta aquí, lector, déjame compartir una última reflexión sobre el cine, la vida, y todo lo demás. Hace poco un amigo me repitió un comentario que ya he escuchado varias veces: que mi obsesiva querencia por el cine “viejo” (en tono peyorativo) me está privando de apreciar el cine moderno de género. Pero el caso es que veo de todo, pero el cine de ahora, salvo contadas excepciones, me harta. Me aburre el servilismo al CGI, a las maneras de poner la cámara, a la corrección técnica de imagen limpia. Pero sobre todo, me aburre el inmovilismo, la falta de riesgo, el rodar sobre seguro sin abrir o reabrir caminos que sean originales. Me jode, en definitiva, la falta de pasión que hace que los autores de esta época, cuando en lo técnico más fácil es filmar, se limiten a hacer refritos constantes de cosas ya vistas un millón de veces.  Por eso, que quieren que les diga, me seguiré refugiando en mi siglo XX. Porque me divierte mucho más el riesgo de aquellos pioneros que las supuestas obras maestras de hoy en día. Porque por cada “The Witch” (2015) o “Hereditary” (2018) te tienes que comer una legión de bodrios que ahora, a mi edad, no tengo ni tiempo ni ganas para seguir excavando. Y en ese sentido “La Grieta” tiene muchísimo más valor para mi que buena parte del mainstream moderno.  Me ha salido el manifiesto de un carca, vive dios que problemón... Pero es una de esas ocasiones que si no lo digo, reviento.  Disculpen las molestias, y sigan sintonizando este canal si gustan.    

Lo mejor: Caspa de la buena, muy disfrutable. Algunos de los monstruos son realmente originales con toques a lo Lovecraft. Siempre pasa algo! Momentos de comicidad involuntaria.    

Lo peor: A grandes rasgos, todo. Lo que es a la vez lo mejor y lo peor de este circo.  

*(Y sí, también es el autor de otro clon de combate barato,  psicotrónico y maravilloso, “Supersonic Man” (1979). Pero que un árbol no tape el bosque! Aunque sea rojo tomate y convierta pistolas en plátanos con denominación de origen). 


"Alice in Borderland", popurrí de supervivencia en un Tokio distópico

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ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE LA ADAPTACIÓN DEL MANGA HOMÓNIMO DE HARO ASO A MANOS DE SHINSUKE SATO


Alice in borderland póster primera temporada
“Alice in Borderland” es el Live Action del manga homónimo de Haro Aso, y a su vez del OVA animado de Hideki Tachibana. También es el último proyecto de Shinsuke Sato. Un cineasta japonés ya bastante experimentado en lo referente al Live Action, algunos de sus trabajos son: “Gantz” (2010 y 2011), “I Am a Hero” (2015), “Death Note” (2016), “Inuyashiki y Bleach” (2018), y “Kingdom” (2019). En esta ocasión, el argumentado de “Alice in Borderland” gira... puede que entorno a un misterioso evento postapocalíptico sin precedentes o al desdoblamiento de una realidad alterna, no lo sé, pero el desconcierto, caos y muerte, son imperantes. Un thriller de ciencia ficción y acción protagonizado por Kento Yamazaki (quien participo ese 2020 en el plano secuencia de Yûji Shimomura, “Crazy Samurai Musashi”) y Tao Tsuchiya (protagonista del thriller psicológico “Kasane” (2018) de Yuichi Sato). 


“no es una serie que apueste por el suspenso en su faceta más compleja, y desentrañar el misterio llega a pasar a segundo plano cuando el objetivo número uno es sobrevivir” 


Alice in Borderland Netflix
Voy a escribir en plural a sabiendas de que no todos pensamos igual. ¿Por qué nos gusta imaginar un futuro catastrófico? Manías de una sociedad que, desde su muy particular punto de vista, la realidad ha superado a la ficción. Es así como dejamos atrás las fantasías futuristas de los años 30s y 40s, orquestadas por un gobierno totalitarista (“Un mundo feliz” de Huxley o “1984” de Orwell) y comenzamos a imaginar otros mundos más fantásticos. De pronto resulta más fácil o más divertido, visualizar un futuro atestado de zombis, tecnología alienante, anomalías astronómicas, singularidades espaciotemporales y todo tipo de realidades paralelas

chico japonés con gafas futuristas
Historias en donde el qué es real y qué no lo es, siempre está presente, las respuestas gozan de ausencia, y mientras tanto, sobrevivir es la única solución. ¿Tecnología extraterrestre en manos equivocadas? ¿Tipo "Gantz"? Tal vez, lo cierto es que el sufrir y el desconcierto de sus protagonistas es la piedra angular de las películas y series como “Alice in Borderland”, en sí mismas, un puzzle. Claro, no está de más un poquito de contexto (no lo tiene “Alice in Borderland”), pero, qué se le va a hacer... Cuando una serie o película me recuerda a “Cube” (1997), “Battle Royale” (2000), “As the Gods Will” (2014), “Circle” (2015) o al ya mencionado anime “Gantz” (2004), las probabilidades de que me encante son altas, y afortunadamente Shinsuke Sato lleva con buen pulso cada capítulo de esta primera temporada.


“En el apartado técnico poco se le puede reprochar. El diseño de producción, el CGI y la fotografía logran una desolación total en Tokio como pocas veces se ha visto” 


japonés con bata
Una temporada que nos muestra los límites que puede alcanzar el ser humano con el afán de permanecer con vida. Eso no es algo nuevo, sin embargo, entre el mar de similitudes atisba cierto destello de originalidad, es apreciable el entramado de violencia y misterio, y las muertes son cuantiosas. Respecto al halo inherente de moralidad: “¿Cómo podrías vivir después de sobrevivir a esto?”, no es tan repetitiva. Se agradece. 

teléfono móvil chino
¿De qué va? A través de un par de escenas conoceremos a los primeros personajes/jugadores de este juego mortal. Arisu (el protagonista) es un joven que no trabaja ni estudia y hasta que es echado de su casa, malgasta su tiempo en videojuegos. No está solo, a él se suman un par de amigos de la infancia, Karube y Chota, cada cual con sus desgracias, el uno un mujeriego pendenciero y el otro un oficinista. Juntos vagan por las saturadas calles de Tokio, algunas palabras de ánimo y un par de tonterías, terminan con la policía tras ellos, ocultos en un baño público. Sin más explicación, al salir se encuentran con una ciudad completamente vacía, sin electricidad, en silencio, es como si hubiesen sido transportados a otra dimensión. Al caer la noche se encienden las luces de los rascacielos, sede de los juegos. Inocentemente asisten a su primer reto, momento en el que comprenden la situación: cada participante tiene un número de días de vida limitado, al expirar morirá. La única forma de sobrevivir es participando en los juegos, si pierdes mueres y si ganas obtienes un par de días más de vida. Los juegos son planteados como acertijos y obedecen a los palos de un juego de cartas, los hay de agilidad mental, resistencia física, trabajo en equipo, y los más temidos, los de traición, aquellos que juegan con el corazón de sus participantes. 


“Sin duda una de las opciones asiáticas de Netflix más atractivas y fáciles de ver, muy superior (para mí) a series como Sweet Home” 


japonés con trampa mortal en el cuello
Aunque tenemos una enorme incógnita que resolver (¿Quién está detrás de esto y qué está pasando?), no es una serie que apueste por el suspenso en su faceta más compleja, y desentrañar el misterio llega a pasar a segundo plano cuando el objetivo número uno es sobrevivir (a los juegos y a los otros supervivientes, que dentro o fuera del juego pueden matarte), las alianzas, sacrificios y estrategias serán inevitables. Shinsuke Sato manipula todos estos elementos para conseguir un ritmo vertiginoso, dosificando las historias personales de cada personaje, los cuales según se requieran en la historia y sólo para justificar algún conflicto o habilidad van apareciendo. Un gran acierto, los flashback son breves y la mayoría distan mucho del melodrama. Ahora... Que tiene algunos “detalles” que lastran el resultado final, los tiene, pero creo que eso es cosa de Netflix, por ejemplo (no voy a hablar mucho de esto), su necesidad de incluir en casi todas sus serie personajes LGBT... pues aquí también lo hay. 

japoneses en apuros
¡En fin! En el apartado técnico poco se le puede reprochar. El diseño de producción, el CGI y la fotografía logran una desolación total en Tokio como pocas veces se ha visto. Para mí el montaje funciona bastante bien, y de escena en escena cada capítulo se pasa volando, hay momentos flojos, pero son pocos. La coreografía en las escenas de acción y peleas cuerpo a cuerpo son fluidas, y los momentos dramáticos jamás exceden lo permisible (el juego del lobo es un ejemplo). La actuación es lo que si me falla un poco, en específico Kento Yamazaki, pero, no es algo que mengüe mi atención. Había escrito un párrafo sobre la meritocracia como falacia, pero lo borré. Muy en el fondo también nos hablan de esto, series como “Alice in Borderland”... la brasileña “3%”... pero es otro tema, no quiero aburrir a nadie. A ver qué nos da la segunda temporada. Espero que el número de episodios sean los mismos 8 (o menos) y sea la última. Sin dudauna de las opciones asiáticas de Netflix más atractivas y fáciles de ver, muy superior (para mí) a series como “Sweet Home”

«La vida no es eterna. Hasta ahora viví sin pensar en eso».

Crítica: Songbird

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DONNIE NOS HABLA SOBRE EL SALTO DE LA PANDEMIA A LA GRAN PANTALLA, CON LA REALIDAD SUPERANDO A LA FICCIÓN


Póster para Songbird
El covid-23 ha mutado. Aquellos que se infectan mueren a las pocas horas, un par de días a lo sumo. Confinamiento extremo. Millones de muertos. Quien tiene la suerte de ser inmune tiene que trabajar de rider. No hay esperanza para nadie. Un mundo condenado donde como no puede ser de otra manera surge la chispa del amor. Porque no nos andemos a engaños, 'Inmune' (2020) cuyo título original es 'Songbird', es una historia romántica con la excusa de la pandemia para hacer que los dos amados no puedan compartir lecho. Tiene 'Inmune'alguna idea interesante, podría haber explotado más el miedo a la situación que estamos viviendo pero da la sensación de que los guionistas Adam Mason y Simon Boyes no han querido ir mas allá. Esta podría haber sido una gran cinta de terror, pero se acaba quedando en muy poco. No hay mayor miedo que aquel que es palpable, real y contra el que es difícil luchar: Un virus muy contagioso y altamente mortal que se transmite por el aire, salir de una simple operación en coma... 


“una historia que podía haber dado mucho más juego. Incluso en su vertiente romántica, alejada del terror que muchos esperábamos, esta podía haber transmitido mucho más” 


Sofia Carson en Songbird
Tras unos primeros minutos donde al espectador se le sitúa en un contexto que llevado al extremo no le resulta del todo desconocido, 'Inmune' empieza a mostrarse perezosa. Centrándose en Niko (K.J. Apa) la película empieza a hacerse pesada, llegando a lo aburrido y haciéndonos pensar si realmente ha merecido la pena pagar el precio de una entrada para ver una cinta como esta en pantalla grande. Y la cosa aunque parece que empieza a mejorar tampoco lo hace como nos gustaría, al menos para la persona que escribe estas líneas. Puede que lo visto hasta ese instante me llevara a un estado de sopor del que es difícil salir y todo lo que ocurre delante de mis ojos fue pasando sin interesarme demasiado. Creo que eso es lo peor que se puede decir de una película. 

Tiene varios fallos esta 'Inmune'. Uno, no deja de ser una historia que podía haber dado mucho más juego. Incluso en su vertiente romántica, alejada del terror que muchos esperábamos, esta podía haber transmitido mucho más. Ese momento de 'A Ghost Story' (2017) donde el personaje interpretado por Rooney Mara tumbado en el suelo, escuchando una canción compuesta por su novio empieza a sentir su presencia, transmite mucho más que ver a los protagonistas de 'Inmune' separados por una puerta. Otro, es la presencia de un Peter Stormare desatado, que parece que se ha puesto el traje de Nicolas Cage o simplemente el actor quiere desbancar a este como el más histriónico y excesivo. 


“Resulta imposible no pensar en La noche del cometa de Thom Eberhardt, pero sobre todo resulta imposible no acordarse de Frank Booth en Terciopelo Azul” 


Película sobre pandemia del covid
Puede que inicialmente ver a Stormare pueda tener su gracia, pero cada minuto que pasa en pantalla se hace más y más insufrible, llevándonos a la saturación. No se acaba de entender que Adam Mason no pusiera límites a lo que Stormare estaba haciendo. Igual no quiso, no supo o no le dejaron. Mas allá de Stormare, poco se puede decir del resto de los actores. K.J. Apa y Sofia Carson parece que por las venas les corre horchata en lugar de sangre, Bradley Whitford tiene uno de esos personajes que podrían haber dado mucho más juego, igual que ocurre con Alexandra Daddario aunque con esta en menor medida, Paul Water Hauser tras su cargante papel en 'Cobra Kai' resulta bastante convincente y Demi Moore que tiene muchos más minutos de los que inicialmente podríamos pensar, nos deja la sensación de que la subtrama de la que forma parte se queda en muy poco. 

Sofia carson en confinamiento
Tampoco podemos dejar de lado que parece que siempre es todo más fácil si puedes formar parte de un catálogo de H&M o de Mango. La belleza se mantiene intacta independientemente de los días o meses que lleves confinada en una casa. No estás demacrada, no se te ponen ojeras de tres metros. Vas siempre impoluta, bien vestida. Perfecta. Psicológicamente estás como una rosa. También da igual que el mundo se haya desmoronado, que la vida tal y como la conocías nunca volverá. Eres feliz con tu bicicleta. Pedaleando eres libre. Aunque no puedas darle un abrazo a la mujer que quieres, aunque no tengas amigos con los que tomar una cerveza. Todo eso que muchos añoramos a día de hoy, a los protagonistas les afecta pero no mucho


“Si no estuviéramos en medio de una pandemia que está causando estragos, es muy probable que ni nos fijáramos en esta película”


Víctima de la pandemia
'Inmune' me deja un poco la sensación que me quedó tras ver 'Inside out' (2015) y la representación de la tristeza (queda muy claro quién es el triste, el desgraciadico de 'Inmune') y la felicidad. Y es algo que personalmente me molesta mucho. Puede que una de las cosas más entretenidas de esta película sea la de intentar buscar referentes o similitudes. Resulta imposible no pensar en 'La noche del cometa' de Thom Eberhardt, pero sobre todo resulta imposible no acordarse de Frank Booth en 'Terciopelo Azul'. Parece que Mason y Boyes apuntan alto, lástima que el resultado sea tan flojo.

confinados en casa por la pandemia
Teniendo una muy interesante idea, aprovechando el momento que estamos viviendo, es una lástima que 'Inmune' se quede en tan poquito. Si no estuviéramos en medio de una pandemia que está causando estragos, es muy probable que ni nos fijáramos en esta película, que pasaría desapercibida y que puede que incluso no encontrara ni un hueco en la cartelera. Con todos los respetos, 'Inmune' es carne de plataforma de vídeo on demand. Varios personajes, podríamos decir también que hay varias historias entrelazadas que muestran como la gente se enfrenta al aislamiento, a la soledad, al fin del mundo tal y como lo conocíamos. Lo que sin duda podría haber sido la gran película de terror del año, o incluso la gran cinta romántica de la pandemia, se queda a mitad de camino. Hacía falta valentía y desde luego a Mason le ha faltado y mucha.



Crítica: Al Morir la Matinée

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EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL PRIMER SLASHER URUGUAYO Y HOMENAJE (SUMA Y SIGUE) AL CINE DE OTRO TIEMPO


Al morir la matinée, primer slasher uruguayo
Comentaba hace poco el compañero Artorius en su análisis de “La Grieta” (1990) de Juan Piquer Simón, sus preferencias por el cine de épocas pretéritas en comparación a lo que hoy, ofrece el género fantástico. Se preguntaba, ¿Cuántos bodrios tiene que comerse uno en la actualidad para disfrutar de cosas como “The Witch” (2015) o “Hereditary” (2018)? La respuesta es, depende. Depende del ojo que tengas a la hora de elegir o de la cantidad de películas que te quieras meter en vena. Cuantas más veces va el cántaro a la fuente... y ahí reside la clave. Soy de la opinión de que nunca se ha hecho cine de género (terror y fantástico) de tanta calidad como el que se hace hoy. ¿O acaso en los ochenta no tenía que tragarse uno legiones de bodrios hasta dar con las “El Resplandor” (1980) o “Posesión Infernal” (1981) de turno? Y así, cualquier otra década. Creo que el “problema” de hoy, es que tenemos acceso a TODO el cine que se factura, el excelente, el bueno, el mediocre y también, el horrible, cosa que no ocurría en el pasado, donde dicho acceso estaba mucho más restringido y cuasi limitado a la pírrica oferta de nuestro videoclub más cercano. 


“un homenaje tanto al slasher norteamericano como el giallo italiano, dos de los subgéneros más populares de los setenta y ochenta. Por hablar de similitudes, podríamos hacerlo del Bogliano más festivo” 


Luciana Grasso en Al morir la Matinée
Épocas pasadas siempre fueron mejores. Dicho popular que en ámbitos artísticos, se ha terminado convirtiendo en poco menos que un mantra de corte religioso. Una fantasía instaurada en el imaginario colectivo que ha calado tanto, que han llegado a mitificarse auténticos esperpentos de antaño, considerados en la época actual, títulos de culto, cuando la realidad es, que muchos de ellos difícilmente soportan hoy un visionado, valga de ejemplo la susodicha epopeya submarina del gran Piquer Simón. Cada cosa en su momento y en su contexto. Por no decir que el listón de exigencia del aficionado actual, poco tiene que ver con el de aquellos añorados ochenta (y colindantes), donde casi cualquier cosa valía para pasar un buen rato. Hoy, la película es bien distinta. 

primer slasher uruguayo
Todo esto viene a razón de “Al Morir la Matinée” (2020), tercer y nuevo trabajo del uruguayo Maximiliano Contenti, un enamorado de la serie b que repite constantes vitales de anteriores trabajos para seguir sumando esfuerzos en esa incesante empresa colectiva de recuperar u homenajear el cine de terror de los ochenta. Extravagancia en su momento, hoy, una moda o corriente más, de las muchas que pululan por el género. Y al igual que todas ellas, expuesta a la misma suerte, terminar saturando al espectador. Con la desventaja añadida de que a estas alturas, el impacto de este tipo de propuestas ya no es ni parecido a lo que generaba años atrás, donde algo de atrezzo ochentero, un filtro por aquí, un sintetizador por allá, era chute de nostalgia más que suficiente para viajar a otra época (una mejor, claro) y ganarse la gracia del respetable anheloso de naftalina cinematográfica, mientras que ahora, con eso ya no basta, pues este tipo de películas, empiezan a valorarse con la vara de medir contemporánea, mucho más crítica (en ocasiones, demasiado). 


“Colores intensos, sintetizadores omnipresentes, personajes estereotipados, sangre a cascoporro, situaciones surrealistas y un sinfín de guiños y referencias al terror de la época” 


el come ojos en al morir la matinée
“Al Morir la Matinée” es eso, un homenaje tanto al slasher norteamericano como el giallo italiano, dos de los subgéneros más populares de los setenta y ochenta. Por hablar de similitudes, podríamos hacerlo del Bogliano más festivo de “Sudor Frío” (2010). Además, riza el rizo adentrándose en las tripas de un escenario mágico y en peligro de extinción como es el de una sala cinematográfica. Curioso que el terror, en su desmedida glotonería, no haya devorado la fórmula a lo largo de su historia, pese a que cineastas como Lamberto Bava o Bigas Luna, supieron sacar partido puntual de su magnetismo y encanto innato con “Demons” (1985) o “Angustia” (1987) respectivamente. 

Julieta Spinelli
Por supuesto, todos los elementos propios del revival están presentes en la película de Contenti. Colores intensos, sintetizadores omnipresentes, personajes estereotipados, sangre a cascoporro, situaciones surrealistas y un sinfín de guiños y referencias al terror de la época, comenzando por ese contrapicado de un vehículo recorriendo un lluvioso y gris Montevideo al más puro estilo de “El Resplandor” de maese Kubrick (atentos también a las claras connotaciones de la partitura de fondo), inclemencia meteorológica que también nos hará recordar la llegada a cierta escuela de danza germana. La lista de “huevos de pascua” que uno puede hallar a lo largo del visionado, es considerable y sin duda puede ser, uno de los grandes activos del filme en manos de aquellos que tanto gustan del vicio de ir de caza de dichas referencias


“La oferta de de este tipo de películas hoy, es amplia. Y la verdad, la de Contenti, siendo una experiencia amena y entretenida, ni mucho menos destaca entre todas ellas” 


Luciana Grasso ensangrentada
El problema de “Al Morir la Matinée” es básicamente, que llega tarde, valga la redundancia. La oferta de de este tipo de películas hoy, es amplia. Y la verdad, la de Contenti, siendo una experiencia amena y entretenida, ni mucho menos destaca entre todas ellas. Aquí, el tipo de lupa utilizada para buscarle (o no) las costuras, se antoja como algo fundamental a la hora de disfrutar (o no), de la experiencia. Si el baremo es el de antes, basado en los intangibles del corazón, o bien, es el de ahora, basado en las afiladas y cortantes aristas de lo cuasi matemático. 

Julieta Spinelli en al morir la matinée de Maxi Contenti
La película se abre a ambas posibilidades y lo deja todo en manos del criterio o percepción del espectador. No cabe duda, de que este tipo de productos siguen teniendo su público. Aquellos que reniegan del cine actual, seguramente pueden tener en esta suerte de sucedáneos del pasado, ese tipo de oferta que tanto añoran. En ese escenario, no cabe duda de que “Al Morir la Matinée” ofrece sobrada diversión. Contenti sabe lo que tiene entre manos, sabe a quien va dirigida su película, lo explota y lo hace bien. Una historia sencilla como el mecanismo de un chupete, personajes caricaturescos (lo del villano lo habría firmado el propio Dario Argento en sus trabajos más delirantes... si es que tiene de otro tipo), donde aquello de las “motivaciones” suena a broma de mal gusto y en definitiva, un “todo vale” de manual, si de lo que se trata, es de viajar, amén de la constatación, una vez más, de la buena salud del cine de terror latinoamericano

Lo mejor: Contiene todos los elementos que han hecho del revival, un subgénero tan rentable en la actualidad. Destaco su gran ambientación, algunas muertes escabrosas (la del “pico” es deliciosa) y como no, ese canto de sirena que es su banda sonora. 

Lo peor: Vista y entendida fuera de su particular ecosistema, adía de hoy, puede derivar en una experiencia poco menos que “perturbadora” para más de uno/a.


Crítica: Pelican Blood

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NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE EL SEGUNDO TRABAJO DE KATRIN GEBBE, TIEMPO SUFICIENTE PARA EMPEZAR A LUCIR SELLO PROPIO


Póster de Pelican Blood de Katrin Gebbe
Existen pocos gestos que considero más generosos que el hecho de adoptar un niño. Si encima el crío hace tiempo que dejó de ser un bebé, me parece uno de los gestos más bonitos que un ser humano puede hacer por otro. Sin embargo, la tarea titánica que requiere educar puede llevar a muchos progenitores a perder la cabeza, con razón. Para las personas a las que la maternidad no nos resulta en absoluto deseable, la idea de lidiar con un niño difícil no solo nos resulta profundamente aterradora sino que puede sacar a la luz nuestros más profundos instintos. Empatizo, sin embargo, con la tendencia creciente a reclamar esas maternidades que se alejan de lo perfecto, de la abnegación absoluta, para mostrarnos los sinsabores de la crianza, como “Tenemos que hablar de Kevin” (Lynne Ramsay, 2011) o “The Babadook” (Jennifer Kent, 2014). Quizá sea por eso por lo que no he acabado de conectar con la película que nos atañe. 


“Gebbe parece gustar de historias dramáticas con un punto escabroso, como ya se pudo ver en Tore Tanzt, donde el espectador se pregunta hasta dónde va a llegar Gebbe en el sometimiento de violencia y tensión hacia sus personajes” 


Nina Hoss con su hija adoptiva
“Pelican Blood” (2019) nos presenta la historia de Wiebke (Nina Hoss), una mujer soltera que vive en una villa rural y que es propietaria de un establo donde se dedica a entrenar a caballos que forman parte de la guardia montada. Wiebke vive con su hija adoptiva Nicolina (Adelia-Constance Ocleppo) y planea adoptar otra hija, una niña de cinco años llamada Raya (Katerina Lipovska). La llegada de Raya se produce con normalidad y alegría, pero no tardará en desvelar comportamientos peligrosos para ella y los que le rodean

El segundo largometraje de Katrin Gebbe establece lo que parece ser el sello de la directora. Por un lado, Gebbe parece gustar de historias dramáticas con un punto escabroso, como ya se pudo ver en “Tore Tanzt” (2013), donde el espectador se pregunta hasta dónde va a llegar Gebbe en el sometimiento de violencia y tensión hacia sus personajes. Por ello dedica gran parte del metraje a construir una fuerte empatía y a introducirnos en la agradable dinámica familiar, presentándonos a Wiebke como una mujer abnegada hacia los cuidados, que se entrega de forma absoluta a los animales del establo como se entrega a sus hijas, dejando sus deseos y necesidades en un segundo plano. 


“sí conviene poner de relevancia el personaje de Raya, interpretado por Katerina Lipovska, que pese a lo que considero algún exceso de guion, puede llegar a poner los pelos de punta” 


Niña malvada de Pelican blood
Esta tendencia a construir estos personajes tan entregados a los demás a los que se les somete a una crueldad y tensión extremas es lo que me hace a menudo desconectar de ambas películas, y es precisamente lo que me alejó en ocasiones del personaje de Tore, como lo hace de Wiebke. Para mí, la potencia de unos personajes reside en su complejidad, especialmente cuando hablamos de cine de género, ya que considero que la ambigüedad y la imprecisión en términos morales es lo que puede llegar a construir dinámicas interesantes así como una mayor implicación en el espectador hacia los personajes. 

Véase un buenísimo ejemplo en la reciente “Mi corazón no late si no se lo dices” (Jonathan Cuartas, 2020). En contraposición, la planicie, los personajes con objetivos perfectamente delineados y las ausencia de contradicciones morales me distancia enormemente de cualquier película y pertenecen a un tipo de narrativa, la más clásica, que considero bastante aburrida. No obstante y dejando de lado el papel protagonista, sí conviene poner de relevancia el personaje de Raya, interpretado por Katerina Lipovska, que pese a lo que considero algún exceso de guion, puede llegar a poner los pelos de punta y los nervios a flor de piel. 


“Está preciosamente filmada y eso hace que algunos de los aspectos negativos puedan llegar a quedar en segundo plano. También son sobresalientes las actuaciones” 


Horrores familiares en Pelican Blood
El segundo sello reconocible de Gebbe es su trabajo de cámara y su gusto por los paisajes, ya sean urbanos o rurales. Gebbe tiene la capacidad de elegir una paleta de colores que concuerda a la perfección con el relato, y “Pelican Blood” cuenta con todas las virtudes estéticas que ya tenía “Tore Tanzt” engrandecidas por una más que notable mejora en el presupuesto. La fotografía es, de hecho, uno de los valores fuertes de “Pelican Blood”. Está preciosamente filmada y eso hace que algunos de los aspectos negativos puedan llegar a quedar en segundo plano. También son sobresalientes las actuaciones, destacando a Nina Hoss en el papel protagonista, que sostiene toda la película incluso cuando el guion deja algo que desear. 

Nina Hoss con su familia
Y ese es precisamente uno de los puntos en contra de “Pelican Blood”, y es que en la hibridación de géneros a los que nos tiene acostumbrada la autora, el terror parece no encontrar su lugar, quedándose en algún que otro retazo de referencias paranormales, donde podría haberse optado por un balance más equilibrado entre el drama y el horror. De la misma forma, el metraje resulta un poco excesivo, quizá precisamente por esa falta de equilibrio entre el componente dramático y el terrorífico, y los simbolismos y analogías en los que se apoya la película resultan un poco maniqueos. En definitiva, a pesar de resultar un visionado interesante y mantener la tensión en algunas escenas, “Pelican Blood” no parece alcanzar todo su potencial.


Crítica: Chaos Walking

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DONNIE NOS HABLA SOBRE LA ADAPTACIÓN REALIZADA POR DOUG LIMAN DE LA OBRA LITERARIA DE PATRICK NESS


Póster de Chaos Walking de Doug Liman
A lo largo de su carrera, Doug Liman ofrece una de cal y una de arena. Capaz de dirigir películas como 'Al filo del mañana' (2014), 'El caso Bourne' (2002) o 'Viviendo sin limites' (1999), también lo es de otras como 'Confinados' (2021) o 'Jumper' (2008), cinta en la que me es imposible no pensar al ver 'Chaos Walking' (2021), motivo por el cual creo que es fácil que sepáis en que grupo de estos dos incluyo la cinta protagonizada por Tom Holland y Daisy Ridley. 


“hay personajes que prometen como Prentis, interpretado por un Mads Mikkelsen capaz de sacar adelante casi cualquier papel en casi cualquier película” 


Daisy Ridley y Tom Holland
Desconozco la obra de Patrick Ness, 'El cuchillo en la mano' que adapta Liman a la pantalla grande, pero sí otra del mismo autor, 'Un monstruo viene a verme', que aunque gracias a Juan Antonio Bayona las lagrimas inundaron las salas de cine, me parece una obra literaria tirando a justita. La ironía que utiliza Will Ferguson en su 'Happiness' hace de las novelas que son'el primer libro de una trilogía en tres partes' (así se refieren a estas obras en la novela de Ferguson) algo a evitar, a rechazar de manera sistemática sin haber leído una sola línea. Podemos aplicar este concepto al cine y a 'la primera película de una trilogía en tres partes' (lo hago también extensible a películas que se da por hecho que van a tener una secuela). Porque no se si a vosotros os pasará lo mismo, pero a mí esta idea y este concepto ya empieza a cansarme y mucho. Y saber que voy a tener que pasar al menos dos veces más por taquilla, si la tercera parte no la dividen en dos películas, para ver una historia que va a agonizando poco a poco, refuerza ese sentimiento. 

Tom Holland en Chaos Walking
Hay que reconocer que 'Chaos Walking' tiene una buena idea de partida. En un mundo habitado solamente por hombres, y donde los pensamientos de estos cobran forma y pueden ser escuchados por todo el mundo, llegará una mujer a la que muchos temerán y solo unos pocos protegerán Y al menos para mí ahí se queda todo. Es cierto que hay personajes que prometen como Prentis, interpretado por un Mads Mikkelsen capaz de sacar adelante casi cualquier papel en casi cualquier película por no decir en todas, como ese reverendo que hace suyo el fanatismo mas exacerbado y lo transmite por toda la comunidad donde vive, pero ese Tod Hewitt (tranquilos, os vais a aprender su nombre de memoria) interpretado por Tom Holland (¿No te gusta el caldo? Pues toma dos tazas) se hace del todo insoportable. 


“una película que toca ciertos temas muy por encima, insinuando pero no entrando al detalle, como si tuviera miedo, lo que hace que todo me resulte demasiado artificial” 


Padres homosexuales de Tom Holland
Y es que el recurso de escuchar los pensamientos de los personajes masculinos no está del todo bien usado por dos motivos. El primero, porque oír todo el rato por dos veces a Holland acaba cansando al espectador más entregado, y el segundo, porque hay momentos donde te resulta imposible creer que nadie está pensando en nada (al menos mi cabeza va a mil por hora y los pensamientos fluyen de manera voluntaria e involuntaria con gran facilidad). Hay que reconocer que sí que hay algunas escenas donde este recurso está bien aprovechado, pero para la persona que escribe estas líneas, son las menos.

Daisy Ridley con Mads Mikkelsen
'Chaos Walking' es una cinta de aventuras que sin dejar de lado el mensaje, quiere que el espectador pase un buen rato en la butaca del cine. No voy a ser yo quién diga que esta película vaya a aburrir al personal, pero en mi caso así fue. Creo que todo en 'Chaos Walking' resulta demasiado previsible, y puede que esto no sea motivo suficiente para decir que una película es aburrida pero la constante huida de Tod y Viola (que tenga cuidado Daisy Ridley con los papeles que escoge, ya que hay alguna escena que parece un descarte de alguna de las que protagonizó en 'Star Wars'. El riesgo a encasillarse está muy presente) no me interesa ni me parece que tenga la tensión y emoción suficiente para hacerme pasar un buen rato en la butaca de un cine. Y desde luego esta no fue una de esas cintas en las que piensas: 'Jo.. si la hubiera visto siendo pequeño...' 


“puede que ser la adaptación de la primera novela de una trilogía pese demasiado y en ciertos momentos ciertas partes solo puedan ser consideradas como presentación de personajes” 


Daisy Ridley y Tom Holland preseguidos
'Chaos Walking' tiene algo de 'Jumper' por la levedad de la historia, por ser una cinta de aventuras destinada a un tipo muy determinado de público, porque tampoco acaba de funcionar como sería necesario o nos gustaría a muchos y porque en ambos casos cuentan con protagonistas que han participado en algunas de las películas más odiadas de la saga de 'Star Wars'. 'Jumper' dejó la sensación de pieza inacabada, habrá que ver como funciona en taquilla esta 'Chaos Walking' y no nos deja la misma sensación, que personalmente me dará un poco igual, pero creo que será una lástima para todos aquellos que sí disfruten con esta película. 

Daisy Ridley de rubia
No conecté en ningún momento con 'Chaos Walking'. Creo que es una película que toca ciertos temas muy por encima, insinuando pero no entrando al detalle, como si tuviera miedo, lo que hace que todo me resulte demasiado artificial. Con una buena idea, con un buen punto de partida, con unos personajes que prometen pero acaban por no ofrecer demasiado, puede que ser la adaptación de la primera novela de una trilogía pese demasiado y en ciertos momentos ciertas partes solo puedan ser consideradas como presentación de personajes, todo acaba resultando demasiado pesado y aburrido. Una lástima porque al menos yo esperaba pasar un buen rato con un espectáculo leve pero entretenido. Y no fue así.


Crítica: La Llorona

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MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE DE LA NUEVA ADAPTACIÓN DE ESTE MITO DEL FOLCLORE LATINOAMERICANO


Póster de la llorona de Jayro Bustamante
Aunque existe una tendencia generalizada a enmarcar la leyenda de "la llorona" dentro del acervo cultural mejicano, lo cierto es que en la mayoría de países latinoamericanos existe una versión del mito con sus particularidades y matices propios. No exageramos al afirmar que "la llorona" es uno de los mayores referentes del folclore latino, un icono popular que ha trascendido fronteras y que forma parte del ADN emocional de todo un continente. 

María Mercedes Coroy
La notoriedad del personaje se ha visto relejada en manifestaciones artísticas de toda índole entre las que el cine, como no podía ser de otra manera, ha sido una de las más presentes. Desgraciadamente la leyenda no ha tenido demasiada suerte en su traslación fílmica ya que con alguna honrosa excepción (la versión que en 1960 filmó René Cardona) las películas han navegado entre lo malo y lo peor; entre la serie B y la explotación más infame (a la pobre la llegaron a enfrentar en 1974 contra "Santo en enmascarado de plata" y un boxeador llamado "Mantequilla Nápoles" en una espantosa cinta titulada “La venganza de la llorona”). Incluso cuando en el año 2019 se nos anunció que "la llorona" iba a formar parte del Warrenverso, algunos tuvimos la esperanza de que el personaje, por fin, fuera tratado con una cierta dignidad. Pero desgraciadamente el film resultante devino un producto plano, tedioso, previsible y sin alma que, al menos para el que suscribe, acabó convirtiéndose por derecho propio en una de las mayores decepciones del año. En estas, cuando ya habíamos perdido toda tipo esperanza, llega un joven realizador guatemalteco llamado Jayro Bustamante y nos ofrece, con un presupuesto paupérrimo, no sólo la mejor recreación del personaje hasta la fecha sino también una película excepcional que difícilmente nos dejará indiferentes


“el terror lo encontramos en el subtexto, en las motivaciones de los personajes, en los pequeños detalles, en las acciones cotidianas que nos demuestran que los protagonistas del film son unos monstruos” 


La llorona de Jayro Bustamante
Aviso para navegantes: aquellos que busquen en “La llorona” una cinta de terror al uso protagonizada por un fantasma vengativo y resentido deben saber que esta no es su apuesta. Aquí ni encontrarán apariciones espectrales, ni monstruos del más allá, ni grandes sustos, ni sangre, ni muertes espeluznantes; en “La llorona” el terror lo encontramos en el subtexto, en las motivaciones de los personajes, en los pequeños detalles, en las acciones cotidianas que nos demuestran que los protagonistas del film son unos monstruos cuyas acciones y omisiones, y ahí radica el verdadero trasfondo de la historia, han causado un daño inimaginable. Porque en nuestro mundo no existe Drácula, Frankenstein, Freddy Krueger o Pinhead: sólo existen personas que, como el General Enrique Monteverde, se han pasado la vida envueltos en un halo de aparente respetabilidad para dejarnos como único legado la muerte de miles de seres humanos anónimos a los que la historia ni debe ni puede olvidar. Aquí el elemento fantástico funciona como un catalizador, como el vehículo para que los espectadores conectemos con el verdadero elemento terrorífico de la película que, como podemos suponer, nada tiene que ver con espectros o leyendas populares para asustar a los niños. En “La llorona” los buenos son los fantasmas. Y utilizo el plural con toda la intención el mundo. 

Familia latinoamericana
La película utiliza al General Enrique Monteverde como un trasunto del General Efraín Ríos Montt, máximo responsable del gobierno de Guatemala desde el año 1982 hasta mediados de 1983. Ríos Montt fue uno de tantos dictadores centroamericanos a los que durante los años ochenta la administración Reagan ponía y quitaba en función de sus intereses políticos y/o económicos. Durante su corto mandato este individuo fue el responsable de más de 10.000 muertes entre las que se incluían campesinos, opositores y, con especial ensañamiento, miembros de la etnia indígena Ixil. El General no fue juzgado por estos crímenes hasta treinta años después. La corte suprema le sentenció a 80 años de cárcel pero nunca llego a entrar en prisión ya que se anuló el juicio por defectos de forma. Es precisamente en este punto donde empieza la película. 


“Bustamante nos ofrece un planteamiento sencillo que va desarrollando con una madurez y unos recursos fílmicos realmente notables. En una opción inteligente de guion” 


María Mercedes Coroy en la Llorona
El director juega con las cartas boca arriba y no deja ningún tipo de duda en el espectador. Desde el primer fotograma sabemos que el General es culpable y que nada ni nadie tiene la posibilidad de redimirlo. Durante los noventa minutos restantes vamos a asistir a la caída en los infiernos de ese anciano frágil que vive enclaustrado en una lujosa mansión rodeada de personas indignadas con la sentencia que claman justicia. Le abandonan sus criados, sus aliados y solo le queda su pequeña familia y una criada que aguanta, como más adelante descubriremos, únicamente porque tiene un vínculo personal con él. En este contexto aparecen los fantasmas, metafóricos y reales, que sólo buscan que esta familia sea consciente de todo el daño que ha provocado. Y lo hacen a través del arma más poderosa con la que cuenta el ser humano y de la que carece el antiguo dictador: la empatía

María Mercedes Coroy criada
Bustamante nos ofrece un planteamiento sencillo que va desarrollando con una madurez y unos recursos fílmicos realmente notables. En una opción inteligente de guion, el realizador no busca que nos sintamos identificados con los personajes (pues es imposible) sino que intenta que nos sumerjamos en la atmósfera opresiva en la que viven, logrando así que ese final tan catártico sea realmente efectivo. Para ello lleva a cabo un trabajo muy cuidado en la selección de los encuadres así como un tratamiento magistral del sonido en off (los gritos continuos que se escuchan desde la calle son un elemento más de la película) con la intención de generar un clima irrespirable. La sensación de irrealidad que envuelve al film esta ejecutada de forma sutil, sin ningún tipo de efectismo o truco cinematográfico y sustentado únicamente por elementos de la narrativa cinematográfica perfectamente integrados en la historia. Algo muy poco habitual hoy en día. 


“la llorona no deja de ser un referente metafórico, una representación indisimulada del espíritu colectivo de tantas y tantas personas que perdieron la vida de forma injusta” 


Dictador guatemala
“La llorona” es un claro ejemplo de que en el cine no hace falta subrayar para que se entienda todo perfectamente. El realizador ni siquiera se molesta en ocultar quien es “la llorona” y cuáles pueden ser sus intenciones y motivaciones. Con cuatro pinceladas es capaz de dar profundidad a los personajes: las miradas y los gestos y los pequeños diálogos aparentemente intrascendentes son la base de una cinta en la que los personajes son retorcidamente complejos y, por ese mismo motivo, dan miedo. Esta es una película atmosféricamente inquietante gracias al impecable trabajo llevado a cabo con el guion y la puesta en escena. 

actriz María Mercedes Coroy
No puedo más que quitarme el sombrero ante la inteligencia de como el realizador ha integrado el mito popular de “la llorona” dentro del contexto de la realidad social de Centroamérica. Porque esta no es la historia de un espectro que busca a través de la venganza que alguien sienta el peso de sus actos, que también; es la historia de miles de fantasmas anónimos que buscan recuperar su dignidad a pesar del dolor y sufrimiento padecidos. Esa imagen inicial con la mujer indígena cubierta con un velo explicando en una lengua precolombina las atrocidades a las que fue sometido su pueblo es más terrorífica, por lo insoportablemente real, que cualquier ser del más allá que podamos imaginar. En el fondo “la llorona” no deja de ser un referente metafórico, una representación indisimulada del espíritu colectivo de tantas y tantas personas que perdieron la vida de forma injusta. Esa es la verdadera esencia del mito (el dolor por la pérdida) y eso es, ni más ni menos, lo que Jayro Bustamante retrata en esta interesantísima película.

Crítica: Amigo

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MAIK LINGOTAZO NOS HABLA SOBRE ESTE SINIESTRO TOUR DE FORCE AUTÓCTONO ENTRE JAVIER BOTET Y DAVID PAREJA


Póster de Amigo de Óscar Martín
El tándem formado por David Pareja y Javier Botet seguramente hubiera hecho las delicias de Dieter Laser en su búsqueda de individuos compatibles para pergeñar la descabellada idea de un ciempiés humano. Por su lado, o mejor dicho por su parte, el director de esta película, Óscar Martín, obraría cual bisagra perfectamente engrasada más que como un tercero en discordia, ya que asperezas que limar... pues no, tampoco las hay. Al menos es lo que se desprende de un libreto que ha sido tan brillantemente escrito a seis manos. Sólo puede obedecer a la alquimia existente entre elementos tan indisociables como lo son el culo de la mierda. De la buena. 


“Es inevitable aludir a dos clásicos referidos hasta la saciedad, y que yo aquí repito, como son ¿Qué fue de Baby Jane? (1962) o Misery (1990)” 


Javier Botet y David Pareja
Y es que la cosa va en gran medida de híbridos y endogamias. Pero, por encima de todo, de sinergias forjadas con el paso del tiempo y robustecidas a base de entrega e ingenio. Va precisamente de esas que son capaces de configurar intangibles esquivos y ajenos a los procesos de asimilación propios de las modas pasajeras y de los rigores del mercado. 

Javier Botet en silla de ruedas
El resultado no ha podido ser más deslumbrante. Como si no les hubiera bastado y sobrado, tal vez, con mostrarnos las bondades que subyacen inherentes al enfoque colaborativo de su propuesta, parece reafirmarles la autoridad que otorga acaparar incluso premios ex aequo. Tanto en el Tenerife International Film Festival como en el Alicante Film Festival el galardón a la mejor interpretación masculina reconoció la labor de ambos protagonistas por igual. ¡Hasta eso han compartido! Asimismo, y por si ello fuera poco, tanto el público como el jurado respectivamente acreditarían a “Amigo” (2019) como la mejor película de entre las nominadas en sendos festivales. No serían los únicos laureles que registraría el filme a su paso por un granado carrusel de certámenes: entre su peregrinaje de premieres desde el circuito doméstico (Sitges, Molins, Sabadell, Murcia, San Sebastián, Ibiza...) hasta el norteamericano (Florida FF o el Fantastic Film en Austin) destacaría la exitosa acogida que recibieron en el DROP ruso, el Nocturna madrileño o el Toulouse Cinespaña. 


“un ejercicio calibrado que barrunta géneros como el de la comedia negra y el del terror psicológico con un tino pasmoso, que nos proporciona un visionado del todo inmersivo” 


Javier Botet desnudo
Entre las tres patas de este banco se han ido combinando a lo largo de la última década para sustentar proyectos propios que van desde -lo siento- cortos como “Bonsai” (2011) hasta video-clips, comedias o antologías. Ya fuera tras la cámara o frente a ella, cada aventura audiovisual les supuso de nuevo un siguiente hito hasta que, a la postre, han acabado por madurar una trayectoria orgánica desde la que asaltar al alimón la idea de trasladar a la pantalla su particular visión de lo que puede significar un “Amigo”. Y su singular versión, también

Javier Botet mandando callar
Porque lo bueno es que si de algo se nutre esta pieza es de referentes. Es inevitable aludir a dos clásicos referidos hasta la saciedad, y que yo aquí repito, como son “¿Qué fue de Baby Jane?” (1962) o “Misery” (1990). Sin embargo, a su manera también rescata sensaciones que bien pueden despertarnos otros títulos como, por ejemplo, “Entre vivos y muertos” (2006) o “Musarañas” (2014). Incluso, y en boca de los propios creadores, aquí es posible hallar algo de “Intocable” (2011), pero con hijos de puta. Y gusto exquisito, añadiría. Ahí están los guiños a los arquitectos de su bagaje actual como Naschy e Ibáñez Serrador. Con todo, lo mejor es que si por algo se caracteriza el metraje, es por la personalidad propia que rebosa. Como apuntaba al principio, esta suerte de experimento contiene las dosis justas de química y magnetismo, de fisicidad y nervio. 

Esther Gimeno en Amigo
La historia transcurre en un aislado caserón en medio de la sierra (madrileña de Canencia, para más señas) adonde David ha traído a su amigo Javi para asistirle en los permanentes cuidados que requiere. Postrado en una silla de ruedas y con el habla prácticamente impedida, intentará con la ayuda de su inseparable colega mejorar poco a poco su condición a partir de los ajados vestigios de normalidad que aún guarda su maltrecha existencia. Por decirlo de alguna manera. Su contacto con otras personas no pasará del que mantiene con la simpática y agradable fisioterapeuta (Esther Gimeno) que le acompaña en su gimnasia de recuperación diaria. Un par de fugaces visitas femeninas más completarán el reparto que asoma encapsulado en poco menos de hora y media. 


“Mención aparte para la dirección de fotografía a cargo de Alberto Morago, pues supone un activo poderoso en favor del acabado final, logrando transportarnos en el tiempo varias décadas atrás”


David Pareja
Registrada durante una semana con un presupuesto modesto pero con un esmero y una dedicación a prueba de bombas, sobresale por encima de otras consideraciones el colosal duelo interpretativo mantenido por este dúo. Cada cual con su tour de force personal, nos irán mostrando paulatinamente los retorcidos entresijos que articulan algunas amistades. Su concurso es tan notable que nos sorprenderemos contagiados de la deriva malsana y desquiciante que adquieren los acontecimientos.

Javier Botet en casa de campo
Estamos ante un ejercicio calibrado que barrunta géneros como el de la comedia negra y el del terror psicológico con un tino pasmoso, que nos proporciona un visionado del todo inmersivo y que consigue que nos embargue la misma incertidumbre y desconfianza que a su vez se apodera de nuestros dos moradores. Quizá se le puede achacar escasa profundización en los antecedentes de los personajes, como si pasara de puntillas por ese terreno, pero de algún modo también es esa indefinición la que contribuye a instalarnos en la inquietud de no saber por dónde tirar, ni con quién identificarte. Ni por qué. Añadámosle al asunto unos toques de claustrofobia maja enviando un temporal invernal que les deje aislados en plenas fechas navideñas, y ya tenemos un sugerente retrato tan costumbrista como sórdido, amén de un cocktail explosivo aliñado hasta ese momento con anuncios ochenteros escupidos por una caja tonta añeja y los siempre oportunos e incisivos tonos vibrantes de un trasnochado teléfono de rueda. 

Javier Botet y David Pareja en Amigo
Mención aparte para la dirección de fotografía a cargo de Alberto Morago, pues supone un activo poderoso en favor del acabado final, logrando transportarnos en el tiempo varias décadas atrás merced a texturas hoscas y temperadas. Las cortinillas evocadoras de paisajes yermos que se pierden en el horizonte o de frondosos bosques nevados envueltos abruptamente por el ruido de los rápidos y las ventiscas jalonan el tránsito hacia el punto de quiebre, momento a partir del cual se desata el devenir del argumento abriéndonos su peculiar caja de Pandora. Todo confluye en aras de configurar un crescendo fulgurante para sendos roles, donde David Pareja abandonará los ramalazos en su deje cómico y transmutará hacia un ser de mirada turbia y malrollera mientras que Javier Botet exprimirá las posibilidades de su impactante anatomía desempeñándose en un superlativo trabajo que, en palabras suyas, fue “más exigente mental que físicamente”. No en vano, se descubre con una potente actuación alejado de los efectos prácticos que, a base de capas de maquillaje y de prótesis varias, le han significado ser un exponente puntero a nivel internacional en lo que a caracterización de monstruos se refiere (“[•REC]”, “Mamá”, “It”...). 

Javier Botet y David Pareja
Los silencios penetrantes, entrecortados por balbuceos y campanillas, que se dispensan David y Javi poco a poco viran de lo que inicialmente se antojaba un tête à tête hacia una escalada de la tensión donde afloran trauma y resquemor. Que el binomio protagónico conserve sus nombres de pila reales sólo puede entenderse como una declaración de intenciones con mayúsculas. Casi me atrevería a decir que se trata de un órdago. Pretende comunicarnos que aquí no hay mudas de piel y sí mucha carne viva. Sobre todo puesta en el asador. No habrá más piedad que la que nos depara un pasaje de extremada belleza plástica dejando que sea el desnudo sonido del conmovedor Ellens dritter Gesang de Franz Schubert el que acompañe a la imagen. Es este un calvario que, como el infierno, está empedrado de buenas intenciones. Porque sí, amigos, hay abrazos que ahogan más que el de la tierra.


"Servant", dime que madre eres y te diré que infierno te toca

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MISSTERROR NOS HABLA SOBRE LA SEGUNDA INCURSIÓN EN LA TELEVISIÓN DE ESE TALENTO LLAMADO M. NIGHT SHYAMALAN


bebé en el póster de Servant
La culpa es la madre de la negación y como tal, acciona una serie de mecanismos mentales de diversas consideraciones en cada uno de nosotros. Es difícil librarse de un sentimiento que te obliga a castigarte si no estableces un escudo psicológico que te proteja de los golpes que la responsabilidad propina, o si no tienes la suerte (o desgracia) de activar un bloqueo mental como estrategia involuntaria que provoque una amnesia selectiva que borre de tu mente un momento concreto y así permitir que puedas seguir adelante con tu vida. 


“un exquisito espectáculo de asfixia, claustrofobia, angustia y giros retorcidos enmarcados en una casa señorial de Philadelphia con tanta presencia como los propios personajes principales” 


Servant de M. Night Shyamalan
En los thrillers psicológicos, la culpa es uno de los elementos más redundantes que existen. Culpa y ambición, culpa y maltrato, culpa y fracaso o culpa combinado con cualquier elemento que se pueda mostrar en imágenes. La culpa y el trauma es una de mis combinaciones favoritas. Casi indivisibles y especialmente crueles, tanto la culpa como el trauma son una constante en el género, tanto en gran como en pequeña pantalla. 

familia de Servant
En este caso, es la plataforma Apple Tv quien se sube los pantalones hasta la rodilla y mete los pies en el fango más denso para ofrecer a su público la segunda serie producida por M. Night Shyamalan después de la irregular “Wayward Pines” (2015). “Servant” llegó sin hacer demasiado ruido y con los piececillos de un bebé como única referencia para el patadón que la primera temporada pega en los espectadores. Diez episodios de apenas media hora cada uno sirven para que “Servant” se convierta en una de las mejores series de 2019 (y eso que las series de ese año fueron gloriosas). Una pieza de orfebrería que, aunque veas más tarde, te permite seguir haciendo esta afirmación ya que no tiene fecha de caducidad. “Servant” ofrece un exquisito espectáculo de asfixia, claustrofobia, angustia y giros retorcidos enmarcados en una casa señorial de Philadelphia con tanta presencia como los propios personajes principales


“pese a que Shyamalan solo ha dirigido dos de los diez capítulos que componen la primera temporada, toda la serie respira su cine por los cuatro costados” 


Jericho en Servant
La historia está construida al son de los personajes y es el arco de cada uno de ellos el que determina cada pieza del puzzle macabro que se esconde en “Servant”. De esta manera, el protagonismo no queda determinado por lo divino y lo humano, sino por el grado de aceptación que tengamos con cada uno de los personajes. Las diferentes capas de la historia principal se descubren a medida que cada capítulo muestra un poco más de cada personaje, con especial relevancia en el caso de Dorothy Turner, la madre del pequeño Jericho. 

Nell Tiger Free en Servant
Es importante recalcar que cada capítulo tiene una importancia rotunda en todos los retorcidos giros del guion para que no haya espacio alguno a esa sensación de situación alargada que acompaña muchas veces a series con ritmo pausado. Ningún capítulo sobra y, pese a que Shyamalan solo ha dirigido dos de los diez capítulos que componen la primera temporada, toda la serie respira su cine por los cuatro costados. Tanto su impecable factura técnica, como la increíble atmósfera que se crea desde el capítulo inicial muestran las características principales de Maese Night, cameo incluido. El tratamientotan realista del terror que exhibe es síntoma inequívoco de que el drama familiar, una vez más, esuno de los exponentes más potentes del horror y el mal rollo en el género, incluso por encima de los elementos sobrenaturales con los que de deliberada y ambiguamente se juega. Todo ello combinado con una apariencia de cine de terror clásico, gótico y elegante apabullante, hacen de “Servant” una experiencia tan extraña como gratificante


“El tratamiento tan realista del terror que exhibe es síntoma inequívoco de que el drama familiar, una vez más, es uno de los exponentes más potentes del horror y el mal rollo en el género” 


Rupert Grint adulto con traje
Para ello, el apartado técnico que antes destacaba muestra una soberbia fuera de toda crítica. La música compuesta por Trevor Gureckis realza cada paso de los personajes armonizándolo con cada sensación del espectador para provocar una experiencia casi inmersiva. De la misma manera, la fotografía tenue, incluso lúgubre en todas y cada una de las estancias de la casa, representa de forma exacta el vacío de cada personaje para que la explicación de cada decisión narrativa no solo quede en manos del guion, sino de una bárbara puesta en escena. Un guion, que por cierto firma Tony Basgallop con mano firme, en lo que creo que va significar un antes y un después en su carrera. 

Rupert Grint y Lauren Ambrose
El tono del que hace gala “servant” desde el principio, se mueve con soltura e inteligencia entre sus diferentes acentos. La seriedad que acompañan a personajes como Leanne (Nell Tiger Free), está íntimamente ligada al negrísimo humor con el que, en unas ocasiones rompe y en otras acentúa la tensión el tío Julian (Rupert Grint). Así como la inocencia de Dorothy (Lauren Ambrose) es el complemente perfecto de la confusión y desesperación de Sean (Toby Kebbell). Cada personaje tiene una característica propia que define toda la estructura y que conforma este asfixiante universo de herramientas psicológicas para combatir el dolor más punzante que un ser humano pueda experimentar. Para conseguir que saliera bien esta complicada jugada, en “Servant” han contado con un casting de lujo que ejecuta a la perfección la complejidad de unos personajes llenos de pequeños matices cuyo mayor reto era hacer evidentes para conseguir que el terror que se cuece a fuego lento, como una de las suculentas comidas que casi podemos paladear entre copa y copa de vino, atizara tan fuerte como lo hace el desolador capítulo nueve (el segundo dirigido por Shyalaman). 

Lauren Ambrose y Toby Kebbell
“Servant” es una serie diferente, atractiva y perturbadora que, si bien está pensada para no concluir y dejar que las muchas incógnitas generadas puedan ser resueltas en una segunda temporada, no deja al espectador con sensación de frustración ya que sí resuelve la principal de las incógnitas sobre Jericho, dejando un halo fantástico sobrevolando en círculos y así tener la posibilidad de cambio de estrategia o continuismo en la conclusión. Por lo pronto, deja el apetito tan abierto que se convierte en una incontrolable adicción en la que la recomendación personal es ver de una sola sentada, sin espacio para la reflexión entre capítulos, empapándoos de cada escena y cada llanto de bebé. Pese a que la, a priori, interesante historia de la secta se quede para un poco más adelante, la tristeza de la que “Servant” impregna la pantalla es tan evidente como estimulante y eso hace que las dudas sin resolver no sean problema alguno para otorgar puesto de honor en el universo de las series de reciente producción. 

No cabe duda de que la vida puede cambiar en un día, en una hora, en un minuto o en tan solo un segundo, pero la mente humana tiene dentro de sí una serie de estratos ocultos capaces de los más extraños mecanismos para ayudarnos, muchas veces castigándonos de la forma más inimaginable. Y solo cuando tocas fondo, sabes que tu segunda oportunidad de vivir comienza de nuevo porque a partir de ese momento todo solo puede ir a mejor. “Servant” es uno de los ejemplos más duros que he visto de estas palabras. ¿No basta solo con esto? Por si acaso, solo recordar que Shyamalan + Jason Blum es siempre apuesta segura.


Crítica: La funeraria

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ASTINUS NOS HABLA SOBRE LA ÓPERA PRIMA DEL ARGENTINO MAURO IVÁN OJEDA


Póster de La Funeraria de Mauro Iván Ojeda
Es innegable que, dentro del mundo latinoamericano, Argentina ha sido especialmente prolífica en el cine de género en los últimos diez años. La mayoría de las producciones de terror del sur y centro de América vienen de México y de la tierra de Borges, lo cual no implica que haya una calidad determinada. La nueva generación de cineastas argentinos (Onetti, Daniel de la Vega, Calzada) han jugueteado con diferentes subgéneros atendiendo siempre a los estándares palomiteros y las fórmulas explotadas con éxito anteriormente. Más allá de la innovación, quizás el mayor problema de sus películas sea el escaso presupuesto y la falta de inventiva para encontrar otros modos de generar tensión y ofrecer espacios y/o momentos aterradores. 


“El cine argentino debe encontrar la forma de construir una identidad cuando desarrolla cine de terror”


La Funeraria de Mauro Iván Ojeda
De esto hay varios ejemplos: “Luciferina” (2018) se movía en el terror psicológico con monjas, demonios y jump scares de manual donde faltaba un guion más coherente; “Los olvidados” (2017), si bien tenía un trasfondo interesante en torno a las causas de destrucción del lugar donde se desarrolla la historia, este queda supeditado al enésimo homenaje a Leatherface con poco sentido y demasiada reiteración de arquetipos. 

Como estos, son varios los ejemplos que se mueven en estos años entre la aspiración y la búsqueda de un sentido propio que le de fortaleza como generación. No sorprende que en España nuestras mejores películas de terror tengan un componente castizo importante en las localizaciones, los gags o la construcción de personajes. El cine argentino debe encontrar la forma de construir una identidad cuando desarrolla cine de terror (tenemos el fenómeno indonesio como referente). La generación de directores la tiene. Quizás el trabajo tenga que orientarse a cómo expresarlo de forma única sin atender a los pastizales que vienen de Estados Unidos y a los que tanto buscan asemejarse día sí, día también. 


“Es interesante observar la madeja de hilos que Iván Ojeda desmenuza con precisión en cada momento, y quizás sea lo mejor del filme” 


colección de ataúdes
No todo son malos ejemplos, de todas formas. “La segunda muerte” (Fernández Calvete, 2012) es un excelente producto en formato thriller con un misterio que resolver, una actriz protagonista con mucho carisma y un final sorprendente, todo ello macerado con motivaciones religiosas y una fotografía muy potente. También es fundamental hablar de “Aterrados” (Demián Rugna, 2017), una reinvención notable de los jump scares y las escenas marroneras con niños fantasmas, espíritus vengativos y un trabajo de ritmo único, donde la tensión se maneja con soltura y tiene un final igualmente loco y sobrevenido, casi inesperado. Quizás ese sea el camino del que hablábamos antes. 

chica en funeraria
Esta marejada nebulosa donde las producciones (y sus creadores) todavía no encuentran un rumbo fijo es el lugar perfecto para situar “La Funeraria” (2020), y es que conserva elementos claves de grandes producciones del género y otras intentonas de mostrar algo diferente. Su argumento es sencillo. En una funeraria conviven tres personas: el dueño de esta, su pareja y la hija de la mujer. Al ser un lugar vinculado a la muerte, se producen todo tipo de manifestaciones espirituales que no parecen ser peligrosas hasta que, llegado un momento, lo son. La película no nos cuenta esto desde el inicio. Empezaremos en medio del problema, y serán los diálogos entre personajes los que nos van dando pautas de qué ha pasado y cómo se ha llegado hasta esa situación, todo enlazado con una serie de tramas ocultas entre los diferentes personajes que descubriremos conforme la historia avance. Es interesante observar la madeja de hilos que Iván Ojeda desmenuza con precisión en cada momento, y quizás sea lo mejor del filme. Puede resultar algo confuso al inicio, pero la cinta recompensa al espectador mientras va conjeturando por qué un espíritu ha decidido enturbiar sus manifestaciones. En su componente dramático funciona. 


“Aunque la fotografía no desmerece y tiene en el simbolismo de ataúdes y objetos religiosos un poderoso aliado, lo cierto es que acaba quedando en nada” 


Celeste Gerez en La Funeraria
El principal problema que tiene la película es la artificialidad de cada una de sus escenas, de las interpretaciones sobreactuadas, sin emoción, poco creíbles. No hay nada durante todo el desarrollo que invite a empatizar con la familia y sus circunstancias individuales. La falta de unión en el reparto es la misma que el espectador vivirá con lo que ve en pantalla, ajeno a otra cosa que no sea buscar, al menos, emoción en los sustos y las partes más terroríficas. Y de esto hay bien poco. Es fácil aspirar al efecto volumen/susto para transmitir al espectador tensión. También es positivo buscar otras maneras de generarlo sin que tengamos que bajar el sonido del dispositivo de turno. Esto segundo se plantea la película en muchos de los momentos más aterradores, pero en todo momento aparece forzado, sin espíritu. Aunque la fotografía no desmerece y tiene en el simbolismo de ataúdes y objetos religiosos un poderoso aliado, lo cierto es que acaba quedando en nada

ritual satánico película argentina
Sin embargo, lo que resta muchísimo a la película es su tramo final, poco creíble y con una de las escenas más extravagantes que se han visto en mucho tiempo (tan solo comentaremos que hay una danza) Otro momento extraño lo viviremos con la vidente de turno, que crea un círculo de protección como único método de salvación que deja de funcionar sin razón aparente. Es el momento en el que todo se derrumba: se ha buscado crear una historia sólida y efectista, pero esa madeja de hilos que hay que desunir comienza a romperse por todos lados, apareciendo los arquetípicos agujeros de guion, la rapidez en las resoluciones y la culminación de una historia que podría dar mucho más de sí con otro enfoque. Da la sensación de oportunidad perdida (de nuevo). 

La ópera prima de Ojeda se queda por detrás de los principales valedores argentinos y va directa a ese gran saco de producciones insuficientes. Aunque se atestigua la intención de realzar otras bondades y acercarse al drama de terror desde una perspectiva inteligente, el acabado final es una película artificial, sin espíritu, con interpretaciones mediocres y desganadas, sin recursos técnicos interesantes y con un final lleno de contradicciones al que hay que sumar un momento especialmente loco que termina por sacarte de lo que tienes delante. Otra oportunidad perdida.



Crítica: Son

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KRUEGER NOS HABLA SOBRE ESE BUEN AMIGO DEL FANTÁSTICO QUE ES EL DIABLO Y EL CULTO DE LAS BUENAS GENTES QUE LO ADORAN


Póster de Son de Ivan Kavanagh
Con Satán (o sucedáneos) todo mejora ostensiblemente. Desde infantes hasta la música, desde embarazos hasta misas; cuando algo tiene cuernos, rabo y peste a azufre, la diversión siempre aumenta y todo resulta más sano. Cualquier persona con dos dedos de frente (y tridente) estará de acuerdo con dicha apreciación y si no…¡a misa! 


“una película de terror, sin cortapisas de segundas lecturas ni rasgos irónicos, algo que a un género al que demasiado a menudo se le quieren buscar las cosquillas, le sienta de maravilla” 


Emile Hirsch y Andi Matichak en Son
“Son” (Ivan Kavanagh, 2021) es una propuesta que nos llega de Irlanda, dispuesta a aumentar la saludable unión entre sectas y demonios, que últimamente plaga la actualidad cinematográfica del terror más puntero, especialmente en la excelente dupla formada por “Hereditary” (Ari Aster, 2018) y “Midsommar” (Ari Aster, 2019), cintas que perfectamente podrían ejemplificar las dos influencias más claras (argumentales) respecto a “Son”, aunque desafortunadamente está última se encuentra a años luz de las dos obras maestras de Aster, aunque sí se trata de una propuesta entretenida y con puntos de interés. 

Si algo agradezco de una película como “Son”, es su honestidad. A pesar de que juega, constantemente, con la habitual dualidad entre el elemento fantástico y la posible imaginación de toda la situación (contraposición habitual en el subgénero), cualquiera un pelín avispado sabe que aquí hay pentagrama encerrado. Es “Son” una película de terror, sin cortapisas de segundas lecturas ni rasgos irónicos, algo que a un género al que demasiado a menudo se le quieren buscar las cosquillas, le sienta de maravilla.


“últimamente la plataforma bajo demanda Shudder se ha convertido en garantía de pequeños proyectos que buscan la satisfacción inmediata del aficionado” 


Andi Matichak madre en apuros
Unida a esa honestidad, va una historia que no se anda con rodeos y que entra pronto en harina: no han pasado ni 15 minutos y el film ya ha proporcionado dos sustos de considerable potencia. Está ausencia de medias tintas, también juega en contra de la película: al comenzar de forma tan potente, evidentemente, el ritmo no puede mantenerse y la estructura se resiente, adquiriendo un carácter episódico, lo que termina pasando factura a una trama que avanza a trompicones y a unos personajes que entran y salen de la historia con pasmosa facilidad. En ocasiones, incluso esperamos el fundido a negro que indique el fin del capítulo. 

Andi Matichak con su hijo
Hemos comentado la influencia de Aster, pero resulta evidente el peso que juegan obras seminales del cine demoníaco como “El Exorcista” (William Friedkin, 1975), especialmente en relación con todas las pruebas médicas, sin resultado aparente, que realizan al infante protagonista, o también “La Semilla del Diablo” (Roman Polanski, 1969), con elementos que no voy a desvelar, pero que no resulta difícil imaginar. De “Hereditary” toma esa huida hacia adelante, buscando nuevos elementos dentro de los círculos satánicos y de “Midsommar”, esa concepción de secta de gente normal con tendencia a aparecer en pelotas. Muchas influencias y quizás ausencia de personalidad propia, aunque es cierto que “Son” se distancia de las cintas mentadas, al introducir por medio una trama policíaca y componentes de drama, que se apoyan en la posible imaginación, por parte de la protagonista, de toda la situación.

Andi Matichak con un cuchillo
Voy a realizar un inciso; dentro de un reparto simplemente correcto, funciona especialmente un actor que, desde que ha descuidado su figura y adoptado los ropajes de un funcionario público, funciona perfectamente como hombre corriente héroe de serie B. Estoy hablando de Emile Hirsch, al que me he encontrado casi de forma consecutiva en dos productos como “Son”, donde desde luego es lo mejor del reparto, a pesar de su gepeto siempre tendente al rictus afectado, y en “La fuerza de la Naturaleza” (Michael Polish, 2020), subproducto de acción que mezcla malos malosos con desastres naturales, junto a Mel Gibson, al que se come con patatas. Desde luego le prefiero con sus pantalones de tiro alto y su aspecto descuidado, antes que de héroe en supuestos blockbusters como “Speed Racer” (Lana Wachoswki, 2008) o de ídolo indie grunge en “Hacia rutas salvajes” (Sean Penn, 2007). Por mi que siga adicto a los bollycaos y prodigándose dentro de los géneros, ya que su presencia aporta mucho a una propuesta como “Son”. 


“presenta rasgos propios, como un giro en el tratamiento del niño, supuestamente sobrenatural, y un abrazo sin remilgos a un gore despendolado, que sorprende dentro de la seriedad de la propuesta”


Emile Hirsch con niño maléfico
Comentaba en otra crítica, las ideas que inmediatamente le vienen a la cabeza al espectador al ver determinado logos de productoras. Desde los casos más evidentes (Disney) hasta productos que presentaban unas señas de identidad muy concretas (evidente en todas las producciones Jerry/Bruckheimer, por ejemplo). Realizaba la apreciación a raíz de una producción reciente de Fangoria y Full Moon, el remake “Castle Freak” (Tate Steinsiek, 2020). Pues bien, últimamente la plataforma bajo demanda Shudder se ha convertido en garantía de pequeños proyectos que buscan la satisfacción inmediata del aficionado. Si comparamos su producción con la asociación de Amazon y Blumhouse, por ejemplo, no cabe duda donde se encuentra el gozo para el terror adicto. No debemos olvidar que de Shudder es “Host” (Rob Savage, 2020), una de las propuestas más estimulantes y terroríficas del pasado año. 

He citado las muchas influencias que pueden verse en “Son”, pero también es justo reconocer que presenta rasgos propios, como un giro en el tratamiento del niño, supuestamente sobrenatural, y un abrazo sin remilgos a un gore despendolado, que sorprende dentro de la seriedad de la propuesta: hay un par de planos con bastante casquería y unos cuantos litros de sangre por celuloide, lo que siempre es un acierto. Se puede pasar un buen rato con “Son” y su plano final representa lo que todos deberíamos hacer en la vida…


Crítica: Spiral: Saw

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DONNIE NOS HABLA SOBRE LA "NUEVA" ENTREGA DE LA INTERMINABLE SAGA INICIADA POR JAMES WAN


Póster de Spiral: Saw
Podría decir que con otro director que no fuera Darren Lynn Bousmann el resultado sería mejor, pero solo con eso dejaría de lado que la historia escrita por Josh Stolberg y Pete Goldfinder no es ninguna maravilla, es más bien discreta (tampoco podemos pedir peras al olmo, estos ya se encargaron del guion de 'Saw VIII'). A estas alturas y después de muchas, creo que ya demasiadas películas, es difícil ofrecer algo novedoso dentro de la saga 'Saw' y esta 'Spiral: Saw' no ofrece nada nuevo y ese misterio, esa intriga que se supone que hay en esta película, resulta que no es tal y cualquier espectador minimamente avispado sabrá quién está detrás de todo lo que está pasando. 


“aunque no vamos a dejar de lado artefactos más o menos imaginativos y muertes sangrientas, creo que estamos uno o varios puntos por debajo de lo que estamos acostumbrados” 


Spiral: saw reparto completo
'Spiral: Saw' (2021) es una cinta que sobre todo funciona como curiosidad. Por ver a Chris Rock, actor al que muchos asociamos con papeles cómicos y del cual surgió la idea para esta nueva entrega de la saga, dando vida al protagonista de esta película. Por ver a Samuel L. Jackon como el padre de este. Y por saber si esta cinta puede conseguir quitarnos el mal sabor de boca que nos dejaron Michael y Peter Spiering con su 'Saw VIII'(2017) y por la forma en la que dilapidaron una prometedora carrera. Y poco más. 'Spiral: Saw' es una cinta leve, casi una anécdota que se pasa rápido, que se ve más o menos bien y que se olvida igual de rápido (la vi ayer y estoy haciendo memoria... creo que me cuesta). Y no hay más. Ni esta es la película capaz de revitalizar a la saga (si realmente se quería eso, habría que haber roto de manera radical con el resto de películas. Empezando por coger a un director y a unos guionistas 'nuevos'), al menos en lo que a su calidad se refiere porque ya se sabe que si la taquilla responde bien, habrá más secuelas, ni tampoco hay nada en la historia que justifique, más allá de que Chris Rock esté detrás de la idea, para que se haya dado luz verde a este proyecto. 


“Stolberg y Goldfinder creían tener entre manos una historia mucho más compleja de lo que realmente es” 


muñeco de spiral:saw
El detective Zeke Banks es repudiado por sus compañeros. Su forma de actuar y sus valores le han hecho tener a todos los miembros de su comisaria en su contra. Tras el brutal asesinato de un policía, este y el detective recién llegado William Schenk se encargaran de la investigación que parece guardar muchas similitudes con los crímenes de Jigsaw. 

Policias de Spiral: Saw
Tiene esta 'Spiral: Saw' parte de la truculencia de las anteriores entregas de la saga, y digo parte porque aunque no vamos a dejar de lado artefactos más o menos imaginativos y muertes sangrientas, creo que estamos uno o varios puntos por debajo de lo que estamos acostumbrados. O igual simplemente a estas alturas ya estoy tan insensibilizado que si no veo ciertas cosas en pantalla todo me parece poco. Es 'Spiral: Saw' una de esas películas que no acabas de entender. No por su complicada y elaborada trama, que obviamente no lo es, sino porque llegado a un momento todo resulta excesivo y absurdo. Tomar una cerveza con los amigos después de ver esta película e ir hablando de la historia, de las licencias que esta se toma, de como todo parece estar forzado para llegar a la parte final o de la forma de actuar de ciertos personajes tiene que ser un autentico placer, sobre todo si tienes ganas de destrozarla. Nota: Esto no deja de ser marca de la casa, algunas de las cosas descritas en la frase anterior como lo de forzar todo para llegar a la parte final se puede hacer extensible a muchas películas de la saga


“otra entrega de una saga que languidece. A veces es mejor pasar página y hacer algo nuevo y creo que en lo que a la saga Saw refiere es lo que habría que hacer” 


Samuel L. Jackson spiral: saw
Pero personalmente esta cinta me ha caído simpática Me ha ganado su torpeza y sus trampas. Me ha gustado ver a Chris Rock como protagonista y me ha gustado como se presenta a su personaje con su monólogo cinéfilo. No va a pasar a la historia del cine, al final del año no estará en mi top de mejores películas, tampoco en la de peores. Buscaba desconectar y 'Spiral: Saw' ha conseguido que lo hiciera. Es cierto que tras ver el tráiler estaba esperando otra cosa, esa ruptura que antes he comentado, pero lo que he visto sin parecerme una maravilla, ha cumplido. 

Samuel l. Jackson detective
Es una lastima que Samuel L. Jackson no tenga más tiempo en pantalla, su personaje no deja de ser secundario. Me gustó el nombre de la puerta de seguridad de la comisaria. Resulta curiosa la forma elegida por Lynn Bousmann para hacer de que sus personajes parezcan más jóvenes en algunos flashbacks: Bigotazo y perilla, resulta tan cutre que es imposible que no se nos escape una sonrisita. Estos momentos que intentan dar forma y explicación a la forma de actuar de Banks y sus compañeros solo nos lleva a pensar que Stolberg y Goldfinder creían tener entre manos una historia mucho más compleja de lo que realmente es. Tiene esta 'Spiral: Saw' también algo del 'Seven' (1995) de Fincher, o al menos parece que lo intenta y es cuando este pensamiento nos viene a la memoria, cuando volvemos a pensar que otro director que no fuera Lynn Bousmann habría hecho algo que no fuera mover la cámara de manera nerviosa en ciertos momentos. 

'Spiral: Saw' es una película que podríamos definir como anécdota o curiosidad y que mas allá de eso no ofrece gran cosa. No dudo que la idea de Rock tuviera su fuerza pero parece que esta se ha quedado por el camino y esta no deja de ser otra entrega de una saga que languidece. A veces es mejor pasar página y hacer algo nuevo y creo que en lo que a la saga 'Saw' refiere es lo que habría que hacer. 'Spiral: Saw' no ofrece nada nuevo y todo parece estar hecho con el piloto automático puesto y sin muchas ganas, salvo por supuesto el trabajo de Rock, que parece que es el único que se toma en serio esta película.


Crítica: Bloody Hell

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ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE ESTA SORPRENDENTE MEZCLA DE GÉNEROS LLEGADA DESDE LA SIEMPRE SUGERENTE AUSTRALIA


Póster para Bloody Hell (2020)
Como sugería el psicólogo Julian Jaynes en su libro “El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral” por ahí de 1976: nuestra voz interior es percibida, ese monólogo interno, cuando la voz de dios deja de oírse. Posteriormente vienen términos sobre la autoconciencia y la metaconciencia y su pase hacia la psicopatía y trastornos de personalidad múltiple, y de pronto nos encontramos con personajes tan carismáticos como Patrick Bateman en “American Psycho” (2000), Tyler Durden en “Fight Club” (1999), o más recientemente Elliot Alderson en la serie de Sam Esmail, “Mr. Robot” (2005). Cómplices y/o antagonistas de su propia humanidad


“Un thriller bastante oscuro en su región medular que logra explotar los tropos del cine slasher, y mezclar con éxito el suspenso, la comedia, la acción, el gore e incluso el romance” 


Meg Fraser en Bloody Hell
“Bloody Hell” (2020) es el último largometraje del director de cine australiano Alister Grierson y el casi debutante guionista Robert Benjamin. Un thriller bastante oscuro en su región medular que logra explotar los tropos del cine slasher, y mezclar con éxito el suspenso (que pronto se diluye, sin embargo, ahí está), la comedia, la acción, el gore e incluso el romance; en ocasiones pareciera un espeluznante cuento popular del viejo mundo, sólo que en esta historia, por demás sangrienta, ningún caballero cabalga en pos de la libertad de su damisela, sino que yace en el sótano con una pierna amputada.

Ben O'Toole con torso desnudo
Protagonizada por Ben O'Toole (“Nekrotronic”), “Bloody Hell” da inicio con una escena que más tarde comprenderemos, inmersa en un oscuro bosque una niña intenta escapar de sus perseguidores, quienes parecen ser, su perversa familia. Años después y a kilómetros de distancia, conoceremos a Rex, un ex-militar que cometió el error de enfrentar a una banda de ladrones de banco, ¿Quién es el psicópata?, se invita a reflexionar al jurado y a la ciudadanía, quien intenta robar un banco o quien para evitarlo, cual película de acción se tratara, toma un arma y triunfante derriba a los agresores, una a uno, disfrutándolo, sin importante los daños y víctimas colaterales. Rex es condenado a prisión por 8 años. Tras su liberación no es muy satisfactoria su reincorporación a la sociedad, la prensa y los paparazzi esperan en cada esquina, haciendo de su vida un infierno, dadas las circunstancias, qué mejor opción que viajar a otro continente, cual si fuera una epifanía, Helsinki, Finlandia, será su destino. 


“La banda sonora cumple, es muy genérica (escribo esto mientras escucho el soundtrack), pero logra ambientar el lado más caricaturesco y a su vez macabro del filme” 


chica perseguida por el bosque
Gran error y tal vez la única decisión de la que Rex realmente se arrepienta. ¿Consideraba su vida un infierno? Poca cosa comparada con ser secuestrado apenas saliendo del aeropuerto y confinado en un sótano, sin la mayor explicación. No demora en descubrirse esposado al techo, manteniendo el equilibrio con la única pierna que le queda, a merced de una extraña familia con un gusto muy particular por la carne humana. ¡Sin embargo! No les será fácil. Rex es un sujeto duro que con o sin pierna está dispuesto a luchar, a su favor: sus extraordinarias habilidades de combate y la perspectiva que le da el hablar consigo mismo, una versión de Rex más sarcástica y pragmática. 

asesino enmascarado
Grierson nos sorprende con una película mucho más efectiva de lo que tal vez él mismo se propuso. Inicialmente cuando vemos a esta niña huyendo, vienen a nuestra mente un sin fin de películas con familias homicidas, donde un miembro de la familia no está muy cómodo con esto de matar gente, típico, afortunadamente la historia nos disuade de esta premisa introduciendo al personaje principal: Rex. La escena es en el tiroteo del banco, pese a su atmósfera de telefilme poco atractiva, la película comienza a generar cierta simpatía por Rex y el desdoblamiento de personalidad, por un lado tenemos a un tipo muy sobrio, hasta aburrido podríamos decir, y por el otro, a alguien más perspicaz y cínico, ideal para protagonizar la primera de muchas situaciones violentas, seguidas de un humor políticamente incorrecto. En suma, al menos a mí, logro engancharme y disfruté bastante de todas las peripecias que sufre Rex y su resolución, del extremismo y lo absurdo, incluso de lo cursi, me retorcí un poco sobre mi asiento y llegué a emitir alguna sonrisa. 


“Con lo disparatado que es el último tercio (lo menciono como un aspecto positivo) casi cualquier final habría funcionado” 


Meg Fraser escapando de psicópatas
Además de la buena actuación de O´Toole (nuestro antihéroe circunstancial) y una participación promedio del resto del reparto, podemos destacar la fotografía de Brad Shield, tal vez sea el cariño que le vas tomando a la película según transcurre, pero me a parecido un buen trabajo el de la iluminación del sótano, esa oscuridad plena de nitidez, y la calidez del interior de la casa, la mofa al cándido hogar familiar, intensificada en el punto culmine de la masacre, justamente en el comedor. La banda sonora cumple, es muy genérica (escribo esto mientras escucho el soundtrack), pero logra ambientar el lado más caricaturesco y a su vez macabro del filme

Ben O'Toole con una escopeta
Una película modesta que en mi opinión, no falla a la hora de divertirnos. No es perfecta, claro, si algún defecto notorio hay que señalar, es que hay cierta reiteración con los flashback que rompen un poco el ritmo (una mejor opción habría sido presentar el evento del banco por completo desde el inicio, sin secretos truculentos). En cuanto al final, lo apruebo. Con lo disparatado que es el último tercio (lo menciono como un aspecto positivo) casi cualquier final habría funcionado. Como datos extras. Aunque la película es una coproducción E.U.A.-Australia, tanto el director como el reparto y las locaciones son en Australia. Se presume que es la primera película de una trilogía, no precisamente con los mismos personajes. E inicialmente esta película iba ser dirigida por Sean Byrne (“The Loved Ones”) y/o Peter Cornwell (“The Haunting in Connecticut”). Sin más detalles “curiosos” a mencionar, sólo queda reiterar que vale la pena darle un vistazo. Al menos para mí, la primera sorpresa del año.


Crítica: Army of the Dead

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ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE EL ESPERADO, AMADO Y ODIADO REGRESO DE ZACK SNYDER, AL CINE ZOMBIE


Póster de "Army of the Dead" de Netflix
“Army of the Dead” (2021) es la última película de Zack Snyder... una película... muy Zack Snyder. ¿A qué me refiero con esto? Después de 17 años de su primer largometraje, “Dawn of the Dead” (2004), remake de la película de George A. Romero, Snyder vuelve al género de zombis en circunstancias completamente diferentes, en otrora mucho más joven e inexperto, anclado a un guión, una historia pre-existente y a la aprobación de Warner Bros y Universal Pictures. De hecho, el proyecto nació en el 2007 (“Army of the Dead”), sin embargo no recibió el apoyo para hacerla realidad... en ese entonces, su debut fue más o menos satisfactorio, posteriormente y repitiendo dichas condiciones, dirigió un par de filmes muy aceptables, en especial “Watchmen” (2009) en donde afortunadamente no tuvo nada que ver con el guion. ¿Qué pasa en “Army of the Dead”? Netflix otorga libertad creativa a un Snyder bastante polarizado por la crítica (experta y no experta), y desde “Zack Snyder's Justice League” (2021), con el ego aún más alto, le he escuchado en un par de entrevistas llamarse provocador, y en lo referente a “Army of the Dead”, capaz de "reinventar" el género y entregar un producto diferente con un contexto sociopolítico como pocos, difícil de ver. Vaya que se tiene mucha confianza. 


“una película diferente: excesiva, aburrida y oportunista; una oda a la era del espectáculo, y eso que las películas de zombis me divierten” 


zombie alfa en Army of the Dead
Una película en donde Snyder no sólo es el director, también es el director de fotografía y el guionista. El resultado es obvio, y no es que deteste a Snyder: una película muy larga, genérica, saturada, que se apoya de tantos clichés (en años había visto tantos clichés juntos), que ni el diseño de personajes, la banda sonora o el final, tiene un ápice de sorpresa, y con una facultad enorme para trivializar la violencia, restando emoción y dramatismo. No es como aquellas películas tipo “Godzilla vs. Kong” (2021) (me gustó) que dan lo que ofrecen, y disfrutamos del entretenimiento sin más. No, “Army of the Dead” es una película diferente: excesiva, aburrida y oportunista; una oda a la era del espectáculo, y eso que las películas de zombis me divierten

Samantha Win en Army of the Dead
Aunque la historia parte del que podría ser “el paciente cero”, Army of the Dead da un salto en el tiempo para ambientar su argumento en un futuro post-apocalíptico. Todo comienza cuando un grupo de militares transporta un cargamento clasificado, accidentalmente la entidad que yace en él es liberada: un zombi con habilidades físicas extraordinarias, y lo que es más amenazante, al parecer dotado de conciencia. ¿De dónde viene y a dónde se dirigía? No lo sabemos y no importa, a su merced se encuentra Las Vegas. Se escucha la voz y el swing de Richard Cheese (Viva Las Vegas) y se despliegan los créditos, un musical de excesos, violencia y humor negro que en 5 minutos narra el apocalipsis y como algunos sobrevivientes, gente común y corriente, consiguió salir avante, para finalmente tener una vida no muy grata. Años después el gobierno de los Estados Unidos ha vallado Las Vegas, atestada de zombis, retratada como una escena casi extraída de “El Planeta de los Simios” (1968), luciendo como símbolo de su decadencia una desvencijada Estatua de la Libertad. Como parte de una estrategia política es anunciado un ataque nuclear a pequeña escala y así ponerle fin a la plaga de muertos vivientes. Tanaka, un magnate japonés le propone a Scott, uno de los supervivientes, ingresar al área restringida para recuperar 200 millones de dólares de la bóveda de uno de los casinos, aquí tenemos una mezcla de “Ocean's Eleven” (2001) y “Península” (2020). 


“Temas como el de la edición y la fotografía, en mi opinión lastran el ritmo de la película. Escenas demasiado largas, cortes y secuencias en donde la tensión es nula” 


reina zombie con Nora Arnezeder
Para esto, Scott reúne a un grupo de supervivientes, algunos amigos casi hermanos y otros simplemente piezas para lograr su objetivo (el experto en bóvedas, la piloto y en general, un grupo heterogéneo de experimentados mata zombis). ¿Cuál es la razón por la que Scott arriesgará su vida? No sólo es la codicia o la miserable vida que lleva, no, no, hay un móvil más noble, tras asesinar a su esposa zombi tiene una relación disfuncional con su hija, el dinero es una posibilidad de si no obtener su perdón, al menos asegurarle un futuro. Una misión para nada sencilla considerando la evolución del zombie, en un ser social organizado como un enjambre, por otro lado, el equipo deberá sobrevivir a sus propias diferencias, ambiciones y traiciones, un tigre zombificado y el anunciado bombardeo nuclear. 

Dave Bautista en army of the dead
Aquellos que aprecian el estilo de Snyder (me remito a “Sucker Punch”) lleno de excesos y su común predilección por la cámara lenta, tal vez encuentren lo que buscan: hay muchos disparos, cabezas estallando en CGI, paisajes desolados en CGI y explosiones en CGI, momentos épicos y sacrificios heroicos. Para mí no funciona en ninguno de sus aspectos, la verdad es que me abruma tanto CGI, pero no sólo es eso, los personajes carecen de interés y sus diálogos, incluso esos momentos en que intenta hacernos reír, resultan monótonos y fuera de lugar. Es ahí cuando comienza a ser más evidente las carencias del reparto, vamos, sé que es Dave Bautista y no estoy exigiendo una gran actuación, pero todos dejan mucho que desear, desde Ella Purnell y Ana de la Reguera a Tig Notaro, que para mí fue indiferente, otro personaje malo, pero hay a quienes les gustó su integración al reparto (los que están familiarizados con las celebridades norteamericanas). 


“algo que quizá me predispuso desde los primeros minutos, es su oportunismo, desde que en los primeros minutos sale Maria con metralleta en mano portando una camiseta con la leyenda The Future Is Female Ejaculation" 


zombie en army of the dead de zack snyder
Temas como el de la edición y la fotografía, en mi opinión lastran el ritmo de la película. Escenas demasiado largas, cortes y secuencias en donde la tensión es nula, y en algún punto se vuelve cansino el uso de la cámara Canon 50mm f/0.95 que tanto le gusta a Snyder. El uso del Dream Lens puede ser una opción creativa, pero cuando abusamos de él, hace más que palpable su nombre: soporífero. 

Tig Notaro piloto de helicóptero
Por último, y es algo que quizá me predispuso desde los primeros minutos, es su oportunismo, desde que en los primeros minutos sale Maria con metralleta en mano portando una camiseta con la leyenda "The Future Is Female Ejaculation", me pregunto "¿A quién te quieres ganar?", reivindicaciones feministas muy de moda hoy día, que reitera en un par de escenas más tarde (la más directa protagonizada por "La coyote" y cierto militar abandonado). Otros puntos que bosqueja “Army of the Dead” (recordemos que las películas de zombis suelen tener un contexto sociopolítico), es la inmigración ilegal, el capitalismo estadounidense y la falta de apoyo hacía los veteranos de guerra, pero todo eso se evapora rápido. Con temor a caer en un spoiler, no mencionaré otro detalle que me pareció ridículo y que sólo está ahí para "sorprender", para decir "eso sí nunca se había visto". ¿Qué diablos con esa escena? Me refiero a la tragedia del zombi alfa. Creo que no necesito decir más. En fin. Para quienes gusten de “Army of the Dead”, esto no termina aquí, se viene una precuela dirigida por Matthias Schweighöfer, de nombre “Army of Thieves”, y la serie animada “Army of the Dead: Lost Vegas”, desarrollada por Jay Oliva, conocida por dirigir varias de las películas animadas originales del Universo DC.


"Castlevania" temporada 4, la epopeya vampírica de Warren Ellis llega a su fin

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ARTORIUS NOS HABLA SOBRE LA TEMPORADA FINAL DE LA EXITOSA SERIE DE NETFLIX BASADA EN EL VIDEOJUEGO DE KONAMI


póster de la cuarta temporada de Castlevania
Para empezar, una pequeña introducción: ¿Qué es un fanfic?  Un fanfic es un relato basado en una obra ya existente, escrito por admiradores de dicha obra y en muchos casos, de calidad cuestionable. Por poner un ejemplo, la celebérrima “50 sombras de Grey” se inició como un fanfic de otro atentado a la razón y a la autoestima femenina como es la saga “Crepúsculo”. Son obras escritas mayormente desde la admiración que exploran otras versiones de historias ya conocidas y que, en algunos casos, mejoran incluso al original (“Harry Potter”, ejem….). 


“una gran temporada, un enorme broche de oro a la serie de animación para adultos de terror con sello occidental más importante de los últimos tiempos” 


Castlevania serie de netflix
Y en el caso de “Castlevania”, una vez pasado el hype de un primer visionado extremadamente satisfactorio, no he podido dejar de tener la sensación de que he visto un  fanfiction basado en las temporadas anteriores, uno en el que intenta contentar a los fans de esta saga a toda costa aunque para ello caigas en una resolución de tramas un tanto apresuradas y con problemas de coherencia respecto a la durísima evolución de los personajes de la temporada 3. 

Cuanto de ello se debe a los problemas legales que se han acumulado en torno a Warren Ellis (eufemismo para definir a un presunto depredador sexual), alma mater y showrunner principal de toda la serie, me parece un ejercicio de futilidad. Imaginar que “Castlevania” pudiese haber tenido una mayor duración, quizá una temporada más, y que todo lo ocurrido ha llevado a que el autor quisiera cerrar de la mejor manera su obra con el poco tiempo que tenía antes del “borrado” social a su persona es una posibilidad, pero por a) o por b) lo que tenemos es este final, y es lo que analizaremos sin perder más tiempos en “y sí…..”. 


“lo que más me preocupa ahora de esta franquicia es su futuro. Visto lo que este estudio de animación hace sin Ellis al mando de los guiones” 


vampiras seductoras en serie de netflix
Ojo, que “Castlevania” temporada 4 es una gran temporada, un enorme broche de oro a la serie de animación para adultos de terror con sello occidental más importante de los últimos tiempos. A mi entender la animación ha mejorado mucho desde la temporada anterior, y tiene momentos de absoluta brillantez en sus pasajes de acción, espectaculares como pocos, y todo lo que tiene que ver con el apartado sonoro es sencillamente delicioso. El punto álgido de la parte técnica llega en el impecable episodio 6, donde la épica se desata dando pie a imágenes muy poderosas en lo visual y en lo emotivo.

animación japonesa en netflix
El autor de "Planetary", como siempre, borda todos los diálogos e interacciones entre personajes con una maestría e ingenio que solo puede compararse al mejor Tarantino. Las piezas de esgrima verbal son una maravilla para los sentidos, sobre todo en la versión inglesa, y aunque he escuchado algunas críticas que las consideraban roturas de ritmo, para mi son el punto más fuerte de la serie. Como siempre, los personajes están muy vivos y son completamente tridimensionales. Es difícil no encariñarse con los supuestos villanos tanto como con  los protagonistas, e incluso el monstruo más aberrante nos puede despertar simpatía en cuanto llegas a entender su visión del mundo y como dudan, sufren, y crecen ante tus ojos. 


“una serie que, me temo, será única por muchos motivos y totalmente irrepetible por circunstancias ajenas a la creatividad y sí a la depravación humana de su autor” 


heroína de Castlevania de Warren Ellis
Dicho todo esto... ahora viene el “pero”. Y es la precipitación con la que se cierran algunos arcos argumentales, o la ausencia de desarrollo de las consecuencias terribles que se dieron en la temporada anterior, por poner el caso del trío protagonista, sobre todo en el caso de Alucard, así como una resolución que, aunque a mí en un primer momento me hizo saltar del asiento y aplaudir en pleno ataque de fanboy, con el paso de los días y una revisitación, me ha llevado a plantearme que Ellis ha querido mimar a unos personajes a los que les ha cogido cariño, una despedida un tanto apresurada y entusiasta que parece más desarrollada por un fan de Trevor, Sypha y Alucard que por el mismo guionista que se ha tomado su tiempo sometiendo a sus criaturas a tremendas situaciones que les marcaban profundamente y que quizá no ha tenido el tiempo necesario para desarrollar más sus arcos.

Warren Ellis acusado de abuso sexual
Ojo, insisto, es una temporada muy buena y de gratísimo visionado. Isaac merece una serie por sí solo, amén de que me encantaría un spin off también de cierto dúo de vampiras que me han robado el corazón. Pero lo que más me preocupa ahora de esta franquicia es su futuro. Visto lo que este estudio de animación hace sin Ellis al mando de los guiones, y hablo de la infumable “Sangre de Zeus”, miedo me da el devenir de unos personajes a los que he llegado a apreciar muchísimo. Pero “Castlevania” es Warren Ellis, y Warren Ellis es “Castlevania”, y no se me ocurre que nadie pueda reproducir el ambiente único de esta serie a nivel de guion y diálogos que no sea él, y eso es un problema.  ¿Nombres que puedan suplir al genio de Essex? Se me ocurren nombres como Grant Morrisson, Mark Millar, o incluso Garth Ennis, pero salvo el segundo dudo que ninguno de estos autores genuinamente británicos y gamberros se pusiesen al mando de esta franquicia.  En resumidas cuentas, esta temporada me ha gustado mucho. De hecho, en un primer visionado me ha encantado, y a esa emoción es la que me voy a agarrar para poner la nota final a una serie que, me temo, será única por muchos motivos y totalmente irrepetible por circunstancias ajenas a la creatividad y sí a la depravación humana de su autor.    

Lo mejor: Personajes maravillosos y complejos, sobre todo los “antagonistas”. La mejora de la parte técnica. Los diálogos son platino puro. Los momentazos de fanservice bien entendido, sobre todo el final.   

Lo peor: Una cierta precipitación en su resolución. Cierta sensación de querer contentar a los fans por encima de la coherencia de la obra.


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